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Complejidad ambiental
Referencias
Complejidad ambiental
Fuente: Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
La forma en que el autor entiende los procesos y escenarios nos demanda reconocer la existencia de
intereses en conflicto, multiplicidad de factores y variables, y la necesidad de negociación, concertación y
reconocimiento del riesgo en la toma de decisiones.
Esta complejidad queda manifiesta de manera textual en el caso de estudio, donde al momento de referirse
a la intervención de la gestión sobre las problemáticas puede leerse lo siguiente:
Los desafíos técnicos y de gestión ya no se plantean tanto sobre temas específicos, sino sobre problemas
insertos en un contexto, relacionados con múltiples variables e interrelacionados con otros temas o
problemas. Las situaciones problemáticas atraviesan los escenarios de gestión y las situaciones de
conflicto pueden caer sobre cualquier actor social. Podemos interpretar esta realidad en los desafíos para el
desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe, donde se plantea de manera
permanente la cantidad de variables que determinan el desarrollo urbano poblacional.
Para interpretar este complejo sistema, entenderlo y diagnosticarlo, se necesita de la interdisciplina, de una
multiplicidad de miradas entendidas a nivel de experiencia, conocimiento y no solo de titulación académica.
Estos equipos pueden ser idealmente coordinados por una persona formada en su entendimiento desde la
generalidad, y es aquí donde la función del licenciado en gestión ambiental es fundamental. Se necesita
liderar equipos de trabajo, manejar un metalenguaje, unir esfuerzos, rellenar vacíos de conocimiento y
conducir las energías en pos del cumplimiento de los objetivos y la resolución de los problemas.
Un elemento o herramienta importante a la hora de orientar el trabajo es la teoría general de los sistemas
(TGS) o, de una manera simplificada, la visión o el enfoque por sistemas. Con el objeto de entenderla un
poco más, repasaremos algunas cuestiones.
Desde la gestión ambiental nos interesa más la TGS como una forma de ver al mundo que como teoría.
Representa, de manera práctica, una forma sistemática de entendimiento y aproximación a la realidad que
nos permite interpretarla y accionar en ella. Esta herramienta aplica perfectamente al caso de análisis, ya
que la TGS aborda los sistemas desde el reconocimiento de la complejidad holística y nos invita a trabajar
desde la interdisciplina.
La metodología de la TGS propone el análisis de los fenómenos como totalidades constituidas por
elementos en interacción, la existencia de entradas (inputs) y la generación de salidas (outputs). Busca
integrar en el análisis las partes del fenómeno con el fin de alcanzar en sus límites la concepción de una
totalidad lógica. Deja de lado el paradigma analítico reduccionista para montarse en una concepción integral
y sintética, y busca sistematizar en la generalidad sin perder el contenido.
Goldfarb (2003) indica, bajo esta premisa de síntesis, que las ideas clave que propone el abordaje de
sistemas son:
Bajo el enfoque de sistemas se pretende entender un proceso u objeto de estudio dentro de los límites de
una totalidad, un sistema definido, procurando incorporar todos aquellos elementos relacionados con los
fenómenos internos que pueden determinar o influir en las respuestas o salidas del propio sistema. Para
trabajar desde este enfoque suelen utilizarse técnicas de simulación, modelado, diagramas de flujo y
tecnología informática. Especial sentido cobran los modelos, entendidos como simplificaciones de un
sistema real.
subsistemas;
las entradas (inputs) son la energía solar, lluvia, catástrofes naturales, recursos externos, entre
otras;
las salidas (outputs) son el desarrollo humano, productos, contaminación, entre otras;
Fuente: elaboración propia
Los elementos básicos son los componentes que en su forma de organización e interacción proporcionan
estructura a la unidad. Son interdependientes y ejercen influencias, funcionan en un conjunto que busca
ofrecer una salida o respuesta que alcance el objetivo del sistema. Gráficamente, y en relación con el caso,
podríamos pensar en las personas que habitan un territorio en el que mantienen individualidad, pero están
organizados de determinada manera bajo una relación pensada, por ejemplo, una organización productiva
(una cantera de áridos) ofrece la posibilidad de cumplir el objetivo (extracción de mineral). La interacción
forma la organización y permite el trabajo.
Los sistemas tienen estructura, funcionamiento y elementos de control, lo que hace a su organización. Las
ciudades pueden entenderse como sistemas muy complejos, ya que podemos encontrar estos elementos.
¿Imaginas cuáles aspectos permiten los flujos de información y materiales que posibilitan la dinámica
urbana? ¿Reconoces los elementos que ejercen algún tipo de regulación o control en la dinámica para que
no sea un caos?
Los flujos que atraviesan los límites, hacia adentro y hacia afuera del sistema, son los que llamamos
entradas y salidas. Ambas marcan la función de un sistema. A veces es complejo definir los límites de un
sistema, debido a que podemos interpretar límites físicos, conceptuales (o bajo un criterio definido),
geográficos y hasta temporales con mayor abstracción. Al buscarlos, debemos de pensar en el tipo de
relación que tienen sus componentes y el nivel y tipo de control que existe en las entradas y salidas del
sistema.
Así, por ejemplo, si pensamos en un asentamiento precario como sistema y pensamos a los vecinos como
componentes, veremos que algunos de ellos tienen una relación o vínculo directo entre sí al agruparse en
familias, pertenecer al mismo club o al ir a la misma iglesia. De esta manera, los vínculos que conforman se
traducirán en subsistemas o subconjuntos de elementos, que a su vez tendrán una relación indirecta con
otros subsistemas. Esta relación entre subsistemas ha definido límites que se han establecido por el criterio
del tipo de interacción.
En relación con los inputs y outputs, cuando un flujo entra a un conjunto de componentes y este no tiene
control sobre su ingreso, se entiende que hay un input en el sistema y podemos definir un límite que lo
separa de otros sistemas o unidades, tal como la que producirá el input que recibió. Por ejemplo, la
radiación solar es un input en el sistema urbano porque la ciudad no ofrece control natural sobre la energía
emitida por el sol y hasta lo que hoy conocemos no ofrece control en su recepción.
La estructura de un sistema depende de las características asociadas a sus componentes, el número y tipo
de componentes, y la interacción o arreglo que exista entre ellos. La trama urbana, por ejemplo, es
consistente con esta estructura. La estructura con la que se define un sistema está muy relacionada con la
función.
En lo referente a las relaciones de los componentes, también pueden darse distintos tipos. Puede existir una
relación donde la salida de un componente sea la entrada directa de otro, y se denomina cadena directa.
También puede existir una retroalimentación entre los componentes, lo que define una cadena cíclica. Y, por
último, puede existir una situación de competencia por la misma entrada, en la cual dos componentes
mantienen una relación del tipo competitivo. Estas relaciones pueden estar presentes individualmente en
sistemas simples, o en casos más complejos donde pueden existir en conjunto. Las relaciones determinan
el arreglo característico de un sistema, que, si le sumamos el tipo y número de componentes, conforma la
estructura.
Cuando hablamos de sistemas y sus funciones, siempre los definimos en término de procesos. La función
se vincula con inputs y outputs y es resultante directa de la estructura. Retomemos lo expresado por
Goldfarb (2003): los criterios más significativos para caracterizar un proceso tal vez sean la productividad, la
eficiencia y la variabilidad.
Para abordar y estudiar un fenómeno o proceso desde el enfoque de sistemas, se debe primero definirlo e
identificar los cinco elementos básicos que están siempre presentes. Debemos encontrar el sentido del
sistema, definir sus límites, subsistemas y componentes, analizar las variables y sus atributos, ver cómo se
conforman y manifiestan las relaciones, las tensiones, los controles, las entradas y salidas, caracterizar la
estructura, pensar en el arreglo y la función. Una estrategia de trabajo puede ser definir un esquema o
modelo del sistema complejo. Como indicamos, estos representan una simplificación del sistema.
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LECCIÓN 2 de 3
Referencias
Erazo, P. M. (2013). Ecología: impacto de la problemática ambiental actual sobre la salud y el ambiente.
Bogotá, Colombia: Ecoe.
Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
En Revista Eure 32(96) pp. 7-25. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/pdf/eure/v32n96/art02.pdf
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LECCIÓN 3 de 3
Recursos naturales
–
El sistema natural es el soporte y sumidero de las actividades que realiza el hombre. Los recursos pueden
entenderse como bienes y servicios ecosistémicos. El hombre utiliza los recursos de la naturaleza para
satisfacer sus necesidades. Los recursos naturales son limitados, las necesidades del hombre ilimitadas.
Problemática ambiental
–
Toda acción humana tiene impactos ambientales asociados. Los problemas ambientales surgen por un
quiebre o desvío en la racionalidad ambiental y pueden categorizarse como problemas de carácter global,
regional o local. Los problemas ambientales representan, actualmente, desafíos para el desarrollo
sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
Abordaje de la complejidad
–
La gestión ambiental se propone como disciplina integral y transversal, por lo que sus principios e
instrumentos deben articularse con otras disciplinas. Una herramienta importante, para orientar el trabajo,
es la teoría general de los sistemas. Esta brinda lineamientos para analizar los fenómenos como
totalidades constituidas por elementos en interacción, la existencia de entradas y la generación de salidas.
Problemática ambiental
Problemática ambiental
Referencias
LECCIÓN 1 de 2
Problemática ambiental
Problemas ambientales
Fuente: Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
Toda acción antrópica repercute en su entorno. El hombre, en su desarrollo, se vincula con otros y su entorno
en una dialéctica permanente: desarrolla tecnologías, materiales, consume recursos, desecha, transforma,
etc. A partir de las técnicas y procesos, mantiene una relación de aprovechamiento, uso y apropiación de los
recursos naturales y servicios ambientales. Así como el hombre incide en el medio, el propio medio también
determina la vida del hombre, y es en esta dialéctica donde se producen los problemas ambientales.
Desde la acción más simple que el hombre pueda ejecutar, hasta el proyecto más complejo tienen impactos
ambientales asociados. Los problemas ambientales surgen por un quiebre o desvío en la racionalidad
ambiental, es decir, por una inconsistencia entre los principios, valores y conductas aceptados
racionalmente en la relación de la sociedad con la naturaleza y lo que realmente ocurre.
Esta racionalidad ambiental nos permite entender y valorar un estado ambiental o nuestro actuar como
adecuado. De esta forma, cualquier situación que produzca un desequilibrio en las condiciones deseadas o
se manifieste como una pérdida de calidad ambiental respecto a lo establecido representa una problemática
ambiental. Otra situación a considerar es que existen problemáticas ambientales asociadas a un origen
natural, el riesgo ambiental asociado a catástrofes naturales, que pueden tener consecuencias de daño
masivo humano y alteración de los sistemas ecológicos. En América Latina el riesgo de terremotos,
deslaves e inundaciones también es importante.
Hay problemas ambientales de diversa índole, algunos son más sencillos de identificar y otros casi
imposibles sin una alta inversión en recursos de tecnología o metodologías específicas.
Los problemas ambientales pueden ser clasificados también según su extensión o forma de afectación
territorial. La categorización se da de la siguiente manera:
Ejemplos:
Pérdida de biodiversidad
Deforestación
Desertificación
Problemas ambientales regionales: afectan o inciden en una región o una unidad ecológica,
como una cuenca o ecosistema particular. Esto ocurre porque la naturaleza no mantiene
límites jurisdiccionales. Al contaminarse un río, por ejemplo, probablemente sus
consecuencias se reflejen en aguas abajo, lo que afecta a otras zonas o localidades ajenas a
la contaminación puntual.
Ejemplos:
Lluvia ácida
Incendios
Inundaciones
Desertización
Agotamiento de acuíferos
Ejemplos:
Contaminación del suelo
Contaminación de microcuencas
Contaminación visual
Contaminación acústica
Las relaciones humanas, la satisfacción de necesidades y el poder también son un eslabón fundamental
para entender la problemática ambiental.
Tal como podemos interpretar desde el estudio del caso, la forma en que se desarrolla una sociedad a partir
de la ocupación del espacio, la intervención en el territorio, las formas de distribución y aprovechamiento de
los recursos, los patrones de consumo o políticas de gestión de los recursos naturales y la energía, así
como también la modificación de las dinámicas y procesos naturales, suelen ser causales de los principales
problemas ambientales. Cuando la dinámica humana no es coherente con la dinámica de la naturaleza
surgen los problemas ambientales. Cuando las tasas de uso de los recursos superan las tasas naturales de
renovación o cuando las tasas de generación de residuos o la magnitud de los impactos superan la
biocapacidad y fuerza de la naturaleza para asimilarlos, se degrada el ambiente.
¿Qué relaciones de poder y elementos de conflicto, en relación con el desarrollo urbano y los
problemas ambientales, encuentras comunes en la realidad de América Latina y el Caribe?
Los problemas ambientales representan hoy desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en
América Latina y el Caribe. A partir del caso, y desde una definición multidimensional de desarrollo
sustentable, podemos observar problemas asociados a la dimensión ecológica, la degradación y
contaminación de los factores ambientales y recursos naturales que se manifiestan de distintas maneras,
como, por ejemplo, la contaminación de las napas, degradación del suelo, pérdida de biodiversidad, por
mencionar algunas. Pero existen también problemáticas ambientales vinculadas a la dimensión
socioeconómica que se asocian a impactos ambientales y afectación del bienestar o calidad de vida
humana. La pobreza, el hacinamiento y el consumo son los principales desafíos a enfrentar por los países
en vías de desarrollo. Sabemos que la pérdida de recursos naturales es un tema crítico para países en vías
de desarrollo y a esto le sigue, en materia de significancia, el deterioro del medioambiente urbano que se
constituye como el problema más grave que enfrentamos.
Los procesos de urbanización en la región y la expansión urbana descontrolada han generado segregación
social y espacial, inequidad, pobreza y oportunidades muy diferentes. Encontramos así, asentamientos que
carecen, muchas veces, de adecuada infraestructura, de adecuados servicios públicos, con amplias
desigualdades en las condiciones de vivienda y calidad de vida.
Las condiciones de deterioro y pobreza, el hacinamiento y la vulnerabilidad de los sectores más necesitados
aumentan el nivel de riesgo de daño en la salud. Este sector es el más expuesto a los contaminantes y con
menor opción de respuesta.
Te invito a leer el capítulo 10 del libro Principios de ecología (Fontana, 2010), que forma
parte de la bibliografía complementaria, donde podrás hacer un mayor análisis en términos
de ecología humana y problemática poblacional.
En resumen, los problemas ambientales pueden ser de origen natural o de origen antrópico, y representan
una pérdida de calidad ambiental, entendida como un impacto ambiental negativo, degradación,
contaminación y sobrecarga de ecosistemas.
Crisis ambiental
En cierta manera, la relación del hombre con el ambiente mantiene una dialéctica contradictoria: el hombre
altera el ambiente para sobrevivir y, si las formas de uso no son las apropiadas, se destruye la fuente de
vida. Esto plantea una crisis que va más allá de lo técnico y encuentra sentido en la complejidad de una
realidad limitada en el espacio y el tiempo que está marcada por una cultura que hace uso de tecnologías
disponibles. Todo esto, bajo el poder de una sociedad que se materializa en el entramado de relaciones,
intereses y contradicciones internas.
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LECCIÓN 2 de 2
Referencias
Erazo, P. M. (2013). Ecología: impacto de la problemática ambiental actual sobre la salud y el ambiente.
Bogotá, Colombia: Ecoe
Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
En Revista Eure 32(96) pp. 7-25. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/pdf/eure/v32n96/art02.pdf
Desarrollo humano y población
Video conceptual
Referencias
LECCIÓN 1 de 4
Nuestras ciudades
Fuente: Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
En nuestras ciudades, la población se conglomera y constituye como un complejo nicho ecológico en el que
convergen los ideales y las tensiones propias que se desprenden del potencial económico, social y
ambiental que las integra. En los asentamientos y en la manifestación de nuestro territorio se expresa el
desarrollo, más o menos sustentable, que alcanzamos como construcción colectiva, tanto de sentido local
como global.
En la lectura previa analizamos cómo la sociedad entiende y aprovecha los recursos naturales, pero la idea
de sustentabilidad nos lleva mínimamente a integrar tres dimensiones en la ciudad, considerando para ello
no solo los aspectos ecológicos, sino también los sociales y económicos.
El desarrollo sostenible de las ciudades de América Latina y el Caribe presenta grandes
desafíos para la política territorial-urbana en sus niveles regionales, nacionales,
subnacionales y locales. Requiere la convergencia en el espacio urbano de la necesidad
de internalizar los costos ambientales (vía mejoras en la gestión y gobernabilidad de los
sistemas asociados), asumir y resolver las inequidades sociales (vía mejoras en la
habitabilidad urbana y la inversión en capitales) y reconocer y abordar restricciones
económicas relacionadas a la eficiencia (mejorar la oferta de financiamiento) (Winchester,
2006, https://bit.ly/3bGtJIP).
En el abordaje de esta realidad, reconocemos que muchos elementos surgen como problemáticas
características que alejan a América Latina del ideal de desarrollo sostenible, o al menos representan
elementos que indican que queda mucho esfuerzo por hacer. Por ejemplo, la concentración de la riqueza
manifiesta la inequidad en muchos sentidos y visualiza exclusiones sociales y marcadas diferencias entre
quienes viven por debajo de la línea de la pobreza y quienes tienen la posibilidad de una realidad más
acomodada. Otro punto relacionado al desarrollo tiene que ver con las opciones de crecimiento económico,
empleo y productividad; en general, todos son aspectos vinculados a la globalización económica y tienen
características particulares en estos territorios en vías de desarrollo. En el ámbito social, la pobreza urbana,
los asentamientos marginales y las condiciones de vida (o calidad de vida), que muchas veces derivan en
hacinamiento, denotan una problemática significativa. Las condiciones de infraestructura, y en numerosos
casos la capacidad de gestión de los Estados, se muestran insuficientes.
Sintetizando, las problemáticas ambientales forman parte de nuestra realidad, ya que el consumo energético
irracional, la pérdida de biodiversidad, la degradación y contaminación de los recursos, entre otros
fenómenos, forman parte de la postal urbana en las ciudades de América Latina y el Caribe.
Tal como lo indica Winchester (2006, https://bit.ly/3bGtJIP) en el artículo de referencia, “el elemento central
de la sostenibilidad es haber reconocido que los costos ambientales de la urbanización no pueden ser
transferidos a las generaciones futuras”. De esta forma, nos corresponde asumir una actitud activa y, como
personas, tomar una posición de cara al desarrollo.
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LECCIÓN 2 de 4
El tamaño de una población está determinado por la sumatoria de los individuos que la conforman.
Históricamente, hubo un crecimiento gradual de la población humana marcado por factores
densodependientes, y se mantuvo en cierta manera estable en unos 250 millones de personas hasta el año
1500, momento a partir del cual comenzó a crecer de manera sostenida hasta finales del siglo XVIII, para
luego pasar a tener una aceleración y un crecimiento excesivamente rápido. Un indicador que muestra esto
es el tiempo de duplicación de la población sobre la Tierra, el cual es cada vez menor. Esto está asociado a
lo que se conoce como tasa de crecimiento anual acumulativo poblacional.
Por ejemplo:
Hoy en el planeta somos más de 7 mil millones de personas, y el crecimiento de la población global ha
estado especialmente marcado por factores densoindependientes. Las condiciones sociales, políticas,
económicas y tecnológicas (avance de la ciencia) han sido determinantes; en este sentido, América Latina
es también parte del proceso.
Te invito a ver el siguiente video y establecer un paralelismo con los datos que se plantean en el caso:
Video 1: 7 Billion National Geographic
Fuente: Vera, V. [Verónica Vera]. (2 de enero de 2011). 7 Billion National Geographic (Spanish) [YouTube].
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=q6r4vogM3FE
Algunas de las herramientas o índices son el cálculo de la huella ecológica, el índice de bienestar
económico sostenible, el análisis de flujos de carbono y flujos de materiales, y el environmental
sustainability index.
Un concepto asociado a la dinámica poblacional es la capacidad de carga del planeta. Este concepto
plantea el potencial de nuestro territorio para soportar la población, siendo fuente de alimento y sumidero de
sus resultantes.
A través del análisis del caso, se podrá observar cómo muchas veces las condiciones sociales y de vida
llevan a que una sociedad ejerza una carga particular sobre el sistema natural. Es la población la que puede
sostener un nivel de consumo determinado en un área determinada. Esto depende de la cantidad de
recursos que las personas utilicen y la cantidad de recursos que se mantenga libres para las demás
especies. Existen límites en la capacidad de carga de la ecósfera, cada hábitat tiene recursos determinados
para permitir la vida de cierto número de individuos sin degradarse.
Otro concepto relacionado a todo lo planteado es el de la huella ecológica, que indica justamente la presión
del humano sobre el entorno, y tiene en consideración cuánta área biológicamente productiva se requiere
para dar soporte a un país, población, actividad o persona. Este instrumento de medición también considera
todos los recursos que se necesitan para el desarrollo (comida, energía, transporte, etc.) y la asimilación, por
parte del entorno, de los desechos e impactos que el hombre produce.
Se estima que nuestro planeta demora un año y medio en regenerar los recursos que se usan anualmente.
Los escenarios proyectados en el mundo infieren que, si las tendencias de consumo y crecimiento
poblacional se mantienen, en las próximas décadas serían necesarios dos planetas para soportar a la
población.
A partir de alguno de los modelos disponibles en la red, te invitamos a calcular tu propia huella ecológica
para que de esta forma tomes conciencia y validez como habitante de América Latina la información
desarrollada en el caso presentado.
Puedes hacerlo a partir de alguna de las siguientes páginas web o buscando un modelo que sea de tu
preferencia:
http://www.footprintnetwork.org/es/index.php/GFN/page/calculators/
http://www.myfootprint.org
http://www.tuhuellaecologica.org
Además de lo expuesto, reconocemos un marcador anual que indica cuándo empezamos a vivir más allá de
nuestros recursos en un año determinado y lo denominamos el Día del Exceso o Sobregiro de la Tierra. Se
considera que, en este día, el planeta Tierra agotó su presupuesto ecológico anual, tal como indica la
organización Red Global de Huella (2020, https://bit.ly/3bGsM3m):
Determinamos los días de exceso de la Tierra de este año utilizando la edición de las
Cuentas Nacionales de Huella y Biocapacidad del año anterior. Al fijar la fecha de
sobreimpulso basada en la edición anterior, podemos proporcionar días de sobreimpulso
del país más temprano en el año calendario, al mismo tiempo que mantenemos la
consistencia de datos para todos los países. También evita cambiar repentinamente las
fechas a medida que una nueva edición de las Cuentas Nacionales de Huella y
Biocapacidad esté disponible (generalmente en la primavera). Por lo tanto, los días de
exceso de la Tierra para el año 2020 se basan en la edición del año 2019. La edición de
2019 presenta datos de la huella ecológica y la biocapacidad desde 1961 hasta el último
año de datos que fue en 2016. Por lo general, hay un retraso de dos a cuatro años entre el
último año de datos y el presente, debido al proceso de presentación de informes de la
ONU.
Según los modelos de cálculo, la humanidad ha consumido los recursos anuales en menos de nueve
meses. Para el año 2000, el día de exceso se alcanzó en octubre, mientras que en 2016 se alcanzó el límite
en agosto, y en 2020 en Argentina se marcó el día de exceso el 26 de junio.
Año a año seguimos disminuyendo el capital natural y agotando más rápidamente lo que el planeta regenera.
Se debe pensar qué actitud hay que tomar como sociedad para contribuir en nuestro lugar y para hacer que
nuestras ciudades sean más sustentables.
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LECCIÓN 3 de 4
Video conceptual
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LECCIÓN 4 de 4
Referencias
Vera, V. [Verónica Vera]. (2 de enero de 2011). 7 Billion National Geographic (Spanish) [YouTube].
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=q6r4vogM3FE
Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
En Revista Eure 32(96) pp. 7-25. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/pdf/eure/v32n96/art02.pdf
Recursos naturales
Materia y energía
Referencias
LECCIÓN 1 de 2
Materia y energía
Fuente: Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el Caribe.
Este texto será nuestro caso de estudio y nos acompañará en el desarrollo de los siguientes módulos.
Materia y energía
El flujo de la energía y el ciclo de la materia permiten la vida en el planeta. Además de ser soporte de nuestra
existencia, el ecosistema mantiene esencialmente dos aspectos fundamentales en relación con el hombre:
ser fuente proveedora de recursos y ser sumidero de sus residuos. A una escala más concreta, las personas
requerimos permanentemente de recursos y energías no solo para impulsar y sostener nuestros procesos
vitales, sino porque necesitamos elementos más o menos tangibles que permitan satisfacer nuestros
deseos, concretar cada acción esperada y materializar cada proyecto que surja. El hombre posee
necesidades ilimitadas, requiere recursos para vivir, necesita de la materia y la energía, de los recursos y sus
propiedades, y se vincula con ellos mediante la tecnología, a la cual toma del medio y, al hacerlo, causa un
impacto.
Comencemos repasando algunas necesidades humanas. Ya sabemos que algunas son consideradas
básicas por su condición fundamental y determinante para la vida, pero también hay otras creadas por la
cultura y las realidades que construimos.
Revisemos la información proporcionada en el caso y las diferentes realidades que se plantean como forma
de vida, y luego pongamos nuestra propia vida como centro para definir el contexto y describir cómo nuestra
ciudad es el escenario en el que desarrollamos nuestras actividades diarias. A partir de esto, te desafío,
simplemente, a pensar en todas las cosas que nos permiten desarrollar las acciones deseadas y sentirnos
realizados en un día habitual.
En primera instancia, probablemente nos despertamos en un espacio seguro, habiendo descansado en una
cama con ciertas condiciones que brindan confort en el sueño, probablemente cubiertos y bajo un techo,
seguros y hasta quizá protegidos por algún sistema de alarma. Nos vestimos, higienizamos y disponemos a
realizar muchas actividades. Seguramente pensamos en tener el celular con la carga suficiente para
mantenernos comunicados y tenemos previsto algún medio de transporte que nos llevará a algún lugar. Al
salir nos miramos a la cara con muchas otras personas y nos encontramos en un sistema socioeconómico
en el cual el Estado nos representa y protege. El afecto de familia y amigos, el entendimiento en las
relaciones y el ocio también son importantes. Cada acción que realizamos se vincula con recursos del
entorno, algunos más tangibles y fáciles de identificar que otros; pero, siempre, son los bienes y servicios
ambientales los que nos permiten vivir.
¿Qué ocurre cuando no tenemos algo que necesitamos?, ¿qué ocurre si lo que nos falta es, a nuestro
criterio, imprescindible?, ¿qué ocurre si fisiológica o biológicamente lo que nos falta es elemental para la
vida?
Estamos, entonces, frente a una situación compleja, pero no estamos solos. Ahora, debemos preguntarnos
¿cómo viven nuestros vecinos?, ¿cómo se plantea nuestra ciudad? y ¿cómo le damos sentido al territorio?
La población humana aumenta día a día y, como ya lo mencionamos, las necesidades son ilimitadas y los
recursos disponibles son limitados. De este modo nos introducimos en una problemática ambiental básica.
Volvamos al caso planteado y veamos qué está pasando en América Latina y en El Caribe, donde “la
erradicación de la pobreza, el cambio de los patrones de consumo y producción, y la protección de los
recursos naturales” (Winchester, 2006, https://bit.ly/2DG0zgg) se plantean como elementos claves para el
desarrollo sostenible.
Los recursos de la naturaleza, entendidos como todo aquello que tiene una utilidad y un valor para el hombre,
pueden ser clasificados según su disponibilidad y capacidad de renovación. Los recursos perennes o de
flujo son potencialmente renovables ̶ llamados renovables habitualmente ̶ y no renovables, esta es una
buena clasificación para poder comprenderlos. A partir del caso, ¿qué recursos reconocemos como
fundamentales para el desarrollo de la población? ¿Cómo podemos categorizarlos?
En el caso de referencia, podemos ver claramente cómo las personas se vinculan con su entorno, y
demandan bienes y servicios para sostener o intentar alcanzar su desarrollo.
La idea de bienes ambientales está relacionada con la de recursos más bien tangibles, los recursos
ambientales de un ecosistema; la biodiversidad (animales, plantas y otros seres vivos), ríos, lagos y toda
forma de agua útil, recursos minerales y suelos, madera y energía contenida. La idea de servicios
ecosistémicos o ambientales está relacionada más con aspectos intangibles. Suelen considerarse, de este
modo, aquellos procesos que generan o permiten la existencia de los bienes ambientales o simplemente
aquellos servicios del entorno que dan soporte a los procesos de la vida y al equilibrio de la biosfera, y que,
claro está, benefician al humano como especie y ser vivo.
En los asentamientos urbanos, a veces, la dimensión ambiental y puntualmente los aspectos ambientales
pueden ser más difíciles de identificar, ya que estos tecnoecosistemas muchas veces desdibujan los
elementos naturales que conforman su base.
Se puede mencionar también que algunos servicios ambientales se mantienen en cierta forma ajenos al uso
humano, ya que no son aprovechados de manera directa y se manifiestan como procesos ecológicos de la
ecósfera en la que estamos insertos. Ejemplos de lo mencionado, y siguiendo el caso planteado, son la
regulación del clima, la biodiversidad, el reciclaje de materiales y la biodisponibilidad de nutrientes por los
ciclos biogeoquímicos. Otros servicios ecosistémicos son especialmente relevantes porque permiten el
desarrollo o cobran sentido por su valor para la actividad humana. Son ejemplos de esto el
aprovisionamiento de recursos extractivos (como los materiales para construir las viviendas y el desarrollo
de obras civiles) o los recursos que son necesarios para la alimentación, vestimenta y abastecimiento de
sistemas productivos.
¿Puedes entender el problema que genera la apropiación y uso de recursos sobre el medio?
¿Crees que como estudiante lo ves de la misma manera que un empresario o gobernante?
Tomando lo planteado por Erazo (2013), podemos clasificar los servicios ambientales de la siguiente
manera:
Servicios culturales: son aquellos servicios que se prestan a partir de las condiciones
ambientales o ecosistémicas y están relacionados con el bienestar de las personas porque
permiten el desarrollo intelectual, disfrute o recreación.
Descripción: en la siguiente tabla ejemplificaremos algunos de los bienes y servicios ambientales que
podemos encontrar a partir del análisis del caso. Para fortalecer la capacidad de interpretación del
ecosistema urbano te propongo que intentes completar aun más esta tabla.
Servicios ambientales
Aprovisionamiento
Autosostenimiento de la biósfera Culturales
antrópico
Servicios ambientales
Desarrollo cultural y
Extracción y uso de del conocimiento
recursos minerales (áridos,
metales) y fósiles (gas y
combustibles, gasoil, Aprendizaje
nafta)
Investigación
Como vimos, independientemente de si se vive en una gran ciudad, una zona de elevados recursos o un
asentamiento precario o marginal, el hombre necesita ser consciente del valor de los recursos que dan
soporte a su vida. ¿Cómo podemos cuidar o aprovechar de manera sustentable algo si desconocemos su
importancia? Justamente, comenzamos diciendo que un recurso es algo que resulta útil para el hombre y
tiene por sí mismo un valor de importancia, de cambio y económico en nuestro sistema. Nuestra
comprensión y conocimiento limitado restringe la utilidad real de todo lo que nos rodea, ya que las
tecnologías y el nivel cultural terminan definiendo el concepto de un recurso. Hoy se valoran los bienes y
servicios ambientales en función de su utilidad, pero hay un potencial inmenso que podemos desconocer.
Un elemento fundamental consiste en reconocer las problemáticas de degradación o los impactos
ambientales que generamos a partir de nuestra actividad y cómo esta afecta a los recursos, los bienes y
servicios ecosistémicos, tanto en nuestra ciudad como en la contribución global.
Es importante tomar conciencia, entender el concepto de recurso potencial y comprender que nuestro actuar
es clave en la generación de oportunidades y mejores prácticas de aprovechamiento.
Debemos pensar en el hoy y el mañana. Como se desprende del caso analizado, vemos que hay una relación
muy fuerte entre los bienes y servicios ambientales que existen en una región y la posibilidad de desarrollo
de sus comunidades y de su actividad económica.
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LECCIÓN 2 de 2
Referencias
Erazo, P. M. (2013). Ecología: impacto de la problemática ambiental actual sobre la salud y el
ambiente. Bogotá, Colombia: Ecoe.
Winchester L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina y el
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