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LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

Magistrado ponente

SP1866-2021
Radicación # 57979
Acta 118

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de mayo de dos mil


veintiuno (2021).

VISTOS:

La Corte resuelve los recursos de apelación interpuestos


por la Fiscalía y el Ministerio Público, contra la sentencia
proferida el 4 de marzo de 2020 por la Sala de Decisión Penal del
Tribunal Superior de Neiva, mediante la cual absolvió a MAGDA
CECILIA CASAS TRUJILLO por el delito de falsedad ideológica
en documento público.

HECHOS:

En calidad de Juez Promiscuo Municipal de Isnos (Huila),


MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO conoció del proceso penal
Segunda Instancia
Radicación 57.979
MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

con radicado Nro. 2009-0184-00 adelantado contra los


hermanos Miguel y Francisco Aullón Anacona, por el delito de
lesiones personales. En el marco de esa actuación, suscribió
acta del 14 de septiembre de 2009 en la que hizo constar, sin
que ello fuera cierto, que el abogado defensor del segundo de
los procesados en referencia, compareció a la audiencia pública
de juzgamiento y presentó alegatos de conclusión.

ACTUACIÓN PROCESAL:

El 7 de diciembre 2018, ante el Juzgado 2° Penal Municipal


con función de Control de Garantías de Neiva, la Fiscalía imputó
a MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO el delito de falsedad
ideológica en documento público de conformidad con lo previsto
en el artículo 286 del Código Penal. No se presentó allanamiento
a cargos.

Radicado el escrito de acusación ante el Tribunal Superior


de Neiva, su formulación oral se surtió el 10 de mayo de 2019. El
30 de agosto siguiente se llevó a cabo la audiencia preparatoria y
el juicio oral en sesiones del 1 de octubre, 12, 13 y 27 de
noviembre, y 13 de diciembre de la misma anualidad.

Tras lo anterior, el 4 de marzo de 2020, CASAS TRUJILLO


fue absuelta del cargo por el cual fue convocada a juicio.
Inconforme con la decisión, la Fiscalía y el Ministerio Público
presentaron recurso de apelación, objeto del presente
pronunciamiento.

SENTENCIA RECURRIDA:

La Sala Penal del Tribunal Superior de Neiva consideró que


no estaban reunidos los requisitos legales necesarios para

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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

emitir sentencia condenatoria contra la juez MAGDA CECILIA


CASAS TRUJILLO. Los argumentos fueron los siguientes:

En principio, no suscitó discusión que las pruebas


practicadas en el juicio oral demostraron la configuración
objetiva del delito contra la fe pública atribuido a la acusada.
La Fiscalía probó que al interior del proceso penal con radicado
Nro. 2009-0184-00, CASAS TRUJILLO extendió un documento
público en el cual consignó una falsedad. Emitió y suscribió
acta de audiencia pública de juzgamiento en la que hizo
constar que el doctor César Augusto Argote Bolaños,
representante judicial del procesado Francisco Aullón
Anacona, asistió y participó en dicha diligencia, aun cuando
ello no fue cierto.

Sin embargo, echó de menos la Sala la constatación del


elemento subjetivo del tipo penal. Ningún medio de convicción
probó el ánimo o intención de la procesada de incurrir o
cohonestar una falsedad. Según las declaraciones de algunos de
los sujetos procesales que intervinieron en esa actuación, en
particular, las de los doctores Jesús María Cuenca Polanco como
fiscal del caso, y la de Francisco Javier Arroyave Dorado, en su
calidad de abogado de Miguel Aullón Anacona, así como la de
Carlos Humberto Castañeda Ramos, quien para la época de los
hechos se desempeñaba como secretario del Juzgado
Promiscuo Municipal de Isnos (Huila), se logró establecer que
el proceder de la acusada nunca estuvo orientado a certificar
hechos ajenos a la verdad.

Al unísono, explicaron los testigos que “la fuerza de las


circunstancias” fue lo que llevó a la procesada a permitir un
trámite de audiencias públicas de juzgamiento, contrario a lo
dispuesto en el artículo 408 de la Ley 600 de 2000. “Debido a

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inconvenientes de tipo geográfico, de topografía de la vía y por


la ausencia en algunas ocasiones de cualquiera de los sujetos
procesales se requería la reprogramación del acto público” 1. Era
una constante que por las precarias condiciones de la vía que
conducía desde el municipio de Pitalito al de Isnos, se
generaran cierres permanentes de la carretera, lo cual impedía,
en la mayoría de los casos, el traslado y la comparecencia de
las partes a los despachos judiciales de esa última localidad.

Por ende, ante la imperiosa necesidad de impartirle


celeridad a los procesos, la doctora CASAS TRUJILLO optó por
relevar a las partes de la obligación de comparecer al juzgado,
en una misma fecha y hora, para la celebración de la audiencia
pública de juzgamiento. Convencida de que “de todas maneras
cumplía con lo dispuesto en los artículos 407 y 408 de la Ley
600 de 2000”, pues así también “lo hacían otros despachos
judiciales del sur del Huila”, la juez permitía que de manera
“paulatina”, los sujetos procesales se acercaran al despacho a
presentar por escrito los alegatos conclusivos. Esto, a fin de
transcribirlos en el acta que, posteriormente, se ponía a
disposición de cada uno de ellos para su correspondiente firma2.

Así, el proceso identificado bajo el número 2009-0184-00


no fue ajeno a esa “particular” práctica judicial. Aunque la
diligencia de juzgamiento fue celebrada el 14 de septiembre de
2009 sin la presencia del doctor César Augusto Argote
Bolaños, la juez hizo constar en el acta extendida que dicho
abogado sí había comparecido a la misma, en atención a que
momentos antes de la audiencia, aquél se había presentado en
el juzgado a efecto de radicar los respectivos alegatos de
conclusión.

1 Cuaderno Tribunal Superior de Neiva. Sentencia de primera instancia. Folio 172.


2 Ibídem. Folio 172.

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Por consiguiente, para el Tribunal, se trató de un


proceder errado más no ilegal de la funcionaria. Las pruebas
practicadas durante el juicio oral permiten concluir “la
ausencia de un actuar consciente en la acusada de atentar
contra la fe pública, dado que esa forma particular de realizar
la audiencia pública, sin estar presente la totalidad de los
sujetos procesales, bastando el aporte del escrito de alegaciones
para transcribirlos en el acta levantada en procura de
formalizarla, fue llevada por la fuerza de las circunstancias, en
procura de cumplir con la evacuación de los procesos penales
que por Ley 600 de 2000 tenía a su cargo”3.

Así las cosas, atendiendo a las consideraciones expuestas


en precedencia, la primera instancia predicó la atipicidad de la
conducta por ausencia del aspecto subjetivo del tipo penal.

IMPUGNACIONES:

En desacuerdo con la anterior determinación, tanto la


Fiscalía como el Ministerio Público solicitaron que se revoque la
sentencia absolutoria y, en su lugar, se emita fallo condenatorio
contra la procesada CASAS TRUJILLO. Lo anterior, con base en
el siguiente raciocinio:

1. Para el Fiscal delegado, la primera instancia erró al


valorar las pruebas practicadas en el juicio oral. Aseguró que
en este asunto se demostró más allá de toda duda, que la
doctora MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO extendió un
documento público, en particular, un acta de audiencia de
juzgamiento, en la cual consignó información mendaz sobre la
intervención del defensor del procesado Francisco Aullón

3 Ibídem. Folio 173.

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Anacona en esa diligencia, pese a que él no se encontraba en el


despacho para el momento en que la misma fue instalada y
celebrada. Por consiguiente, el proceder de la acusada
materializó, en su componente objetivo, el delito contra la fe
pública.

De igual manera, se acreditó que la procesada actuó con


dolo. CASAS TRUJILLO conocía plenamente el trámite de las
audiencias reglamentadas por la Ley 600 de 2000 y contaba con
amplia experiencia judicial en esos asuntos. No le era
desconocido que, tratándose de las audiencias públicas de
juzgamiento, “si uno de los sujetos procesales obligatorios a
concurrir, no lo hacía, la audiencia no se desarrollaba”. Por ende,
es inexcusable que pese a ese claro entendimiento, la juez haya
optado “por actuar de manera contraria” a lo indicado en las
normas procesales. “Fue su querer, su voluntad expedir un
documento público que constituye medio de prueba, y consignar
en él, hechos no ciertos o reales”4. De ahí que, en criterio del
recurrente, la configuración del ingrediente subjetivo del tipo
penal atribuido a la enjuiciada, tampoco suscita duda.

2. En igual sentido, el Procurador Judicial criticó el fallo


absolutorio. Consideró que la primera instancia efectuó una
valoración probatoria deficiente y arribó a conclusiones
erróneas.

Para asegurar que la acusada actuó “convencida” de que


estaba cumpliendo “con lo dispuesto en los artículos 407 y 408
de la Ley 600 de 2000”5, la Sala dio por probado que todos los
sujetos procesales comparecieron, “así fuera paulatinamente”6

4 Cuaderno Tribunal Superior de Neiva. Impugnación Fiscalía. Folio 185.


5 Cuaderno Tribunal Superior de Neiva. Impugnación Ministerio Público. Folio 191.
6 Ibídem. Folio 192.

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a la audiencia de juzgamiento. No obstante, ese razonamiento


es desatinado. El secretario del Juzgado Promiscuo Municipal
de Isnos (Huila), Carlos Humberto Castañeda Ramos fue claro
en afirmar que el doctor César Augusto Argote Bolaños,
representante judicial del procesado Francisco Aullón
Anacona, jamás asistió al despacho. Ni a efecto de radicar los
alegatos de conclusión porque los envió por escrito. Ni, menos
aún, para firmar el acta correspondiente a esa diligencia.

Así mismo, adujo que el comportamiento ilícito de la juez


fue producto de una simple “conducta negligente” y
“equivocada”7, orientada por el interés loable de impartirle
celeridad a los procesos penales a su cargo. Sin embargo, ese
raciocinio también es desafortunado. En el presente asunto
quedó demostrado que CASAS TRUJILLO incurrió en la
conducta falsaria con plena conciencia y voluntad. No sólo
porque por sus conocimientos y experiencia sabía que actuaba
al margen del procedimiento establecido en el artículo 408 de
la Ley 600 de 2000, sino porque, además, tramitó el asunto con
extrema desidia y desinterés.

Conforme la declaración del secretario del Juzgado


Promiscuo Municipal de Isnos (Huila), “lo que se infiere del
asunto es que la dirección de la audiencia recayó en este sujeto,
mientras la titular, no obstante indicarse que la carga laboral no
era abundante, estaba en otros menesteres”8. Es decir, la
evidencia demuestra que la acusada, a pesar de ser un
funcionaria avezada y docta en el trámite de los procesos
penales, no presidió la aludida audiencia de juzgamiento, ni
“estuvo atenta a la presencia de los sujetos procesales

7 Ibídem. Folio 190.


8 Ibídem. Folio 190.

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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

necesarios para llevar a cabo de ese acto procesal9”. Por ello, su


proceder es inexcusable. Deliberadamente incumplió los
deberes propios de su cargo como juez de la República, avaló
tramites ajenos a las reglas previstas la Ley 600 de 2000, y
extendió un documento público en el que hizo constar hechos
que no corresponden a la verdad de lo sucedido en esa
diligencia.

Así las cosas, concluyó el apelante que “con base en lo que


las pruebas recogidas en el juicio enseñan, la decisión debió ser
condenatoria”10.

NO RECURRENTE:

Como pretensión principal, el defensor de la procesada


solicitó que se declaren desiertos los recursos de apelación11.
Argumentó que ni la Fiscalía ni el Ministerio Público cumplieron
con la carga de sustentación adecuada. Ninguno de los
argumentos planteados, refutan aquellos que sirvieron de
sustento para la adopción de la decisión absolutoria.

Subsidiariamente pidió la confirmación de la providencia


atacada. Aseguró que con base en las pruebas testimoniales y
documentales presentadas en el juicio se demostró que lo
consignado en el acta de audiencia pública de juzgamiento del
14 de septiembre de 2009 “no representa afectación alguna para
la fe pública”12. Los alegatos de conclusión inmersos en ese
documento extendido y suscrito por la procesada, fueron
presentados por todos los sujetos procesales necesarios para el

9 Ibídem. Folio 190.


10 Ibídem. Folio 193.
11 Cuaderno Tribunal Superior de Neiva. Memorial de no recurrente. Folio 202.
12 Ibídem. Folio 204.

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desarrollo de la diligencia, tal y como lo exige la normatividad


procesal penal.

En particular, quedó probado que para la fecha enunciada,


el defensor del procesado Francisco Aullón Anacona, doctor
César Augusto Argote Bolaños, se encontraba en el municipio
de Isnos y “arrimó o remitió” al despacho las alegaciones a favor
de su cliente. Por ende, a diferencia de lo sostenido por los
apelantes, lo que debe entenderse en este asunto es que: (i)
todos los sujetos interesados en la diligencia, si bien no
comparecieron al despacho de forma “simultánea”, sí lo hicieron
“paulatina y sucesivamente” con miras a agotar esa fase
procesal. Y (ii) que esa flexibilidad en el agotamiento de la
diligencia no obedeció al capricho o desinterés de la acusada,
sino a las “difíciles condiciones de tránsito que se presentaban
en la municipalidad por aquellos años”13. Es decir, “concurrían
circunstancias que conllevaban a que dicha práctica fuera
justificada”14.

Aunado a ello, destacó el abogado que MAGDA CECILIA


CASAS TRUJILLO contaba con “poca o nula experiencia en
materia penal”15. Jamás había litigado en asuntos de esa
naturaleza y sólo un mes antes de la fecha de ocurrencia de los
hechos investigados había iniciado su ejercicio como Juez
Promiscuo Municipal de Isnos (Huila)

Por consiguiente, concluyó que el Tribunal atinó al


descartar la configuración subjetiva del punible imputado a su
representada. No se advierte “una conducta consciente y
deliberada de alterar la verdad”16. Todo lo contrario, “CASAS

13 Ibídem. Folio 207.


14 Ibídem. Folio 210.
15 Ibídem. Folio 209.
16 Ibídem. Folio 210.

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TRUJILLO obró de buena fe” y orientó su comportamiento a


garantizar “la presencia efectiva de las partes y la veracidad de
los alegatos consignados en el documento del acta” 17.

CONSIDERACIONES:

1. La Sala es competente para resolver el recurso de


apelación interpuesto contra la sentencia proferida en primera
instancia por la Sala Penal del Tribunal Superior de Neiva, al
tenor de lo dispuesto en el numeral 3° del artículo 32 de la Ley
906 de 2004.

2. Precisión inicial

La defensa solicitó que se declaren desiertos los recursos


de apelación presentados por la Fiscalía y el Ministerio Público,
ya que, a su juicio, ninguno de ellos controvirtió la providencia
del Tribunal.

Contrario a ello, la Sala advierte que los recurrentes sí


presentaron argumentos que atacan directamente los aspectos
esenciales en que se basó la decisión de primera instancia.
Aseguraron que un análisis adecuado e integral de los medios
de convicción practicados en el juicio oral permite colegir que,
en este asunto, está comprobada la tipicidad objetiva y subjetiva
de la conducta punible atribuida a MAGDA CECILIA CASAS
TRUJILLO.

Por tanto, es necesario pronunciarse sobre el particular,


para determinar si dichos razonamientos tienen o no vocación
de prosperidad.

17 Ibídem. Folio 208.

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3. La falsedad ideológica en documento público

La jurisprudencia de la Sala ha sido reiterativa en que el


delito de falsedad ideológica en documento público, requiere de
los siguientes elementos para su configuración: (i) un sujeto
activo que ostente la calidad de servidor público. (ii) La
expedición de un documento público que pueda servir de
prueba. Y (iii) que se consigne en el documento una falsedad o
se calle total o parcialmente la verdad.

Es de la esencia de este delito, que la conducta falsaria


recaiga sobre el documento al expresarse en él cosas contrarias
a la verdad que puedan servir de prueba. De este modo, la
falsedad es ideológica en tanto vulnera los documentos
públicos cuando quiera que su contenido no recoge la
veracidad en las afirmaciones que hace el servidor público en
ejercicio de sus funciones.

4. Caso concreto

4.1. Acorde con tales elementos normativos, encuentra la


Sala que la calidad de servidora pública de la procesada no
reviste duda ni tampoco fue motivo de discusión, al haberse
allegado prueba documental que acredita que para la fecha de
los hechos ostentaba la calidad de Juez Promiscuo Municipal
de Isnos (Huila)18.

Tampoco ofrece reparo que, en ejercicio de dicha función,


extendió un documento público con aptitud probatoria

18 Cuaderno estipulaciones probatorias. Estipulación Nro. 2. Folios 5-9.

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faltando a la verdad. Al interior del proceso penal con radicado


Nro. 2009-0184-00, CASAS TRUJILLO suscribió acta de
audiencia pública de juzgamiento del 14 de septiembre de 2009,
en la que hizo constar que el doctor César Augusto Argote
Bolaños concurrió e intervino en dicha diligencia, sin que ello
haya sucedido19.

Las pruebas documentales y testimoniales practicadas en


el juicio demostraron otra realidad. El doctor Jesús María
Cuenca Polanco20 quien intervino en esa actuación como fiscal,
indicó que a la mencionada audiencia del 14 febrero asistieron
la juez CASAS TRUJILLO, el secretario Carlos Humberto
Castañeda Ramos y Francisco Javier Arroyave Dorado como
apoderado judicial Miguel Aullón Anacona. Destacó que cuando
él arribó al despacho judicial, ninguno de los defensores de los
procesados estaba presente. Sólo, cuando él terminó su
intervención y se disponía a abandonar el lugar para atender
otros asuntos a su cargo, se percató de la llegada del último
abogado en mención. Por último, expuso que agotado el acto
público de juzgamiento, el secretario le llevó hasta su oficina el
acta respectiva, momento en el cual advirtió que hacía falta la
firma del doctor Argote Bolaños.

En consonancia con lo anterior, Francisco Javier Arroyave


Dorado21 declaró que asistió y participó en la vista pública
celebrada al interior del proceso penal Nro. 2009-0184-00.
Narró que debido a algunos inconvenientes surgidos durante el
traslado al municipio de Isnos, su llegada al juzgado se produjo
tiempo después de iniciada la diligencia. Particularmente,

19 Ibídem. Folios 139 -141.


20 Audiencia de juicio oral. 1 de octubre de 2019.
21 Audiencia de juicio oral. 27 de noviembre de 2019.

12
Segunda Instancia
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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

cuando el representante de la fiscalía había culminado su


intervención y se aprestaba a salir del recinto.

Refirió que en esos instantes observó la presencia de la


juez CASAS TRUJILLO en el despacho y procedió, como se
acostumbraba en ese juzgado y en otros estrados judiciales de
la región, a entregarle al secretario el escrito de alegaciones con
fines de transcripción. Acto seguido, se retiró para realizar
otras diligencias ante la Registraduría y la Alcaldía de esa
localidad, momento este último cuando en los alrededores de
esos lugares, observó al defensor Argote Bolaños a quien,
además, conocía de antaño por razón del ejercicio profesional.

Por su parte, durante el interrogatorio realizado por el


defensor de CASAS TRUJILLO, el abogado César Augusto
Argote Bolaños22 adujo que por el paso del tiempo no lograba
rememorar la manera exacta como había intervenido en la
audiencia de juzgamiento adelantada en el marco del proceso
penal seguido contra su prohijado, el procesado Francisco
Aullón Anacona. Tan sólo recordó que días antes de la
diligencia había presentado por escrito los alegatos de
conclusión. En particular, afirmó que se los había entregado al
secretario del despacho cuando éste había ido a su oficina a
notificarlo de la fecha de la diligencia, quedando pendiente,
únicamente de ir a firmar el acta.

Sus palabras, en general, fueron las siguientes: “no me


acuerdo bien porque eso fue hace bastante tiempo, pero yo creo
que si fui al despacho ese día - refiriéndose al 14 de septiembre
de 2009-(…) exactamente no recuerdo la hora pero creo que fue
por la mañana (…) de lo que yo estaba pendiente era de ir a

22 Audiencia de juicio oral. 13 de diciembre de 2019.

13
Segunda Instancia
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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

firmar el acta (…) el secretario me dijo que no estaba lista, que


él me recogía la firma después como siempre hacíamos”.
(Subrayas propias de la Sala).

Expresó, así mismo, que los alegatos conclusivos


transcritos en el acta calificada como espuria eran de su
autoría. Al ponérsele de presente el documento, afirmó que los
reconocía por la redacción y porque esa era la manera como
elaboraba sus memoriales. Además, mencionó que existieron
dos razones por las cuales no firmó el acta mencionada. Una,
porque el secretario del juzgado incumplió la promesa de
llevarlo hasta su oficina, como hacía con los demás sujetos
procesales. Y otra, porque por problemas de “acuerdo de
honorarios” con el procesado, se desentendió del caso.

Finalmente, durante el contrainterrogatorio, el fiscal


concretó las anteriores manifestaciones. De manera puntual le
preguntó al testigo si había asistido a la audiencia del 14 de
septiembre de 2009 y si en el marco de ella había “verbalizado”
los alegatos de conclusión que había reconocido como suyos.
Ante ese interrogante, Argote Bolaños expresó: “yo los presenté
de manera escrita en la fecha cuando me notificaron de la
diligencia”.

A su turno, Carlos Humberto Castañeda Ramos 23 en


calidad de secretario del Juzgado Promiscuo Municipal de
Isnos afirmó que Argote Bolaños “no concurrió” a la audiencia
pública de juzgamiento. Expuso que el proceder de este
profesional de derecho consistió en que antes de la diligencia
“se comunicó con los del juzgado y les dijo que enviaba en un
escrito los alegatos de conclusión y pues antes de la diligencia

23 Audiencia de juicio oral. 12 de noviembre de 2019.

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Segunda Instancia
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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

llegó el escrito y se incorporó a la audiencia, después él dijo que


pasaba a firmar el acta”, compromiso que nunca cumplió y el
documento quedó incorporado al expediente sin su rúbrica.

Finalmente, Oscar Eduardo Castro Romero 24 aseveró que


en el año 2012, en calidad de apoderado de Francisco Aullón
Anacona, interpuso acción de tutela contra el Juzgado
Promiscuo Municipal de Isnos, en cabeza de la doctora MAGDA
CECILIA CASAS TRUJIILLO. Precisó que, agotado el trámite
constitucional, en sede de segunda instancia, una Sala de
Decisión Penal del Tribunal Superior de Neiva decidió
amparar25 los derechos fundamentales al debido proceso y
defensa de su representado, en razón a las múltiples
irregularidades procesales presentadas en el marco del
diligenciamiento Nro. 2009-0184-00. Entre ellas, la ausencia
del doctor Argote Bolaños como abogado defensor de su cliente,
durante las audiencias preparatoria y de juzgamiento. Por
último, refirió que en virtud de esa determinación se logró la
anulación del diligenciamiento desde la audiencia preparatoria,
lo que finalmente condujo a la prescripción de la acción penal26.

En ese contexto, no encuentra la Corte falencias o


desatinos en la valoración probatoria efectuada por el Tribunal
a quo. Es cierto que, en algunos aspectos y por el paso del
tiempo, los testigos ofrecieron versiones encontradas. No se
demostró con certeza si realmente, antes de la fecha de la
audiencia pública de juzgamiento el defensor Argote Bolaños le
entregó directamente al secretario del juzgado los alegatos de
conclusión, o si se limitó a “enviarlos o remitirlos” al juzgado

24 Audiencia de juicio oral. 12 de noviembre de 2019.


25 Cuaderno Tribunal Superior de Neiva. Sentencia de tutela de segunda instancia. 12
de diciembre de 2012. Folios 3-19
26 Cuaderno Estipulaciones probatorias. Estipulación Nro. 4. Providencia del 29 de

noviembre de 2013 proferida por la doctora MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO como
Juez Promiscuo Municipal de Isnos. Folios 237 -240

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Segunda Instancia
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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

para ser transcritos en el acta de esa vista pública. Menos aún,


quedó claro si el mencionado abogado efectivamente concurrió
el día de la diligencia al despacho con miras a firmar el acta de
la diligencia.

Lo único que se acreditó, pues así se deduce del análisis


integral de los testimonios reseñados en precedencia es que,
ciertamente: (i) los alegatos de conclusión presentados por el
mencionado abogado no fueron verbalizados en la diligencia del
14 de septiembre, y (ii) que dicho profesional del derecho no se
hizo presente en ningún momento de la vista pública. Ni en la
instalación de ésta, ni en su decurso o culminación, como sí lo
hicieron los demás sujetos procesales, en cumplimiento de lo
dispuesto en el artículo 408 de la Ley 600 de 2000.

Por ende, ratifica la Corte la conclusión de la primera


instancia. Al interior del proceso penal con radicado Nro. 2009-
0184-00, CASAS TRUJILLO extendió un documento público en
el cual dejó constancia de la práctica de una audiencia pública
de juzgamiento que no se realizó en los términos allí indicados.
Certificó la juez que el doctor César Augusto Argote Bolaños,
asistió e intervino en dicha diligencia, aun cuando ello no fue
cierto.

Así las cosas, resulta incuestionable que ese proceder


materializa en su componente objetivo, el tipo penal de
falsedad ideológica en documento público, en tanto MAGDA
CECILIA CASAS TRUJILLO extendió documento público -acta
de audiencia de juzgamiento- en el que incluyó declaraciones
contrarias a la verdad.

16
Segunda Instancia
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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

4.2. Ahora bien, el delito por el que aquí se procede


únicamente permite la modalidad dolosa27. Debe coexistir el
conocimiento de la manifiesta ilegalidad de la conducta y la
voluntad de omitir deliberadamente el acto que está obligado a
realizar.

La Sala ha sostenido que la prueba del dolo, como


categoría jurídica que califica objetivamente un fenómeno
eminentemente interno, difícilmente encuentra acreditación a
través de medios de prueba directos, por manera que en no
pocas oportunidades debe sustentarse en la valoración de los
actos externos a través de los cuales esa voluntad y querer de
trasgredir la norma se materializan y que permiten, a la luz de
los postulados de la sana crítica, arribar a la certeza racional
sobre un asunto que de otra manera permanecería en su fuero
íntimo28.

En el presente asunto, valga reiterar, la acusación contra


MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO se concretó,
exclusivamente, en extender acta de audiencia pública de
juzgamiento con información falsa, al interior del proceso penal
con radicado Nro. 2009-0184-00, adelantado contra los
hermanos Miguel y Francisco Aullón Anacona.

Proscrita como se encuentra la responsabilidad objetiva,


era deber de la Fiscalía allegar prueba conducente a la certeza
no solo de la ocurrencia de este hecho, sino de que el mismo es
atribuible a CASAS TRUJILLO como resultado de su intención
de agotar la conducta descrita en el tipo de falsedad ideológica
en documento público. Propósito que para la Sala no fue
alcanzado, pues consultados los argumentos expuestos por la

27 CSJ SP, 31 oct. 2018, rad. 48.907.


28 CSJ SP, 30 may. 2018, rad. 50.950.

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MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO

fiscalía para acreditar el aspecto subjetivo de la conducta, se


aprecian evidentes errores de raciocinio lógico que dan al traste
con su pretensión condenatoria.

El fiscal partió de una premisa equivocada. Argumentó


que dado el conocimiento de los deberes legales que su cargo
le imponía, así como la habilidad y destreza con que contaba
para dirigir ese tipo de asuntos, CASAS TRUJILLO obró con
dolo. Tales aspectos, no se discute, son susceptibles de
valoración por cuanto permiten desvirtuar, conjuntamente con
otras circunstancias, la ajenidad del servidor público en el
resultado lesivo. No obstante, son inadecuados para
fundamentar los elementos cognitivo y volitivo exigidos por la
modalidad de comportamiento aquí investigada, en tanto no
excluyen la posibilidad de que la distorsión de la verdad
consignada en el documento público obedezca a un error del
funcionario.

En este evento, no ofrece mayor polémica la demostración


del elemento cognoscitivo. Sabía la acusada, por su misma
condición de servidora pública, que le asistía el deber de
consignar la verdad en los documentos suscritos en ejercicio
de sus funciones. Ciertamente, todos los jueces de la República
tienen la obligación de plasmar en las providencias, actas o
constancias que profieran, la realidad íntegra y completa de los
fenómenos o sucesos procesales ocurridos, en tanto las
especiales modalidades o circunstancias en que hayan tenido
lugar son generadoras de efectos jurídicos.

Sin embargo, a diferencia de lo anterior, ninguno de los


elementos de convicción practicados en la audiencia de juicio
oral permite inferir que la juez suscribió el acta de la vista

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pública mencionada, con la franca intención de lesionar el bien


jurídico de la fe pública.

Carlos Humberto Castañeda Ramos quien, se recuerda,


para la época de los hechos laboraba como secretario del
Juzgado Promiscuo Municipal de Isnos (Huila), hizo alusión a
la existencia de múltiples inconvenientes que entorpecían el
desarrollo de los procesos asignados al despacho, en
particular, los de naturaleza penal. Explicó que la vía que
conducía del municipio de Pitalito al de Isnos “era destapada,
había mucho trancón, mucho derrumbe”, de manera que a las
partes se les dificultaba asistir o llegar a tiempo a las
diligencias, lo cual generaba, a su vez, múltiples aplazamientos
y trámites morosos. No obstante, esa problemática se intentó
solucionar. Dijo el testigo: “en ocasiones en la Ley 600 los
abogados, por ejemplo, ante la dificultad de llegar exactamente
a una audiencia, en ocasiones, no todas la veces, ellos antes de
la audiencia enviaban unos escritos que se incorporaban en el
acta, pero de todas maneras cuando llegaban a la audiencia, los
leían, aceptaban y se firmaban las actas29”. (Destaca la Sala).

Tal proceder, entonces, no fue ajeno a la actuación


seguida contra los hermanos Aullón Anacona. Indicó el testigo
que el abogado Argote Bolaños no concurrió a la vista pública
del 14 de septiembre de 2009. Simplemente, “se comunicó con
los del juzgado y les dijo que enviaba en un escrito los alegatos
de conclusión y pues antes de la diligencia llegó el escrito y se
incorporó a la audiencia” 30. La dificultad, empero, se presentó
después, dado que el profesional del derecho incumplió el
compromiso de comparecer al despacho a suscribir el acta
extendida como constancia de la diligencia.

29 Audiencia de juicio oral. 12 de noviembre de 2019.


30 Ibídem.

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En consonancia con ese relato, varios funcionarios y


empleados que habían laborado en el Juzgado Promiscuo
Municipal de Isnos, y en despachos homólogos de San Agustín
y Oporapa (Huila)31, coincidieron en señalar que, para la época
de los hechos aquí investigados, tratándose de las audiencias
públicas de juzgamiento regidas por el Sistema de
Procedimiento Penal de la Ley 600 de 2000, se permitía que las
partes aportaran los memoriales de alegatos por escrito, con
miras a transcribirlos en el acta respectiva. Ello, no obstante,
sin perjuicio de relevarlos de la obligación de comparecer a los
despacho para el agotamiento de la diligencia, conforme lo
previsto en el artículo 408 de esa normatividad. Enseñaron los
declarantes que siempre se requería la presencia física de todos
los sujetos procesales pertinentes, so pena de aplazar y
reprogramar el acto público.

Por su parte, deponentes como el abogado Francisco


Javier Arroyave Dorado, César Augusto Argote Bolaños y la
propia juez MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO respaldaron el
dicho del citado secretario, atinente a las dificultades
topográficas de la vía de acceso al municipio de Isnos,
insistiendo todos ellos en que tal inconveniente impedía el
trámite célere y adecuado de los procesos penales. El primero
de ellos, por ejemplo, señaló que precisamente el propio día de
la diligencia de juzgamiento, esto es el 14 de septiembre de
2009, arribó a destiempo al juzgado por inconvenientes en la
carretera.

De igual manera, el abogado Argote Bolaños aseguró que:


“en esa época, en ese municipio en particular, era bastante sui

31Los doctores Jairo Chavarros Claros y Heriberto Sierra Andrade, secretario y Juez del
Juzgado Promiscuo Municipal de Oporapa (Huila). Pablo Emilio Cabrera Solarte,
secretario del Juzgado del Juzgado de San Agustín. Y Carlos Alfonso Benavides Gamboa,
ex Juez Promiscuo Municipal de Isnos.

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generis como se realizaban esas audiencias, la verdad por


cuestiones de distancia, de la carretera, por cuestiones de que
no había forma en sí de poner de acuerdo a todos los sujetos
procesales, entonces yo me acuerdo que el día que me notificaron
de la fecha de la audiencia yo le presenté al secretario que era
quien se encargaba de eso, yo le presenté mis alegatos”.

Así mismo la juez CASAS TRUJILLO manifestó en su


relato que la concurrencia “de los abogados era complicada
porque para la época en que yo ingresé, había problemas en la
vía, entonces daban paso para un lado por turnos, por horas.
Solía haber derrumbes.”32

Siendo ello así, disiente la Corte de los argumentos


presentados por el fiscal y el delgado del Ministerio Público en
los recursos de apelación presentados. El proceder de CASAS
TRUJILLO jamás estuvo encaminado a certificar hechos ajenos
a la verdad. No aparece demostrado que su propósito haya sido
apartarse de las reglas de procedimiento penal para flexibilizar,
de manera arbitraria y caprichosa el trámite de las audiencias
públicas de juzgamiento y expedir actas con información
contraria a la realidad. No. A partir de las pruebas reseñadas
en precedencia la Corte arriba a conclusiones diametralmente
distintas.

La forma sui generis de llevar a cabo el acto público


mencionado y, por ende, la suscripción de la constancia
procesal que se reputa espuria obedeció exclusivamente a la
metodología utilizada por la funcionaria, para cumplir de
manera rápida y juiciosa con las labores jurisdiccionales a su
cargo. Ciertamente, se probó que la costumbre del juzgado

32 Audiencia de juicio oral. 13 de diciembre de 2019.

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presidido por la doctora CASAS TRUJILLO era: (i) recibir con


anterioridad a la diligencia de juzgamiento los escritos de
alegatos de conclusión, y (ii) permitir que los sujetos procesales
pertinentes concurrieran paulatinamente al despacho a
presentarlos. Lo anterior, valga la aclaración, con la única
finalidad de preparar con suficiente anticipación el acta
respectiva de la audiencia (transcribiendo los alegatos
conclusivos elaborados de forma anticipada por las partes) y
que el día en que tuviera lugar ese acto procesal, todo estuviera
listo para que la diligencia pudiera agotarse de manera ágil, a
medida que fueran compareciendo los sujetos procesales.

Es que tal y como fue precisado por la doctora CASAS


TRUJILLO, lo habitual era que las audiencias públicas de juicio
se realizaran en el “escritorio del secretario”. Inclusive, “se podía
dar el caso de que empezaba a dar el alegato uno de los sujetos
procesales, y mientras se transcribía, uno podía atender una
llamada o había de pronto la oportunidad para hacer otra
audiencia (…) pero uno siempre estaba en el despacho judicial.
(…)”33.

Ese proceder, entonces, aunque se aprecia equivocado en


tanto el artículo 408 de la Ley 600 de 2000 dispone que en la
fase del juicio oral es “obligatoria la asistencia del fiscal y la del
defensor (…)” y, además, dada su trascendencia merecía toda
la atención de la funcionaria, no se vislumbra que esté
precedido por una intención caprichosa y amañada de la juez.
Para la Corte, la manera particular en que la doctora CASAS
TRUJILLO adelantaba las audiencias públicas de juzgamiento
obedeció, exclusivamente, a la existencia de unas
circunstancias de fuerza mayor que obligaron a la funcionaria

33 Ibídem.

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a adoptar soluciones efectivas que garantizaran el derecho


fundamental de acceso efectivo a la administración de justicia
y la resolución de todos los asuntos dentro de un plazo
razonable.

Sin duda alguna, con los elementos de convicción


allegados en el juicio se demostró que el único interés
perseguido por la juez CASAS TRUJILLO era el de ajustar el
trámite de ley para que los inconvenientes de acceso al
municipio de Isnos que entorpecían la asistencia y
concurrencia de las partes en una fecha y hora exacta, no
afectaran el desarrollo y agotamiento célere de las actuaciones
penales. Nada más.

Sin embargo, para infortunio de la procesada, llegado el


día y la hora en que debía dar curso a la diligencia de
juzgamiento programada dentro del proceso seguido contra los
hermanos Aullón Anacona, el defensor de uno de ellos, el
doctor Argote Bolaños no compareció al juzgado, lo que dio
lugar a que ese acto procesal se llevara a cabo sin su presencia
y surgiera a la vida jurídica una constancia con información
contraria a la realidad. Ello, se itera, en atención a que dicho
defensor había allegado al despacho los alegatos de conclusión
y entonces, al elaborar el acta respectiva, el secretario los
transcribió dando a entender que dicho defensor sí había
comparecido al acto procesal. Error que no fue advertido por la
juez, quien de buena fe y sin ninguna intención malsana de
defraudar la fe pública, suscribió el acta.

Aunado a lo anterior, encuentra la Corte que la Fiscalía y


el Ministerio Público erraron al sostener que MAGDA CECILIA
CASAS era una funcionaria ilustrada y experimentada en el
trámite de los asuntos de naturaleza penal. Las pruebas

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documentales y testimoniales practicadas en este asunto


dieron cuenta que para el momento en que ocurrieron los
hechos, llevaba sólo dos meses en el ejercicio del cargo de Juez
Promiscuo Municipal de Isnos y que, además, antes de ejercer
ese rol sólo había conocido procesos civiles y casos de
reconocimiento de pensiones. Es decir, carecía absolutamente
de experiencia en el ámbito penal.

Los razonamientos expresados, en suma, conducen a


reiterar que si bien existió un documento público con
información falaz, no se comprobó una conducta dolosa en
cabeza de la procesada. Por ende, se confirmará el fallo
apelado.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Penal, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE:

PRIMERO: CONFIRMAR la sentencia dictada el 4 de


marzo de 2020 por la Sala de Decisión Penal del Tribunal
Superior de Neiva, a través de la cual absolvió a la doctora
MAGDA CECILIA CASAS TRUJILLO, del cargo de falsedad
ideológica en documento público, por el cual fue acusada.

SEGUNDO: DEVOLVER el expediente al Tribunal de


origen.

Contra esta decisión no procede recurso alguno.

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NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.

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NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA

Secretaria

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