En la antigua Grecia, Aristóteles, entre otros grandes pensadores, quiso
descifrar el enigma del hombre al explorar de forma científica la naturaleza humana. Como resultado, desarrolló el primer modelo de comunicación conocido, el cual ha tenido una gran influencia en posteriores esquemas comunicacionales. De igual forma, definió la comunicación retórica como “la búsqueda de todos los medios de persuasión que tenemos a nuestro alcance”. El modelo aristotélico es lineal y considera tres componentes en la comunicación: el orador, el discurso y el auditorio. Enfocándose en torno a los intereses del emisor, como se plantea a través del ethos, el pathos y el logos, donde la disposición de los elementos y del resultado parece depender del orador, careciendo así de retroalimentación. Este enfoque de la comunicación está centrado en el emisor, le brinda el rol más importante y es el único activo. En consecuencia, el receptor es un agente pasivo y se encuentra influenciado por el mensaje. Debido a este, se considera que al modelo aristotélico como un proceso unidireccional del emisor al receptor. Sin embargo, el concepto de comunicación ha evolucionado a grandes pasos desde la época de Aristóteles. A mediados del siglo XX, Lasswell, considerado el padre de la comunicación, planteó que existen más actores e interrogantes que el emisor, el mensaje y el receptor, añadiéndole el canal y el efecto, manteniendo la visión causal de las consecuencias del mensaje del emisor en el receptor. De igual forma, existen modelos circulares en los cuales el receptor es un elemento activo y no solo quien recibe el mensaje. Tomando como ejemplo a De Fleur, quien resalta el instrumento del feed back durante el proceso. Por otra parte, Osgood y Schramm se enfocan en los actores comunicacionales, viéndolos como puntos de origen y destino idénticos. Ambas teorías, adaptan los elementos del modelo aristotélico y lo amplían al darle protagonismo al receptor. En retrospectiva, podemos decir que Aristóteles sentó las bases del entendimiento de un proceso mucha más complejo de lo que se conoce. Mientras más información manejamos, más completos somos como especie, por esta razón, a lo largo de los años diversos pensadores han contribuido con sus teorías para construir el concepto de lo que hoy en día conocemos como el arte de la comunicación. La comunicación es tan antigua como el ser humano mismo y en la medida que existan más variables en el entorno, el concepto de comunicación seguirá mutando y enriqueciéndose. Cada modelo ha surgido como consecuencia de la evolución en el tiempo de los seres humanos y sus procesos comunicacionales, siendo prueba de que el hombre, ya sea mediante signos, símbolos, gestos o la palabra hablada, siempre ha tenido la necesidad de comunicarse.