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Universidad de los Andes

Facultad de Medicina
Extensión Táchira
Cátedra de fisiología
Resúmenes de artículos: Hipotálamo y Regulación Central de la Función
Visceral
Autor: Glenda G. Ortiz V
CI: 27.232.163

1. CICLO SUEÑO/VIGILIA

Los estados de vigilia y sueño son claramente distinguibles en el ser


humano, y esto producto de una amplia regulación de estos ciclos. A lo largo
de la historia se ha investigado ampliamente el sueño y la vigilia, y aún hoy,
siguen existiendo muchas interrogantes. La conceptualización actual sobre el
tema, determina que existen zonas somnogénicas (que inducen sueño) y
sistemas activadores de la vigilia, de manera que existe una inhibición
recíproca entre éstos que da lugar a la transición entre los distintos estados
vigilia/sueño. Se ha llegado a un conocimiento anatómico que permite delimitar
las vías que participan en la activación de la vigilia, así como los núcleos
inductores de sueño, y los neurotransmisores que se liberan en cada uno de
los ciclos. También es importante señalar que estas transiciones están
reguladas por un componente circadiano (ciclo luz/oscuridad).

Ahora bien, de manera fisiológica, bajo condiciones externas (factores


medioambientales luz/oscuridad), el núcleo supraquiasmático sería el
protagonista al iniciar la activación de los sistemas de vigilia, luego de una
noche de sueño. Esto se debe a que este núcleo es el “puente” o nexo entre
los estímulos exteriores de luz y nuestro ciclos internos, gracias al haz
retinohipotalámico, que envía señales desde la retina, despolarizándose de
acuerdo a los estimulo lumínicos y manteniendo informado al núcleo, de esta
manera el núcleo supraquiasmático envía proyecciones al núcleo hipotalámico
posterior, responsable de la secreción de hipocretinas.Estas hipocretinas
serían por excelencia, las activadoras de los sistemas de vigilia, induciendo el
despertar cognitivo. Posteriormente, con la disminución de luz del medio
externo, el núcleo supraquiasmático envía proyecciones al área preoptica,
provocando la liberación de GABA, que inhibe a los sistemas de vigilia, paso
necesario para poder iniciar el sueño con sus diversas etapas.

Aunque se ha demostrado que en ausencia de estímulos lumínicos


externos, el organismo mantiene una ritmicidad cíclica, esto es debido a un
factor intrínseco del núcleo supraquiasmático (en ausencia de la estimulación
del haz retinohipotalámico), esta ritmicidad sufre un “desfase”· de tiempo, pero
sigue existiendo.
2. TERMORREGULACIÓN CORPORAL

Es bien sabido, que el cuerpo posee la capacidad de mantener una


temperatura corporal constante, pese incluso a las fluctuaciones del medio
externo, esto debido, por supuesto, a una regulación intrínseca, llevada a cabo
por el hipotálamo, específicamente de la región anterior y preóptica.En esta
región existen unas neuronas que sirven de “termostato”, que censan
constantemente la temperatura, y si ésta varía del valor óptimo, se
desencadenan mecanismos para restablecerla al punto de referencia.

La temperatura corporal fisiológica, es producto del equilibrio entre la


producción de calor y su pérdida. Este calor, derivado del metabolismo,
especialmente de los órganos profundos y el músculo estriado se “transfiere “a
través del flujo sanguíneo hacia la piel, aproximándose a la superficie cutánea,
para que por mecanismo físicos como la radiación, convección, conducción o
evaporación, ése calor sea cedido al ambiente. De manera que, si alguno de,
los componentes de la ecuación falla, el otro responde de manera
compensatoria.

Dentro de los mecanismo que se ponen en marcha cuando la temperatura


se eleva se encuentra la vasodilatación, por la razón antes mencionada, de
esta manera se favorece el flujo sanguíneo hacia la piel, que tiene una
irrigación generosa. El segundo mecanismo corresponde a la sudoración, por
medio del cual se pierde calor por evaporación, y un tercer mecanismo que se
encarga de variar la producción de calor, modificando la tasa metabólica de
algunos tejidos. Cuando el cuerpo se encuentra en el extremo opuesto, es
decir, hay más pérdida de calor, “enfriándose” el sistema, los mecanismos son
los opuestos, es decir, vasoconstricción, no existe sudoración y hay un
aumento de la tasa metabólica de algunos tejidos para que así, se aumente la
generación de calor, este último proceso es conocido como termogénesis.
Cuando este control central se ve superado, se generan alteraciones
homeostáticas como la hipotermia, hipertermia y fiebre.

3. ESTRÉS

Las respuestas adaptativas que nuestro cuerpo pone en marcha frente a


estímulos estresores, son necesarias para garantizar nuestra supervivencia,
pues nos permiten ajustarnos a las exigencias del medio. A este conjunto de
respuestas se le conoce como estrés agudo, y es desencadenado por el eje
hipotálamo hipofisario adrenal (recibiendo información de diversas áreas del
SNC como la amígdala e hipocampo).El mecanismo axial de este eje comienza
con la estimulación del hipotálamo, específicamente el núcleo paraventricular,
para la secreción de la Hormona liberadora de Corticotropina (CRH), que
estimula en la adenohipófisis la secreción de Corticotropina (ACTH), para
finalmente promover la liberación de Glucoticoides en la corteza adrenal. Esta
hormona, que constituye la “vía final” del eje, es la responsable de activar al
organismo para enfrentar el estímulo estresante. Una vez enfrentado el
estímulo, el sistema debe retornar a su estado basal, siendo importante
mantener los niveles de glucocorticoides estables. Esto se logra gracias a una
retroalimentación negativa de glucocorticoides sobre el hipotálamo, en el
propio núcleo paraventricular e inhibiendo el efecto estimulador de la CRH
sobre ACTH.

Cuando las situaciones estresantes se prolongan, provocan alteración


homeostática en el individuo, conduciendo a un estrés crónico, a consecuencia
de una “agotamiento” de respuestas puesto que el sistema se encuentra
hiperexitado. Esta hiperexitación es consecuencia a una larga exposición de
glucocorticoides, que afecta a estructuras que regulan al hipotálamo, como el
hipocampo, aparte de que el sistema de retroalimentación negativa también
disminuye su respuesta reguladora. Se ha documentado incluso, variaciones
en la arquitectura celular y genómicos que explican la base fisiopatológica del
estrés. Cambios como la retracción dendrítica, facilitación de descarga de
neurotransmisores excitatorios (glutamato), menor expresión de genes de
receptores inhibitorios, y demás respuestas que prolongan aún más este
estado hiperexitatorio, trayendo serias repercusiones homeostáticas en el
organismo.

4. REGULACIÓN DEL HAMBRE:

La homeostasis energética existente en el cuerpo es producto del balance


entre la ingesta de los alimentos y el gasto de energía. En el hipotálamo existen
centros reguladores para la ingesta y la saciedad, que van regulando los
estados de hambre y sensación de llenura, respectivamente. Este proceso es
llevado a cabo mediante dos vías, una a corto plazo (inmediata), y otra a largo
plazo (tardío).

Las respuestas implicadas en la vía a corto plazo, que estimulan al centro


de saciedad, son principalmente dadas por el sistema digestivo en el momento
de la alimentación, mediante la distención gástrica y secreción de hormonas
intestinales (como la Colescistocinina, y Apoproteina A-IV) informan al tronco
cerebral-hipotálamo sobre el estado nutricional inmediato, es decir, que se ha
absorbido las sustancias necesarias y que la sensación de hambre debe cesar.
Por otro lado, el tener hambre es desencadenado por niveles bajos de glucosa
plasmática, niveles que se van cesando por receptores en el diencéfalo que
captan la disponibilidad de glucosa y de acuerdo a éstos desencadenan la
sensación de hambre.

Los mecanismos que constituyen la vía a largo plazo incluyen la leptina e


insulina (modula a la leptina). La leptina actúa como una hormona informante
de la cantidad de reserva de adipocitos (que en un momento dado puede
proporcionar energía), ya que la cantidad de leptina es proporcional a los
adipocitos. De esta manera se establece una evaluación del estado actual de
reserva que se posee, en consonancia con la disponibilidad de alimentos que
hay en el medio. Esta hormona actúa sobre las neuronas del núcleo estriado,
en la zona ventromedial y dorsal de hipotálamo y provoca respuestas como la
disminución de la ingesta, e incremento del gasto energético, ya que produce
lipólisis. El descubrimiento de esta hormona, esclareció el por qué se tiende a
mantener un peso corporal relativamente estable, por ejemplo, en el caso de
individuos que se han sometido a ayunos constantes, vuelven a recuperar el
peso perdido, ya que comen más luego del período de ayuno, hasta recuperar
su peso anterior. La integración de ambas vías en el hipotálamo, mantiene esta
homeostasis energética.

5. HORMONAS HIPOTALÁMICAS E HIPOFISARIAS

Existe una correlación íntima entre el sistema nervioso y endocrino,


ambos constituyen un eje de regulación homeostática, que pone en marcha
muchos procesos fisiológicos, esto gracias a interacciones bien orquestadas
entre ambos sistemas. En este eje neuroendocrino participan principalmente
estructuras como hipotálamo-hipófisis-tejido diana periférico, que funcionan
bajo un patrón que muchas veces es similar. En primer lugar, el hipotálamo
secreta Factores de liberación o Factores de inhibición, que son transportados
hacia la hipófisis a través del sistema porta hipotálamo hipofisario y allí
estimulan o inhiben la secreción de hormonas o factores, que viajan por
circulación sistémica para finalmente llegar al tejido diana donde tiene una
actuación determinada, promoviendo la secreción de un producto final.

Dentro de estos factores liberados por el hipotálamo, se encuentra la


Hormona Liberadora de Corticotropina (CRH) que estimula la secreción de la
Corticotropina (ACTH) en la adenohipófisis para finalmente llegar a la médula
adrenal e inducir la liberación de corticosteroides, este eje participa en la
regulación de la respuesta al estrés, proceso que ya ha sido descrito antes.
Otro factor liberador es la Hormona liberadora de Gonadotrofinas, que
promueven en la hipófisis la liberación de hormona luteinizante (LH) y
folículoestimulante (FSH), que estimulan en las gónadas la producción de
estrógenos, necesarios para la maduración sexual y reproducción. Demás
factores como los reguladores de la prolactina (hormona que aumenta su
concentración durante el embarazo y parto, cuya función es iniciar y mantener
la lactancia), el Factor Regulador de la Hormona de Crecimiento, Hormona
Liberadora de Tirotropina, son más ejemplos de cómo se lleva esta amplia
regulación de procesos fisiológicos. Todo esto prepara al organismo para
enfrentar y adaptarse a etapas que requieran de cambios fisiológicos (como el
embarazo), así como el propio desarrollo y madurez del cuerpo, una vez
llegada la pubertad, y constantemente el mantenimiento de la homeostasis
dentro del sistema.

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