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En muchos países, se considera que la corrida de toros es un arte.

Basándose según la
consulta popular realizada en el 2011 en la república del Ecuador, cuando la población
rechazó contundentemente ese ''arte'', considera que esa actitud se basa en que se deben
respetar todos los derechos de los animales sí o no.

Introducción

Las ferias taurinas eran consideradas como los espectáculos más antiguos de la
humanidad celebrada en diferentes provincias y cantones. En Quito eran conocidas como
festividades patronales ya que se realizaban por la fundación de la ciudad de Quito llamada
Feria Jesús del Gran Poder. En el gobierno del expresidente Rafael Correa se plantearon
argumentos para una consulta popular que se dio a cabo el 7 de mayo del 2011 donde
quedaba prohibido matar animales por diversión. Según los resultados numéricos del
Consejo Nacional Electoral (CNE) El 57 % de los cantones del país le dijeron Sí a la
prohibición de matar animales en espectáculos públicos, Mientras que el 42% dijo que No.

Según normas establecidas por ley en el Reglamento de Espectáculos Taurinos se


establecen, entre otras medidas, la de garantizar: la integridad de los toros, su trapío y edad,
el indulto del mismo con el fin de mejorar las ganaderías; los derechos y deberes de los
espectadores, las características de los útiles de torear o asegurar el nivel profesional de los
toreros que intervienen en las corridas de toros

Desarrollo

Se considera que si se deben respetar todos los derechos de los animales ya que
pertenecen a la naturaleza y en ocasiones son víctimas de espectáculos donde son
torturados, desangrados hasta que mueren por simple diversión de ciertos grupos sociales.
Es por ello que en la constitución en el Art. 71 Establece que toda persona, comunidad,
pueblo o nacionalidad podrá exigir a la autoridad pública el cumplimiento de los derechos
de la naturaleza. El Estado incentivará a las personas naturales y jurídicas, y a los
colectivos, para que protejan la naturaleza, y promoverá el respeto a todos los elementos
que forman un ecosistema.[ CITATION Con081 \l 12298 ]
Los argumentos por los cuales se considera que la abolición de este mal
denominado “arte” responde a que se busca garantizar el derecho de todos los animales, son
distintos. Por un lado, hay muchos más motivos que apoyan su prohibición que alegatos
para seguir practicándolo, el hecho de que sea una representación cultural y tradicional, se
hace énfasis en que es una costumbre importada desde el viejo continente, desde el punto
de vista de quienes escriben, no justifica su práctica ni tanto menos el sufrimiento de los
animales.

Las corridas de toros se desarrollaban en toda Europa, sin embargo, con la llegada de la
Ilustración se prohibieron los espectáculos públicos en los cuales se torturaba abiertamente
a los animales. Aunque no fue el caso de España y de algunos países de América Latina,
donde los conquistadores llevaron su brutal tradición. Solamente en el año 2011 Ecuador se
puso al nivel de muchos otros países del mundo que ya desde muchos años antes habían
prohibido la tortura publica de toros.

En este punto es necesario hablar del concepto de “mal moral”. Pues el mal físico afecta
a todos los organismos vivos sin ninguna excepción, pero solo en los animales se produce
el mal psíquico que sería el sufrimiento o el dolor. Los dos tipos de males se producen de
forma habitual en la naturaleza, y en ese contexto el “mal moral” es el que se produce por
la interferencia humana y que puede ser tanto de la variedad psíquica como de la física.
Este “mal moral” que consiste en el dolor provocado por una interferencia humana
innecesaria, proviene de acciones inmorales como pueden ser la experimentación animal, la
explotación en las granjas o la tortura en espectáculos como las peleas de gallos o la
tauromaquia (Mosterín, 1995).

El concepto de mal moral aporta dos cosas importantes en su aplicación a la


tauromaquia. En primer lugar, deja claro que en las corridas de toros se le está produciendo
dolor al toro, además, un dolor innecesario que no se le produciría jamás sin el actuar de los
humanos. En segundo lugar, se demuestra que con dichas acciones los humanos estamos
teniendo un comportamiento inmoral hacia los animales. Sólo éstos, ya serían dos motivos
de peso para por lo menos, plantear la cuestión de la prohibición de los festejos taurinos en
cualquier país del mundo, y que se considera que fueron las razones por las cuales el 52%
de la población ecuatoriana opto por la abolición de dichos espectáculos.
Mosterín, J. (1995): Animales y ciudadanos. Indagación sobre el lugar de los animales en la
moral y el derecho de las sociedades industrializadas. Madrid: TALASA Ediciones S.L.

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