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Fisiologia
Fisiologia
UNIDAD
IV.
FISIOLO
GÍA
CARDIO
VASCUL
Facilitador:
AR. Bachilleres:
Dr. Jeisson Hidalgo. Ramírez Carlos V-29.593.903
Flores Diógenes V- 27.331.997
Celis Edilio V-27.695.947
Castillo Stefania V-30.344.165
Rico Emanuel V- 30.207.147
Introducción
Objetivo 1°: Comprender el sistema circulatorio como un sistema de distribución,
mezcla e intercambio. Reconocer los diferentes elementos que conforman el
sistema circulatorio.
1. Anatomía funcional del sistema cardiovascular.
El sistema circulatorio (angiología) se compone de los sistemas cardiovascular y
linfático, que funcionan paralelamente para transportar los líquidos del organismo:
• El sistema cardiovascular: consta del corazón y los vasos sanguíneos que
impulsan y conducen la sangre por el organismo, aportando oxígeno, nutrientes y
hormonas a las células y eliminando sustancias de desecho.
• El sistema linfático es una red de vasos linfáticos que retiran el exceso de líquido
hístico (linfa) del compartimento líquido intersticial (intercelular) del organismo, lo
filtran en los nódulos linfáticos y lo devuelven al torrente sanguíneo.
Vasos sanguíneos:
Hay tres clases de vasos sanguíneos:
Arterias
Venas
Capilares
La sangre, a alta presión, sale del corazón y se distribuye por todo el cuerpo
mediante un sistema ramificado de arterias de paredes gruesas. Los vasos de
distribución finales, o arteriolas, aportan la sangre rica en oxígeno a los
capilares. Estos forman un lecho capilar, en el cual se produce el intercambio de
oxígeno, nutrientes, productos de desecho y otras sustancias con el líquido
extracelular. La sangre del lecho capilar pasa a vénulas de paredes delgadas,
semejantes a capilares amplios. Las vénulas drenan en pequeñas venas que
desembocan en otras mayores. Las venas de mayor calibre, las venas cavas
superior e inferior, llevan la sangre pobre en oxígeno al corazón.
La mayoría de los vasos del sistema circulatorio tiene tres capas o túnicas:
Túnica íntima: un revestimiento interno compuesto por una sola capa de
células epiteliales extremadamente aplanadas, o endotelio, que reciben
soporte de un delicado tejido conectivo. Los capilares se componen sólo de
esta túnica, además de una membrana basal de soporte en los capilares
sanguíneos.
Túnica media: una capa media compuesta principalmente por músculo
liso.
Túnica adventicia: una capa o lámina más externa de tejido conectivo.
La túnica media es la más variable. Las arterias, las venas y los conductos
linfáticos se distinguen por el grosor de esta capa en relación con el diámetro de la
luz.
ARTERIAS:
Las arterias son vasos sanguíneos que transportan la sangre a una presión
relativamente elevada (en comparación con las venas correspondientes), desde
el corazón, y la distribuyen por todo el organismo. La sangre pasa a través de
arterias de calibre decreciente. Los diferentes tipos de arterias se distinguen entre
sí por:
Su tamaño global.
Por las cantidades relativas de tejido elástico o muscular en la túnica media.
Por el grosor de sus paredes con respecto a la luz.
Por su función.
El tamaño y el tipo de las arterias son un continuo; es decir, se observa un cambio
gradual de las características morfológicas de un tipo a otro. Hay tres tipos de
arterias:
Las grandes arterias elásticas (arterias de conducción): Poseen
numerosas láminas de fibras elásticas en sus paredes. Estas grandes
arterias reciben inicialmente el gasto cardíaco. Su elasticidad les
permite expandirse cuando reciben la sangre de los ventrículos, minimizar
el cambio de presión y volver a su tamaño inicial entre las contracciones
ventriculares, mientras continúan impulsando la sangre hacia las arterias de
mediano calibre. Su expansión disipa parte de la presión de la sangre para
que las arterias más pequeñas que se encuentran después estén sujetas a
menos tensión. Ejemplos de grandes arterias elásticas:
o Son la aorta.
o Las arterias que nacen del arco de la aorta (tronco braquiocefálico,
subclavias, carótidas).
o El tronco de la arteria pulmonar y sus ramas principales.
VENAS:
Las venas generalmente devuelven la sangre pobre en oxígeno desde los
lechos capilares al corazón, lo que les confiere su aspecto de color azul oscuro.
Las grandes venas pulmonares son atípicas al llevar sangre rica en oxígeno
desde los pulmones al corazón. Debido a que la presión sanguínea es menor en
el sistema venoso, sus paredes (específicamente la túnica media) son más
delgadas en comparación con las de las arterias acompañantes. Hay tres tipos de
venas:
Las vénulas son las venas de menor tamaño. Las vénulas drenan los
lechos capilares y se unen con otras similares para constituir las venas
pequeñas. Las venas pequeñas son tributarias de venas mayores, que se
unen para formar plexos venosos (red venosa), como el arco venoso
dorsal del pie (fig. 1-24 B). Las venas pequeñas no reciben denominaciones
específicas.
Las venas medias drenan los plexos venosos y acompañan a las arterias
de mediano calibre. En los miembros, y en algunos otros lugares donde el
flujo de sangre resulta dificultado por la acción de la gravedad, las venas
medias poseen válvulas. Las cúspides valvulares ocluyen la luz del vaso,
impidiendo el reflujo de sangre en sentido distal, haciendo el flujo
unidireccional (hacia el corazón, pero no en sentido inverso.
Como ejemplos de venas medias se incluyen las venas superficiales que
tienen denominación (venas cefálica y basílica del miembro superior y
venas safenas mayor y menor del miembro inferior).
Las venas grandes poseen anchos fascículos longitudinales de músculo
liso y una túnica adventicia bien desarrollada. Un ejemplo es la vena cava
superior o inferior.
Las venas son más abundantes que las arterias. Aunque sus paredes son más
delgadas, su diámetro suele ser mayor que el de las arterias acompañantes. Las
paredes delgadas de las venas les permiten tener una gran capacidad de
expansión, lo que utilizan cuando el retorno de sangre al corazón queda dificultado
por compresión o presiones internas.
Dado que las arterias y las venas forman un circuito, cabría esperar que la mitad
del volumen sanguíneo se hallara en las arterias y la otra mitad en las venas. Sin
embargo, debido al mayor diámetro de las venas y a su capacidad para
expandirse, típicamente sólo el 20 % de la sangre se encuentra en las arterias y el
80 % en las venas.
SISTEMA LINFOIDE
Sistema linfoide constituye una especie de «desagüe» que permite drenar el
exceso de líquido hístico y de proteínas plasmáticas al torrente sanguíneo, así
como eliminar los desechos procedentes de la descomposición celular y la
infección. Hay algunas excepciones, como las porciones superficiales de la piel, el
sistema nervioso central y el endomisio de músculos y huesos.
Los principales componentes del sistema linfoide son (fig. 1-27):
Plexos linfáticos: o redes de capilares linfáticos que se originan en un
fondo ciego en los espacios extracelulares (intercelulares) de la mayoría de
los tejidos. Al estar formados por un endotelio muy fino y carecer de
membrana basal, pueden penetrar fácilmente en ellos el líquido hístico
sobrante, las proteínas plasmáticas, las bacterias, los desechos celulares e
incluso células enteras (específicamente los linfocitos)
Los vasos linfáticos: constituyen una amplia red distribuida por casi todo
el cuerpo, compuesta por vasos de paredes delgadas con abundantes
válvulas linfáticas. En el sujeto vivo, los vasos presentan un abultamiento
en los puntos donde se hallan las válvulas linfáticas muy próximas entre sí,
lo que les otorga un aspecto de collar de cuentas. Los troncos linfáticos son
grandes vasos colectores que reciben la linfa de múltiples vasos linfáticos.
Hay capilares y vasos linfáticos en casi todos los lugares donde hay
capilares sanguíneos, a excepción, por ejemplo, de los dientes, el hueso, la
médula ósea y todo el sistema nervioso central. (El exceso de líquido
hístico drena aquí en el líquido cerebroespinal.)
Los órganos linfoides son las partes del cuerpo que producen
linfocitos:
o El timo.
o La médula ósea roja.
o El bazo.
o Las tonsilas.
o Los nodulillos linfáticos solitarios y agregados en las paredes del
tubo digestivo y del apéndice.
Los vasos linfáticos superficiales son más numerosos que las venas en el tejido
subcutáneo, se anastomosan libremente, convergen hacia el drenaje venoso y lo
siguen.
Los vasos linfáticos grandes desembocan en los grandes vasos colectores,
denominados troncos linfáticos, que se unen para formar el conducto linfático
derecho o el conducto torácico (fig. 1-27 A):
El conducto linfático derecho: drena la linfa que procede del cuadrante
superior derecho del cuerpo (lado derecho de la cabeza, del cuello y del
tórax, además del miembro superior derecho). En la base del cuello penetra
la unión de las venas yugular interna y subclavia derechas, o ángulo
venoso derecho.
El conducto torácico: drena la linfa del resto del cuerpo. Los troncos
linfáticos que drenan la mitad inferior del cuerpo se unen en el abdomen,
donde a veces forman un saco colector dilatado, o cisterna del quilo.
Desde este saco (si está presente) o desde la unión de los troncos, el
conducto torácico asciende hasta el tórax, lo atraviesa y penetra en el
ángulo venoso izquierdo (la unión de las venas yugular interna y
subclavia izquierdas).
SISTEMA CARDIOVASCULAR
2. Corazón
El corazón es un órgano muscular hueco.
Situación general
El corazón está situado en el tórax, detrás de la pared esternocondrocostal, en la
parte inferior del mediastino, específicamente en el mediastino inferior medio. El
mediastino es una región que se encuentra situada centralmente en el tórax, entre
las regiones pleuropulmonares derecha e izquierda. Está limitado:
Anteriormente, por la cara posterior del esternón, de los cartílagos
costales y de los espacios intercondrales.
Posteriormente, por la cara anterior de la columna vertebral desde T1
hasta L1.
A los lados, por las pleuras, porciones mediastínicas, derecha e izquierda.
Inferiormente, por la porción mediana del diafragma;
Superiormente, por la abertura torácica superior, a través de la cual se
comunica con los diferentes planos del cuello.
Forma y orientación
Tiene la forma de un cono o una pirámide.
Aspecto
El corazón vivo está animado por contracciones enérgicas. Su tejido muscular
varía del rosado al rojo oscuro.
El volumen y el peso: varían de acuerdo con el sexo y con la edad: el corazón
del hombre es más voluminoso que el de la mujer. Al nacer, pesa
aproximadamente 25 g; a los 10 años, entre 100 y 125 g y en el adulto entre 200 y
250 g. Este peso aumenta con la talla y con la capacidad torácica. El volumen
depende del trabajo muscular y de los esfuerzos físicos a los que el individuo está
sometido.
CONFIGURACIÓN EXTERNA
Se considera que el corazón tiene cuatro caras, tres bordes, una base y un vértice.
1. Caras del corazón:
Las caras son:
Anterior o esternocostal.
Inferior o diafragmática.
Pulmonar izquierda.
Las arterias y las venas del corazón se disponen en círculo alrededor del órgano:
se las denomina vasos coronarios. Los linfáticos adoptan otra disposición.
Arterias coronarias.
En número de dos, la coronaria izquierda y la coronaria derecha, no son
semejantes y se las debe describir por separado.
Arteria coronaria izquierda: Se origina de la aorta, Su calibre mide de 3 a 4 mm,
término medio, en el adulto.
Arteria coronaria derecha: Su origen está en la aorta, inmediatamente a la altura
del borde de la valva semilunar derecha y del seno aórtico correspondiente. Tiene
un calibre (3 a 4 mm, término medio).
Venas del corazón
Su disposición no reproduce la de las arterias. Comprenden un conjunto principal
(vena cardíaca magna y seno coronario) y un grupo de venas independientes
(pequeñas venas del corazón y venas cardíacas mínimas).
Conductancia ∝ Diámetro4
Ley de Poiseuille. La causa del gran aumento de la conductancia cuando
aumenta el diámetro puede encontrarse en la figura 14-8B, en la que se muestran
cortes transversales de un vaso grande y uno pequeño. Los anillos concéntricos
del interior de los vasos indican que la velocidad del flujo de cada anillo es
diferente de la que hay en anillos adyacentes como consecuencia del flujo laminar,
del que ya hemos hablado en este capítulo. Es decir, la sangre del anillo que toca
la pared del vaso apenas se mueve porque está adherida al endotelio vascular. El
anillo siguiente de sangre hacia el centro del vaso se desliza sobre el primer anillo
y, por tanto, fluye con mayor rapidez, al igual que los anillos tercero, cuarto, quinto
y sexto, que también fluyen con velocidades crecientes. Es decir, la sangre que
está cerca de la pared de los vasos fluye lentamente, mientras que la que está en
el centro del vaso fluye mucho más rápidamente.
Importancia de la «ley de la cuarta potencia» del diámetro del vaso para
determinar la resistencia arteriolar.
En la circulación sistémica, aproximadamente dos tercios de toda la resistencia
sistémica al flujo sanguíneo se debe a la resistencia arteriolar en las pequeñas
arteriolas. Los diámetros internos de las arteriolas varían desde tan sólo 4 um
(micrometros) hasta 25 um, aunque sus fuertes paredes vasculares permiten
cambios enormes de los diámetros internos, a menudo hasta en cuatro veces.
Como consecuencia de la ley de la cuarta potencia expuesta anteriormente, que
relaciona el vaso sanguíneo con el diámetro del vaso, se puede ver que este
incremento en cuatro veces del diámetro del vaso aumenta el flujo hasta en 256
veces, es decir, esta ley de cuarta potencia hace que sea posible que las
arteriolas, que responden con sólo pequeños cambios del diámetro a las señales
nerviosas o a las señales químicas de los tejidos locales, hagan desaparecer casi
completamente el flujo sanguíneo hacia el tejido o vayan al otro extremo,
provocando un inmenso incremento del flujo. En realidad, se han registrado
variaciones del flujo sanguíneo de más de 10 0 veces en zonas tisulares
independientes entre los límites de la constricción arteriolar máxima y la dilatación
arteriolar máxima.
Resistencia al flujo sanguíneo en circuitos vasculares en serie y en paralelo.
La sangre que bombea el corazón fluye desde la parte de presión alta de la
circulación sistèmica (es decir, la aorta) hacia el lado de baja presión (es decir, la
vena cava) a través de muchos miles de vasos sanguíneos dispuestos en serie y
en paralelo. Las arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas se disponen
colectivamente en serie. Cuando esto sucede, el flujo de cada vaso sanguíneo es
el mismo y la resistencia total al flujo sanguíneo (Rtotal) es igual a la suma de la
resistencia de cada vaso:
Rtotal =R 1+ R 2+ R 3+ R 4 … .
4. Sístole y diástole.
El ciclo cardíaco está formado por un período de relajación que se denomina
diástole, seguido de un período de contracción denominado sístole.
La duración del ciclo cardíaco total, incluidas la sístole y la diástole, es el valor
inverso de la frecuencia cardíaca. Por ejemplo, si la frecuencia cardíaca es de 72
latidos/min, la duración del ciclo cardíaco es de 1/72 min/latido, aproximadamente
0,0139 min por latido, o 0,833 s por latido.
Determinantes del ciclo cardiaco
Es importante recordar que existen diversos determinantes de la función cardíaca
que pueden alterar las fases del ciclo: la precarga, la poscarga, el inotropismo, la
distensibilidad y la frecuencia.
La precarga depende del volumen del ventrículo al final de la diástole (VFD).
La poscarga representa la presión aórtica en contra de la que el ventrículo debe
contraerse.
El inotropismo corresponde a la fuerza intrínseca que genera el ventrículo en cada
contracción como bomba mecánica.
La distensibilidad se refiere a la capacidad que el ventrículo tiene de expandirse y
llenarse durante la diástole. (Ley de Frank-Starling)
La frecuencia cardíaca, es el número de ciclos cardíacos por unidad de tiempo.
El ciclo se repite unas setenta y dos veces por minuto, pero puede incrementarse
o ralentizarse según las necesidades del organismo a través del sistema nervioso.
Ruidos cardiacos
Los ruidos cardíacos son la expresión sonora del cierre de las válvulas cardíacas,
su funcionamiento fisiológico siempre es unidireccional, lo cual permite la correcta
circulación de la sangre a través del circuito cardiovascular.
Se explica que existen dos tipos de ruidos cardiacos. El primer ruido se relaciona
con el cierre de las válvulas auriculoventriculares (AV) al comienzo de la sístole
(que aquí es cuando el corazón se exprime y saca la sangre que tenía contenida).
El segundo ruido se asocia con el cierre de las válvulas semilunares (aortica y
pulmonar) al final de la sístole (aquí es cuando toda la sangre que tenía el corazón
terminó de salir y se vuelve a llenar para iniciar un nuevo ciclo).
Algunas veces también se puede ostentar la presencia de un un tercer ruido
cardíaco, éste va a ser débil y retumbará. Éste se aprecia al comienzo del tercio
medio de la diástole y se ausculta sólo en el foco apexiano. Es habitual en la
niñez, frecuente en adolescentes y muy raro después de los 40 años.
El cuarto ruido también se conoce como ruido auricular. Es ocasionado por un
llenado rápido. No se ausculta en personas menores de 50 años. Puede tener
origen derecho o izquierdo y sus causas son:
Derecho:
Hipertensión pulmonar.
Cardiomiopatía.
Estenosis valvular pulmonar.
Izquierdo:
Hipertensión sistémica.
Estenosis aórtica valvular.
Cardiomiopatía.
Cardiopatía isquémica.
El corazón puede contraerse sin una conexión con otras partes del cuerpo,
porque la señal para la contracción es miogénica, originada dentro del propio
músculo cardíaco. La señal para la contracción miocárdica no proviene del
sistema nervioso, sino de células miocárdicas especializadas conocidas como
células autorítmica y denominada marcapasos.
Las células autorrítmicas son más pequeñas y contienen unas pocas fibras
contráctiles. Como no contienen sarcómeros organizados, las células autorrítmicas
no contribuyen a la fuerza continua del corazón. En cambio, las células
contráctiles son músculo estriado típico, con fibras contráctiles organizadas en
sarcómeros, El músculo cardíaco difiere de manera significativa del músculo
esquelético.
¿Por qué esta permeabilidad a los iones sodio y calcio no hace que las
fibras del nódulo sinusal permanezcan despolarizadas todo el tiempo?:
6. Ruidos Cardiacos.
Cuando las válvulas se cierran, los velos de las válvulas y los líquidos
circundantes vibran bajo la influencia de los cambios súbitos de presión,
generando un sonido que viaja en todas las direcciones a través del tórax. Estos
ruidos a menudo se verbalizan como “lub-dub”.
El retorno venoso:
Es la cantidad del flujo sanguíneo que vuelve desde las venas hacia la
aurícula derecha por minuto. El retorno venoso y el gasto cardíaco deben ser
iguales entre sí, excepto durante algunos latidos cardíacos que se producen
cuando la sangre se almacena o elimina temporalmente del Corazón y los
pulmones.
El gasto cardíaco varía mucho con el nivel de actividad del organismo. Entre otros,
los factores. Siguientes afectan directamente al gasto cardíaco:
La razón principal por la que los factores periféricos son tan importantes
en el control de gasto cardíaco es que el corazón tiene un mecanismo propio que
le permite bombear automáticamente, sin tener en cuenta la cantidad de sangre
que entre en la aurícula derecha desde las venas. Este mecanismo se conoce
como ley de Frank-Starling del corazón. Básicamente, en esta ley se afirma que
cuando aumenta la cantidad de flujo sanguíneo hacia el corazón se produce un
estiramiento de las paredes de las cámaras cardíacas.
Así pues, esta capacidad del músculo distendido, hasta una longitud
óptima, de contraerse con un aumento del trabajo cardíaco, es característica de
todo el músculo estriado, como se explica en el capítulo 6, y no es simplemente
una característica del músculo cardíaco. Además del importante efecto del
aumento de longitud del músculo cardíaco, hay otro factor que aumenta la función
de bomba del corazón cuando aumenta su volumen. La distensión de la pared de
la aurícula derecha aumenta directamente la frecuencia cardíaca en un 10-20%, lo
que también contribuye a aumentar la cantidad de sangre que se bombea cada
minuto, aunque su contribución es mucho menor que la del mecanismo de Frank-
Starling.
Objetivo 5°: Explicar las estructuras que conforman el sistema de conducción del
corazón para luego interpretar los ritmos cardiacos.
1. Marcapaso sinual o nodulo de Reith y Black.
Objetivo 7°: Analiza cuales son los mecanismos que regulan la circulación.
1. Regulación de la circulación por el sistema nervioso.
La circulación está sometida a un estricto control con el objetivo de cumplir tres
tareas primordiales en el siguiente orden, suministrar sangre suficiente al encéfalo
y el corazón, enviar sangre suficiente al resto de órganos y tejidos del cuerpo, y
controlar la presión hidrostática capilar. Para esto, el sistema nervioso recibe
señales de diferentes orígenes acerca del estado del sistema circulatorio,
provenientes de diversos receptores sensoriales como los barorreceptores, que
informan acerca de la presión de la sangre; los quimiorreceptores, encargados de
informar sobre las concentraciones de CO2, O2 y pH sanguíneos; y los
termorreceptores, que envían señales acerca de la temperatura corporal.
2. Sistema nervioso autónomo.
También llamado sistema nervioso neurovegetativo o visceral, hace referencia a la
parte del sistema nervioso periférico que se encarga de controlar las funciones
involuntarias y vitales del organismo, así como la frecuencia cardíaca, presión
arterial, digestión, frecuencia respiratoria, micción, entre muchos otros. Como su
nombre lo indica, y a diferencia del sistema nervioso somático, este es el que
brinda autonomía al cuerpo para realizar diferentes procesos fisiológicos
independientemente a la voluntad del sujeto.
Por otro lado, el sistema nervioso autónomo está dividido funcionalmente en
tres subsistemas; el sistema nervioso simpático, el cual desencadena diversos
procesos en situaciones de alerta o “huida”, o simplemente ante cualquier estímulo
externo intenso, tales como la elevación de la frecuencia cardíaca y respiratoria; el
sistema nervioso parasimpático, antagónico al anterior, se encarga de mantener el
organismo en condiciones basales, ayudando a conservar la energía antes o
después de situaciones estresantes; y el sistema nervioso entérico, que tiene la
función de controlar directamente al sistema gastrointestinal.
Es importante mencionar que el sistema nervioso autónomo es,
mayormente, un sistema eferente, ya que está formado por todas aquellas fibras
nerviosas eferentes que abandonan el sistema nervioso central (excepto las que
inervan el músculo esquelético) y que estimulan todos los aparatos y órganos
periféricos; sin embargo, también posee fibras nerviosas aferentes que transmiten
información desde la periferia hasta el sistema nervioso central, así como la
sensación visceral y la regulación de reflejos vasomotores y respiratorios.
3. Papel del sistema nervioso en el control de la presión arterial.
Papel del Sistema Nervioso en el Control de la Presión Arterial
En los mamíferos, toda la información proveniente de los receptores
sensoriales del organismo es procesada por un conjunto de neuronas que forman
el centro cardiovascular medular, ubicado en el bulbo raquídeo y puente de
Varolio.
Por su parte, este centro elabora señales que se dirigen a través de
motoneuronas tanto simpáticas como parasimpáticas del sistema nervioso
autónomo que inervan el corazón y la musculatura lisa de arteriolas y venas. De
este modo, el centro cardiovascular medular se divide en dos áreas funcionales
totalmente opuestas; el centro presor o vasoconstrictor, que estimula el sistema
nervioso simpático, elevando la frecuencia y gasto cardíaco y la presión arterial; y
el centro depresor o vasodilatador, que estimula al sistema nervioso
parasimpático, reduciendo la frecuencia y gasto cardíaco, así como la presión
arterial.
4. Mecanismos reflejos de mantenimiento de la presión arterial normal.
La presión arterial está determinada por el producto de dos factores; el gasto
cardíaco y la resistencia periférica total, de forma que la modificación de
cualquiera de estos factores produce cambios a nivel de la presión arterial, por lo
tanto, la regulación de esta presión depende de la acción de los sistemas
reguladores sobre el gasto cardíaco y la resistencia periférica total.
Así mismo, la regulación de la presión arterial es un proceso complejo que
está determinado por la acción del sistema nervioso autónomo y los centros de
regulación cardiovascular del sistema nervioso central, los factores
vasodilatadores y vasoconstrictores, así como los riñones. Cada uno de estos
sistemas actúa diferente en forma y tiempo. Por su parte, la regulación nerviosa
intenta mantener un nivel adecuado la tensión arterial mediante la corrección y el
reajuste instantáneo de los cambios de la misma. Por otro lado, los sistemas
humorales participan junto con el sistema nervioso simpático en la regulación del
diámetro de las arterias musculares, por lo que son responsables de los cambios
de la resistencia periférica. Mientras que, los riñones participan en el
mantenimiento de la presión arterial a largo plazo, a través del control de la
volemia y, por tanto, del gasto cardíaco, mediante la regulación de la excreción de
iones y agua.
5. Papel del sistema nervioso en el control de la presión arterial por
quimiorreceptores carotideos y aórticos.
Un quimiorreceptor es un receptor sensorial capaz de captar ciertos estímulos
químicos del medio, como las concentraciones de Dióxido de carbono y Oxígeno
(CO2 y O2) en la sangre, por lo que son cuerpos responsables de la regulación
de la respiración. Ejemplos de estos quimiorreceptores son el glomus carotideo y
los cuerpos aórticos.
Por su parte, el cuerpo carotideo es un conjunto de células que cumplen
con la función de detectar el nivel de oxígeno en la sangre y regular la respiración.
Estas estructuras se sitúan en el cuello, justo en la bifurcación de las arterias
carótidas y envían la información al sistema nervioso a través del nervio
glosofaríngeo.
Ahora bien, los cuerpos aórticos son varios grupos de células situados en el
cayado de la arteria aorta; básicamente cumplen la misma función que el glomus
carotideo, solo que estos envían la información obtenida al sistema nervioso a
través del nervio vago.
Ambas estructuras, a su vez, actúan como barorreceptores a medida que
va aumentando la presión arterial, cada cuerpo envía información a través de su
respectivo nervio hasta llegar al núcleo dorsal del nervio vago (motor
parasimpático). La activación de este recorrido disminuye la frecuencia cardíaca al
mismo tiempo que inhibe la eferencia simpática hacia el corazón y las arteriolas
cutáneas.