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Resumen
Mesopotamia o el antiguo oriente medio es el epicentro cultural de
varios pueblos que antes de la Biblia ya se preguntaban y reflexionaban
en torno al hombre, el mundo y Dios. Con este presupuesto, se planteará
en éste artículo, cómo el texto sagrado, y por ende, su autor, además de
tomar elementos de otros mitos de culturas distintas, quiere trasmitir un
mensaje único sobre Dios. Por esta razón, el poema Babilónico Enuma
Elish será sometido a una comparación literaria con la narración de la
creación en siete días del libro del Génesis, para establecer cómo Dios
se revela usando los medios que le proporciona el desarrollo humano
de la misma historia a través de la palabra.
31
Recibido: 1 de agosto; Revisado 30 de agosto; aprobado: 1 de octubre.
32
Licenciado en Teología por Universidad de San Buenaventura – sede Bogotá; maestrando en
Teología de la Biblia en la Universidad de San Buenaventura – sede Bogotá; Profesor de la Fun-
dación Universitaria San Alfonso.
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The Enuma Elish and the biblical story of the
creation of Gn 1/1-2, 4: intentionality and
pedagogy.
Pr Luis Gabriel Montilla Ledesma
Abstract
Mesopotamia or ancient Middle Eastern is the cultural epicenter of
several peoples who before the Bible already questioned and reflected
in lathe to man, the world and God. With this budget, will arise in this
article, how the text sacred, and therefore, its author, in addition to
taking elements of other myths of different cultures, want to convey
a unique message about God. For this reason, the Babylonian Enuma
Elish poem will undergo a literary comparison with the narrative of the
creation in seven days of the book of Genesis, to establish how God
reveals himself using the means provided by the human development
of the same story through the word.
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El Enuma Elish y la narración bíblica de la
creación de Gn 1, 1-2,4: la intencionalidad y
la pedagogía.
Pr Luis Gabriel Montilla Ledesma
Introducción
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del mundo entonces conocido, con el objetivo políticamente de concebir a
Babilonia como en el centro del universo»33.
En este sentido, en el mundo bíblico y sobretodo, con los relatos del Génesis
que hablan sobre la creación se percibe una relación muy estrecha con la
Cultura Mesopotámica, pues «las semejanzas entre la tradición Bíblica y la
babilónica son muy evidentes, y eso permite pensar que hay una influen-
cia cultural y literaria de la civilización mesopotámica sobre la tradición
hebrea»34.
33
Franco D’ AGOSTINO. Gilgames o la conquista de la inmortalidad. Madrid : Editorial Trotta, S.A;
2007. 18.
34
Ibíd. 184.
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días (cfr. Gn 1, 1 – 2, 4a) y un segundo que habla sobre el paraíso (cfr. Gn
2, 4b – 25)35.
Así pues, es evidente que los dos relatos de la creación del Gn no pudieron
haber sido escritos por un mismo autor, y esto hace inferir de inicio lo siguiente:
según los estudiosos del tema, el segundo relato de la creación es primero en
tiempo e historia, y quizás fue durante muchos siglos el texto más usado con
que se le contaba a Israel el principio del mundo, además fue escrito durante
la época del rey Salomón en el siglo X a.C.
35
Se ha de tener en cuenta que el objeto de esta primera parte es hacer una aproximación interpretativa
básica. Para profundizar más desde perspectivas exegéticas más elaboradas se pueden abordar los
siguientes textos: Gerhard Von RAD. Teología del Antiguo Testamento. I. Las tradiciones histó-
ricas de Israel. Salamanca: ediciones Sígueme, 2009. Ibidem. La acción de Dios en Israel. Madrid:
Trotta, 2005. Raúl BERZOSA MARÍNEZ. La creación en clave cristiana. Estella: editorial Verbo
Divino, 2001. Xabier PIKAZA. Antropología Bíblica. Salamanca: ediciones Sígueme, 1993. AA. VV.
Comentario Bíblico de San Jerónimo. Antiguo Testamento. Estella: editorial Verbo Divino, 2004.
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decepciones, de pérdida de sentido, buscarían con una nueva narración de
la creación, intentar devolver esa esperanza que por Babilonia, el pueblo
israelita había perdido.
Pero, ¿Qué se vuelve afirmar con esta comparación entre los relatos creacio-
nistas del Génesis? En el segundo relato, se puede suponer lo siguiente: el
autor era un catequista que sabía ilustrar y trasmitir de una manera sencilla
las más altas ideas religiosas a las personas. Del mismo modo, con un estilo
pintoresco, pero profundo desentraña en su narración la psicología humana,
cuenta la formación del mundo, del hombre y de la mujer. En contraste con
el primer relato deja entrever una organización y estructura bastante rígida en
su narración. Pese a que en la mayoría de concepciones cosmológicas en el
entorno, el universo estaba formado por tres planos superpuestos: los cielos
con las aguas superiores, la tierra con el hombre y los animales en el medio,
y el mar con los peces y las profundidades de la tierra. De igual manera, se
nota una minuciosa delineación de lo creado en el universo (plantas, animales,
aguas, astros, etc.), al fin de dejar claro que esos seres no son dioses. Como
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también, es muy reiterativo al mencionar que en cada obra creada no existe
el mal «y vio Dios que era bueno» (Gn 1, 10.12.18.21.25).
Así entonces, esto deja entrever que el segundo relato; el del paraíso, pudo
haber sido primero en haberse escrito, y el primero pudo haber sido una
construcción posterior. Por consiguiente, se deja bajo suposición que quien
compiló los relatos, coloca el relato de la creación de siete días de primero
porque vio en ese una narración menos cargada de antropomorfismos y más
respetuoso. Claro está, denotando que ambos relatos tienen un mismo nivel
de importancia. Teniendo en cuenta la comparación de los textos creacionistas
del Gn, el relato Bíblico que mejor brinda la posibilidad para compararlo con
el relato del pueblo de Mesopotamia, es el relato creacionista sacerdotal, el
de la creación en siete días.
De otro lado, no hay que perder de vista los relatos creacionistas del entor-
no, uno de los más estudiados ha sido el Enuma Elish, un poema acerca de
la creación o el origen del mundo en la cultura babilónica, relato escrito en
honor al dios nacional Marduk; que servía también de texto litúrgico en la
celebración del año nuevo.
36
Ver: James B. PRITCHARD.. La sabiduría del antiguo oriente. Barcelona: Ediciones Garriga, S.A,
1966. 36.
37
Ibíd. 37
38
Ibíd.
39
Ibíd. 39.
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Ahora bien, el relato de la creación del libro del Génesis no tiene hasta ahí
ninguna semejanza, aunque en el primer relato (Gn 1, 1ss) se vislumbra la
posibilidad de asimilarse con el poema babilónico, en la medida, que en
ambas narraciones en oposición al caos y la oscuridad, la divinidad da orden
y luz al mundo. Volviendo sobre el poema del Enuma Elihs, una vez Marduk
gana por completo el enfrentamiento, a «su corazón (le) urge a efectuar obras
artísticas»40, y empieza su obrar sobre la tierra. Como en el génesis de la biblia
que divide las aguas de arriba con las inferiores (Cfr. Gn 1, 6-7), Marduk a su
manera hace lo mismo41. De igual manera, el Dios del Génesis va llenando
el firmamento y comienza a darle forma (Gn 1, 8-18), al igual que el dios del
mito del mesopotámico.42
De este modo, está claro que detrás del texto babilónico hay también un
mensaje. En primer lugar, se entiende que los señores de la poderosa ciudad-
Estado babilónica y en representación de Marduk no existen antes que el
mundo, asume el mito que hay vestigios de otros pueblos y modos de asumir
la vida. En segundo lugar, al parecer el papel de la mujer es determinante en
un primer momento, con la aniquilación de las diosas emerge la masculinidad
para subordinar y dominar a las mujeres. «Marduk nuevo modelo militar y
arquitectónico, extingue la vida de Tiamat, reduciéndola a materia muerta
40
Ibíd. 42.
41
Ver: Ibíd. 41
42
Ver: Ibíd.
43
Ibíd.
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de la que después forma la vida»44. Por último, está jerarquización de dioses
y hombres como esclavos (hechos para servir a los dioses), pretende legiti-
mar el papel dominante y opresor de la clase gobernante y en especial, de
la clase aristócrata de los templos y de los palacios, sobre los trabajadores
esclavizados de su imperio.45
44
Amparo NOVOA. Antropología Teológica. Bogotá: Fundación universitaria Claretiana, 2008. 47.
45
El poder hierático del ritual y de la ley y el poder militar de los ejércitos con sus armas son las
plataformas de poder de las aristocracias babilónicas, cuya riqueza sólo proviene de las espaldas
maltratadas por el yugo de la esclavitud de los pueblos avasallados a su paso.
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Quizás, se puede complementar aún más está comparación sobre estos
dos relatos, y sobre todo, en ahondar en temas específicos como el de la
antropología y la teología que se manejan en ellos. Sin embargo, el objetivo
es sólo mostrar en el elemento literario, la similitud y contrastes de estructura
entre estas narraciones míticas: la hebrea y la mesopotámica.
“Dijo luego Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para separar el día
de la noche, y sirvan de señales para solemnidades, los días y los años, y sirvan
también de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra». Y
así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores: el lucero grande para regir el día,
y el lucero pequeño para regir la noche; y las estrellas. Y Los puso Dios en el
firmamento celeste para alumbrar la tierra, para regir el día y la noche y para
apartar la luz de la oscuridad. Y vio Dios que estaba bien.”(Gn 1, 14-18)46
46
Traducción tomada de la Biblia de Jerusalén. Bilbao: Descleé de Brouwer. 1998.
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De esta forma, surge la necesidad de tomar el texto bíblico en hebreo para
analizarlo. Así,
Un primer detalle hace surgir la pregunta del por qué del uso de la palabra
lumbreras que en hebreo es troAam))) (meôrot), sí se conoce la palabra sol
y luna en la tradición hebrea. Tanto, la palabra sol que en hebreo es vm,v,î,
(shemesh) y la palabra luna x;rey” (yareaj) aparecen en varias partes del AT,
por ejemplo, se menciona en el mismo texto del Génesis ambas palabras:
«He tenido otro sueño: resulta que el sol , la luna y las estrellas se inclinaban
ante mí», (Gn 37, 9).
Como se pudo apreciar, hay una gran lista de citas donde las palabras sol y
luna son usadas a través de todo el Antiguo Testamento, en contraposición
a la palabra meôrot (lumbreras) que solo aparece de manera explicita con el
47
Estas son algunas de la citas donde se puede comprobar la existencia de la palabra sol en el A.T.
Gn 15, 12.17; 19, 23; 28, 11; 32, 32; 37, 9; Dt 33, 14; Jos 10, 12. 27; 13, 5; 19, 12.27; Jue 5, 31; 9, 33;
2 Sm 23, 4; Job 8, 16; Sal 50, 1; 58, 9; 72, 5.17; 84, 12; 104, 19; 113, 3; 148, 3; Ecle 6, 5; Is 41, 25; 45,
6; 59, 19; Jer 31, 35; 43, 13; Ez 32, 7; Joe 2, 10; 4, 15; Nah 3, 17; Hab 3, 11; Mal 1, 11; 3, 20.
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significado de lámparas o esplendor en el libro del éxodo: «Tú diestra, Yahvé,
impresionante por tu esplendor» (Ex 15, 6).
Lo anterior hace suponer que hay una razón de fondo que no es simplemente
literaria, sino en cambio, una razón mas profunda que le da sentido al men-
saje a través del uso la palabra lumbreras y no de sol o luna. De esta manera,
¿por qué el poeta creacionista o autor sagrado usas las palabras de lumbreras
mayor y menor para referirse al sol y la luna respectivamente? ¿Por qué no
fue el autor un poco más directo en plasmarlo en el texto? Para ello posible-
mente hay que acudir a la cultura-religiosa vecina de Babilonia, y entender
a través de ese análisis, la influencia de estas culturas sobre la israelita para
comprender las implicaciones que esto contiene.
Ver. Wilhem GESENIUS’. Handworterbuch. Hebräischs und Aramäisches. Leipzig: Ed. Verlag Von
48
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4. La teología y la pedagogía de la revelación en el texto
Al respecto señala Moltmann: «La expresión Dios «ha creado» el mundo pone
de manifiesto y acentúa la autodistinción de Dios respecto del mundo: Dios
ha querido el mundo. Por consiguiente, éste no es de esencia divina. Tampoco
es una emanación de su ser eterno, sino el resultado concreto de su decisión
voluntaria. Como resultado de la actividad creadora de Dios»50. Por tanto, la
creación es su buena obra, no es un arquetipo demoniaco de su capricho, si
no, de su voluntad.
49
Jürgen MOLTMANN. Dios en la Creación. Salamanca: ediciones Sígueme, 1987. 87.
50
Ibíd.
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Así entonces, se ha de mencionar también que en este relato de la creación en
la perspectiva sacerdotal, la experiencia de autorevelación del Dios de Israel
se da bajo dos dimensiones concretas: Dios como creador del mundo y de la
historia y Dios como uno y único. Así, la creación se vuelve horizonte universal
de la experiencia histórica vivida por el pueblo de Israel. Este horizonte se
configura desde una creación “en un principio” y una creación escatológica
“en un cielo nuevo y una tierra nueva (Is 65, 17).
Teniendo en cuenta lo anterior, brota del autor sagrado una intención impor-
tante de entender que el mundo en sus orígenes responde al plan de Dios. La
bondad de la creación alimenta la fe en un Dios bueno en la que no participa
el mal. La reflexión sacerdotal de la creación, aunque con un tinte apologético,
quiere dejar en evidencia que Dios no es el responsable del mal en el mundo,
pero fundamentalmente, que la creación entera es buena.
51
Alejandro MARTÍNEZ SIERRA. Antropología teológica fundamental. Madrid: BAC, 2002. 520.
52
Gerhard VON RAD. Teología del Antiguo Testamento. I. Las tradiciones históricas de Israel. Sa-
lamanca: ediciones Sígueme, 2009. 192.
53
El autor en el relato precisa en dar nombre a todas las cosas creadas. En el ámbito hebreo el nombre
no sólo expresa lo que es, sino su esencia, su función propia para la vida. La creación no alcanza
su culmen hasta que las cosas reciben su nominación por parte de Dios.
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el descanso: « La obra de la creación se consuma mediante el descanso del
creador; la actividad creadora, mediante su bendición; y su trabajo, mediante
su santificación del sábado»54.
Así, cuando Dios descansa «de sus obras» el sábado, pero al mismo tiempo
reposa a la vista de sus obras. Puede representar que no sólo ha creado y
hecho su creación, sino posibilita que ella exista ante su rostro y coexista con
él mismo. En esta perspectiva, el mundo no sólo ha sido formado por Dios,
sino que puede existir ante Dios y vive con Dios. Cuando Dios descansa, hace
que la creación sea lo que es. Cuando Dios concluye su actividad creadora
y configuradora, hace que todas las criaturas, cada una a su manera, influyan
en él. En el cohabita una configuración vital de cada creatura y percibe sus
influencias vitales55.
54
Jürgen MOLTMANN. El Dios de la creación. Op. cit. 289.
55
Ver: Ibíd. 290.
56
Ver: Felicísimo MARTÍNEZ DÍEZ. Teología fundamental. Salamanca: San Esteban-Edibesa. 2001. 85.
57
Paul TILLICH. Teología Sistemática. Vol. I. Salamanca: ediciones Sígueme, 2001. 166.
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opresión. El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo poderoso en
medio de gran temor, señales y prodigios; nos condujo a este lugar y nos dio
esta tierra, que mana leche y miel. Por eso traigo los primeros frutos de esta
tierra que el Señor me ha dado”. Dejarás los frutos en presencia del Señor tu
Dios, y te postrarás ante el Señor tu Dios» (Dt 26, 5–10).
En este sentido, el relato del Génesis sobre el principio del mundo se sitúa
bajo una forma narrativa concreta que defiende tesis teológicas importantes
como: «el universo no está en manos de cualquier potencia ni es gobernado
por los grandes de este mundo. Ni siquiera es la obra de las divinidades de los
otros pueblos. El mundo ha sido creado por el Dios de Israel y él solo puede
ejercer su poder sobre lo creado».59
Por esta razón, se entiende porque Dios hace todo bueno, y no deja par-
ticipar el mal desde el principio en la creación, como lo estaba aprobando
el Enuma Elish, de igual manera, se comprende porque Dios hizo el mundo
58
Felicísimo MARTÍNEZ DÍEZ. Teología fundamental. Op. cit. 91.
59
Jean Louis SKA. Introducción a la lectura del Pentateuco. Navarra: Editorial Verbo Divino; 2001.
230.
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en seis días y en el último día descansó, con la necesidad de justificar ade-
cuadamente y proponer al pueblo hebreo la observancia del sábado como
día sagrado. Porque como lo afirma Jean L. Ska: «el texto bíblico es un texto
sagrado, con valor normativo para el pueblo de Israel. Se trata de un texto
fundante, de la constitución de Israel postexílico, que contiene las leyes junto
a las narraciones».60
De la misma forma, el redactor final del libro del Génesis revela algo primordial,
que aun reuniendo en un solo texto ambos relatos como los de la creación,
y aun mas, conociendo su carácter incompatible, muestra que para él este
aspecto científico no era mas que un accesorio, una forma de expresarse. Y
que por tanto, nos remite a pensar que el Enuma Elish juega un papel deter-
minante en la revelación porque es una palabra humana, es un medio en el
que nos permite acercarnos a una comprensión real y crítica de la tradición,
en cuanto que el mismo acontecer de la historia y de la cultura es revelación
de Dios efectiva. En cuanto que Enuma Elish solo fue un medio sin el cual ese
mensaje no podría anunciarse, pues, en ese relato babilónico Dios entreteje
también su parte, al acomodarse al desarrollo histórico de la época. Mesopo-
tamia y toda la región de la luna fértil sería testigo de ello.
5. Algunas conclusiones
En línea con lo anterior, es innegable afirmar que los hagiógrafos son instru-
mentos vivos, libres y racionales movidos por Dios para la redacción de los
textos Sagrados. Por eso, no se puede negar la autoría del texto bíblico, y
60
Ibíd. P. 250.
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tampoco se le puede negar su misma intencionalidad. En consecuencia, la
intencionalidad del primer relato de la creación del Génesis tiene un carácter
inescrutable en trasmitir de forma práctica que Dios es uno solo y Él es quien
tiene el poder sobre todo lo creado.
Por otro lado, se entiende que aunque la escritura de Israel se desarrolló for-
malmente durante la constitución de la monarquía (1030 a.C.), los recuerdos
de épocas anteriores se mantenían y transmitían de forma oral, de generación
en generación. Esos relatos orales los redactaron posteriormente diferentes
personas y grupos del pueblo, para preservar narraciones que le daban razón
de ser y existir como pueblo, y contribuían a la identidad nacional y religiosa,
y como no, al desarrollo teológico de la comunidad.
Bibliografía
ÁLVAREZ V. Ariel. Investigaciones Bíblicas. Fundación Universitaria Luis Amigó
Medellín: Publicaciones FUNLAM; 2004.
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PRITCHARD, James B. La sabiduría del antiguo oriente. Barcelona: Ediciones
Garriga S.A.; 1966.
SKA, Jean Louis. Introducción a la lectura del Pentateuco. Navarra: Editorial Verbo
Divino; 2008.
VON RAD, Gerhard. Teología del Antiguo Testamento. I. Las tradiciones históricas
de Israel. Salamanca: ediciones Sígueme, 2009.
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