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Por otro lado la producción de Liquido céfaloraquideo en los plexos coroideos (los cuales son
una red de vasos sanguíneos y células en los ventrículos del cerebro, estos vasos están
cubiertos por una capa delgada de células que elaboran el líquido cefaloraquideo) asefura una
presión que dicta el movimiento de los ventrículos al espacio subaracnoideo (Es un espacio
anatómico y fisiológico perteneciente al sistema nervioso central por el cual circula líquido
cefalorraquídeo.)
La biología del espacio intersticial esta influida de manera decisiva por varias situaciones, pero
más específicamente el sueño, se sabe que, durante el sueño, especialmente el sueño de
ondas lentas es cuando el sistema glifatico trabaja más activamente. Se ha observado que el
espacio intersticial se duplica mientras se duerme y la tasa de drenaje del sistema se reduce en
un 90% mientras se duerme. s No es solo la cantidad de sueño lo que influye en la biología del
sistema glifático, sino que se ha demostrado que dormir en posición supina reduce la actividad
del sistema mientras que dormir en posición lateral la aumenta.
Existen otros factores que parecen reducir la actividad del sistema glifático, como la vida
sedentaria o las altas temperaturas, pero sin duda la edad avanzada es, junto al insomnio, el
factor que más influye en la pérdida de actividad de este sistema. La actividad reducida esté
relacionada con cambios glióticos (Cambios de personalidad; Convulsiones; Dificultades en la
función cognitiva.) inherentes a la edad que van acompañados de una reducción en la
expresión y capacidad funcional de los canales de acuaporina (es una proteína de membrana
encargada de transportar el agua a través de los compartimientos de las células).
CONCLUSION.
Abundante evidencia indica que este sistema juega un papel fundamental en la fisiopatología
del envejecimiento, las principales enfermedades neurodegenerativas, enfermedades
autoinmunes desmielinizantes, hidrocefalia normotensiva, hipertensión intracraneal primaria
o migraña, y en las secuelas de procesos como traumatismo craneoencefálico, ictus isquémico,
o hemorragia subaracnoidea. El manejo farmacológico de este sistema abre una vía
prometedora para el tratamiento de múltiples enfermedades del SNC