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MOTILIDAD
MOTILIDAD
EXPLORACIÓN DE LA MOTILIDAD
La motilidad se efectúa por medio de la fibra muscular en relación con el sistema nervioso. Es
clásico distinguir dos tipos de actos motores: la motilidad cinética y la motilidad estática.
La motilidad cinética, debida a una o varias contracciones musculares, bruscas, rápidas y breves
(contracciones clónicas), produce la traslación de una parte o de la totalidad del cuerpo.
La motilidad estática (o postural), guarda relación con el tono muscular y tiene por objeto, una vez
terminado el movimiento de traslación, mantener el miembro o todo el cuerpo en la actitud en
que acaban de ser colocados. Obedece a contracciones musculares lentas y duraderas
(contracciones tónicas). El hecho de que esta actividad muscular fije los miembros en vez de
trasladarlos, justifica la paradoja que significa el hablar de una motilidad estática.
Dentro de la motilidad cinética, cabe distinguir los actos motores voluntarios de los actos motores
involuntarios. Los voluntarios requieren la voluntad del sujeto y van siempre precedidos de la
representación mental del movimiento que debe realizarse. Su aparición en el hombre va ligada a
la presencia de la vía motora piramidal.
Los involuntarios escapan al dominio del individuo, se observan ya en los vertebrados inferiores y
se realizan bajo la regulación del sistema extrapiramidal. Entre los actos motores involuntarios, se
distinguen los movimientos reflejos, es decir, los que resultan de una excitación periférica seguida
de respuesta motriz inmediata (la contracción del cuádriceps crural al percutir el tendón rotuliano)
y los movimientos automáticos asociados, o sea, los que el sujeto realiza involuntariamente en
gran número en su actividad cotidiana (balancear los brazos al andar, fruncir la cara al realizar un
esfuerzo, etc.).
Está dada por los movimientos que el individuo ejecuta por si mismo, es decir por los cambios de
forma o desplazamiento que experimenta un segmento de miembro, todo él, el tronco o todo el
cuerpo cuando se le pide que ejecute el movimiento. Su normalidad implica la integridad
anatómica y funcional de la vía corticospinal o piramidal.
● tendinosos o profundos
● cutaneomucosos o superficiales
TENDINOPERIÓSTICOS O PROFUNDOS
La aparición de este tipo de reflejos se facilita con los llamados “métodos de refuerzo o de
distracción”,(distraer la atención del sujeto provocando la contracción muscular activa de los
músculos de otras regiones.
Se aconseja invitar al paciente a tirar con fuerza de los dedos de las manos asidas en forma de
gancho (maniobra de Jendrassig); agarrarse fuertemente al respaldo de la silla, barrote de la cama
o al brazo izquierdo del observador, comprimir un dinamómetro e indicarle que lea, en el
momento en que se le ordena, la cifra avanzada, realizar amplios movimientos respiratorios, toser
con fuerza, etc.
Estas maniobras tienen un casi exclusivo valor para la exploración de los reflejos de las
extremidades inferiores.
Técnica:
1. lo primero que se debe hacer es localizar el tendón del músculo que se quiere evaluar
2. pedir al paciente que relaje el músculo
3. luego palparlo con la primera falange(dedo gordo)
4. por último percutir con el martillo sobre la falange y observar la respuesta del músculo
(está aumentada o es débil)
La hiperreflexia es un signo clínico que se manifiesta en las personas como una respuesta
aumentada ante la estimulación de un reflejo osteotendinoso. Se dice que un reflejo está
exaltado (hiperreflexia tendinosa) cuando concurren las siguientes circunstancias:
Suele presentarse en pacientes neuróticos, estos exaltan los reflejos rotuliano y aquíleo en
contraste con la normalidad de los de las extremidades superiores.
Un reflejo está disminuido o abolido (hiporreflexia o arreflexia tendinosa) es una condición
médica en la cual se manifiesta disminución de la respuesta motora, cuando se estimulan
los reflejos osteotendinosos. Por lo tanto, es una situación que nos indica que está ocurriendo un
problema o alteración en algún área por donde viaja la información del arco reflejo. el buscarlo
con la técnica correcta la respuesta es escasa o nula.
Se puede presentar en pacientes con un uso prolongado de drogas sedantes (bromuros, diacepam,
fenilhidantoína, etc.) disminuye o inhibe la respuesta motora y lo propio ocurre en las personas
ancianas.
1. Reflejo del orbicular de los párpados. Consiste en la contracción brusca y enérgica de dicho
músculo. Con el pulgar y el índice, el explorador sujeta un pliegue de la piel en el extremo externo
de la hendidura palpebral, y tira suavemente hasta conseguir una distensión del músculo
orbicular. Entonces, percute suavemente su pulgar con el martillo de reflejos, con lo que se
produce un súbito estiramiento adicional de dicho músculo y aparece su contracción refleja.
También se produce la contracción del orbicular percutiendo la región superciliar, raíz de la nariz o
glabela, extremidad de la nariz, vértex craneal o por estimulación corneal. Este reflejo está
disminuido o abolido en el período flácido de denervación de la parálisis facial periférica; durante
la reinervación, si ésta cursa con espasmo, difunde a otros músculos en lugar de localizarse en la
orbicular como el normal se exagera en las lesiones centrales del nervio facial y parkinsonismo
postencefalítico.
3. Reflejo peribucal: La percusión leve de los labios superior e inferior cerrados, cerca de la línea
media, ocasiona la protrusión o fruncimiento de los labios (reflejo del “hocico”); este fenómeno es
más patente al poner los músculos tirantes o percutirlos con el dedo. Se observa en las esclerosis
cerebrales, esclerosis lateral amiotrófica, etc.; con deficiente inervación piramidal de la
musculatura facial.
4. Reflejo del bíceps (Bicipital). Brazo semiflexionado y con la mano en supinación completa. Se
sujeta el codo del enfermo con la mano izquierda, colocando el pulgar sobre el tendón del bíceps;
un golpe sobre él a través del dedo pulgar del explorador provoca la contracción del bíceps y la
flexión del antebrazo sobre el bazo. Centro reflexógeno: C5-C6
5. Reflejo del tríceps braquial (tricipital): Este reflejo se obtiene percutiendo el tendón del tríceps
por encima del olecranon. La mano libre del explorador sostiene el brazo explorado en abducción,
con el antebrazo colgante. Centro reflexógeno: C6-C7.
6. Reflejo del supinador largo (estilorradial): Se golpea la apófisis estiloides del radio, estando las
manos átonas sobre el tórax del paciente en decúbito dorsal. Se observa la elevación del brazo.
También vale percutir teniendo el medico las dos manos del enfermo cogidas con su mano
izquierda. Esta ultima aprecia con suma facilidad las diferencias de intensidad de ambos reflejos.
Centro reflexógeno: C5-C6.
7. Reflejo cubitopronador. El médico, frente al enfermo, sostiene con su mano izquierda el puño
en semipronación. La percusión de la apófisis estiloides cubital determina un ligero movimiento de
pronación del puño, por contracción refleja de los músculos pronadores redondo y cuadrado.
Este reflejo es casi siempre débil y su abolición sólo es valorable si es unilateral. Centro
reflexógeno; C7-C8
8. Reflejo de Hoffmann. El sujeto presenta la mano con los dedos semiflexionados. El examinador
sujeta con suavidad el extremo de uno de ellos (índice o medio), con sus dedos pulgar e índice
ejerciendo una brusca presión o pellizco sobre la uña y extremo del dedo, al que suelta
prontamente. En caso de lesión de la vía piramidal, se observa la flexión de la falange terminal del
pulgar.
10. Reflejo de Klippel-Weil (redescrito por Wartenberg). Flexión del pulgar cuando se extienden
pasivamente los restantes dedos previamente flexionados. Es signo de lesión de la vía piramidal.
11. Reflejo flexor de los dedos, Se coloca el antebrazo del explorado en supinación y apoyando el
dorso de la mano sobre la cara palmar de la mano libre del explorador, se percuten los tendones
flexores, Otro método más cuidadoso consiste en colocar los dedos índice y medio del observador
cruzando transversalmente la extremidad distal y palmar de los cuatro últimos dedos
semiflexionados del explorado; en esta situación, el explorador percute sus propios dedos índice y
medio. La respuesta obtenida es la flexión digital, la cual también se observa con la percusión de la
región central del carpo en el dorso de la mano por encima de la interlínea articular de la muñeca
(reflejo carpofalángico de Bech-terew) o con la percusión del pulpejo de los dedos con la mano en
supinación y dedos semiflexionados (reflejo de Rossolino en la mano) o en su base (reflejo de
Trömner-Grigorescu). Son signos de piramidalismo.
12. Signo del arco (Grigorescu), El examinador, teniendo la mano del paciente en supinación, con
los dedos flexionados, percute con su mano derecha, mediante pequeños y repetidos golpes, la
base de los dedos del enfermo.
En los sujetos sanos, solamente se comprueban los movimientos normales provocados por los
golpes. En los enfermos del fascículo piramidal, se obtiene un movimiento en arco de los de dos,
es decir, que la citada percusión determina un rápido movimiento de extensión, seguido de la
vuelta a la posición inicial de flexión. El examinador comprueba así el proceso, que semeja la
extensión rápida del arco que arroja una fecha,
La percusión con un martillo también lo produce, pero en forma menos ilustrativa. Significa lesión
de la vía piramidal.
13. Reflejo de flexión palmar (Jiménez-Diaz), Consiste en la flexión de los dedos, determinada por
la percusión de la región central del carpo en el dorso de la mano, por encima de la interlinea
particular de la muñeca. Indica lesión de la vía piramidal por encima del engrosamiento cervical.
Todos los reflejos de estirpe piramidal que se estudian en la mano se sensibilizan comprimiendo
con fuerza el brazo con el manguito de un oscilómetro durante unos segundos.
14. Reflejo mediopubiano (de Guillain y Ala- jouanine). Con el enfermo en decúbito dorsal, con
ambas piernas flexionadas y algo separadas, se percute la sinfisis púbica; la respuesta es la
contracción de los músculos abdominales y aductores del muslo. También vale colocar la mano
plana encima de la región lateral del abdomen y percutir con el martillo encima de los dedos; se
nota la respuesta muscular debajo de la mano.
Este fenómeno normal puede ser muy débil o casi abolido, en la atonía de la pared abdominal. Su
exaltación con abolición simultánea del reflejo cutáneo abdominal es un signo evidente de lesión
por encima del sexto segmento dorsal. La abolición de ambos reflejos indica que la lesión se halla
por debajo de este nivel.
15. Reflejo del cuádriceps (o del tendón rotuliano). Se traduce por una extensión de la pierna
sobre el muslo. Existen varias técnicas para su investigación. Si el enfermo puede levantarse, se le
hace sentar en una silla no muy alta, con los pies apoyados sobre el suelo y presionando
ligeramente; la percusión del tendón rotuliano provoca la brusca contracción del cuádriceps y la
consiguiente «patada» (primera imagen). En el caso de que la respuesta del cuádriceps no sea muy
llamativa, mientras se golpea con el martillo el tendón rotuliano, la mano izquierda del médico,
colocada sobre el muslo, aprecia fácilmente la contracción del cuádriceps crural (segunda imagen).
Si el paciente está extremadamente a la defensiva, se le invita a realizar una maniobra de
distracción, consistente en engarzar las manos y tirar fuertemente hacia fuera, en el momento del
tirón se percute el tendón rotuliano siendo la respuesta sumamente efectiva (tercera imagen). Si
el paciente está encamado, levantaremos y semiflexionaremos el miembro a investigar, pasando
por debajo del antebrazo, cuya mano irá a apoyarse sobre el muslo del lado opuesto. Justman ha
descrito un método útil para buscar este reflejo; el enfermo, acostado, flexiona el miembro con un
ángulo muy abierto; el pie reposa sobre el talón; el observador coloca su mano izquierda sobre la
cara anterior de la pierna bajo la rodilla del sujeto y le recomienda que presione ligeramente
contra ella; a continuación, se percute el tendón rotuliano.
Este reflejo, cuyo centro reflexógeno se encuentra en L2-1.4, está ausente en la tabes (signo de
Westphall), en la compresión de la raiz L4, en algunos casos de triquinosis y en el sindrome de
Addie, y se exalta en las lesiones de la vía piramidal y en la neurosis de angustia, Es pendular (es
decir, describe una serie de oscilaciones después de ser golpeado y antes de quedar inmóvil) en la
hipotonía cerebelosa y en la corea.
16. Reflejo del tríceps sural (o del tendón aquíleo). La contracción refleja de este músculo realiza
un movimiento de flexión plantar del pie (figura10-11). Se facilita la respuesta con el pie en ligera
flexión dorsal y el tendón de Aquiles tenso, Existen varias técnicas para su búsqueda:
a) Enfermo en decúbito ventral (prono). Con la pierna que se examina levantada en ángulo recto.
El explorador percute el tendón de Aquiles, mientras que con la otra mano presiona sobre la punta
del pie flexionándolo dorsalmente.
b) Enfermo en decúbito dorsal (supino). Pierna semiflexionada con la rodilla descendida cerca del
plano de la cara. Se percute el tendón de Aquiles con el pie en ligera flexión dorsal.
c) Enfermo de pie. Con la rodilla de la extremidad que se explora flexionada sobre una silla; así se
logra mejor respuesta que arrodillado por completo en el borde de la cama o en una silla frente a
su respaldo.
Este reflejo no se presenta en la tabes dorsal (incluso antes que la desaparición del rotuliano),
ciática radicular por compresión de S1, diabetes (31,2 %), mixedema (20 %), obesos no diabéticos
(8 %), triquinosis. Centro reflexógeno: S1-52.
El reflejo del tríceps sural también se puede obtener percutiendo con un martillo de reflejos la
parte media de la planta del pie. En este caso, la respuesta obtenida es una contracción de los
músculos flexores de los dedos, conjuntamente con la extensión del tríceps sural (reflejo medio
plantar, de Guillain y Barré).
17. Reflejo cuboideo de Mendel-Bechterew. La percusión del dorso del pie en la región cuboidea
determina normalmente la extensión dorsal de los últimos cuatro dedos. En las lesiones de la vía
piramidal, estos dedos se flexionan.
18. Reflejo de Rossolimo en el pie. Flexión del dedo gordo al percutir la planta a nivel del surco
metatarsofalángico. Traduce una lesión de la vía piramidal en su trayecto medular. Según
Rimbaud, en la esclerosis múltiple puede preceder al reflejo plantar en extensión.
Son el resultado de un estímulo ejercido sobre la piel o mucosas. Anatómicamente son de mayor
complejidad que los profundos, debido a que su centro reflexogeno se encuentra, en la corteza
cerebral, con el fascículo piramidal como vía eferente.
4. Reflejo cremasterico se rasca con un alfiler la cara anterointerna del muslo; el testículo del
mismo lado se eleva y al propio tiempo, pero menos visiblemente, se produce contracción de la
pared abdominal por encima del arco crural correspondiente. centros reflejos segmentarios: L1-L2
6.Reflejo glúteo pinchando la piel de la nalga, o estimulandola con la punta de un alfiler que se
desliza sobre dicha región, aparece una contracción de las masas musculares glúteas. Centro
reflexogeno medular: s1
7. Reflejo anal el enfermo en decúbito dorsal en la posición genupectoral, y rascando con un alfiler
a un centímetro de las márgenes del ano, el esfínter se contrae. Este reflejo está abolido en las
lesiones de la médula sacra. Centro reflexogeno medular: S3
8. Reflejo plantar sujeto en posición supina y el miembro inferior extendido. Se estimula con
lentitud la superficie lateral de la planta del pie y el arco transversal con un solo movimiento con
una varilla aplicadora. Se produce la flexión plantar de los dedos. Centro reflexogeno: s1 y s2,
según kroll:
A) arreflexia plantar. explorando el reflejo con técnica correcta no se obtiene respuesta alguna.
Puede ser unilateral o bilateral. La planta muda unilateral se observa en la anestesia periférica de
la planta del pie, en las tabes, en el histerismo, etc. La arreflexia plantar bilateral no tiene valor
semiológico unívoco; unas veces es una reflexión secundaria a neuropatía de teología exógena;
otras veces al contrario, aparece en sujetos por lo demás sanos, y es tan antigua como el individuo
mismo.
B) inversión del reflejo plantar en vez de la reflexión dorsal cómo se produce la extensión o
flexión dorsal, sobre todo del dedo gordo, y en forma primaria, o sea, sin producirse antes flexión
plantar de los dedos; la mayor parte de las veces, la extensión del dedo gordo se hace con mucha
lentitud y, a menudo, persiste tonicamente. En los niños cómo se producen cruzó la separación en
abanico de los otros dedos. Se conoce como signo de babinski.
C) signo del abanico. Se caracteriza por la dorsiflexión del dedo gordo, con abducción o separación
extrema de los demás. su valor semiológico es notorio. Afirme un síndrome congénito distócico o
heredogenerativo, mención amplia y difusa del córtex premotor.
D) reflejo en prensión forzada. Su conocimiento es útil, ya que puede dar la apariencia engañosa
de un reflejo plantar normal.la estimulación de la planta del pie de término movimiento de
reflexión plantar lento, completo y persistente todos los dedos del pie, Como si estás quisiera
aprehender la varilla estimuladora. Por otra parte su carácter masivo y su lentitud lo diferencian
del reflejo plantar normal.
9. Reflejos arcaicos. Se han descrito una serie de reflejos, llamados arcaicos, prefrontales, de línea
media, etcétera., Con la pretensión de relacionarlos con el grado de afectación de las funciones
superiores del psiquismo. en realidad, para que adquieran presencia, es preciso una disfunción
cerebral cortical difusa o focal de los lóbulos frontales, y no todos los descritos tienen la misma
credibilidad, cómo demuestran jenkyn y colls. General, están presentes en los recién nacidos y
desaparecen a medida que se desarrolla la sustancia gris, pero en los síndromes con deterioro
intelectual pueden ser los signos más precoces por la desintegración de la corteza cerebral:
A) reflejo nucocefalico (Jenkyn). Permaneciendo el paciente sentado y con los ojos cerrados se
gira bruscamente los hombros de la derecha e izquierda. Normalmente, la cabeza permanece
mirando de frente, en el caso que siga la dirección del hombro, el reflejo está desinhibido y, por lo
tanto, es patológico. Debe descartarse la existencia de cervicoartrosis, debido a que puede dar una
respuesta positiva falsa al girar la cabeza como un bloque con el hombro.
C) Reflejo de succión ( Schlenzinger). Explorador sitúa entre los labios del paciente El nudillo del
dedo índice en caso de anormalidad por desinhibición, protruye los labios o intenta succionarlo
D) reflejo perioral visual y táctil un objeto no extraño pero si poco familiar para el paciente, se le
acerca en pleno campo visual: en caso de liberación, abre la boca persiguiéndolo con la mirada.
Rozando con el dedo a las mejillas del paciente si existe liberación táctil, dirige la comisura labial
abriendo la boca hacia el lado estimulado.
E) reflejo palmomentoniano. Se indica al paciente que permanezca quieto y miren la nariz del
observador. en esta situación se rasca enérgicamente con la uña del pulgar la región del enfermo
10 veces consecutivas observándose en cada una de las estimulaciones una contracción de la
musculatura del mentón del lado correspondiente al rascado. En caso de normalidad, las
contracciones deben desaparecer antes de la sexta estimulación. en caso patológico además de
persistir la zona reflexogena puede extenderse al antebrazo.
F) reflejo pilocomentoniano. Idéntico al anterior, pero con la estimulación en el pulpejo del dedo
pulgar.
La motilidad automática y asociada están bajo la regulación directa del sistema extrapiramidal.
A) Fenómeno de la flexión combinada del tronco y del muslo consiste en que cuando el enfermo
hemipléjico, en decúbito dorsal, trata de flexionar su tronco sobre los muslos cómo obtiene la
extensión de todo el miembro inferior paretico que se eleva el plano de la cama
B) fenómeno del tibial anterior se indica enfermo, en decúbito dorsal, que levante el miembro
parético mientras el observador coloca su mano sobre el para oponerse al movimiento. Se obtiene
la contracción persistente del tibial anterior es también una sincinesia de coordinación
e) Fenómeno de Souques. Al levantar todo lo posible el brazo hemiparético, los dedos de la mano
se colocan en extensión y se separan, por contraerse sincinéticamente, con esta elevación del
brazo, los interóseos dorsales de la mano (figura 1013 A).
d) Fenómeno de Magnus y Klein. Al hacer girar la cabeza hacia el lado contrario al de la
hemiplejía, el brazo parético (fig. 1013 B; representa ser el izquierdo) se flexiona y prona su mano,
en tanto que el brazo sano se hiperextiende y supina. Se observa en la enfermedad de Little.
e) Prueba de Raimiste. Cuando se hace oposición a la abducción o a la aducción de] muslo del lado
sano, el muslo paralizado ejecuta el movimiento impedido (fig. 1013 C). O Signo de Wartenberg La
flexión activa de los dedos alrededor de un cilindro (bastón) da como respuesta la flexión y
oposición del pulgar.
F) Signo de Wartenberg La flexión activa de los dedos alrededor de un cilindro (bastón) da como
respuesta la flexión y oposición del pulgar.
2. Reflejos de defensa. Señalan la exaltación del automatismo medular reflejo como consecuencia
de la abolición de la acción frenadora, que la corteza cerebral ejerce por medio del haz piramidal.
De ahí que se les conozca también con el nombre de reflejos de «automatismo medular». De una
manera general se observa en algunos comas, en la paraplejia espasmódica por compresión
medular o por lesiones transversas medulares y en la seccion medular completa, una vez pasada la
fase incial de shock, etcétera. Estos movimientos son tanto más llamativos cuánto que el paciente
es incapaz de realizar actos voluntarios, carece de sensibilidad y puede tener los reflejos
tendinoperiosticos abolidos:
a) Reflejo de triple flexión estimulando la planta del pie como cuando se examinar el reflejo
plantar, pinchando o pellizcando el dorso del pie o de la pierna, o flexionando o extendiendo
fuertemente el dedo gordo, se produce un fenómeno de triple flexión
b) Reflejo de los alargadores Consiste en la extensión de todos los segmentos de los miembros
inferiores cuando el estímulo nocivo se aplica en la parte proximal del miembro.
4. Rodete idiomuscular. El rodete idiomuscular es una contracción muscular local que se provoca
por medio de una intensa percusión sobre el músculo. Para comprobar su existencia, se tensa al
máximo la piel situada sobre el bíceps braquial entre el dedo índice y el pulgar de la mano
izquierda. A continuación, con el martillo de reflejos, se realiza una percusión rápida e intensa
sobre el bíceps. En caso positivo se contrae el músculo en el punto de la percusión. Este fenómeno
se ve y palpa en los casos manifiestamente positivos. Cuando su intensidad es más reducida
resulta simplemente perceptible. La reacción también es patente a nivel del pectoral mayor y,
sobre todo estando el enfermo arrodillado en una silla, a nivel del borde carnoso del gemelo
interno.
El análisis electromiográfico del rodete idiomuscular permite reconocer una descarga local
repetitiva de las fibras musculares afectadas por la percusión. Como causa de la descarga
repetitiva, podría entrar en consideración una despolarización desencadenada por la mala
nutrición del músculo. La contracción idiomuscular es intensa en casos de hipotonía muscular
(tabes, corea, enfermos cerebelosos, etc.) y se aprecia en la enfermedad de Steinert a la altura de
la lengua.
Entendemos por tono muscular, una contracción permanente, involuntaria, de grado variable, no
fatigante, de carácter reflejo, encaminada, ya a conservar una actitud, ya a mantener dispuesto el
músculo para una contracción voluntaria subsiguiente; puede definirse, pues, «como la
involuntaria tensión permanente del músculo que está voluntariamente relajado». Su mecanismo
íntimo no es bien conocido; lo único que cabe afirmar es que esta función es regida por el sistema
nervioso, ya que un músculo denervado pierde su tono y, en todo momento, su intensidad guarda
relación con múltiples incitaciones, reflejas o sincinéticas, que la refuerzan o disminuyen.
La contracción muscular refleja por el estiramiento pasivo del músculo o del tendón, puede
provocar:
1. Corteza cerebral (sobre todo las áreas 4s, 8). Con neto carácter inhibidor. Su lesión motiva la
hipertonía piramidal o contractura.
3. Neocerebelo (hemisferios). Actúa en igual sentido, pero con menor intensidad, sobre los
miembros.
Hipotonías
Hipotonías transitorias
Las hipotonías transitorias son disminuciones del tono muscular que persisten por un tiempo
limitado. En unas ocasiones, aparecen de modo súbito, extendiéndose a todos los músculos de la
economía, como sucede en la «cataplejía». Cuando a este fenómeno se suma una inhibición del
sistema reticular ascendente, despertador o activador del córtex cerebral, a la hipotonía se agrega
una pérdida súbita de conciencia. El cuadro que aquí describimos recibe en clínica neurológica el
nombre de «catalepsia».
Las hipotonías permanentes son disminuciones, de duración ilimitada, del tono de los músculos,
pudiendo dividirse en dos grandes grupos:
1. Hipotonías permanentes por alteración del mecanismo periferico del tono muscular.
todas las hipotonías que surgen por afectación del arco reflejo miotáctico
2. Hipotonías permanentes por alteración del mecanismo central o de control del tono
muscular. este grupo está constituido por las hipotonías que surgen como resultado de la
alteración de los mecanismos de regulación supraespinal del tono muscular
Hipertonias
Hipertonias transitorias
Tienen, generalmente, carácter paroxístico, y pueden ser fenómenos o localizados.
Fisiológicamente, se interpretan como disfunciones transitorias de los mecanismos centrales de
control del tono muscular, con predominio de las áreas facilitadoras del troncoencéfalo.
Tienen mucha mayor importancia clínica y fisiopatológica. Haciendo excepción de algunas formas
de escasa incidencia, distinguiremos tres tipos importantes:
1. Espasticidad Es una hipertonía permanente que afecta primordialmente los músculos
antigravitatorios de las porciones distales de los miembros y, con preferencia, aquellos
cuya acción es mas voluntaria
2. Rigidez Aumento de la cualidad llamada plástica de la reacción de oposición que el
musculo ofrece cuando es elongado, distendido, de manera pasiva por el observador
3. Rigidez de descerebración. Obedece a la lesión de los penduculos cerebelosos superiores.
Produce en el hombre un cuadro de opistótonos, con hiperextensión de las extremidades,
sobre todo de las superiores.
Distonías
Son estados patológicos en que, de manera alternante, se producen hipertonía e hipotonía. Son
secundarias a lesiones del sistema extrapiramidal, y entre los procesos más frecuentes se
encuentran en el espasmo de torsión y en la atetosis doble
El tono muscular se explora por medio de la inspección, la palpación, la motilidad pasiva y las
pruebas de pasividad.
Inspección
Revela la actitud de los miembros y el relieve que forman las masas musculares. Comparando
partes simétricas, nos daremos cuenta de las anomalías de los perfiles. Los músculos atróficos
abultan menos que los normales, se aplanan por el peso de los tegumentos y por la acción de la
gravedad y, en los miembros levantados, penden como sacos vacíos; en cambio, cuando existe
hipertonía, las masas musculares hacen prominencia, fácilmente visible cuando aquélla es algo
manifiesta.
Palpación
Es un método muy sensible para estimar datos, de anormalidad incipiente, que escapan a la
inspección. Se observará que el músculo es elástico en los casos normales, que tiene una
consistencia aumentada y algunas veces pétrea, en las hipertonías espásticas y que los músculos
hipotónicos se palpan como una masa flácida, fofa, y que bailotean al ser golpeados con el dedo.
Motilidad pasiva
Posteriormente, se ordenará al paciente que esté en el reposo más absoluto posible y que trate de
no colaborar con el examinador, sin por ello oponerse a él. Éste realiza algunos movimientos
segmentarios, comenzando por los miembros, para terminar con el tronco, con flexión,
hiperextensión, rotación hacia ambos lados. En las hipertonías, la amplitud del movimiento es
menor que la normal, y la resistencia opuesta es mayor de lo corriente; en cambio, en las
hipotonías, la amplitud del movimiento es exagerada en muchos casos, al flexionar la rodilla el
talón toca con facilidad la nalga; al levantar extendida la pierna, ésta llega a formar el ángulo recto
o lo rebasa.
Pruebas de pasividad
Se practican con los miembros relajados. El médico coge con ambas manos el antebrazo o la
pierna (el enfermo está acostado) y los sacude con cierta violencia; si hay hipotonía, los
movimientos son más amplios y fáciles que lo normal, y sucede lo contrario en caso de hipertonía.
El enfermo flexiona el antebrazo sobre el brazo, en un ángulo de 90º con los puños cerrados
moderadamente; el médico, situado frente al paciente, da con las palmas de las manos bruscos
golpes de abajo arriba, de manera alternativa, sobre los puños del enfermo, al tiempo que se
observa la amplitud de la excursión en uno y otro lado. Enfermo en pie con los talones juntos. El
médico, colocado detrás, coge con sus manos la cintura del paciente y le imprime rápidos
movimientos de rotación hacia uno y otro lado. El miembro del lado enfermo se mueve más y
tarda en volver a la posición de reposo
La hipotonía muscular se manifiesta también en las pruebas de Mingazzini y Barré que serán
descritas al ocuparnos del llamado «síndrome piramidal deficitario».
En el singular fenómeno denominado «catalepsia», descrito por Babinski, el enfermo conserva
dócilmente, y durante mucho más tiempo de lo normalmente previsible, la posición en que
ponemos sus miembros o su cuerpo, incluso aunque ésta sea extravagante. Se observa en
pacientes con procesos cerebelosos y psicópatas.