Guía de ambientes de aprendizaje idóneos para fomentar una adecuada formación en

los educandos de Educación Inicial, Subnivel 1, 2 y preparatoria.

Los ambientes de aprendizaje son lugares de convivencia para las niñas y niños en sus

etapas de desarrollo psicomotriz en el cual se integran, comunican e interactúan con otros

compañeros, con los docentes y con la comunidad educativa, lo cual les permite estimular el

desarrollo motriz, cognitivo, emocional y social.

Provoca en las niñas y niños asombro y curiosidad la cual incentiva a su investigación

y desenvolvimiento, estimulándose a cumplir las actividades creadas por los docentes que les

permite desarrollar sus destrezas, se debe tomar en cuenta que las actividades sean acogedoras

y que estén al nivel educativo que aprende el estudiante, así esta le permite desenvolverse sin

presionarse y que termine aburriéndose de realizar la actividad.

“Los recursos y materiales son parte fundamental del proceso de enseñanza

aprendizaje ya que permiten un aprendizaje de manera global, por lo tanto, es fundamental

llevar a cabo tanto en el nivel inicial como en el nivel preprimario la implementación de

material didáctico para llevar a cabo las actividades diarias con el propósito de contribuir al

adecuado desarrollo de las diferentes áreas a trabajar con los niños” (Mutz.C, 2018, p.91).

Las características de los materiales deben incluir:

 Mantener un estado óptimo de conservación y estar limpios, siendo no

perjudiciales para la salud de los niños, además de ser apropiados para su edad.

 Los materiales deben ser atractivos para los niños, presentando formas diversas

y llamativas que capten su interés.

 La variedad en colores, tamaños y texturas debe ser un aspecto importante en

la elección de los materiales.

Se debe priorizar la interactividad de los materiales para que los niños puedan explorar,

manipular, observar y agrupar objetos, promoviendo así un proceso de enseñanza-aprendizaje

efectivo.

Para la organización de los rincones, es fundamental tener en cuenta lo siguiente:

 La cantidad de rincones a implementar debe estar relacionada con el espacio

disponible en el aula. Se recomienda, como mínimo, organizar dos rincones,

siendo uno de ellos el rincón de lectura, siguiendo un enfoque metodológico

flexible.

 Para permitir que los niños se desplacen de manera libre y participen en cada

rincón, es aconsejable retirar el mobiliario como escritorios y sillas del

docente, ya que el espacio en las aulas suele ser limitado. Además, las

actividades lúdicas planificadas implican una constante movilidad tanto de los

docentes como de los niños.

 La selección y cantidad de material es esencial, y debe permitir la participación

de todos los niños según la planificación. Se debe basar en actividades que

despierten el interés de los niños y que estén relacionadas con sus propios

intereses, lo que garantiza la motivación, la atención y la participación activa.

 El material utilizado en los rincones debe ser atractivo y capaz de despertar el

interés de los niños, adaptándose a las particularidades del contexto.

 Es importante mantener el material organizado y clasificado adecuadamente,

prestando atención a la presentación de los rincones para crear un entorno

atractivo y ordenado.
  La organización de los rincones debe estar en consonancia con la experiencia

de aprendizaje planificada, los objetivos del docente y las habilidades que se

deseen fomentar en los niños, asegurando así un ambiente de aprendizaje

coherente y efectivo.

Las actividades que contendrán la guía didáctica de aprendizaje deben ser previamente

analizadas en el entorno que se planea manejar, esto con la finalidad de obtener un desarrollo

del aprendizaje de calidad donde las y los estudiantes puedan desenvolverse con bastante

facilidad y puedan reconocer los procesos que están realizando mientras aprenden de manera

efectiva, en esos aspectos se plantean las siguientes actividades en la guía didáctica:

Huertos Escolares:

Los huertos escolares representan una oportunidad única para el desarrollo de los

niños, ya que les permiten construir su propio conocimiento y fomentar el pensamiento crítico

en relación con el entorno. Además de esto, el trabajo en huertos escolares promueve la

sociabilización, la cooperación y la responsabilidad entre los estudiantes. Es crucial que tanto

las instituciones educativas como los hogares brinden a los niños una interacción directa con

estos huertos.

En la propuesta que se presenta, se utilizan actividades que involucran materiales

reutilizables y tangibles para enseñar a los niños sobre el cuidado del medio ambiente. Los

huertos escolares ofrecen experiencias que ayudan a cultivar valores de amor y respeto a

través de la interacción, la investigación y la experimentación.

Dentro de esta propuesta, se realizan actividades en huertos caseros en las que los

niños participan activamente. Esto fomenta la interacción con sus familias, docentes y el

entorno natural, lo que es esencial para el desarrollo integral de los niños. Trabajar en los

huertos les brinda a los niños la oportunidad de adquirir conocimientos de manera única,
explorar, experimentar y comprender su entorno. Además, se promueven valores de respeto

hacia el planeta y la educación ambiental.

Este enfoque también está relacionado con la educación ambiental, que busca

sensibilizar a los niños sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y desarrollar una

conciencia ecológica desde una edad temprana.

Las tres R

El proyecto de investigación se centra en el tema de las "3R" (Reducir, Reutilizar y

Reciclar) como un medio para concienciar sobre la importancia del cuidado del medio

ambiente. El objetivo es crear actividades que fomenten en los niños el amor y la

preocupación por nuestro entorno natural. Según Peláez y Hernández (2019), las 3R ayudan a

los niños a desarrollar la educación ambiental, con el propósito de sensibilizarlos y promover

valores de cuidado y actitudes reflexivas.

Los niños desempeñan un papel crucial en la transformación del medio ambiente, por

lo que se proponen actividades que les permitan adquirir experiencias y habilidades, con el fin

de que puedan reflexionar y desarrollar competencias para abordar los desafíos y las

necesidades sociales que surgen en su vida diaria.

En este contexto, el trabajo de investigación presenta una serie de actividades que

ayudan a los niños a crear conciencia sobre la contaminación ambiental y a promover la

implementación de las "3R", conocidas como las "tres erres de la ecología". Estas actividades

buscan inculcar valores y prácticas que contribuyan a la protección y preservación del medio

ambiente.
 Educación Ambiental

La educación ambiental, como se menciona anteriormente, implica que los seres

humanos asuman la responsabilidad de sus acciones y reflexionen sobre lo que es beneficioso

o perjudicial para el entorno. En esencia, la educación ambiental se centra en la

responsabilidad de las personas en su forma de actuar y en el cuidado del medio ambiente. Es

esencial fomentar la conciencia desde edades tempranas para contribuir a la restauración del

daño que se ha causado al planeta a lo largo de los años.

De acuerdo con Anilema (2019), la educación ambiental no se limita a un concepto

teórico, sino que requiere que las personas lleven a cabo acciones positivas en relación con el

medio ambiente. Esto implica que las personas deben poner en práctica conductas

beneficiosas para el planeta en su interacción con el entorno natural.

El contacto frecuente con la naturaleza proporciona experiencias significativas que

contribuyen al desarrollo de la conciencia ecológica a lo largo de la vida, influenciando

positivamente la forma en que las personas se relacionan con el medio ambiente hasta la edad

adulta.

Huella Ecológica.

La huella ecológica es una medida que se utiliza para evaluar el impacto humano en el

planeta, representando el área ecológicamente productiva necesaria para sostener las

demandas de una comunidad humana específica, ya sea un país, región o ciudad. Este cálculo

considera tanto los recursos requeridos como los residuos generados para mantener el modelo

de producción y consumo de esa sociedad, según lo señala Dioses (2018, p. 18).

 Dioses plantea que la huella ecológica refleja el impacto ambiental generado por la

demanda de recursos y los desechos que producimos en la Tierra. Esto subraya la importancia

de educar a las personas sobre la necesidad de cambiar sus hábitos de consumo, adaptándolos

a sus necesidades reales, con el objetivo de favorecer la conservación del medio ambiente. La

educación ambiental desempeña un papel fundamental en este proceso de concienciación y

cambio de hábitos.