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Cómo evitar la comunicación tóxica

No hace falta ser una persona tóxica para comunicar con toxicidad. De hecho, en el mundo
actual, es muy habitual la comunicación tóxica entre personas, amigos, familias y
compañeros de trabajo.
Evitar la comunicación tóxica es importante para el bienestar personal y en las
organizaciones es fundamental para que haya un buen clima laboral y las personas puedan
aportar su máximo potencial a la empresa.

Detectar si una comunicación es tóxica…


Ahora bien… las personas están tan habituadas a comunicarse de una manera concreta que
les resulta complejo darse cuenta del tipo de lenguaje que están utilizando, en primer lugar
y, después, pueden no saber muy bien cómo modificar su forma de comunicarse.
Las resistencias psicológicas al cambio del individuo son una barrera para cambiar de una
comunicación tóxica a una sana y saludable. En estos casos puede ser interesante contar
con cómplices que ayuden a detectar cuándo la comunicación se torna tóxica.
Una de las formas tóxicas más extendidas en la comunicación es poner el foco fuera de uno
mismo y culpar a otros. Conversaciones del tipo ‘eres muy borde y no sabes decir lo que
piensas sin ofender’ son, por desgracia, mucho más corrientes que ‘me he sentido molesto/a
por cómo me trasladaste ayer tu opinión. Te pido que la próxima vez lo hagas en privado y
con un tono de voz más bajo’.
En el primer caso, se deja la responsabilidad al interlocutor y en el segundo, la persona se
hace responsable de sus sentimientos y los traslada en primera persona, haciéndose
responsable de la parte que le corresponde. En el segundo caso se ha hecho un uso
adecuado de la asertividad.
La queja o el victimismo son otro factor observable en una comunicación tóxica. Aquellas
personas que sienten que el mundo está contra ellas y/o todo les parece mal y se quejan por
todo, se encuentran en una espiral negativa de toxicidad en su comunicación.
Interpretaciones, proyecciones o críticas destructivas son factores adicionales que
contribuyen a una comunicación tóxica. Es muy común entre las personas proyectar aquello
que piensan o desean y que, en la mayoría de los casos, nada tiene que ver con la realidad.
Estas proyecciones están, además, relacionadas con las expectativas (esperar que alguien se
comporte de una manera determinada) y cuando esas expectativas no se cumplen, llega la
decepción y la frustración. En el caso de las interpretaciones se omite o se incluye
información adicional que distorsiona la realidad de una situación. Y la crítica también es
un factor tóxico puesto que las propuestas son constructivas y la crítica, cuando trata de
enjuiciar la actitud de los demás, es muy destructiva.
Cuando se detecta en los demás este tipo de comunicación, se debe tender a equilibrar esa
conversación con un tipo de diálogo sano y constructivo.

Tres niveles de comunicación tóxica


Intrapersonal
Primer nivel. La comunicación intrapersonal es el diálogo interior que se tiene con uno
mismo. Si los mensajes que se envían hacia uno mismo son tóxicos, la comunicación
intrapersonal se torna tóxica, una cuestión que puede afectar profundamente a un
desequilibrio de la autoestima.
Decirse cosas como ‘lo haces mal’ o ‘no debes…’ pueden conducir a un estado interior
negativo. Decirse cosas como ‘no lo conseguiste esta vez, pero lo vas a volver a
intentar’ o ‘si quieres y te preparas, puedes conseguirlo’ conducen, con seguridad, a un
estado interior positivo.
El primer paso para una comunicación saludable es el interior.
Si la comunicación intrapersonal está equilibrada, la comunicación hacia los demás tiene
más posibilidades de ser saludable. En caso contrario, existen muchas posibilidades de que
la comunicación interpersonal sea también tóxica.
Interpersonal
Segundo nivel. La comunicación interpersonal es la que se dirige a interlocutores
externos a uno mismo. Es la comunicación entre dos o más personas.
La toxicidad en esta comunicación se da en la introducción de estereotipos, malas
interpretaciones o una crítica destructiva. Normalmente se produce cuando la comunicación
intrapersonal no está bien equilibrada, pero también se puede dar por hábito de haberlo
aprendido de esa forma.
La comunicación puede cambiar si se modifica el lenguaje utilizado y la forma en la que se
hace uso de él. La asertividad es una excelente herramienta para que se provoquen cambios
en el estilo de comunicación.
Social
Tercer nivel. En la época actual podemos comunicarnos con infinidad de personas a
través de los canales sociales digitales. El ser humano jamás hubiera podido pensar en
participar en una comunidad tan extensa como ofrecen Twitter o Linkedin.
Pero claro… hemos trasladado nuestras disfunciones humanas a las redes sociales y se ha
conseguido que Twitter se haya convertido en una red donde se dan una gran cantidad de
conversaciones tóxicas.
Es una red social que permite que se escondan verdaderos amantes del conflicto detrás de
sus Nick, anónimo en la casi totalidad de estos casos.
Según el estudio ‘Troll Patrol’ de Amnistía Internacional, se envía un tuit abusivo a una
mujer cada 30 segundos aproximadamente. Y el estudio refleja, como comentaba antes, las
disfuncionalidades del ser humano, en tanto en cuanto, en una red con el nivel de
anonimato de Twitter se reproducen conductas que pueden ser tachadas de racistas o
machistas.

Conseguir conversaciones saludables


La educación en comunicación, en el uso adecuado de los medios tecnológicos actuales o en el
respeto a los demás es la vía de conseguir conversaciones saludables.
Cada individuo puede conseguirlo para su propia vida y puede aportar su granito de arena para que
los que están a su alrededor cambien también su forma de comunicarse.
Con una mejor comunicación se acabarían muchos de los conflictos que se producen por causa de
esa comunicación tóxica que está presente en muchos ámbitos de la vida.

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