Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
31 mayo 2020
"...con su muerte acaba de decirle a nuestro César: He hecho la conquista de mí misma"; de "Antonio y Cleopatra", de
William Shakespeare.
Tenía 39 años. Su cadáver fue momificado y, por orden de Octavio, enterrado junto a Antonio.
Unos 16 siglos después, en su obra "Antonio y Cleopatra", del dramaturgo William Shakespeare, pronunció:
"Ninguna tumba en la Tierra encerrará a una pareja tan célebre".
La ubicación de la tumba de Cleopatra ha sido un enigma durante cientos de años.
Si era tan grandiosa como los informes romanos cuentan, la tumba debería haber dejado su huella en la
arqueología de Alejandría, la gran capital de Cleopatra. Pero nunca se ha encontrado rastro.
Alejandría y sus alrededores generalmente han atraído menos atención que los sitios más antiguos ubicados a
lo largo del Nilo, y la ciudad misma se ha vuelto cada vez más difícil de excavar: hoy, la mayor parte de la
antigua Alejandría está sumergida bajo aproximadamente 20 pies de agua.
Getty
Sin embargo, en 2006 Zahi Hawass, entonces secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de
Egipto, anunció que la tumba de Cleopatra había sido ubicada en un templo en ruinas dedicado a Osiris (la
deidad de la muerte y la resurrección) cerca de la ciudad de Taposiris Magna, a 48 kilómetros al oeste de
Alejandría.
Confusamente, Hawass luego negaría haber hecho el anuncio.
La arqueóloga Kathleen Martínez recibió permiso para excavar en el antiguo templo, pero después de una
década de excavaciones y cientos de hallazgos menores, no se ha hallado una tumba secreta. Martínez, no
obstante, sigue convencida de que el cuerpo de Cleopatra está allí.
Por más que lo investigan, ninguna teoría se acerca a explicar el enigma de Stonehenge.
Construimos nuestra imagen del pasado antiguo a partir de cosas que desenterramos y cosas que imaginamos.
Las historias más antiguas sobre Stonehenge cuentan que un mago llevó las piedras volando desde Irlanda.
Todavía se puede ver la huella de un talón donde el diablo le arrojó uno de los megalitos a un fraile. En otra
piedra, el agua, enrojecida por algas, se acumula como la sangre de las doncellas sacrificadas.
La investigación histórica, al no encontrar ningún registro de la construcción de Stonehenge, trató de fijar el
logro en pueblos antiguos conocidos de otros países: griegos, romanos y daneses de principios de la Edad
Media.
Tal especulación se calmó en 1901, cuando la primera excavación científica en el sitio no expuso nada que no
fuera reconocido como herramientas y escombros de los británicos prehistóricos.
Stonehenge fue una creación de pueblos indígenas neolíticos.
Getty
El argumento luego pasó de quién lo construyó a qué tipo de sociedad fue responsable de ello.
¿Fue el símbolo máximo de una cultura altamente clasificada, un cacicazgo, tal vez, donde los grandes
monumentos eran expresiones de estatus, poder y medios de control? ¿O fue un punto focal en un mundo
igualitario que necesitaba lugares espaciosos para que las personas se reunieran para comerciar, socializar y
participar en rituales y ceremonias comunales?
Los avances en arqueología han cambiado el equilibrio de la investigación en gran medida a favor de la
evidencia de las cosas que desenterramos.
Con nuevas innovaciones científicas, más excavaciones y más arqueólogos haciendo más preguntas, ahora
tenemos significativamente más datos, y más tipos de datos, de lo que podría haber imaginado hace 40 años.
Sin embargo, aún no podemos responder la pregunta: ¿por qué Stonehenge? De hecho, todo lo contrario.
Cuanto más descubrimos, más nos damos cuenta de cuán asombrosamente bien logrado técnicamente es y,
francamente, cuán extraño.
"¡Qué grandioso!" escribió Sir Richard Colt Hoare, un anticuario y arqueólogo británico, cuando contemplaba
Stonehenge en 1810. "¡Qué maravilloso! ¡Qué incomprensible!".
Uno de los grandes logros de la arqueología de los últimos dos siglos ha sido demostrar que Hoare tenía razón:
Stonehenge es verdaderamente incomprensible.
Misterio postulado por Mike Pitts, arqueólogo y autor.
Daisen Kofun, la tumba antigua más grande de Japón, construida en el siglo V, en Sakai, Prefectura de Osaka. Está
oficialmente designada como la tumba del emperador Nintoku.
Dentro de cada uno de los kofun que se han excavado hasta ahora, los arqueólogos generalmente han
encontrado un ataúd de madera enterrado junto a objetos preciosos, que van desde espejos de bronce hasta
armaduras de hierro y espadas finamente forjadas.
Afuera, en las laderas de los montículos, la gente a veces colocaba figuras de terracota como marcadores de
límites.
Conocidos como haniwa, sus diseños pueden ser increíblemente complejos, incluidos bailarines, chamanes,
guerreros, caballos, barcos y pájaros.
Sin embargo, lo que no sabemos sobre el más grande y grandioso de estos túmulos funerarios, el Daisen
Kofun, es la respuesta a la pregunta más importante de todas: ¿quién está adentro?
Este kofun, ubicado en la actual Osaka, fue construido en el siglo V.
Incorporando tres fosos, tiene casi medio kilómetro de largo, 300 metros de ancho y más de 30 metros de alto;
de hecho, este kofun en particular es tan grande que su grandeza y su distintiva forma de ojo de cerradura solo
se pueden apreciar completamente desde el aire.
Getty
Podemos estar muy seguros de que quien yace ahí no es una persona común"
Dado todo esto, podemos estar muy seguros de que quien yace ahí no es una persona común.
Pero en Japón está prohibido excavar cualquier kofun de cierto tamaño y creado en forma de ojo de
cerradura, ya que se cree que estos son los lugares de descanso no solo de los grandes reyes, sino de los
emperadores divinos.
Aventurarse dentro de estas cámaras funerarias sería un sacrilegio, ¿o no?
Esos espectaculares kofun son quizás misterios necesarios: abrirlos significa el riesgo de encontrar algo
dentro que cuestione la historia de la monarquía más antigua del mundo, y ese es un riesgo que los
supervisores de las tumbas, la Agencia de la Casa Imperial, simplemente no pueden darse el lujo de asumir.
Misterio postulado por Christopher Harding, profesor titular de Historia asiática en la Universidad de Edimburgo.
Además de no poder decodificar el contenido del manuscrito, los académicos tampoco saben quién lo creó,
o por qué eligieron hacerlo aparentemente indescifrable.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
Mansa Musa I, la olvidada y fascinante vida de "la persona más rica de la historia"
Pie de foto,
El imperio de Malí llegó a ser tan grande e influyente que hasta apareció en el Atlas catalán o Mapamundi de los Cresques,
que cubría el mundo conocido por los europeos en el siglo XIV. En la parte inferior, con corona y una moneda de oro, su
cetro y trono, aparece Mansa Musa.
Al principio de su reinado, Abu Bakr patrocinó un audaz intento de navegar a través del Océano Atlántico
financiando la construcción de una gran armada, con cientos de barcos.
Una vez que la flota estuvo completa, se despidió de sus almirantes, diciéndole a sus capitanes que no volvieran
a las costas de Malí hasta que hubieran navegado con éxito a los confines del Atlántico.
Cuando solo una embarcación logró regresar a casa, lamentó lo dicho. Pero no se dio por vencido.
Dejando a su lugarteniente de confianza, Mansa Musa, a cargo de la administración de su imperio, en 1312 lo
intentó de nuevo. Esta vez, él personalmente dirigió la expedición, y zarpó con una armada aún más grande de
miles de barcos completamente cargados.
Ni el emperador ni sus naves fueron vistos nunca más.
Muchos todavía creen que cruzó con éxito el Atlántico para fundar un nuevo estado maliense, pero
lamentablemente, más allá de un puñado de hermosas canciones que recuerdan el viaje, no hay pruebas
concretas de esto.
Getty
Si bien es posible que no sepamos definitivamente qué sucedió con la flota de Abu Bakr, el legado de su
ambición desenfrenada cambió fundamentalmente la naturaleza del proyecto imperial maliense.
Mansa Musa, quien lo sucedió, no compartía la fijación de Abu Bakr con el crecimiento del imperio mediante la
adquisición de nuevas tierras, la construcción de un ejército incomparable y el fortalecimiento de las
asociaciones comerciales.
Su tiempo lo dedicó a superar un tipo de límite diferente.
En la ciudad maliense de Tombuctú, Mansa Musa defendió un proyecto infundido con el espíritu emprendedor
de su predecesor: decidió construir el mayor centro de investigación intelectual que el mundo había visto.
Ambos hombres intentaron alterar el sentido de identidad de Mali, pero la respuesta a si Abu Bakr lo logró
radica, sin duda, en encontrar su flota perdida.
Misterio postulado por Gus Casely-Hayford, historiador cultural y director de V&A East, que se inaugurará en 2023.