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EXAMEN PARCIAL DE ANALISIS POLÍTICO

NOMBRE Y APELLIDOS: ALDAHIR MONROY COTRINA

1. APLIQUE EL ANÁLISIS DE CONTENIDO AL SIGUIENTE

ARTÍCULO. DIARIO EL COMERCIO 28-07-2021.

EL LABERINTO DEL ARGOLLISMO:

La meritocracia en el Perú es un artilugio que

sirve de excusa para ocultar las patentes

desigualdades de nuestra patria. No somos una

sociedad de iguales, donde el mérito es cosecha

propia del esfuerzo de cada ciudadano. Y tampoco

estamos trabajando lo suficiente para allanar el

acceso a igualdad de oportunidades para todos. En

el Perú del bicentenario hay dos enfermedades para

todos. En el Perú del bicentenario hay dos

enfermedades que se nutren vorazmente de nuestros

abismos sociales y lastran nuestras oportunidades

de convertirnos en un mejor país; el argollismo y

el centralismo.

Llamamos argollismo a la cultura popular de la

defensa de la argolla. Y no denunciamos solo a la

argolla, sino al argollismo como movimiento, ese

que celebra la obtención de favores para un grupo

de privilegiados. El argollismo justifica


desacatar leyes, saltearse procedimientos y

beneficiarse de favores indebidos gracias a que se

forma parte de un mismo cogollo. Para los

defensores del argollismo, todos estamos

acostumbrados a que esa sea la manera normal de

vivir en nuestra comunidad política. “El que

puede, puede” es el lema del argollismo. Una

especie de darwinismo ciudadano que en el Perú es

cierto como el día que sigue a la noche. En este

país, donde el Estado te abandona a tu suerte

persiguiendo balones de oxígeno, ese darwinismo

ciudadano termina siendo una ideología que la

realidad te impone. Si no perteneces a la argolla,

es más difícil hasta sobrevivir. Como lo recordaba

Paolo Sosa, la argolla es una institución cuya

solidez ya quisieran tener otras como nuestra

Constitución. El argollismo es nuestro pecado

capital, convive con otros parientes cercanos como

el racismo y el segregacionismo. Y aunque hay

argollismo en todo el mundo, el peruano es

ostentoso. No le basta con el privilegio, lo

presume. No sabes con quien te has metido. ¿Sabes

quien es mi papá?. Mañana mismo te quedas sin


chamba. Aló, general, mire, tengo un problemita

aquí con un oficial de la policía, disculpe, ¿cuál

es tu nombre para avisarle al general?.

Pero nuestro argollismo extiende su influjo desde

muy temprano. Comienza en algunos colegios y luego

pasa a perpetuarse por las universidades,

terminando de llegar después a los centros

laborales que solo contratan al personal egresado

de ciertas universidades. Si te cupo la fortuna de

estudiar en aquellos colegios, pudiendo tener

acceso a ciertos exámenes y certificaciones

internacionales, eres un privilegiado. El

argollismo educativo ocurre en todo el planeta

como lo ha descrito bien el profesor Michael

Sandel en su último libro, instaurando lo que ha

llamado la tiranía de la meritocracia. Pero hay

algo que hace más sectario al argollismo peruano,

su carácter militantemente centralista. Los

colegios y universidades de élite están

concentradas en una ciudad: Lima. Si estudiarte en

algunos colegios y universidades limeñas, tu

oportunidad de acceder a mejores trabajos e


incluso a mejores oportunidades de estudiar fuera

del país y de conseguir un mejor crédito educativo

u obtener becas es estratosféricamente superior,

comparada con la posibilidad de obtenerlos si

vienes de alguna universidad del resto de regiones

del país.

El mito meritocrático en el Perú, se asienta sobre

terreno muy empantanado. Si algunos niños en

Azángaro tienen que trepar a un cerro a más de

cuatro mil metros de altura para obtener señal

telefónica para recibir sus clases, no es porque

estén demostrando una rebelión ante la adversidad

(que lo hacen), sino que manifiestan un descarnado

retrato de nuestras desigualdades sociales. En el

Perú, el mito del “self-made-man”, se cumple

usualmente en Lima. Los provincianos que desean

progresar se ven arrojados centrífugamente desde

sus regiones hacia la capital, sea por necesidades

remunerativas. La fuga de talento humano en

regiones es la diáspora continua que eterniza el

dínamo centralista de la patria.


APLICACIÓN DE ANÁLISIS DE CONTENIDO

A) OBJETIVO:
- Llevar a cabo el análisis de contenido para el texto
“El laberinto del argollismo” del diario El Comercio.
B) RESUMEN:
- No somos una sociedad de iguales. Actualmente, existen
dos enfermedades complementarias: el argollismo y el
centralismo. El argollismo, permite adueñarse de
beneficios a costa de otros. Es una especie de
darwinismo ciudadano que se ha institucionalizado y
convive con el racismo y el segregacionismo. Este
problema se origina desde muy temprano en nuestras
vidas y nos fragmenta aún más por su carácter
centralista, debido a que es justo por ello que estas
oportunidades se ven potenciadas si vives en la capital
de Lima, lo que provoca una migración constante hacia
esta y, consecuentemente, pero, sin embargo, una mejor
calidad de vida.

C) TEMATIZACIÓN:
- La meritocracia en el Perú
- El centralismo en la capital de Lima
- El argollismo
- Escasez de oportunidades
- La cultura popular

D) ACTITUDES:
D.1. Registro de actitudes:
- A la meritocracia lo asocia el ideal que el Perú no
alcanza.
- Al argollismo lo asocia con un síndrome por el cual
aún el Perú no puede progresar pese a llegar casi al
bicentenario.
- El centralismo lo asocia con un motivante de la
migración y la falta de oportunidades.

D.2. Medición de actitudes.


- La meritocracia:
• Se convierte en un artilugio que sirve de excusa para
ocultar las desigualdades.
- El argollismo:
• Justifica el desacato a las leyes y el beneficio de
favores indebidos.
- El centralismo:
• Configura otro condicionante para poder conseguir
mejores oportunidades y un nivel de vida adecuado.

E) VERIFICACIÓN:
E.1. Análisis de datos. En el texto no hay datos por
corroborar.
E.2. Conceptos:
- Argollismo.
- Meritocracia
- Cultura popular
- Centralismo
- Igualdad de oportunidades

F) ARGUMENTOS:
- La meritocracia es un artilugio que sirve de excusa
para ocultar las desigualdades. Por ello, no somos una
sociedad de iguales.
- El argollismo junto al centralismo son dos enfermedades
que se nutren de la incapacidad del Estado y lastran
nuestras oportunidades de convertirnos en un mejor
país.
- El argollismo genera influencia desde muy temprano en
centros laborales y educativos, lo que otorga mayores
posibilidades.
G) EFECTOS
- El texto “El laberinto del argollismo” del diario El
Comercio, cuestiona la existencia del argollismo y el
centralismo como dos enfermedades que condicionan la
posibilidad de crear un país meritocrático que genere
mejores oportunidades y un nivel de vida adecuado.

H) CONCLUSIONES
- Tanto el argollismo como el centralismo nos llevan a
una escasez de oportunidades en las provincias, ya que
condiciona el desarrollo de sus habitantes en su tierra
natal.
- Se debe descentralizar centros educativos de alto
rendimiento para diversificar las oportunidades en
provincia.
- Se debe generar un orden meritocrático que minimice los
privilegios de origen y priorice resultados empíricos
de las personas, sin distinción de ninguna índole.

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