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Introducción a la Antropología Social y Política María Rosa Neufeld y Gabriela Novaro (compiladoras)
Desigualdad y poder fue pensado por las docentes de Antropología
Sistemática I-A (Organización Social y Política) como una vía de ac-
ceso a algunos de los temas centrales de la Antropología clásica y
contemporánea: las problemáticas del parentesco, la familia y el gé-
nero, la organización política, las relaciones de poder y los procesos
hegemónicos, las manifestaciones de la desigualdad, las prácticas
y procesos de construcción estatal. Se ha buscado poner el acen-
to en la articulación entre los procesos políticos, los cambios de
las sociedades en las que se desarrolla la Antropología y las trans-
formaciones que han ido sucediendo en la disciplina. Por ello, los
trabajos analizan tanto los vínculos que ligaron a las antropologías
metropolitanas con la expansión colonial de fines del siglo XIX y la
primera mitad del siglo XX, como el impacto de los hechos políticos
y económicos de las últimas décadas en las temáticas y los aportes
teóricos de las investigaciones latinoamericanas y argentinas. Junto
a artículos que constituyen un completo “estado de la cuestión” los
Introducción a la Antropología
lectores encontrarán textos que introducen a la lectura de autores Social y Política
clásicos y contemporáneos. Relaciones sociales. Desigualdad y poder
Introducción
Este capítulo tiene como objetivo presentar los principales
problemas que se expresaron a través del estudio del Estado,
tanto en Antropología Social como en las Ciencias Sociales
en general. Esto significa que desplegaremos un conjunto de
problemas críticos condensados en este tópico, tales como el
fundamento y el origen del Estado, la centralización de la au-
toridad y los orígenes del poder coercitivo, las formas de do-
minación y las prácticas y procesos de construcción estatal.
En los estudios de Antropología Social, el Estado moderno
ha tenido una presencia central. Esta afirmación parecería
contradictoria con el hecho de que los antropólogos tradi-
cionalmente estuvieron interesados en comprender socieda-
des primitivas o sociedades sin Estado. Por su parte, aquellos
antropólogos preocupados por hallar el “origen del Estado”,
localizado cinco o seis mil años atrás, se concentraron en Es-
tados precapitalistas antes que en el surgimiento del Estado
moderno. Entonces, se podría sostener que el interés por el
Estado moderno se profundizó en Antropología a partir de
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la década del 60, cuando los antropólogos se volcaron sobre
sus propias sociedades y estudiaron Estados capitalistas e in-
cluso Estados socialistas. Sin embargo, desde el siglo XIX, los
trabajos antropológicos sobre los llamados pueblos primiti-
vos y la preocupación por el orden social –en un contexto de
consolidación de los procesos de dominación colonial– se
enraizaron en las categorías y el lenguaje del Estado euro-
peo moderno (Gledhill, 2000; Das y Poole, 2004). El análisis
de los distintos problemas condensados en la cuestión del
Estado presenta, además de un interés académico, otro de
orden práctico de sumo peso político (Lagos y Calla, 2007).
A nivel general, como plantea Gledhill, si bien el Estado mo-
derno es una construcción histórica relativamente reciente,
adquiere una importancia crucial para comprender la orga-
nización política, puesto que distintos grupos de la sociedad
están obligados a perseguir sus intereses en el dominio esta-
tal, a través de luchas políticas centradas en categorías lega-
les. En el actual contexto histórico, las transformaciones del
capitalismo a nivel mundial reconfiguraron las bases terri-
toriales de los Estados-nación y redefinieron las políticas de
bienestar profundizando niveles de pobreza, migración in-
ternacional y movilización social. En el caso de América La-
tina, el reclamo de los movimientos indígenas que reivindi-
can el derecho al territorio y la autonomía política y cultural,
plantea nuevos y significativos desafíos para reformular las
bases de los Estados liberales modernos. El proceso de Boli-
via, sin dudas, constituye un emblema y concitará un interés
creciente de investigación. En lo que sigue proponemos sis-
tematizar una serie de problemas condensados en el estudio
del Estado. Como veremos, el ordenamiento no responde a
un criterio cronológico. Por ejemplo, el problema del orden
social, si bien fue un tema propio de los antropólogos clási-
cos (funcionalistas y estructural-funcionalistas), pervive en
la actualidad bajo formas renovadas. Consideramos que los
ejes estructurantes de la presentación se relacionan con los
1 Para un análisis exhaustivo de la creación del subcampo de la Antropología Política, sus principales
problemas y conceptos ver en este libro el trabajo de Woods y Varela.
2 Gledhill afirma que la ausencia de instituciones civiles del Estado y de líderes comunitarios autorizados
no siempre garantiza la igualdad. Al mismo tiempo, estas comunidades proporcionaron un modelo de
sociedades preestatales basadas en la autoridad consensual de la costumbre antes que en relaciones
de poder encarnadas en la ley.
3 Para profundizar en este punto puede consultarse Fortes y Evans-Pritchard, 1979 y el trabajo de Woods
y Varela en este volumen.
4 Hegel fue uno de los primeros que teorizó sobre la sociedad civil como un momento distinto del Estado
político, quebrando la tradición iusnaturalista que confundía sociedad civil y Estado. Ver Soares, 2000.
5 La idea de derecho natural contiene una serie de supuestos sobre los fundamentos del poder vinculados
con las concepciones del hombre y la sociedad. La apoyatura son las formulaciones de los juristas del
Derecho Natural Grotius y Pufendorf. Estas obras influenciaron a Rousseau y a la mayoría de los filósofos
del siglo XVIII. Lo que está en juego aquí es que la idea de derecho natural se presenta como cuestiona-
miento y crítica a la doctrina del derecho divino. (Abélès, 1990)
8 Para profundizar sobre el concepto de Estado en Hegel se puede consultar Soares, 2000.
10 Ver Guía para la lectura del texto de P. Corrigan y D. Sayer en este libro.