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2NE 9 30anos30
2NE 9 30anos30
addenda
l i b r o e l
9
e c t r ó n i c o
30 años 30
Herederos teóricos y espacios estéticos:
David Alfaro Siqueiros y Alberto Híjar
Encuentro realizado
el 12 de junio de 2004 en
la Sala de Arte Público Siqueiros
addenda
l i b r o e l
9
e c t r ó n i c o
Primera edición • 2004
Los derechos de la presente edición son propiedad del Instituto Nacional de Bellas Artes y/o los
autores. La producción editorial se realizó en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e
Información de Artes Plásticas. Centro Nacional de las Artes, Torre de Investigación piso 9, Av. Río
Churubusco 79, Col. Country Club, Coyoacán, México D.F. 04220. Tels.: 12 53 94 00 ext. 1121,
1122 y 1127.
Í N D I C E
PRESENTACIÓN 5
APÉNDICE
• 25 años de lucha por la estética 110
P R E S E N T A C I Ó N
como una de las personas clave capaces de crear los espacios de cons-
del muralismo. 5
ESPACIOS VIVOS.
MICROFÍSICAS Y VIDAS INFAMES:
SU LUGAR ESTÉTICO
• • •
El arte, por lo tanto, constituía parte de una propuesta integral en la que los
muros, al igual que las páginas de los periódicos y los foros en los que partici-
pó, servían como espacios de comunicación. El mismo Siqueiros definió, en
1952, su propuesta artística como “…un arte social de función pública”.
1
Todas las citas tomadas de las cintas magnetofónicas que resguarda la Sala de Arte Público Siqueiros
fueron puestas en audio durante la lectura de la ponencia. Esta cita en particular corresponde al
catálogo: SAPS/cintas magnetofónicas/008-1. 7
JUAN MANUEL STRUCK
micas y la vida que David Alfaro Siqueiros dejó plasmada en las cintas
de audio.
2
SAPS/cintas magnetofónicas/043-1. 9
JUAN MANUEL STRUCK
Esta idea implicaba una tesis que fue básica en la creación muralista de los
años que siguieron: “A una transformación profunda del arte debería de co-
rresponder una transformación profunda de la nación.”
3
SAPS/cintas magnetofónicas/014-1.
4
SAPS/cintas magnetofónicas/014-1. 10
JUAN MANUEL STRUCK
sólo servía para acortar el tiempo de pintado en una superficie como el ce-
mento, que secaba tres veces más rápido que la pintura al fresco, sino que
imponía una nueva forma de pintar. Así, las nuevas herramientas no eran
simples trozos de materia inerte; muy al contrario, imponían nuevas técni-
cas, creaban nuevas formas y, por lo tanto, posibilitaban la creación de un
arte nuevo, que acoplaba perfectamente con la idea de la nueva sociedad que
estaban impulsando.
Nada hubiera tenido de particular que [ese movimiento] hubiera iniciado su acción
mediante los vehículos materiales tradicionales, siempre que ese movimiento hu-
biera empezado a comprender, para comprender totalmente al cabo, que no podía
haber revolución integral sin medios técnicos adecuados. Pero es el caso que ese
problema no fue siquiera vislumbrado. Cosa normal en un movimiento de función
exclusivamente elitista o burocrática. A una pintura destinada a adornar como
cualquier otro objeto mobiliario el interior de la casa de algunos ricos excepcional-
mente distinguidos, no le hacía falta una técnica material poderosa. Con la que
tenía desde el primer momento le bastaba. Muy distinto es si se trata del arte
que nosotros llamamos público. Este arte, por su propia magnitud física, requiere
Fue así como el periódico comenzó a ser parte nodal de la práctica muralista,
como medio de expresión de sus ideas políticas y plásticas. Ya desde las pri-
meras décadas del siglo, el Dr. Atl y Orozco habían participado de forma activa
en periódicos como Panchito, El Imparcial y El hijo del Ahuizote; hacia 1915
5
David Alfaro Siqueiros, Cómo se pinta un mural, Cuernavaca, México, Ediciones Taller Siqueiros,
11
1951, pp. 70-71.
JUAN MANUEL STRUCK
Otra publicación realizada por Siqueiros fue el periódico Arte Público, cuya
primera edición se realizó en los meses de octubre-noviembre de 1952. Edita-
do por la Sociedad de Amigos de la Pintura Moderna Mexicana, de la cual
Siqueiros era uno de sus principales representantes, tenía entre sus objetivos
fundamentales servir como “tribuna de pintores, muralistas, escultores, gra-
badores y artistas de la estampa en general”. En sus páginas se discutieron
temas tan importantes como la propuesta estética y funcional de la UNAM, el
lugar de la pintura mural dentro de la sociedad mexicana y las diferencias
entre el arte abstracto y el realista.
Arte Público sirvió como el medio para difundir las polémicas dentro del arte,
principalmente las que se desataron a partir de las técnicas utilizadas en la
ejecución de los murales de la Universidad; en ese sentido, se realizaron edi-
ciones posteriores en 1953 y 1955.
6
SAPS/cintas magnetofónicas/029-2. 12
JUAN MANUEL STRUCK
El arte público se planteó de esta forma como un arte total. En 1952, Siqueiros
resumió el trabajo realizado con las siguientes palabras:
Habría que ver hasta qué punto se pudieron llevar a cabo estos postulados
que Siqueiros afirmaba tan contundentemente, sobre todo en lo concerniente
a su obra. Sin embargo, este experimento realizado en Ciudad Universitaria
desató una de las más grandes polémicas en torno al arte público. Parte de la
discusión (que criticaba tanto a la tendencia folklorista en el arte y la arquitec-
tura, como a las concepciones en boga provenientes del extranjero), es otra
de las joyas que quedaron impresas en las cintas magnetofónicas y que deja
ver otra cara de Siqueiros:
13
JUAN MANUEL STRUCK
Numerosos son los temas, las polémicas y las anécdotas contenidas en las
más de sesenta horas de grabación de Siqueiros. Pero el hilo conductor que
los une es nuestra pregunta sobre el lugar y la función del arte en la actuali-
dad, la posibilidad de replantearnos hasta qué punto el arte contemporáneo
continúa integrando los diferentes elementos constitutivos de nuestra socie-
dad y el lugar que ocupa en la crítica y superación de la misma. Esperamos que
Siqueiros Sónico, que se presentará a partir del 23 de septiembre en esta sala,
contribuya a responder estas preguntas y genere muchas otras en torno al
arte y a la sociedad de nuestro tiempo.
7
SAPS/cintas magnetofónicas/020-1. 14
M I G U E L Á N G E L E S Q U I V E L MIGUEL ÁNGEL ESQUIVEL
Como no hay un concepto aislado, o como dice Marx: no hay soledad más que en la
sociedad; como no hay concepto aislado más que en una sociedad conceptual, interro-
garse sobre el concepto de génesis es interrogarse acerca de la sociedad conceptual en la
que existe, acerca de los conceptos que están en relación orgánica con él, o, si usted
prefiere, sobre sus “connotaciones teóricas”. Por supuesto, no se trata de simple filología
o etimología, sino de campo semántico teórico; no de un campo semántico definible a
priori, sino del campo semántico efectivo en el que se inscribe el concepto de génesis, tal
como en efecto se lo practica, utiliza, manipula. Es en este campo semántico efectiva-
mente existente, empíricamente existente y controlable, donde voy a emplear la expre-
sión: quien dice génesis dice…
Louis Althusser
Carta a D... (núm.2)
Durante largo tiempo sólo habían merecido ser dichos sin burla los gestos de los grandes;
sólo la sangre, el nacimiento y las hazañas tenían derecho a la historia.
Michel Foucault
La vida de los hombres infames
3. Procedencias y delimitaciones
La lectura marxista de esta militancia comunista es, pues, una de las ense-
ñanzas de Alberto Híjar. Como teórico de la estética nos ha ayudado a obser-
var que el sentido tiene que ver no nada más con una instancia semántica sino
también semiótica y que por eso las formas discursivas son prácticas de sen-
tido por el efecto de la realización del propio acto. La militancia comunista de
Siqueiros, no obstante la gran cantidad de escrituras sobre su obra, es tam- 19
bién una forma de discurso todavía por leer.
MIGUEL ÁNGEL ESQUIVEL
Lo que falta por decir es que el itinerario teórico e ideológico de Alberto Híjar
actualiza algunos de los elementos e implicaciones de la estética de Siqueiros.
Anoto por ahora sólo uno, muy importante: el discurso de su estética está en
su prácticas. Su discurso tiene un carácter militante. Hay una dialéctica en él
y cualquier reducción a mero adjetivo significa la omisión de la historia. Como
ocurre con David Alfaro Siqueiros, el discurso de Alberto Híjar se mueve entre
discursos. La forma dialéctica de su pensamiento se debe a la dimensión tem-
poral en la que inscribe la problemática de su objeto teórico. Da a la historia lo
que le pertenece y separa los recursos históricos de la crítica de los dominios
ideológicos en que se encuentran.
Si David Alfaro Siqueiros fue objeto de una insidia por parte del Estado al
haber deslindado una estética cuya militancia la explica no la anécdota sino la
formalización de dispositivo dialéctico de cara a la historia, Alberto Híjar tam-
bién lo ha sido. Y es que tal insidia no radica en la observación del Estado como
instancia meramente abstracta sino como un aparato de administración de
racionalismos de múltiple y efectiva función. La insidia del Estado no viene
del interés de una instancia abstracta sobre la persona sino del uso de recur-
sos jurídico-políticos para la abolición de la individualidad en nombre del or-
den, en este caso, del orden del discurso en el que intervienen Siqueiros e
6. Itinerario y discontinuidades
¿Qué hacer con las prácticas que constituyen el carácter dialéctico de los dis-
cursos de David Alfaro Siqueiros y Alberto Híjar? Si el primero, militar en el
periodo de la lucha armada, ubica políticamente a su estética como la presen-
cia de la Revolución Mexicana en el espacio de la cultura, da cuenta de su
ideología y produce signos y símbolos que la hagan elocuente, también dató el
sentido histórico de su diálogo con las experiencias de los anarquismos y so-
cialismos utópicos. Su marxismo tiene una procedencia histórica y ésta es la
que ilumina a su propia biografía como un individuo que debe la construcción
de su persona a la historia cotidiana de la que por supuesto no está aislado y
tiene que ver con la historia de su práctica comunista, que es la historia de la
definición política de su individualidad. Macario Huízar, sus polémicas con Diego
Rivera, sus amoríos, sus exaltaciones y sus audacias son parte de una vida
vivida con sentido (dialéctico), del cual, Siqueiros, por supuesto, tenía
conciencia.
21
C R I S T I N A H Í J A R G O N Z Á L E Z CRISTINA HÍJAR GONZÁLEZ
No podía haber sido de otro modo: desde la construcción de una relación fami-
liar distinta, hasta el internacionalismo activo con las mejores causas, se tor-
nan en los sentidos que dan sentido a una vida.
La construcción de relaciones sociales distintas tiene que ver con esto, como
también tiene que ver con el amor. Comprender a los sentimientos, a las
ideas, a las percepciones como articulaciones sociales para construir una
sentimentalidad nueva. Esto también lo hemos aprendido quienes gozamos de
la fuerte presencia de Alberto Híjar en nuestras vidas enriquecidas por ello.
Una disculpa anticipada por el hecho de que este texto no se ajuste al guión y
sea, más bien, una relación de anécdotas e historias a partir de una sola línea
que tiene que ver con esas biografías construidas no a partir del anecdotario
inútil y complaciente, vistoso y aplaudido por los jueces institucionales, sino a
partir de vidas con sentido pleno, construidas y constructoras. Por ello impor-
tan y por ello es necesario platicarlas, porque en ellas se asienta la coherencia
y se visualiza la estrategia a largo plazo que opera como guía para la vida y
Alberto Híjar es despedido sin liquidación tras catorce años de trabajo constan-
te, productivo, cumpliendo con los objetivos, propuestas y herencias siqueirianas. 26
CRISTINA HÍJAR GONZÁLEZ
Quizá esto era un augurio de la imposibilidad de conjugar una vida, una praxis
como la de mi papá, con cargos institucionales en nuestro país. En 1984, es
despedido como jefe de Difusión Cultural de la UAM-X, tras la inauguración del
mural El campo y el campesino: producción y hambre, realizado por el Taller de
Gráfica Monumental en el Auditorio Vicente Guerrero, que junto con el otro,
Francisco Javier Mina, fueron denominados en ese periodo. Como no hubo ni se
repetirá en la historia de la UAM, durante su gestión se realizaron múltiples con-
memoraciones, actos de solidaridad, exposiciones únicas, ciclos de conferen-
cias, etcétera. Nada de esto valió para los funcionarios universitarios.
La construcción de relaciones sociales distintas tiene que ver con esto, como
también tiene que ver con el amor. Comprender a los sentimientos, a las ideas,
a las percepciones como articulaciones sociales para construir una
sentimentalidad nueva. Esto también lo hemos aprendido quienes gozamos de
la fuerte presencia de Alberto Híjar en nuestras vidas enriquecidas por ello. En
una ocasión, y frente a uno de mis “azotes” adolescentes existencialistas, mi
papá me escribió que sí existía otro mundo y que ahí estaba él. Afortunada-
mente, ahora compartimos mucho más que la sangre.
29
Alberto Híjar, ca.
1966, en el tiempo
en que se editó
Palabras sobre arte.
Cristina y Alberto
con sus hijas en
Cuernavaca, 1969.
30
Excélsior, 17 de
febrero de 1974.
FOTO
“Alberto Híjar Serrano,
catedrático universitario y
funcionario federal.”
31
FOTO SUPERIOR Excélsior, pág. 22a,
“Rifles de alto poder, miles 21 de febrero de
de cartuchos, machetes, 1974.
aparatos de
radiocomunicación y equipo
fotográfico, es parte del
arsenal descubierto por
agentes de la Policía
Judicial Federal, en manos
del grupo que, según se
dijo, pretendía implantar
en el país un régimen
socialista.”
FOTOS INFERIORES
“El catedrático universitario
y funcionario federal,
Alberto Híjar Serrano, a
quien se creía secuestrado,
fue presentado ayer, como
conspirador, al igual que
Napoleón Glóckner, Nora
Rivera, María Gloria
Benavides y Raúl Sergio
Morales.”
POR ESTO,
núm. 105, 19 de
abril de 1989.
32
Siqueiros en la
Sala de Arte
Público, ca. 1969.
Al fondo se aprecia
el muro con los
trazos de
composición
espacial del
Polyforum.
Foto: acervo SAPS/
Conaculta/INBA.
Foro Abierto de
la Casa del Lago,
Chapultepec,
junio 1992.
33
LEGADO TEÓRICO: LOS PASOS
ADELANTE DE LA CRÍTICA CON
RESPECTO AL PASADO. TEORÍA,
DOCENCIA Y DIVULGACIÓN
• • •
mente, muchos con el ánimo de ir a las bibliotecas o librerías para buscar las
diversas lecturas que recomendaba el maestro.
Era claro que resultaba un reto acercarse a él, ya que era considerado prácti-
camente como un guerrillero de la Facultad, pero varios sí lo hicimos, en su
mayoría mujeres, pues sabíamos que nos daría alguna oportunidad para pro-
movernos a dar visitas guiadas a grupos, a los diversos murales de la ciudad
o, quizá, a algún museo. Tendríamos, como siempre, su asesoría, una exce-
lente plática, la oportunidad de enterarnos de las últimas noticias nacionales e
internacionales y, también, nos enfrentaríamos a comentarios de que cómo
era posible que nos ligáramos a él, pues era algo así como “peligroso”. Para
nosotras simplemente resultaba el maestro arduamente “criticado” que nos
mostraba un panorama diferente de la cultura, mucho más amplio del que
teníamos acceso.
Para estas pláticas, o visitas guiadas, lo prioritario, según Híjar, era que al
estar frente al grupo debía uno olvidarse de “la descripción”, que él llamaba
“arte para ciegos”; o sea, aquella que en general se daba ante un grupo de
personas en la cual el expositor se colocaba frente al mural y narraba: “Aquí a
la derecha vemos un hombre y a la izquierda una mujer, a los pies de ella se
encuentra un niño... el hombre va vestido de overol y ella lleva el cabello
trenzado; por lo mismo, él es un obrero y la mujer una indígena; el niño, que
juega con la pelota azul, representa la infancia o la nación que se está LEGADO TEÓRICO: TEORÍA, DOCENCIA Y DIVULGACIÓN
gestando... etc., etc.” Ante esto, Alberto, un tanto exaltado, nos recomenda-
ba: “¡Hablen de la Revolución, de Emiliano Zapata, de sus consignas, de Fran-
cisco Villa, de la Revolución Bolchevique!, de Marx, de Engels. Expliquen el
porqué se pintaron los murales, qué situación económica, política y social se
vivía en México cuando surgió el muralismo. Por qué se dice que el Movimien-
to Muralista Mexicano es arte público y hasta dónde se limitó a ser retomado
por el Gobierno como consigna pequeño burguesa. Por qué se retomó la pin-
tura mural en la etapa posrevolucionaria y cómo fue que se lanzó una crítica
furibunda contra la pintura de caballete, o también por qué ésta última fue
tildada de burguesa.” 36
L A U R A G O N Z Á L E Z M ATUTE
Así, Alberto Híjar y estos maestros eran, prácticamente, los únicos abocados
a tutelar a los estudiantes bajo una corriente de pensamiento diferente a la
que en general se ofrecía en la Facultad por aquellos años (y eso que ya había
pasado el 68 o, más bien, quizá por eso).
Bajo esta perspectiva y de manera muy general, creo que la labor que Híjar
llevó a cabo en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, desde que comenzó
a impartir sus asignaturas, respondió al compromiso que adquirió para ofrecer
a sus alumnos una perspectiva filosófica e histórica acorde con su pensamien-
to, siempre vinculada con las enseñanzas que David Alfaro Siqueiros también LEGADO TEÓRICO: TEORÍA, DOCENCIA Y DIVULGACIÓN
desarrolló.
En cuanto a Curso Vivo de Arte, había surgido desde 1959 con el propósito de
elevar el nivel de la investigación artística mexicana en la UNAM. En 1966, este
programa, con la finalidad de compartir inquietudes dentro de la investigación
filosófica, estética y artística y abrir nuevas perspectivas de análisis, organizó
un ciclo de conferencias sobre diversos temas y, como resultado de las pláti- 37
L A U R A G O N Z Á L E Z M ATUTE
cas, se publicó un pequeño libro titulado Palabras sobre arte, por editorial
Polignos. Incluía siete ponencias dictadas por cuatro especialistas: Alberto Híjar,
Ramón Vargas, Óscar Olea y Salvador Pinoncelly.
El libro incluía dos conferencias de Alberto Híjar, una titulada “Miguel Bueno y
la enseñanza media” y otra que aludía al reciente libro publicado por
Raquel Tibol sobre el arte moderno y contemporáneo de México, deno-
minada “Raquel Tibol: el problema de la modernidad mexicana”. En la prime-
ra, Híjar llevaba a cabo un análisis en el que cuestionaba que en México no se
hubiera dado a conocer un estudio sobre la introducción a la filosofía destinado
a las escuelas preparatorias, Normal y al Politécnico que no fuera como éste,
que estaba envuelto en un tono “humanista hueco y anacrónico”. Aseguraba
que desafortunadamente aún continuábamos “dependiendo de la moda euro-
pea” y que, además, este defecto correspondía a la imposición de disposicio-
nes oficiales demagógicas que habían conducido la Universidad y que llevaban
al estudiante a estar totalmente “deformado”. En cuanto al texto propiamente
dicho, era cuestionado por llevar a cabo un método esquemático, simplista y
superficial. Agregaba que el escrito conducía al estudiante por rumbos forma-
listas y psicologistas. Se refería también a la problemática para abordar el LEGADO TEÓRICO: TEORÍA, DOCENCIA Y DIVULGACIÓN
ban estos asuntos desde esta fase, lo lógico era que el alumno llegara a la univer-
sidad sin elementos para abordar los estudios universitarios con mayor rigor”.
En cuanto al análisis de Híjar sobre el libro de Raquel Tibol, que ahora, a distan-
cia, quizá a muchos pueda parecer obvio o poco innovador, en aquel momento
también resultó confrontador. Tibol era para los estudiosos del arte mexicano
una de las escritoras más avanzadas; además, se había enfrentado a las co-
rrientes tradicionales de aproximarse al arte; era la crítica que más
puntillistamente estaba ligada a los grupos de izquierda y se identificaba como
una de las periodistas culturales más contundentes del momento. Sin embargo,
Alberto Híjar, al retomar a Tibol, enfrentaba al estudioso de esta disciplina a
replantearse diversos aspectos que sobre el arte mexicano se tenían como dog-
mas inalterables. Al inicio planteaba el hecho de que la historia del arte mexica-
no había estado limitada por la ideología nacionalista surgida de la Revolución
Mexicana de 1910 y de ahí que no sólo cuestionara el análisis de Raquel Tibol,
sino que, de la misma manera, retomaba el escrito clásico de Justino Fernández,
Arte Moderno y Contemporáneo de México, para señalar que éste “sólo se limi-
taba al dato, la descripción y la interpretación imaginativa”.
los estudiantes que planteaban acercarse a esta materia tenían que retomar
necesariamente los estudios de Fernández. En cuanto a Raquel Tibol, señalaba
que la maestra era, por lo mismo, quien, después de Fernández, se había dedi-
cado a escribir otro libro sobre nuestra modernidad artística en general; lo se-
ñalado era importante para comprender la importancia de Tibol.
Sobre este punto, por ejemplo, Alberto Híjar señalaba que Tibol parecía no
percibir la diferencia entre la obra creada por pintores como Hermenegildo
Bustos y José María Estrada, quienes se diferenciaban, entre otras cosas, por
ser el primero un pintor artesanal mientras que el segundo un pintor con aspi-
raciones académicas; o sea, que en última instancia Tibol no señalaba en el
texto el problema de la diferencia entre el campo y la ciudad. Si así lo hubiera
enfocado, agregaba, habría ofrecido una aproximación mucho más objetiva a
este fenómeno.
De igual manera se refería al enfoque que daba sobre el paisajista José María
Velasco y aseguraba que la crítica de arte no había entrado en un análisis refe- LEGADO TEÓRICO: TEORÍA, DOCENCIA Y DIVULGACIÓN
42
L U I S R I U S C A S O LUIS RIUS CASO
esta es, para Couto, la pintura mural, como la que se practicó sesenta años
después de publicado su libro.
El fulgor de las imágenes y de la teoría que las sustenta y las circunda, que las
fija y las proyecta, justifica una continuidad en la práctica y en la teoría. El 46
LUIS RIUS CASO
teórico amplio, poseído por un sentido integral, Híjar aborda al arte pero tam-
bién a esa dimensión más amplia que es la estética, sorteando las reducciones
filosóficas que limitaron a este saber desde el siglo XVIII.
Por fortuna, Híjar cuenta con un amplio grupo de lectores, conformado por
alumnos, colegas, estudiosos, artistas, ideólogos, activistas políticos, etcéte-
ra, que garantiza la circulación de su pensamiento. Con todo, me parece prio-
ritario abrir un seminario de investigadores de arte donde estudiemos siste-
máticamente su legado y donde organicemos también, con el propio Híjar,
diversas publicaciones que den mayores alcances a su palabra, entre los múl-
tiples públicos a los que siempre se ha dirigido. Aparte de un gran placer, me
parece que es una obligación profesional en medio del naufragio nacional de
nuestro tiempo.
49
Alberto Híjar,
entonces director
del Curso Vivo de
Arte; Gastón García
Cantú, director de
Difusión Cultural
de la UNAM, y
David Alfaro
Siqueiros durante
la exposición
retrospectiva
del muralista en el
Museo Universitario
de Ciencias y Artes,
1967.
50
Alberto Híjar en
Nicaragua, 1979,
durante su labor
en el Ministerio de
Cultura de ese país
y en la Central
Sandinista de
Trabajadores.
Alejandro Castellanos,
Alberto Híjar, Bordes
Mangel, Guillermo
Zamora y Rafael Cruz
durante la
presentación de
la Iconografía
de David Alfaro
Siqueiros en la Sala
de Arte Público
Siqueiros, 1997.
51
LEGADO TEÓRICO: LOS PASOS
ADELANTE DE LA CRÍTICA CON
RESPECTO AL PASADO.
HISTORIA, HISTORIOGRAFÍA Y
CRÍTICA DE ARTE
• • •
CÉSAR SÁNCHEZ
IRIS MÉXICO
1
Mario de Michelli, Siqueiros, Milán Italia, Fratelli, Fabbri, 1968 (Trad. Ing. Harry N. Abrams Inc.,
Nueva York, 1968. Trad. al español hasta 1985 por Conafe).
2
Op. cit. p. 85. 53
LETICIA LÓPEZ ORO ZCO
MARICELA GONZÁLEZ
artísticas mismas.
3
Ibidem. p. 37. 54
LETICIA LÓPEZ ORO ZCO
MARICELA GONZÁLEZ
4
Alberto Híjar, “Para leer a Siqueiros” en Visión técnica y estructural, México, SEP-INBA, 1974. 56
LETICIA LÓPEZ ORO ZCO
MARICELA GONZÁLEZ
La crítica recurrente
Lo define como teórico impreciso y encarnizado, que se ocupa del pueril “arte
proletario” al seguir las ideas del realismo socialista, el cual no logró nada, ni
siquiera la renovación cultural en su país de origen, la Unión Soviética. Final-
mente, deslinda la política del arte y justifica así el lugar de Siqueiros en la
plástica mexicana, con opiniones como la molestia que les causa la pintura del
chihuahuense, a ellos los que rechazan la ideología siqueiriana, ya que, si-
guiendo con los calificativos aquí usados negativamente, la considera ampulosa,
grandilocuente, de fuerza aparente; pero se contradice cuando sostiene que
5
Luis Cardoza y Aragón, La nube y el reloj, México, UNAM-IIE, 2003, p. 187. (Las cursivas son nues-
tras.)
6
Op. cit., p. 195. 58
LETICIA LÓPEZ ORO ZCO
MARICELA GONZÁLEZ
Concluye el pintor que quizá sean ellos, los propios artistas, quienes
con sus discusiones y polémicas, ante la falta de una crítica teórica
profesional favorable al realismo con tendencia socialista, esta-
blezcan “las mejores bases..., las mejores enseñanzas para la for-
mación en otro país de una doctrina y, por tanto, de un sistema de
crítica profesional correspondiente a la práctica de nuestro movi-
miento y capaz de animar nuestro impulso y vigilar nuestra marcha. Un tema, Portada de Palabras
el de la crítica analítica correspondiente al nuevo realismo...”
8 de Siqueiros.
7
Raquel Tibol, Un mexicano y su obra, “La crítica de arte como pretexto total”, p. 173.
8
Op. cit., p. 184. 59
LETICIA LÓPEZ ORO ZCO
MARICELA GONZÁLEZ
De los múltiples escritos de Tibol, elegimos sólo dos que resultan fundamenta-
les, porque reúnen una selección ordenada de los documentos nodales de
Siqueiros: David Alfaro Siqueiros. Un mexicano y su obra (México, Empresas
Editoriales, 1969) y Palabras de Siqueiros (México, FCE, 1996).
9
Justino Fernández, Arte moderno y contemporáneo de México, 2ª ed. México, UNAM-IIE, 2003, pp.
72-73.
10
Op. cit., p. 78. 60
LETICIA LÓPEZ ORO ZCO
MARICELA GONZÁLEZ
11
Raquel Tibol, David Alfaro Siqueiros. Un mexicano y su obra, México, Empresas Editoriales, 1969,
p. 8-9, 11.
12
Raquel Tibol, Palabras de Siqueiros, México, FCE, 1996, p. 15. 61
CÉSAR SÁNCHEZ CÉSAR SÁNCHEZ
El crítico de arte
inclina por varias teorías a la vez, podríamos decir que sería un crítico indefini-
do. Explico: todas las conjeturas referidas por personas que se precien de ser
críticos de arte no podrán evitar tocar o estar íntimamente ligadas a un para-
digma de pensamiento al cual se sientan proclives; habría que recordar que un
1
paradigma de pensamiento es en el que se incluyen valores, modelos, leyes
fundacionales y métodos que establecen las reglas del juego aceptadas en
cierto periodo del proceder de una corriente de pensamiento. Así, supongamos
que el crítico de arte declara que posee una teoría estética; en primera instan-
cia habría que entender qué quiere decir cuando afirma “poseo una teoría”. Al
respecto, hay cuatro opciones posibles: 1. El crítico que comete el plagio de
una teoría –que, aunque suene imposible, los hay–; 2. Como autor original de
una teoría –proeza muy poco vista–; 3. Como quien cree tener una teoría
estética original a partir de un híbrido de ideas sueltas, y 4. Como aquel crítico
que se ajusta a una teoría por propia elección personal, definiendo su ideolo-
gía a partir de argumentos provenientes de la teoría general en la que se
respalda. Lo anterior le compete al crítico enunciarlo.
Si nuestro crítico de arte tiene las características del número 4, entonces de-
berá proponer su corriente ideológica y formular propuestas discursivas,
como una especie de árbitro de las obras de arte y del quehacer curatorial;
asumirá una actitud que lo ubicará como agente regulador del gusto, decide
qué es bueno o malo examinar en lo tocante al trabajo del curador y, por
supuesto, a las obras artísticas seleccionadas en la exposición a criticar. El
crítico de arte se dedica a esa actividad y, por tanto, deberá pretender
la ocasión para que se represente su elección de corriente artística, así
como la práctica postulada por su interés o intereses teoréticos particu-
lares, con la finalidad de generar corrientes o movimientos artísticos
Así, dentro del rango categórico señalado de lo que es o debe ser la crítica de
arte, es necesario destacar que la problemática más frecuente sería nuestra
palabra en cuestión, precisamente definición en lo teórico; la incongruencia al
enunciar ideas sueltas propiciada por la práctica de una crítica planteada des-
de la instrumentación de varias teorías a la vez, suscitará una falta de sentido
1
Thomas Khun, La estructura de las revoluciones científicas. FCE , 1986, p. 293. 63
CÉSAR SÁNCHEZ
2
Proposiciones que tengan como característica poder ser sometidas a un análisis lógico-filosófico
desde un determinado contexto de estudio. 64
CÉSAR SÁNCHEZ
En cuanto a la labor del curador de arte actual –el cual no se separa tanto de
la definición del crítico de arte mencionada– podría decir que de su gusto
rector depende que el observador adquiera ciertas conductas, estilos,
modismos, “snobismos” o, en el mejor de los casos, logre transmitir lo
conveniente de analizar la elección de teoría-estética en la cual se define.
Las anteriores son direcciones que el curador propone y que se traducen en
conductas al espectador, las cuales pueden llegar a trastocar nuestro com-
portamiento individual. Si el trabajo del curador, al igual que el del crítico
de arte, no se define ideológicamente, sus propuestas curatoriales no tendrán
sentido argumentativo.
Habría que añadir: en dado caso que el curador, el crítico de arte o el artista
visual argumenten en defensa del ideario global, la discusión con su contra-
3
Michel Foucault, Tecnologías del Yo, Alianza, pp. 48. 66
CÉSAR SÁNCHEZ
Cabe aclarar que esto es tan sólo un ejemplo y puede que el orden de aparición
de los procesos tecnológicos no sea el mismo, así también este ejemplo nos
ayuda a mostrar que casi nunca estas cuatro tecnologías funcionan por sepa-
4
Bajo la rúbrica “acción interpretativa particular” me refiero a todo aquel impulso de creación del
individuo que elabora entidades, ya sea materiales o inmateriales. 67
CÉSAR SÁNCHEZ
A manera de conclusión
Preguntarán ustedes: ¿y todo este lío qué tiene que ver con Siqueiros y Alberto
Híjar? Pues bien, creo que no hay mejor homenaje que saber cómo es que la
definición y tenacidad de estos dos maestros de la resistencia influyeron en el
modo de pensar y actuar de este incauto gentilhombre que piensa –como
espero que muchos piensen– que el fin de las ideologías no es más que una
idea que han depositado en lo social los formadores del gusto imperial actual.
Creo en el análisis y reflexión constante de las teorías y, desprendida de éstas,
de su estudio y corrección, la lucha constante por contrarrestar la marcha
necia de modismos, frialdades y gustos mercantiles. Sí maestro Siqueiros, sí
maestro Híjar, vamos con definición en contra del ansia de generalidad del
capitalismo salvaje; creamos en lo global, en lo multicultural, pero en aquello
que viene de las especificidades locales y crean nuevas directrices en los dis-
68
IRIS MÉXICO IRIS MÉXICO
Que otros se lamenten de que los tiempos son malos; yo me quejo de su medio-
cridad, puesto que ya no se tienen pasiones. Las ideas de los hombres son sutiles
y frágiles como encajes, y ellos mismos son tan dignos de lástima como las mu-
chachas que manejan el bolillo. Los pensamientos de su corazón son demasiado
mezquinos para que se les dé la categoría de pecaminosos. Quizá tales pensa-
mientos en un gusano constituyeran un pecado, pero no en un hombre hecho a
imagen y semejanza de Dios. Sus placeres son circunspectos e indolentes; sus
pasiones, adormiladas. Estos mercenarios cumplen sus obligaciones, pero se per-
miten, como los judíos, achicar un poquito la moneda. Y hasta piensan que Dios
lleva una contabilidad muy ordenada, no tendrá mayores consecuencias el haber-
se burlado un poco de Él. ¡Que la vergüenza caiga sobre ellos! Por eso mi alma se
vuelve siempre al Viejo Testamento y a Shakespeare. Aquí se siente en todo caso
la impresión de que son hombres los que hablan; aquí se odia y se ama de veras,
se mata al enemigo y se maldice a su descendencia por todas las generaciones;
aquí se peca.
1
Para señalar a Gary Prado como “criminal de guerra”, Alberto Híjar se apoya en el “infame libro” del
ahora candidato a la presidencia de la República, Jorge G. Castañeda, La vida en rojo. Una biografía
del Che Guevara, en el que describe al militar boliviano como “el más lúcido y profesional de los
cazadores del Che”. En perspectivaciudadana.com, “El fantasma del Che”, 3-10 agosto 2001, se
lee: “El embajador de Bolivia en México, Gary Prado, fue protagonista involuntario de un 70
IRIS MÉXICO
I. La pérdida de la certeza
La pérdida de la certeza, la desestabilización del sentido al presentarse como
apertura constante, un continuo deslizar del deseo hacia la escritura, son las
2
armas que Barthes propone para el crítico-artista, duplicidad que elimina la
antigua dicotomía. En esto radica una posibilidad de sistematizar su obra que,
en esos continuos cambios de piel, rechaza toda forma establecida por cuanto
se vuelve dogmatismo que impera sobre el propio cuerpo que se escribe (y se
ausenta): “La escritura es la destrucción de toda voz, de todo origen. La escri-
tura es ese lugar neutro, compuesto, oblicuo, al que va a parar nuestro sujeto,
el blanco-y-negro en donde acaba por perderse toda identidad, comenzando
por la propia identidad del cuerpo que escribe.”
El crítico apasionado reconoce que nunca sabe nada y está siempre en actitud
de aprendizaje; genera reflexiones y redacciones revolucionarias, correctivo-
3
renovadoras. Prefiere textos escribibles que empujen al lector a construir el
texto. El crítico apasionado encuentra placer en desequilibrar la matriz y des-
incidente en Casa Lamm, durante la presentación de un libro. El crítico de arte Alberto Hijar, otro de
los asistentes, reconoció al diplomático como uno de los militares que mataron a Ernesto Guevara en
1967 y le arrojó vino en la cara mientras lo increpaba: ¡A la salud del Che, asesino!’’.
http://www.perspectivaciudadana.com/010803/exteriores1.htm
“Embajador boliviano en México capturó con vida al Che Guevara”, Yupi Internet, agosto 3, 2001.
http://www.cubanet.org/CNews/y01/ago01/03o4.htm
“Vital, combatir el olvido y luchar contra la impunidad de criminales de guerra: Híjar”, La Jornada, 28
julio 2001. http://www.jornada.unam.mx/2001/jul01/010728/labor.html
2
Roland Barthes es conocido como el padre del estructuralismo lingüista francés.
3
Para Juan Acha la estética necesita actividades correctivo-renovadoras a través de ver obra que esté
fuera de nuestras preferencias. En otras palabras, las obras que son textos escribibles generan una
renovación del lenguaje y de la estética. Son las obras que por sus innovaciones cuestionan el statu
quo y permiten con ello una evolución del lenguaje.
Para Barthes existen dos textos: a) escribible y b) legible. Nosotros funcionamos en una matriz: si el 71
IRIS MÉXICO
4
Alberto Híjar. Seminario Arte y utopía, Cenidiap, 1998.
5
Martín Hopenhayn, “Fuerza descriptiva, fuerza normativa, la utopía contra la crisis o cómo despertar
de un largo insomnio”. Ni apocalípticos ni integrados. Aventura de la modernidad en América Latina
(Apartado III), en Sociología, México, FCE. 1995. 72
IRIS MÉXICO
Lujuria, crimen, santidad: las vidas de mis seres adorados, los fracasos de mis
seres adorados, las palabras que dejaron tras ellos, las palabras que dejaron
inacabadas; lo bueno que arrastraron tras ellos y lo malo, la pena, el desacuerdo,
el rencor, la rivalidad que crearon. Pero, sobre todo, ¡el éxtasis!
Hay cosas, ciertas cosas relativas a mis viejos ídolos, que me hacen venir lágri-
mas a los ojos: las interrupciones, el desorden, la violencia, sobre todo, el odio
que despertaron. Cuando pienso en sus deformidades, en los monstruosos estilos
que escogieron, en la pomposidad y el tedio de sus obras, en todo el caos y la
confusión en que se revolcaron, en los obstáculos que acumularon a su alrededor,
me siento exaltado. Todos ellos estaban hundidos en sus propios excrementos.
Todos ellos hombres que se explayaban exageradamente. Tanto es así, que casi
siento la tentación de decir: “¡Mostradme a un hombre que se explaye exagera-
damente y os mostraré a un gran hombre!” 8
Asumir el erotismo es aún ahora una actitud política que se enfrenta a mitos y
tabúes. En los ¿todavía? posmodernos inicios de milenio, a las mujeres castas
y asépticas como sándwich de queso blanco en pan blanco, a las femi-
nistas masculinizadas y asexuadas, a los hombres llenos de culpas por
sus pitos, les hace falta recobrar el poder del amor-pasión, de la seduc-
ción de la drag queen o la vampiresa. Probablemente algunos conversos
escucharán a Baudrillard y usarán la feminidad, el maquillaje, la fantasía y la
poética verbal como bandera. Baudrillard, en el texto titulado De la seducción
comenta: “Triunfo de la seducción blanda, feminización y erotización blanca y
difusa de todas las relaciones en un universo social enervado. O incluso nada
de todo eso. Pues nadie podría ser más grande que la misma seducción, ni
siquiera el orden que la destruye.”
9
La inocencia es el estado de placer que sostiene el statu quo. Pascal Brukner
define la inocencia como “esa enfermedad del individualismo que consiste en
tratar de escapar de las consecuencias de los propios actos, a ese intento de
gozar de los beneficios de la libertad sin sufrir ninguno de sus inconvenientes.
Se expande en dos direcciones, el infantilismo y la victimización, dos maneras
de huir de la dificultad de ser, dos estrategias de la irresponsabilidad bien-
9
Pascal Brukner, La tentación de la inocencia. Texto que obtuvo el premio Medicis de ensayo. 74
IRIS MÉXICO
10
Para subrayar la idea, cito a César Espinoza: “La publicidad, los comerciales televisivos, los especta-
culares en las avenidas pueden parecernos graciosos y hasta inocentes. Pero no hay tal: forman parte
de una mentalidad y un estilo de vida que, si no tratamos de conocerlos, golpean y modelan nuestras
vidas sin tener la capacidad para responderlos o criticarlos”. 75
IRIS MÉXICO
Hay quien dice que en la película The Wall el muro es la madre, porque el
protagonista es edípico y es él mismo quien decide destruirlo: su complejo de
Edipo. Todos sabemos, o deberíamos saber, cuál es el muro que debemos
destruir para crecer. Más allá de las etiquetas, limitaciones territoriales o ideo-
lógicas, el verdadero humanista encuentra las razones de unión entre los se-
res humanos. No una fraternidad infantilista y superficial, sino realmente la
11
Parte de la letra de “Falso Líder Mundial”, del álbum Green, del grupo REM, 1988. 76
IRIS MÉXICO
Los principales puntos de resistencia tienen que estar en aquellas coyunturas que
resisten la atracción polar de esta cultura masiva y mundial que ahora llamamos
los Estados Unidos, este poder unipolar. La primera de ellas sería que existe una
tremenda diversidad que este poder, los Estados Unidos, amenaza con extinguir de
forma simbólica y literal. Existe un intento de introducir una uniformidad de pensa-
miento, el fin de la historia de Fukuyama, la consolidación del Occidente. Todas
estas ideas eliminan la realidad, que es que existen muchas subculturas, muchos
humanos individuales, muchas conglomeraciones... Otra más es la batalla por la
educación. Para mí esa es sin duda la más importante: el educar a la gente para
que adquiera una actitud crítica hacia el mundo en el que vive. Justo cuando es
más importante que los jóvenes adquieran una conciencia crítica del mundo que
Conclusiones
¿Quiénes son los críticos como Siqueiros e Híjar, como algunos utopistas, acti-
vistas, revolucionarios y otros locos y rebeldes que andan de apasionados
por el mundo? Seguramente hombres y mujeres con muchísimas crisis y
caos en sus vidas. Con vicios y anécdotas escabrosas, de ésas que la prensa
amarillista vende muy bien en la nota roja. Son culpables, sin duda, de limita-
ciones humanas: que si no son suficientemente críticos, que se esperaba que 77
IRIS MÉXICO
fueran más de una profesión que de otra o son revolucionarios cuya lucha sin
lograr la victoria aparece deslucida ante la mortecina luz de la madrugada.
En palabras de Alberto Híjar, es parte del deber ser político y del complejo ser
popular y social: utopía más política, necesidad abierta a todas las formas de
lucha, más que a ideales para establecer modelos, escenarios y simulaciones.
De aquí que los torcidos caminos de la utopía sólo resulten plenamente
disfrutables, rigurosamente estéticos y cognoscitivos, en y con los revolucio-
narios en acción para bien de la especie humana. Por tanto, la dimensión
estética es un proyecto abierto y constantemente gestionado no sólo por los
artistas para dar lugar a lo que Kant describe como “libre juego de las faculta-
13
des”, con todos los recursos imaginables y realizables.
12
Para Derrida, leer un texto es un acto de violencia. No se puede leer un texto sin transformarlo.
13
Alberto Híjar, seminario Arte y utopía, Cenidiap, 1998. 78
CARLOS GUEVARA MEZA CARLO S G U E VA R A M E Z A
1
Louis Althusser, Ideología y aparatos ideológicos de Estado, México, Quinto Sol, s/f. (La Pensée,
junio de 1970), p. 29. 79
CARLO S G U E VA R A M E Z A
2
Ibid, p. 32. Las cursivas son nuestras.
3
Ibid, pp. 6-7, nota 7.
4
Perry Anderson, Las antinomias de Antonio Gramsci. Estado y revolución en Occidente, Fontamara,
Barcelona, 1998. [New Left Review, 1977. En español, Cuadernos Políticos, n. 13, Era, México. 1977].
Norberto Bobbio, “Gramsci y la concepción de la sociedad civil”, en Gramsci y las ciencias sociales,
Córdoba, Pasado y Presente, 1972. (Abril de 1967, Congreso Internacional de estudios gramscianos).
Jacques Texier, Gramsci, teórico de las superestructuras. Acerca del concepto de sociedad civil, Méxi-
co, Ediciones de Cultura Popular, 1975. 80
CARLO S G U E VA R A M E Z A
III
IV
Fato inédito nos anais da História da arte, o Barroco serviu à dominação política
das grandes potencias económicas. A América Latina foi palco dessa experiência
inédita: a arte como forma de opressão. À medida que serviu aos intereses dos
‘conquistadores’, organizou a propia percepção de mundo dos nativos e criollos.5
5
Frederico Morais, Artes plásticas na América Latina: Do transe ao transitório, Rio de Janeiro,
Civilizaçao brasileira, 1979, pp. 13-14.
6
Frederico Morais, Ibid.
7
Marta Traba, Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas, 1950-1970, Méxi-
co, Siglo XXI, 1973, p. 9. 82
CARLO S G U E VA R A M E Z A
Otros autores que participaron en el debate abierto por Traba, como el mismo
Morais, Juan Acha y Mirko Lauer, calificaron la propuesta de pasiva:
8
Guillermo Bonfil Batalla, México profundo. Una civilización negada [1989], México, CNCA, Col. Lectu-
ras mexicanas, 2001, p. 11.
9
Morais, “De la iconología a la materiología: las posibilidades de un arte de resistencia en América
Latina”, en Coloquio Internacional de Xalapa, La iconografía en el arte contemporáneo, México, Insti-
tuto de Investigaciones Estéticas-UNAM, 1982, p. 87. 83
CARLO S G U E VA R A M E Z A
Existe una inquietud propia de nuestra época, en el sentido de que esta época
tiene, como todas las épocas de transición y de crisis, problemas que la individualizan.
Pero esta inquietud en unos es desesperación, en los demás vacío [...].
Los artistas y los pensadores de esta época rehúsan, por orgullo o por temor, ver
en su desequilibrio y en su angustia el reflejo de la crisis del capitalismo.
10
Comentario de Juan Acha al texto de Morais (nota anterior), pp. 121 y 122.
11
Mirko Lauer, Introducción a la pintura peruana del siglo XX, Lima, Mosca azul, 1976, p. 23. La cita
de Quijano es de “Cultura y dominación”, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Santiago de
Chile, junio-diciembre, 1971, pp. 39-56. 84
CARLO S G U E VA R A M E Z A
12
José Carlos Mariátegui, “¿Existe una inquietud propia de nuestra época?”, Mundial, Lima, 29 de
marzo de 1930, en El artista y la época, Lima, Amauta, 1959, pp. 30-31. 85
CARLO S G U E VA R A M E Z A
De ahí una definición de Alberto Híjar que me permito citar en extenso, aun-
que exceda los límites de mi participación:
[Toda] obra de arte se da como ruptura con los códigos, percepciones, sentimien-
tos e ideas de la ideología dominante. Pero esta ruptura no se da por la genialidad
como don divino en el acto sublime de la creación, tampoco por la voluntad de
forma del artista. Se da como trabajo concreto con los signos propios de cada
13
Alberto Híjar, “Producción, reproducción y arquitectura”, en Cuadernos Arquitectura Latinoamerica-
na, México, 1977. 86
CARLO S G U E VA R A M E Z A
87
Alberto Híjar en
Nicaragua, 1980.
Primer Seminario
de Formación de
Promotores
Culturales Leonel
Rugama.
Nicaragua, enero
1980. Primera
conmemoración en
Estelí de la caída en
combate de Leonel
Rugama.
88
89
Nicaragua,
enero 1980.
Frente al retrato de
Camilo Cienfuegos,
Museo de la
Revolución, Cuba,
2001.
90
Híjar durante la
huelga de hambre
en la Alameda
Central, México
D.F., contra la
privatización del
Bosque de
Chapultepec y la
corrupción en
la Dirección de
Difusión Cultural
de la UNAM, 1986.
91
TALLER DE ARTE
E IDEOLOGÍA
• • •
Siqueiriana
•••
Miguel Ángel Esquivel, distanciado del TAI, Raquel Bolaños, José Luis Medrano,
Gonzalo López, Sara Álvarez, Porfirio García dubitativo y los jóvenes de la Liga
de Cineclubes Universitarios Bertolt Brecht, a quienes ganamos con el Taller
Ricardo Zavala durante el Movimiento Estudiantil, nombrado así por el estu-
diante caído en la masacre de El Charco. Este Taller terminó con la ocupación
militar de Ciudad Universitaria. 96
A L B E RT O H Í J A R
7. Periodista desde los años sesenta, sin saberlo asumí la necesidad de crítica
de lo concreto y a veces inmediato. Lo aprendí de Arte Público que Siqueiros
publicaba cada que hacía falta. Es curioso que el único de mis libros con segun-
da edición sea la transcripción de dos conferencias en la Escuela de Cuadros de
la Coordinadora Obrera, Campesina, Indígena y Popular frustrada por el PRD y
el oportunismo electorero del neocardenismo, de manera semejante a las edi-
ciones de las conferencias y comparecencias ante los juzgados de Siqueiros. El
predominio del discurso hablado sobre el escrito ha correspondido al analfabe-
tismo dominante y a la necesidad de transformar la educación por la vía do-
cente. La lección de Siqueiros y su desinterés por construir escuelas de largo
plazo e instituciones con relativa autonomía del Estado burgués, condujo mi
TALLER DE ARTE E IDEOLOGÍA
Gonzalo López advirtiendo que me quieren dar por muerto con estas re-
flexiones de ahora. Sin embargo, hay una historia de acciones furibundas que
difícilmente quedarán como memoria histórica. Por ejemplo, cuando entrega-
mos la Sala de Arte Público Siqueiros al INBA, luego de liquidar el Fideicomiso
Siqueiros, y mientras Oralba Castillo Nájera informaba de esto en una rueda
de prensa y yo recorría el edificio con el director del Instituto, quien nunca me 99
A L B E RT O H Í J A R
10. Pensar por cuenta propia, como aconseja Marx. Siqueiros pensó y actuó
con una inspiración socialista ideológica felizmente indisciplinada frente a su
Partido. Se aprende a golpes, la sabia tesis sobre Feuerbach del predominio de
la práctica cuando las cosas no salen como prevé la teoría. Pero la capacidad
previsora de ésta es el recurso supremo para corregir y avanzar, para reple-
garse y reproducir en otros la construcción de un anticapitalismo que o es
socialista o se reduce al lamento de los abajo firmantes, la movilización más o
menos festiva o patética según el caso. Lo dicho: “lo que han hecho los filóso-
fos es interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”. Lástima
que yo al menos carezca de la capacidad de Siqueiros para producir obras tan
importantes para todos, que valen independientemente de sus avatares vita-
les, aunque con ellos se aman mejor. Otros del TAI intentan concretar las lec-
ciones de Siqueiros. Por ejemplo, gracias a las relaciones de Cristóbal Muñoz
en Italia Juan José Milián pintó un mural en un centro comunitario de Roma
ocupante de un viejo rastro, para luego seguir con otro en Cerdeña y hacer una
TALLER DE ARTE E IDEOLOGÍA
manta con ropa integrada como aportación al realismo. Por su parte, Gonzalo
López produjo más de setecientos metros cuadrados de murales comunitarios
en barrancas y taludes de la Delegación Álvaro Obregón y, en equipo, partici-
pamos en la restauración y remodelación de la Cabeza de Juárez, en cuyo
interior hicimos un museo sobre el liberalismo antiimperialista, con poca suer-
te ante la incuria perredista. Sara Álvarez publicó su poesía titulada Apuntes 100
A L B E RT O H Í J A R
de una mujer cualquiera y los demás hemos publicado libros colectivos pro-
ducto de nuestros seminarios o al menos en nuestros órganos como Boletai y
Grito Rojo. El colectivo funciona en la medida que satisface y enriquece a cada
uno de sus miembros. Dicho en términos marxistas: de cada quien según sus
capacidades, a cada cual según sus necesidades.
101
A L B E RT O H Í J A R
Homenaje a
Salvador Cayetano
Carpio, Comandante
Marcial de las FPL
de El Salvador,
frente a la sede
de la Sección IX de
la CNTE, 1985.
102
A L B E RT O H Í J A R
Adolfo Sánchez
Vázquez y Alberto
Híjar, México D.F.,
2003.
103
S Í N T E S I S C U R R I C U L A R E S
•••
104
SÍNTESIS CURRICULARES
Desarrolló el tema José Clemente Orozco: escenógrafo para ballet, obra publi-
cada por el Instituto Cultural Cabañas de Guadalajara en el año 2002. También
publicó Escuelas de Pintura al Aire Libre y Centros Populares de Pintura (Méxi-
co, Cenidiap/Conaculta, 1987) y ¡30-30¡ Contra la Academia de Pintura. Estu-
dio y documento (México, Cenidiap/Conaculta/Munal/INBA, 1994).
105
SÍNTESIS CURRICULARES
Sus trabajos más recientes son el video México bajo la óptica de Juan Guzmán,
arte, famosos y vida cotidiana, realizado en el IIE; una breve presentación so-
bre este fotógrafo, que se publicará en la colección Círculo de Arte del Conaculta,
así como la colaboración con el artículo “Momentos y modelos en la vida cotidia-
na, la fotografía en los años cincuenta en la Ciudad de México”, para el número
4 de la colección Arte y Vida Cotidiana, coordinada por Aurelio de los Reyes, que
publicarán el Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica.
• CÉSAR SÁNCHEZ
• IRIS MÉXICO
Ha colaborado desde 1994 con más de cien artículos sobre arte en prensa,
radio, televisión e Internet. La imagen de Iris y su obra ha aparecido en medios
de comunicación internacionales: Nový Cas, Eslovaquia; Schwabische Zeitug,
Alemania; así como mexicanos: Canal 40, Canal 11 y Canal 22; La Jornada, El
Financiero, El Universal.
dos, Puerto Rico, Italia, Austria y España. Ha sido parte de diversos consejos
editoriales y de otras organizaciones culturales.
25 años de lucha
por la estética*
•••
(editorial Polignos), sintetiza las grandes posiciones sustentadas por sus auto-
res: la psicología social de José de Jesús Fonseca, la teoría de la arquitectu-
ra de Vargas y Pinoncelly, la teoría de la información de Óscar Olea y la
lectura mexicana del marxismo que aprendí de Siqueiros.
11. El primer paréntesis marxista es aquí necesario. Los años sesenta arran-
caron para la formación discursiva reseñada con una mesa redonda organiza-
da por la Universidad Obrera sobre la “Situación actual de la plástica”. Las
discusiones entre Siqueiros, Federico Silva –aún no geometrista– Joel Marrokín
y Antonio Rodríguez no sólo tocaron problemas artísticos, sino problemas de
las contradicciones entre los tránsitos al socialismo de China y de la URSS, las
consecuencias que esto tiene para el realismo, los problemas de
burocratización de la gráfica popular y del muralismo, las contradicciones
entre la privatización del arte y su carácter público, las posibilidades de la
democracia en un país como México y la incidencia del arte en ello. En fin,
la dimensión estética se hizo presente sin rigor teórico pero con una fuer-
za práctica y una complejidad absolutamente ausentes en la Facultad de
Filosofía. Esto significó, primero, un simple impulso voluntarista de ponerse
del lado de la vida y de luchar contra la agonía de las academias. Ahora es
una convicción de cómo una formación discursiva marxista leninista tiene
que pasar en un país como México por discursos esencialmente prácticos
vinculados al movimiento obrero y campesino. Procurar la dimensión esté-
tica exige, así, salir de las universidades e involucrarse directamente en la
lucha de clases. De esta manera aprendí la historia de México no
escolarizada a la par que la dimensión estética de toda ella.
15. La lucha por la democracia en América en los años sesenta produjo impor-
tantes movimientos culturales y hubo que insertarse en ellos no sólo para difun-
dirlos sino para contribuir a su desarrollo. Esto produjo mi antología Hacia un
tercer cine, la primera que recoge las proclamas de un cine antiimperialista y
por la liberación nacional. El lugar de Cuba en este movimiento cultural nos llevó
allá: Pinoncelly y Vargas representaron a México en el Congreso de la Unión
Internacional de Arquitectos que clausuró el Che; yo fui invitado en 1970 y
participé en un coloquio internacional sobre artes plásticas donde gané relacio-
nes sociales todavía vivas. El Curso Vivo de Arte consolidó entonces su
internacionalismo, que abarcó Centro y Sudamérica, la URSS, China, el centro de
Europa, Grecia y los viajes llamados “Cuba para universitarios”. Sobre todo en
América dejamos huella, no sólo como modo de ejercer la crítica de arte sino de
enseñar la historia al revés: a partir de las complejidades máximas, actuales,
para remitirse a los antecedentes y así dar principal importancia al futuro.
19. Hicimos cadena de aportaciones a Nicaragua. Los frutos del TAI , del
FMTC, hicieron de estas aportaciones principios de construcción de la cultura
popular revolucionaria no sólo teórica sino sobre todo práctica. En los mi-
nisterios de Cultura y de Educación, en el Ejército Popular Sandinista, en la
Junta de Reconstrucción de Managua, en las organizaciones de base de las
vivanderas del Mercado Roberto Huembes y del Mercado Oriental, en la
Central Sandinista de Trabajadores, en los Centros Populares de Cultura,
dejamos huella Gloria Valdés, Ana Cecilia Lazcano, Enrique Echeverría, Do-
lores de la Peña, Rini Templeton, el grupo Germinal y yo. Esto nos descubrió
la cuestión nacional y la necesidad de liquidar teórica y prácticamente la
reducción burguesa de la dimensión estética a la pura artisticidad. La di-
mensión estética en los movimientos de liberación nacional abre así la ne-
cesidad de crítica a la estética y su recuperación como elemento estratégico 115
APÉNDICE
de la liberación del hombre como “ser esencial”, según advirtiera Marx en los
Manuscritos económico-filosóficos.
20. Pelear por las palabras pero no sólo por ellas, exige insertarse en la
formación discursiva de la liberación nacional por el socialismo. En mi caso
esto reduce mi influencia universitaria y me pone en situación antagónica
hasta el punto de la apariencia de fracaso. No puede decirse lo mismo en tanto
la realización de nuevos términos como “producción artística”, “trabajadores
de la cultura” y “dimensión estética” para contradecir la terminología idealista
y su práctica consiguiente. A partir de la filosofía, la lucha ideológica que esto
exige se realiza en las luchas populares donde habrá que ganarse un lugar
definitivo. Esto va más allá de lo académico y exige intransigencia fundada en
la historia de la cultura como acumulación de fuerzas del pueblo mexicano por
su liberación radical.
116