Está en la página 1de 45

EL LARGO SIGLO XIX

Pilar González Bernaldo de Quirós *

Si asociamos la historia del siglo XIX latinoamericana con el pro­


ceso de descolonización del continente, podemos sin lugar a du­
das tomar como punto de partida el año 1808, cuando la presen­
cia militar francesa en la península ibérica desencadena una crisis
dinástica en España que desata el proceso de ruptura. Pero como
ha sido señalado en el capítulo anterior estos cambios se inscri­
ben en una cronología más amplia que remite tanto a los efectos
de las reformas borbónicas en los equilibrios locales y regionales,
como a los conflictos europeos que prefiguran una nueva geopo­
lítica imperial que verá imponerse la primacía de Gran Bretaña
en el comercio atlántico. Este capítulo concluirá con los festejos
del centenario de la Revolución de Mayo en 191 O. Hemos dife­
renciado tres grandes periodos que estructuran nuestra exposi­
ción. Una primera etapa que se abre con la crisis monárquica y
se cierra con la promulgación de la Constitución federal de 1853,
durante la cual asistimos al derrumbe de la autoridad central y al
lento y conflictivo ordenamiento del antiguo espacio virreinal en
una confederación de provincias bajo la supremacía de Buenos
Aires. Un segundo periodo que se inicia con el derrumbe de la
confederación rosista y la promulgación de la Constitución fede­
ral de 1853, y culmina con la federalización de la ciudad de
Buenos Aires en 1880, se caracteriza por la pugna entre una au­

* Con la colaboración de Javier Sabarrós.

I4J
I44 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I4 5

toridad nacional y las veleidades autonomistas de las provincias PROCESO INSURRECCIONAL


federadas. Ello alimenta una variedad de conflictos internos y Y DISLOCACIÓN DEL ESPACIO RIOPLATENSE
externos, acompañados de una anarquía financiera que estallará
en 1890. El tercer periodo, que calificamos de gran aceleración, Las dos incursiones de las tropas británicas en el Río de la Plata
corresponde a la etapa de consolidación del poder nacional aso­ en 1806 y 1807 introducen, como ya se ha señalado, una serie
ciado a un momento de gran expansión de la economía agroex­ de cambios que marcarán el derrotero de la insurrección en la
portadora. La belle épocue local combina así optimismo y creci­ región. La destitución del virrey Sobremonte implica una alte­
miento económico gracias a la intensificación de los flujos de ración en las reglas de funcionamiento de las instituciones polí­
capitales y de mano de obra. Los beneficios de este crecimiento ticas, singularmente validadas por la corona al nombrar al de­
serán empero desigualmente repartidos, alimentando el conflic­ fensor de la plaza de Buenos Aires, Santiago de Liniers, virrey
to entre capital y trabajo que desentona con el optimismo preva­ interino. La invasión británica deja, por otro lado, una pobla­
leciente. Ello se acompaña a finales del periodo de un resquebra­ ción movilizada y organizada militarmente en cuerpos milicia­
jamiento del credo liberal tanto en lo político y jurídico como en nos, brindando a los jefes de esta "ciudad en armas" una base
lo económico, impulsando importantes cambios sociales, demo­ inédita de poder. La experiencia introduce igualmente frentes
gráficos y políticos que anuncian el siglo xx. de tensión entre aquellos que resisten la ocupación y quienes
juran fidelidad al rey inglés, como lo expresa el prior de Santo
Domingo, fray Gregorio Torres, en nombre de las diferentes
EL MOVIMIENTO INSURRECCIONAL Y EL LARGO PROCESO órdenes religiosas, mientras que el obispo Lué se resiste a hacer­
DE CONSTRUCCIÓN DE UNA ENTIDAD POLÍTICA NACIONAL lo. Ello acentúa la escisión entre el clero regular y el clero secu­
lar que condicionará en parte la actitud de unos y otros frente a
La etapa que se inicia con la crisis monárquica y la pérdida del la crisis española que estallará un año más tarde.
Alto Perú (1808­1812) y se cierra con la promulgación de la Durante el otoño austral de 1808 llegan las primeras y con­
Constitución federal de 1853 se caracteriza por la fragmenta­ fusas noticias de la situación metropolitana, a las que se agregan
ción del antiguo espacio virreinal y la multiplicación de conflic­ las enviadas desde Río de J aneiro por el emisario de la infanta
tos entre las diferentes entidades que se reclaman depositarias Carlota, hermana de Fernando VII y princesa consorte­regente
de la soberanía. La dimensión política del proceso revoluciona­ de Portugal. La confusión no podía ser entonces mayor. Mien­
rio que conjuga la ruptura del vínculo colonial con la fragmen­ tras que José Bonaparte y Carlotajoaquina reclaman simultánea­
tación política de la soberanía provoca una desestructuración mente el reconocimiento de su autoridad sobre los dominios
del espacio económico virreinal que introduce nuevos des­ americanos, en España la población se organiza en juntas gober­
acuerdos en torno al control de las entradas fiscales que ahora nativas que se dirigen igualmente a los americanos en represen­
se concentran en los dos puertos que abren el acceso al merca­ tación del rey cautivo. El virrey interino, Santiago de Liniers,
do atlántico, el puerto de Buenos Aires y el de Montevideo. Es intenta, no sin dificultad, asentar su autoridad sobre el principio
en torno a esta cuestión que van a definirse los "unitarios" (cen­ de fidelidad a Fernando VII que implica, según su propia lectu­
tralistas) y los federalistas en el Río de la Plata. ra, el mantenimiento del statu qua. En su nombre logra desbara­
I46 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS
- EL LARGO SIGLO XIX I4 7

tar la conjuración del cabildo de Buenos Aires en enero de 1809 dra, jefe del primer regimiento de patricios y de gran ascenden­
y reprimir los movimientos altoperuanos de Chuquisaca y la cia sobre las milicias, y cuyos secretarios, Mariano Moreno y
Paz, aunque no consigue impedir la constitución de una Junta JuanJosé Paso, son ferviente promotores de un cuestionamiento
de Gobierno en nombre de Fernando VII en Montevideo, junta radical del pacto de sujeción. La doble iniciativa de la junta, de
que desconoce su autoridad. A pesar de la inegable habilidad de desconocer la autoridad del Consejo de Regencia y atribuirse la
Liniers para erigirse en fiel defensor de los intereses del monarca representación del reino genera la desconfianza y la abierta hos­
español, en el contexto de ocupación de la península por las tilidad de ciertas ciudades que, como Montevideo, Córdoba,
tropas napoleónicas, esta posición era difícilmente sostenible Salta, Potosí y Asunción, van a impugnar la decisión tomada en
debido a que sus orígenes franceses ofrecían un flanco fácil para la capital. Actitudes díscolas que Buenos Aires decide cortar de
quienes buscaban desacreditar sus intenciones legitimistas. La raíz con el envío de un ejército revolucionario destinado a hacer
Junta Central en España decide finalmente nombrar a Baltazar reconocer su autoridad en el conjunto del territorio, paralela­
Hidalgo de Cisneros como nuevo virrey, y el arribo de este al Río mente a la constitución de una Junta Grande integrada por los
de la Plata, en junio de 1809, permite en efecto acabar con la representantes de los diferentes cabildos del virreinato que inte­
secesión de Montevideo y asentar el poder virreinal sobre la au­ graban la junta con mandato imperativo.
toridad de la Junta Central española. Será, sin embargo, un bre­
ve periodo de respiro. La caída de Andalucía, que acarrea la di­
solución de la Junta Central y su posterior reemplazo por un PROCESO REVOLUCIONARIO
Consejo de Regencia, coloca al nuevo virrey nombrado por la
desaparecida junta nuevamente en una situación delicada. A las Con la constitución de la Junta Gobernativa en mayo de 1810
primeras noticias llegadas sobre la caída de Andalucía, el cabildo se inicia el proceso revolucionario en la región, que concluye
de Buenos Aires convoca un cabildo abierto a fin de tomar posi­ con la declaración de independencia de las Provincias Unidas
ción respecto de las alarmantes noticias que llegan de la penín­ de América del Sur, en 1816 y la promulgación de la primera
sula. En ausencia del rey, la corporación urbana se autoproclama Constitución republicana de corte centralista en 1819, cuya
depositaria de la soberanía pero intenta evitar decisiones que ampliación provoca el derrumbe del poder central y la desinte­
pudiesen aparecer como irreversibles nombrando una junta de gración territorial del antiguo espacio virreinal. Durante esta
gobierno presidida por el ex virrey Cisneros e integrada por ex­ primera etapa (1810­1816), que la historia tradicional califica­
ponentes de las diferentes tendencias entonces manifiestas: rea­ ba de revolución que avanza bajo la "máscara de Fernando VII",
listas, moderados y autonomistas. La solución de compromiso vemos enfrentarse a los llamados "realistas", los autonomistas y
se revela poco aceptable y genera rápidamente el descontento de los independentistas que se basan cada uno de ellos en lecturas
las milicias urbanas y de la población de Buenos Aires, cuya diferentes de la crisis y cuyas respuestas a la misma están dicta­
movilización compele al ex virrey a renunciar a la junta, y una das por complejas redes de alianzas constituidas en torno a la
nueva Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de defensa de intereses económicos y de fidelidades a diferentes
la Plata a nombre del señor don Fernando VII se constituye el 25 instituciones ­cabildo, junta, triunvirato, directorio­, me­
de mayo de 181 O. Esta última es presidida por Cornelio Saave­ diante las cuales se busca garantizar una base política a las dis­

I48 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I49

tintas facciones enfrentadas. Los gobiernos que se suceden en­ cuestión constituyente en el centro de la dinámica insurreccio­
tonces al ritmo de destituciones, conspiraciones y movilizaciones nal, otorgando a los grupos radicales y a los jefes militares refor­
populares deben, asimismo, confrontar diferentes focos milita­ mistas el contexto propicio para convocar una asamblea consti­
res abiertos en el Alto Perú, en la Banda Oriental y en Paraguay, tuyente que se reúne en enero de 1813. Si bien esta excluye de
que tienen como resultado la pérdida del Alto Perú luego del su juramento la fidelidad a Fernando VII e introduce una serie
desastre militar del brillante tribuno de la revolución, improvi­ de reformas liberales, como la supresión del tributo, la libertad
sado comandante del ejército, Juan José Castelli, en Huaqui, en de vientres para los esclavos y la libertad de imprenta, no se re­
junio de 1811. A ello se agrega la derrota del ejército de Manuel suelve a declarar la independencia y posterga la promulgación
Belgrano, otro elocuente jurista hijo de uno de los más ricos y de un texto constitucional. Hay que recordar que el ambiente era
exitosos comerciantes de la región, secretario del Consultado de poco propicio a los fervores revolucionarios. Entonces la rela­
Comercio y gran defensor del libre comercio, enviado por Bue­ ción de fuerzas estaba cambiando en la península y en Europa y
nos Aires a Paraguay en enero de 1811 (y que concluye con la el muy probable retorno de Fernando VII al trono era fuente de
declaración de la independencia del Paraguay en 1813). En la fluctuaciones en la política en el Río de la Plata, alimentando
Banda Oriental, vecino territorio ribereño, la prolongación del temores que efectivamente se concretaron en mayo 1814 con la
conflicto comporta un triple peligro para Buenos Aires debido restauración absolutista y la manifiesta intención de Fernando
a las fuerzas realistas que allí se concentran, a la disidencia pa­ VII de recuperar .sus colonias americanas. Esos fueron los años
triótica contra Buenos Aires que lidera] osé Artigas en una vasta más difíciles del movimiento insurgente en el Río de la Plata y en
región litoral y a la amenaza latente de una expansión militar todas las regiones del imperio que debieron hacer frente a la cada
portuguesa con el objetivo de controlar la ladera oriental del vez más explícita intención de Fernando VII de reconquistar
Río de la Plata. La guerra deviene rápidamente el horizonte de militarmente las colonias díscolas. Si Buenos Aires logró mante­
la revolución, según la expresión consagrada de Tulio Halperín­ nerse como sede de un poder autonómico que no terminaba de
Donghi. Pero a diferencia de otras regiones del imperio, el po­ definir sus fundamentos, estaba lejos de controlar militarmente
der revolucionario logra controlar parte del ex territorio virrei­ el conjunto del territorio. El año 1813 fue particularmente in­
nal y sustancialmente la ciudad capital con su puerto atlántico cierto con los desastres militares de Belgrano de Vilcapugio y
del que dependían buena parte de las economías regionales y Ayohuma, en el Alto Perú (hoy territorio boliviano), frente a las
que, como veremos luego, ofrecía recursos para financiar una tropas realistas dirigidas por el general Joaquín de la Pezuela,
campaña continental que contribuirá al definitivo triunfo de las que obligó al Ejército del Norte a emprender una nueva retirada
fuerzas independentistas en América del Sur. El Río de la Plata hastaJujuy, exponiendo continuamente las tierras bajas de Salta
no solo fue la única región del imperio donde el poder insurrec­ y Jujuy a los ataques realistas. La heroica defensa del frente nor­
cional no conoció reveses de las fuerzas realistas sino también te por los "gauchos de Güemes" ­calificativo con el que la his­
una de las pocas que no aplicaron la Constitución de Cádiz. toriografía argentina recuerda la guerra de guerrillas a la que se
La decisión que toma la junta de Buenos Aires en 1810 de entregan en la provincia de Salta las milicias irregulares bajo el
no enviar representantes a las Cortes de Cádiz, que arrastra la comando de Martín Miguel de Guernes, un militar descendiente
posterior negativa de jurar la Constitución en 1812, instala la de la alta burocracia colonial y que abraza, como tantos otros, la

IfO PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX IfI

carrera de la revolución­ tiene como efecto consolidar el poder tiples derrotas lo demostraban, San Martín planteó la necesidad
de caudillos locales que constituyen una nueva amenaza para el de un cambio de estrategia, diseñando el audaz plan de una
poder central. Al este, las tropas de Carlos María de Alvear ­un campaña continental, proyectando el ataque al bastión realista
militar que había combatido en España contra los ejércitos de del Perú por el Pacífico. Ello implicaba franquearse un paso a
Bonaparte y que en 1812 regresa a su tierra natal conJosé de San través de la cordillera de los Andes, enorme masa montañosa
Martín para servir en el ejército revolucionario­ habían cierta­ que cuenta en esta región con picos que alcanzan los 6 900 me­
mente terminado con las fuerzas realistas en la Banda Oriental, tros. José de San Martín fue sin duda el militar patriota con ma­
pero la disidencia de José Gervasio Artigas, líder de la revolución yor genio estratégico. Hijo de un funcionario colonial, empieza
oriental, arrastra a las provincias del litoral de los ríos (Entre una brillante carrera militar en España sirviendo a la corona en
Ríos, Santa Fe, Corrientes) asociadas en 1815 a la Liga de los diferentes escenarios bélicos: en África contra los "moros" y en
Pueblos Libres, que quedan bajo su protección. Al oeste, la reor­ la península ibérica y Francia durante la guerra de independen­
ganización militar frente a la nueva amenaza realista también cia, destacándose en la batalla de Bailén, en la que su heroica
crea nuevas tensiones entre poderes locales y autoridad central. actuación le mereció el grado de teniente coronel. Ganado a la
En Chile, la derrota de Rancagua en octubre de 1814 acaba con causa de la independencia ­muchos afirman que se afilia a la
la Patria Vieja transformando la vecina república en una nueva masonería en Cádiz y que allí toma contacto con varios promo­
amenaza para el poder insurgente rioplatense. Todo ello dificul­ tores de la independencia­americana­, pide su retiro del ejérci­
ta también la obtención de apoyos de las potencias del Atlántico. to español y luego de una corta estadía en Londres, donde cono­
Con la ocupación francesa, Gran Bretaña se había convertido en ce a otros independentistas americanos y según algunos crea la
gran aliada de las monarquías ibéricas, imponiéndose una neu­ logia de Los Caballeros Racionales o Logia Lautaro; de ahí se
tralidad que la Francia de la Santa Alianza rompe apoyando a embarca hacia Buenos Aires con otros oficiales masones gana­
Fernando VII en su proyecto de reconquista del imperio. Esta­ dos, entre quienes se encuentra Carlos María de Alvear, para
dos Unidos, en guerra contra Gran Bretaña, tenía otras priorida­ integrarse al ejército patriota. Las autoridades revolucionarias
des. Se inicia entonces la etapa más crítica de la revolución que le encargan a su llegada la formación de un regimiento de gra­
llevó a que el director supremo considerara la posibilidad de naderos a caballo, con el que hará su bautismo de fuego en la
negociar un retorno a la obediencia al rey de España. Sin embar­ batalla de San Lorenzo, gracias a la cual San Martín logra frenar
go, la idea de una marcha atrás tampoco era fácilmente negocia­ las incursiones del ejército realista de la Banda Oriental hacia la
ble. La restauración monárquica en España no brindaba demasia­ ladera occidental del río Paraná. Inmediatamente después se le
das garantías para los grupos autonomistas y generaba la abierta otorga la comandancia del desahuciado Ejército del Norte, des­
hostilidad de los más radicales. La nueva amenaza realista en Chi­ de donde diseña su estrategia continental de la guerra indepen­
le terminó de convencer a los más reticentes de la oportunidad dentista. En 1814 logra que Gervasio Posadas, flamante direc­
que presentaba el proyecto del nuevo jefe de la expedición al Alto tor supremo de las Provincias Unidas, lo nombre intendente de
Perú, nombrado en reemplazo del derrotado Belgrano, el tenien­ Cuyo. Ello le permite instalarse en la ciudad de Mendoza, ca­
te coronel José de San Martín. Convencido de que la insurrec­ becera de intendencia y excelente lugar para organizar un ejér­
ción no se ganaría militarmente por el Alto Perú, como las múl­ cito con el que emprender una campaña militar hacia Chile.

If2 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS

Aunque su aptitud política no igualó su genio militar, su parti­ Disgregación del virreinato del Río de la Plata:
cipación a la Logia Lautaro fue un instrumento eficaz para lograr territorio de las Provincias Unidas, 1816
los apoyos políticos necesarios para emprender su expedición
militar. En este contexto de aislamiento y amenaza de desagre­
Perú
gación territorial, el nuevo director supremo sustituto, Ignacio
Álvarez Thomas, decide convocar a un congreso constituyente
Cochabamba
que se reúne en la provincia de Tucumán en marzo de 1816. San Charcas
Brasil
Martín consigue influir sobre la decisión del congreso de decla­
rar la independencia, alegando que debía llegar a Chile repre­
sentando a la autoridad de un país independiente y no de un
poder rebelde. El 9 de julio de 1816 el congreso declara la inde­
pendencia de las Provincias Unidas de Sudamérica. San Martín
obtiene igualmente del nuevo director supremo y probablemen­
te hermano de la Logia Lautaro, Juan Martín de Pueyrredón, un
sólido apoyo para emprender la audaz travesía de la cordillera
de los Andes que le permite lanzar la guerra ofensiva contra las
fuerzas realistas en Chile en 1817 y la expedición libertadora
desembarca en Perú en 1820, proclamando en 1821 la indepen­
dencia del Estado peruano.
Entre los congresistas de Tucumán el consenso fue menor
respecto a la forma de gobierno que debía adoptarse. Si los de­
Océano Atlántico
fensores de la república no faltaban, la restauración monárquica
en Europa persuadió a más de un diputado de la conveniencia
de optar por una monarquía constitucional, mejor adaptada al
concierto de las potencias europeas en Viena en 1815 en torno !N
a la restauración monárquica. El problema que se plantea aquí,
como en otras partes del imperio, es el de las dificultades de
encontrar algún miembro de las familias reales europeas que
garantizase la continuidad sin comportar un riesgo para los po­ c:::=J Dominio indígena
c:::=J
deres tan trabajosamente conquistados por los criollos. Manuel Distritos disgregados
••••••••••• Límite de capitanías e intendencias
Belgrano piensa hallar la solución en la restauración de una di­ Límite actual

nastía inca, proposición que es igualmente desechada. Todo ello


prolonga los trabajos del congreso que en 1817 se traslada a
Buenos Aires, donde se promulga en 1819 la primera constítu­
...
I54 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I55

ción de corte centralista, desconociendo con ello los reclamos ces más activa en la producción ganadera. Pero es sobre todo la
autonomistas de las diferentes ciudades­provincias del antiguo pérdida del Alto Perú la que tendrá un fuerte impacto sobre una
virreinato del Río de la Plata. La constitución votada en Buenos economía regional que, como se indicó en el capítulo anterior,
Aires es inmediatamente rechazada por las provincias. Santa Fe, estaba estructurada en torno a los intercambios entre la zona
una de las provincias de la Liga de los Pueblos Libres, declara su altoperuana, la región mediterránea y el litoral atlántico. Y no
independencia e instaura una república autónoma, siendo imi­ solo se trata de la pérdida de los beneficios de las minas del Alto
tada por las provincias de Entre Ríos, Tucumán, Córdoba y La Perú (hasta 1810, 80% de las exportaciones de Buenos Aires
Rioja. Frente a ello, Buenos Aires intenta, como en el pasado, tenían este origen) sino de una economía de gran diversidad
imponer su autoridad por las armas, en un contexto particular­ productiva e inserta en vastos circuitos de comercialización. Las
mente desfavorable puesto que los ejércitos nacionales que esta­ norteñas provincias de Jujuy y Salta, que habían orientado su
ban movilizados en las campañas libertadoras terminan por le­ producción hacia el mercado andino ­producción y comercia­
vantarse contra la propia Buenos Aires. La batalla de Cepeda en lización de mulas y carretas destinadas al Alto Perú­, se vieron
febrero de 1820, en la que el ejército de las Provincias Unidas del particularmente afectadas. La zona de Cuyo también perdió,
Río de la Plata es derrotado por la coalición de fuerzas federalis­ aunque en menor proporción, el mercado transandino. En
tas lideradas por los caudillos de las provincias de Santa Fe y cuanto a la región del litoral, su ubicación geográfica le permi­
Entre Ríos, apoyados por José Artigas de la Banda Oriental y el tió sacar un beneficio más inmediato de la desaparición de la
chileno José Miguel Carrera, sella el derrumbe del poder central, regulación colonial, gracias a una mejor exposición al comercio
facilitando la emergencia de las provincias como nuevas entida­ atlántico. Sin embargo, a corto plazo todas la regiones resintie­
des político­institucionales. ron un conflicto que tuvo un impacto devastador sobre la po­
blación ­aunque es difícil cuantificar el número de muertes
provocadas­ y sobre los bienes, generando una importante
LA DISLOCACIÓN DEL ESPACIO ECONÓMICO COLONIAL trasferencia de recursos del sector productivo al sector militar.
En efecto, la resolución tomada por laJunta Gubernativa de
El proceso revolucionario que hemos resumido aquí tendrá 1810 de imponer su autoridad por medio del envío de unidades
efectos inmediatos y a más largo plazo sobre la economía regio­ militares allí donde era cuestionada, activa una maquinaria de
nal. En primer lugar, el rechazo de la Audiencia de Charcas de guerra que consume bienes y brazos en un contexto de desapa­
aceptar la autoridad de la Junta de Buenos Aires implica la pér­ rición del sistema financiero imperial. Ello transforma la aduana
dida de las remesas de la caja de Potosí, que subsidiaba la de de Buenos Aires en fuente principal de recursos fiscales del po­
Buenos Aires. En otros términos, Buenos Aires, como cabeza der revolucionario. Los propietarios son también sometidos a
del virreinato, pierde su principal fuente de recursos fiscales. El "contribuciones forzosas" para financiar los esfuerzos de guerra.
rechazo de los cabildos de Montevideo y de Asunción de reco­ Según los cálculos de Halperín­Donghi estas representan para el
nocer la autoridad de la Junta de Buenos Aires le amputa, por primer quinquenio revolucionario 10% de los recursos obteni­
otro lado, dos regiones importantes: Paraguay, amplio mercado dos por el fisco y afectan tanto a los propietarios urbanos como
para la economía regional, y la Banda Oriental, la región enton­ rurales, pero tiende a recaer sobre las familias menos vinculadas
f'
I56 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I57

a la revolución. Los propietarios rurales son además gravados Las cifras demográficas, aunque muchas de ellas aproxima­
con contribuciones en especie, que impone el abastecimiento tivas, confirman esta desigual repercusión de la guerra sobre las
del ejército, y con el aporte de recursos humanos, medida diri­ diferentes regiones. Mientras que Buenos Aires tiene un creci­
gida en particular a los propietarios de esclavos, entre los cuales miento de más de 50% de su población entre fines del siglo XVIII
se destaca la iglesia. La militarización también moviliza una y 1822, Santa Fe pierde población y la población de las provin­
mano de obra libre que la revolución ha convertido en ciudada­ cias del interior se estanca.
nos­soldados. Aunque no todos pagan su impuesto de sangre
­las deserciones son crónicas­, la tasa de militarización de la
sociedad es muy alta. Considerando la cuota de reclutas para al CONSOLIDACIÓN DE LAS AUTONOMÍAS PROVINCIALES
ejército que cada provincia debía abastecer, fijada por el Congre­ Y REORGANIZACIÓN DE LOS CIRCUITOS COMERCIALES
so Nacional en 1816, un hombre adulto y válido por cada cinco
debía alistarse. Si a ello agregamos las milicias reclutadas en las La caída del régimen directorial en 1820 tiende, en realidad, a
regiones, cifras por cierto difícilmente cuantificables en virtud intensificar un problema ya presente durante la primera década
de la extrema volatilidad de las mismas, no es difícil imaginar el revolucionaria: el principio de la retrocesión de la soberanía a
impacto que esta transferencia de hombres del sector productivo partir del cual la Junta de Buenos Aires funda su autoridad so­
al militar tiene para la economía regional, tanto en la producción bre el resto del territorio del virreinato, es también invocado
como en la comercialización. La multiplicación de milicias acen­ por las otras ciudades principales respecto de Buenos Aires
túa la fragmentación del espacio económico regional e introduce ­como vimos fue el caso de Asunción en 1811­ y por las
una mayor inseguridad en el tráfico comercial, que, a su vez, ciudades secundarias respecto de las principales. Los reclamos
aumenta los costos de la transacción. de soberanía de "los pueblos" desencadena un proceso de frag­
La guerra, ciertamente devastadora, no afectó todas las re­ mentación de la soberanía que comienza por la dislocación de
giones de la misma manera. Como es fácil suponer, sí tuvo un la pirámide de obediencias entre ciudades cabecera y secunda­
fuerte impacto en las regiones donde se concentraron las opera­ rias y acaba con la decapitación de la primera de ellas, Buenos
ciones bélicas, en particular las provincias del Norte ­perjudi­ Aires, que en 1820 que pierde el vasto territorio sobre el cual
cadas sobre todo por la pérdida del Alto Perú y la guerra contra sus élites pretendían imponer su autoridad. En 1813 por el
los realistas­ y la Banda Oriental, que agotan y destruyen los Segundo Triunvirato se separan Mendoza, SanJuan y San Luis,
recursos de toda esta región ganadera beneficiando indirecta­ hasta entonces dependientes de la intendencia de Córdoba,
mente la producción de la campaña bonaerense. Junto con la creando la intendencia de Cuyo. En 1814 se constituyen las
guerra, la revolución introduce el librecambio, del cual, como provincias de Entre Ríos y Corrientes independientes de la in­
vimos, dependían los ingresos fiscales para financiar la guerra y tendencia de Buenos Aires. La intendencia de Salta de Tucumán
cuyo impacto diferencial se hará sentir sobre todo a partir de los se divide para dar nacimiento a las provincias de Salta y Tucu­
años veinte. Pero incluso durante la primera década, es la ciudad mán, y Santa Fe se separa de la intendencia de Buenos Aires.
de Buenos Aires y su puerto los que sacan mayores beneficios del Por desagregación se van constituyendo las provincias como
libre comercio. espacios político­administrativos que, con el derrumbe del po­
p

I58 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I59

der central en 1820, se transforman en entidades de derecho tica para defender posiciones que consideraban protegían sus
público, con autonomía fiscal y monetaria, dando lugar entre propios intereses, como lo demuestra la vitalidad del federalis­
las décadas de los veinte y los treinta a la promulgación de tex­ mo popular en la región.
tos reglamentarios o constitucionales. En todos estos textos, la
referencia a una entidad supra provincial aparece de manera re­
currente y vinculada tanto a la existencia de un vasto espacio de NUEVA TENTATIVA PORTEÑA DE LIDERAR
intercambios, que lo era también de alianzas familiares dentro UNA ORGANIZACIÓN NACIONAL
del cual estos se inscribían, como a la existencia del puerto de
Buenos Aires que vincula la región con la economía atlántica. Como las otras provincias, Buenos Aires inicia, luego del crítico
Puesto que la aduana seguía siendo el principal recurso fiscal y año 1820, un proceso de organización institucional impulsado
un instrumento de control de los circuitos comerciales que in­ por un grupo de ilustrados porteños que bajo la denominación
cidía directamente en las economías provinciales, el control que de Partido del Orden emprenden una serie de reformas libera­
pretende ejercer Buenos Aires sobre la misma fue motivo de les. La llamada "feliz experiencia", expresión con la cual la his­
constantes conflictos. Estos dieron lugar a coaliciones políticas toriografía argentina bautizó este periodo de bonanza liberal en
y militares que se constituyeron a lo largo de todo el periodo, Buenos Aires y cuyos principales artífices .son Bernardino Riva­
desde la Confederación liderada por Rosas hasta las diferentes davia y Manuel García, ministros del gobernador Martín Rodrí­
ligas unitarias y facciones que buscan nacionalizar la aduana o guez, permite la consolidación de un nuevo orden institucional
abrir el comercio fluvial para evitar el control de Buenos Aires republicano representativo en el marco de un contexto econó­
sobre el comercio atlántico. mico particularmente favorable. La desaparición del Estado
Los treinta años de autonomía provincial lo fueron igual­ central libera por otro lado a Buenos Aires de los esfuerzos de
mente de fuerte politización de la población, tanto urbana como guerra y de los costos de la administración del vasto territorio
rural, asociada a la militarización de la sociedad. Durante estos virreinal, que son así transferidos a los gobiernos provinciales,
años vemos surgir nuevos liderazgos y actores políticos, entre conservando esa ciudad la renta aduanera como principal en­
ellos, los caudillos retuvieron la mayor atención de la historio­ trada fiscal. De manera tal que la desintegración del poder cen­
grafía. La interpretación que de estos poderes se ha hecho ha tral tiene por principal efecto el de confirmar la supremacía de
cambiado sensiblemente desde la inaugural obra de Sarmiento, la provincia de Buenos Aires respecto del conjunto de las pro­
Facundo, o civilización y barbarie, que los define como encarna­ vincias "desunidas" del Río de la Plata.
ción de la barbarie americana. Sabemos hoy que el poder perso­ La prosperidad provincial reposa, sin embargo, sobre una
nal que estos hombres acumularon contribuyó a la edificación de ambigüedad político­institucional que no tarda en perturbar la
los primeros andamiajes institucionales, erigiendo un sistema de alianza de las diferentes facciones que habían hecho posible la
fidelidades personales que tendieron in fine a supeditar el orden feliz ecuación rivadaviana en la provincia de Buenos Aires. Como
institucional a la capacidad personal de controlar amplias clien­ hemos referido, tanto las constituciones provinciales como los
telas políticas. Ello no impidió a la "plebe", como denominan las pactos entre estados provinciales aluden a la existencia de una
fuentes a los sectores populares, participar en la contienda polí­ nación argentina, aún por constituirse, pero en nombre de la
I60 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I6I

cual se firman los mismos. Ambigüedad que permite mantener clamar la soberanía territorial sobre los dominios heredados del
el statu qua entre los diferentes grupos regionales que defendían antiguo virreinato.
posiciones encontradas, centralistas, autonomistas o indepen­ La llegada de Parish precipita así la convocatoria a un nuevo
dentistas por medio de un régimen de "provisoríato" según el congreso constituyente en Buenos Aires, que se reúne a fines de
cual los poderes que surgen lo hacen evocando una soberanía 1824. A fin de negociar el tratado con Gran Bretaña, el Congre­
nacional que solo un texto constitucional, constantemente pos­ so vota en enero de 1825 la Ley Fundamental que delega en la
tergado, puede asentar. Los textos legislativos buscan instalar y provincia de Buenos Aires las relaciones exteriores de la nación.
hacer funcionar las instituciones de manera provisional hasta En mayo, la asamblea promulga la ley que crea el ejército nacio­
que la constitución instituya la nación y con ella el principio de nal y ordena incorporar la Banda Oriental a las Provincias Uni­
legitimidad que valide el régimen establecido. Esta intrincada das en octubre del mismo año, declarando con ello la guerra al
situación plantea dificultades mayores en el ámbito internacio­ imperio de Brasil. En febrero de 1826, la Ley de Presidencia,
nal, que se hicieron particularmente patentes cuando en 1824 también promulgada por el Congreso, designa a Bernardino Rí-
llega a Buenos Aires Woodbine Parish, para negociar un acuerdo vadavia como primer presidente de la nación argentina. La asam­
de amistad y comercio en nombre de su majestad británica Jorge blea instala así una autoridad nacional antes de que los represen­
IV y que implica, como contrapartida, el reconocimiento de la tantes de las provincias se pongan de acuerdo y voten un texto
independencia del nuevo Estado. Este reconocimiento permitía constitucional. Todo ello provoca un nuevo enfrentamiento en­
normalizar las relaciones con otras naciones, frenando con ello tre los partidarios de la federación y los defensores de un poder
toda tentativa de reconquista española. Y este peligro no era una centralizado en Buenos Aires. La ruptura se hizo ineludible du­
simple especulación: Fernando VII no economizaba esfuerzos rante la discusión de la Ley de Capitalización destinada a nacio­
para encontrar en Europa apoyos que le permitiesen emprender nalizar la ciudad de Buenos Aires. Por la misma, la provincia
la recuperación militar de "sus dominios". Las presiones de Ma­ perdía su puerto y, junto con él, las entradas fiscales del comer­
drid habían llevado, incluso, a que León XII promulgara en sep­ cio exterior que pasaban ahora a manos del poder nacional. Este
tiembre 1824 la encíclica Etsí íam díu, en la que condena las proyecto fue considerado inaceptable por los grupos federales
guerras americanas como una amenaza a "la integridad de la porteños que disponían de una importante base popular. Ello
religión". El destino de la Banda Oriental también parecía de­ terminó de pulverizar la coalición bonaerense que había apoya­
pender de este acuerdo con Gran Bretaña. Las tropas portugue­ do hasta entonces al grupo rivadaviano en su política de refor­
sas, instaladas en la Banda Oriental desde 1817, se anexaron en mas. Los trabajos del Congreso, por su parte, también alteran el
1821 este territorio, integrado como provincia Cisplatina. Y la sistema de alianzas provinciales y facilitan la emergencia en el
independencia del Brasil en 1822 no cambia la situación puesto interior de la poderosa figura de Facundo Quiroga. Gracias a su
que en el flamante emperador Pedro I pretende recuperar la in­ alianza con Juan Bautista Bustos, hombre fuerte de Córdoba,
tegridad de los dominios americanos de su padre, considerando Quiroga logra consolidar un bloque de provincias centrales
la flamante provincia Cisplatina como parte integral de ellos. (Cuyo, La Rioja, Córdoba, Santiago del Estero) que se opone a
Para denunciar la anexión de estos territorios, Buenos Aires re­ la política de Buenos Aires. Es en este contexto de hostilidad
quiere la previa afirmación de un Estado nacional capaz de re­ creciente que los partidarios de la unidad deciden acelerar el
I62 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I63

proceso y promulgar el 24 de diciembre de 1826 la Constitución vincias del interior encabezadas por Facundo Quiroga y una si­
de la República Argentina. tuación de gran inestabilidad en la provincia de Buenos Aires.
Bernardino Rivadavia, ahora presidente de una nación cons­
titucionalmente instituida, debe entonces hacer frente a una si­
tuación interna y externa particularmente difícil. Como en 1819, HACIA LA ORGANIZACIÓN CONFEDERATIVA DE PROVINCIAS
el texto votado es producto de una relación de fuerzas dentro del BAJO LA HEGEMONÍA PORTEÑA
Congreso, que la situación fuera de él no confirma. La oposición
federal, incluso dentro de la provincia de Buenos Aires, está cada Manuel Dorrego, jefe del partido popular porteño, asume el
vez más extendida y difícilmente puede Rivadavia imponer un gobierno de la provincia de Buenos Aires en un contexto suma­
orden que la mayoría de las provincias reprueban. La situación mente crítico. A pesar de que logra firmar la paz con Brasil so­
externa no es más halagüeña. La guerra contra el imperio de bre bases menos ominosas que las aceptadas por Manuel García,
Brasil, que ciertamente había comenzado con el rutilante triunfo debe hacer frente al descontento que provoca en el ejército la
terrestre en la batalla de Ituzaingó, experimenta una situación paz firmada con Brasil. De regreso a Buenos Aires, el general
menos resonante en el ámbito naval. La superioridad de sus Juan Lavalle encabeza, a fines de 1828, un golpe de Estado que
fuerzas marítimas permite al imperio someter el puerto de Bue­ acaba con el gobierno de Manuel Dorrego y con su vida. La ar­
nos Aires a un prolongado bloqueo cuyos efectos económicos bitraria e inexplicable decisión de Lavalle de ejecutar a Dorrego
desastrosos se hacen rápidamente sentir en el conjunto de la sin juicio previo y como simple medida de prevención, tendrá
población, privando por otro lado al gobierno nacional de su efectos inmediatos y desastrosos para la facción unitaria. Con­
principal fuente de recursos fiscales. Con los recursos aduaneros vertido en mártir por Lavalle, el difunto Dorrego se convierte en
y políticos agotados, Rivadavia decide terminar la guerra de la emblema del federalismo popular porteño, movimiento que be­
manera menos deshonrosa posible, aceptando para ello la me­ neficia en particular a otro caudillo de la provincia, el rico es­
diación británica. Pero la base de las negociaciones que Rivada­ tanciero Juan Manuel de Rosas, quien se erige en defensor del
via considera aceptable, y que supone el retiro de las tropas im­ federalismo popular y única figura capaz de restablecer la paz
periales brasileñas de la Banda Oriental y el reconocimiento de dentro de un orden federal. Un nuevo levantamiento de la cam­
la independencia de Uruguay por las dos partes beligerantes, no paña bonaerense en 1829, que moviliza a "gauchos federales" y
es respetada por el emperador que impone a Manuel García, a "huestes bárbaras" en nombre de la federación, permite a Ro­
emisario del gobierno de Buenos Aires, un acuerdo que estipula sas, que aparece entonces como líder de este movimiento, acce­
como nueva base para la paz la anexión definitiva de Uruguay der al gobierno de la provincia. En el interior del país, Facundo
por el imperio de Brasil. La "humillación, el oprobio y la deshon­ Quiroga sigue dominando una buena parte de las provincias
ra de la República argentina", como entonces se denuncia, obli­ centrales pero pierde el control de Córdoba, que pasa a manos
ga a Rivadavia a presentar su renuncia al Congreso. La segunda de otro ex combatiente de la guerra contra Brasil, el general José
tentativa de organización constitucional se salda nuevamente María Paz, quien logra instalar, de regreso a su provincia natal
con el derrumbe del gobierno nacional que deja como herencia en 1829, una fuerza militar capaz de ejercer una cierta hegemo­
una guerra con el imperio de Brasil, una nueva coalición de pro­ nía unitaria en el interior. En 1830 la liga militar entre defensa­
I64 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I65

res del centralismo se institucionaliza mediante la creación del atados por el asesinato de Quiroga en 1834, y logra en 1835 que
Supremo Poder Militar, que el propio Paz lidera. Los federales la legislatura provincial vote la suma del poder público con el
también se organizan y para hacer frente a la amenaza unitaria que asume el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Sin mo­
firman en enero de 1831 el Pacto de Confederación Argentina, dificar las instituciones existentes ­la sala de representantes
tratado de "amistad y unión estrecha y permanente" y de alianza como legislatura provincial sigue funcionando durante los 1 7
ofensiva y defensiva que regirá las relaciones interprovinciales años del gobierno rosista­, las vacía de su dimensión represen­
durante los siguientes 20 años. En tomo a este pacto federal se tativa designando a los miembros de la legislatura. Ello le per­
alcanza un cierto equilibrio de poderes entre los tres caudillos mite ejercer un poder sin límites en su provincia y una hegemo­
federales que dominan el territorio argentino: Juan Manuel de nía indiscutible en el conjunto de la Confederación. Solo
Rosas en Buenos Aires, Estanislao López en el litoral y Facundo abusivamente podemos calificar este periodo de "pax rosista",
Quiroga que recupera su antiguo predominio en el interior lue­ teniendo en cuenta que este orden se construye sobre la base de
go de la inesperada captura del general Paz en 1831, que acaba una lógica facciosa como mecanismo de cohesión política y una
con la liga unitaria. Este equilibrio entre diferentes intereses lógica militar como mecanismo de cohesión social. Ello lo lleva
provinciales, que defienden en nombre del federalismo los tres a restringir cada vez más las libertades públicas, situación que
caudillos citados, se rompe con el asesinato de Facundo Quito­ provoca el surgimiento de una amplia gama de descontentos,
ga en 1834 y la muerte de Estanislao López en 1838. Aconteci­ entre los que se encontraban algunos sectores que apoyaban
mientos que brindan a Rosas la ocasión de hacer del pacto fede­ hasta entonces su política. El espectro de descontentos se va
ral un instrumento de la hegemonía de Buenos Aires sobre el ampliando e integra, junto a la previsible oposición unitaria, a
resto de la Confederación argentina. los federales constitucionalistas y a los jóvenes románticos que
El gobernador de Buenos Aires debió previamente hacer se pensaban, aún en 183 7, como intelectuales orgánicos avant
frente a la oposición dentro del propio federalismo porteño, en la lettre. La situación será particularmente delicada entre 1838 y
particular, la de los llamados "lomos negros", nombre con el que 1842, periodo durante el cual Rosas debe hacer frente a todo
se conoce a la oposición federal que encabeza la "lista del pue­ tipo de conspiraciones y rebeliones dentro del territorio de la
blo" que se presentan a las elecciones de la legislatura provincial Confederación y a conflictos internacionales vinculados a la
en 1833 con una boleta con el lomo negro ­de allí el mote­, oposición, como la guerra contra la confederación peruano­
reclamando la promulgación de una constitución y oponiéndo­ boliviana (1837­1839). Rosas esgrime cuestiones tarifarias y
se a la concentración de poderes demandados por Rosas para territoriales para declarar la guerra pero secretamente lo que
asumir un segundo mandato en 1832. Frente a esta negativa, busca es deshacerse del mariscal Andrés de Santa Cruz que sos­
Rosas declina la invitación a asumir nuevamente la gobernación pecha constituye un sólido aliado de los oponentes a su régi­
de Buenos Aires y se retira a sus quehaceres civiles y militares, men. Debe al mismo tiempo hacer frente al bloqueo francés del
organizando una exitosa campaña militar contra los indios ene­ puerto de Buenos Aires por el almirante Le Blanc (1838­1840)
migos de la frontera sur de la provincia de Buenos Aires, que le y con el cual el gobierno de Luis Felipe pretende exigir la exen­
vale el pomposo título de "héroe del desierto". Muy hábilmente, ción del servicio militar a los súbditos franceses. En la Banda
logra imponerse como única solución frente a los temores des­ Oriental del Uruguay la oposición unida militarmente y organi­
I66 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I67

zada con el apoyo del caudillo oriental Fructuoso Rivera, ha lo­ bierno de Rosas en Buenos Aires. El 3 de Febrero de 1852, las
grado tejer una densa trama de alianzas que implican no solo a fuerzas del ejército aliado compuestas por 20 000 argentinos,
la Francia de Luis Felipe, sino también a la provincia de Corrien­ 4 000 brasileños y 2 000 orientales se enfrentan en los campos
tes, bajo el gobierno de Genaro Berón de Astrada, a los republi­ de Caseros al ejército de Rosas sellando, con la derrota de este
canos de Río Grande do Sul y al Paraguay de Carlos Antonio último, la suerte del llamado "héroe del desierto" y de la Confe­
López. La situación interna no es mejor. A la ruptura con la joven deración rosista.
generación, dispuesta en un primer momento a apoyarlo contra
la vieja guardia unitaria, se agrega en 1839 la conspiración urdi­
da dentro del federalismo y en la que estaba implicado el propio REESTRUCTURACIÓN DE LA ECONOMÍA RIOPLATENSE
presidente de la legislatura provincial, Manuel Vicente Maza,
quien pagará con su vida esta deslealtad. El mismo año, un le­ A pesar de la guerra y la multiplicación de conflictos regionales
vantamiento de los productores rurales del sur de la provincia de la región experimenta, junto con Chile y Venezuela, los mayo­
Buenos Aires canaliza el descontento de sectores antes adictos al res índices de crecimiento económico de América Latina duran­
gobierno. Cinco años de intensos conflictos que la historiografía te el periodo. Se trata no obstante de un crecimiento desigual
argentina caracteriza como "época del terror" por la fuerte repre­ que acompaña la reestructuración de las economías regionales
sión ejercida contra los opositores y que sintetiza la divisa "Fe­ postindependientes en torno al comercio atlántico. Como es de
deración o muerte". suponer esta reorientación económica beneficia a las regiones
Si para 1842 Rosas logra controlar la situación en su provin­ del litoral atlántico que, dado los altos costos del trasporte te­
cia e imponer en el interior una paz fundada en la hegemonía de rrestre, están en mejores condiciones de colocar sus productos
Buenos Aires, su política en la Banda Oriental ­que consistía a un precio más competitivo y obtener los productos de impor­
en inmiscuirse en los asuntos orientales aliándose con Manuel tación a menor monto. Entre las regiones, Buenos Aires dispone
Oribe en una guerra civil que lo oponía al presidente Rivera­ lo de otras ventajas que la sitúan en una posición insuperable. En
lleva a mantener un frente militar activo en la frontera occiden­ primer lugar el puerto, que le garantiza el acceso directo y rápi­
tal rioplatense del río Uruguay que ofrece a las provincias del do al comercio atlántico y la pone en una posición hegemónica
litoral, Corrientes y luego Entre Ríos, la posibilidad de organi­ respecto a las provincias del interior. Pero la provincia también
zarse militarmente. La intervención en el conflicto oriental tien­ cuenta con excelentes y abundantes recursos naturales para el
de, como hemos referido, a internacionalizar las propias disi­ desarrollo de una producción ganadera extensiva que compara­
dencias argentinas, incluyendo en ellas al imperio de Brasil y a tivamente requería poca inversión de capital y cuyos principales
la República del Paraguay Las intenciones de Rosas de incorpo­ productos encuentran fácil ubicación en los mercados europeos
rar Paraguay­cuya independencia no había sido reconocida­ y americanos (cueros, sebos, carne salada de vacunos y lana).
ª la Confederación argentina llevan a Brasil a implicarse en el Ello permite a esta provincia realizar más rápidamente su recon­
conflicto regional. La conjugación de todos estos factores pro­ versión económica gracias a la cual puede llegar al mercado at­
voca en 1851 la alianza de las provincias de Entre Ríos y Co­ lántico. La rentabilidad de sus producciones ­que creció a más
rrientes con los gobiernos de Uruguay y de Brasil contra el go­ del doble durante el periodo­ favorece el enriquecimiento de
I68 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I69

los ganaderos y vemos surgir entre ellos a un poderoso grupo Las provincias del interior se vieron más afectadas por la
de terratenientes, entre quienes se encuentra Juan Manuel de dislocación del espacio virreinal dado que sus economías esta­
Rosas y sus primos, los Anchorena. Este cuadro debe empero ban insertas en los circuitos comerciales que alimentaban el mer­
ser matizado. Hoy sabemos que el desarrollo de la gran propie­ cado minero y buena parte de su producción estaba destinada a
dad ganadera no implicó la desaparición de la pequeña produc­ ese mercado (principalmente mulas y carretas). Dichos territo­
ción agrícola y que nos encontramos en la provincia de Buenos rios conocerán igualmente mayores dificultades para reorientar
Aires con una situación económica y social más diversificada su producción hacia el comercio atlántico, y buscarán, con éxi­
que lo que la historiografía hasta entonces había descrito, y que tos desiguales, otras opciones regionales. Córdoba, cuya pro­
sustenta el excelente desempeño económico de Buenos Aires ducción mular y de tejidos se vio particularmente perjudicada
durante esta etapa. por la pérdida del Alto Perú logrará, luego de dos décadas de
El cuadro de una Buenos Aires todopoderosa que concentra crisis, vincular su economía al mercado atlántico, gracias en bue­
los beneficios del librecambio y de un interior empobrecido na medida a la expansión de una producción ganadera destinada
debe también matizarse. Las investigaciones más recientes sugie­ a la exportación (principalmente cueros, vacunos y ovinos, y
ren situaciones más complejas vinculadas a la reactivación de los lana), sin por ello abandonar la producción para el consumo
viejos circuitos andinos que permiten reavivar las economías del local y regional. La región de Cuyo encontrará en la vecina Chi­
interior. En la región del litoral, las provincias de Entre Ríos, le, que tiene un crecimiento sustentado en la explotación mine­
Santa Fe y Corrientes buscan orientar su producción ganadera al ra y favorecido por la estabilidad política que impone el régimen
mercado atlántico, pero experimentan un crecimiento retardado de Diego Portales, una salida para la producción agrícola y gana­
por los efectos devastadores de las guerras civiles en la región y dera regional (vino, aguardiente, ganado en pie) y la posibilidad
una situación de mayor vulnerabilidad respecto a las políticas de acceder a los productos ultramarinos vía el puerto de Valpa­
fiscales de Buenos Aires. También se pueden observar diferen­ raíso en el Pacífico. Las provincias del noroeste (Salta, Jujuy, Tu­
cias entre la provincia de Entre Ríos, que gracias a la expansión cumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja) presentan
de la producción ganadera sobre las tierras orientales vive un situaciones variadas. Las economías de Salta, Jujuy y Tucumán
crecimiento espectacular a partir de los años treinta, y la vecina se orientan hacia el abastecimiento del mercado boliviano, pro­
Santa Fe, una de las zonas más dinámicas de la economía tardo­ veyéndose de productos ultramarinos también en este mercado.
colonial que será la más afectada por las guerras civiles y que, a Esta nueva alineación de la producción regional no es necesaria­
diferencia de Entre Ríos, no logra incorporar nuevas tierras sobre mente un esquema rígido. Tucumán, cuya economía también
las cuales asegurar la expansión de la producción ganadera. Co­ está orientada hacia el comercio con Bolivia, articula estos circui­
rrientes, con una economía más diversificada pero por la misma tos con el mercado atlántico, en donde busca ubicar su incipien­
razón más afectada por la política librecambista porteña, logra te producción azucarera. En todo caso, este rápido panorama de
compensar la situación desfavorable de ciertos productos que, la producción y de los circuitos de comercialización de las eco­
como la yerba mate y el tabaco, deben ahora competir con las nomías regionales muestra la complejidad de las diversas situa­
importaciones brasileñas, con la venta de materias primas y con ciones que se resumen en la coexistencia, durante todo este pe­
productos derivados de la producción ganadera. riodo, de espacios económicos bifrontes: uno, dominado por la
IJO PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX IJI

moneda de plata boliviana; el otro, por el papel moneda del pero los cálculos realizados por Ernesto Maeder, a partir del
banco provincial de Buenos Aires. Sin embargo, el mejor desem­ cruce de datos extraídos de diversas fuentes, muestran que entre
peño de las economías del litoral genera una transferencia mo­ 1800 y 1869, fecha del primer censo nacional, la región quintu­
netaria y de recursos humanos que otorga una indiscutible pre­ plica su población. Este importante incremento de la población
eminencia a la región del litoral y en particular a Buenos Aires. se debe principalmente a un crecimiento vegetativo, aunque el
La desintegración del poder central en 1820 no coloca, en­ aporte inmigratorio comienza a hacerse manifiesto a partir de
tonces, a todas las provincias del Río de la Plata en pie de igual­ los años treinta y tiene un impacto en la economía hacia media­
dad. Ello tampoco resuelve uno de los problemas que había ali­ dos del siglo, cuando surgen las primeras colonias agrícolas en
mentado la fragmentación territorial. Por un lado, el espinoso las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
problema de la libre circulación de los ríos, exigida por las pro­ Las cifras agregadas esconden, sin embargo, un importante
vincias del litoral fluvial ( Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe) para fenómeno de movilidad espacial de la población. En efecto, la
poder acceder al comercio atlántico sin pasar por el puerto de región litoral absorbe desde mediados del siglo XVIII una población
Buenos Aires y negada por esta en nombre de su soberanía sobre oriunda de las regiones del noroeste, atraída por las posibilidades
el territorio provincial que incluía, según ella, el estuario del Río · que ofrece el mercado regional en trabajo, pago en metálico y
de la Plata. Por el otro, el estatuto de la aduana de Buenos Aires, tierras abundantes. Luego de la independencia, este movimiento
que esta también considera bajo su soberanía, pero que implica se verá acrecentado por las dificultades de subsistencia que encon­
no solo que las provincias subvencionen la economía bonaeren­ traba la población en las regiones cuya economía estaba orientada
se ­los ingresos fiscales por habitante en Buenos Aires son 30 a abastecer el mercado andino. Si a comienzos del siglo las provin­
veces mayores que los de la provincia de Tucumán, por ejem­ cias del interior concentraban el mayor número de habitantes,
plo­ sino que somete a las economías del interior a la política cuando se realiza el primer censo nacional la población de las
impositiva de Buenos Aires, destruyendo, según estas denuncia­ cuatro provincias del litoral (Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y
ban, la producción industrial local. Esta situación alimenta una Corrientes) supera el total de los habitantes de las siete provincias
prolongada controversia entre librecambistas y proteccionistas del interior (Tucumán, La Rioja, Córdoba, Salta, Jujuy, Catamarca
que perdurará a lo largo de todo el siglo, resurgiendo recurren­ y Santiago del Estero). La reestructuración de los mercados regio­
temente durante cada crisis. nales en torno al mercado atlántico conlleva así una redistribución
regional de la población, contribuyendo las antiguas zonas de po­
blamiento al crecimiento demográfico de la región litoral.
CONSOLIDACIÓN DEL CICLO DE EXPANSIÓN DEMOGRÁFICA Las migraciones internan promueven las relaciones interét­
nicas dentro de un territorio con una población étnica, social y
A pesar del costo en recursos materiales y humanos, las guerras jurídicamente muy heterogénea, compuesta de diferentes gru­
civiles no frenan el crecimiento demográfico. A partir de los pos indígenas del noroeste andino, del noreste guaraní y del sur
años veinte, se observa por el contrario una consolidación de las pampeano y patagónico; de una población negra; de diferentes
dinámicas demográficas que aparecen desde mediados del siglo grupos mestizos, y de grupos criollos y peninsulares que reivin­
XVIII. Las fuentes estadísticas para este periodo son incompletas, dican la "pureza de sangre". Las migraciones tienen, por lo tanto,
I¡2 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I73

un impacto considerable en las relaciones sociales en las zonas inicia el largo ciclo que acabará a mediados del siglo xx, consta­
de nuevo asentamiento. Así, en la región bonaerense cohabitan tando ya en este periodo temprano ciertos patrones que van a
e interactúan, en una estrecha franja delimitada por la frontera confirmarse con las migraciones de masas: la presencia de italia­
indígena y la banda occidental del Río de la Plata, mestizos de nos del norte, particularmente genoveses, de una inmigración
origen hispano­criollo, migrantes del interior de diferentes orí­ española proveniente de las provincias cantábricas y atlánticas
genes étnicos y tradiciones culturales, "indios amigos" prove­ (vascos, asturianos y gallegos) y de franceses del suroeste. Los
nientes de diferentes cacicazgos de indígenas pampeanos, una dos primeros grupos nacionales son los que contribuirán masi­
población africana, libre o aún esclava, que representa, según el vamente a los flujos migratorios del periodo. A ellos debemos
censo de 1838, un tercio de la población de la ciudad de Buenos sumarles los irlandeses, que representan un porcentaje mínimo
Aires, y un significativo número de comerciantes y trabajadores de las corrientes que se dirigen en su mayoría al norte y que
europeos. En las zonas de frontera, una población criollo­indí­ ocuparán un lugar apreciable en la cría del lanar. Todo ello difie­
gena, identificada con el calificativo de "gauchos", participa en re de la situación que se encuentra en las provincias del interior
un activo comercio de relaciones sociales y de mercancías con andino, de vieja colonización, donde predomina durante todo el
las sociedades indígenas que habitan los vastos territorios pam­ periodo una sociedad fuertemente jerarquizada, en la cual la
peanos y patagónicos. Comercio que implica el intercambio de población indígena sigue siendo sometida a las mismas formas
mujeres, sea como testimonio de amistad o como botín de gue­ de explotación y de relaciones de dependencia repudiadas por
rra, que se da en los dos sentidos a pesar de que las "cautivas" la revolución.
blancas en manos de los "malones" o partidas de indios son me­
jor conocidas en la literatura histórica ­el romanticismo las
consagra como heroínas de la civilización­ que las cautivas LA REVOLUCIÓN Y LA PROPULSIÓN
indias ­numéricamente mucho más numerosas­ en manos de DE UNA CULTURA ILUSTRADA LAICA EN EL RÍO DE LA PLATA
los blancos. La región del litoral de los ríos, principalmente Co­
rrientes y Paraguay, cuenta con una importante población indí­ La creación del virreinato del Río de la Plata eleva a Buenos Ai­
gena guaraní, principal mano de obra para la producción agríco­ res a la condición de capital virreinal que cuenta, como pudi­
la­ganadera y que es movilizada durante los múltiples conflictos mos apreciar, con condiciones naturales óptimas para el desa­
que estallan entonces. En la región del litoral se observa asimis­ rrollo del librecambio, tan reclamado por los sectores ilustrados
mo, ya para los años treinta, la presencia significativa de una criollos. No obstante, la ciudad­puerto está lejos de poder igua­
población de origen europeo y mayoritariamente masculina. Si lar a las otras capitales virreinales en instituciones culturales,
los flujos no son numéricamente importantes respecto al periodo educativas o artísticas. La "ciudad" se reducía entonces a un blo­
posterior, su impacto en el comercio se hace sentir. Surgen en­ que de 10 manzanas, con construcciones rudimentarias y una
tonces las pequeñas colectividades de ingleses, escoceses, irlan­ vida social de aldea, aspecto que según los propios actores si­
deses, ligures, genoveses, vascos, gallegos, franceses y norteame­ guió caracterizándola hasta los años ochenta. La oferta educati­
ricanos, vinculados todos ellos al comercio urbano, al comercio va era escasa y estaba en manos de la iglesia o de establecimien­
fluvial o al de exportación. Podemos considerar que entonces se tos privados, aunque ya hacia fines del siglo XVIII vemos surgir
I74 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I75

las primeras escuelas para varones, dependientes de los cabil­ nos Aires y en Córdoba dos colegios secundarios que abrían el
dos. Pero estas eran escasas y su impacto limitado a ciertas ciu­ acceso a la Universidad, experiencia que se extiende luego a otras
dades principales. Ello no impidió el desarrollo de un sector provincias. La Universidad de Córdoba, fundada en la época co­
letrado, formado en las universidades de Córdoba y de Charcas lonial por la Compañía de jesús, queda en los años veinte bajo la
y que fue un importante agente de difusión del pensamiento autoridad de la provincia de Córdoba. En este marco se funda en
ilustrado en el siglo XVIII. La revolución introdujo, con el nuevo 1821, por iniciativa del presbítero Antonio Sáenz, la Universidad
plan de estudios diseñado por el deán Gregario Funes y apro­ de Buenos Aires, organizada por departamentos (Primeras letras,
bado en 1813, cambios importantes en el sistema de enseñanza. Estudios preparatorios, Medicina, Ciencias exactas,Jurispruden­
Este buscaba formar a jóvenes capaces de responder a las nue­ cia y Ciencias sagradas). El plan de estudios refleja las prioridades
vas competencias requeridas por la revolución, acrecentadas del nuevo Estado que implican la institucionalización de ciertos
con la multiplicación de instancias administrativas y políticas. saberes que posteriormente se erigen en saberes de Estado. La
Los sectores letrados, entre los cuales debemos destacar la creación de la Universidad se asocia a medidas de promoción de
presencia de un clero secular ganado a las nuevas ideas del siglo, la ilustración pública que inspiran, entre otras cosas, la creación
tendrán un papel destacado durante las primeras décadas de la de nuevas asociaciones culturales. Entre ellas destaca La Sociedad
revolución. Los veremos asumiendo importantes funciones en Literaria en 1822, definida como "sociedad de amigos de la pro­
las variadas instancias gubernativas y también desempeñar un vincia", que retoma en buena medida los objetivos de las Socie­
papel de primer orden en la difusión de una nueva cultura polí­ dades de Amigos del País que se habían desarrollado hacia fines
tica, por medio de la participación en publicaciones periódicas del siglo XVIII, pero que adquieren ahora una nueva dimensión
destinadas tanto a informar como a formar opinión. La relación política. No se trata solo de propagar la Ilustración sino de infor­
entre las nuevas instancias gubernativas y la instauración de nue­ mar y formar opinión mediante publicaciones periódicas. La so­
vos espacios de comunicación pública será establecida desde los ciedad editará dos periódicos durante su corta existencia, El Argos
primeros momentos de la insurrección, cuando la Junta Guber­ de Buenos Aíres y La Abeja que tienen un papel significativo en la
nativa ordena, al poco tiempo de su constitución, la creación de constitución de una esfera pública literaria.
la Gaceta de Buenos Aíres, propuesta tanto como órgano destinado La llegada de Rosas al poder, investido con la suma del poder
a comunicar las decisiones de gobierno que como instancia de público en 1835, no modifica inmediatamente este panorama,
legitimación democrática de las nuevas autoridades públicas. aunque durante su gobierno la libertad de prensa será restringi­
Durante el gobierno de Rivadavia se toman varias iniciativas da, las asociaciones más controladas y el financiamiento de ins­
que tienen como propósito desarrollar la educación pública, pro­ tituciones culturales y educativas reducido sensiblemente. Hacia
mover nuevos métodos pedagógicos como los que ofrecían las fines de los años treinta la disminución constante de los recursos
Sociedades Lancasterianas y desarrollar instituciones de enseñan­ destinados a las escuelas públicas provocará la decadencia de las
za para mujeres; tarea esta última que queda a cargo de la Socie­ mismas. No nos encontramos sin embargo con el "desierto edu­
dad de Beneficencia. Este impulso de la educación pública tendrá cativo" denunciado por la oposición rosista puesto que por en­
efectos evidentes en la ciudad de Buenos Aires pero también en tonces se desarrollan en la ciudad pequeños establecimientos
otros estados provinciales. En los años veinte funcionan en Bue­ privados de enseñanza destinados, claro está, a los sectores altos

IJ6 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX IJJ

y medios de la población. Durante el primer y segundo gobierno desempeñarán un papel político de primer orden en la oposición
de Rosas, vemos por otro lado surgir y consolidarse la primera al régimen rosista, organizando la resistencia primero en el terri­
promoción de intelectuales rioplatenses que la historiografía ar­ torio de la Confederación, tanto en Buenos Aires como en Cuyo
gentina conoce como la Generación del 3 7. Muchos de estos y en Córdoba, luego desde el exilio, concentrándose en un pri­
jóvenes ­pocas personalidades femeninas descollarán, salvo la mer momento masivamente en la vecina ciudad de Montevideo
figura tutelar de Mariquita Sánchez de Thomson, madre de uno y luego trasladado en su mayoría a Chile y en menor medida a
de los miembros de la generación y cuyas tertulias eran uno de Bolivia y Brasil. Entre estas figuras, destacan dos futuros presi­
los lugares obligados de la sociabilidad patricia porteña­ ha­ dentes de la república, Domingo Faustino Sarmiento y Bartolo­
bían sido formados en las escuelas públicas rivadavianas y ha­ mé Mitre, e importantes intelectuales y hombres políticos como
bían pasado por las aulas de la flamante Universidad de Buenos Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Vicente Fidel López,
Aires. En torno a este mundo estudiantil surge un movimiento Mariano Fragueiro, Félix Frías y Guillermo Rawson.
literario, de inspiración romántica, que busca romper con los La acción político­cultural emprendida por esta generación,
cánones del neoclasicismo imperante y al mismo tiempo prolon­ en buena medida desde "la provincia flotante" como califica Al­
gar la gesta independentista mediante la elaboración de una nue­ berdi en 1873 el territorio de la emigración política, tendrá un
va agenda para la emancipación cultural, destinada a promover papel fundamental en la formulación de los diferentes proyectos
una producción inspirada en "las condiciones del tiempo y del políticos posrosistas. De hecho, muchas de las obras que servi­
espacio". Destaca entre ellos la figura emblemática del poeta Es­ rán de inspiración al proyecto político nacional serán publicadas
teban Echeverría quien, de regreso de una prolongada estadía en durante el exilio. Entre ellas podemos destacar el Facundo (1845)
Francia, difunde entre los jóvenes las nuevas corrientes literarias. y Los viajes (184 7), de Sarmiento, y las Bases y Puntos de partida
La proscripción del movimiento romántico está vinculada al ca­ (1852), de Alberdi. La común oposición a Rosas no impide la
rácter claramente político que este toma en el año 1838, cuando división del exilio argentino alrededor de Alberdi que defiende
la Sociedad Literaria se transforma en Joven Argentina. De inspi­ el proyecto federalista del primer presidente de la Confedera­
ración mazziniana y con con una fuerte impronta del socialismo ción Argentina, Justo José de Urquiza; de Sarmiento que apoya
utópico, los jóvenes se proponen finalizar la obra iniciada por los junto con Mitre la iniciativa de organización nacional empren­
próceres de la independencia ­los llamados "prohombres de dida desde Buenos Aires, y de Frías que será uno de los inicia­
Mayo"­ con el desarrollo de nuevos vínculos sociales ­la aso­ dores junto con Thompson de la organización del movimiento
ciación fourierista­ que concluirían la gesta emancipadora por del laicado que convergerá hacia los años ochenta en las prime­
medio de la creación de una nueva sociedad fundada en vínculos ras iniciativas de organizar un partido político católico.
contractuales y solidarios. El gobernador de Buenos Aires, que Las disensiones en el marco de nuevas prácticas asociativas
según estos jóvenes debería reconocer en la asociación un ini­ tuvieron un efecto multiplicador de las iniciativas culturales con
gualable instrumento de transformación social, ordena a Vicente un claro impacto en las políticas educativas. La sociabilidad
López y Planes, prohombre de Mayo y padre de uno de los "culta", como la califica Sarmiento en el Facundo, estaba destina­
miembros de la asociación, hacer entrar en razón a estos preten­ da a desarrollar un espíritu público que requería ser acompaña­
ciosos imberbes so pena de expulsión. Muchos de estos jóvenes do por una firme política educativa popular, proyecto que será
I78 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I79

firmemente defendido por Sarmiento durante el periodo poste­ tal", con la federalización de la ciudad de Buenos Aires en 1880,
rior y con resultados que ya comienzan a hacerse manifiestos. se caracterizan por el paulatino avance del poder central sobre
Las primeras cifras sobre alfabetización datan del primer censo los autonomismos provinciales.
nacional de 1869. Entonces, casi 24% de los habitantes mayores
de siete años estaban alfabetizados (entre los cuales, solo se en­
cuentra 18% de las mujeres) cifras muy altas en el contexto lati­ LA CONSTRUCCIÓN DE UN RÉGIMEN POLÍTICO NACIONAL
noamericano. Estas son aún más significativas para Buenos Aires
donde ya en el censo de 1855 se registran 55% de alfabetizados, En 1851 el caudillo federal de Entre Ríos,JustoJosé de Urquiza
entre los cuales 52 % corresponde a las mujeres. retira la delegación de relaciones exteriores a Rosas por medio
de un "pronunciamiento" en que declara que la provincia de
Entre Ríos reasume el ejercicio de las facultades delegadas en
LA ORGANIZACIÓN NACIONAL Buenos Aires entre tanto se organizara constitucionalmente la
república. Menos de un año después, en febrero de 1852, se
La Constitución federal de 1853, inspirada en el proyecto que enfrentan en los campos de Caseros las fuerzas del ejército alia­
publica en 1852, en el exilio, el jurista Juan Bautista Alberdi, es do encabezado por Urquiza con al ejército de Rosas, sellando
el producto de un acuerdo entre los grupos liberales y la coali­ con la derrota de este último la suerte de la Confederación ro­
ción de provincias del litoral encabezadas por Justo José de Ur­ sista. Urquiza ingresa triunfalmente a Buenos Aires e incita las
quiza. Este compromiso federal­liberal de 1853 logra generar diferentes provincias a convocar una asamblea constituyente
un amplio consenso que explica la sorprendente longevidad de con el objetivo de promulgar la tantas veces postergada consti­
un texto que asegura una significativa continuidad institucional tución que garantice definitivamente la unidad. Si la opción por
en la región y permite perpetuar durante todo el periodo una un régimen federal había adquirido un amplio consenso entre
tradición jurídica liberal. Ese consenso en torno a lo que Nata­ las élites provinciales, incluyendo la de Buenos Aires, la diri­
lio Botana define como un principio de legitimidad y una for­ gencia de esta última se resiste a someterse a la autoridad de la
mula prescriptiva destinada a dar vida a un proyecto de nación, Confederación bajo el mando militar de Urquiza, quien luego
fue un importante instrumento utilizado por los aún frágiles de ser loado como liberador de Buenos Aires será acusado por
gobiernos nacionales para imponer la autoridad del Estado fe­ Sarmiento en su Campaña en eI ejército grande de ser el más es­
deral sobre el conjunto de las provincias. Puesto que, aunque la pantoso heredero del tirano Rosas y del caudillaje que este mis­
Constitución adopta la. forma republicana representativa fede­ mo denunciara en su Facundo, o civilización y barbarie.
ral, siguiendo en buena medida el modelo que ofrecía la Cons­ Ante la oposición porteña, Urquiza decide intervenir mili­
titución de Estados Unidos de 1787, tiene, respecto a su presti­ tarmente, asumiendo el gobierno de la provincia y decretando
gioso modelo, una orientación más marcadamente centralista, en agosto de 1852 la nacionalización de la aduana de Buenos
fundada en las atribuciones que se reconocen al Estado federal. Aires. Con estas medidas logra lo que los porteños no habían
Los 30 años que transcurren entre la promulgación de la Cons­ conseguido por sí mismos: la unión de las diferentes facciones
titución de 1853 y la definitiva resolución de la "cuestión capi­ políticas, ahora movilizadas contra la ocupación del "caudillaje"
o

I80 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I8I

del interior. La "gloriosa revolución" del 11 de septiembre de que recurrir a empréstitos para hacer frente a los gastos de la
1852 emprendida por los porteños contra la aún rudimentaria nueva estructura burocrático­militar. El incremento de la deuda
autoridad nacional que el acuerdo de San Nicolás otorgaba a fue un elemento fuertemente desestabilizador tanto para las re­
Urquiza, inicia el proceso de secesión de la provincia de Buenos laciones entre Buenos Aires y la Confederación como para la
Aires al retirar esta sus representantes de la convención consti­ viabilidad del proyecto político de la Confederación que fracasó
tuyente reunida en Santa Fe. En 1853, las 13 provincias firman por no lograr asegurar al Estado una base económica estable.
la Constitución de la Confederación Argentina que instaura una Durante los primeros años, la cohabitación entre Buenos Aires
república representativa y federal e instala a las autoridades fe­ y la Confederación es tensa pero se logra evitar el enfrentamien­
derales en la ciudad de Paraná, en la vecina provincia de Entre to armado gracias a un acuerdo de statu qua pactado entre las
Ríos. En Buenos Aires, el gobernador Pastor Obligado convoca partes. En 1855 se firma un tratado que reconocía la unidad del
a un congreso constituyente que promulga en mayo de 1854 la sistema mercantil autorizando la circulación libre de productos
Constitución del Estado de Buenos Aires. en ambas jurisdicciones y acordando que las mercaderías ex­
Las antiguas Provincias Unidas del Río de la Plata disponen tranjeras salidas de los puertos del estado de Buenos Aires para
de dos gobiernos constitucionales que se reclaman de la "nación la Confederación, o viceversa, no pagarían mayores derechos
argentina". En la Confederación Argentina, los resultados de las que los impuestos a los productos provenientes de otros merca­
primeras elecciones nacionales llevan aj osé de Urquiza a ocupar dos. Pero las intrigas se multiplican y los dos poderes libran a
la presidencia de la Confederación en 1854. Pero la unidad es una ruda competencia por el reconocimiento internacional de la
precaria. La promulgación de un texto fundamental no pone fin autoridad nacional que ambos dicen representar: Buenos Aires,
al antiguo sistema político fundado en el equilibrio de alianzas en nombre de la escasa viabilidad económico­financiera de la
personales entre diferentes poderes regionales, poco dispuestos Confederación; la Confederación, en nombre de la autoridad
a someterse a una nueva autoridad federal por el simple hecho que le concede el texto constitucional. Ello da lugar, incluso, a
de que era una emanación del nuevo orden constitucional. La una escisión de la masonería entre el Gran Oriente de la Repú­
fuerza no ha perdido su poder persuasivo y, para imponer la blica Argentina, creado en Buenos Aires en 1856, y el Gran
autoridad de la Confederación en el conjunto del territorio, Ur­ Oriente para la Confederación que en 1857 proclama la "inde­
quiza necesita recursos para financiar un ejército. Ahora bien, pendencia de la francmasonería argentina" y se instala en Para­
con la "gloriosa revolución" del 11 de septiembre de 1852, Bue­ ná. Con ambas autoridades masónicas se busca consolidar los
nos Aires había recuperado la aduana y los beneficios de la re­ apoyos diplomáticos para uno y otro gobiernos con los cuales
caudación impositiva del comercio atlántico. Sin estos recursos imponerse como única alternativa política nacional.
era muy difícil para Urquiza sentar las bases de una autonomía En 1856 ambas partes se preparan para un enfrentamiento
financiera sobre la cual sustentar la autoridad de la Confedera­ bélico que tendrá lugar en 1859 en el campo de Cepeda, donde
ción. Para solventar esta difícil ecuación, Urquiza creó el Banco las tropas de Buenos Aires al mando de Bartolomé Mitre fueron
Nacional de la Confederación con la misión de recaudar im­ derrotadas. El 11 de noviembre se firma el armisticio por el cual
puestos y captar los ahorros de los particulares con la oferta de Buenos Aires se declara parte de la Confederación comprome­
intereses atractivos. La experiencia fue un fracaso y Urquiza tuvo tiéndose a jurar la Constitución Nacional de 1853. Urquiza
I82 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I8J

acepta en contrapartida el principio de convocación de una con­ primera década de gobierno nacional, Mitre y luego Sarmiento
vención provincial destinada a examinar el texto constitucional. deben hacer frente a una serie de rebeliones contra el nuevo or­
La integridad territorial de Buenos Aires queda garantizada pero den establecido en Buenos Aires. Ya antes de asumir oficialmen­
los porteños deben aceptar que la aduana pase a la esfera nacio­ te la presidencia de la nación, en octubre de 1862, ciertos cau­
nal una vez que la provincia se incorpore oficialmente a la na­ dillos y gobernadores provinciales federales desafían al jefe del
ción. El acuerdo dio lugar a un primer clima de entusiasmo, rá­ liberalismo porteño y ahora presidente de la nación, Bartolomé
pidamente ensombrecido por las rivalidades que alimentaron las Mitre. En La Rioja estalla una primera rebelión federal encabeza­
enemistades y disidencias entre el nuevo presidente de la Con­ da por un próximo discípulo de Facundo Quiroga, Vicente Pe­
federación, Santiago Derqui, el ex presidente y jefe del ejército ñaloza, apodado "El Chacho". Ello reactiva el viejo reflejo de
de la Confederación, Justo José de Urquiza, y el gobernador de coaliciones provinciales contra Buenos Aires que persuade a Mi­
la provincia de Buenos Aires, Bartolomé Mitre. En septiembre de tre de abandonar la vía de las negociaciones para optar por la
1861 los ejércitos de Buenos Aires ­dirigidos por Bartolomé solución militar. El Chacho es vencido y ejecutado en 1863,
Mitre­ y los de la Confederación ­bajo el comando de Justo pero la situación está lejos de quedar bajo el control de la auto­
José de Urquiza­volvieron a enfrentarse en los campos de Pa­ ridad federal. La respuesta del gobierno nacional a las diferentes
vón. El inexplicable abandono del campo de batalla de Urquiza rebeliones confirma los recelos que creaba en las provincias fe­
­que algunos explican por un acuerdo previo entre hermanos derales el gobierno nacional en manos de Buenos Aires. Las re­
masones­ otorgó la victoria política y militar a Mitre, y selló la sistencias también vendrán de los sectores autonomistas porte­
suerte de la Confederación Argentina. Las autoridades federales ños que en defensa de la autonomía de la ciudad de Buenos
se trasladan a Buenos Aires donde la política nacional, ahora Aires se enfrentarán a las autoridades nacionales. Cierto es que
bajo control de los liberales mitristas porteños, adquiere tintes la "ley de compromiso" promulgada en octubre de 1862 había
más centralizadores. Las tres primeras presidencias­Bartolomé intentado resolver provisionalmente este problema otorgando al
Mitre (1862­1868), Domingo Faustino Sarmiento (1868­1874) ejecutivo nacional jurisdicción sobre el municipio de Buenos
y Nicolás Avellaneda ( 18 7 4­1880 )­ marcarán el ocaso del fede­ Aires, con el fin de evitar que las autoridades nacionales queda­
ralismo de tradición confederativa y constituirán una etapa im­ sen cautivas del gobierno provincial que ejercía su jurisdicción
portante del proceso de construcción de un Estado nacional re­ sobre la ciudad de Buenos Aires. Pasado los cinco años de vigen­
sumido por Nicolás Avellaneda al finalizar su presidencia con la cia de este compromiso, la "cuestión capital" vuelve a atizar los
sentencia: "Nada hay en la nación superior a la nación misma". conflictos entre los grupos autonomistas porteños y las autorida­
des nacionales residentes en la ciudad, dirimidos finalmente con
la revolución de 1880 que pondrá término al problema de la
LA CONQUISTA DEL NUEVO ORDEN capital con la federalización de la ciudad de Buenos Aires.
La conquista del nuevo orden bajo la autoridad nacional
El 25 de mayo de 1862, exactamente 52 años después de la también pasará por una reconfiguración de alianzas regionales
formación de la Junta Gubernativa en Buenos Aires, se inician que comprometerán a Mitre en la guerra del Paraguay (1865­
las cesiones del Congreso Nacional en Buenos Aires. Durante la 1870). Las distintas corrientes historiográficas han dado versio­

I84 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I85

nes encontradas sobre los orígenes y motivaciones de una guerra partido mitrista. La política de Sarmiento no difiere sin embargo
que incluyó a cuatro países cuyas historias intrincadas se remi­ de la de Mitre. Como su predecesor, este busca imponer la auto­
tían a la dislocación del territorio virreinal y a los conflictos pri­ ridad nacional en el conjunto del territorio. Durante su mandato
mero con Portugal y luego con el imperio de Brasil por el control debe también hacer frente a los últimos levantamientos liderados
de la ladera oriental del Río de la Plata. Son las injerencias de los por Varela en las provincias del norte y a la inestabilidad política
gobiernos de Brasil, Argentina y Paraguay en la guerra civil de que provoca en la vecina provincia de Entre Ríos el asesinato de
Uruguay las que, a través de un juego de alianzas y de intereses, Justo José de Urquiza en 1870. Como su predecesor, decide uti­
conducen al tratado de la Triple Alianza firmado por Argentina, lizar el artículo 6º de la Constitución para intervenir en la provin­
Brasil y Uruguay contra el régimen paraguayo de Francisco So­ cia y reprimir militarmente a las rebeliones de López Jordán en
lano López. El conflicto tiene un impacto devastador para Para­ Entre Ríos y de los hermanos Taboada en Santiago del Estero en
guay, que pierde más de la mitad de su población, pero también 1871 y 1873. Sarmiento termina su mandato reprimiendo una
tiene repercusiones negativas para los "vencedores". En Argenti­ revolución en la provincia de Buenos Aires, encabezada ahora
na, el reclutamiento de contingentes para la guerra provoca le­ por el ex presidente Mitre que impugna los resultados de la elec­
vantamientos populares, en particular en las provincias del lito­ ción que proclamó a Nicolás Avellaneda como nuevo presidente
ral, cuya población se identificaba más con el régimen amigo de de la nación. Esta candidatura había sido apoyada por una nueva
Solano López que con el ancestral enemigo luso­brasileño, con­ coalición, el PAN (Partido Autonomista Nacional), que reunía al
tra el cual muchos de esos hombres se habían enfrentado duran­ autonomismo porteño y a los gobernadores de provincia. Argu­
te la guerra en la Banda Oriental. La resistencia al reclutamiento yendo fraude, Mitre rechaza por las armas el resultado de una
se hizo sentir hasta en la región de Cuyo, en tierras del Chacho, negociación política que lo excluía. Sarmiento moviliza al ejérci­
donde un grupo de hombres encabezados por Aurelio Zalazar se to nacional pero no interviene la provincia, indicio de que las
levantaron en 1865 contra las levas destinadas al ejército del relaciones de fuerza no eran aún favorables a la nación. Nicolás
Paraguay Al poco tiempo estalló una nueva rebelión federal, li­ Avellaneda, originario de la norteña provincia de Tucumán, asu­
derada por otro lugarteniente del Chacho, Felipe Varela: la "re­ me la presidencia de la nación en este particular contexto de
volución de los colorados", último alzamiento federal del interior tensión entre la provincia de Buenos Aires y la nación. Su presi­
que buscaba "liberar" las provincias de Cuyo, La Rioja y Cata­ dencia concluye como había comenzado, con la movilización del
marca derrocando al gobierno nacional de Mitre. Esta rebelión ejército nacional contra una nueva insurrección en Buenos Aires,
fue, como las precedentes, reprimida por las armas en 1867. esta vez encabezada por el gobernador de esta provincia y candi­
La elección de presidente sanjuanino Domingo Faustino Sar­ dato a la presidencia de la nación, Carlos Tejedor. Ello da lugar a
miento puede igualmente considerarse como una consecuencia la primera intervención federal en Buenos Aires y a un sangrien­
de la guerra del Paraguay En efecto, el conflicto debilita las alian­ to combate en las puertas de la ciudad que impone por la fuerza
zas de Mitre con las provincias, lo que permite al jefe del autono­ la resolución de la cuestión capital, federalizando la ciudad de
mismo porteño, Adolfo Alsina, con el apoyo de ciertos goberna­ Buenos Aires en 1880. Se cierra con ello un ciclo político abierto
dores del interior descontentos con la política de Mitre, proponer con la integración de Buenos Aires a la Confederación argentina
la fórmula Sarmiento­Alsina a fin de coartar la preeminencia del que se caracteriza por el progresivo abandono de la tradición

I86 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I87

confederativa que el federalismo de Urquiza encamaba y el bo­ sur. Los diferentes gobiernos provinciales y luego nacionales ha­
rrascoso avance de la centralización nacional, utilizando para ello bían alternado políticas de acuerdos destinadas a estabilizar la
dos de los instrumentos que la Constitución de 1853 otorgaba: frontera mediante alianzas con "indios amigos", con otras que
la posibilidad de intervención federal de las provincias díscolas buscaban un avance de la frontera por medio de campañas mili­
y la imposición de una autoridad nacional gracias al monopolio tares. En algunos momentos, estas dos iniciativas fueron asocia­
de la fuerza que la nación no duda en ejercer para acabar con las das, como fue el caso de la política llevada a cabo por Juan M. de
tentativas insurreccionales de los viejos reflejos federales. Así, Rosas y que le permitió alcanzar el valle del Río Negro. En otros,
durante el periodo se contabilizan nada menos que 26 interven­ aparecían como alternativas a la resolución de la "cuestión indí­
ciones federales y 15 declaratorias de Estado de Sitio. gena", como ocurrió con los dos proyectos que durante la presi­
dencia de Avellaneda defendieron sucesivamente Adolfo Alsina,
ministro de Guerra entre 1874 y 1877, en favor de un sistema
EL AVANCE TERRITORIAL defensivo y Julio A. Roca que luego de la muerte de Alsina logró
imponer una política ofensiva fundada en la tesis de la legitimi­
La conquista del orden destinado a garantizar el progreso impli­ dad que otorgaba la civilización sobre las tribus salvajes. La his­
ca integrar nuevas tierras al sistema productivo y acabar al mis­ toriografía argentina ha avanzado considerablemente en el estu­
mo tiempo con la inseguridad que comporta la amenaza indí­ dio de las sociedades indígenas, permitiendo explicar mejor los
gena para los productores locales. Hasta los años setenta los acontecimientos por medio de una doble mirada del conflicto
conflictos internos y externos habían monopolizado lo esencial que pone en evidencia las estrategias políticas de los indígenas
de las tropas nacionales y provinciales, pero finalizada la guerra destinadas a garantizar una convivencia pacífica y lucrativa con
del Paraguay y derrocadas las últimas resistencias "coloradas" los blancos y el impacto que tiene el sistema de "indios amigos"
encabezadas por Felipe Varela, se inicia una política de expan­ en la concentración de poder en grandes cacicazgos así como el
sión de la frontera noreste, con el fin de ocupar los territorios papel que ello tiene en el triunfo militar del ejército argentino.
del Chaco boreal que según lo estipulado en el acuerdo de la La campaña del "desierto" ­término con el que entonces, y has­
Triple Alianza pasaba al dominio argentino. En 1872, Sarmien­ ta hoy día, se denomina a los territorios indígenas­ fue empren­
to crea la gobernación del Chaco y emprende una serie de cam­ dida por Roca en 1879 y concluida por el general Conrado Ex­
pañas militares contra los indígenas de esa provincia, que con­ celso Villegas en sus sucesivas campañas al Nahuel Haupi, quien
tinúan a lo largo de las presidencias de Avellaneda y Julio A. acabará en 1885 con la última resistencia ofrecida por el cacique
Roca, y que acaban en 1884 con las últimas resistencias ofreci­ Sayhueque. Dicha campaña tuvo un efecto devastador sobre las
das por los grupos tobas y chiriguanos, que quedan desde en­ sociedades indígenas, que fueron diezmadas por la guerra y las
tonces sometidos al Estado nacional. enfermedades y desposeídas de sus territorios. El triunfo de "la
Pero la preocupación más apremiante para el gobierno pre­ civilización" sobre "la barbarie" valida entonces sin mayor pro­
venía de la frontera sur, territorio de diferentes grupos indígenas: blema lo que el inspirador de la Constitución argentina, Juan B.
pampas y ranqueles al norte del río Colorado, pehuenches y Alberdi justifica como una legítima utilización del derecho de
manzaneros entre el río Colorado y el río Negro y tehuelches al conquista (civilizatoria) heredado de la corona española.
EL LARGO SIGLO XIX I89

Formación territorial, 1852­1884 EL ESCARPADO CAMINO HACIA UNA POLÍTICA


ECONÓMICA NACIONAL

Vimos que la integración de Buenos Aires a la nación en 1862


resuelve el problema de los ingresos fiscales del Estado nacional
gracias a la nacionalización de la aduana que se convierte en un
elemento clave de las finanzas estatales. El gobierno nacional
debió sin embargo asumir la importante deuda que había deja­
do el gobierno de la Confederación durante sus 10 años de exis­
tencia, en un contexto de aumento de los gastos nacionales vin­
culados al mantenimiento del orden interno, a la participación
en la guerra del Paraguay y en la guerra contra las sociedades
indígenas. De modo que, aunque los ingresos del Estado crecen
paralelamente a la expansión del comercio exterior, el déficit
aumenta durante todo el periodo. Si al comienzo de la unifica­
ción nacional este representa solo 1.6% de las rentas nacionales,
en 1871 suma 11.6% para alcanzar 25.6% en 1882. Y el proble­
ma mayor que encuentran aquí los artífices de la unidad nacio­
nal reside en las propensiones autonomistas de la provincia de
Buenos Aires. En efecto, la consolidación del Estado nacional
requería que este impusiera el monopolio de la emisión de dine­
ro y de la deuda en un contexto de ausencia de unidad moneta­ .
ria y en el que el Banco de la Provincia de Buenos Aires tenía
de hecho el predominio monetario. Mitre intenta en 1863 na­
cionalizar este banco pero con muy escaso éxito. Casi 10 años
de inestabilidad financiera más tarde Sarmiento funda el Banco
Nacional, cuyo objetivo es completar la unificación nacional
Océano Atlántico
mediante el monopolio de la emisión de moneda. Los efectos
de la crisis bancaria de 18 73 fueron devastadores para la ini­
ciativa sarmientina y la devaluación de la moneda ­que lleva
a Avellaneda a decretar la inconvertibilidad en 1876­ puso al
Estado nacional al borde del default. Ello no solo hizo más frá­
c::::J
Dominio indígena
- Límites internacionales
gil el proyecto de monopolización por parte del Estado central
Límites provinciales
y territoriales
de la emisión de moneda y emisión de la deuda, sino que tuvo
I90 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX I9I

el efecto contrario al buscado, consolidando el poder moneta­ cíficos, y se verán estimuladas, sobre todo las del oeste, por el
rio y fiscal del Banco de la Provincia de Buenos Aires. boom californiano. Podemos destacar dos novedades importan­
Durante todo este periodo, el gobierno nacional financia el tes que anuncian y preparan el proceso expansivo de los años
déficit con la contratación de empréstitos, tanto internos como ochenta. Por un lado, el desarrollo de los transportes terrestres
externos. Cierto es que el contexto mundial lo facilitaba. Las eco­ y fluviales que tendrán un impacto considerable sobre la pro­
nomías del Atlántico norte contaban con una importante acumu­ ducción y la comercialización de la producción ganadera. En
lación de capital en disponibilidad que colocan en inversiones efecto, durante este periodo se construyen 2 516 km de vías de
directas o en préstamos otorgados, en este caso, al Estado nacional ferrocarriles que permiten vincular los lugares de producción
que lo utiliza masivamente para financiar los gastos del manteni­ con los puertos de Buenos Aires y Rosario, y en el transporte
miento del orden interno y del pago de la deuda. Los datos esta­ fluvial se introducen los buques a vapor, instalaciones esencia­
dísticos disponibles muestran cómo crece durante todo el periodo les para la producción ganadera del litoral en plena expansión.
el peso de la deuda: en 1870 representa alrededor de 60% del Todo ello contribuye al desarrollo de una producción agrícola,
comercio exterior y supera en 1882 el total de las transacciones. promovida por la creciente demanda interior vinculada al cre­
La situación financiera caótica va a prolongarse hasta la crisis de cimiento de los centros urbanos que los transportes permiten
1891 y tendrá un impacto considerable en la economía argentina, abastecer. La segunda novedad proviene del desarrollo de colo­
tanto en el nivel económico como en el político. Pero ello no im­ nias agrícolas que introducen importantes cambios en la estruc­
pide, como vimos, un desarrollo de la producción y la exporta­ tura productiva, como veremos posteriormente. Esta situación
ción de la producción ganadera que permite, a su vez, el enrique­ facilita el desarrollo de una economía capitalista en la región
cimiento de los productores y mejorar las condiciones de vida de pampeana, conformándose durante el periodo un mercado de
los sectores medios urbanos y rurales, estimulando de esta mane­ tierras ­mediante un complejo proceso de transferencia de las
ra las migraciones internas y las migraciones internacionales. tierras públicas a manos privadas­, un mercado de trabajo y
un conjunto de empresas productivas gracias a la apertura de
más de 400 000 km2 de tierras laborables en el sur de la provin­
ECONOMÍA PRODUCTIVA Y COMERCIO INTERNACIONAL cia de Buenos Aires y de Santa Fe y en Córdoba. En el interior
predomina una producción diversificada que se destina a los
Desde el punto de vista de la economía productiva se prolongan mercados de Chile y Bolivia.
y consolidan los principales rasgos del periodo anterior: pro­
ducción ganadera en la región del litoral ­orientada a la pro­
ducción de cueros y carne salada, a la que se agregan a finales EXPANSIÓN DE LA PRODUCCIÓN GANADERA
de los setenta las primeras experiencias de exportación de carne Y CONSOLIDACIÓN CAPITALISTA
congelada que tendrá un gran desarrollo en el periodo poste­
rior­ y un formidable incremento de la producción ovina con La década de los cincuenta, cuando, como vimos, proliferaron
predominio de la producción y exportación de lana. Las econo­ los conflictos y enfrentamientos armados, conoce un contexto
mías del interior se mantienen gracias a circuitos andin?s y pa­ internacional particularmente favorable para la producción ga­
tp

EL LARGO SIGLO XIX I93


I92 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS

naciera, como el que ofrece la guerra de Crimea al provocar un cas nacionales. Si el impacto de la Sociedad Rural Argentina
alza de los precios de la lana sucia y del sebo. La exportación de durante la primera época fue limitado ­aunque logra en 1870
la producción ganadera tradicional se mantiene entonces gracias que los derechos aduaneros sean reducidos a 2% en 1870­, la
a la demanda de cueros de Gran Bretaña y Francia y de carne incidencia de los terratenientes en la política se confirma con la
salada (tasajo) que se colocan en los mercados esclavistas aún llegada de Roca al poder en 1880.
existentes en Brasil y en el Caribe. Pero a esta coyuntura favora­
ble de los años cincuenta sigue, hacia fines de la década, una
LA COLONIZACIÓN AGRÍCOLA
caída de los precios internacionales del cuero y del tasajo. El
consumo interno de carne bovina permite compensar en algo la
disminución de la demanda de los mercados externos, pero la El espectacular desarrollo de la producción ganadera se asoció
a una incipiente producción agrícola, orientada hacia el merca­
producción no se recompone hasta la implantación de la indus­
tria frigorífica y las inversiones destinadas al mejoramiento del do interno. Aunque los proyectos de desarrollo de colonias
ganado que se introducen paulatinamente durante esta etapa. agrícolas fueron menos exitosos en Buenos Aires que en las ve­
En medio de este contexto desfavorable, los productores co­ cinas provincias del litoral, el crecimiento demográfico de la
mienzan a reorientar su actividad hacia el ganado lanar, inician­ región y, en particular, el de la población de Buenos Aires in­
do un incremento espectacular de la producción ovina, conoci­ centivó la producción agrícola, facilitada por la construcción en
da como el "boom del lanar", que casi cuadriplica el número de 1857 del primer tramo del ferrocarril Oeste en la región, que
ganado ovino en 30 años, pasando de 15 millones de cabezas a permitió vincular la ciudad y el puerto de Buenos Aires con su
57 millones en 1881. Para los años setenta la exportación de campaña cercana que estaba ya en condiciones de abastecer a la
lana al mercado mundial supera la de cueros y carne salada. cada vez más numerosa población de la ciudad. Hacia 1870, la
Pero incluso esta expansión se vio afectada por varias crisis in­ producción local ya había logrado sustituir las importaciones
ternacionales, entre ellas la de 1866 que tuvo un fuerte impacto de harina de trigo proveniente de Chile y de Estados Unidos.
sobre el precio de la lana, provocando una disminución de 50% En el litoral, la provincia de Santa Fe, que como vimos había
de las exportaciones de este producto. Ello provocó desconten­ tenido un mal desempeño durante la primera mitad del siglo XIX
to entre los productores ovinos que comienzan a cuestionarse debido al impacto negativo de las guerras civiles y a las dificul­
el modelo de desarrollo ganadero­exportador y a exigir medi­ tades para integrar nuevas tierras al proceso productivo, resolvió
das para proteger y desarrollar una industria textil local, reacti­ este último problema con la incorporación de territorios indíge­
vando con ello el debate entre liberalismo­proteccionismo que nas, multiplicando por más de cuatro el territorio de la provincia
recorre todo el siglo XIX, y cuyos ecos podemos rastrear hasta el en la década de los sesenta. Esto se dio junto con un acelerado
día de hoy En este contexto un grupo de terratenientes impulsa proceso de transferencia de tierras hacia manos privadas y el
la creación de la Sociedad Rural Argentina con el propósito de desarrollo de las primeras colonias agrícolas acompañadas por
modernizar la producción y consolidar una clase terrateniente la formación de pequeñas y medianas propiedades rurales. Todo
ello anunció el surgimiento de sectores medios rurales y el cre­
que sea políticamente más activa, procurándose por medio de
esta organización los medios de influir en las políticas económi­ cimiento de dos centros urbanos: Santa Fe, la capital de la pro­
EL LARGO SIGLO XIX I95
I94 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS

de la incipiente producción azucarera en el norte (Tucumán y


vincia, y el puerto de Rosario, que vincula la economía del inte­
rior con el puerto de Buenos Aires por vía fluvial. Las vecinas Jujuy) y la vitivinícola en Mendoza. Estas dos provincias sabrán
sacar particular provecho de su ubicación estratégica en tanto
provincias de Entre Ríos y Corrientes consolidaron la expansión
nexo de los mercados andinos y pacíficos con el mercado litoral­
ganadera en la zona oriental lindante con el río Uruguay, promo­
atlántico.
vida por las demandas del mercado de Brasil y Uruguay y la
posibilidad de acceder a través de ellos al comercio atlántico. A
diferencia de Buenos Aires, en estas regiones el escaso desarrollo
CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO
de centros urbanos no incentivó el desarrollo de la producción
agrícola destinada a dichos mercados. En las provincias del in­
El dinamismo económico favorece el crecimiento demográfico
terior, la producción y los circuitos de intercambio eran más
variados y complejos. Córdoba consolidó su integración a los aunque durante este periodo de contrastes se observan altos pi­
cos de mortalidad provocados por las múltiples guerras ­civi­
circuitos de la economía atlántica gracias a la construcción del
les, internacionales y de conquista territorial­ así como por las
tramo del Ferrocarril Central Argentino que en 1870 la acerca al
crisis epidémicas de cólera, tifus, fiebre amarilla y viruela. En
puerto de Rosario. Pero a diferencia de Santa Fe, ello no se acom­
particular debemos mencionar los efectos de las epidemias de
pañó en un primer momento de un desarrollo de la producción
fiebre amarilla que azotan la ciudad de Buenos Aires en 1857­
agrícola, y las primeras experiencias de colonias en esta provin­
1858 y en 1871, y de la epidemia de cólera que estalla en 1867
cia tuvieron un éxito relativo. Las provincias del norte ­Salta y
en el frente paraguayo. Las tasas de crecimiento son a pesar de
Jujuy­ siguieron exportando ganado en pie hacia Bolivia, mien­
ello altísimas, pasando de 28.2 por mil a 30.1 por mil en 1869.
tras que las de Cuyo­SanJuan, Mendoza y también La Rioja­
Este crecimiento espectacular esconde, sin embargo, el drástico
experimentaron un incremento de la demanda de vacuno para
derrumbe de la población indígena, que fue literalmente diez­
el consumo y de mulares para el transporte proveniente de Chi­
mada por las campañas militares, las enfermedades y las políti­
le, cuya economía conoció entonces un fuerte crecimiento esti­
cas de "civilización", como ya hemos mencionado. Según las
mulado por al desarrollo de los centros mineros y más también
cifras disponibles, en 1810 residían en los territorios de la Pata­
por el boom californiano. El crecimiento de la demanda chilena
gonia, la Pampa y el Chaco 190 000 indígenas. El censo de
generó en la zona cuyana una presión sobre la tierra que no es
1914 registra solo 18425 "nativos".
ajena a la fuerte conflictividad social y política de la región en los
El dinamismo de la economía litoral confirma la tendencia
años sesenta, que hemos ya evocado.
El panorama productivo aquí esbozado muestra una conti­ hacia la concentración de la población en esta región. El censo
nuidad con el periodo prenacional en la diversidad de orienta­ de 1869 muestra ya una neta ventaja para la zona del litoral, en
ciones de las economías regionales, con algunos cambios que la que cuatro provincias concentran 4 3% de la población de
todo el país, y esta tendencia se confirma a lo largo del periodo.
serán confirmados en el periodo posterior, en particular, el im­
Si las migraciones internas explican en parte el desequilibrio
pacto que tendrá el desarrollo del ferrocarril en la reorientación
atlántica de las economías del interior. Otras novedades consis­ demográfico entre las regiones, la novedad en este periodo pro­
tieron en la introducción de nuevos productos, como fue el caso viene del lugar cada vez más importante que adquiere el aporte
EL LARGO SIGLO XIX I97

Distribución de la población, 1869 de los flujos migratorios internacionales. Como en otras regiones
de América Latina, se implementan tempranamente en Argentina
una serie de políticas destinadas a atraer nuevos pobladores pro­
venientes de Europa con el objetivo de desarrollar una sociedad
industriosa, civilizada y blanca que provea mano de obra para
una economía en expansión. Con la caída de Rosas, los gobiernos
BRASIL
de Buenos Aires y de la Confederación hacen de la promoción de
la inmigración una prioridad de las políticas públicas. La Cons­
titución de 1853, que el preámbulo destina a "todos los hombres
del mundo que quieran habitar en el suelo argentino", reconoce
en la promoción de la inmigración una de las atribuciones del
Estado federal y ofrece a los inmigrantes los mismos derechos
civiles que a los nacionales. La inmigración crece en las décadas
de los cincuenta y sesenta atraída por el ciclo de prosperidad
vinculado a la producción ganadera y al auge del lanar. En 1870,
las llegadas alcanzan los 30 000 inmigrantes anuales y en 1873,
a los 50 000. Movimiento que será frenado por la crisis económi­
ca de este último año que redujo los arribos a casi un tercio. La
ley de inmigración y colonización de 1876 ­que regirá la polí­
Océano Atlántico
tica migratoria argentina durante un siglo­ fue diseñada para
reactivar los flujos, brindando al Estado federal mejores instru­
mentos para promover la inmigración europea y otorgar a los
candidatos otros beneficios además de los ya amplios que otor­
gaba la Constitución en términos de igualdad de derechos.
Ciertamente, los efectos son todavía moderados, si los com­
paramos con el aporte migratorio del periodo de las migraciones
de masas (1880­1930). Durante el lapso estudiado se verifica,
no obstante, un saldo migratorio acumulado de 172 816 perso­
nas que representan 10% de la población total de la República
argentina. Tanto si tenemos en cuenta las entradas como los sal­
dos migratorios, el colectivo migratorio más importante del pe­
riodo proviene del norte de Italia (Génova, Piamonte, Lombar­
día), representando durante la década de los sesenta dos de cada
tres entradas y luego una de cada dos. Los flujos de españoles
:p

r98 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS


EL LARGO SIGLO XIX I99

son aún reducidos (procedentes de Galicia principalmente), Todo ello nos habla del dinamismo de la ciudad que se. re­
pero desde los años sesenta conocen un crecimiento gradual. El fleja en la proliferación de comercios y pequeños y medianos
tercer grupo migratorio está compuesto por los franceses, en su talleres, dando cuenta de una incipiente especialización de las
mayoría vascos, para quienes Argentina será el primer destino diferentes funciones urbanas. Durante todo el periodo crece de
latinoamericano. Las migraciones de familias de colonos agríco­ manera también significativa la producción artesanal e indus­
las, aunque numéricamente menos importantes, tendrán sin em­ trial hacia la cual se dirigen los extranjeros. Entre los años trein­
bargo efectos significativos en el sistema productivo, como vi­ ta y cincuenta, el número de talleres se multiplica para dar luego
mos en el caso del desarrollo de las colonias agrícolas en Entre la curva un salto abismal, multiplicándose casi por cuatro.
Ríos, Santa Fe y sur de Córdoba. Es en Santa Fe donde el impac­
to es más espectacular. Las cifras del censo provincial de 1858
muestran una población total de 41261 personas, entre ellas LA EDUCACIÓN EN EL CENTRO DEL DISPOSITIVO NACIONAL
1200 colonos suizos y alemanes, que representan entonces me­
nos de 3% de los habitantes. En 1869, los colonos constituyen Como se ha mencionado, las políticas culturales desempeñan
10% de la población total de Santa Fe y para 1887, 45% de la un papel importante en el proyecto de la Generación del 3 7.
misma. A fines de siglo, la población de Santa Fe, que había Los actores saben que el establecimiento de un nuevo orden
permanecido casi estancada durante la primera mitad del siglo social y político debe estar acompañado de cambios culturales,
XIX, se multiplica por 10, en buena medida gracias al aporte mi­ aunque no siempre coincidan en los medios para promover ese
gratorio de los colonos europeos. tipo de cambios. En el caso de la formación de un nuevo espí­
El censo de 1869 exhibe, sin embargo, que los migrantes se ritu público o ciudadano, es interesante señalar los matices en
dirigieron mayoritariamente hacia zonas urbanas, contribuyen­ las posiciones de Alberdi y de Sarmiento. La postura del prime­
do al crecimiento espectacular de la ciudad de Buenos Aires: el ro está centrada principalmente en lo que él llamó "la educa­
censo de 1855 registra 91395 habitantes; en el lapso de un poco ción por las cosas" mediante la modernización del conjunto de
más de 10 años, la población de la ciudad se había duplicado. Y normas que regulan a la comunidad. En consecuencia, los me­
en 1887 el censo arroja una población de 4 33 3 73 habitantes; en dios más eficaces para la modernización de una sociedad serían
30 años, la población de la ciudad se había casi cuadruplicado. el establecimiento de nuevas legislaciones en materia civil o
Este crecimiento es, en buena medida, fruto de las migraciones comercial, la extensión de una red ferroviaria y, muy particular­
internas e internacionales. La importancia de estas últimas mar­ mente, una política migratoria activa, en la que los inmigrantes
can un rasgo característico de la ciudad desde los años veinte y europeos funcionarían como vectores de hábitos cívicos y co­
anuncian la ciudad cosmopolita de fin de siglo. En 1855 los merciales. El impulso de modernización llevó a regular las con­
extranjeros representan 36% de la población de la ciudad, en ductas privadas por medio de la redacción del Código Civil que
1869 aumentan a 46.6% y el censo de 1887 muestra que un le fue encargado a Dalmacio Vélez Sarfield y promulgado en
habitante de cada dos ha nacido en el extranjero. La ciudad de 1869 durante la presidencia de Sarmiento. Este último conside­
Rosario es otro centro de atracción de extranjeros que represen­ ra que las políticas educativas ocupan un lugar prioritario en las
tan, para 1869, 23.7% de la población. transformaciones culturales necesarias para el cambio social.
F

200 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 20I

En esta concepción, el Estado ­que la definición de los dere­ la formación impartida en establecimientos privados, adoptada
chos políticos deja en manos de los hombres adultos­ tiene un en 1878. Pero como veremos, católicos y liberales volverían a
rol fundamental, como proveedor y garante de la instrucción enfrentarse durante la presidencia de Roca.
pública. Estas posiciones, que Sarmiento defendió en obras Otra cuestión por resolver eran las relaciones entre el Estado
como Educación popular (1849), tuvieron importante influencia nacional y los estados provinciales. Ante la incapacidad de algu­
en las políticas educativas que se pusieron en práctica a partir nas provincias para ofrecer educación pública, el Estado nacio­
de 1862. Desde 1862 hasta 1880 se llevan a cabo los primeros nal debía intervenir como garante de ese derecho constitucional.
intentos de organización de políticas nacionales en materia Una de las iniciativas consistió en un programa de subvenciones
educativa, establecidas como funciones del Estado en la Cons­ con fondos del Estado nacional para favorecer el desarrollo de
titución de 1853, en particular los artículos 5 y 14 que garanti­ los sistemas educativos provinciales. Este proyecto, presentado
zan ciertos derechos individuales, entre los que se encuentran por Sarmiento en calidad de presidente de la nación y por Nico­
el derecho de enseñar y el de aprender. Alrededor de la inter­ lás Avellaneda, su ministro de Instrucción, se adoptó en 1871,
pretación de estos principios constitucionales giraron buena como la ley 463 de subvenciones. No obstante, en el tenso con­
parte de los debates y de las dificultades de la ejecución de una texto de la relación entre las provincias y el Estado nacional, la
política educativa nacional. Uno de estos debates fue, por ejem­ cooperación no pudo establecerse de un modo eficaz. Otra ini­
plo, el que enfrentó a los sectores liberales y a los sectores cató­ ciativa importante del Estado nacional fue la creación de dos
licos. Los primeros, entre quienes se encontraban figuras como nuevas instituciones: las escuelas normales nacionales y los co­
Eduardo Wilde (que ocuparía el Ministerio de Instrucción du­ legios nacionales. La primera de su tipo fue la Escuela Normal
rante la presidencia de Julio Argentino Roca) o Vicente Fidel de Paraná, fundada en 1871, también durante la presidencia de
López (historiador y hombre político que en su juventud había Sarmiento, que promovió la contratación de personal docente
formado parte de la joven generación romántica y que sería de origen norteamericano para suplir la falta de profesionales
rector de la Universidad de Buenos Aires a partir de 1874), locales. En los años siguientes, estas escuelas, dependientes del
sostuvieron que el Estado debía legislar en materia educativa, Estado nacional, comenzaron a instalarse en el resto del país (en
garantizando las formas y los contenidos de un sistema educa­ Mendoza, Catamarca, Tucumán, SanJuan y Santiago del Estero),
tivo nacional unificado y uniforme. En cambio, los representan­ en ocasiones, apoyándose en estructuras provinciales ya existen­
tes del pensamiento católico (como Félix Frías o Gerónimo tes. Por otra parte, los colegios nacionales, uno de los proyectos
Cortés) argumentaban, apoyándose en el derecho constitucio­ más importantes de la política educativa del presidente Bartolo­
nal de la libertad de enseñar y aprender, que el Estado debía mé Mitre, fueron un paso importante en la institucionalización
permitir y favorecer un sistema educativo plural, en el que la de la educación media pública. Inspirados en el modelo enciclo­
formación impartida en instituciones particulares (principal­ pedista francés, estos colegios tenían por propósito la prepara­
mente, colegios religiosos, y en menor medida, los colegios pri­ ción de una élite para su ingreso en la educación superior.
vados de comunidades extranjeras) tuviera la misma validez El ámbito de la educación superior es también un espacio de
que la de las instituciones públicas. Finalmente, la cuestión se intervención del Estado nacional, con propósitos culturales y
resolvió a partir de una legislación que permitía la validación de científicos, pero también como medio de facilitar el desarrollo
.
202 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 203

económico. Durante este periodo se observa en las dos casas de Público de Buenos Aires. Es entonces cuando aparece la primera
altos estudios del país, Córdoba y Buenos Aires, una tendencia a biografía de Manuel Belgrano, primer esbozo de la Historia de
la profesionalización de la educación superior. En Córdoba co­ Belgrano de Bartolomé Mitre, con varias reediciones y que es el
mienzan a organizarse los estudios científicos para formar inge­ primer gran relato sobre los orígenes nacionales y republicanos
nieros y arquitectos, tendencia que se vio también reflejada en el de la gesta independentista.
programa curricular de abogacía. La universidad porteña también La ampliación del público de lectores, asociada al desarrollo
empieza a integrar nuevas disciplinas. Al igual que la Universidad de nuevas prácticas culturales garantizadas en buena medida
de Córdoba, la de Buenos Aires comienza a funcionar como una por la Constitución que incluye entre las garantías individuales
institución formadora y certificadora de los profesionales que se la libertad de asociación, serán los principales pivotes de la pro­
hacen cada vez más necesarios tanto para las actividades vincula­ ducción y legitimación de la producción literaria de una élite
das al desarrollo productivo ­principalmente en el área de las cultural local. Ello implica no solo transformaciones en las em­
matemáticas aplicadas y las ciencias físico­naturales­ como a las presas editoriales ­que introducen transformaciones técnicas y
administrativas indispensables para la consolidación institucional comerciales­ sino igualmente en la demanda del público de
de la República. Las diferentes crisis epidémicas había por otro lectores. Fenómeno que permite explicar el inusitado éxito que
lado llevado a una temprana toma de conciencia de las necesida­ conoce la publicación del modesto poema El gaucho Martín Fie­
des de una política higienista que liderara tempranamente otro de rro en el que su autor José Hernández relata las desventuras de
los exponentes de la Generación del 3 7, Guillermo Rawson, y que un gaucho de la campaña de Buenos Aires. Entre la primera
acompaña la construcción de la profesión médica. publicación en 1872 y su l la. edición de 1878, el libro había
Las políticas educativas que se implementaron durante el logrado vender más de 48 000 ejemplares, suma nunca antes
periodo tuvieron un impacto considerable en la vida cultural. alcanzada en un público de lectores que se encontraba mayori­
Según los datos disponibles, las tasas de escolarización de la tariamente en la campaña.
población pasan entre 1850 y 1883 de 6.5 a 28.6% para el con­
junto del territorio nacional, cifras que alcanzan 64.6% en la
ciudad de Buenos Aires. Ello constituirá un importante impulso LA GRAN ACELERACIÓN
a la expansión de un público de lectores que alimenta el desa­
rrollo de la prensa periódica ­en 1877 se editaban 148 perió­ El periodo que se inicia con la presidencia de Julio A. Roca en
dicos en todo el país, cifras que colocan a Argentina no muy lejos 1880 y que se prolonga más allá del centenario, se caracteriza
de Estados Unidos en número de publicaciones periódicas­ y por una aceleración de la integración de Argentina al proceso de
la producción y circulación de libros, en particular de manuales mundialización que había comenzado con las revoluciones polí­
escolares. En estas décadas se forjan y publican los primeros ticas y productivas de fines del siglo XVIII. Desarrollo económico,
relatos canónicos de la génesis de la nación y del panteón de los revolución productiva, crecimiento demográfico, avance cientí­
padres fundadores, empresa no desvinculada de los esfuerzos fico­tecnológico, son algunos de los factores que alimentan las
por comenzar a organizar los archivos y fuentes documentales dinámicas sociales y expectativas individuales y familiares que se
que se realizan en instituciones como la Biblioteca y el Museo traducen en nuevas representaciones sociales y territoriales, pro­
204 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS El LARGO SIGLO XIX 205

ceso que la noción de "modernización" buscó sintetizar. Los men mixto federal­centralista de hecho, fue acompañada de un
hombres que encabezaron estos cambios festejaron el centenario significativo atraso de la modernización de la vida política. A
de una Argentina profundamente transformada y difícilmente medida que los cambios prodigiosos que experimenta Argentina
gobernable a partir de la estructura política que había permitido durante la gran aceleración transforman la sociedad, este desfase
a estas élites gobernantes impulsar esos cambios. La Argentina entre prácticas políticas y expectativas sociales será cada vez más
"moderna" nació de ese ambivalente éxito del proyecto de la explosivo.
Generación del 80 que anunció el fin del orden conservador. Podemos distinguir dos momentos dentro del llamado or­
den conservador. La presidencia de Julio A. Roca en 1880 marca
el inicio del primero, cuando el Estado nacional se impone po­
ESTADO NACIONAL Y ORDEN CONSERVADOR líticamente en el conjunto del territorio y garantiza "paz y admi­
nistración" como condición de progreso. Proceso que lleva a una
La federalización de la ciudad de Buenos Aires marca un mo­ consolidación del Estado nacional mediante un desarrollo insti­
mento de inflexión importante entre una situación previa que tucional que Osear Oszlak resume como el proceso de avance
Natalio Botana define de "empate" entre la autoridad nacional y del Estado sobre espacios de intervención que antes eran del
los poderes provinciales y el definitivo triunfo del Estado federal dominio de las provincias o de los particulares. Pero desde el
sobre las resistencias autonomistas de las provincias, en particu­ punto de vista económico, el Estado no logra imponer su auto­
lar sobre la más recalcitrante de todas ellas, Buenos Aires. Se ridad sobre el sistema monetario. La crisis político­económica
inicia entonces un periodo en el que el Estado nacional se impo­ de 1890 marca así el fin de un ciclo de consolidación del Estado
ne en el conjunto del territorio y logra la unificación mediante a partir de la autonomía financiera de las provincias y de un ré­
mecanismos políticos basados en el control de la sucesión, que gimen político que pretendía combinar consolidación del Esta­
Botana califica de "gobierno elector". Son las instituciones, pre­ do moderno, instituciones democráticas y un sistema político
sidencia, gobernaciones, municipios y cuerpos legislativos que arcaico y restrictivo. La crisis de 1890 inicia una etapa de fuerte
producen sus propios representantes por medio de complejas conflictividad social y de reclamos de sectores medios urbanos
negociaciones. La adecuación entre sucesiones pactadas entre y rurales a los que la república de notables había cerrado todo
gobernantes y resultados salidos de las urnas requiere empero acceso a la política. El ciclo se cierra con la reforma electoral de
una alta dosis de fraude dentro de un régimen republicano re­ 1912, llamada Ley Sáenz Peña, que implica una apertura del
presentativo que había adoptado desde épocas muy tempranas sistema político que marca el fin del orden conservador.
(1821 en la provincia de Buenos Aires) el sufragio universal
masculino. Estas prácticas son sistemáticamente denunciadas
por los perdedores pero masivamente utilizadas por todos. Todo PAZ Y ADMINISTRACIÓN
ello garantiza una sorprendente estabilidad, sobre todo si tene­
mos en cuenta que durante este periodo el país vive una de las Dos candidatos, apoyados por diferentes alianzas políticas,
crisis financieras más agudas de su historia. Desde el punto de compiten por la sucesión del presidente Nicolás Avellaneda que
vista político, la estabilidad institucional fundada sobre un régí­ llega en 1880 al fin de mandato. Carlos Tejedor, gobernador de

206 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 20J

Buenos Aires, cuenta con el apoyo de los nacionalistas porteños ción". El periodo es, en efecto, particularmente prolífico en leyes
y correntinos. El PAN (Partido Autonomista Nacional) y la Liga que tienden a una centralización administrativa y política como
de Gobernadores, un acuerdo entre mandatarios de Córdoba, lo ilustra la sanción de la ley de territorios nacionales en 1884.
Santa Fe y Tucumán, respaldan la candidatura del tucumano Inspirándose en el "nacionalismo unificador", corriente de ideas
Julio A. Roca, quien goza asimismo de las simpatías de la mayo­ que había acompañado los procesos de unificación en Alemania
ría de los oficiales del ejército nacional, cuerpo al que pertene­ e Italia, la ley de territorios nacionales ofrece al Estado federal
cía. Las tensiones entre el presidente Avellaneda, que apoya la prerrogativas de un poder central sobre los territorios reciente­
candidatura de Roca, y el gobernador Tejedor, que intenta im­ mente conquistados a los indígenas que quedan bajo la sobera­
poner la propia, llevan al primero a abandonar la ciudad de nía de la nación. Nueve gobernaciones que representan más de
Buenos Aires donde, como se lo recordaba Tejedor, el presiden­ la mitad del territorio de la república quedan entonces sujetas al
te residía en tanto que "huésped" del gobernador de Buenos gobierno nacional: Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río
Aires. Avellaneda instala entonces las autoridades nacionales en Negro, Neuquén, La Pampa, Chaco, Formosa, Misiones y parte
la vecina localidad de Belgrano. La escalada belicosa entre los de las provincias de Salta y Jujuy que formaban el territorio de
dos poderes que impulsan dos candidaturas presidenciales ter­ los Andes. Todo ello consolida la tendencia centralizadora del
mina en una guerra civil que se dirime en un violento enfrenta­ federalismo argentino que se manifiesta igualmente en las leyes
miento armado en las puertas de Buenos Aires. Las autoridades destinadas a consolidar las bases del progreso económico, como
de la provincia bonaerense capitulan y en septiembre el Congre­ lo fueron la ley de unificación monetaria de 1881, la ley de ban­
so nacional sanciona la ley de federalización que declara capital cos garantidos de 1887 y la ley de educación común de 1884.
de la república al municipio de la ciudad de Buenos Aires. Este avance del Estado nacional sobre las autonomías pro­
Con los fusiles aún humeantes, Julio A. Roca asume la pre­ vinciales implica igualmente una redefinición de las áreas de su
sidencia de la nación, resumiendo los objetivos de su gobierno legítima intervención. En este proceso la Generación del 80 debe
con el lema "paz y administración". Con esta fórmula sintetiza enfrentar una serie de resistencias que provienen de espectros
los objetivos de apaciguamiento de la vida política y consolida­ ideológicos opuestos: el de los liberales que defendían el Estado
ción del aparato administrativo del Estado nacional, proyecto de derecho y se oponían a toda intervención que implicara una
fomentado y sustentado en el programa político­intelectual de violación a ese principio jurídico liberal, y el de las autoridades
la Generación del 80. Cuenta para ello con una situación parti­ eclesiásticas, apoyadas por un incipiente laicado, que reivindi­
cularmente propicia: la última guerra civil había acabado con el caban una amplia esfera de administración de las almas que iba
autonomismo porteño, el más sólido enemigo del gobierno na­ del monopolio de los actos civiles vinculados al suministro de
cional y resuelto, después de 30 años de conflictos, la "cuestión los sacramentos (registro de bautismos, matrimonios y defun­
capital". Nada parece obstruir el camino que tan laboriosamente ciones) a la caridad, que comprendía tanto la salud como la be­
habían abierto sus predecesores. En su mensaje al Congreso de neficencia, pasando por la educación. Estos conflictos internos
1881, Roca declara: "Parece que fuéramos un pueblo nacido se combinan además con relaciones tensas con la Santa Sede por
recién a la vía nacional, pues tenéis que legislar sobre todo aque­ la vieja cuestión del ejercicio del derecho de Patronato, que el
llo que constituye los atributos, los medios y el poder de la Na­ Estado argentino reivindica desde la independencia como atri­

208 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 209

buto de su soberanía. Si las primeras tensiones se hacen sentir menta un descontento particularmente agudo en la juventud
en los años cincuenta, el conflicto se agudiza a medida que avan­ universitaria que ve cerrada toda posibilidad de acceso a la vida
za la política antiliberal de la iglesia, producida por la "cuestión política. En nombre de la regeneración política, los jóvenes re­
romana" y que formaliza el Concilio Vaticano I (1868­1870) y claman en 1889 una apertura "sin dependencia de gobiernos ni
estalla con la política de separación de la iglesia y el Estado que de círculos, buscando sacudir la inercia que domina y postra a
implementa Roca. Entre 1881 y 1888, el gobierno sanciona una la sociedades". De esta oposición nace la Unión Cívica, que pasa
serie de leyes laicas a las que los católicos se oponían: creación de la movilización de la opinión a la revuelta armada en 1890.
del registro civil, secularización de los cementerios, matrimonio La llamada "revolución del Parque" fue derrotada por Juárez
civil y fin de la obligatoriedad de la enseñanza católica en las Celman, pero con ella muere, como lo vaticina el senador ro­
escuelas (ley de 1884). Todo ello provoca la más importante quista por Córdoba, Manuel D. Pizarro, el gobierno de Juárez
confrontación entre liberales y católicos que se había conocido Celman.
en el territorio nacional. Sin embargo, y a pesar de las distintas
tentativas de organizar políticamente al sector católico, este no
logra cuestionar el modelo liberal­cientificista entonces hege­ LA CRISIS DEL RÉGIMEN CONSERVADOR
mónico entre los grupos dirigentes.
Durante todo el periodo un solo "partido" rige la vida polí­ En efecto, la revolución de los cívicos, sumada a la crisis econó­
tica nacional, el Partido Autonomista Nacional, diseñado como mica, obliga aJuárez Celman a presentar su renuncia. Todo ello
una alianza de fuerzas políticas provinciales ­gobernadores y pone en evidencia los desajustes entre la sociedad y la política,
caudillos de distrito­ organizada en torno a mecanismos infor­ que se acompañan de nuevos e intensos conflictos entre capital
males de negociación que implican vínculos de parentesco y y trabajo. Más de dos décadas transcurren entre la emergencia
sociabilidad de clase. El PAN promueve la candidatura de Roca y en 1890 de esta nueva fuerza política, la Unión Cívica, y la pri­
luego la de su sucesor y concuño, Miguel Ángeljuárez Celman. mera experiencia de sucesión presidencial abierta en 1916. Se
La bonanza económica y la euforia alimentada por esa fe en el trata de un periodo de fuerte conflictividad social, frente a la
progreso que caracterizaba a la Generación del 80 favorecen par­ cual los gobiernos conservadores tienden a alternar una política
ticularmente a Juárez Celman, quien decide asociar el poder de cierre y de represión con otra de apertura y reforma a fin de
ejecutivo nacional con el que otorga el PAN como máquina de responder a una doble presión política proveniente de los sec­
control de la sucesión, lo que lo lleva rápidamente a enfrentarse tores de las élites, que los sistemas de alianza dejan fuera del
con su mentor, Julio A. Roca. Las dos funciones se confunden y juego, y de los nuevos sectores sociales, cuyos reclamos no
las intervenciones federales en las provincias se dirigen entonces apuntan necesariamente a una integración en el sistema político
a derrocar a los gobiernos que no responden a las directivas del formal ­muchos de ellos eran extranjeros­ pero que ponen
presidente­jefe de partido. Así fueron removidos Juan Posse en cotidianamente a prueba la viabilidad del régimen.
Tucumán (1886­1887), Ambrosio Olmos en Córdoba (1888) y La primacía del PAN durante toda esta etapa no impidió la
Tiburcio Benegas en Mendoza (1889). Esta fuerte concentración formación de otras alianzas destinadas a propulsar candidaturas
del poder político, calificada de "unicato" por la oposición, ali­ divergentes. Juárez Celman, cuya renuncia a la presidencia im­

2IO PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 2II

plicó la pérdida del control del PAN, promovió en 1896, con el barra cuyas expectativas de movilidad social ascendente depen­
apoyo de ciertos grupos católicos, una nueva coalición llamada dían en buena medida del gobierno, ya sea porque este era
Partido Modernista, que promocionó la candidatura de Roque potencialmente el empleador o porque se consideraba que de él
Sáenz Peña. El oficialismo respondió a esta iniciativa con los dependía el desarrollo de la oferta de servicios para el sector
viejos reflejos de la política criolla: la alianza con la sección más económicamente más dinámico. Todo ello explica la emergencia
moderada de la Unión Cívica, liderada por el infatigable Mitre, de la Unión Cívica Radical en 1891, menos como un partido de
que tenía el doble interés de consolidar la posición del_PAN fren­ "clase media" ­David Rock ha demostrado que en sus orígenes
te a las candidaturas divergentes y proponer para ello a Luis sus líderes eran de la misma extracción social que la dirigencia
Sáenz Peña, padre del candidato del partido opositor y figura del PAN­ que como una organización política que buscaba in­
políticamente débil que garantizaba a Roca y a Pellegrini el con­ tegrar esos reclamos, lo que implicaba introducir el principio de
trol del PAN. El deber filial hizo el resto: Roque se retira para no pueblo elector. La UCR que funda su doctrina en la "intransigen­
obstruir la ruta de su padre Luis, logrando Roca sortear la ame­ cia revolucionaria" y la movilización popular coloca en el centro
naza que podía representar para el PAN el Partido Modernista de sus reclamos la pureza del voto como garantía de representa­
promovido por su concuño. Ello le permite imponer su propia ción democrática. En el mismo terreno de la impugnación del
candidatura en 1898, para lo cual debe sortear la resistencia que régimen conservador, pero desde una pretendida representación
le opone entonces su ex aliado Pellegrini, ahora agrupado con de intereses de clases, Juan B. Justo funda en 1894 el Partido
los autonomistas porteños en un nuevo Partido Autonomista. Socialista, partido que se adhiere a la II Internacional y que logra
Todo este intrincado juego de maniobras múltiples da cuenta de hacer elegir en 1904, en la persona de Alfredo Palacios, el primer
las características de la vida política: importancia del juego de diputado socialista de Argentina y de toda América. Los socialis­
alianzas personales, gran flexibilidad política de las mismas, om­ tas argentinos asocian la promoción de la "vía parlamentaria",
nipresencia de ciertas personalidades que, como Mitre, Roca o como medio de representar y defender los intereses de los traba­
Pellegrini, dominan la vida política de entonces, e importancia jadores, con la organización de los trabajadores por medio de la
de los vínculos familiares en la designación de la dirigencia po­ central obrera Unión General de Trabajadores, creada en 1907.
lítica. Este sistema de alianzas no solo se impone en la selección El segundo foco que alimenta la inestabilidad tiene que ver
del candidato sino también en los mecanismos para hacer pre­ con la fuerte conflictividad social que conoce Argentina en este
valecer los acuerdos, mediante todo tipo de prácticas fraudulen­ periodo de marcado crecimiento económico pero de gran des­
tas. Esta política, denominada "criolla" por sus detractores, se igualdad en la distribución de los réditos del mismo y que no
revela cada vez más ineficaz para responder a los vertiginosos estuvo exento de crisis durante las cuales se repartían también
cambios que la sociedad está experimentando entonces. de manera desigual los costos de las mismas. Los diferentes gru­
Dos movimientos confluyen hacia la crisis del orden conser­ pos socioeconómicos se organizan entonces ya sea para reclamar
vador que cierra el largo siglo XIX. Por un lado la ineficacia de la derechos o para defender sus intereses sectoriales. Ya había sido
política criolla para regular la competencia política cada vez más ese el caso de los productores ganaderos durante la crisis del
compleja entre diferentes sectores de las élites. La crisis involu­ lanar de los años sesenta y de la liga agraria durante la crisis de
cra por otro lado cada vez más a una incipiente clase media ur­ los noventa. Pero serán sin lugar a dudas las organizaciones de

2I2 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS El IARGO SIGLO XIX 2IJ

los trabajadores las que ejercerán mayor presión sobre el sistema 1910 fueron las respuestas represivas del gobierno; ellas autori­
político, desarrollando amplios espacios de contestación en tor­ zaban al gobierno a expulsar del territorio nacional, sin juicio
no a los cuales se organizan diferentes grupos que cuestionan al previo, a todo extranjero que comprometiera la seguridad nacio­
poder en su doble dimensión de forma de gobierno representa­ nal o perturbara el orden público, lo que implicaba una manifies­
tiva y de democracia como expresión de la voluntad popular. ta violación de los derechos civiles que la Constitución nacional
Las primeras organizaciones gremiales datan del periodo an­ garantizaba a los extranjeros, y que a pesar de ser abundante­
terior a la primacía del PAN, pero hasta fines del siglo XIX no lo­ mente denunciada perduró durante más de medio siglo. Este
gran coordinar sus acciones. El movimiento se va consolidando tipo de medidas establecidas para debilitar la capacidad de resis­
entonces en torno a dos principales sectores de actividad: los tencia de las organizaciones de trabajadores se alternaron con
trabajadores del puerto de Buenos Aires y Rosario y los trabaja­ iniciativas de reforma destinadas a coartar el poder de moviliza­
dores ferroviarios. La crisis de los noventa será un importante ción de las federaciones obreras. Entre estas últimas podemos
disparador para el incipiente movimiento obrero que desarrolla­ mencionar el proyecto de código de trabajo de Joaquín V Gon­
rá con la huelga su principal arma de combate. En 1901 las or­ zález destinado a introducir una serie de reformas que buscaban
ganizaciones de resistencia se agrupan en torno a la Federación mejorar las condiciones de los trabajadores. La iniciativa fracasó
Obrera Argentina (FoA) que reúne a anarquistas y socialistas, que tanto por la oposición de ciertos sectores conservadores como
es reemplazada por la FORA (la Federación Obrera Regional Ar­ por la de los sindicatos ­dominados entonces por los anarquis­
gentina) en 1905. Durante la primera década del siglo se vive la tas­ que rechazaban toda injerencia del Estado en las relaciones
maduración del anarquismo entre los trabajadores, gracias al laborales. Si existen aún divergencias en cuanto al papel que
manejo de la FORA que les permite imponer el principio de "huel­ desempeñaron los reclamos sociales en el reformismo de las éli­
ga general de productores" que inspiran las grandes huelgas de tes, así como sobre el lugar del reformismo dentro del orden
1902, 1904 y 1909. Cierto es que las disidencias dentro del mo­ conservador, prima un cierto consenso entre los historiadores
vimiento obrero fueron importantes: entre los anarquistas que respecto a la convicción que llevó a hombres como Joaquín V
rechazaban toda intervención del Estado y hacían de la huelga González,José Nicolás Matienzo o Indalecio Gómez a integrar la
general el elemento no negociable de la resistencia obrera; los reforma electoral y la cuestión social como medios de estabilizar
sindicalistas abiertos a las negociaciones que permitiesen una la vida institucional argentina.
mejora de la condición del trabajo obrero, y los socialistas que
promovían la participación en la vida política como mejor medio
de defender los intereses de las clases trabajadoras. A pesar de LA GRAN EXPANSIÓN PRODUCTIVA
ello el movimiento obrero llevó a cuestionar las reglas de la vida
política o en todo caso su efectividad para garantizar la paz so­ En un contexto de aceleración de los intercambios y las co­
cial. Todo lo cual obligó al gobierno a reaccionar frente a los nexiones internacionales que caracteriza la primera mundiali­
peligros que implicaba ese "ataque al orden constitucional esta­ zación, Argentina se integra exitosamente al mercado mundial
blecido" como lo denunció Joaquín V González. La Ley de Resi­ mediante una fuerte especialización, como exportadora de ma­
dencia en 1902 y posteriormente la Ley de Defensa Social en teria prima agropecuaria e importadora de productos manufac­

2I4 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 2I5

turados. El país conoce entonces ·un crecimiento espectacular: reformas que permitirían perpetuar el progreso sobre bases que
entre 1870 y 1913 su economía registra uno de los mayores imaginaban no muy diferentes.
crecimientos del PIB per cápita del mundo, con tasas medias de El crecimiento espectacular de la economía argentina fue en
crecimiento de 2.5%, un tercio más altas que las de Estados particular producto de la expansión de la producción agrícola
Unidos. que tuvo como epicentro la región pampeana, en donde se incor­
poraron alrededor de 40 millones de hectáreas ubicadas en zonas
Principales variables económicas, 1881­1916 de buena calidad productiva y que una densa red de ferrocarriles
Población Producto Exportaciones Importaciones Ferrocarriles conectó con el mercado atlántico. Los ferrocarriles se habían de­
Año (en miles) (1900 = 100) (millones de libras) (millones de libras) (kilómetros)
sarrollado inicialmente a partir de dos centros: los puertos de
1881 2565 21.86 11.6 11.1 2442
1885 2880 44.70 16.8 18.4 4541 Buenos Aires y de Rosario en la provincia de Santa Fe. En 1895
1890 3377 58.59 20.2 28.4 9254 el sistema se organizaba en torno a estos dos puertos a los que se
1895 3956 82.69 24.0 19.0 14222
31.0 22.6 16 767
agregó después el puerto de Bahía Blanca en el sur este de la
1900 4607 100.00
1905 5289 164.30 64.6 41.0 19682 provincia de Buenos Aires. Ello dio un trazado particularmente
1910 6586 197.43 74.5 70.4 27713 denso para la región pampeana con importantes prolongaciones
1916 7885 201.02 99.4 59.8 34534
que permitían conectar estas zonas productivas con algunas de
Fuente: Fernando Rocchi, "El péndulo de la riqueza: la economía argentina en el perio­
do 1880­1916". la zona del interior, como la conexión entre Córdoba y Tucu­
man, y estos con poblaciones más alejadas. Los tramos menos
Los especialistas coinciden en considerar que ello fue resul­ provechosos fueron financiados por el Estado, a diferencia de
tado de la confluencia de tres factores que resultaron determi­ otros, más rentables, en manos de capitales privados. A fines del
nantes: la disponibilidad de recursos naturales que las campañas siglo el ferrocarril del Norte llegó hasta Salta y Jujuy En 1912 el
militares contra los indígenas habían procurado; una mano de transandino llegó a Chile y en 1913 conectó la Patagonia. En los
obra abundante que fue masivamente provista por los flujos de 2 4 años transcurridos desde la presidencia de Roca, las líneas
migrantes europeos, y la afluencia de capitales, proceso en el férreas se habían prolongado más de 13 veces respecto de su
cual Inglaterra tuvo un papel central. Al entusiasmo eufórico de extensión en 1880.
los años ochenta, que la crisis de 1890 va a sosegar momentá­ La producción ovina, que predominó hasta los años ochen­
neamente, siguen años de excepcional prosperidad. Durante la ta en la zona del litoral, conoce entonces cambios significativos
primera década del siglo xx, las exportaciones se triplican, los vinculados a los av�nces tecnológicos y a las nuevas oportunida­
flujos de migrantes llegan a picos nunca antes vistos, la afluencia des que ofrecía el mercado. Junto con la producción de merinos
de inversiones extranjeras también alcanza los máximos niveles para la lana, que se desplaza hacia las zonas periféricas de la
históricos, la construcción de vías férreas duplica la longitud Pampa y hacia los territorios patagónicos recientemente integra­
existente y los depósitos en oro en la caja de conversión crecen. dos pero poco aptos para la explotación agrícola, se desarrolla
Todo ello alimenta el clima del centenario. La fuerte conflictivi­ ahora la producción de nuevas razas de calidad que, como la
dad social más que cuestionar este modelo convenció a ciertos Lincoln, son destinadas a la exportación de carne congelada. Las
sectores de las élites liberales de la necesidad y viabilidad de las cifras disponibles muestran claramente cómo este mercado re­
..
EL LARGO SIGLO XIX 2I7

Red ferroviaria; 1879­1914 emplaza al de la carne salada que desde mediados de siglo había
tenido una disminución constante.
El desplamiento de la producción ganadera hacia las zonas
más marginales libera la fértil región pampeana para la produc­
ción agrícola. En pocos años el proceso agrícola expansivo trans­
forma a Argentina en el "granero del mundo". Crecimiento ver­
tiginoso si consideramos que en los años setenta del siglo XIX,
Argentina importaba aún harina y que para el centenario, las
exportaciones agrícolas ya superaban a las ganaderas. Contribu­
yeron al mismo varias provincias, entre las que se destaca Santa
Fe, que confirmó su perfil agrícola, ocupando a fines del siglo el
primer lugar en términos de superficie sembrada (50% del total)
destinada principalmente al cultivo de trigo y lino. Buenos Aires
concentró la mayor expansión del maíz y compartió con Córdo­
ba y Entre Ríos los cultivos de trigo y lino.
Fuera de la región pampeana, la expansión de una produc­
ción agrícola destinada al próspero comercio atlántico es más
limitada. Sin embargo, dos regiones logran consolidar una eco­
nomía productiva gracias a la explotación de cultivos tradicio­
nales: la caña de azúcar en Tucumán y la vid en Mendoza. En
Tucumán la industria azucarera, ya incipiente durante las primas
décadas de la segunda mitad del siglo XIX, es favorecida gracias
a una protección aduanera y estimulada por la construcción del
OCÉANO ATLÁNTICO ferrocarril que acerca esta producción al mercado del litoral y
permite la expansión de la producción hacia las provincias veci­
!N nas de Salta y Jujuy La expansión del cultivo es veloz. En los
inicios de los años setenta la producción ocupa 2.3% de la tierra
sembrada, abarcando a fines de siglo más de 50% de la misma.
, • • • • • Tendido ferroviario hasta 1879 La vid, cuyo cultivo también se remonta a la colonia, logra du­
--- Red ferroviaria entre 1880 y 1914
rante este periodo convertirse en una producción floreciente en
Mendoza. Como para la industria azucarera, la llegada del ferro­
carril fue determinante: de 16 000 hectolitros que se producían
en 1853 se llega a casi un millón a fines de siglo y casi tres mi­
llones en momentos del centenario. Ello otorga un importante
.
2I8 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 2I9

dinamismo a dos regiones cuyas producciones logran insertarse nos y pequeños propietarios de industrias de transformación, y
favorablemente en el mercado interno e internacional. Entre los un sector de trabajadores urbanos.
cultivos tradicionales, la producción de tabaco encontró mayo­ Si gracias a un contexto internacional particularmente favo­
res dificultades para expandirse. Esta fue lenta y dificultosa en rable los hombres de la Generación del 80 habían logrado trazar
las regiones del norte, y hacia fines del siglo, las provincias de el camino del progreso que la Argentina del centenario celebra­
Corrientes y de Misiones promueven su producción. En la re­ ba, la aceleración de los factores que hacían posible el crecimien­
gión del noreste, donde la incorporación de las tierras indígenas to sin igual durante el periodo genera asimismo gran inestabili­
ofrecía nuevas oportunidades, se desarrolló igualmente la explo­ dad, vinculada en particular con la cuestión monetaria.
tación de bosques y el cultivo del algodón, pero con un peso
muy moderado en el comercio exterior.
Durante mucho tiempo la historiografía argentina asoció OPTIMISMO, EXPANSIÓN Y CRISIS
este proceso expansivo con la configuración de una oligarquía
que concentró la propiedad de la tierra y controló el Estado, y Cuando Roca llega al poder, la crisis financiera que había lleva­
cuya traducción político­institucional fue el orden conservador. do en 1876 al Banco Nacional a una virtual situación de quie­
Esta visión de grandes latifundistas, cuyos orígenes se remonta­ bra estaba superada. La política monetaria había permitido res­
rían al proceso de acumulación producido durante el gobierno tablecer el equilibro de la balanza comercial, que alcanza a
de Rosas, está siendo seriamente revisada. Sabemos hoy que la partir de 1878 un superávit. El plan de saneamiento financiero
situación fue más compleja y que las grandes propiedades que que había adoptado Avellaneda luego de la crisis del 1873­
predominaron en las regiones de integración más reciente como 1876 había dado sus frutos, el riesgo había disminuido sensi­
la Patagonia, alternaron con las pequeñas y medianas propieda­ blemente y las inversiones volvían a afluir. El clima de optimis­
des en manos de colonos, con arrendamientos y con formas de mo expansivo acompañó todo esta primera etapa de inversión
aparcería que encubrían también situaciones muy variadas. en infraestructura. Este clima también se tradujo en una expan­
La industria, que conoce entonces un desarrollo significati­ sión del crédito que provocó una burbuja especulativa en el
vo, está relacionada con la expansión agropecuaria. Algunos sec­ precio de la tierra así como el aumento de las importaciones
tores destinados a la exportación de materia prima transformada que generó importantes salidas de oro. Los bancos comenzaron
como los frigoríficos, los molinos harineros y los ingenios azu­ a perder reservas y cuando se hizo evidente que estos ya no
careros; otros, al mercado interno, y vinculados a la alimenta­ podían responder con metálico a todas las obligaciones mone­
ción, la construcción, el vestido, los muebles, y los textiles. Entre tarias, el Banco Nacional suspendió en 1885 la convertibilidad,
estos sectores, destacan los frigoríficos que comportan un cam­ tanto del circulante como de los depósitos. Ello, junto con la
bio en el tipo de producción artesano­industrial predominante reforma monetaria que reemplazó el sistema bimonetario en
entonces, y se distinguen por el alto nivel de inversiones de ca­ papel y en metálico por uno en peso oro, acentuó la desconfian­
pital, la mayor especialización del trabajo y el grado de concen­ za que dio lugar a una gigantesca fuga de capitales. Se piensa
tración de mano de obra. Encontramos aquí, como en el caso del ahora que las salidas fueron entonces mayores que las sumas
mundo rural, una estructura diversificada con grandes, media­ requeridas para pagar el servicio de la deuda.

220 PUAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 22I

Las medidas tomadas por el gobierno dejuárez Celman para el riesgo país. A partir de 1893 la situación comenzó a mejorar
hacer frente a la situación acentuaron los efectos de la crisis, y para 1895 el peso papel había comenzado a valorizarse. Aun­
como fue el caso de la creación de un sistema nacional de bancos que los efectos de la crisis de los noventa se hicieron sentir hasta
privados, llamados "bancos garantidos", así denominados por­ la segunda presidencia de Roca y la de Figueroa Alcorta, en el
que la ley hacía posible la emisión siempre que la garantizara un primer quinquenio del siglo xx, la extraordinaria aceleración de
depósito equivalente en títulos públicos en oro. La ley alentó las exportaciones creó un ambiente de confianza que despejó
una multiplicación de bancos provinciales que pedían présta­ por muchos años el peligro de quiebra.
mos para garantizar los títulos y utilizaron esta deuda para emi­ Argentina se prepara a celebrar el centenario en un clima de
tir millones de pesos que duplicaron el stock de dinero existente, fuertes contrastes que asocian crecimiento económico y conflic­
con el que financiaron las inversiones pero también los gastos de tos sociales. La emergencia de la "cuestión social" que se identifi­
la administración. La extraordinaria expansión del crédito y de ca con los desajustes económicos, políticos y morales producidos
los presupuestos provinciales se hizo bajo estas inciertas condi­ por la crisis económica de 1890, no solo implica una amenaza a
ciones. Como nadie confiaba en la moneda circulante, la tenden­ ese orden que se consideraba condición de progreso sino que
cia era a comprar dinero oro, disminuyendo los depósitos. Todo estimula nuevas divisiones entre los sectores gobernantes y la
ello llevó a una situación crítica que terminó por estallar en 1890 intelíguentsia. No hay entonces consenso respecto a la política que
con la quiebra de la casa Baring en Inglaterra. se debía implementar para poner término a este nuevo peligro
La crisis arrastró con ella al gobierno dejúarez Celman, pero que acechaba a la civilización: el de la revolución proletaria. Los
el colapso financiero que dejó a las provincias quebradas, y en "liberales reformistas", nebulosa que atraviesa diferentes sectores
particular a la más poderosa de todas ellas, Buenos Aires, liberó socioprofesionales y diferentes familias político­ideológicas, lo­
al Estado nacional del más importante freno a la centralización gran imponer la idea de reforma del sistema político y aceptar
financiera que había encontrado desde la unificación nacional, una sensible modificación del dogma liberal respecto a las fun­
representado por el Banco de la Provincia de Buenos Aires y el ciones del Estado. Entre sus posturas, se encuentra la defensa de
Banco Hipotecario de la Provincia de Buenos Aires. La crisis de una posición intermedia entre el laissez­faire y el socialismo que
los noventa tuvo así el inopinado efecto de concluir en el área implica el reclamo de una administración eficaz y transparente,
financiera lo que la federalización de Buenos Aires había hecho la defensa y la confianza en el orden institucional y la forma de
posible desde el punto de vista político: someter el autonomis­ resolver los antagonismos sociales en el marco de políticas adop­
mo porteño a la autoridad de la nación. La situación de default, tadas por vías parlamentarias y esclarecidas por estudios científi­
de la cual la deuda nacional pudo ser protegida por un tratado cos. En este punto coinciden con los conservadores: la solución
con Rothschild, dejó al fin a las quebradas provincias sometidas a estos problemas reside en las reformas institucionales que de­
al Estado nacional. Este creó su propia institución de crédito, el ben emprender los sectores gobernantes desde el Estado. Pocos
Banco de la Nación Argentina, y su propia institución monopó­ están dispuestos a considerar que los movimientos contestata­
lica de emisión de moneda, la Caja de Conversión. Las medidas rios, que alcanzan con las huelgas de 1909 su punto más álgido,
tomadas entonces para hacer frente a la crisis ­alza impositiva, están señalando los límites de un régimen político que desatiende
reducción de gastos, contracción de moneda­lograron reducir la problemática de la representación de los intereses sociales.
222 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 223

INMIGRACIÓN DE MASAS Y URBANIZACIÓN TEMPRANA sidencia. Nos encontramos, en todo caso, frente a un fenómeno
masivo (en 1914 más de un habitante de cada tres había nacido
El crecimiento acelerado de la producción agrícola­ganadera no en el extranjero) que tuvo un impacto considerable en la socie­
hubiese sido posible sin el importante aporte migratorio que dad, y que forjó el imaginario nacional de una Argentina "blan­
soluciona el problema de la escasez de trabajadores en la zona ca", producto del crisol de razas que sustenta una sociedad
litoral y que las migraciones provenientes de las provincias del abierta y cosmopolita que ofrece oportunidades para que los
noroeste y noreste ya no alcanzaban a resolver. Durante el pe­ hijos siempre superen a los padres. La realidad de las relaciones
riodo de migraciones de masas (1830­1930) más de 60 millo­ interétnicas y sociales se adapta muy escasamente a este imagi­
nes de personas atraviesan el Atlántico en busca de nuevas nario y los grandes flujos migratorios coinciden, como vimos,
oportunidades. Si la mayoría de esta "Europa en movimiento" con grandes desigualdades sociales y con el desarrollo de un
se dirige hacia Estados Unidos, Argentina es el primer destino nacionalismo virulento que señala a los extranjeros como res­
latinoamericano de estos flujos, concentrando más de la mitad ponsables de todos los males y como amenaza para la integri­
de ellos. Entre 1881 y 1914 más de 4 millones de personas dad nacional y familiar, como lo denuncia explícitamente Eu­
procedentes de ultramar que viajan en segunda y en tercera genio Cambaceres en su novela En la sangre o Julián Martel en
clase desembarcan en el puerto de Buenos Aires. Los italianos La Bolsa, esta última obra constituye la expresión literaria local
continúan siendo mayoría, con más de dos millones de entra­ del mito de la conspiración judía mundial. Ello no es una ma­
das; siguen en orden de importancia los españoles con 1.4 mi­ nifestación excepcional vinculada a la crisis de los noventa,
llones de entradas registradas, y los franceses, tercer colectivo sino un componente fundador del nacionalismo argentino. A
migratorio, con 170 000 inmigrantes registrados. A ello debe­ pesar de eso, el imaginario de una sociedad argentina abierta y
mos agregar una inmigración proveniente de los límites de Eu­ cosmopolita sigue vigente hasta nuestros días. Ciertamente, el
ropa, como los llamados "rusos", en su mayoría judíos que movimiento nacionalista buscará representaciones alternativas
huyen de la oleada de violencia antisemita desatada en el im­ a la tradición liberal como testimonia la invención del "gau­
perio ruso, y otros flujos calificados de "exóticos" como los cho" como símbolo de la identidad nacional. Es entonces
denominados "turcos", flujos compuestos por sirio­libaneses y cuando el popular poema de José Hernández, El gaucho Martín
armenios. Aunque la legislación migratoria definía al inmigran­ Fierro, es erigido en poema épico nacional. Ello no impide re­
te como un poblador, los saldos migratorios muestran que los lecturas cosmopolitas de esta tradición, como la que ofrece Al­
retornos son importantes, aunque varían según los contextos. berto Gerchunoff en Los gauchos judíos escrita en 191 O para
Para las tres décadas que nos ocupan, uno de cada tres migran­ celebrar la integración de los inmigrantes judíos a la sociedad
tes retorna. En su mayoría se trata de hombres jóvenes, aunque argentina.
el desarrollo de colonias agrícolas atrae igualmente una inmi­ Los flujos migratorios masivos constituyen el principal fac­
gración familiar. Las investigaciones recientes muestran por tor que explica el crecimiento acelerado de la población en Ar­
otro lado que las llamadas "migraciones golondrinas" no impli­ gentina. En 1869 el primer censo nacional registra un total de
caban tan cortas estancias y que las migraciones estacionales 1897 000 habitantes; en el segundo censo de 1895 estos se han
podían alternar trabajos urbanos y rurales, prolongando la re­ más que duplicado. En 1914, cuando se organiza el tercer censo

224 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 225

nacional, la población total suma 8 162 000. En otros términos, para su soberanía, incitan a los sucesivos gobiernos a implemen­
en poco más de 40 años los habitantes han aumentado más de tar una política de nacionalización que coloca en el centro de la
300%. La población de origen migratorio se concentra sobre misma a la escuela pública. La Ley Nacional de Educación de
todo en la zona del litoral argentino y masivamente en los cen­ 1884 da a la enseñanza pública una función nacionalizadora que
tros urbanos que tienen un crecimiento espectacular. Entre 1869 se traduce en el desarrollo de una cultura patriótica aún presen­
y 1887 la ciudad de Buenos Aires incrementa su población a un te en las escuelas argentinas hoy día. Si, como veremos, el go­
ritmo anual de 7.3%, manifestando un mayor dinamismo que bierno logra imponer su hegemonía educativa, su política de
ciudades como Chicago o Boston. Entre 1904 y 1909 el ritmo naturalización de los extranjeros tiene escasos resultados y la
"disminuye" a 5.8% pero es, con excepción de la ciudad de Argentina del centenario sigue siendo esa "nación sin ciudada­
Hamburgo, la más alta del mundo occidental. Desarrollo que nos" que denunciaba Sarmiento. Hacia fines del siglo xtx, los
pone cotidianamente a prueba los servicios públicos, que aun­ mismos que habían promovido una activa política de pobla­
que crecen significativamente durante el periodo, no logran res­ miento comienzan a ver en ella un obstáculo para la consolida­
ponder a las necesidades de una población cada vez más nume­ ción nacional. Antes de que las corrientes nacionalistas de los
rosa. A las dificultades de gestión sanitaria y de provisión de años treinta formulen este peligro en términos de incompatibi­
servicios de salud se agrega el espinoso problema de la vivienda lidad cultural­racial, se observa ya con la crisis de los noventa y
que agrava el problema sanitario. Ello fomenta tanto el desarro­ las movilizaciones de la primera década del siglo xx que los ex­
llo de las vecindades en el centro de la ciudad y la extensión de tranjeros comienzan a ser identificados como la fuente de los
la ciudad hacia los barrios que surgían de los fraccionamientos, problemas de la república: la fragilidad de las instituciones de­
como una constante tensión entre los trabajadores urbanos y los mocráticas era producto de su negativa a naturalizarse y la alta
poderes públicos. Hechos que explican tanto el poder de movi­ conflictividad social responsabilidad de las ideologías "disolven­
lización de las organizaciones de trabajadores como el papel que tes y exóticas" (léase anarquismo) que estos introducían. Los
tienen las iniciativas de la sociedad civil. Junto al sector del lai­ detractores de los extranjeros tendrán sin embargo razón en se­
cado movilizado en torno a las nuevas corrientes del catolicismo ñalar que ese aporte masivo de inmigrantes cambiará significa­
social, se desarrollan asociaciones de las colectividades migrato­ tivamente la sociedad argentina arrastrando con ello a la repú­
rias destinadas a ofrecer servicios, en particular, en educación, blica de notables. El impacto de la inmigración puede evaluarse
salud y asistencia a sus compatriotas. Estos dos últimos rubros con las cifras que brinda el censo de 1914 sobre la economía
son masivamente garantizados por sociedades de ayuda mutua productiva. Los extranjeros no solo ofrecen mano de obra para
que, según el censo de 1914, están integradas en más de 70% la economía agroexportadora ­60% de la producción agrícola
por extranjeros. se encuentra entre sus manos­, sino que concentran más de
La masiva presencia de extranjeros representa un desafío 75% de los comercios e industrias manufactureras que existen
para la nación recientemente unificada. Las alarmantes misivas entonces en el país. La concentración de inmigrantes en centros
de Sarmiento, entre otros, sobre los múltiples peligros que ace­ urbanos (más de 70% se había establecido en ciudades) hizo de
chan a una nación sin ciudadanos y para la cual la presencia de los extranjeros el motor principal de la transformación social
súbditos de otras naciones constituye una cotidiana amenaza que impulsó la urbanización.
...
226 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS
EL LARGO SIGLO XIX 22 7

CULTURA CIENTÍFICA Y PROGRESO


educación en los años por venir: la función del Estado nacional
en un sistema común de educación, la interpretación de las ga­
La consolidación del Estado a partir de 1880 tiene su correlato rantías constitucionales del derecho de enseñar y aprender y la
en los modos en los que se organiza la vida cultural e intelec­ cuestión de la laicidad que se da en el marco del conflicto entre
tual. Las estructuras que albergan las actividades educativas y liberales y católicos, ya mencionado. Dos años después, en julio
científicas ya existentes comienzan a modernizarse y a adaptar­ de 1884, el Congreso aprueba la ley 1420 de Educación Común,
se al proceso de federalización. Un ejemplo de ello es el traslado cuya resolución más importante es la de establecer la obligato­
de dos instituciones importantes, el Archivo de Buenos Aires y riedad, la gratuidad y la laicidad de la educación primaria. El
la Biblioteca Pública a la esfera del Estado nacional, que en periodo que va del último cuarto del siglo XIX a las primeras
1884 se transforman en el Archivo General de la Nación y en la décadas del xx constituye uno de los momentos más importan­
Biblioteca Nacional, respectivamente. Al frente de la dirección tes de la educación nacional, cuyas políticas cambiarán profun­
de esta última es nombrado Paul Groussac, tras la muerte de su damente el paisaje cultural de la población. El retroceso del
fugaz primer director, José Antonio Wilde. Hombre de letras, de analfabetismo es uno de los casos en los que los resultados de las
origen francés, su carrera se desarrolla desde su juventud en los políticas educativas son más elocuentes. Vimos que en la etapa
ámbitos de la educación y la cultura, ocupando la dirección de anterior las tasas de escolarización habían aumentado sensible­
la Biblioteca Nacional desde 1885 hasta su muerte, en 1929. A mente y ello se acrecienta aún más luego de los años ochenta. Así
lo largo de los 44 años de su gestión, impulsa una vigorosa tarea mientras que el censo de 1869 registra un porcentaje de analfa­
de catalogación y clasificación de las colecciones existentes, betismo de 77%, los datos de 1914 señalan un descenso a 35%.
promueve la copia de documentos de archivos europeos para Sin embargo, los efectos de un acceso más amplio a la cultura
enriquecer los fondos de fuentes históricas e impulsa la Ley de como resultado de las políticas educativas también se pondrán
Depósito Legal, dispositivo jurídico fundamental para la con­ de manifiesto en los niveles superiores del sistema educativo y
servación centralizada de la producción editorial. Además, des­ las universidades deberán enfrentar nuevos desafíos, crisis y
de su puesto de director, funda dos publicaciones, La Biblioteca transformaciones.
(1896­1898) y los Anales de la Biblioteca (1900­1915), que se Así como se discute en el espacio público el modo de mo­
convierten, en particular la primera, en dos espacios privilegia­ dernizar y reorganizar la educación común, la educación supe­
dos de consagración y de debate intelectuales. rior será también protagonista de debates. Las dos grandes cues­
Por otra parte, la modernización de las instituciones cultu­ tiones que se plantean en estos años son, en primer lugar, el
rales y educativas suscita vivos debates acerca de la función del vínculo de las universidades con el poder público y los términos
Estado. En el terreno de la educación, estas discusiones se dan de una posible autonomía y, en segundo lugar, la orientación
entre 1881 y 1884. Un momento importante de este periodo es profesionalista de sus enseñanzas y de sus graduados. Para inten­
el Primer Congreso Pedagógico Sudamericano, impulsado por tar dar respuesta a estos problemas, se sanciona, en 1885, la ley
el presidente Roca, que se reunió en Buenos Aires entre abril y 1597, conocida también como Ley Avellaneda que intenta, por
mayo de 1882. En este foro, comienzan a tomar forma los pro­ sobre todas las cosas, sentar las bases de una autonomía­cierto,
blemas en torno a los cuales se organizará el debate sobre la aún limitada­ del funcionamiento administrativo y de la forma
tp

228 PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 229

de gobierno de las universidades. Como se ha mencionado, la Ciencias Jurídicas y Sociales en la que se promueve la investiga­
formación universitaria estaba, en su mayor parte, orientada a ción científica para una mejor compresión de los fenómenos so­
una enseñanza específica para una práctica profesional, modelo ciales de la época y con el propósito de articular los saberes a la
en el que las profesiones liberales (la abogacía, la medicina y la acción política.
ingeniería) ocupaba un lugar central. En consecuencia, el papel Durante las últimas décadas del siglo xtx, la ampliación y
de la universidad en la actividad de investigación o cultural con­ diversificación del espacio social permite el surgimiento de nue­
tinúa siendo marginal hasta comienzos del siglo xx. La vida inte­ vos arquetipos de intelectual latinoamericano. En el caso de la
lectual sigue nucleándose alrededor de espacios como las revis­ modernización de los espacios científicos universitarios, de la
tas literarias (como la mencionada Biblioteca de Groussac) o que el proyecto de Joaquín V González y de los "reformistas li­
instituciones como el Ateneo o la Junta de Historia y Numismá­ berales" es un ejemplo insoslayable, da cuenta también de un
tica, fundada en 1893, y que en 1938 se transformará en la Aca­ cambio de signo en el clima cultural de la inteliguentsia argentina.
demia Nacional de la Historia. La voluntad de abrir ámbitos de Los años de la pax roquiana son los de la Generación del 80,
reflexión y de investigación "desinteresada" inspirará en Buenos entre cuyas eminentes figuras del campo cultural pueden nom­
Aires la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras, en 1896. brarse a Lucio V Mansilla, Paul Groussac o Miguel Cané. Se tra­
Concebida en un principio como el espacio de reflexión pura, su ta fundamentalmente de hombres de letras cuya intervención en
evolución decepciona a sus impulsores cuando se transforma en el campo cultural debe desarrollarse en paralelo a la acción po­
un centro de atracción de estudiantes deseosos de adquirir un lítica o al servicio público. Esta figura no especializada del inte­
diploma para el ejercicio de la docencia en la educación secun­ lectual da como resultado una producción fragmentaria, de ca­
daria. Otro ejemplo interesante es el de la Universidad Nacional lidad y profundidad irregulares, en general asociada a la práctica
de La Plata, cuyo proyecto estuvo ligado desde su concepción a edificante de las "bellas letras" y fuertemente marcada por un
la actividad científica. El proyecto fue impulsado por Joaquín V tono impresionista en el cual se manifiestan los tópicos sociales
González, intelectual, hombre político y una de las más impor­ de la clase patricia a la que pertenecen. Estos hombres de letras,
tantes personalidades del reformismo liberal argentino. Final­ "gentlemen escritores" como los califica David Viñas, comienzan
mente concretado con la fundación de la Universidad Nacional a entrar en conflicto con un nuevo tipo de intelectual, anclado
de La Plata en 1905, el proyecto reúne a varias figuras del refor­ particularmente en la cátedra universitaria. Los universitarios
mismo, como José Nicolás Matienzo, Rodolfo Rivarola y Ernesto defienden un tipo de intervención especializada, cuya legitimi­
Quesada. Situada en la capital de la provincia de Buenos Aires, dad proviene del campo de las nuevas ciencias sociales (en par­
la Universidad Nacional de La Plata funciona desde un comienzo ticular, la sociología, pero también otras disciplinas, como la
apoyada en estructuras que la precedieron, como el Museo y el psicología social o la economía política) y que comienzan a pro­
Observatorio Astronómico, y aspira a transformar a La Plata en mover la figura del experto. De este modo, empieza a constituir­
una ciudad universitaria. Entre otros de los rasgos distintivos del se una nueva corriente en la inteliguentsia que se conoce como
proyecto, se cuentan la fundación de un Colegio Nacional de­ "positivista" (denominación que puede llevar a identificaciones
pendiente de la Universidad, la puesta en marcha de un amplio fallidas con la ortodoxia comteana o spenceriana), y que la no­
plan de extensión universitaria y la fundación de la Facultad de ción de "cultura científica" abarca más ampliamente. Entre las

2JO PILAR GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS EL LARGO SIGLO XIX 2JI

figuras más prolíficas de este periodo (como Juan Agustín Gar­ distintas protestas y movimientos de huelga que conducen, en
cía, José Ingenieros, José Ramos Mejía y Carlos Octavio Bunge) 1906, a la reforma de los estatutos de la Universidad de Buenos
cabe destacar a Ernesto Quesada, intelectual de una variada y Aires. Sin embargo los reclamos de los estudiantes continúan y
vastísima obra, que mantuvo con Cané, entre 1904 y 1905, una se intensifican especialmente en las instituciones más resistentes
polémica a propósito de la legitimidad de la sociología en el a la modernización (como el caso de Córdoba, cuya universidad
ámbito universitario en el se enfrentan estas dos concepciones seguía funcionando a principios del siglo xx con los estatutos de
de la intelectualidad: la del ensayista y la del científico. 1880) y desembocarán en el movimiento de la reforma universi­
Hacia comienzos del siglo xx, las repercusiones de las políti­ taria de 1918, una experiencia de renovación institucional y po­
cas de educación común comienzan a ponerse de manifiesto en lítica con repercusiones en toda América Latina.
el mundo universitario. La ampliación del acceso a la escolaridad
les permite a los hijos de los inmigrantes ingresar en la universi­
dad, un vector de movilidad social y de integración nacional que
habrá de cristalizarse por ejemplo en el título de la obra teatral de
Florencia Sánchez M'hijo el dotar, estrenada en Buenos Aires en
1903. La universidad se abre también lentamente a las mujeres
quienes asocian aprendizaje de saberes técnicos con un combate
por la igualdad de derechos. La primera graduada en farmacia es
Élida Passo en 1885 pero se le niega su inscripción en medicina
alegando la incomodidad que implicaría para ella compartir una
carrera con los hombres. No obstante, pocos años más tarde
egresan de medicina Cecilia Grierson y Elvíra Rawson, primeras
médicas y militantes feministas que abren el camino que pocos
tiempo después será transitado por otras mujeres que, como Ali­
cia Moreau, egresada en 1914, reúnen militancia socialista con
reclamos de igualdad de género. Esta tímida apertura lo es aún
más si consideramos que entre 1900 y 1910 la población de es­
tudiantes universitarios se duplica, y pasa de 2 500 a 5 000. Co­
mienzan entonces a surgir las primeras formas de organización
sindical estudiantil: se fundan los primeros centros de estudian­
tes universitarios y, en 1908, se crea la Federación Universitaria
de Buenos Aires. Estas organizaciones permitirán la canalización
de los reclamos estudiantiles, en particular en lo que respecta a
la formación de las ternas profesorales, el monto de los aranceles
y los regímenes de exámenes. Entre 1903 y 1906 se registran

También podría gustarte