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La Biblia en su entorno

Para hacer la reconstrucción de la historia de Israel es necesario tener como primera fuente la
Biblia y como segunda las fuentes extra-bíblicas, la arqueología ha sido muy importante, ya
que ayuda a comprender tanto los modos de vida como la evolución cultural de los pueblos,
sus descubrimientos han proporcionado una gran cantidad de materiales fundamentales para
la historia del periodo. Por ejemplo las monedas, los manuscritos y las inscripciones ayudan a
comprender los desarrollos económicos, sociales y algunas lagunas que se tienen de épocas
anteriores.

Para el periodo desde Alejandro Magno hasta Bar Kokba, el Antiguo Testamento es de poca
utilidad, ya que hace algunas alusiones un tanto aisladas de la historia, pero el Nuevo
Testamento proporciona por medio de los evangelios algunos elementos aprovechables para
la reconstrucción histórica. Es por esto que para este periodo las fuentes extra-bíblicas sean
imprescindibles.

La obra del historiador Flavio Josefo nos describe la guerra contra Roma, la prehistoria de la
rebelión y presenta un panorama de la historia del pueblo Judío, para ello Josefo emplea y cita
obras de otros historiadores griegos y latinos que proporcionan informaciones interesantes
para la historia de Palestina, en muchos casos desaparecidas, pero la fiabilidad de sus datos
está cuestionada a causa de la disparidad de las fuentes utilizadas por la arbitrariedad con que
emplea estas fuentes, los documentos falsos, los errores cronológicos, pero principalmente
por lo tendencioso y apologético de sus escritos.

Junto a las obras de los historiadores, las obras de la literatura apócrifa nos muestran el
complejo panorama religioso del judaísmo de la época y la vitalidad de ciertos grupos que
posteriormente quedarán relegados. En las obras de la literatura rabínica se encuentran
también referencias a la historia de este periodo, aunque su redacción es bastante posterior a
los acontecimientos, las tradiciones se remontan a épocas anteriores, se encuentra un
judaísmo aún en periodo de formación y que cuajará plenamente después de la destrucción
del templo y del fracaso de la revuelta de Bar Kokba.

La metodología para establecer cronologías de los acontecimientos por medio de los textos
bíblicos y otras fuentes, parte primero del historiador, quien debe determinar el texto más
correcto con el cual pueda iniciar su investigación, luego examinar la composición, la
estructura, la relación con otros textos y la función que desempeña, antes de sacar cualquier
tipo de conclusión histórica.

Es preciso tener en cuenta que la Biblia no es un libro que intente hacer una historia,
simplemente presenta las reflexiones y vivencias de un pueblo desde el punto de vista de su
fe, su fundamento es presentar el sentido religioso para Israel.

El estudio de todos estos aspectos pertenece a la crítica literaria, su amplitud es tal que incide
en la forma misma de abordar y de concebir la historia de Israel.

En el periodo que va desde Alejandro Magno a Bar Kokba los problemas metodológicos
dependen de la naturaleza de sus fuentes bíblicas, tanto en el antiguo como en el nuevo
testamento, pero el carácter apocalíptico y el lenguaje críptico hacen que estos datos solo
sean comprensibles cuando se relacionan con los extra-bíblicos, por ejemplo 1 Mac fue escrito
para legitimar la dinastía asmonea, por eso tiene un carácter legendario

Los Ciclos patriarcales son los distintos conjuntos literarios del libro del Génesis dedicado a los
patriarcas antepasados de Israel, Abraham, Isaac y Jacob, quienes son un marco de referencia
histórico. En el mundo antiguo la genealogía es la manera más corriente de situar a una
persona en el tiempo y es una estructura impuesta por el narrador para expresar las relaciones
establecidas por diversos grupos. Igualmente los itinerarios y los nombres de los lugares
permiten situar los grupos en espacios determinados, de esta manera se admite sin problema
que cada uno de los ciclos se desarrollan en zonas geográficas diferentes pero que aún así se
da continuidad por que las nuevas tribus recogen las tradiciones y las hacen suyas. Pero para la
historia el problema es que hoy no sabemos en qué plan se sitúa tal continuidad, ni cómo se
realizó históricamente.

Moises es la figura predominante y el eje principal de la historia de Israel en Egipto

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