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Enfermería Quirú rgica

IV. Etapa quirúrgica


4 1 periodo preoperatorio.

4 2 periodo trans operatorio.

4 3 periodo post operatorio.

La técnica de lavado de manos en los 3 tiempos quirúrgicos

El primer tiempo quirúrgico de la charola de mayo.

Alumno: Ricardo Jesús Velueta Chiu

Docente: Fatima Granados Moreno

Escuela: INICISA

Grado: 4to

Turno: Matutino
Etapa Quirúrgica

4.1 Periodo Preoperatorio


Se define como preoperatorio al: “Periodo que comprende el estudio y preparación
del enfermo para la intervención quirúrgica”. El mismo empieza con la entrevista
inicial del cirujano con su paciente, que viene a representar uno de los momentos
estratégicos de la relación. Termina el preoperatorio al iniciarse la anestesia en la
sala de operaciones, momento en el que se inicia el transoperatorio.

El estudio del paciente quirúrgico tiene la finalidad de llegar a un diagnóstico


integral, que incluye tanto el conocimiento exacto de la patología quirúrgica que
será tratada mediante cirugía, como del estado clínico general del enfermo, pues
además de la “hernia”, posiblemente sea portador de una cardiopatía, de diabetes,
o de un mal de Parkinson, o cualquier otra enfermedad agregada o intercurrente.

Hay que recordar que, además del manejo que se vaya a realizar del
padecimiento propiamente de orden quirúrgico, el enfermo debe ser tratado de la
enfermedad asociada, que deberá ser controlada antes o durante la cirugía de
acuerdo con la circunstancia en particular.

No debe olvidarse que durante la entrevista, cirujano y enfermo se valoran de


manera mutua, es decir recíprocamente. La conducta del cirujano es tan
importante para el paciente, como las palabras que elige para explicar cuál será el
curso de su acción. Por lo tanto, la valoración preoperatoria comienza desde el
primer momento del encuentro y continúa hasta que se termina el tratamiento
integral, pre, trans y posoperatorio.

Durante la entrevista inicial, el cirujano debe recurrir a todos los conocimientos que
puedan ser necesarios, con objeto de influir de manera favorable en su paciente y
prepararlo adecuadamente, tanto física como psicológicamente para la
intervención quirúrgica.

El conocimiento del paciente por parte del cirujano comienza con la elaboración de
la historia clínica, que incluye dos grandes capítulos: interrogatorio y exploración
física.

El interrogatorio comprende:

 Ficha de identificación
 Antecedentes heredofamiliares
 Antecedentes personales no patológicos
 Antecedentes patológicos
 Padecimiento actual
 Interrogatorio por aparatos y sistemas
 Síntomas generales y terapéutica empleada
 Estudios previos

Por otra parte, la exploración física debe incluir:

 Signos vitales y antropometría


 Exploración general

Exploración sistematizada de:

 Cabeza
 Cuello
 Tórax
 Abdomen
 Extremidades
 columna vertebral
 cavidades: bucal, vaginal, rectal y conducto auditivo externo

Esto se lleva a cabo con los procedimientos clínicos tradicionales de inspección,


palpación, percusión y auscultación.

El interrogatorio puede ser directo (si la información se obtiene del paciente) e


indirecto (cuando la información procede de un familiar o amigo del enfermo), y el
primer paso consiste en recabar sus datos personales a través de la ficha de
identificación, como son:

 Nombre
 Sexo
 Edad
 Estado civil
 Religión
 Ocupación
 Lugar de nacimiento
 Lugar de residencia
Exámenes y consultas antes de la cirugía
Su cirujano necesita asegurarse de que usted esté listo para su cirugía. Para
hacer esto, usted tendrá algunos chequeos y exámenes antes de la cirugía.

Muchas personas diferentes en su equipo quirúrgico pueden hacerle las mismas


preguntas antes de la cirugía. Esto es porque su equipo necesita recopilar toda la
información que le brinde los mejores resultados de la cirugía. Trate de ser
paciente si le hacen las mismas preguntas más de una vez.

Chequeo preoperatorio
Preoperatorio es el tiempo previo a su cirugía. Esto significa "antes de la
operación". Durante este tiempo, usted se reunirá con uno de sus médicos. Puede
ser su médico cirujano o su médico de atención primaria.

Este chequeo generalmente debe hacerse durante el mes previo a la cirugía. Esto
les da tiempo a los médicos para tratar cualquier problema de salud que usted
pueda tener antes de la operación.

Durante esta visita, se le preguntará acerca de su salud durante años. Esto se


llama "tomar su historia clínica". Su médico también le hará un examen físico.

Si consulta a su médico de atención primaria para su chequeo antes de la cirugía,


asegúrese de que el hospital o el cirujano reciban los informes de esta visita.

Algunos hospitales también le solicitarán tener una conversación telefónica o


reunirse con el personal de enfermería encargado de la anestesia pre operatoria
antes de la cirugía para analizar su estado de salud.

Es posible que usted también se entreviste con su anestesiólogo la semana antes


de la cirugía. Este médico le administrará el medicamento que lo hará dormir y no
sentir dolor durante la operación.

Consultas con otros médicos


El cirujano necesitará constatar que otras afecciones que usted pueda tener no
ocasionarán problemas durante la cirugía. Entonces es posible que usted deba
visitar:
 Un médico especializado en el corazón (cardiólogo), si usted es mayor de
55 años, tiene un historial de problemas cardíacos (o miembros de la familia
con problemas del corazón), fuma en exceso, tiene hipertensión arterial o
diabetes, o no está en forma y no puede subir escaleras.
 Un diabetólogo (endocrinólogo), si tiene diabetes o si su examen de nivel
de azúcar en la sangre en la consulta preoperatoria fue alto.
 Un médico experto en el sueño, si tiene apnea obstructiva del sueño, la cual
provoca asfixia o suspensión de la respiración cuando uno está dormido.
 Un médico que trate trastornos sanguíneos (hematólogo), si usted ha tenido
coágulos de sangre en el pasado o parientes cercanos que los hayan
tenido.
 Su proveedor de atención primaria para una revisión de sus problemas de
salud, examen, y cualquier prueba que se necesite antes de la cirugía.

Exámenes antes de la cirugía


El cirujano puede decirle que necesita algunos exámenes antes de la cirugía.
Algunos de ellos son para todos los pacientes quirúrgicos. Otros se realizan sólo si
usted está en riesgo de ciertas enfermedades.

Algunos exámenes comunes que el cirujano le solicitará hacerse si no se los ha


hecho recientemente son:

 Análisis de sangre, como un conteo sanguíneo completo (CBC) y análisis


del riñón, el hígado y el azúcar en la sangre
 Radiografía de tórax
 Electrocardiograma (ECG), para chequear su corazón

Algunos médicos o cirujanos también le pueden pedir que se haga otros


exámenes. Esto depende de:

 Su edad y salud general


 Riesgos o problemas para la salud que usted pueda tener
 El tipo de cirugía que le van a hacer

Estos otros exámenes pueden abarcar:


 Exámenes para observar el revestimiento de los intestinos o el estómago,
como colonoscopia o una endoscopia de vías digestivas altas
 Prueba de esfuerzo cardíaco u otras pruebas para el corazón
 Pruebas de la función pulmonar
 Exámenes de imagen, como una resonancia magnética (RM), una
tomografía computarizada (TC) o una ecografía.

Verifique que los médicos que le realicen los exámenes preoperatorios le envíen
los resultados a su cirujano. Esto ayudará a evitar que la cirugía se retrase.

4.2 Periodo transoperatorio.

Definición
Periodo durante el cual transcurre el acto quirúrgico y en el que se efectúa una
serie de cuidados y controles que tienen como finalidad mantener al paciente en
un estado lo más cercano posible a la homeostasis (equilibrio o estabilidad
orgánica en las constantes fisiológicas).

Límites
Se inicia con la inducción o administración de la anestesia y termina cuando el
cirujano aplica el último punto de sutura o, en su caso, da por concluida la
intervención.

División
Transoperatorio quirúrgico. Se refiere a los aspectos técnicos que realiza el
cirujano.

Transoperatorio anestésico. Se trata más adelante en este capítulo; por ahora sólo
se indica que comprende todo un sistema de vigilancia, que de acuerdo con el
riesgo quirúrgico y anestésico, puede clasificarse fundamentalmente en dos
sistemas:
1.- Sistema transoperatorio de control para intervención quirúrgica en paciente de
bajo riesgo (CBR).

2.- Sistema transoperatorio de control para intervención quirúrgica en paciente de


alto riesgo (CAR).

Control de bajo riesgo (CBR)

Incluye cuatro aspectos básicos: a) control respiratorio; b) control circulatorio; c)


control neurológico, y d) control de líquidos y electrólitos.

Control respiratorio

Independientemente de la técnica anestésica suministrada (local, regional o


general), el paciente debe someterse a un estricto control de la función vital, que
es la respiración. Aquí se entiende por función respiratoria a un todo, desde la
permeabilidad de las vías respiratorias superiores, la llegada de oxígeno al alveolo
y el intercambio alveolocapilar, hasta su transporte por la sangre y el intercambio
celular O2-CO2 en el lecho capilar, así como el transporte del dióxido de carbono
a los pulmones para ser eliminado.

De esta manera, deben vigilarse los siguientes aspectos:

 Permeabilidad de vías respiratorias.


 Frecuencia respiratoria.
 Administración de O2 a la concentración requerida.
 Ventilación asistida: a través de mascarilla o por cánula endotraqueal con
presión positiva intermitente, ya sea manual por el anestesiólogo o
mecánica por medio de un ventilador de presión, volumen o tiempo.

Para garantizar la permeabilidad de las vías respiratorias es necesario contar


siempre con dos sistemas de aspiración: el eléctrico y el central de vacío,
instalado en todas las salas de operaciones.
Del mismo modo, habrá de disponerse de los recursos para llevar a cabo la
intubación endotraqueal mediante laringoscopio de Macintosh y cánulas
traqueales de Rusch, Portex o Magill.

A este respecto, conviene recordar que es condición sine qua non efectuar la
intubación endotraqueal en toda anestesia general por breve que ésta sea.

Cuidados transoperatorios
En esta etapa el objetivo general de la asistencia de enfermería, está enfocada a
facilitar la intervención quirúrgica para que transcurra en forma exitosa, sin
incidentes y procurando la seguridad del paciente en todo momento.

Ingreso a la sala: Es necesario (a pesar de la visita preoperatoria), presentarse de


forma breve, tratando de ganarse la confianza y provocar un ambiente de
tranquilidad y seguridad.

 Identificación
 Preguntar el nombre.
 Corroborar datos en el brazalete de identificación.
 Revisión del expediente clínico, Consentimiento informado, Hoja quirúrgica,
resultados de exámenes de laboratorio y radiológicos.
 Checar lista de verificación
 Conformar la técnica quirúrgica a realizar.

Otros:

 Garantizar la información y la instrucción preoperatoria


 Localización y verificación de la intervención
 Monitorizar la seguridad ambiental
 Comprobar el funcionamiento del equipo
 Proveer las medidas de comodidad y seguridad del paciente
 Colocar al paciente según procedimiento
 Monitorización psicológica y fisiológica del paciente
 Comunicar la información intra operatoria requerida en base a normatividad
 Procedimientos básicos según la función de enfermería
Para poder realizar la intervención se inicia con lo que se llama Sedación, recordar
que en este periodo el paciente permanece consciente. Aquí es importante que no
exista ansiedad y que los signos se encuentren estables para pasar a la anestesia,
Los fármacos más comunes son:

 Anestésicos Locales: Lidocaina al 1 o 2%, Procaina y Mepivacaina.


 Anestésicos Intravenosos: Tiopental, Diazepam, Propofol, Ketamina.
 Anestésicos Locales: Protóxido de Nitrógeno, Enflurano, Isoflurano.

Colocación del paciente en la mesa quirúrgica (posiciones)


Una mesa de operaciones está diseñada para proporcionar seguridad y
comodidad, facilitar el acceso, favorecer funciones vitales y evitar lesiones
nerviosas y vasculares.

El personal de enfermería debe conocer los controles de la mesa para la mecánica


del movimiento y la colocación idónea de férulas para brazos y dispositivos de
monitorización, teniendo siempre presente las medidas de protección y seguridad,
así como los posibles riesgos ambientales. Dependiendo del tipo de cirugía será la
posición del paciente y mesa, así tenemos:

 Decúbito dorsal (supina), paciente en decúbito dorsal para


intervenciones quirúrgicas abdominales, de cráneo y cuello, tórax y hombro,
cirugía vascular y algunos ortopédicos.
 Trendelenburg similar a la dorsal, pero las rodillas descansan sobre la
articulación de la mesa, la inclinación de ésta se eleva quedando la cabeza
más baja que el tronco. intervenciones quirúrgicas del abdomen inferior o
de la pelvis.
 Trendelenburg invertido, se encuentra sobre su espalda, mesa inclinada,
queda más elevada la cabeza y los pies se encuentran en un nivel más
bajo. intervención de tiroidectomía
 Fowler postura en decúbito dorsal, la sección superior de la mesa se
eleva, descansando en esta parte la espalda del paciente, quedando
semisentado. Su uso en craneotomías y cirugías faciales, se requiere de un
soporte de cabeza para estabilizar la cabeza.
 Litotomía (ginecológica) posición decúbito dorsal, se usa un cojín kelly o un
hule (antes de situar al paciente en la parte inferior de la mesa para
contrarrestar la humedad y escurrimiento de líquidos), los glúteos
sobrepasan ligeramente la articulación inferior de la mesa, las piernas se
ubican en el soporte (pierneras). usada en a cirugía vaginal, perineal y
rectal.
 Posición prona (decúbito ventral) Se descansa sobre el abdomen, los
brazos se colocan a lo largo de los lados del cuerpo. Intervenciones de la
parte posterior del tórax, tronco o piernas. generalmente se requiere de
almohadillas para evitar presión en las prominencias óseas y permitir la
distensión del tórax al respirar.
 Posición decúbito ventral con apoyo de la cabeza, igual a la anterior con la
variante en cabeza, el rostro se dirige hacia abajo y la frente se apoya en
un soporte especial.
 Jacknife (Kraske, en navaja sevillana), se coloca al paciente en posición
decúbito ventral,separando la mesa en la parte media, formando un
ángulo, en el cual el abdomen queda apoyado, sus brazos se dirigen hacia
la cabecera de la mesa. Se emplea en cirugías rectal y coccígeas.
 Laminectomía (posición prona modificada) es una variante de la posición
decúbito ventral, se colocan almohadillas a nivel del abdomen, piernas y
brazos para evitar la presión de los plexos nerviosos y facilitar la
respiración. Usada para cirugías de laminectomías de columna, torácica o
lumbar.
 Sims: En posición lateral sobre el lado no afectado, brazos extendidos y
pierna flexionada, Se curva la mesa en la parte media y el flanco en el cual
se va a practicar la cirugía, se eleva acomodándose con almohadillas, para
evitar presión de los plexos nerviosos. Empleada para cirugías de riñón,
uréteres y pulmón. El paciente se coloca lateralmente sobre el lado no
afectado, con los brazos extendidos, con la pierna flexionada.

La Mesa ortopédica se encuentra diseñada para los procedimientos precisamente


ortopédicos y de cadera, su diseño facilita toma de radiografías de control en el
transoperatorio. La colocación de la pierna lesionada del paciente descansa sobre
un soporte similar a una bota, la cual produce tracción (acojinada para proteger el
pie) La pierna sana descansa sobre otro soporte de la mesa.

Colocación de campos quirúrgicos:


Posterior a la disposición del paciente en la posición correspondiente y a la
antisepsia de piel del área, así como la preparación de las mesas, se da inicio a la
colocación de campos, esto es, el acomodo sistemático de sabanas y campos
para establecer el campo estéril (barrera de protección), la cual es colocada
conforme a su confección por cirujano y ayudante o personal de enfermería. Así
tenemos por ejemplo el orden en una cirugía abdominal:
 Sabana de pies
 Campos alrededor del sitio quirúrgico (encuadramiento del área de la
incisión), que se asegura con pinzas (Backhaus).
 Colocación de sábana hendida o fenestrada (su abertura se centra en el
sitio de incisión).

Así que dependiendo de la cirugía se utilizará la ropa adecuada y diseñada para


ello. Actualmente se cuenta con campos adheribles (que tienen una capa de
plástico adhesiva) a la piel y en varias Instituciones se ha optado por el uso de
ropa desechable.

Acto Quirurgico

Generalmente los nosocomios cuentan con unidades electroquirúrgicas, las cuales


pasan corrientes a través de tejidos sin el estímulo a músculos o nervios. Su
resultado es la aplicación de calor, se usa en mayor o menor grado en todas las
especialidades, por ello el conocer su manejo y funcionamiento se vuelve
importante.

Durante la fase intraoperatoria el mantenimiento de la seguridad y la vigilancia


fisiológica del paciente son parte primordial de la atención. En cuanto al enfermero
(a) quirúrgico (a) dentro de sus competencias debe colaborar plenamente en
minimizar los riesgos potenciales y apegarse a normas establecidas.

Algo importante que a veces se olvida es mantener a los familiares informados.

 Recuento de gasas, compresas, instrumental y agujas.

Como ya lo hemos comentado este procedimiento se realiza cuantas veces se


considere necesario e invariablemente al inicio y al finalizar una intervención antes
de iniciar el cierre, su finalidad es evitar un riesgo innecesario, previsible y
generalmente un problema legal.

En este aspecto no es válido ninguna prisa, primero está la seguridad del paciente
y del evento quirúrgico. El personal de Enfermería es directamente responsable y
legalmente copartícipe.

Para facilitar el conteo el material se va depositando en un recipiente exclusivo y


en un lugar visible, clasificando y separando. De esta forma se facilita el conteo.
La separación es de una en una, asegurando que no se quedan adheridas dos a
la vez. Pueden hacerse paquetes, esto no implica que solo se amontonen pues
ocasiona pérdida de tiempos, movimientos y el riesgo latente de no ser la cifra que
se cree por confusión.

Antes de cerrar un órgano hueco se debe hacer un reconteo y antes del cierre del
plano aponeurótico. El recuento final se lleva a cabo antes del cierre de la incisión
cutánea. Este procedimiento se efectúa en voz audible.

La trama radiopaca implica una medida de seguridad ante situaciones de duda


para su localización.

Cuando se presenta un cambio de turno en un transoperatorio, el recuento debe


ser total, pues quien recibe queda con la responsabilidad de la intervención. Por lo
que también debe quedar registrado.

Revisemos consideraciones específicas:

 Estéril sólo toca estéril. Todos los elementos utilizados dentro de un campo
estéril deben ser estériles.
 Los bordes de un recipiente estéril no se consideran estériles una vez
abiertos (ejemplo: la jeringa debe caer en el campo estéril no la podemos
tocar).
 Una barrera estéril que ha sido penetrada (por ejemplo, con una aguja u
objeto punzocortante) debe considerarse contaminada.
 Las superficies cubiertas con paños estériles sólo son estériles en su
superficie.
 Las batas se consideran estériles por delante, desde el hombro hasta el
nivel de la mesa, las mangas entre el puño y 5 cm. por encima del codo.
 Los elementos de esterilidad dudosa, en automático se consideran
contaminados.
 El campo estéril debe ser creado lo más cerca posible del momento de uso.
 Las áreas estériles se mantienen continuamente a la vista.
 El movimiento en el campo estéril y alrededor no debe contaminar el
campo.
4.3 POST-OPERATORIO
Es el período que transcurre entre el final de una operación y la completa
recuperación del paciente, o la recuperación parcial del mismo, con secuelas.
Pudiendo, en caso de fracasar la terapéutica finalizar con la muerte.

Convalescencia: es el período en que se producen procesos que tienden a


devolver la salud al organismo después que este sufre una agresión, es la
respuesta del organismo y sus manifestaciones, signos y síntomas.

El post-operatorio se divide en cuanto al tiempo que ha transcurrido desde la


operación, en:

Inmediato: en el que se controlan los signos vitales, tensión arterial, pulso,


respiración, esto implica valorar la permeabilidad de las vías aereas para descartar
cualquier tipo de obstrucción.

También en este período se prestará atención a la aparición de hemorragia tanto


interna como externa (que se evidencia en un aumento del sangrado a través de
los drenajes o de la herida operatoria, o como hematemesis, enterorragia,
hematuria) que repecutirá en la frecuencia de pulso y en los valores tensionales.

La respuesta diurética inicial permitirá obtener información adicional sobre el


estado hemodinámico, hidratación y la eventual presencia de un fallo renal agudo.

Mediato: Se prestará atención al control de los desequilibrios, diuresis, fiebre,


alteraciones hidroelectrolíticas, comienzo de la función intestinal.

Alejado: En este período se prioriza el control de la evolución de la cicatrización,


así como la evolución de la enfermedad tratada.

La duración está determinada por la clase de operación y por las complicaciones.

La respuesta metabólica a un traumatismo quirúrgico de moderada magnitud


(cirugía mayor abdominal, torácica, etc.) no complicado, presenta variaciones
individuales importantes.
Durante las primeras 48 horas del postoperatorio se observa un aumento de las
catecolaminas urinarias que se vincula a numeroso s factores relacionados con la
intervención quirúrgica (temor, dolor, hipoxia hemorragia y anestesia). Este
incremento de la actividad adrenocorticoidea se expresa mediante una
disminución en el recuento de eosinófilos, un estado antinatriurético y un
incremento del catabolismo nitrogenado.

Simultáneamente con la tendencia a la retención salina suele observarse un


estado antidiurético caracterizado por una disminución del volumen urinario.

Si la administración de agua ha sido excesiva durante este período se produce un


incremento del peso corporal y una hiponatremia por dilución, que expresa un
balance positivo de agua, con caida de la tonicidad intra y extracelular.

Este estado sería debido a un aumento de la actividad de hormona antidiurética y


de la actividad adrenocorticoidea.

La diuresis aumentada que suele presentarse 3 o 4 días después de la operación


pone clínicamente en evidencia este balance hidrosalino positivo existente en la
primera etapa.

Una vez realizada la primera evaluación clínica y ejecutado el tratamiento


correspondiente se debera confeccionar el plan terapéutico para las primeras 24
horas. Durante este período la agresión postquirúrgica determina la presencia de
ileo paralítico que hace desaconsejable utilizar la vía enteral para cubrir las
necesidades hidroelectrolíticas y calóricas.

El plan de hidratación parenteral debe ser confeccionado mediante la estimacion


de las necesidades metabolicas y las pérdidas al exterior. Las pérdidas
hidroelectrolíticas dependen de la diuresis y las perdidas insensibles.

Conociendo la existencia de un estado antidiurético postoperatorio debera evitarse


estimaciones excesivas de este volumen que puede oscilar entre los 700 y 1400
ml.

Las pérdidas insensibles son en condiciones normales alrededor de 600 a 1000


ml, a las que deberá adicionarse las pérdidas hídricas que pueden ocurrir por otras
vías (sondas nasogástricas, drenajes, etc.).

Los requerimientos electrolíticos, si no existen déficit previos, deben contemplar la


reposición de sodio y de potasio, fundamentalmente.

Las necesidades diarias de sodio son de 75 a 100 meq.


La reposición de potasio implica suministrar una cantidad equivalente a los
ingresos de una dieta normal (60 a 100 meq/24 Hs)

La adecuación de la reposición de sodio y potasio debe ser hecha de acuerdo a


los niveles séricos y al control de los egresos, de acuerdo a cantidad y calidad de
las pérdidas.

Dentro del plan de hidratación parenteral debe contemplarse la corrección de los


eventuales trastornos del equilibrio ácido-base.

Puede darse la presencia de una alteración ácido-base vinculada al traumatismo


quirúrgico y sin una causa que la perpetue, o por el contrario, el enfermo puede
venir del quirófano equilibrado y presentar una patología que en las próximas
horas de evolución determine un trastorno ácido-base, tales como alteraciones
respiratorias o metabólicas vinculadas a trastornos de perfusión o hipoxemia.

Otra posibilidad de desequilibrio puede ser debida a una pérdida digestiva de H+ o


COH3–, que provocará una alcalosis o acidosis metabólica, que podremos evitar
mediante una reposición ácida o alcalina acorde al ritmo de las pérdidas.

Otra causa de reducción del flujo urinario, pero ya no por obstrucción a nivel del
sistema excretor, es la Insuficiencia Renal Aguda, que clinicamente se expresa por
oligoanuria e hiperazoemia, con baja concentración de la urea urinaria.

Este síndrome clínico se debe a la reducción brusca y transitoria del filtrado


glomerular y puede ocurrir por causas prerrenales, renales y post renales.

Causas pre-renales: las que al provocar un trastorno hemodinámico general o


regional, disminuyen el flujo plasmático renal y la filtración glomerular; (shock,
hemorragia, deshidratación) cuadros que tienen en común, la hipovolemia arterial
efectiva y la evolución aguda.

La disminución del flujo plasmático renal, conduce a una mayor resorción de


sodio, cloro, urea y agua, así como a la activación de la liberación de renina,
angiotensina, aldosterona y finalmente también a la liberación de hormona
antidiurética; lo que produce oliguria con orinas de alta densidad.

La I.R.A. de causa renal, descripta como necrosis tubular aguda, puede ser
producida por tóxicos, secundariamente a fallo hepático, por intoxicación de los
sistemas enzimáticos, por progresión de la lesión producida por reducción del flujo
arterial renal, o por transfusión de sangre incompatible. La sepsis grave puede
provocar insuficiencia renal aguda por acción infecciosa o por efecto de sus
complicaciones hemodinámicas.

Las causas postrenales dependen de obstrucción de las vías urinarias, a nivel


pélvico o ureteral bilateral, prostáticas o vesicales.

El diagnóstico queda sentado ante la presencia de oliguria (reducción del flujo a


menos de 20 ml / hora), mucho más evidente si se reduce a menos de 100 ml /
día, con elevación de urea, creatinina, potasio y la eliminación de orina de baja
densidad o iso-osmótica con el plasma.

Se intentará revertir el cuadro mejorando el flujo renal; utilizando diuréticos como


fursemida, o diuréticos osmóticos como el manitol.

La actitud terapéutica debera dirigirse por un lado a suprimir o reducir la


administracion de toda sustancia que se elimine por vía renal y por otra parte
utilizar los procedimientos técnicos más adecuados para extraer del organismo
aquellos elementos propios del metabolismo o farmacológicos que existan en
exceso (diálisis).

Respecto del metabolismo hidrosalino, el aporte de agua cubrirá exclusivamente


las pérdidas insensibles, digestivas y patológicas que pudieran existir (fístulas,
drenajes, etc.) y del volumen urinario, mientras que el sodio y el potasio, no
deberá administrarse salvo para reponer las pérdidas extrarrenales ostensibles.

Procedimiento para realizar el lavado quirúrgico de manos


Este tipo de lavado de manos se hace después de varios lavados clínicos,
realizados desde que entramos hasta que revisamos nuestro material, saludamos
al paciente, revisamos la ficha y así, durante el transcurso de nuestro trabajo, y
está indicado antes de cualquier procedimiento invasivo: cirugías, instalación de
vías venosas centrales, instalación de catéteres urinarios permanentes, etc.

No existe un estándar en lo que se refiere a escobillas para lavado quirúrgico de


manos. Cada centro debe evaluar los costos y beneficios de los productos que se
le ofrecen, pero todos ellos deben pasar por la autorización del Ministerio de
Salud, por lo que existe una fiscalización previa, siendo, por lo tanto, productos
validados. Siempre habrá un producto más ventajoso que otro; la elección
depende del centro.
La escobilla ideal es aquélla que tiene el receptáculo y el adhesivo encima, para
que la persona, después de haberse humedecido la mano, retire la tapa de la
escobilla, pudiendo quedarse con antiséptico mientras se humedece y se aplica el
jabón, para utilizar finalmente la escobilla.

Se deben aplicar 5 ml de jabón antiséptico, clorhexidina o jabón yodado (en la


mayoría de los lugares suelen existir las dos presentaciones); luego se deben
frotar ambas manos y muñecas para eliminar la suciedad, y después se deben
escobillar las uñas. La norma ministerial establece que la escobilla sólo se debe
usar para las uñas, que es uno de los lugares donde más se acumulan los
microorganismos, junto con los pliegues interdigitales.

Una vez realizado todo esto en cada uña y en cada pliegue, se puede desechar la
escobilla y proceder a enjuagar con abundante agua.

La aplicación del jabón antiséptico debe hacerse siempre con movimientos


circulares, desde las uñas hacia los antebrazos; una vez que se ha hecho esto en
forma descendente desde el antebrazo, se aplica nuevamente y luego se enjuaga
con abundante agua, eliminando todo el antiséptico aplicado. Entonces se aplican
nuevamente 5 ml de jabón antiséptico, se frotan las manos, muñecas y
antebrazos, durante dos minutos aproximadamente, para volver a enjuagar con
abundante agua.

Igual que en el lavado clínico de manos, se secan con compresas estériles,


primero las manos y luego los antebrazos.

La responsabilidad y la conciencia que cada uno de nosotros tenga sobre la


importancia del lavado de manos es vital, ya que de esa forma sabremos cuánto
tiempo lavarnos, cómo aplicar el antiséptico y desde dónde debemos lavarnos.
Debemos saber que no es un lavado rápido y que es una rutina forzosa e
ineludible, ya que cualquier infección que se produzca es nuestra responsabilidad,
y eso es muy delicado.

La duración total del procedimiento es de 3 a 5 minutos. El MINSAL considera los


5 minutos desde que se remueven las joyas y el reloj y se suben las mangas, pero
en realidad, se supone que uno debe entrar al recinto quirúrgico sin joyas ni nada
de eso.

El primer lavado de manos debe ser riguroso y emplear 3 a 5 minutos, pero si la


persona participa en más cirugías, puede ir reduciendo el tiempo; así, en la quinta
cirugía es suficiente con emplear 1 minuto, gracias al efecto residual del gluconato
de clorhexidina.
Con respecto a las manos partidas o agrietadas, el MINSAL nos recuerda que
favorecen la flora microbiana transitoria, por lo su cuidado es importante. El uso de
lociones y cremas también esta indicado al final de la jornada, ya que esto
contribuye a devolver la acidez y la humedad a las manos, que es nuestra
principal herramienta de trabajo.

Cuando las manos están agrietadas, el mismo individuo debería autolimitarse y


segregarse del equipo quirúrgico, porque el lavado no va a cumplir su objetivo.

En resumen, la norma del MINSAL sobre el lavado de manos quirúrgico establece


que debe durar 5 minutos, de los cuales, 2 minutos son de lavado, 1 minuto es de
escobillado de uñas y otros 2 minutos son para el segundo lavado, todo con
enjuagues entre lavados.

Los lavados posteriores son de sólo 2 minutos y no incluyen el escobillado de


uñas.

Manejo de Charola de Mayo


Concepto

Es la preparación y colocación del instrumental activo y suturas libres en la mesa


de mayo, siguiendo los tiempos quirúrgicos específicos de la operación a
desarrollar. En esta mesa se pueden tener varios instrumentos que se estén
empleando continuamente durante la intervención, los cuales se irán cambiando
de acuerdo con los tiempos de la cirugía. Esta mesa tiene un marco y un pedestal
de altura; en ella se coloca una charola de acero inoxidable rectangular que se
debe situar arriba y en sentido transversal del paciente, adaptándose la altura de
acuerdo con el campo quirúrgico.

Objetivo

Favorecer la continuidad de la intervención quirúrgica conservando la mano y en


orden los instrumentos fundamentales para una intervención

Principio

La correcta preparación proporciona habilidad y destreza en el desarrollo de la


intervención
Material y Equipo

Mesa de Mayo

Funda para mesa Mayo

Campo doble

Suturas libres

Instrumental

Procedimiento1.

La enfermera instrumentista, una vez vestida con bata y guantes estériles,


procede a tomar la “charola” (recipiente plano) Mayo estéril, la levanta y la retrae
de su funda, la cual se encuentra doblada en forma de abanico con doblez grande
para proteger las manos enguantadas.

2. Con las manos dentro del doblez sostiene la “charola” con los antebrazos,
apoyándola sobre el abdomen y por arriba de la cintura.

3. Desliza la “charola” y la funda sobre el marco de la mesa, colocando el pie en la


base de la misma para estabilizarla.

4. Debajo de este campo se colocan las suturas libres que se van a utilizar,
verificando que sobre salgan ligeramente y en dirección hacia el campo quirúrgico,
igual que todo material que sirva de referencia

5. Las suturas libres se colocan de menor a mayor calibre y de cortas a largas, y


cuando se extraigan siempre se hará en el sentido del campo quirúrgico y nunca
de lejos de este, para evitar contaminarlas.

6. Una vez cubierta con la funda, se coloca una compresa del mismo ancho del
recipiente y al doble de lo largo, la cual se dobla en acordeón y se desdobla al
terminar de colocar el instrumental del primer tiempo; con esta parte se cubre
dicho instrumental; encima de este campo se colocan dos compresas, verificando
que tengan bien fijas las argollas, los tubos necesarios (tubo y cánula de
Yankauer), y el electrocauterio. Al terminar la enfermera circulante de colocar la
mesa en el lugar correspondiente, se deja caer este acordeón para cubrir el área
que por accidente hubiese tocado.
7. Abajo del doblez de la funda del recipiente se coloca el primer bisturí (el que se
ha utilizado para la piel), sin que tenga contacto con las suturas, ya que las
contaminaría.

Colocación del Instrumental en la mesa de Mayo.

Corte

En este tiempo se deben colocar los mangos de bisturí con sus respectivas hojas,
las tijeras Metzenbaum y las tijeras Mayo curvas y rectas.

Disección

Conviene colocar las dos pinzas de disección, con dientes y sin dientes.

Separación

Se deben colocar los separadores de Farabeuf o de Senn-Mueller.

Hemostasia

Se ponen las pinzas Kelly curvas, de preferencia por pares, o las pinzas de
mosquito.

Sutura

Se coloca el porta agujas a lo largo de la charola.

Medidas Preventivas

Conservar el instrumental limpio y en orden para evitar tiempos perdidos Asegurar


que la mesa de mayo este colocada cerca del campo operatorio y durante la
intervención sobre el enfermo sin tocarlo

Al preparar el material de sutura cuidar que la aguja quede en forma perpendicular


al menos que el cirujano lo indique de otra forma El instrumentista debe seguir en
todo momento el desarrollo de la operación y anticiparse a las necesidades del
cirujano y su equipo, que generalmente se colocan en el lado derecho para
realizar las intervenciones Sostener los pliegues de la funda con los antebrazos,
hasta el nivel de los codos, para evitar que caiga por debajo de la cintura.

Los instrumentos se van cambiando de acuerdo con el tiempo de la cirugía.

Las puntas del instrumental siempre deben estar hacia arriba y dirigidas hacia el
área operatoria

Mantener estéril la mesa hasta que el paciente abandone el quirófano


Bibliografía:

Levett DZ, Edwards M, Grocott M, Mythen M. Preparing the patient for surgery to
improve outcomes. Best Pract Res Clin Anaesthesiol. 2016;30(2):145-157. PMID:
27396803 pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28687213

Neumayer L, Ghalyaie N. Principles of preoperative and operative surgery. In:


Townsend CM Jr, Beauchamp RD, Evers BM, Mattox KL, eds. Sabiston Textbook
of Surgery. 20th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2017:chap 10.

Centeno F., M. W. et al. (2012). Manual de técnicas quirúrgicas básicas del Centro
Universitario de Ciencias de la Salud. Mexico: U. de G.

Medicina quirúrgica Santos Tomás M. y Arque MArchundia Abel. (2014). Cirugía I.


Educación quirúrgica. McGraw-Hill.

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