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CULLEN, C. Critica de Las Razones de Educar.
CULLEN, C. Critica de Las Razones de Educar.
delas
razmnes
de eclttlcar
Temas de filosofía
de la educación
C arlos Ae Cullen
lo s
ISBN 950-12-6115-8
A MANERA DE INTRODUCCIÓN:
EL CAMPO PROBLEMÁTICO
DE LA FILOSOFÍA DE LA
EDUCACIÓN
5 . Por otro lado, aceptado que la educación no tiene una razón única
que defina su "objetividad", sí nos interesa analizar .críticamente su pre--
sencia dispersa en las prácticas sociales, con la esperanza de encontrar su
poder productivo de subjetividad social, que nos permita comprendemos,
presuponiendo que a esa presencia dispersa la determinan "razones de
educar'' que legitiman razones sociales, políticas, económicas, culturales,
y que llegados ahí sólo cabe la crítica y la resistencia. Este camino se
coloca en las huellas de Freire, Bourdieu-Passeron, Etablet, Snyders, ·
Foucault y, últimamente, Giroux, Bemstein, Apple, McLaren y otros.
12. Las razones de educar son, en realidad, razones para justificar una
práctica social, una acción humana. El esfuerzo por autonomizar el discur-
so y la reflexión sobre la acción humana. en relación con los fenómenos
naturales o los meros objetos teóricos, enriquece la posibilidad de pensar la
educación como un campo propio de la filosofía práctica.
La educación no sólo tiene que ver con la historicidad y con la discur-
sividad, sino abiertamente con la nonnatividad, es decir con la ética y la
política. Y entonces la mediación del conocinúento enseñado, entre desarro-
llo y socialización, es ella misma objeto de crítica. ¿Cómo se legitima el
conocimiento que educa?
Es desde estas preocupaciones que ofrecemos este material reflexivo. Está
escrito en los últimos años y siempre tratando de responder a estas preguntas
y desde estos enfoques.
La unidad de los textos viene dada fundamentalmente por e l lugar
reflexivo desde donde fueron escritos: la filosofía de la educación como
parte de la filosofía práctica, pero con todas las dificultades narrativas de
s u historicidad y todo el espesor episte111ológico de su discursividad.
Nuestro punto de partida es hoy y aquí. La condición de posibilidad
para poder pensar es saber estar, meramente estar, para lo cual es nece-
sario despojarnos, desconstituirnos de todo aquello que el "afán por ser"
nos e x ige y de todo aquello que e l "mero acontecer" o " pasar" nos hace
resignar.
No e stamos apelando a una duda metódica (que sie mpre presupone
una certeza) ni estamos postulando la necesidad de la tabula rasa o el
"animal salvaje" (que siempre s uponen un desigual "lleno" de informa-
ción o una des igual " riqueza" de las naciones). No se trata de despojar-
nos de los saberes previos . Se tra ta d e no " instalarnos" en lo que ya
son1os , que es un producto complejo de identidades asignadas y de lucha
por el reconocimiento. Se trata de saber estar con los nombres desnudos
y con los sujetos desfondados y, desde ahí - ~onde es posible reconocer-
nos como "'otros"- , c rear el mundo de vuelta. 7
Es injusto que l a transmisión - del sab e r y la producción de sujetos
sociales del conocitniento no alcance a todos, y no alcance p ara que las