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Como resulta bien sabido, los efectos sociales, económicos, culturales y psicológicos
sobre las comunidades que ha dejado e imprimirá la pandemia de Covid-19 podría
llevarnos a titular el 2020 como “el año del coronavirus”. Unos efectos que dejarán,
probablemente, un mundo con otros valores, reperfilado y que ciertamente ha
interpelado a todos y cada uno de nosotros en más de una oportunidad. Han surgido
ya miles de estudios, conferencias online y otras reflexiones alrededor de las
repercusiones sanitarias, económicas y culturales sobre todo lo que está pasando.
Los hechos de estos tiempos van a afectar, y de hecho ya afectaron, a nuestra manera
de pensar, de actuar, de consumir, y por supuesto de aprender y enseñar, o lo que
resulta lo mismo, de vernos a nosotros mismos.
En 2020 y gran parte de 2021 los cierres de escuelas por el COVID-19 han afectado
a más del 90% de la población estudiantil del mundo, o casi 1600 millones de
estudiantes según se estima.
Unos 63 millones de docentes también se han visto afectados, mientras que la crisis
ha puesto de relieve debilidades persistentes en muchos sistemas educativos y
agravado las desigualdades, con “consecuencias devastadoras” para los más
vulnerables.
Un ejemplo de las impredecibles adversidades que surgieron a partir del nuevo Covid-
19, fue el cierre de escuelas en la región
latinoamericana. Este evento impactó en la formación de
más de 137 millones de niños y adolescentes, según Para conocer o ampliar,
entender y reflexionar
datos de UNICEF. Desde el inicio de la pandemia, estos pueden leer el informe:
estudiantes ya han perdido una gran cantidad de “El impacto de la
jornadas escolares presenciales (174 solo en 2020) en pandemia en la
Educación de niños y
comparación con el resto del mundo. Esto influye adolescentes. Encuesta
directamente en la enseñanza y el desempeño de los de percepción y actitudes
niños y adolescentes, especialmente los más pobres, ya de la población”. Junio
2021. UNICEF
que muchas escuelas no contaban con la infraestructura
adecuada para ofrecer clases a distancia. Incluso
cuando esto fue posible para la escuela, muchos jóvenes no tenían equipos ni acceso
a la red.
La nueva realidad social y educativa, cambiante, globalizada y con un alto grado de
incertidumbre, está demandando al mundo de la educación un cambio de foco. Desde
muchos foros, más si cabe en el actual panorama de la pandemia y post-pandemia
por COVID-19, pocos expertos niegan ya la evidencia de que no podemos preparar a
los aprendices para su presente y su futuro empleando solamente las herramientas
del pasado. El diálogo entre la tradición y la innovación profunda, sostenible y
sistémica es más urgente que nunca, y la tarea de transformar la forma de aprender
es ineludible.
Pero en plena irrupción mundial del COVID, los sistemas educativos y los docentes
han demostrado, como lo han hecho tantas veces, un gran liderazgo e innovación
para garantizar que el aprendizaje no se detenga y que ningún alumno se quede atrás.
“En esta crisis, los docentes han demostrado, como lo han hecho tantas veces, un
gran liderazgo e innovación para garantizar que el aprendizaje no se detenga y que
ningún alumno se quede atrás”, expresaron la UNESCO, la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF) y el Sindicato Mundial de Docentes, entre otros, durante 2020. Desde
luego, algunas actuaciones resultaron más exitosas que otras, lograron mejores
impactos y sobre todo contribuyeron en mayor o menor medida al sostenimiento de
la “educabilidad” de nuestros niños y jóvenes. Ante este escenario, muchos docentes
se vieron obligados a repensar sus metodologías, enfrentando los desafíos – y
oportunidades – que puede traer el uso de la tecnología. Sin embargo, la falta de una
formación adecuada centrada en el área o de la enseñanza a distancia puede
perjudicar la experiencia del aula, aunque sea virtual.
Ahora es el momento de "pensar más allá del COVID-19", reinventar la educación y
lograr el objetivo de brindar acceso a un aprendizaje de calidad a todos los
estudiantes. Resulta necesario mirarnos, repensarnos, interpelar lo realizado hasta
ahora y poner nuestra mirada en el día después, en lo que viene, en lo que vendrá:
un nuevo concepto de aprender y de educar.
Para ello les proponemos adentrarnos en una corriente que tiene sus bases en áreas
ajenas al sistema educativo, pero que bien pueden ayudarnos en la organización de
nuestras propuestas didácticas para nuestros estudiantes. En este sentido, la
Corriente Minimalista surge como una respuesta a una sociedad postmoderna
inundada de estímulos, de variantes, de opciones, donde el consumismo y la
utilización superficial de las cosas resulta la regla. De ese modo veremos cómo esta
corriente, y algunos de sus principios rectores, pueden reportar grandes beneficios
para nuestros sistemas educativos.
El término “Minimalismo”, en su concepción más general, es la tendencia a reducir a
lo esencial, a despojar de elementos sobrantes. El término «minimal» fue utilizado por
primera vez por el filósofo británico Richard Wollheim en 1965 para referirse a las
pinturas de Ad Reinhardt. Surge en Estados Unidos a comienzos de la década de
1960, continuando la tradición geométrica estadounidense y reaccionando contra el
abusivo predominio de las corrientes realistas y el arte pop por parte de museos y
coleccionistas. Esta tendencia supuso la última etapa del reduccionismo propuesto
en su día por Kazimir Malévich, por los constructivistas rusos y por el movimiento
artístico De Stijl. Yves Klein, 1962, fue un pionero en el desarrollo del arte minimalista
a partir del uso de pinturas monocromáticas. Estas son aquellas pinturas realizadas
con un solo tono o color, acompañadas de toda su variedad y
riqueza de valores posibles, pasando por las diversas
valoraciones de claridad y oscuridad del color llegando hasta Para profundizar
el blanco y/o el negro. sobre el corazón de
este movimiento y sus
El Minimalismo, originalmente en las artes, se caracteriza por implicancias en el
la abstracción, la concentración, la desmaterialización, la aprendizaje pueden
economía del lenguaje y de los medios, la geometría acceder a los videos:
elemental rectilínea, el orden, el purismo estructural y Historia y orígenes del
Minimalismo
funcional, la reducción y síntesis, como así también por la
sencillez y la sustentabilidad.
Entendido en un sentido más amplio, el Minimalismo como “Filosofía de vida” se
centra en revalorizar las prioridades del individuo; conservar los objetos esenciales y
prescindir de aquello superfluo. Tiene raíces en el “Ascetismo”, doctrina religiosa y
filosófica que pretende purificar el espíritu a través del rechazo de los placeres
materiales. Esta corriente fue paulatinamente impactando en diversas esferas
sociales como el arte, la arquitectura, la música, el diseño, el estilo de vida, la
gastronomía, los vínculos, etc. Promueve siempre la “sustentabilidad”, concepto que
hoy resulta siempre en el centro de todo quehacer social.
El Minimalismo, como corriente social, comporta así una serie de beneficios basados
en la premisa de “Menos es Más”.
El ámbito de aplicación del microlearning, por estar muy ligado al aprendizaje ubicuo y móvil
(mlearning), se adecúa con los dispositivos móviles. Con ellos el tipo de aprendizaje es muy
contextualizado y consumido en el mismo momento que se necesita.
La influencia de las TIC, unida a una nueva visión impuesta desde la Corriente
Minimalista han logrado un impacto en las nuevas formas de aprender. Actualmente
nos encontramos insertos en la búsqueda continua de estímulos, lo que afecta la
concentración. En este sentido, el período atencional ha disminuido drásticamente
desde los años 80s. Asimismo los ciclos de alerta y fatiga se han vuelto más cortos,
lo que ha permitido el desarrollo de una nueva forma de atención, la “Atención
Multitarea”. Todo esto ha dado lugar a diferentes tipos de “nuevos aprendizajes” tales
como el “Electronic Learning”, “Blended Learning” y “Mobile Learning”. En el primer
caso nos referimos a un tipo de aprendizaje online, virtual y no presencial. Por
“Blended Learning” entendemos el tipo de aprendizaje híbrido que combina instancias
presenciales y virtuales. Finalmente, por “Mobile Learning” identificamos al
aprendizaje virtual impartido mediante diferentes dispositivos móviles (smartphone,
tablet, ipod, dispositivo de mano, etc.).
La primera vez que se comenzó a hablar formalmente sobre este nuevo aprendizaje
con características especiales, bajo una gran influencia de la Corriente Minimalista,
fue recién en el Congreso de Microlearning llevado a cabo en Innsbruck, en el año
2005.
Aunque el prefijo “micro-” resulta sugerente de un tipo de aprendizaje reducido, lo
cierto es que resulta aún hoy bastante difícil acercar una definición conceptual de este
término. Sin embargo, podríamos definirlo como:
La ERE ha sido una respuesta rápida y heterogénea que las instituciones y los
docentes pusieron en marcha para afrontar la imposibilidad del trabajo presencial que
impuso la pandemia haciendo uso de diferentes recursos tecnológicos.
Cómo ya mencionamos en la primera parte, como uno de los productos de una cultura
digital surge el Microlearning como una manera diferente de aprender, que consiste
en fragmentar los contenidos didácticos para adquirir determinados saberes y
capacidades. La fragmentación de contenidos, los micro medios y los dispositivos
móviles se utilizan como recursos pedagógicos que permitirán a los alumnos alcanzar
el dominio e integración de contenidos y el desarrollo de capacidades para lograr un
aprendizaje significativo.
Este aprendizaje se conforma de pequeñas “cápsulas”, que al articularse unas con
otras, crean un conocimiento más completo y profundo qué es el propósito de priorizar
contenido.
Estos microcontenidos pueden integrarse con diversas tecnologías que ofrecen
posibilidades de adaptación y personalización de los contenidos de acuerdo con las
necesidades, las características (que se desarrolla más adelante) y el contexto de los
estudiantes que transcurre tanto en la modalidad que combina presencialidad con
virtualidad (en estos momentos) y para la modalidad presencial.
Incorporar el Microlearning a nuestra clase no implica sólo un cambio en los tipos de
herramientas a aplicar, es un cambio en el diseño de una educación centrada en las
necesidades de los aprendices.
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Durante el 2020 el Ministerio de Educación de Tucumán frente a esta pandemia ha emanado una serie documentos para los
distintos niveles y modalidades, que entre otros asuntos, atiende a la priorización de contenidos.
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Herramienta para priorizar contenidos, que explica Melina Furman, en el Webinar: “Educar Mentes
curiosas” en el intervalo de tiempo desde el 19:55min hasta 43:40min.
Las necesidades de aprendizaje de cada estudiante son únicas y debemos diseñar
un conjunto de propuesta que tienda a lograr aprendizajes significativos
Tampoco es fácil decidir el lugar exacto en nuestra práctica áulica donde sería
conveniente utilizar este tipo de organización. Sin embargo, podríamos elegir
organizar nuestra enseñanza en torno a este estilo para reactivar conocimientos antes
de una clase, o resumir e integrar conceptos después de una lección, o quizás para
proporcionar oportunidades de aplicación (pruebas o juegos de aprendizaje en el
móvil), etc. Como verán, cada cual sabrá identificar el momento oportuno en función
de numerosas variables. (Salinas & Marín, 2014)
Esquemas, gráficos, diagramas e ilustraciones: Son organizadores. Permiten
organizar la información de una forma visual, facilitando el aprendizaje, dado que
permiten plasmar el contenido educativo o instructivo de una forma más dinámica,
contribuyendo a que sea el alumno quien organice la información. Son fáciles y
rápidos de consultar, además de ayudar a una mejor comprensión del contenido
explicado. Su elaboración permite poner en práctica diferentes habilidades: comparar
datos, ordenar acontecimientos y estructurar la información.
Infografías y diseño infográfico: Una infografía es una colección de imágenes,
gráficos y texto simple (minimalista) que resume un tema para que se pueda entender
fácilmente. Las infografías son tremendamente útiles y esenciales para representar la
información que es complicada de entender a través del puro texto. Con un simple
golpe de vista se pueden entender hasta las cosas más complicadas, y además son
más fáciles de asimilar y recordar.
3.Estructura el contenido Y a que debemos crear lecciones cortas con un solo tema,
se recomienda ir por pasos, de lo simple a lo complejo. Por lo tanto, es importante
jerarquizar los temas, estructurándolo de manera que el aprendiz a medida que vaya
avanzando profundice sus conocimientos.
4.Desarrolla los distintos recursos educativos para cada micro lección. Aquí como
experto en la temática deberás analizar cuales recursos tecnológicos pueden
ayudarte para crear las lecciones, ya sea: Vídeos, podcast, juegos, simuladores etc.
5. No te olvides de las prácticas. Recuerda que, como la idea es ser muy específico
en el aprendizaje que se desea tener, es necesario incluir sesiones donde el
estudiante pueda visualizar y practicar cómo aplicar este nuevo contenido en su
ambiente laboral o su entorno.
“La sociedad digital está atravesada por nuevas formas de relaciones sociales y de producción y
circulación de saberes. En este marco, la construcción de saberes se basa en procesos en los
cuales los alumnos participan y producen en colaboración, abiertos al diálogo social y a las
oportunidades de aprendizaje permanente. Esto es en tanto miembros de una comunidad
conectada, solidarizada a través del ciberespacio, una red en permanente reconfiguración, que
necesariamente tiene que incorporarse en las prácticas de enseñanza y de aprendizaje”.