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y aprendices. Los que no tenían una ocupación y se ganaban la vida como
podían, los mendigos y los pobres que vivían de la caridad y la limosna -salvo
la porción de ellos que era considerada deceme- eran miembros de la plebe.
Una buena parte de aquellos que vivían en caSas de otros eran plebeyos, así
como la mayoría de los que residían en conventillos. La dependencia de otros
socialmenre superiores, en general, era una marca fuerte de pertenencia a la
plebe. A su vez, las mujeres plebeyas estaban mayoritariameme subordinadas
a sus padres y maridos.
Capítulo Il
Casi nadie en esta suerte de proletariado urbano -sólo unos pocos con el
correr del tiempo- se identificaba como parte de él. Si los englobamos como "Desvalidos soberanos": antecedentes e
un grupo, la plcbe, no es sólo por una decisión arbitraria de facilitar un es-
tudio de "los de abajo" que de otro modo sería muy complicado. Tampoco inicio de la participación política plebeya
se trata de tomar sin más una identificación que la elite y los sectores medios
hacían de quienes se encontraban por debajo de ellos en la sociedad. Los
(1806-1811)
consideramos un conjunto porque en los capítulos venideros veremos como
muchos de ellos actuaron juntos, desde su lugar en la sociedad, en la agitada Juan Manuel Beruti tenía trece años en 1790, cuando decidió seguir
vida política porteña a la que dio lugar la revolución de mayo de 1810. incorporando información a un manuscrito que había recibido, consistente
en una lista de los gobernadores, virreyes y alcaldes de Buenos Aires desde
1717. Lo llamó "Libro de Curiosidades", pero no encontró muchas para
agregar a los nombres de los funcionarios registrarlos anualmente. Sin em-
bargo, a partir de 1806, sus parcos comentarios iniciales se fueron haciendo
significativamente más extensos y despUés de 1810 cada afio ocupó una gran
cantidad de páginas, formando un maravilloso diario del devenir de Buenos
Aires según 105 ojos de un Ictrado,l09 No quiere esto decir que no hubiera
sucesos importantes en la que desde 1776 era capital virreinal. Pero para los
que vivieron en esa bulliciosa urbe en los años postreros del dominio de la
monarquía española sobre el Río de la Plata, los ataques británicos de 1806
y 1807 Y posteriormente el incruento movimiento que destituyó al último
virrey implicaron un giro radical en sus vidas, por la irrupción de una febril
agitación militar, luego una inédita actividad política y el desencadenamiento
de una guerra que duraría muchos años. El fenómeno implicó a la entera
sociedad porteña, incluida la plebe. Este capítulo explora los antecedentes
y el ingreso de ese sector social en la nueva escena política surgida con la
Revolución de Mayo.

109 Beruti, Memorias Curiosas. Hemos utilizados dos versiones, una de 1960, en BM. T. IV, Y
. otra de 2001, que ya fue citada. En cada nota se aclarará el año de la edición.

70
71
GABRIFL DI MEGlIO .
¡VIVA El B•.••
JO PUEBLO!

Las Invasiones Inglesas: la conmoción de Buenos Aires algunos acusados y prohibir la entrada de esclavos provenientes de colonias
francesas. Nada más ocurrió, pero la cuestión, entremezclada con el regicidio
El de 1806 fue el primero de una serie de invierno
tantes sucesos en la hasta entonces hast l s cargados de impor~ revolucionario y el democratismo jacobino, ya rondaba las calles porteflas
Río de la Plata. La facilidad c ~nt~ ca ma capital del Virreinato del desde entonces (además, Francia había abolido la esclavirud en 1794).1ll Es
on que en JunIO un peque - '.. . por ello posible que algunos esclavos realmente hubiesen supuesto que la
no mucho más de 1600 1 b . no ejercito mglés de
10m res se apodero de ell d' caída de la plaza en manos británicas podía darles la libertad, pero no hay
dispuestas tropas locales -las m . d . a, tras Ispersar a las mal
Oriental esperando que fuera all~je~ra~:e~:~a as ~abian partid.o a la Banda más indicios del caso. En cambio, sí es claro que muchos de ellos pelearon
q luego contra los ingleses.
sus habitantes. En seguida el vl'rrey S b causo una fuerte Impresión eh
o remonte que part' . h . 1 Mientras los espaüoles haCÍan silenciosos preparativos con el fin de juntar
para organizar la resistencia fue caralog d d 'b d 10 aCta e Imerior
éxito del audaz golpe de ma~o di" a o e ca ar e. Pero a pesar del total fuerzas para atacar la capital-una primera reunión en las afueras, en un lu-
1 e os Invasores y de la explícil .. gar conocido como chacra de Perdriel, fue disuelta por los invasores tras un
as corporaciones y los funcion . l' a sumiSión de,
Rápidamente com an?s españo es, la ciudad no les fue favorable breve combate- los ingleses empezaron a tener problemas para mantenerla
. enzaron a surgir planes de recan . .
Alfes como en Montevideo yen e - d b d d qmsta, lanto en Buenos bajo total control. "En una ciudad tan extendida era imposible observar o
La . or o a, on e se había refugiado 1 . impedir las maniobras de la gente", escribió más tarde el capitán Alexander
pnmera noticia que tenemos de la lb' e vIrrey.
una de las disposiciones que el general 0'~' e e~relaclón a estos sucesos fue Gillespie, quien sabía que existían encuentros nocturnos en los que se hacían
ejercicios con armas. Los ocupantes habían ubicado guardias junto a muchas
se hizo cargo del gobierno de la ciudad eI12~a; . ar~ Beresford tomó apenas
bando que sostenía que "lo 1 e juma: la publicación de un de las pulperías urbanas para conservar el orden entre "la hez de la sociedad"
s esc avos están sujetos a sus am que allí se congregaba. Pero no era sencillo, dado que "correspondiendo con
que se tomarán medidas severísimas con l os ~omo antes, y
sUJ'cción" Esto se h' os que trataran de lIbrarse de esa las intrigas de sus superiores, el populacho lleva el paso con ellas, pero de
. IZOpor aparente pedido d J M' modo más varonil"; hubo casos "en los que nuestros centinelas avanzados
conspicuo miembro de la el', e uan artm de Pueyrredón,
I e, ante conatos de sub] 'ó
comenzado a impulsar algu'n 1 evaC! n que habrían fueron arrebatados a la fuerza". Aunque la derrota de Perdriel detuvo la agi-
os esc avos cuando vier . d 1 b tación, cuando se supo que no había sido grave, "cada uno asumió un grado
española del Fuerte inOuidos 1 on arna a a andera
Antillas francesas IJ~ No con' por os neg~os provenientes de barcos de las de insolencia desdenosa, exigiendo la vereda y otros ejemplos de pequeños
. amos con relerencias do 1 d insultos". Un teniente fue apUñalado junto a una pulpería al intentar ayudar
vantamiento esclavo pero el h h cumenta es e un le-
,ec o muestra que ese el' d d a un soldado al que le habían quitado su mosquete.lI2
d e 1a gente decente Es ind d bl ra e mle o e parte
. . . u a e que entre la esclavat _. . Esta resistencia de los miembros de la plebe se completó con la partici-
notIcias acerca de la rebelión de la Santo D' ura portena eXIslIan
la cual los esclavos habían d d ornmgo francesa desde 1791, en pación desorganizada de muchos de ellos cuando tropas conducidas desde
1804 se habían declarado inda o ~~ertc a todos los blancos de la isla, yen Montevideo por un oficial francés al servicio de la corona española, Santiago
Orleáns Río dejaneir J ~pen lem.es con el nombre de Haití. En Nueva de Liniers, sumadas a las que se habían reclutado entre la capital y su cam-
, o, amalca y en ciudades vene 01 paña, avanzaron sobre la ciudad desde el norte. El la de agosto derrotaron
esclavos componían desde 1792' z anas como Coro, los
tos haitianos lo cual mue t 1 canCIOnes que celebraban los acontecimien- a la guarnición que los ingleses habían establecido en el Retiro; en el ataque
,
la población de ori r .s ra a gran propa gaclOn .. d
e esas novedades entre se agregaron varios adolescentes arrastrando la artillería y también algunas
. gen a ncano en las Américas. mujeres que disparaban fusiles (como "Manuela la tucumana", quien mató
La misma Buenos Aires había vivido 17
de los franceses denunciad l' en 95 la llamada Conspiración
, a por UIS Dumollt escl d d 1
cuya panadería se juntaban. El lan er .' avo e uno e el os en
ayudaran a sus amos a cap' PI a, segun Dumont y otros esclavos, que. 111
h
D
. Geggus: "The Influence oC the Haitian Revolution on Blacks in Latin America and
urar as armas del Fuerte l' 1
miento contra los español l'
es e VIernes de Semana Sant
ya rea Izar un evanta-
b' d 1
'l.ae.Caribb~ann, en N. Nato (ed.), BJachs, Coloureds and Nationalldentlty in Nineteenth.Century
se les daría la libertad L '. d 1 a, a cam 10 e lo cua l /¡~A~:nc~, Lon~res: Institute oCLatin ~merican Studies-University of London, 2003; B.
. a reaCClOn e as autoridades fue juzgar y castigar a 1 eW1n.. ~ conspIraCión de los franceses en Buenos Aires (1795)", Anuario del InstItuto de
HO Cír. en C. Roberts. Las ' . . l~ves~lgaa~nes Hlsl6ncas. V. IV, Rosario, 1960.
156 Ellibr d 'b" Jn~aslOnes Inglesas, Buenos Aires, Emecé, 2000 (lo ed 1938), p, l' Gdlesple, op. cit., pp. ~5 Y 77. A d~ferenda de lo realizado .en el reslo del Capilul?, y del
. o escn e mmuclOsamente lodas las operacionc~ militares. .
Ibro, para este apartado mttoductono no consultamos práctlcamenle fuentes inéditas.
.-. ó su indisciplina
desenfrenado de la plebe, y con gestos cxprcsl':os censur
a un ccmincla).1Il Pero mientras las fuerzas de Liniers preparaban el avance
final sobre el centro para dos días más tarde, varios habitantes de Buenos con resultado instantáneo. m
Aires realizaron acciones de forma autónoma. En el "Romance Heroyco" d .d L' . S sostuVO que cuando
En el relato de los hechos que envió aMa" n , lI~ler n' sobre el rastrillo y
que escribió un capellán al finalizar la lucha se cuenta que al día siguiente
de la Quintana entró al fuert~, sus tropas sse~~;~;':~ales a usar de amena.
de la toma de Retiro, "guerrillas bravas comienzan I los valientes catalanes I
y las gentes que se agregan I persiguen á los ingleses", acabando con varios
orillas del foso, viéndom e ob¡hgado caune '.0",:0no estaba rendido el fuerte". La
h
erlos yacer es ver q . 1
soldados que guardaban las entradas de la plaza. Otro testigo sostuvo que la zaS para con ten . . . Hnadas tropa Y multitud hizo que Beresford bajara a
tarea la realizaron "guerrillas que voluntariamente se formaban y destacaban presión de estas lOdISClp . 1 - ola ("que labio podrá explicar I ni que
d parlamento e Izara a espan . _ 1")'"
los mismos vecinos, particularmente los miñones que sin orden ni disci~ banc Iera e . /1 "y aclamaciones I al ver tan glonosa sena. .
brillante elocuenCia os gn os .. .
pUna acechaban y avanzaban con puñal en mano, matando a los centinelas .d oficializó la rendlclOn.
avanzados" .IH Acto segm . ~ se. n resencia plebeya no terminó con el combate, puesto
Avanzando por las azoteas, los miñones (catalanes) se apoderaron esa La mO~IltzaeIón ~oUi~ntcs las easas de algunos de los oficiales prisioneros
noche del cuartel de la Ranchería, del cual poco antes se había evacuado al que en las Jornadas s g na "inmensa canalla" que quería Hncharlos .. Por aña-
principal regimiento inglés, el 71°. Cuando a la mañana siguiente Liniers fueron atacadas por u . d ¡ d' ,'ón se llamó a un Cabildo AbIerto, tras
. d días des pues e aren IC . .
atacó la plaza desde el norte, lo acompañaron desde distintos puntos todos dldura, oS'd la que el virre)' había dirigido días antes a Lmlers
h b se conoel o una car . h
esos grupos dispersos. Tras un fuerte combate los ingleses se encerraron a ¡er le ordenaba no llevar adelante sus planes de reconqmsta asta ~~e
en el Fuerte y terminaron izando una bandera de parlamento, per~ por el en a que d b La indignación que produjo esta nolicla
humo reinante o por el desconocimiento de la población porteña de las reglas ¡,II,
militares, el tiroteo no se detuvo hasta que Liniers mandó a su ayudante de
~i:~r~~~~.~~~n~~e::~~eC~:
consistoriales,
p~es~~;;ra
"lUmeUlt~r%:::~I~~::;~~e
pldlendo a graos que¡ no s dP d ¡
e~~;:~~a:~:
nnas" ll7 Desde el bal-
I"
I ,;
;\
campo a reunirse con los británicos. En ese momento, L . confiera e man o e as a .
ciudad, y que a . mlers se . 1 miembros del "populacho" reunidos
su ejército se precipitó como torrente a la gran plaza, que teníamos por cón del ayuntamiento se pregunto a os 1 ue
en la plaza si estaban a gusLO con ser gobernados por Sobremonte, a o q
delante, prorrumpiendo en el alarido más horrendo y arrastrando muchos
cañones que emplazaron a cincuenta pasos del ponón ... La curiosidad respondieron: .
me indujo a mirar por encima del parapeto y en el aclo más de cincuenta nó nó nó nó no 10 queremos muera ese traidor nos a vendido es desertor en ,1
mosquetes se descargaron sobre mi cabeza ... El capitán Quintana, ayudante el caso mas peligroso nos a dejado se a uido con 9 mil ansas de oro querem~s
del general Liniers, observando esla violación flagrante del honor, y a Dn Santiago Liniers y si intenta Sobremonte venir a Governar respondlO
después de haberse presentado con algunos oficiales franceses y espaIloles, , bl 1 t n a todos la caveza
el pueblo que antes permitirian el pue o se e cor ara ¡ ,
... dos el sombrero a e aire 1 '
animosamente subió a las murallas y, abriéndose el chaleco y extendiendo Viva Viva Viva á nuestro General Llmers ttraron to
ll6
ambos brazos en toda su longitud, parecía ofrecerse como vferima del furor que parecia el día IdelJuicio de la gritería.

Como resultado de la agitación -que complació a tod?s los presentes- se


pidió al virrey que no retornara y éste marchó a Montevl.deo. n ue '1
III Según Francisco Saguí: "Los últimos cuatro años de la dominación española",
1, p, 39,
BM, T. La experiencia de la lucha contra los ingleses delerrnmó :a forma e q
. 1 d n que mua ron los acon. i, '
los porteños se pensaron de ahI en más y e roo o e . d ¡ I
ll4"Romance Heroyco en que se hace relación circunstanciada de la Gloriosa Reconquista de 1 t dición colomal era to a a ¡f'
d
tecirnientos posteriores a 1810. De acuer o a a ra
la Ciudad de Buenos Aires, Capital del Virreinato del Rfo de la Plata verificada el día 12 de ,1
Agosto de 1806. Por un Fiel Vasallo de S.M. y amante de la Patria, quien lo dedica y ofrece : i,
á la Muy Noble y Muy Leal Ciudad, Cabildo y Regimienlo de esta Capital", en Cancionero
popular de la Revista de Derecho, Historia y Lelras, compilado y reimpreso por Estanislao
m Gillesp,'e,op. cit., p. 81. El relato de Sagul es simila~.en op. cit., p. 39. l7 'I
Cevallos, tomo 1, Buenos Aires, Jacobo Peuser, 1905. pp. 7 Y 8. El texto fue publicado en -R ceHeroyco .",op.cit..p ..
116La primera cita en Roberls, op. cH., p. 1941; a otra en oman . ji. :
1807 en Buenos Aires como un anónimo, pero en la revista se consigna que fue redactado \! \,
por el capellán del regimiento fijo, don Pantaleón Rivarola. El otro testimonio es de Saguf, 117GiBes ie, o . cH., pp. 86 Y 87; Saguf, oV. ~it.,p. 41. .
op. cit., p. 38.
118DianoPde u!Soldado, Ministerio dellntenor, Buenos AIres, 1960, pp. 39 Y40. l,\, !
75
74 \ 1:
5 de julio el ejército británico avanzó en trece columnas por las estrechas
ciudad, la comunidad, la que había aClUado.119 Todos los habitantes urbanos
calles de la ciudad, fue atacado al entrar en la zona céntrica desde las vivien-
se dieron una ~ormación militar de acuerdo a su lugar de origen: así surgieron
das y cuarteles, suscitándose un combate altamente violento. Integrantes
d~spués del tnunfo tres batallones de Patricios (nacidos en la patria, Buenos
AIfCS), un batallón de Arribeños (originarios de las provincias "de arriba", de los distintos cuerpos, más homhres y mujeres armados no encuadrados
del norte), un batallón de infamería y un cuerpo de artillería de Naturales en la milicia, muchos de ellos esclavos, se desplazaron con rapidez y poco
y Castas (separados internamente en indios, pardos y morenos libres), una orden por la ciudad, acosando constantemente a los invasores. Por cau:a~:
compaí'lía de Granaderos de Liniers, cinco tercios de peninsulares, Vizcaínos, las enormes bajas que estos sufrieron (unas 3000) Y luego de que se nndlO
Andaluces, Gallegos, Catalanes (o Miñones) y Montañeses (o Cántabros), y una parte importante de su tropa que estaba refugi.ada en la iglesia .d~ Santo
se mamó un cuerpo de esclavos armados con lanzas y cuchillos. Todos hasta Domingo, Whitelocke aceptó la capitulación, canjear todos los pnslOneros
aquí eran de infantería, salvo donde se indicó, pero al mismo tiempo se for- tomados por ambos bandos desde 1806 y abandonar Montevideo.
maron cuerpos de caballería (Húsares, Migueletes, Quinteros o Labradores) No reseñaremos los detalles del enfrentamiento, pero es interesante notar
y, en 1807, el Cabildo armó un cuerpo de artillería llamado Patriotas de la la falta de coordinación general y la gran movilidad de los defensores. En un
Unión. Dado el valor económico y simbólico que tenía la vestimenta, una de sumario realizado años más larde se consignó que el soldado Juan Castro es-
las primeras medidas de los nuevos militares consistió en encargar vistosos tuVOese 5 de julio "en tres puntos de Ataque en esta Capital de Buenos Ayres,
uno en Santo Domingo, otro en la residencia, y el otro en la Plaza Mayor".LU
uniformes y crear pabellones para cada unidad, los cuales fueron bendecidos
en ceremonias que congregaron a grandes cantidades de gente. no Un espíritu Los relatos posteriores abundaron en descripciones de enormes proezas. En la
colectivo marcial y exultante se hizo explicito en la revista general que tuvo zona del Alto, el tercer comandante de la tropas de la ciudad, donJose Urien,
lugar en Barracas en enero de 1807: todos los cuerpos militares marcharon había sido apuntado por un soldado inglés; "se contaba ya por muerto / cuando
a un gran espacio abierto a formarse (y a disparar munición al aire durante un negrito, que á su lado /le seguía en este empeño, / con su pica atravesó /
cua.renta y cinco minutos), seguidos de cientos de mujeres, niños y hombres del inglés el duro pecho". El agradecido Urien le dijo "hijo buscame luego /
no Integrados a ningún batallón. Se acampó y Liniers invitó a almorzar con en mi casa, que eres libre./ Esto dixo, pero el negro, / tan noble como valiente
él al Cabildo, al obispo y a la audiencia, pero también a los comandantes / no se ha dado á conocer /5010 con SU honor contento, / o quizás perdió la
de los cuerpos, junto a un capitán, un teniente, un alférez, un sargento, un vida / en los combates sangrientos". El pardo Pablo Ximenez también ganó
cabo y un soldado de cada uno; es decir, a todo el Buenos Aires masculino la libertad por sus hazañas militares, mientras que otro negro del barrio de
(salvo los esclavos).l2I la Piedad fue resaltado como matador de ingleses: "armado solo con pica /
Los ingleses retornaron en el aniversario de su primer intento, pero esta escaramuzas va haciendo / al estilo de su país / tirándose por el suelo / con el
vez contaban con un ejército poderoso al mando del generaljohn Whitelocke, fin de atravesar / de un inglés armado el pecho / según se lo prometió / á sus
que ya había .tomado Montevideo. El3 de julio las tropas que conducía Liniers otros compañeros". El cabo de patricios Hortensia Pío Rodríguez, herido en
fueron dispersadas en los Corrales de Miserere y el héroe de la Reconquista la lucha, "saca su propio cuchillo, divide la pierna herida que ya consideró
quedó incomunicado con la urbe. En ésta, sin embargo, se prepararon una inservible, la venda con su propia ropa, y prosigue haciendo fuego, hasta
serie de barricadas, se colocaron algunas piezas de artillería en esquinas im- retirarse gritando Viva el Rey".123Las acciones épicas protagonizadas por los
portantes y la población se posicionó armada en las casas, balcones y azoteas. negros, por soldados que actuaron por su cuenta y por otros miembros del
La direcció!l de 105 preparativos estuvo a cargo del alcalde de primer voto bajo pueblo fueron destacadas al mismo nivel que las de algunos oficiales.
Martín de Alzaga, máxima autoridad del Cabildo. Cuando en la mañana del Más allá de la credibilidad que puedan tener los enfervorizados relatos de
los vencedores, es significativo el modo en que subrayaron la participación
119 Véa~e F.X Guerra, "El soberano y su reino", en H. Sabato (coord.), Ciudadanía Polftica y del grueso de la sociedad en la contienda. Los ingleses coincidieron con esa
FormaCión de las Naciones, cit., pp. 41 Y42.
l~ J. Beverina, El Virreinato de las Provincias del Rfo de la Plala. Su organización mililar, Buenos m AGN, X. 29-11-7, SM, 440 (817).
In "Romance de la gloriosa defensa de la ciudad de Buenos Aires", en ~ancionero popul.ar.
Alfes, Circulo militar, 1992, p. 335 (1" ed. 1935) Las bendiciones en Beruü, 0r, cit, 2001, p.
op. cit., pp. 28 Y 29. Fue también atribuido al capellán Rivarola. Las aCCIOnesaquí resen~das
~O y ss. Para la importancia ~erárqui~a de la vestimenta en las fiestas véaseJ.C. Garavaglia,
aparecen también en Sagut, op. at., pp. 86 Y 82. La hazafta de Pío Rodríguez está desc.~pta
El teatro del poder: ceremomas, tensIOnes y conflictos en el Estado colonial M, en Boletín del
en una carta de Comelio Saavedra cito en A. Scunio, Patridos. Buenos Aires, Círculo Mllltar,
Ravignani",)" serie, n° 14, 1996.
121 Véanse Sagut, op. cit., pp. 46 Y 47; Beruti, 0r. cit., 2001, pp. 54 Y 55. 1967. p. 41.

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76
i VIVA JU rut:."U.L
EL Il•.••
GABRIEL DI MEGl.lO

. el b~t~llón de pardos y morenos lo


visión: en el proceso judicial que se le hizo luego, Whitclocke sostuvo que d uno era agraciado. los 1l1lembros d, . tegrar UIlOde los nuevos \
lOdos "los dueños de casa, con sus esclavos negros, defendieron sus hogares, ca a) ban hasta sus filas; pasaba directame;nte a m
convertidos en fortalezas: y quizás no sea mucho decir que roda la población csco ta d L27 El .
e r os de la ciuda . . ó recisamentc la última octava.
masculina de Buenos Aires tomó parte en la defensa".1H cu : los defcnsores de la patria se dcd~ Plenos así lo vivieron los pro-
A la segunda invasión siguió una serie de celebraciones con asistencia defensivo había fallado en 180 , o.a m 1 creación de las unidades
masiva: misa de gracias en la Catedral y más tarde funerales de los caídos 5iste~al 5 y había triunfado en 1807 graetas a a dad El cJ'ército regular
gOI11S a , . ían una nove .
en el mismo recinto, funciones en San Ignacio, Santo Domingo, San Juan y laoluntarias. Estos defensores constItu veteranos era en el pcríodo colonial
San Francisco, y el desfile por las calles de la ciudad -con fuegos artificiales v 1Buenos Aires, los llamados cuerpo~d 'sólo r;cibía socorros de la Corona
e iluminación general por dos noches- de la impactante lámina de plata Con ele ueño, poco equipado y mal aba.st.eo c~'~tra los portugueses. La mayor parte
letras de oro que envió en homenaje al rey Carlos IV y a las dos victorias de ~u;ndo se preparaba alguna expedl~:ndos provenientes de la Península, que
Buenos Aires la villa altoperuana de Gruro. A sus lados se colocaron versos a I la tropa estaba formada por so a . nos problemas de los veteranoS
modo de dedicatoria: a la religión, a Liniers, al soberano, a la patria, a Oruro ( el' r su trabajo Los mlSI bl d res
percibían un sa ano.~o. era ia or anización militar de los po a o
y "a los defensores de la patria".125Esros títulos -salvo el que se dedicó por extendían a la m111Cla,que g 1 d sibles agresiones externas.
cumplimenro a la ciudad que envió el presente- permiten explorar y com- se " I b" I de proteger o e po d ¡
de un territono con e o Je o . tente hasta las reformas e rey
érica fue poco conSIS d 1769
prender el significado de la lucha para los porteños. Su estructura en Am . su funcionamiento. Des e
La Religión, el Rey y la Patria estructuraban a la sociedad cQlonial, eran Carlos 111,que la modificaron parad~~Jotrar lugares del Imperio, hasta llegar
su tríada fundamental. A principios del siglo los habitantes de Buenos Aires d' d ambios en tstm os e
se fueron su ce le~ o c Río de la Plata a través de un reglamento qu
tenían dos identidades principales: eran españoles-americanos y a la vez por- a principios del SIglo XlX a) 16 45 años de edad debian formar
teños (a veces se los llamaba argentinos, es decir del Plata).126Como españoles establecía que todos los varones de entre )y d piel Ylugar de procedencia
obedecían a la monarquía católica y como porteños amaban a la patria, el "l' . . ada por arma, ca or e d . T
I)arte de la mI lCla,orgamz . traban los cuerpos
I habitantes con un OlTIlCIlO
os ..'
suelo en el que habían nacido. De todos modos, la defensa de la patria no la de sus miembros. 561o In eg . 1 "l" no hacía un serVICIOacl1VO
hicieron sólo los paLricios sino todos los residentes en ella reunidos de acuerdo " padron E mI lCla .
establecido. inscnptos en un .. d: nte a realizar prácticas de manejO
a sus propias patrias, como ya hemos visto. Nativos y avecindados afianzaron durante ocho años, acudiendo peno 11caml~ hispanoamericanas lo evitaban
a partir de los dos triunfos la identidad localista porteña que jugaría un rol 1 nos sectores de as e ¡tes d b a
de armas (aunque a gu lazaban). Cumplido el perío o, pasa a
muy importante durante un período muy extenso. Buenos Aires se revistió enviando personeros que los reemp
"l" asiva 128 . I
de una sensación de grandeza que abarcó a la sociedad entera, demostrada formar parte de )a mI tClap. 1 d bOl'dad militar de la captta
en los cambios de nomenclatura de 1808: la Plaza Mayor se convirtió en d "¡¡ radicalmente a e 1l .
Las invasiones mo 1 caron '1" ue agrupaban a poco mas
"Plaza de la Victoria", el Retiro pasó a ser el "Campo de la Gloria", la plaza d I R' d la Plata Las 1m IClas, q
del Virreinato e 10. e.. '. XIX alistaron a 7574 efectivos en
Montserrat se rebautizó "Fidelidad" (por la de los esclavos); todas las calles de 1600 hombres a prmclpIOS del SIglo d l' 1 b de la dudad ingresaron
tomaron los nombres de vecinos destacados en la Defensa. Incluso los monjes 1807 cuando muchos de los integrantes. e dap e e uenta que la población
dominicos colocaron balas falsas en su iglesia para recordar el triunfo y de • luntarios Temen o en e . 1d
en los nuevos cuerpos va. ibe el impacto SOCIa e
t mil habitantes se perc
paso demostrar que a los protestantes no les era posible derribar un campa- porteña rondaba 1os cuaren a .' fueron desmovi.lizadas.
nario caLólico. Este simbolismo expandió entre toda la población el orgullo "" "1"" a que tras su VICwna no . d
la eXistenCIade las mI IClas,y '¡"ta creado por la situactón e
por el éxito y la consiguiente importancia de la ciudad. Los esclavos fueron . t nuevo aparato mI 1 r b "
Al mantenerse en pIe es e .' t tar desarmar-"os ha élS
emergencia, que mnguna. au toridad se avmo a m en
parte de la euforia general: para premiar sus servicios en la lucha, el Cabildo
sorteó pocos días después de la batalla la libertad de setenta de ellos. Cuando . dio de las balas fue detallado por Joh~ Robertson e;
L27 Beruti cit., 2001, p. 79. El ep~o
0r. 06 1826 Buenos Aires, Emece, 1945, p. 3 .
IH Cit. en Fondebrider, op. cH., P. 68. AAW B~enos Aires Vistopor viajeros Ingleses. 18 - 1
poneños puesto que los ingleses
In Las celebraciones en Beruti, op. cH., 2001, pp. 66 a 85; las octavas en ibid, pp. 91 Y 92. En re~Hdad los que habían disparado a la torres eran os ,
La lámina, que se encuentra actualmeme en el museo del Cabildo de Buenos Aires, está estaban encerrados adentro... l . Imundo colonial americano, Madrid, Mapfre,
dibujada en Roberts, op. cit., p. 410. na J. Marchena Femández, E)érdl~ Y mllClas ~n ecH' M. González, Ú15 milicias, ongen Y orga-
116 j.c. Chiaramonte, MFormas de identidad en el Rio de la Plata luego de 18ID", en So/eun
del Ravignani, 3° serie, nOl, 1989.
l
1992; CansaneUo, De Súbditos a C1udaCdanos, Es~~diOS Históricos, 1995.
nilación duran/e la Colonia, Córdoba, enlro e

79
GABRIEL DI MEGUO ¡VIVA EL IlAJO PUEBID!

hecho temibles" anunciaban proféticamente los comentados versos jUnto a a etapa amén de la contlIlUl . .d a d (le la< animosidad
<
antibritá-
• I I
la plebe en es,. el 1806 volvieron a la caplta (e su
>

la lámina de plata-, surgió un nuevo canal de comunicación entre la plebe


ni ca (cuando .los ~fictales c_aptura .~~ e~la Londres "'el enloquecido frcnesí
urbana)' la e1ile local, anudando lazos por fuera de la administración impe_
risión en el lIltcnor. para ser remw.do para los ingleses que se inclinasen
rial. 129 Los principales vínculos se establecieron entre la tropa y la oficialidad, y P I h anunCIaba poca segun da < • d j
fueron especialmente intensos dado que ésta era elegida en los nuevos cuerpos del popu ac o 1 ") m Liniers fue efectivamente digmfica o por toe a
por votación de los soldados. Ese sistema democrático tuvo corta vida y fue a prolongar su e~~~~alo'nombró regidor perpetuo, Y en mayo de 1808 fue
pronto encauzado en formas más tradicionales, pero en el breve lapso en el la ciudad: el. Ca~l n el beneplácito general. Sin embargo, e~~ favor se fue
designado v~rr~} co , e o de ue ese mismo afio la ceslon forzada.~e
que funcionó no implicó un ascenso para miembros de la plebe sino que la
mayoría de los elegidos fueron miembros de la gente decente, que refleja-
diluyendo rapI~lalm~t~t~~~n;ndo vil
al hermano de Napoleón y la invaslon
,
ron su ascendiente social en la elección, Sin embargo, en algunas ocasiones la corona espan~ a le 1 . l ieron por su origen sospechoso de traición ante
debieron manipular la votación para ganar: Manuel Belgrano modificó una
dirigiendo él mismo el recuento de sufragios y logró así que no triunfaran
franc~a a la P~I~I~S~~ ~ov:d: no mermó su popularidad
sus rIvales lo~a es.
}' entre l,os ml.~m~:~re:l
fue en las milicias
d la lehe en generaL Esto es claro en los recuerdos
)~ríodo previo a la Revolución de Mayo; pa~a él,
I
i
dos "hombres oscuros",]]O Pero a diferencia de la oficialidad, las tropas de
de Tomas GUl o sI. ba por la instalación de una Junta
las unidades criollas (patricios, arribeflos, castas, granaderos) estaban Com- . d' 1 upo que conspIra
puestas en su gran mayoría por miembros de la plebe. Cuando los patricios algo q~e etema a ~,r masa de los 1roletarios que constituye la fuerza de
de goblernO era que la . di ullo al general Liniers .,. atacar esta
necesitaron un uniforme el Cabildo decidió proporcionárselos, puesto que se la provi.ncia, consagra una especte e c fuerza invencible". Según los
trataba "en su mayor parte de jornaleros, artesanos y menestrales pobres", m .d d - 'oncitar contra nosotros una "
El equipamiento y los salarios de los milicianos se convirtieron en dos de auton a ,sena e Liniers "había adquirido una gran popularidad, y en
he~manos Rober.lson, l habitante que de alguna manera, no
los gastos más importantes de la Real Caja de Buenos Aires, y provocaron su opinión "habta escasamente un so o ,
un traslado de recursos hacia la plebe urbana. Puesto que estaba establecido . d" 134
le debiese gramu .' ., d taba por haber sido favorecido por la
que el miliciano en actividad recibía una paga, el llamado prest, para muchos
Junto a la admlraclOn ~ue e:~:\a Reconquista corrió la voz de que en
plebeyos -que como vimos experimentaban una inestabilidad laboral per-
Victoria y por su au~ ~~ he~~~)~~ravesadas en tres panes diferentes por las
manente- el servicio se convirtió en su principal medio de subsistencia. Un
~l ataque sus ropas a lan s a' fue autorizado por el rey para
opositor a Liniers se quejaba de "todo el pueblo bajo de Buenos Aires, todos balas enemigas- Liniers supo ganarse a la trop . I b tes de 1807
lo cuerpos queJel ha creado ... elijiendo la escoria, y arruynando el Erario d . les destacados en os com a ,
premiar a aquellos e sus mt~gran . . d varios soldados para que
con sueldos exorbitantes".m
con lo cual pudo acortar los uempos de. servlClO .e .. a la '.ez a numerosos
Esa identificación entre las milicias y el olro destinatario del homenaje. . d nenCla )' conVIf t 10 ~
obtuvieran los premIOs e perma . '. 1 b. ultáneamente afian-
ubicado en torno a la lámina de Oruro era también una novedad: Liniers fue sargentos en oficiales. m Así ganaba prestigIO bYogdra a Sl.ll1 las J'erarquías El
el primer ídolo popular de la Buenos Aires virreinal -sólo quizás precedido . r
zar la obediencta en uerzas que no ~e
speta an emaSIa do
,
'
. adieTa Espana):
por el virrey Cevallos, vencedor de los portugueses tres décadas antes. Su propio Uniers se lo escribía a Napoleon (antes de que este mv
popularidad es el único indicio con el que contamos acerca de actitudes de h b los ejércitos con utilidad
la subordinación, tan necesaria para acer orar d' l' Muchas
129 T. Haiperin Donghi, ~MiliLarizaciónrevolucionaria en Buenos Aires, 1806-181 S", en T. 'cómo podía establecerse entre gentes que se creen to os Igua es. d
Halperin Donghi, El ocaso del orden colonial en Hispanoamtrica, Buenos Aires, Sudamericana, r..
veces . era mas
el dependiente de un negociante neo . ap t o para el man . o que
1978 (10 edición en Pasr & Presenr,nO40, Oxford, 1968); P González Bernardo, "Producción
su patrón acostumbrado a mandarlo con despotismo, y que v~n~ ~;e~ ~~
de una nueva legitimidad: ejército y sociedades patrióticas en Buenos Aires entre 1810 y
1813", en AAyv' Imagen y recepción de la Revolución Francesa en la Argentina, Buenos Aires, subaltern~: me fue preciso vencer todos estos obstáculos y una m m a
Grupo Edilor LHinoamericano, 1990.
no De la autobiografía de Belgrano, ciL en Halperin Donghi, RG, p. 141.
m Cil. en Beverina, op. cit., p. 336.
ll3Gillespie, op. cit., p. 20S.. d 1 de M,yo" en BM T. V p. 4311; RoberlSon,
132 ~Cana de Diego Ponce de León al conde de Floridablanca", en Mayo DOCl.l.menlal. T. VIII, 1)"T G.d "R -a hislónca e os sucesos , .,
. Ul o. eseo I R oluciÓnCarlas sobre el Paragllay. op. cie..p. 31. ..
Buenos Aires. FFyL, VBA, 1962, p. 11. Halperín Donghi ha mostrado que ese testimonio La Argentina en la tpoca de a eV1 . en Sagui op cir. p. 43 Yen "Romance heroyco.,. ,
marca con claridad el cambio que significó esa milicia en una ciudad mercantil y adminis~ n'Beruü.op.cil., 2001,p.97. E rumor ,.,
trativa. en RG. p. 139. op. cit., p. 14.
olros. Los primeros servicios que había h I
la confianza de sus h b', 1J6 ce 10 a eSla ciudad me adl\uirieron numerados dell a15, mas el de granaderos, ahora rebautizado "de Fernando
a 1 antes.
VIl"). Pero no pudo desmovilizarlos, aunque si envió a una parte al Alto Perú
El poner a un dependiente a darle órdenes a ' ;:¡.rasofocar los levantamientos que estallaron en La Paz y Cochabamba ese
un hecho menor en la soc,'ed di' I su patron no era por cierto ;óo, y consiguió también expulsar a Liniers al interior del Virreinato. Sin
a ca ama He ahí
popularidad de Liniers )' tal 'b' una razón poderosa para la embargo, al año siguiente las milicias determinarían su caída.
vez contn uyó a la . d .
ganando en su enfrentamiento con at anlIlla verSIón que se fue
el Cabildo (conducido por el hé ~ostoderes coloniales, paniculannente
Álzag ). roe e a Defensa, el pc~linsular Martín de La Revolución de Mayo: ¿dónde está el pueblo?
a I
. Un cabildo oponiéndose a un vine no era 1 Las noticias de la caída de la Junta Central de Sevilla ante los embates I,
hispanoamericana de enfren'a,' yago que escapara a la tradición ,
menlas entre ¡n5ft . franceses, que arribaron al Río de la Plata en mayo de 1810, volvieron a ,

decisión última del Consejo de Indias. N I uCIO~es q~e apelaban a la I


convulsionar a la ciudad. La disuelta Junta habia sido reemplazada por un
pero sí hay que consi nar o se ~hondara aqUl en esta pugna,
prisión del rey Fernan~o y ;::e se d~sencadeno en una situación inédita -la Consejo de Regencia, cuya legitimidad era muy débil. La agitación en Buenos
mp Aires se hizo muy fuertc y se reclamó la convocatoria de un Cabildo Abierto,
fue dirimido por una vfa tamrbe,ee. ~z~ p°IrlunaJu.ma Cemral en España- y
El 10 de enero de 1809 el C b'ld
n ongma
'
a parncipa" di"
CIOn e as rmhcias.
en el cual el día 22 se decidió separar a Cisneros de su cargo. Una solución i,
I
a I ° convocó a la pobl '. transaccional fuc entonces nombrar a una junta local encabezada por el virrey
para solicitar el relevo de Liniers y la ' .. d
10rmaClOn e una J' tU'
aClOn con su campana depuesto. Sin embargo, después de complicadas negociaciones y presiones, el , 1

las personas acudieron a la pi un a. nas tresClen-


aza y comenzaron a '[ "V' I pequeña grupo de conspiradores que se reunían hacia un tiempo buscando
muera el mal gobierno!" La ", , gnar ¡ Ivae Cabildo y
.. agItaClOncanto con el d I un cambio consiguió el apoyo de los cuerpos milicianos y el 25 de mayo se
milicianos peninsulares' los t l I . apoyo e a gunos cuerpos
. ca a anes os Vizcaíno I 11 creó una Junta Provisoria de Gobierno con la exclusión del virrey y la presi-
patricios, los arribeños el ba'a]]' d' s y os ga egos. Pero los
.. ,on e castas y los gran d d " dencia del comandante de los patricios, Cornelio Saavedra. El movimiento
mOVIhzaron a su vez pusieron _. a eros e Llmers se
, un canon en cada bu 11 d d ] revolucionario se hizo en nombre de Fernando vn, el rey preso, como ocu.
patricios hasta el BaJ'oy bl I caca e es e e cuartel de
oquearon e acceso a la 1 M h rrió con las juntas surgidas simultáneamente en Caracas, Santiago de Chile
fuerte a sostener al virre . ,p aza. arc aron luego al
y San José de Bogotá. Esa reacción general americana --que también se dio
de las milicias criollas ;~a~a s~porte der~mó I~sI{uación; al mediodía la tropa
A partir de ese m 1genera rances en la Plaza de la Victoria. m en el Bajío mexicano- obedeció a la tradición política pactista, por la cual
omento e poder de estos c . . ausente el rey la soberanía volvía a los pueblos, que previamente la habían
disolvieron los que habían di. uerpos se Intensificó y se
, apoya o a Cab,ldo C di' depositado en el monarca. Así se ha explicado que en regiones diferentes y
C~sneros suplantó poco después al héroe de 1 . uan ~ e VIrrey Bahasar sin contactos o acuerdos previos la respuesta al agravamiento de la crisis en
do desde la Peninsula enfremar a la facción da R~c.onqulsta se le recomen-
España fuese la misma.D9
métodos, como deJ'arlo s,'n d' e LInlers empleando diversos
mero para pagar a 1 T' Mucho se ha discutido acerca de la participación del pueblo en los
sus oficiales y soldados a ab dI' os nUIClanos y "convidar a
acontecimientos de mayo de 1810, La palabra pueblo, como se explicó en la
que el francés los había '''vendandonNare PIarudo de la rebelión", diciéndoles
1 o a apo eón" 138 La 'd d ~ntroducción, era polisémica en el lenguaje político del período. Los historia-
para lograr obediencia no sól 1 . r .' neceSI a de persuadir,
, o a os Jeles SinO tamb. . I ' dores la tomaron generalmente en el sentido moderno de "toda la sociedad",
el nuevo equilibrio de p d C' len a a tropa Ilustra bien ;1
o eres. Isneros lag ó f l incluyendo a sus sectores más bajos. De allí que se debatiese si la mayoría, el
milicianos y reducir un poco ' (1 r re ormar a gunos cuerpos 1I
su numero os reagr" ., pueblo, fue protagonista de la Revolución. El primero en sostener esta idea fue
lJ6 Cil P.G' upo en cmco regimIentos
m . en. roussac, Santlago de Líniers Bue A' d .. Bartolomé Mitre en su Historia de Be/grano, y desde ese momento se la tomó
~ UlS citas son del rclaro efectuado e~ 'uli~o~e I{~ E IClones Est~ad~, 1943,p .. 120.
Apuntes sobre la revolución de 1809 B J . 9 por un partldano de Lmlers en
en general como un hecho cierto, Así lo hizo la enseñanza de la Historia en
R L "A ,en uenos Alrcs" BM T V 4192
. evene, sonada del 1o de enero de 1809~ A d '. '..' p. . Véase lambién
de la Nación Argentina desde sus ortgencs h tI' en ca e~lIa NaCIOnal de la HisIOI"ia, Historia ,,"
vol. V, 10 sección 1941 as a a organLZaclóll definitiva en 1862 Buenos Aires 139.EX. Guerra, Modernidade Independencias, op. cit. La hipólesis de la crisis peninsular como
pnncipal causa de los movimientoS que terminaron siendo independentistas ya había sido
1)8 "Borrador de ~n ofi~io dirigido or la J e " soslenida por TuHo Halperin Donghi en Reforma y Disolución de los Imperios Ibéricos, 1750-
Mayo Documental, T. VIII, eH, p, 25:. unta enlral a Ballasar Hidalgo de Cisneros ... ",
1850, Madrid, Alianza, 1985.

82
83
, ', le allí "~e discutió y votó al gusto de
las escuelas públicas desde fines del siglo XIX, presentando el evento COIno o acudiÓ a la reumon sostuvo qt d 1 'ón no pasó
que TI H _ 'd ' d -1 cambio fuera e a rcum
una empresa colectiva en la que participaron todos los portei'los,HO la chusma".! Segun un partl ano c. ar~esto" y mientras los vecinos
Los testimonios de los contemporáneos no coinciden en las descripciones nada: "no ha habido ~n golP:, un t,~ro~~::cl resto del pueblo por las calles
sobre la cantidad y la composición social de quienes estuvieron presentes -b aban en el Cabüdo AbIerto, ao d"
de ¡1 cr
1+'1
. 1 un juego e toros .
en esa fecha crucial, y las apreciaciones varían de acuerdo a cómo evaluaron con tanta serenidad ~on:o si estuvIera: :~ grupo revolucionario definió una
la transformación ocurrida, En el primer movimiento del 21 de mayo se La presión del dla 2) ~una vez qu mplazar a la que el 24 se formó pTe-
juntaron frente al ayuntamiento menos de mil personas, muchas de ellas . t de la Junta para ree . d d
lista de ll1tcgran es 1 _ _ el regimiento de patricios, ubicado es e
reclutadas entre el bajo pueblo por algunos agitadores. El virrey "franqueó e
sidida por lsner,
os- a ejercIeron
a pequeña multitud vociferante, conducl a por
'd
tropas para que tomaran las avenidas de la plaza, a fin de estorbar que entrase
la mañana en la Recov~, y u~rench Antonio Beruli y "un Arzac que no es
a ella el populacho y que hubiese tranquilidad". La multitud fue suavemente
agitadores como Dommf~ la' revolución su resolución fue incruenta:
dispersada por los patricios, mas la petición que elevó solicitando un Cabildo
nada" .145 Pa~a los que c~eel:::~~vocados para ~I caso ... no habiendo corrido
Abierto -asamblea deliberativa que convocaba y presidía el ayuntamiento con
"no hubo mas pueblo q d oel-O-n popular" Pero los opositores
autorización gubernamental- fue aceptada.141 La reunión fue pautada para traño en to a coom . ,,'
nada de sangre, ex 'U firmo- que se trataba de "tupa maros que hl-
el día siguiente, 22 de mayo, y se la organizó rápida pero cuidadosamente: •
sostuVIera
TI lo contrarto
.
no a
as publicas ante el mismo
e
b-ll "
a 1 (O ,
se repartieron cuatrocientas cincuenta esquelas entre la parte "principal y d" la fuerza y con amenaz d
cieron te o.. por I triunfo de laJunta fue "con el apoyo de lo ínfimo e
más sana" de la sociedad. HZSólo doscientos cincuenta y uno de los invitados
otro se qucJ~ de q~e e "la roa or mejor parte del pueblo nada tuvo en el
acudieron a ese encuentro de gente decente, sesenta y nueve de los cuales la plebe. alucinada Y qu.e . . Y1 Y h del 24 varios de los revolucionarios
votaron porque el virrey continuara en su cargo. Cisneros, la audiencia y " tercero escnblO que a noc e .
asunto ,un lid 5 de pistolas y cometiendo vanos
otros observadores dirían poco después que la inasistencia de doscientas d b " pados por a paza carga o , 'ld
an a an esca . 1 Al día siguiente se entraron a Cabl o,
personas se. debió a que las tropas seleccionaban a quiénes dejaban pasar, y insultos en las casas de los capttu ares.. ¡ b del pueblo" .146
a que concurrieron algunos pulperos y "muchos hijos de familias inhabili- arlase al vurey con e nom re
y obligaron al cuerpo a que ap . . .. de la "multitud" que
tados de votar en estas circunstancias" por su edad. Uno de esos invitados Es muy difícil poder determ1l1ar la composlclOn . el

140 B. Mitre, Historia de BeJgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires, Anaconda, presionó delante del Cabildo el 25, pero sin duda no. er~:~~;~~~:r~~:. se
1950. Para José María Ramos Mejfa fue la multitud, el conjunto de orilleros y guarangos, la capitular Leiva salió al balcón principal para ~nun~lar . ía' "'dónde
que determinó el éxito de la revolución (Las multitudes argentinas, Buenos Aires, Marymar, había edido en nombre del pueblo y encontro la paza caSI vac ,'~ r
1999, p. 82). Ricardo Levene ("Los sucesos de Mayo" y ~El 25 de mayo", en Academia
Nacional de la Historia, Historia de la Naci6n Argentina, op. cit., vol. V.2° sección, 1941) ar~ está et pueblo 1" , ironizó. La presión y la ame~~za dedl; :~~~~::~:~~l.d;1 ~~_
gumentó que ~Iafuria del pueblo" impuso a la Primera Junta, pero a continuación sostuvo los revolucionarios fueron fundamentales en e ogrt . f arios oficiales
que fue una minoría la que condujo la revolución y después sus beneficios inmediatos le titorio que presentaron al Cabildo "fue firmado ?or os Je e~ y v r dos
dieron el apoyo de las masas. Al acercarse el 150° aniversario del suceso, el tema pasó a urbanos, todos naturales de acá y por otros indiVIduos de bap ~ ~t: a:~ale~
ser debatido: si para Carlos Segreli (La revoluci6n popular de 1810, Córdoba, Imprema de la todos, pidiendo a la voz y con amenazas la deposición del preSIde y
Universidad, 1959) se lrataba de una revolución "popular" -aunque el pueblo no tiene en
su texto perfiles muy claros que diferencien a la elite de los sectores sociales bajos- para
Roberto Marfany (El pronundamiento de Mayo, Buenos Aires, Theoría, 1958) se trató de un
levantamiento militar -pensando no en las milicias de ese momento sino en un ejército - J ." BM 1. V.p. 4299; Romero,
profesional como el que surgió más tarde- sin casi participación del pueblo. Por su parte, 143 "Cana de O. Ramón Manuel de Pazos a D. FranCISCOuameo, .. , I . 1810" BM T.
Ricardo Zorroaquin Becú ("Los grupos sociales en la revolución de Mayo", Historia, T. IV, "Memoria para servir a la histona- d e ¡a revoI'ó uel n de Buenos Aires e ano "
nO 22, Buenos Aires, 1961) afirmó que fueron los militares y los "intelectuales burgueses" V. p- 4250_ d 1810" BM T V p_ 4294_
los que impulsaron la revolución; la plebe no jugó ningún papel. IH Fray Gregario Torres, "Crónica d~ los suce~os d\~~Ó) m~ndona' a la'~ultitud, sin ex-
141 Halperin Donghi, RG, p. 163. la cita es del "Diario de un Testigo. 21- 25 de Mayo de H~ Pazos, op. cit., p. 4300. Tomás GUIdo (op. elf., p.
1810", BM,T. IV,p. 3204. El cabildo abierto era una institución antigua pero poco utili. pliear quiénes la eomponian. . on un anónimo "Carta sin
zada en el período colonial, que empezaría a hacerse importante después de 1810,].C. 1'11> El partidario es Beruti, oRo cit., 1960, p. 3?63. Los op~s~~r~s 1. V,p. 4287; F~andsco de
Chiaramonte, Ciudades, provincias, Estados: Origenes de la Naci6n Argentina (1800-1846), Buenos firma aJosé Ignacio GorostlZa yJ?Sé Antomo Cha~a~a, d Artillería de Buenos Aires",
Aires, Ariel, 1997, p. 170. Ordufia "Infonne oficial del submspeetor del Rea uerpo de 1 I-m-Ientos" BM
IU Levene, ~Lossucesos de Mayo", op. cir., p. 23. El autor calcula que habría 3000 vecinos BM, 1. V,p.' 4326; y otro anónimo del 29 d e mayo, "O'\a.n'0 e os acantee "
de "distinción y nombre" en la ciudad. T_ IV, p_ 3238_

85
84
de ¡ajunta, y que se reemplazasen con los que ellos nombraban".H7 Parece Un segundo elemento primordial fueron las redes municipales de la tiu.
~vident{' que hubo plebeyos presentes en los acontecimientos que condu- lado El Cabildo era panfcipe del nueva elenco gobername y fue uno ~e los
Jeron a la revolución, pero lo que es muy claro es que quienes la dirigieron (. .¡nlles encargados de asegurar la aceptación al nuevo orden, a traves del
ponCl . . '1' . ..
pertenecían a la elite. uso de la influencia de los alcaldes de barno. El réglme~l uU IZOa esos ve~mos
El flamante gobierno intentó desde su advenimiento ganarse el respaldo d dos de cada cuartel como vehículo de cooptacIón y de afianzamIento
,,¡,aeda 11 urbano Se mantuvieron tradiciones que brindaban legitimidad,
de toda la sociedad porteña, incluyendo a la plebe, pero fue muy cauteloso de or e . .
en lograrlo mameniendo el orden social completamente inalterado. En las la escolta del Real Estandarte -de gran significación en la ClUdad- que
regiones .americanas don~e las diferencias étnicas eran más marcadas que ~~:~cald~ realizaron en una ce~emonia de novie~bre ~~ 1810.[50Aho~a bien:
importancia de éstos hIZOque su subordmaclOn al ayuntamiento)
en la capual austral, el mIedo a los resultados de una movilización popular ¡a gran .. ni
era grande, a la luz de los ejemplos de la independencia de Haití o del le- al gobierno no estuviese exenta de desavenenCias, como se eJemp 1 Jea e~ su
vant~miento ~e Túpac Amaru y Túpac Catari en los Andes. Sin embargo,las .va a cumplir la orden de realizar una patrulla nocturna, que el CabIldo
negaIt . ( ')151
tensIOnes sociales no eran en Buenos Aires tan intensas COInO en otras áreas debió aceptar, reservándoles solamente la patrulla. de .pn~a ~espertma .
y la no muy segura situación inicial de la Junta la llevó a buscar adhesiones por otra parte, en los primeros tiempos los cambIOS mstlluCl~nales fueron
hacia abajo. L.aposición de los revolucionarios era incontrastable en un primer pocos: sólo desapareció el cargo de virrey (y el de gobernad~r mtendente de
momento pero no parecía muy sólida a mediano plazo, de ahí que buscaran Buenos Aires que él ejercía) y se depuró al personal del Cabildo (en octubre
ampliar sus apoyos a través de diversos recursos.H8 de 1810 la Junta reemplazó a sus integrantes por otros más dóciles) y la
Un camino fundamental de comunicación con la plebe fue la.milicia, cuyo Audiencia (los oidores que la formaban eran peninsulares y fueron reempla-
apoyo había sido decisivo para lograr la destitución del virrey. Su poder se zados por americanos).
expresaba notablemente en el hecho de que el comandante del cuerpo más Otro recurso de peso fue la difusión de los comunicados de la Junta en
poderoso fuera el presidente de la Junta, lo cual contribuia también a conso- bandos y los comentarios influyentes en la naciente prensa oficial, cuya lec.
lidar la fidelidad de los milicianos a la nueva situación. Una buena parte de ttlra se hizo obligatoria en las iglesias, espacio esencial para la llegada a los
los oficiales estaba en la primera linea de revolucionarios y esto aseguraba analfabetos. La medida debe haberse cumplido en muchos casos, en parte
la adhesión de su tropa: muchos gozaban de prestigio, dado que habían sido por temor a represalias y en parte porque numerosos integrantes del clero
elegidos por sus dirigidos y tenían relaciones fluidas con ellos, funcionando secular adhirieron con entusiasmo a la Revolución.m El periódico guberna-
en ocasiones como sus protectores ("vayan con Dios hijos que yo trataré que mental, llamado La GaceLa, sostuvo en julio de 1810 que "los más pobres
no se les perjudique" dijo un capitán de los patriotas de la Unión a su tropa de la sociedad son los primeros que se apresuran a porfiar a consagrar a la
ante un problema). H9 Además, jefes y soldados compartían la condición de Patria una parte de su escasa fortuna" (sic). m Frases como ésta l~usca~.an
americanos, dato que se volveria crucial apenas iniciado el proceso, cuando estimular a los miembros de la elite más reticentes con la nueva sltUaClOll,
la antinomia con los peninsulares se hizo igual a la de revolucionariolcon. pero también intentaban crear la sensación de que todos los porteños eran
trarrevolucionario. No hubo ninguna oposición, por estas razones, cuando parte de la Revolución, y esa idea tenía entre sus destinatarios deseados a
la Juma creó el 29 de mayo una serie de cuerpos regulares basándose en la los plebeyos. Los decididos argumentos de Mariano Moreno, el redactor de
~ilicia y los envió a sendas expediciones al Alto Perú y al Paraguay, lo cual La Gaceta, llegaban así a amplios sectores de la población. No sólo había en
Iba en contra de la tradición hispana por la cual el miliciano no podía ser sus escritos una pedagógica exhibición de las razones de la Revolución sino
convertido en veterano. . también potentes exhortaciones a los americanos para que juraran "morir
4
com'o varones esforzados antes que vivir una vida feliz y deshonrada".15 y

147 La cita de Leiva en Levene, "El 25 de mayo", op. cit., p. 51. La otra en Francisco de 1}Q Beruli, op. cit., 1960, p. 3773.
Orrluña, op. cit, p. 3228. ~~IAEe, T. 4, pp. 470 Y 485. .' .'
~2 R. Di Stefano, El púlpito y la plaza. Oero, SOCiedad y polftlca de la monarqUla cat6hca a la
Ha Para delinear las vías que tomó el gobierno para dirigirse a la plebe seguiremos la ar-
gumentación de Tulio Halperin Donghi, RG, p. 170 Y ss (y agregando otra infonnación). re¡ública rosista, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004.
H GBA, T. 1, p. 166 (12 de julio de 1810). . .
1t9 Fue en 1.807. Cit. en E. Abásolo: ~La vida militar en el Buenos Aires pre-revolucionario",
t:H En La Gaceta del 18 de noviembre de 1810. Cit. por Noemi Goldman en su HISlOna y
en A.D. Lelva (coord.), UJs días de Mayo. San Isidro, Academia de Ciencias y Artes de San
lenguaje, op. cil.. p. 105. Para las posturas de Moreno véase de la misma autora, El discurso
Isidro, 1998, p. 311.

87
86
los elementos igualitarios en su discurso eran muy fuenes: con motivo de Un resivamcnte más viva debido sobre todo a la oposición de los nacidos
brindis en el cual un oficial "coronó" en broma a Saavedra, la Junta decretó pro g " "6
la supresión de los honores, tras lo cual Moreno escribió: en Europa a la nueva sHuaCl n. " ubcrnamenLales fueron coronados
Es indudable que todos estos mt~n.tos g 'olucionaria y lo seguiría
. Ib 1 '. unantmemente re~ "
Si deseamos que los pueblos sean libres, observcmos religiosamente el P or el éxIto, La P e e se v~ VlO "e identificó con el tnunfo de
lId 1 s anos' su presenCla s .
sagrado dogma de la igualdad. Si me considero igual a mis conciudadanos siendo a o arg,o" Se o b 'o la Junta no la sintió incondicional y tomo
¿por qué me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que "ón 10 em arg , l' 's
la insurrecCl.
.
1 d ,"
U a fue a ectSlOn
de fusilar a los contrarrevo UClOnano .
yo? Mi superioridad sólo exisle en el acto de ejercer la Magistratura que se precaucIOnes. C~ d b allí mismo puesto que el héroe de la ReconqUIsta
me ha confiado; en las demás funciones de la sociedad, soy un ciudadano capturados en or o a 1 'd d' era aún demasiada para que el grupo
l\ s y su popu an a
sin derecho a otras consideraciones que las que merezca por mis virtudes,I55 estaba entre e "o a a que va Icara eI a poyo plebeyo en contra de la nueva ,
dirigente se arnes~ar d ducirse a los vencidos a la capital "hubiera
¿ Cómo recibía un hombre o mujer de la plebe estas afirmaciones, disrup. , , Se temla que e con .. d I
situactOn. d'd L¡'niers y habría sido ocaSlOn e una
tivas en una sociedad basada en una explícita desigualdad, si el cura párroco I blo y tropas pe 1 o por, " d I
o algún otro las leía antes de la misa o si las escuchaba en una pulpería? No todo e pue d de la Junta fue su orden de que lO os
'ó neral" Otro recau o , "'
sublevact n ge . I l'd d estado sexo condlCIOn que sean, 1
lene mas modos directos de saberlo. Pero al observar la ausencia de COnlra- 1
los habitantes de qualq~r e ase:~: ~h~s;)a que t~bier;n", o sufrirían desde
rrevolucionarios con apoyo popular en la ciudad no habría que disminuir la
manifestarán las armas ~n~~~90Aunue rincipalmenle se buscaba contar
importancia de este tipo de palabras, De hecho, tras la muerte de Moreno, La
el destierro a la pena capIta . q I ~ez impedir la formación de algún
Gaceta siguió con su imención pedagógica -y no sólo para la elite- aunque
combinando el discurso revolucionario con la moderación, Por ejemplo, en
con armas para equi~arla labs,tropas y a : que deJ'ar de lado la preocupación
, " t contrano a go lema, no h y "1'
1\ '
mOVlmlen o 1b dos por fuera de las instituciones mI Hares,
enero de 1811 se leía allí que la sabiduría, "la prudencia; y la fuerza militar que podían generar p e e~os arma r
sostenida por la subordinación, y la disciplina son como si dixeramos los en un contexto de precart.e~ad del pod~'d la ruptura del vínculo colonial
brazos vigorosos de la patria" .156 , I do la pohnca que nacla e b'd
RecapItu an , l' d la población porteña, de I o
Otro elemento empleado por las autoridades para ganar adhesiones fue la incluía en su horizonte a sectorels a.mp I~snesey los nuevoS canales entre la
organización de celebraciones por cada victoria obtenida, fuese importante 1 .encia de as lIlvaslO
por un la d o a a expen d' '. de las milicias, y por otro a
como la batalla de Suipacha -el primer éxito de los revolucionarios en su
elite y la pleb~ .cr:ados por .la ::~~s :~~~~?o: componentes de la sociedad,
marcha hacia el Alto Peni- o menor, como una escaramuza favorable en la una interpelaclOn de~de arnba l 'c~ones de la plebe, hasta entonces
expedición al Paraguay. Se estableció una costumbre que pronto se afianzaría Ahora bien, fue a partIr de 18,11q~: aSlo~~ieron acción efectiva de algunos
y se cumpliría fielmente durante toda la década con cada triunfo de las armas un tácito apoyo a la nueva 5ItUaCl~n, e; ipación plebeya en la política du-
revolucionarias o con otras noticias felices. Los festejos incluían salvas de de sus miembros. Las tres f or~as e ~ar lC entral creado por la Revolución
artillería, repique de campanas, iluminación general de la ciudad por algunas rante los diez años que durana el gobter~o c I I bracI"ones públicas la
, - . la presencta en as ce e ' I
noches, músicas, bailes y otras diversiones. m
de Mayo surgleron ese ano., b d 1 lite y/o el Cabildo- para dirimir
Finalmente, el régimen fomentó las delaciones contra los "enemigos del intervención -liderada por mtem ros e a e d d los revolucionarios
. recieron entro e ,
sistema del día". La represión de los opositores al gobierno, o a los sospe- conflictos entre las facctOnes que apa 1 .. "t Yla milicia
chosos de serlo, funcionó también de factor cohesionante. Este fenómeno los motines militares protagonizados por plebeyos en e eJercI o .
se dio en paralelo a uno que no provenía necesariamente de la actitud de la
elite revolucionaria: la oposición peninsular/americano, que fue haciéndose
A continuación analizaremos a cada una de ellas. '1,',
como objeto de la historia. El discurso polf!ico de Mariano Moreno, Buenos Aires, Hacheue, 1989. "
m GBA, T. 1, p. 128 (8 de diciembre de 1810). Según Halperin Donghi (RG, p. 175), el
énfasis del decreto para que se dejara entrar a cualquier celebración pública a cualquier
¡'
ciudadano decente muestra los límites de ese igualirarismo.
GBA, T. tI, p. 45 (22 de enero de 181l).
1.56

U7 Asl fue la celebración


p,3775,
de Suipacha (la primera importante). según Beruti, op. cil., 1960, 1~8 Gonzálcz Bcmaldo, ~Producción de una nueva 1eglt~mlf
'" 'd ~d .. , "art
'd ialciti).
1$\1 Beruti,op. cit, 1960, p, 3769; CBA, T, 11, p"165(28 e e rero e

88 89
d .1 Interior de casi lOdos los
El surgimiento de las prácticas de participación de la plebe 5. conlaban con el apoyo de los pueblos e Id d', barr'lo Es decir,
tone , . 1 1 alea es e .
c f nülicianos poneños y de la mayona (e os. Su polílica lam-
'e es . d d oder CX1slente.
J ban más elUaIza os en la estructura eP , es condicione.s
esta buscJ,ba \a mOVIlIzación
. . popular, pero es taban en mejor
La primera práctica: intervención en las disputas facciosas
Po~onuir sobre los plebeyos que sus adversarios... . 'Ista que reunida
A principios de 1811, la Revolución comenzó a afrontar los primeros obs- de in d rUI)aCIOn moren ,
La creación en marzo de 1811 e una ag. G' d llevó el conflicto
táculos serios en su intento de imponerse sobre lodo el Territorio virreina! 1 ,' d la Junta ran e,
I Café de Marco se oponia a la po ltlca e . El bl'erno comenzó
La Junta habia conseguido que la mayor parte de la población de la capitai en e. .. avednsta. go
1 punto álgIdo y provocó la reaCClOn sa \ f' Sin emhargo, éstos
se volcara a su favor y que casi todas las ciudades inreriores la siguieran en la a UI \ ntros en e ca e.
S-tigar a los concurrentes a os encue I de sus miembros
decisión tomada. Pcro Asunción y Momcvideo no lo hicieron, y los intentos a 110 ban con a gunos
ían cierto apoyo en la sociedad y conta < d tes del regimiento
militares de torcer esta posición fracasaron. La expedición al Paraguay fue len d . . n los coman an
en posiciones de po ero Al grupo pertenecIa l Estrella) French y BerulÍ, y
derrotada y los montevideanos, que por comar con el nuevo depositario del
de infantería de América (también ll~mado d~ a Hi ólito Vieytes, Miguel de
titulo de virrey habían declarado en febrero la guerra formalmeme a Buenos los vocales de la Junta Nicolás Rodnguez Pena, P
Aires, fueron vencidos, pero mantuvieron el control de la ciudad. El ejercilo
Azcuénaga y Juan urrea. ., 1 drugada del 6 de abril,
auxiliar avanzaba en el Aho Perú, pero no conseguía resultados definitorios. El equilibrio entre las facciones se tefI111nOen a ~la\ d ¡as tropas de la
A esto se sumaba un problema crucial: el fraccionamiemo dentro del mismo , d sta caplta to as
cuando "'amanecIeron en la plaza Mayor e e "e presentaron
grupo revolucionario, que ya se había dibujado dcsde el principio en torno a ' d d ente campestre, qu
guarnición f arma d os, y una mu l tHU eg badán desem~
las figuras de Saavcdra y Moreno, pero se agudizó tras la l11uene de este -en al Cabildo un petitorio para ser dirigido a la Junta, cuya adPra la ciudad.161
un viaje a Europa que emprendió tras renunciar a su cargo- y la incorporación .. f 00 desterra os de
b.ocó en la expu 1S10n de sus vocales, que uer 'b t os del mismo
de los diputados de los pueblos del interior del virreinato al gobierno -desde ' 'goados arn a y o r
L<js.afecta d os eran Ios morCl1Istas con51 . I Cafe de Marco,
entonces conocido como Junta Grande- en diciembre de 1810, Las diferen. grupo. Segun '1' gnaclO Núñez, partiCIpe
" d e las reumones en c la ciudad de
das entre saavedristas y morenistas, que en su origen eran moderados unos ,. Id' , b o de la Junta pur
Saavedra y e can Gregario Funcs -m1em r .. , _ ero no había tenido
y radicales los otros, se convirtieron en un franco enfrentamiemo político Cófdoba- habían intentado desarmar a la 0POSIC10n p
entre los dos grupos. cco en la sociedad porteña. Entonces,
La plebe no panicipó directamente en esta contienda, puesto que las dos d ma uinas para ejecutar el
facciones estaban inregradas por miembros de la elite. Ahora bien, el vínculo de la ciudad se saltó a los arrabales en busca e q h b de poncho
. eló a los om res
de ambos grupos con e! bajo pueblo no era similar. Los morenistas formaban movimiento, o como entonces se deoa, se ap población
.' . d casaca. Entre esta •
el grupo más radical en cuanto a sus ideas: independencia y república esta- y chmpa Contra los hombres de capa y el' Ytodavía tan
'd l'taciones po mcas,
ban en su horizonre. Tanto los contemporáneos -a manera de insulto- como, cándida e incauta tan pura en matena e ag . . bl'traTÍo se
.' 'd d del reglmen ar ,
muchos historiadores -con variaciones valorativas de acuerdo al autor-los subordmada aun a las más simples auton a es . d hombres
.. de la elUda esto es,
compararon frecuentemente con los jacobinos de la Revolución Francesa. encontró cuanto habia faltado en la po bl aClOn 'ente fácil
e creyesen enteram
Pero contrariamente a la relación que éstos enrabiaron con los sallsculotles que se prestasen a dar \a cara sin em b ozo, y qu d h de petición
. masa el erec o
parisinos, los integrantes de! grupo morenista no buscaron movilizar a la arrastrar aquella clase de población a ejercer en d' \ eñal: al
. 'd Entonces se 10 a s
plebe a su favor (excepto Juan Jase Castelli en e! Alto Perú, que intentó ganar que por pnmera vez iba a resonar en sus Ol os. chados
. hombres empon
a los indígenas para la causa revolucionaria). Por el contrario, se cuidaron anochecer del día 5 de abril empezaron a rcumfse Id d b 'o don
1 del alea e e arn
de excluirla de sus proyectos: los grupos políticamente más radicales de la y a caballo en los mataderos de Miserere, a a voz I b clase
, , 'd h t ese día entre apo re
revolución de Buenos Aires no procuraron en la práctica e! apoyo de los Tomas Gngera cuyo nombre sólo conoCl o as a . h taran
.' '. medianoc e pene r
sectores subalternos. 160 Los saavedristas eran más moderados en sus ambi~ agncultora, principió a ser histórico para este pals. a

d f cción (Moreno, Castelli


P. González Bernaldo, ~La Revolución Francesa y la emergencia de nuevas prácticas
¡!lO .;del supuesto "jacobinismo" en el discurso de los líderes e esta a
de la política: la irrupción de la sociabilidad en el Rio de la Plata revolucionario, 1810- r¡,~ont~gudo~, en HistOria y lengtwJe. 0r.
cil.
1815", Boleltn del Ravignani, 3° serie, n03, 1991. Noemi Goldman ha mostrado los limites . Beruu, op. ot., 1960, p. 3785.

91
90
l..tAl!KI~L VI 1V1 EGUO
I
de Tomás Grigera, el principal conductor de los concurrentes, únicamente

I
por
, las calles
'l' de . la ciudad, y ¡¡mes de venir el d'la ocuparon Ia paza
I Mayor
como '. mi I qlllmentos hombres ,grHos
pidiendo a . "d e I cuerpo
Ia reumon conocido hasta ese día entre la pobre clase agricultora. Grigera era un alcalde
l11UmClpa , para elevar por su conducto sus re,ela'maCIones a 1 go b'lerno. c011 mas poder que el habitual, puesto que laJunta le habia encomendado "la

d d.¿Quienes
l b d acudieron a la plaza? Habitantes de lo s a1re d e d ores dI'e a cm
e 'b'a ra ores .-gente
a , b campestrc- del área suburhana . "e as)'dlO os no sa b'Jan-
demarcación de quarteles en las quintas de esta capital, para el arreglo de su
policia", con lo cual había tenido que recorrer en profundidad toda la zona
periferica "desde Barracas hasta el bajo de la Recoleta", tarea que finalizó en
I
"scn Ir y ne~eslta ~n .buscar quienes firnlasen a su ruego", agregó eltesti o marzo de 1811.166Es evidente que en la realización desu trabajo anudó lazos
los que sabIan escnbIr
lId 1 . no eran tan expertos en el maneJ'o d e 1a puma
I g ,
como provechosos con los alcaldes y con diversos habitantes de los suburbios.
o eran en e e os Instrumentos de labranza".162
Analicem~~ las ?al~bras de Núñez. En primer lugar señaló que se tralaba
~e ~na ~oblaclOn candula e incauta, pura en materia de agitaciones polític
De las quintas parece haber provenido una buena parte de los presen-
tes, que vestían poncho y chiripa. Tal vez algunos fueran habitantes de la
campaña propiamente dicha, aunque el hecho de que se reuniesen en una
I
os motmes populares no eran comunes en Buenos Aires Ilasta e as,
I
A I"f . d se momento noche en la Plaza de Miserere señala que probablemente la mayoría fuera de I
.( I eren~l~ , e lo que ocurría en otras ciudades de Hispanoamérica, com~ las inmediaciones. Pero ya hemos visto que los ponchos y los chiripá eran I
L~may MexlCo, o en las europeas del siglo XVIII y principios del XIX h prendas corrientes entre muchos de los residentes urbanos; el énfasis que
bl.aantecedente~ importantes de revueltas o agitación plebeya por es~al~~z;- pone Núñez en ese hecho obedece a su sorpresa porque quienes los vestían
alimentos
. d' o enoJo con las autoridades .163Las de Buenos A'Ires h a b'tan siempre
, e estuvieran aClUando políticamente. y en el petitorio figuran C0l110firmantes,
:nten~~ ~ ,evitar las carestías. de carne y trigo para impedir el descontento de junto a algunos alcaldes de hermandad, una serie de alcaldes de barrio de
a po aClOn.En 1754 la ternble escasez del primero de esos prod~ctos hab' la ciudad, concretamente los de los cuarteles 6, 8, 15, 17 Y 19 (del ordena~
:::~: temer a los capitulares que "los pobres anigidos de la necesidad d~~ miento de 1794). E18 era céntrico, eI6 y el 15 eran las zonas periféricas de
l r~, hag~n a~gun tumulto, cosa que nunca se ha experimentado antes" 164 la Concepción y el Alto, el 17 se ubicaba entre Monserrat y Lorea y el 20 en
E ~enodo. v;rremal soportó coyunturas de penuria, pero no se registrar~n el extremo noroeste de la ciudad. Hemos visto que en todos esos cuarteles
~CCIO~esVIOenta~, por ~se motivo. Buenos Aires tenía un seguro contra el -salvo el 8 el resto tenía amplios descampados en su interior- tambien había
motm de .hambre propIO de muchas ciudades preindustriales: los alimentos labradores y que buena parte de los habitantes de esos barrios debía usar la
e~an adcceslbles,como consignaron varios de los viajeros que visitaron Buenos típica vestimenta pampeana. De acuerdo a los testimonios, los alcaldes no
AIres espués de la Rcvolución.165 acudieron solos sino encabezando a habitantes de sus cuarteles, por lo que
La sig~iente .consideración de Núfiez describe a una población todavía podemos concluir que hubo en las jornadas varios quinteros pero también
lb7
~an s~b~rdmada mcluso a las más simples autoridades del regimen arbitrario moradores de esos barrios urbanos, que tenían una vasta población plebeya.
e re ena a los alcaldes de barrio y de hermandad -urbanos los primeros' Posteriormente, Núfiez expone el hecho: ocuparon la plaza Mayor como
rurales I~~,segundos-, los organizadores de la movilización. Su innuenci~ mil quinientos hombres, pidiendo a gritos la reunión del cuerpo municipaL
es permuto convocar exitosamente a la plebe, como es evidente en el caso Su estimación puede ser exagerada, pero teniendo en cuenta el efecto que tuvo
la movilización es indudable que debió ser numerosa. Los que firmaron el
::; '5 Núnez,
WNoticias lü.stóricas", BM, T.I, pp. 452, 453 y457.
petitorio eran ciento dieciséis, pero el hecho de que muchos fueran analfabetos
Hob~~~l:~umSul~~~o~::lUdad de. México vé~se G. Haslip Viera, wLa clase baja", en L.
FCE, 1992t pa'ra los con~~:~:~'c~I~~de5 ~ 5~rdad en l~tinoam~rica co!onial, Buenos Aires,
hace comprensible que una porción de los presentes no estampara su firma
los últimos afias, más invesli acione~a,h ores Ga mdo, AnSlDcraClQ y Plebe, op. cit., En sino que simplemente apoyara con su presencia física. El "pedir a gritos" no
en América LalÍna e S A g se an desarrollado sobre levantamienIos urbanos
Urban Poor in Lati~ A'~~ri~a ~~~~~;~i~r~~:
(~ds.), RIOt5 in the ellies: Popular Polities and the 16e AGN, IX, Cabildo de Buenos Aires ~ Archivo, 1811, 19-6-3, 110.
ciudades europeas la biblia' raffa es va~ta l mmglon, S,:h.olarly Resources, 1996.Para las 161En el petitorio, que se reprodujo entero en la Gazeta Extraordinaria del 15 de abril de
v
Historia 0p. cil. Yel indispens~ble wPallicios' ~:nse el"claslCO de G. Rudé, La Multitud en la 1811 (GBA, T. n, pp. 281-293), consta quienes fueron los adberentes, aunque en muchos
en comun, Barcelona, Critica, 1995). y P beyos ,de E.P. Thompson (en su Costu.mbres casos no se consignó su cargo y en ninguno el número de cuartel. Cotejamos la informa-
Cil 'ken R:dMo l'lOan,. Bu.enos Aires, cuatro siglos, Buenos Aires TEA 1984 P 149
lf>-!
ción con los AEC de 1810 Y 1811 (T. 4) para oblener los nombres de los alcaldes de barrio.
'" B Así se determinó que los firman les Manín Grandoli,Juan Pedro Aguirre, Miguel Arellano,
185;rac
Un InenntéSge~ op~iLcoL ., P . 254' V-d I . h ,""
. .' I.a. op. ~Il..; Sc midt~eyer, op. cit, p. 141. Parish, op. cit., p. Rafael Ricardes y Fermín de Tocomal eran respectivamente los alcaldes de los cuarteles 6,
. g , p .. ,p.69.dOrblgny, Vla)eporAménca Meridional Il op.cif p 32 le h'
1o consIgnó lymanJonson para 1a etapa VIrremal
.. en "la historia de ' precio"'''
-".
•.... ,op.am. lén
Cit. 8, 15, 17 Y 20,

93
92
era nuevo -recordemos que el 25 de mayo la gritería había sido decisiva-, lo .. 'Ilsión del 5 Y 6 de. abril de 1811
radicaba la soberamaYo Sm embargo, la te 'no dentro de la misma. Los
diferel1le, esta vez con claridad, eran los protagonistas. Quienes exigían eran . . es enfrenta das 5\ 1
no se planteo entre concepclOll bl l sentido tradicional de
plebeyos de los arrabales, con el discreto pero fundamental soporte de las d 1 ' ' h bl on del pue o en e
redactores e pelItono a ar . _d _él llegasen los rec1a-
tropas, Los vecinos del centro, por su parte, se sorprendían de "la novedad e b.ld ara que a naves
término Yse dirigieron al a 1 o P <.
e
nacían al Cabildo C0l110su
que ocasionaba esta gente". Es que se trataba de un hecho inédito en Buenos . 1 b' Es declf quc reco
mos de cambIOSen e go Ic.rno. . 1 más mínimo en la elección de
Aires y de ahí las primeras reacciones de los jóvenes radicales, "la risa y la ( lque no 1l11erVemanen o d" ¡,
curiosidad" por esa "nueva alianza de charreteras y chiripás". Entraban en la representante
, b os) l7l y el a),untanllento se asa ba en la concepción tra lClOna.
am ., b
sus mlem r . , d d
plaza a hablar con los "emponchados", preguntando "¿con quién han venido?, ' no a los CIU a anos.
¿qué buscan, qué están esperando?, y así como el alcalde Grigcra se había reunía a los vecmos, ,. 't graba ese pueblo. Los redactores
b 'uego era qUIen In e . d
referido al pueblo, los paisanos se referían al alcalde por toda contestación"; Lo que esla a en J la )lebe suburbana, Según Beruti, tesugo e
del petitorio lo enconlraron. en 1 drl'stas el Cabildo accedió a las
de allí iban a los cafés a ridiculizar "las ocurrencias y las grotescas actitudes . . t ' oposItor a os 1 saave ,
de estos desvalidos soberanos".168 los aconteCilTIlen os } 1 l' ro plebe del campo en desmedro
." . d pueb o a a 11llIma '.
La situación se resolvió rápidamente, el Cabildo convocó a la Junta, que exigenCias, supomen .0 . > 1a uedado burlado .., bien sabIa n los
del verdadero v~cind.ano Il~stre ¿u: )~e;dadero pueblo, no habria logrado
se hizo presente en el Fuerte y recibió a los capitulares y a Grigera, a los que l
detuvo por un breve lapso puesto que inmediatamente los comandantes de facciosos que SI h~blera~ a~:aB~r~ti la plebe no era parte del pueblo, el
sus planes el preSidente . Pa '1 [crza" m El verdadero era el
las tropas exigieron su libertad, Circuló el petitorio, redactado por el abogado 'd llar por temor a a ti . .

Joaquín Campana, que se hizo firmar por los presentes en la plaz.a y se entregó cual "ha tem o que ca '. 1 ente decentc Pero el petitoria, y su
que él integraba: el de los vecmos, a g odían ser. ueblo. Dirigiéndose al
al gobierno. Constaba de dieciocho puntos en Contra de "cierta porcion de
individuos" que habían formado "una faccion de intriga y cabala", para cuyo aceptació~, .mostraron que l~e;~:~~Y~~~cional per~ jamás antcs utilizado
Cabildo hICIeron uso de un dad (Núñez había sc-
freno proponía una serie de disposiciones que se enumeraban seguidamente. 1 1 b . se estaba ante una nove
colectivamente por a pe e. . masa el derecho de petición
Si el gobierno no las aceptaba, el escrito anunciaba que la multitud no se iría ' que fueron a eJcrcer en
fialado despectIvamente -.d ) Posiblemente hubiese sido
"del puesto donde se halla, y que serán imputables á Y.E,qualquiera medidas , .b a resonar en sus Olas .
menos moderadas, que pudieran adoptarse en su execucion por el propio que por ~nmera vez 1 a.. v drisla convocar solamente a las tropas que
pueblo, que es arbitro de tomarlas conociendo la voluntad general, pero con más sencl11.opara la facclOn¡aa 1es de la uarnición menos el regimiento de
le respondIan -que eran to as a, g ara rovocar los cambios que
especialidad quando interesa su libertad, conservacion y seguridad".169 La La Estrella- y con esa fuerza hubIese bastado p d P, 1809 Y 1810 las
amenaza era explícita. LaJunta anunció con premura la total aprobación de ' 1J y hemos conSIgna o como en
deseaba reahzar en a unta. a d d dificar el curso de los aconteci-
las demandas, después de lo cual se retiró la multitud, que había actuado
auto proclamándose "el pueblo de Buenos Ayres". milicias habían demostrado su po, e~ e ~~emento distinto: removcr por la
mientas. Sin embargo, esta vez eXlstIa un aun en la frágil legalidad
¿Qué pueblo? La Revolución trajo consigo el problema fundamental de fuerza a vocales que ocupa ban l'citamente
1
sus cargos, . _ a'¡'lda Por eso
cuáles eran las bases de la legitimidad del gobierno. Se inició como la rea- '[' '1 d t r como una acclOn v '
del momento, era algo di 1~1 e presen a ada or las tropas, para dotar de
sunción de la soberanía por parle del pueblo, entendiéndolo de acuerdo a la o P
se apeló a la plebe, convementemente al', Y 'I exigía cambios. Él era
tradición pactista española, donde tenía el sentido de "toda la ciudad" como .. 1 ueblo y no os mi Itares,
legitimidad a 1a aCClOn:e p '. _ 1 b' ti representaba, su razón
una comunidad política. Los vecinos -antiguamente aquellos propietarios el poseedor de la soberanía y era a qUIen e go ler o
con casa poblada en la ciudad, aunque el concepto se había ido amplian- . de M Ternavasio y F. Herrero), "Vieja y Nueva
110 le.Chiaramonte (con la colaboraClón " 1810-1820~ enA.Annino(coord.),
do- integraban ese pueblo. A esta concepción comenzó a enfrcntársele otra, . .
RepresentaclOn: los procesos e cc1 torales en Buenos
.' Aires, t b,'"n FX • Guerra Modem¡ 'da u' e
vinculada a las ideas de la Ilustración francesa, en la que el pueblo era el , b f.' Clt'veaseamlO'., , ,
Historia de las eleCCIonesen 1 ~roam nca, OP'1 '.' dad no ya existía en el Antiguo Régimen,
conjunto de los ciudadanos, considerados como individuos iguales en quienes Independencias, op. Cl!. En realidad, el voca¡b ~ ClU, ano de una ciudad que lenía privilegios
. t" 'os para re enr a vecl _ .
definido en térmmos corpora 1\ h'
y cargas por su pertenencia a dic o cuerpo, vlO'ase . .
"J e Chiaramonte , Ciudades. proVinCIas.
Estado,op. cit.
l7i El Cabildo entrante era e t egl'do por el salieme , véase]. Sáenz Valiente. Bajo la Campana
168 La cita de la "novedad" en Beruti, op. cit., 1960, p. 3784; el resto en Ntíñez, op. cit., p. 455. del Cabildo, Buenos Aires, Guillermo Kraft Ltda., 1950.
16'l GBA, T. 11. pp. 281 Y 282.
112 Beruti, op. cit., 1960,3786.

94 95
. d. uc las medidas adoptadas hasta
de existencia. Desvalidos soberanos, había enunciado Núñez, pero soberanos Convencido el pueblo de BuenoS Ayres _CI~s eur~ eos con los americanos,
al fin; y numerosos, lo que los hacía peligrosos. Lajornada deiS y 6 de abril, el dia para la reconciliadon de los espano p. . d b.lcrno
.. 1 . 1 ran causa y SIstema ego •
entonces, amplió al pueblo de Buenos Ayres. son á mas de ineficaces, perjudlCIa es a a g I t d que se expulsen
1 . niclero. es su vo un a ,
Todos los autores que se han ocupado del tema coincidieron en un PUnto: que se sigue, y debe abrazarse en o \'e '. . ndicion l75
la presencia de integrantes de la plebe suburbana, los orilleros, fue la clave del de Buenos Ayres á todos los europeos de qualqUler clase o ca .
acontecimiento -y es el único momento de las dos décadas que abarca este .\ de una excusa que encubría el ataque al grupo
libro en donde esa injerencia popular fue unánimemente reconocida por los N trata b a tan so o < • I
o. se . o ue el hecho de que se lo colocara en pnmer. ugar marca
historiadores. Pero hay un elemento que no ha sido considerado en toda su morentsta, SIn q
. .a .Cómo enten d cr que el sector políticamente mas moderado
dimensión: cómo fueron movilizados esos orilleros. Quienes defendieron la sUlmpor~a~cI . ~ilizar una medida sin duda radical, expulsar agente_con
espontaneidad del aclO la justificaron por su gran identificación con el pre- haya decI~ldofiu. d sociales incluso en algunos casoS familiares? En la
d
sidente Saavedra y sus ideas "nacionales", pero esto no ha sido demostrado. la que tcn~a a 101 a.bes caraete'rizar a toda la década revolucionaria, cada
Los sostenedores de la tesis de la manipulación -contemporáneos o no- con- I faCCIOsaque 1 a a . ..
lue la .. 1 I fin de desplazar al contrario. A prmclplOs
adicahzana con e so o .. d I
sideraron que todo el acontecimiento obedeció a un plan cuidadosamente grupO se r . habt.an dedicado a defender la situaclOll e os
orquestado, en el que la plehejugo un papel tOlalmente pasivo. Decía Posadas d 1811 los morentstas se \
e . n lo cual Saavedra y los suyos decidieron tomar a cau~a
que habían acudido "todos los vecinos de los arrabales y quintas como unos pel1lns~lar~;a ce~lfremarlos. Pero lo que es preciso destacar es que e~t_epaso
opas y sin saber a que fin eran alli citados", conducidos por "un tal Grigera".17J contrana: 1 . conservador de la elite revolucionaria se deblO a que
La remoción de los diputados morenistas de la Junta ha sido señalada adelante e grupo mas d .\. a la plebe y sin duda fue el princi-
aba de un tema capaz e movl Izar, .
por los observadores contemporáneos y por los historiadores como el punto se trat. I d 110 Se apeló al enfrentamiento entre amencanos
central del petitorio y el eje de la movilización. Los opositores al presidente al medlO emp ea o para e . d - N
;, peninsulares, identificando a los morenistas con ~a dc;en~~e; ;:t~:~ d~
lo acusaron de haberlo tramado todo con ese fin -y se 10 juzgaría por ello en
1814-, mientras que los acusados lo negarían rotundamente ("el gobierno
no tuvo el menor influjo", sostuvo el Deán Funes, también señalado como
en vano la exigencia de expulsión de los europeos ue e p
petitorio y el desplazamiento de los diputados recién figuró en ell
organizadores explotaron hábilmente una propuesta que ven a
..
d~~:~
instigador de las jornadas, "la revolución del5 y 6 de abril ... fue sofocada").IH
Sin embargo, su intervención en la organización es indudable: Joaquín interesaba a los concurrentes. . A. ero se
La antinomia americano-peninsular era anllgua en Buenos 1T~, p h
Campana, redactor del petitorio, era un abogado alineado con Saavedra y se d 1810 En diciembre de ese ano se a-
apropió de un cargo tras el alejamiento de los morenistas de laJunta; Grigera fue tornando violenta desde mayo e . .. on exce ción de
bía prohibido que los europeos ocuparan cargos publIcas: c . d PI b.
y los jefes militares que fueron a la plaza también eran reconocidos adictos . d dablemente partIdanos e cam 10
al presidente. Y los únicos perjudicados fueron los dipurados vinculados al algunos que habían demostra d o ser lO u .. . se había
(como el miembro de la Junta Juan Larrea). A pnnclplOs de 1811
grupo del Café de Marco.
decidido la expulsión de los peninsulares solteros de la ciudad,.a 1a que se
Los instigadores utilizaron el peso local de los alcaldes de barrio para .
opusieron los moremstas -apoya d os en ese pa rtienlar por el Cabildo-- bl
y que
reunir a la gente. Pero éstos no lo hicieron solamente con su influencia sino no se realizó. La oscilante actitud gubernamental.con respecto al pro. ema
que apelaron a un argumento que figuró corno primer punto del petitorio: no se extendía a una plebe integrada casi exclUSIvamente p~r ~mencanos
113 G. Posadas, ~Autobiografía", HM, T. 11,Vol. l. 1413. Esta visión fue compartida más tarde _y africanos- que soportaba habitualmente los aires de supenond~d de los
por los fundadores de la historiografía argentina: Mitre (op. cit.), para quien se trató de una peninsulares, había atravesado la experiencia de la~ lnbvasione¡s~nlgdesdae5Ieoob~
funesta imitación de las acciones de la mullitud parisina bajo la Convención en Francia, . .. o y depostta a con 3CI1 a
y Lópcz (op. cit.). Ambos cargaron las culpas sobre Saavedra. el gran favorecido. En cam- su inyección de localtsmo y amencamsm
bio, los revisionistas señalaron que fueron los seguidores del presidente, y no él, los que jeto de su odio en los lenderos y comerciantes de origen europeo, qu~ eradn
organizaron el movimiento (V Sierra, Historia de la Argentina, T. V,Buenos Aires, Editorial muy numerosos (tomando una muestra dio e cens de 1810 de los barnos
.. e
CienUficaArgentina, 1968) o lo consideraron directamente una expresión espontánea de esos La Piedad, el Alto y parte de la Concepción aparecen 88 comerCIantes ml-
"orilleros" por su identificación con el carácter más tradicional y "nacional" del saavedrismo
(M. Serrano, Cómo fue fa revolución de los orilleros porteñas, Buenos Aires, Plus Ultra, 1975).
IH Lts primeras palabras citoen Núñez, op. cit., p. 465; las otras en G. Funes, "Apuntamientos
para una biografla", HM, T. n, vol. 2, p. 1539. 175 GBA, T. n. p. 282.

97
96
noristas, mayoritariamente pulperos de 1
La Revolución cOlllribu)'ó' d 1 bl' os cuales 45 eran pcninsularcs).176 miembros de la elite el evenlO era poco venturoso: "el ejemplo que se lenía
in t1( a emCnle a d ¡' a la vista hacia prever a otros el mayor peligro de una sublevación en la es-
que generaba la posición en 1 ar a lento a los resentimientos
. genera un poco .. f ' clavatura, o en los indios, cuyo número era considerable en el Alto Perú y
pcnmsulares en los barrios 1'0" ( . mas ayoreclda que tenían los
.
)a elac, tanto europea cOlno renos por mas qu f .. en las provincias de abajo hasta la capital". Otra vez se notan los miedos que
' ) < e lleTa muy Infenor a la de
amencana
experimentaron los grupos dominantes por los sucesos de Haití (y, además,
Asimismo, el pelilOrio incluyó a elac"' I
haber conlribuido a la movl'l" ,"',PIOnes a orgullo porteño que pueden el alzamiento autonomista de la Paz en 1809 se había apoyado abiertamen-
. lZaCIOI1,como los pu t d te en indios y mestizos). H8 Sin embargo, aunque presente, la aprensión no
que se eXlgia un sumario para Manuel B 1 n os oce}' trece, en los
al Paraguay. Este general era afí I e gra~o, derro!ado en la expedición parece haber sido demasiado profunda. El recurso del apoyo plebeyo podía
su derrota' recuérdese el .. naos ~nor(,lllstas y podia combatírselo por otorgar mas beneficios que los peligros que acarreaba y pronto se volvió un
, esplTltu marCial de la . d di' elemento clave para dirimir las constantes disputas intraelite, perpetuadas
todas las capas sociales. Clu a ye tnunfalismo en
La plebe a d qUlfla
" así una nueva [un' - d" al no lograr ningún sector consolidarse como hegemónico. La combinación
.
de la elite. En el contexlO de yuxta . ~~n~ IfImlr los conflictos internos plebe-trapas-fracción del grupo dirigente se mostró incontrastable.
cabildo- que sucedió a Mayo I h ~~SlCl n e poderes -gobierno central y Una vez concluido el incidente deIS y 6 de abril, el gobienlO buscó des-
lamienlOs dentro del grupo d l~ a la reglas claras para definir los enfren_ montar el mecanismo que acababa de inventar. Comenzó por quitarle poder
ommante como ocur " I ' a los alcaldes de barrio, reduciendo drásticamente sus cargos de vitalicios a
en el cual se decidían en nlarco I d' na en e penado colonial
s reg a os Más an- d ó ' anuales. Con todo, los grupos opositores al saavedrismo aprendieron la lec-
1a práctica una lucha instituc,'o 1 h' a e c mo concluyese en
, na, asta 1810 cxi t' . . . ción: a pesar de que tenían un menor manejo de las redes que permitieron la
nor que terminaba de definir la ' l'd d . s 10 una lI1stancla supe-
s nva I a es)' que fu . b "d asonada de abril y no obstante haber criticado ácidamente su método, ellos
esencial del sistema. Después de la Rev .. nCIO~a a aSI e SOporte
ulterior, salvo la de un rey p . . OluclOn no habla una legitimidad también parecen haber considerado la posibilidad de movilizar a la plebe si
nSlOnero cuyos repre ' efa necesario. Al poco tiempo emprendieron una campaña difamatoria de
que los seguían en Amér,'ca er . sentames penmsulares y los
. an enemigos del ca . d los gobernantes. Un indio que trabajaba de ayudante de zapatera cruzó el 20
Aires, ¿Cómo zanjar entonces un fi""} mmo toma o por Buenos
las dos facciones en las que se diVi~~~ I~Cl~.. Cuando ~a co~frontació~ entre de junio la Plaza de la Victoria y encontró en el suelo una serie de papeles
saavedristas encontraron un recurso 01;
.!te ~ev.ol.uclOnana se agudiZÓ, los anónimos. En uno se leía que el "potosino borracho de Saavedra", el cordobés
tropas y plebeyos, siguiendo la prácti~ d:'c~ 1~~dHO, una movilización de Funes. el correntino Casio, el tucumano Malina, el montevideano Campana,
otros protagonistas. p eSlOn del 25 de mayo pero con "todos Forasteros, ÓS mandan y han esclavisado, ¿No 05 abochornais patri-
cios míos? En esto han benido a parar tus glorias y tus asañas?".I79 El escrito
Más allá de que el movimiento hubies ' .
sus acólitos, al ceder el gobierno a las ex' e ~stado dlgl.tado por Saavedra y apuntaba al localismo porteño contra los diputados de la Junta Grande; el
aquella jornada se enseñó al pueblo de I~~nclas se. sento un precedente.. "En principal ataque era contra el carácter extranjero del presidente y sus acólitos
que se podía derrocar Cuatro gobernadores"e7°s Alr~s y a to~os los pueblos (lo cual no era absolutamente cierto, puesto que Saavedra era altoperuano
de los damnificados El e' " d ) .' amento GervaslO Posadas, uno pero llevaba años siendo vecino de Buenos Aires). Otro de los pasquines decía:
. Xl o e a mamobra .
la gente decente la sensación e " causo un gran impacto entre
Si a Liniers, Concha, Allende. 5anz. Nieto y Cordova se les quitó la vida
Existía asimism~ un trase d rdaque Saavedra abre la caja de Pandora".171
r on o e temor social sie porque querían conservar estos dominios para el Francés ¿Por qué no se
¡erente a la presencia política de la lebe ' m.~re presente en lo re- le quitará al Potosino Saavedra, a Funes, a Cossio, a Malina, a Campana, y
tenía que ver con la posibilidad d d P b ,preocupac.lOn poco definida que
a 5egui que nos quieren entregar a la nación Portuguesa, la más ridícula y
va. Oenamente los plebeyos se h:bí:~ ~:d~s, de motInes, de rebelión escla-
odiada de todas; y cuando no aspiren a ello, quieren ser unos verdaderos
firmado el petitoria guiados por alcaldes c. ~ pre~e~tes en la plaza y habían
y Je es militares, pero para algunos Jr~ La cita en Núñez. op. cit., p. 454. Para los temores de las elites americanas véanse M. '1
176 El lzard, El miedo a la revolución. La lu(ha por la libertad en Venezuela (1777-1850), Madrid, Tecnos.
censo ~n AGN, IX, 1O~7-1. Para el odio al.
~~ase Halpenn Donghi, RG, pp. 181 a 185. os pequeños comerCiantes peninsulares 1979; Guerra, Modemidad e lndependcn(ias, op. dt.; Chiaramonte, Ciudades, provincias ... , op. dl.
179 Diez pasquines diferentes se guardan en "Criminales seguidos en averiguazion de lo
En orden: G. Posadas "Autobio rafIa" (d
Matheu, en su "AUlobioirafla E ~ e ,1,829), HM, T. 11,vol. 1, p. 1413; Domingo Autores y complices de varios pasquines infamawrios contra el Superior goviemo AGN, B
,

. sCnla por su hiJO D. Manín Matheu". HM. T. 1II, p. 2351. X, 27,3,5, CC!.

98
99
despotas o tiranos; para lo cual . tCrr<lzasde las casas céntricas la población se dedicó a mirar la caída dc las
lo s \ 'er di'a( eros palriotas y homb' Y para realizo ar eSla o b fa, Ilan expatriado
figurados cr{¡nenes) . M' . d res Justos que nos defendían suponiénd 1 a granadas CO~ll~si fueran fuegos de artifi~iO. El comandante de la escuadra.,
, Id .... 1 Ifa que el Puebl O es Michel , Inumó luego rendición a la Ciudad; no le fue aceptada y reDovo
suc OS: a éste es al que debemos d f loes el que nos paga nuestro ena
sU ataque, ante el cual, burlándolo, "las negras lavanderas prorrumpían en
ni esta Junta de puros fnfasleros del e. e~~ er y morir por él, no por Saavedr s
má b caraja Acabé d ' ritoS, golpeándose la boca con las manaS y hacían toda suerte de ademanes
s reve y posible, antes que deJ"enen! "l' monos e determinar lo grotescos Yextravagantes" ,'B3Másallá de este pintoresco relato corrieron en
y desp ucs '. nos sera más dificil d í dmr a os enemig os para eseIaVlzamo ' . ;quel momento rumores de "que intentaban después de dicho bombeo des-
Presidente a un verdadero PatriO .c edil er nueSlfa libertad. Pondremos d"
, 1d CIO, e vocales y d e embarcarse", con lo cual cundió la alarma entre las tropas de la ciudad, que
verc' a eros patriotas • Iv fuera! o d() [ orastero pu coman antes de arma s , fueron convocadas para la posible defensa, Dos sargentos peninsulares del
go b¡emen siendo tan b' b ' es no es razón que ésto
ar aros, y habiendo f s nos regimiento de América fueron después juzgados por haberse reído y entrado
Pueblo de Buenos Aires que ha sid l l'b tan amasas patricios; y éste a un café cuando fueron avi.sados de que las compaii.ías se estaban reuniendo
que estaban esclavos,l80' o e I enador de lodos esos pueblos
urgcntemenle,I&1EsLOS episodios contribuyeron a que la vigilancia de las auto-
ridades sobre los peninsulares fuera en aumenLOdurante 1811, Yse enjuiciÓ
Se insertaban en la acusación f. .
sieron a la Revolución en un prin;~ ~re~cl~s a la muerte de los que se apu- a varios que habían hablado, real o supuestamente, en conlra del gobierno,
al Alto Perú, }' el tradicional d' PIO, uSllados por la primera expedici- Un candelero catalán,Josep Casanovas, fue denunciado por sostener que los
po tOlO popular a los' on miembros de la Junta "los unos habían sido pulperos y los otros tenderos y
r u?ueses, La apelación al orgullo de la ciu ~nemlgos de siempre, los
pasqUl,nes manuscrilOs se arrojaran en la cal ~ad, J~nto al hecho de que los por eso no tenían talento para governar". Su situación se agravó porque no
COIllO InlerlocUlores posibles le, mclUla a los plebeyos había presentado las armas de chispa que tenía en su casa cuando la Junta
U ' . patrici os
había dispuesto su requisa y una testigo plebeya lo acusó de decir cada vez
. na característica que tendría la vida ..
aqUl estudiadas, la importancia d I pollll~a porteña en las dos décadas que había ejercicios en el cuartel de patricios, "ahí empieza el fandango de
en esto s meses. Mientras
. circulabe rumor
I polítICO' ya se perel'b e claramente los negros". OtroS peninsulares fueron juzgados por razones similares: dos
Ejército del Norte se había r bid an 10,s pasquines corrió la voz de que 1 fueron acusados de haber llamado ladrones a los miembros del gobierno, un
d" eeaOatlemp I e pulpero gallego fue remitido a prisión por sostener que "se cagaba en la Junta
mgente de lasjornadas de abril ' h o qu~ e secretario Campana -el
perseguir opositores- denunció ~u:aa ~:~b~~~duCI~.un tribunal formado para de Buenos Aires", un catalán fue denunciado por mantener "conversaciones
por parte de los montevideanos S d P, d' . mvaSlOn nocturna de la ciudad peligrosas" y otro gallego dificultó la realización de una patrulla, diciendo que
medida de expulsión de pe' 'le eel 10 por ello reinstaurar la suspend,'d "nada le importaba, tenientes ni alcaldes"; incluso un maestro de postas de la
I mnsu ares (¡o d ' l" ) a campaña fue ejecutado por haberle facilitado información a los enemigos,lB5
ap azarse,IBI A los soldados pon _ e JU 10 , pero finalmente volvió a
ue En ese clima tenso la Junta Grande fue perdiendo poder, y sufrió un
oficial los incitó a la deserción "benol'qd dactuaban en la Banda Oriental un
yq b ' ' ayan o e la debTd d d gran golpe cuando el 20 de julio se conocieron las noticias de la tremenda
ue eJllan a batirnos tropas de E _ 11 a e nuestras tropas
hera aparato" ,IB2 spana y que no podia durar esto, que tod~ 18}Robertson, Cartas de Sudaméru:a, op. cit., T, 11,pp. 87-89. Anteriormente, la fragata Mercurio,
también proveniente de Montevideo, se habia instalado un tiempo delante de Buenos Aires
, l' Por añadidura ' Ia guerra hizo su apari 'ó para hostigar a la población. Un repentino viento pampero la dejó encallada durante un
JU 10, cuando la pequeña "e d . CI n en Buenos Aires el 27 de
b Scua ra sutIl" de la '( d par de días y se hizo un plan para atacarla con tropas y un cai\ón, que finalmente no se
uques modestos y dos cañonera h SI la a Montevideo -cinco
llevó a cabo: ibid, p. 41.
fidelidad de ese puerto al Consej: d~~e abíal.l sido decisivos en asegurar la l~ La cita en el relato de Atanasio Duane, en AGN, X, 6~7-4, Conspiración de Álzaga, Los
sargentos sumariados fueron Francisco de Castro y don Antonio Ramollel, AGN, X, 30-
ral~do amedrentar a la población D g~ncla- bombardeó la costa procu-
qUIen presenció el hecho no s¿lo e acuer o al comerciante]ohn Robertson 2-5, SM, 815,
18~"Autos seguidos contraJosep Casanova, su mujer y Leonarda, muchacha que han criado,
, no se l ogró ese b' . '
HlO [bid, o jeuvo sino que en las por contrarios al sistema del día"; "Autos seguidos de oficio contra Alejandro Martinez
y Domingo Fernandez por sospechosos al Superior Gobierno; "Autos criminales contra
181R.
. levene . "F ormaClón
' del Triunvirato" Manuel Burela por expresiones escandalosas y desacatadas que profirió"; "Contra el ca-
CIt., vol. V, 2° sección 1941 3 2 . en ANH, Historia de la Nación . talán Joseph Tescedor.,."; "Autos Criminales seguidos coOlra Manuel Ribas, gallego por
~81utobiograffa politi~a", B/I./i I~I 'pP'I'6'71'8s persecuciones de Campana vf::as~rJg~ntGma,?~. excesos que ha cometido"; ~Contra Vicente Ramos, maestro de posta.<;.. ,". todos en AGN,
AGN, X, 30-3-1, SM, 905.' ,. , '. orntl,
X, 27~4-2, CCR 1810-1815.

101
100
derrota del Ejércilo del None en el río Desaguadero, la que hizo explícito que . . " 190 El .
ilTIlenlO de 1Jalr,.cios' hasta entonces férreo'
únicamellle una larga guerra permitiría a Buenos Aires sostener su posición. la plaza pe d la y q~ena . reg , dra no se opuso a la transforma-
orle de su antiguo comandante Saa\e .' d 1 ia de aquél en la
Saavedra decidió dirigirse al Alto Perú a supervisar la precaria posición de las sop b . £l'd ademas e a ausenc
tropas y Funes panió a negociar con Montevideo, ante la entrada de fuerzas ción y en esto p~ede ha er m Ul.. o~. la idea de que se había despreciado
portuguesas en la Banda Oriental con el supuesto objeto de defenderla de c,'udad- la mencwnada propagaClon e . perante en el cuerpo, del que
A' ( I d scontento 1m
la ofensiva poneila. En ausencia de ambos la oposición lideró una agitación el lugar de Buenos ,lres ye eL' LOes que, sin oposición militar, el
s ocuparemos mas adelante). o Cler .
-"las murmuraciones siguen con gran fuste", contaba un observador_, que no rd' como nuevo gobIerno.
primero consiguió el desplazamiento de Campana y luego la realización de TriunviraLOse canso 1 abo. mostrarse diferente al de abril ex~
.. d ptiem re procur
un Cabildo Abierto para debatir sobre la problemática situación. Este se hizo El movllluento e se . 'd aban el accionar de los agitadores.
o 1 1 b los mIrones que ro e<
y creó, tras complejas elecciones realizadas entre el 19 y 23 de septiembre, cluyend a a p. e e, 1 beya era .1l1S0S 1aya}.11e. El Cabildo Abierto se había conver- .,
a un Triunvirato coexistente con una Junta Conservadora de los derechos Pero la presenCIa p e le filo ara la elite puesto que ya los limites de qUien
de r:"ernando VII, que era heredera de la anterior pero que poco despUés fue lido en un arma de dob I~' I allí 'que las administraciones intentaran
disuelta.ls6 d' llos no estaban tan caros, ( e . l. b !OIAI
acU la a e . vitar la democraCIa Irecta que esas reuniones lmp lca ano d
. d.
La modificación del gobierno fue otra vez turbulenta. El18 de sepliembre en lo SUCesiVO e . 1 permanencia de la agitación. Luego e
. o procuraron evllar a d
unos cincuenta agitadores presionaron al Cabildo en la Plaza de la Victoria, mismo llemp . , . . causa as por una luov.,l,.zación, tanto laJunta Gran e
d
observados por alrededor de trescientos "mirones, entre lavanderas, verdule- sus respectivas Vlctonas ll d la tranquilidad desde la prensa: en
. " to hicieron ama os a
ros y carretilleros", y al atardecer pegaron carteles llamando a la elección de como e l Tnul1\ Ira . ) .. favor ,le ser "libres sin presentar
11 L G f hiZOun a acuCian a .
diputados para el día siguiente.l87 Un partidario del cambio señaló que el19 julio d~ 18 a acel ao de desorden, de terror y de injusticia", mientra.s que
de septiembre piquetes de tropas se encargaron de que "no e11lrasen negros, espectaculos de tumu t , " . l s americanos queremos ser lIbres;
en octubre y noviembre sostuvo que SI o " I d. .dad")' que
muchachos ni otra gente común ... a fin de que no hubieren desórdenes" .188 d n la moderaclOn ,
..
Preciso es sellar nuestra con ucta co d yd"a 19l1l 191
< ,

Pero este dalO nos dice que había, aunque fuese tácita, una presencia popular . lId f dir libertad con esor en .
(¿para qué apostar .tropas, si no hubiese existido la real posibilidad de que "no hay de.lirio 19u~ a b e ~onl~~ 1 se habían manifestado diversos rasgos
alguien efectivamente se presentase?, ¿estaban otra vez los mirones?). Otro De abnl a sepllem. re e ., al resto de la década: la cir-
de la vida política faCCIOsaque caractenza) nau¡ .. u de predicadores los
testigo escribió ese mismo día que se permitió la entrada "a LOdapersona 1 tina de carte es, a aCClO, ,
decente, y la estorban a las mujeres de todas clases, y gente de medio pelo", eulación de rumores, a pega . los juicios contra los
y que en la plaza "hay varios predicadores, y compradores de VOlOS".169 Según intentos de "seducción" de tropas, ~l,a~aque e;::'~;t~s as eetos incluyeron
Saavedra, la plebe provocó el cambio de gobierno en esta oportunidad: "el opositores, la propaganda en el ~e:~od1Co.To_o en un el~rnento ineludible
a la plebe y su presencia se conv1TllO,en ese an ,
gobierno ejecutivo, que se estableció el 23 de septiembre de 1811 ¿tuvo en de la política porteña.
realidad otro origen que un tumulto de la plebe? ¿Y no se hizo lo que ella
quiso?". Para otro observador adverso, "una porción de facciosos (no extenni-
La segunda práctica: la fiesta revolucionaria
nadas) engendrados en la pueblada o montonera del 5 y 6 de abril, formaron
otra, erigieron una especie de tribunal bajo de la Recova", haciendo cesar a Las fiestas revolucionarias f ueron d..eCISlvaspara ganar a toda .la población
b.¡.d d
la junta e imponiendo aJuanJosé Paso, José Chiclana y Manuel de Sarratea a la causa. A ésta y no a algún grupo d'f1erenCla . do puesto que la mesta 1 1 a
[ ción 193
como gobernantes, "porque estos sugetos eran los que el pueblo reunido en P olilica evitó la .
Idenll.fi . .
caeton 1
pena con un gobernante o una ac ..
Hubo una conducta activa de la sacie d a dIen genera h a cia esas ceremODIas,
a las cuales concurrió masivamente.
HI6 Véase J. L. Busaniche, Historia argentina, Buenos Aires, Solar-Hacheue, 1965, p. 320 Y ss. . d J an de la Rosa Alba BM, T. 1I, voL 1, p. 1122
n
,

La cita es del ~Diario deJuanJosé Echevarria con referencias a los sucesos de Buenos Aires 1\lOEn orden: "Instrucctón de Saave ra ad'" 1 . aclo en 1814 por el movimiento del
(su afirmación es parte del descargo q.ue 10 a ser Juzg
deiS a 6 de abril de 1811 y las elecciones de septiembre del mismo aflo~. BM. T. IV,p. 3616. S y 6 de abril de 1811); Posada~, op. Clt., p. 1428.
187 "Diario de Juan José Echevarria ... ~, op. cit., p. 3624. 1'/1Chiaramonte, Ciudades. provmclas ... ~~p.CIt.. p. 171.
IBa 8eruti, op_ cit., 1960, p. 3800.
191 CBA, T.Il, p. 637; ibid. T. Il, p. 80S; ¡bId. T.IIl, p. 1.
L89 ~Diario de Juan José Echevarrfa .. ~. op. cit., p. 3624.
IQl Halperin Donghi, RG, p. 174.

102 103
Las celebraciones callejeras eran corrientes en la época colonial y se En Córdoba, En Suipacha, En Las Piedras".196 La exaltaciónide las v~ctori.as
preparaban con gran esmero. A las fiestas seculares, como la asunción de un de los patriotas se transformó en un componente clave d~ la nueva Inurgla.
nuc:~ rey en Espaüa o la llegada de un virrey. se sumaban las religiosas y La que en 1811 fue una novedad se convirtió a partir d: 1~12 en un~
tradiCIOnales: Semana Santa, el Carnaval, la del patrono de la ciudad. La plebe práctica anual que, desde 1813, fue denominada fiestas ma~a:. MIentras ~uro
l~~~~ pardte e,n lo~asellas y las fiestas cumplían la función de representación , ntusiasta guerra de la independencia", comentaba un VIsItante extranjero,
ae ,- . 1 1
SIIll o lea. e a umdad de la monarquía y sus stibdilOS.l9~ A partir de 1808 "el 25 de mayo traía siempre buenas noticias,. y eslo pro( UCla entuSIasmo a
se habían mcorporado dos nuevos festejos seculares fijos: el 5 de julio 1 y exaltaba de tal modo a lodas las clases socIalcs, que p~r ese momento no
12 de agosto, aniv~rsarios de la Defensa y la Reconquista: Poco des PUé; dCe 1 cía diferencia de clascs y era verdaderamente maravIlloso ver el general
se la , . M " 1971, 1 b
los sucesos de abnl de 1811, la junta y el Cabildo decidieron agregar u ocijo que caracterizaba en todas partes a as Fiestas ayas. La p e e
f .. dd M
nueva esUv} a nOl1 sancta: tina gran celebración por el aniversario d 1 regt,.cipó activamente de estos festejos quc igualaron simbólicamente a la
R I .. L e a par . d .1.
evo llCIOI1. os preparativos casi paralizaron a la ciudad desde dos semanas iedad porteña, concurriendo en masa a los actos orgamza os o 1 uml-
antes de esa fecha. soc . .. "
do sus casas para la ocasión. Micaela Duarte declaró en un JUICIO que
nI.an .
El 24 de mayo comenzaron los feslejos con el paseo del real estandarte ndo fueron las funciones públicas del Cumpleaños de la Exce enBSTma
cua . . "l~p
ceremonia significativa que se realizaba tradicionalmente en la víspera de SaT~ Junta puso la que declara las luminarias que le pareCIó convemente. . or
Martín, patrono de la ciudad. ~l otro día se lo volvió a sacar para una misa}' su presencia, los hombrcs y mujeres de la plebe fueron coprotago~lstas. de
un Tedeum en la Catedral. Se mauguró además una pirámide alegórica en la todas las celebraciones, las religiosas, las tradicionales y las revolucIOnanas,
Plaza de la Victoria -el primer monumento estable que tuvo Buenos Aires aunque de distinta manera en cada caso. En los dos primeros tipos su pa~el
construido en menos de dos meses desde el 6 de abril. Hubo asimismo des~ estaba preestablecido: se repetía el modelo jerárquico del período colomal,
files de tropas, iluminaciones generales en toda la ciudad por cuatro noches salvo en el caso del Carnaval, que precisamente subvertía efímeramente las
co~s.ecutivas; salvas de artillería, fuegos artificiales, repiques de campanas, posiciones sociales en las dudades occidentales. .
m~sTcas, aTCOStriunfal~, ",r
otra~ infinitas diversiones, como de mojigangas, En las fiestas revolucionarias la forma que tomó la presencia plebeya
masca~as, danzas, y baIles que Instalaron un clima de alegría, "no habién- varió. Cuando se trataba de las dispuestas previamente por las autoridades
dose Visto nunca en esta capital iluminación más cumplida, por la variedad su asistencia se ajustó a los parámetros que ellas establecían. Fue lo oc~:rido
de ella, y costo, pues ardían en muchas partes hachas de cera, en olras vasos ellO de diciembre al jurarse en la Plaza de la Victoria el Estatuto ProvlsIOnal
de colores, y en otras faroles de vistosa construcción". 195 que había sancionado el Triunvirato. Desfilaron las tropas llegadas del recién
El centro de la conmemoración fue la Plaza de la Victoria (en uno de sus levantado sitio de Montevideo)' hubo una gran concurrencia. La Gaceta lo
accesos se. ~olocó una gra~ puerta "con la estatua de la libertad"), pero la fiesta celebró: los habitantes que "habían brotado nuevamente de los infinitos senos
se extendlO a todos los nncones. En diversos barrios se organizaron bailes, de esta ciudad", mostraban regocijo)' "eran agradabilísimos los coloquios
des~laron comparsas, se erigieron arcos triunfales, se iluminaron las calles y de unos con otros, de los hombres ilustrados, del vulgo".199 Pero la partici-
se dieron refrescos. En la plaza principal se representó un "melodrama" en pación de éste en los festejos sin preparación creó malestar entre miembros
el cual u~ prisionero rom~ía sus grillos y cadenas mientras algunos pájaros de la elite. Alguien que se autodenominó El imparcial publicó en el mismo
emprendTan su vuelo, al tiempo que se estimulaba al entusiasmado público periódico sus preocupaciones, luego de haber asistido a una celebración que
C?I~ ~~engas a las que "éste respondía con frases, del tipo "¡Viva la libertad no había sido organizada sino que se produjo la noche del 28 de noviembre
CIV1l.. En banderas o arcos gallardctones" se hacían inscripciones alusivas cuando las campanas repicaron en toda la ciudad al recibirse la noticia de
a la nuev<\ causa, como Día grande, memorable y sin segundo / Honrado en que el ejército revolucionario había recuperado Cochabamba:
los fastos serás del nuevo mundo, o Para completar nuestro deseo ¡'Pronto
caerá M~ntevideo. También las comparsas portaban leyendas, como la que
1% NÚñez, op. dt., pp. 480 a 482.
llevaba una gran bandera que proclamaba: la patria triunfante, y una, en 191 Robertson. Carlas de Sudamt'rica, op. cil., 1950. T. lll. p. 77.
196 Los acusados en la causa, "Casanovas)' la Leonarda decían que aquellas luces eran para los
cada ángulo del salón, que contestaba con otras banderas: En Buenos Aires,
demonios"; en u Autos seguidos contrajosep Casanova ...•. , AGN, X, 27-4-2, CCR _1810-1815.
19't Garavaglia, "El Tealro del Poder ...•• , art. cit., p. 11. 199 CBA, T. lll, p. 36 (3 de diciembre de 1811). U. gran cantidad de gente lamblén fue des-
195 Beruti, op. cit., 1960, p.3788. tacada por Beruti, op. cit., 1960, p. 3808.

104 10'
i VIVA EL IMJU I'Ul:-lILU:

como por encanto me hallé en la caU . !


nuevas habia recibido el ~ob' d e, corn como los demás a saber que Un semestre más tarde del primer aniversario revolucionario las fiestas
g lemo escaba en
"o, . mostraban otra cara ante la elite. La adhesión a la nueva situación parece ha-
pasar el resto de la noch d Contrar patrtotas con quienes
e, entonan o hyrnnos d I ber sido genuinamente extendida: esta descripción dista de las visiones sobre
Supremo por la singular protec '. e a egria y gratitud al Ser
Clon con que decidid la pasividad de los emponchados del 5 Y 6 de abril. Pero las consecuencias
suspirada libertad' dirig¡.me .1 I amente protege nuestra
• a a paza mayor pe no buscadas de esta identificación eran las corrompidas expresiones -que
que venia de vuelta encontrada d ' ro un gran pelotón de gentes

I
t b ,ocupan o toda la calle no d' . lamentablemente para nosotros el cronista no quiso reproducir- y el abierto
u e que retroceder y esperar que pasasen las ,.me eJo pasar,
trozo se componía de una multitud d Id d qUahlTOesquInas, el primer ataque a los peninsulares, en el que la elite era tan oscilante. El epíteto sarra~
eso a os e usmayg d ceno fue muy corriente en estos primeros tiempos revolucionarios; remitía
unos y orros con visages y d ("mostracIOnes
. '
groseras en d
ente e color' 201
palria, llenaban el ayre de' ' vez e gritar viva la a los moros, combinando la situación de extranjero con la de hereje. La

I
. expresIOnes groseras que . I >1 participación en los festejos inorgánicos -en los cuales no existieron los
ni el decoro permite se repilan. ni e pape puede sufrir,
cuidados que se tomaron en las fiestas de mayo, cuando se mandaron cerrar
Así, sin un programa previo como hab' . "todas las tabernas o casa pública de venta de bebidas fuertes, saliendo mu-

I
ciones, miembros de la plebe odí d la ocurndo en las otras celebra. chas patrullas rondando la ciudad, y sus alcaldes de barrio"_lo2 dejaha lugar
soldados, chusma y gente de c~l a(~.~ ueñ~rse del espado festivo. Había a movimientos más espontáneos de los plebeyos. El episodio muestra que las
presando su alegria de una f or I erenClada de la chusma blanca) ex- fiestas no pueden interpretarse meramente como una forma de cooptación por
arma que no agradaba al bl ..
merece abordarse in exlenso: pu IClsta. El asunto parte de los grupos dirigemes, sino que también los plebeyos contribuyeron
a moldearlas. De todas formas, no contamos con más daros de episodios de
la música ocupaba el centro , donde.bI an unos pocos ofi . 1 . este tenor, aunque es posible que haya habido otros no registrados.
sostenian en su porte toda I Claes, y aunque estos
a compostura y modestia
caracterizar una clase tan disf 'd' en su porte que debe
la primera división los grit ~ngUl a, como entre ellos no faltaban gentes de La tercera práctica: el motín militar
. ,os e estos no solo sofocaba 1 . d
SinO que impedian con sus h . n os Vivas e aquellos,
ano rosos aullidos oir la . . Junto a las intervenciones en los conflictos facciosos, a la presencia en los
la música acompañaba La ú!( d".' ' canCiónpatnótica que festejos revolucionarios, y en medio de la agitación política del año, surgió
. lma lVlSlónse componía d [ '1.
que a lo leJ.osquerían y . e ami lasconocidas; una tercera forma de participación política plebeya que se enmarcó en los
, no se atreVlan á mIl
de pasar todos, y aunque éste . I ezc ~rse en a turba, acabaron cuerpos militares, tanto milicianos como del ejército regular. Nos referimos a
desaforados, que un concurso ;::;~a~~ ~ parecla l~as bien una manga de los motines protagonizados exclusivamente por sargentos, cabos y soldados,
resolví sin embargo á acom ñ I .. ombres vIrtuosamente libres, me sin intervención de los oficiales. Ya hemos consignado que el grucso de la
pa ar a commva creyendo I
patriotas arreglarían con el t" ' ,que a gunos buenos tropa estaba integrado por miembros de la plebe, mientras que la oficialidad
lempo aquella desordenad .
poco rato quedó borrada I '1 '. d' a proceslOn, mas á la formaban casi exclusivamente individuos de la elite y los sectores medios.
a 1 USlon e mI esperanza 1i d 1
tienda (europeos los mas) I _ . o os os mozos de El primero de estos motines plebeyos fue el del regimiento de patricios, el 7
y as senoras que aun eSl b
a sus puertas, ventanas y balcones . a an en sus casas salieron de diciembre de 181 L
epiteto de sarraceno y ave d ' p~ro msultadas aquellos con el funesto El ejército habia comenzado desde mediados de afio un proccso de
rgonza as estas al oir las 1 b d
la vanguardia se encerr . pa a ras in ecentes de profesionalización para una guerra que amenazaba ser larga y el Primer
, aran repentmamente
una escena tan desagradabl' . h ' por no ser espectadores de Triunvirato buscaba limitar el poder de las milicias urbanas. Belgrano, quien
e, qUise acedes una re .
el tono agrio con que m convenClOnamistosa, y habia sido sargento mayor de patricios cuando el cuerpo se formó en 1806,
e contestaron me obligó á d . . d I
volverme á casa á llora eslStlr e a empresa y fue nombrado su comandante e inició cambios disciplinarios, cuyo resultado
, r en secreto esta desgr .
de profanar las fiestas cansa d . aCIa... ¿Hasta cuando hemos fue que "se levantaron los sargentos, cabos y soldados, desobedecen a sus
gra as á un Justo desah d I
corrompidas expresiones?200 ogo e gozo con estas oficiales, los arrojan del cuartel, insultan a sus jefes, y entre ellos mismos se

~Ol A. Flores Galindo, Buscando un Inca. Identidad y utopía en los Andes, México, Grijalbo.
100 GBA. T. IU, p. 37 (3 de diciembre de 1811). 1993, p. 252 .
• 02 Beruti, op. cit., 1960, p. 3788.

106 107
nombran comandantes y oficiales, se dis saavedrista, desplazada del poder en septiembre de 1811. Otros compartie-
sus reclamos, "imposibles de se dY .. ponen a sostener con las armas" ron la idea de una identificación del motín con ese grupo, pero difirieron al
d . r a milIcias . d
e sus Jefes, y nombrando a su a b.l . ,SIen o entre ellos la mudanza suponerlo producto de la espontánea voluntad de los patricios y no fruto de
. r 1 no otros" 203
La feaCClón de las autoridades fue rá 'd . una conjura. En ambos casos las trenzas aparecían como una excusa. Por su
los rebeldes de que les convenía d" pi a y eficaz. Procuraron persuadir a
• •• < ren Irse pero estos . parte, algunos autores de historia militar descartar~n de plan~ 1~importancia "
su poslcIOn. Fueron enlonces al d se mantuvieron férreos en del corte de pelo y centraron el conflicto en la pérdIda de la rnlStlca del cuerpo
aea os en el cuartel d d
por e l resto de la guarnición de 1 . ti d ( on e se atrincheraban y el relajamiento de la disciplina.208Más allá de la indudable conexión de los
unidades que habían asediado M a ~lU'da reforzada por el regreso de las
patricios con Saavedra, la cues.tión d~ las trenz~~ ~arec~. se.r central, puesto
se levantó el sitio) y debieron °d~ eVI eo hasta que se firmó un tratado y
ren use tras un comb t . que el motín se originó por la dIferencIa entre mIlIcla y eJcrclto regular, como
El repudio fue enfatizado' "el . . a e muy vlOlento.
disolución del sistema", sostu'vo L:¿;~~;~
~~ anarq~í~ pr~paraba la entera
veremos en seguida.10\!
El episodio comenzó cuando, ante la ausencia de varios soldados en la lista
que se mantuvieron fieles inundaron el er'ió ~s fch:uaclOnes a las tropas hecha en el cuartel del cuerpo la noche del 6 de diciembre, el teniente don
más que palabras: el Cabildo les ob .~ b dICO ofiCIal, y se les brindaron
Francisco Pérez anunció que cortaría el pelo de aquel que faltase a otra lista.
cibieron un sueldo íntegro con fond~sqUl.~~ undante carne, pan y vino y re-
La trenza de los patricios era un distintivo exclusivo del cuerpo Y cuando el
y los deudos de los leales fallec.d pUb'.ICOSde la ciudacL A los mutilados
1 os tam len se le . ¡. teniente lanzó su amenaza un soldado dijo que "eso era quererlos afrentar",
Fueron sargentos cabo ' Id d s otorgo e mero. lOS
d .d. ,s } so a os ¡os q d ... otro que "primero iría al Presidio." y algunos gritaron que "más fácil les sería
eCI Ieran Ulilizar las armas. De allí la ve! . ue mgIeran los reclamos y cargarse de cadenas que dejarse pelar". Informado, Belgrano recorrió el cuar-
mental y el ataque furibundo a poco d h b aCIdad de la respuesta guberna-
tel, hallando todo en calma, y dijo a Pérez que "si se movían los acabasen a
también la fuerte represión' 1 eh a. er empezado el problema' de ahí
. os once ca eCIllas f "d ' balazos", pero no pudo evitar que a poco de haber partido estallara la suble-
por 1as armas, puestos á la espectacion úblic "ueron. e,gradados, pasados vación. En el cuartel había unos 380 integrantes de un cuerpo que contaba
penas carcelarias 206 Las _ p a ,sanclOnandose a otros con
. companfas P y 2a d con un total de 1176 miembros de tropa. Bclgrano regresó pero fue rechazado
del cuerpo fueron disueltas por haber' .. edgr¡anaderos y la 1a de artilleros con gritos de "muera" Y tras su retirada los soldados se armaron, tocaron
l' . . IniCIa o a "s d' .. " .
e mas prestigIOso de Buenos A' . e 1C1On . El regmüento el tambor para congregarse en e! patio y liberaron a los presos que estaban
l" Ires, paso de ser el . '
a qUima pOSIción y el término p t '. f nu.mero uno del ejercilO a en el cuartel, al tiempo que obligaron a los oficiales a abandonar el recinto.
militares. anclaS ue extendido a lOdos los cuerpos
Los amotinados alcanzaron a las autoridades un petitorio redactado por
El motín fue llamado "de 1as trenzas" por I h' . cabos del regimiento (empezó a escribirlo Agustín Quiñones pero "quien lo
a fi rmaciones del general Ro d a Istonografía, tomando las
, nau~M~I~ d'" . dictó fue el cabo José Santos ... sin embargo que el cabo Carasola empezó
aseguro que la sublevación oh d . '1 que mgló su represIón- quien
e eclO a a orden d B 1 ' dictando tres o cuatro reglones"). Un capitán que había sido enviado a disuadir
cortase a todos sus individuos 1 l d e e grano de que "se les a los participantes fue tomado de rehén y luego se lo invitó a colaborar, pero
¡ R . . a renza e cabello 1.
os eglm¡entos y Batallones . 1 ' pues era e unico de todos
d 1 h' que aun a conservaba" 201 La . se negó diciendo que "luego habían de decir que él los dirigió". El mismo
e os lstoriadores sobre sus caus h .d . s lTIterpretaciones oficial sugirió más tarde que quitaran los caftanes que habían ubicado en
1a 0plmon
.. , que enarboló e as an SI o div ersas. Al gunos siguieron
TI ese momento el b'
razón se halló en una instigación d 1 I go. lemo y consideraron que la la;Un ejemplo de la primera postura en Mitre, op. cH.; de la segunda en J. M. Rosa, lA
e evantamIento por parte de la facción Historia de nuestro pueblo, Buenos Aires, Video, vol. 1; de la tercera en U. Muschieui, "Las
unidades veteranas del primer ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata .1810- y
lO] lbid, p. 3809 su continuidad hist6rica~, Revista Militar, nO 717, Buenos Aires, 1987, Y en 1. Ruiz Moreno
l04GBA T Il . y M.A. De Marco, Hiswria del Regimienlo 1 de lnfanteria Patricios de BuenoS Aires, Buenos Aires,
d ,. 1, p. 47 (lO de diciembre de 1811) p
e hospital para atender a los atacantes herid . araJthn Robenson, cuya casa fue usada
o Edivérn, 2000.
~u~~ame9nlte)preocupante que podia conducir : );~~ uer~n(vCarios-, se trató de un hecho 209 Lamentablemente la causa judicial que se levantó al terminar el episodio se encuentra
l~ ' p. . arqma arras de Sudamérica op cil en manos privadas y no en archivos públicos, con lo cual haremos referencia a ella a través

GGBA,.
GBA, T. lII, pp. 49 a 51 (13 de diciembre de ' . ., de las citas que hizo Ernesto Fitte (op. cil.), quien también defiende la hipótesis -aunque
~ ~~r;o ~el¿812)4'9AviSO oficial del4 de enero
'" C' ,. ,.p. .
d~8:~?t;g~. ~' ~/¿_~;
' ,.
T. 1II, p. 87 (4
,oblemo (Indice).
aclara que no hay pruebas al respecto- de que el levantamiento fue obra de una manipula-
ción de los saavedristas. Todas las citas del sumario que se hacen a continuación provienen
H. en E. Fltte,op. cit., p. 16.
de dicho libro.

lOS lO9
¡VIVA EL SAJO PUEBLO!

la puerta del cuartel, pero le Tes 10ndier '. .


no dieron en d blanco' ." _ I on disparando le algunos tiros que librcs y no corno a tropa de línea",2l1 Los patricios actuaron al sentir que
, dCClO11 que concluy' 1 b
Buenos Aires para medl'ar T b. J . () por la er llegado el obispo de sus derechos como milicianos no eran respetados, lo que permite explicar
. • . 3m len Ose eh' 1 1" , su intransigencia en las negociaciones pese a estar rodeados de fuerzas
ahora mtegraba el gobi rile al1a, que labIa Sido palnciO)'
emo, ue a par amentar . ., .
mucho más numerosas. El cuerpo era el más imponantc de la ciudad hasta
o • _

SI dcpban las armas 1)('1"(1110 1I • } promctlO Tensar los pedidos


, se ego a un arregl' d" ese momento, pero era miliciano, es decir integrado por los habitantes de
Castelli y Domingo Frcncll _ . o, acu ¡eron IllegoJuanJosé
, qUIenes tampoco con" d
tuvo el edecán de turno ca ",' I 'b I .slgUleron na a. Mejor suene la ciudad y no por soldados veteranos (del ejército regular). El entusiasmo
' pi an garza -a , qUIen logró 1 . despertado por la Reconquista, la Defensa y la Revolución, que había per-
d e uno de los canones acced' . que os servidores
lel an a entregarlo pi.
genlo !v1anuel Alfonso obligó a l d ' ero a Intervención del sar_ mitido movilizar a parte de los patricios en las primeras campaúas de 1810,
exigió al ca i ' o os a permanecer en sus puestos y ¡uc se había ido evidentemente apagando cuando la guerra empezó a alargarse,
fieles al gOb~e~~l: qq~~~~~te~~annlinluar,las Itnullati\'a: debí~n retirar~e las trop~~ obligando -más aún despues de la derrota del Desaguadero en julio- a acelerar
1 ", <
(e la, Ul1Ion que se encontraba con los reheld
e cuarte. n artdlero 11 JI' I 1
. . 19 es (e os ~atnotas
. la profesionalización del ejército, tarea que intensificó el Triunvirato.21l El
ContInuación al enviado "eo 1 lb. e.s, .Rlcardo Nonfres, Insultó a proceso implicaba una homologación creciente de los cuerpos militares yel
O' n as pa a rdS mas InSolentes 'd lugar privilegiado que los patricios habian detentado hasta ese entonces se
Ira vez 1I1tentó un parlamento el Cler e In eeorosas",
Juan Herrera Sostuvo "que n() s' 1 ' b o, pero ~o hubo acuerdo y el soldado perdía gradualmente. De ahí que el cortarles las trenzas, distintivo del regi-
, . - e (e]a an enganar" - -' l miento, fuese una arrcnta para sus integrantes, Si los oficiales parecen haber
el pelltono era mejor "morir como chinches" C YdlJl~C~ ,no e~ ~ceplaban
chaba "se rompió el fuego por p'ute el 1 .' uan o a elegaclOll se mar. aceptado los cambios, que de todos modos les garantizaban su posición en
cañones" (posteriormente se cu,< . l e os ~nsurrectos que Custodiaban los la nueva estructura, entre la tropa la percepción fue muy diferente y quienes
autor del primer disparo con ,1 :~ ~ menclOna~o Nonrres de haber sido el la componían se sintieron atacados en sus derechos.
e canon que manejaba) S . . '- I
alaque de las trol)as que estal '
. .'
r
Jdn a uera y cn un eua t d 1
. e IlllClOI entonces' , el En los puntos siguientes del petitorio, los sargentos, cabos y soldados
se nncheron; algunos habían esea ado r o e UlTa os patnclOs rebeldes solicitaban un cambio en la oficialidad, proponiendo principalmente
pardos, donde rucron apresado' API por lloS techos al vecino cuartel de al capitán Juan Pereyra. quien había integrado el cuerpo, como coronel en :1
s. menos oc 10 de lo' b Id ' lugar de Belgrano. Más que sei'lalar que aquel organizara el movimiento -no
e J combate r los mencionado Alf ,_ s re e es muneron en JIl'
a Olros tres sargentos dos c:b on~o, QUlllones, Herrera y Nonfres, junto fue siquiera sospechado por el gobierno-la demanda indica la misma situa-
muerte, Ninguno de eÚos era 1Ios )d' °ds sol~ados fueron los condenados a ción: recuperar a un oficial respetado, que "tenía en el cuerpo de Patricios 11
< ama o on titulo q , 'b' I más prestigio que Saavedra", como forma de volver al pasado reciente. Elegir
del cuerpo. Los restante'" red di' , ue SI reel Jan os oficiales
condenados a diez años de
..• actores
' l'
e pelHorio
l'
e ,araso
1
a y Santos, fueron oficiales era precisamente lo que los milicianos habían hecho en el momento
"

i(
preSI( 10 a IJ?;ual que t . , de la formación de los cuerpos, con 10 cual no había nada novedoso en el '1
de la tropa (solamente un ofi . I Ir'.. o ros qUlllce Integrantes
cla ,a erez luc cons'd d " reclamo,213
mcnor en la insurrección y I "d' _ l era o como Implicado
se o envIO os anos a "') S '
los mismos miembros d '1 'r '. . pnslOn. us Jueces fueron Un antecedente de este levantamiento -aunque aruera de la dudad- fue la
como modo de '1
e nunvlfato
_ '
qUIcne"fi 1
s JUSlI lcaron a pena capital deserción masiva de milicianos de caballería el 27 de julio de 1810, cuando la
:1
. eVItar a anarqUIa.2lO
expedición que envió laJuma al interior se adentró en territorio santafecino.
Es CIertamente posible que al uno d I
yan impulsado un I ,g s e os derrotados en septiembre ha. No conocemos la procedencia de los soldados y es probable -tratándose de
, cvantamlento del cuerpo el b' ,
aunque no har ningún dat l' d' para esesta ¡!Izar al gobierno, cabatlería- que muchos fueran de la campaña, pero lo que nos interesa son
de llamar la atención la fé~r~u~ o III .Iqu~._Pero, de todos modos, no deja
Para entender sus razones eter~11lnaClOn de Jos dirigentes del motín. ¡n. Ibid, p. 92
es necesano examin 1 . . 212 E. Loza, ""organización militar (1811-1813)"', en ANH, Historia de la Nación Argentina,
los cabos que se elevo' al b' . ar e petllOrlo redactado por
go ¡erno En su pnme d fi op. cit, vol. V, 20 sección, 1941.
la protesta' "Qu' .' r pUnto se e ne la clave de 11l El testimonio es de Domingo Matheu, cíl. en Fine, op. cit., p. 99. Halperin Donghi marcó
.. lere este cucrpo qu e se nos trate como a fieles ciudadanos
la congruencia del pedido de los milicianos con la práctica previa, en RG, cit., p. 205. Para
este autor, que no se detiene en la cuestión de las trenzas, el episodio puso fin a las formas
llO Todas las citas -exlrald . d d'C de militarización urbana creadas durante las invasiones inglesas y, por ende, al relaLivo l.
91,100 a 108, 121 Y 125. as e I eremes declaraciones- en Fine, op. dl., pp. 86, 87, 90, grado de democratización que había acompañado a su surgimiento (en su "Militarización I
revolucionaria ... , arto cit.). ¡,
lIO
GABRIEl. DI MEGUO

los argumentos que dieron a su capitán para desertar. Luego de recordarle


la fidelidad incondicional que le habían brindado en el cercano pasado, "se
me presentaron en lUmulto cuarenta y un hombres desiendome que ellos
estaban prontos a la defensa de la patria y de la religión", pero que los habían
movilizado "para dos o tres dias y que allandose en pais extraño en cavallos
mOnlados y la ropa puesta y cin un real para sostenerse ... les era honroso
bol verse a su pais". Los milicianos tenían corno fin la defensa de la patria 1
(Buenos Aires). Al sentir que no se cumplían las condiciones necesarias
para una tarea que además iba más allá de su razón de existencia, se generó Capítulo III
el abandono de la comitiva, que los implicados consideraron justo. Fermín
1
y Pedro Ramos, los soldados sindicados como impulsores de la deserción "Nuestro sistema": política y guerra
-"seductores"-, fueron condenados a seis años de prisión y los demás fueron
castigados a estar ocho aii.os en el servicio de las armas.114 (1812-1818)
Volviendo al motín de las trenzas, es necesario destacar un aspecto más:
en el confiicto apareció fugazmente en juego la diferencia social entre oficiales "Todo respira el desterrar la esclavitud y en n~es~~o sis,tema ~e han
y tropa. Otra vez, como en las jornadas de abril, fue a través de la vestimenta. d l do todos los partos libres". El moreno libre Hllanon Gomez, pobre
Cuando el teniente Pérez replicó a un soldado que si cortarles el pelo era una . cc :~:ro" remató con esta frase su solicitud al gobierno de junio de 1815 en
afrenta "él también estaría afrentado pues se hallaba con el pelo cortado", ~~r;uc ped~a que su hermana, una esclava del Esta?o que ~e ~allaba ~n~~rma,
otro soldado, "en tono altanero", le gritó "que él tenía trajes y levitas para no fuese tasada otra vez; así se evitaba su venta nuentra~ el mte~tan~16 tr cu-
disimularlo". mEl autor de esta frase fue arrestado ("estaba bastante cargado briendo, poco a poco, el valor del peculio" para que. ~udlera ~er lIbre. El fin
de la cabeza", es decir, borracho) y el eje del posterior motín estuvo en el de la esclavitud estaba aún lejano, pero la declaraclOn de Gomez ~s un buen
otro aspecto recién consignado, pero el episodio llama la atención acerca de indicio de que para los miembros de la plebe porteña la etapa abierta co~ .la
otro antagonismo velado, de corte social y expresado aquí en la vestimenta, Revolución implicó algunos cambios importantes o al menos la percepclon
que es muy importante para explicar la configuración de una práctica que de que éstos eran posibles. La condición social de la mayoría de los plebeyos
abarcó todo el perfodo, la veloz y decidida reacción de las autoridades ante casi no se modificó, pero sus vidas se vieron profundamente afe~t~das por
los motines liderados por plebeyos. los avatares de las luchas facciosas, la politización de la vida coudlana y el
El motín fue el último acontecimiento significativo de 1811, un afio clave, esfuerzo bélico. Este capítulo explora la relación de los miembros de la plebe
fundacional. Tres prácticas de movilización política de la plebe porteña, en urbana con la nueva política y con la guerra independenti~ta e~trc 1812 y
principio desarticuladas entre sí pero coincidentes en tiempo y espacio, se 1818, es decir, durante la mayor parte de la década revoluclOnana.
iniciaron en ocho meses, de abril a diciembre. Se constituyeron en la base de
)0 que se volvería un repertorio de acción política de los de chaqueta, poncho
y chiripá, los que no tenían trajes ni levitas, destinado a durar en Buenos La plebe en los enfrentamientos facciosos
Aires. Su identificación plena con la ciudad y con la nueva causa, junto a
su presión para combatir interna y externamente a un enemigo claramente"
definido, que no eran sólo los que se oponían al nuevo gobierno sino todos los años de la logia
los peninsulares, contribuyeron a fijar el rumbo revolucionario. A partir de 1811, las luchas entre los grupos revolucionarios.comenza:on
a ser dirimidas principalmente a través de movilizaciones cal~eJeras que 1m.
pUcaban una velada amenaza de uso de la violencia. La práctica se mantuvo
porque la división de los dirigentes en facciones se transformó en un rasgo
m A.GN, X, 29-11-2, SM, 292. Declaración del capitán Gregorio Cardoso y resolución.
m Cit. en Fine, op. cit., p. 72. 216 AGN, X, 8-9-4, SOCM, 21 de junio de 1815.

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