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Reforma para ampliación del periodo de alcaldes y gobernadores a 6 años

Para tratar de dar explicación al acto legislativo que buscaba reformar y extender los

periodos de gobernadores y alcaldes, debemos remontarnos 33 años atrás; para ese momento el

congreso mediante el acto legislativo 01 del 9 de enero de 1986 estableció la elección popular de

alcaldes en Colombia, el cual vio la luz por primera vez dos años después; el 13 de marzo de

1988, se realizó la primera elección popular de alcaldes en Colombia. Posteriormente en la

Constitución de 1991 se extendió este ejercicio democrático para la elección de gobernadores.

Así mismo, el propósito de dicho acto era promover y favorecer la autonomía regional y la

participación ciudadana, permitiendo que todos los ciudadanos eligieran de manera directa a sus

dirigentes. Por otra parte, antes de la elección popular de alcaldes, los mandatarios locales eran

designados por el gobernador del departamento, quien a su vez era escogido por el presidente.

Los primeros alcaldes electos tenían periodos de 2 años, pero con la Constitución de 1991 se

extendió este periodo a 3 años.

En este sentido, también cabe hacer un breve recuento del Referéndum constitucional de

Colombia adelantado en el año 2003, este proceso estuvo en cabeza del gobierno de Álvaro

Uribe, quien presentó al Congreso el proyecto de ley que posteriormente se aprobó como la Ley

796 de 2003 y que más adelante en la revisión hecha por la Corte Constitucional declaro

inexequible el artículo 17 que contemplaba la extensión de los periodos de autoridades

territoriales advirtiendo que las reformas constitucionales, que incluso pasaran por consultar al

pueblo, no pueden usarse para cambiar las reglas de juego sobre los periodos electorales en

curso.

De hecho, por la misma época la Corte avaló el acto legislativo 02 de 2002 el cual

extendió los periodos de los mandatarios regionales a cuatro años. El punto diferencial se centró
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en que dicha ampliación era legitima, ya que, aplicaba para los siguientes mandatarios electos y

no para quienes se encontraban en funciones y ya habían sido elegidos por tres años. Se

estableció además que los comicios se desarrollarían en el último domingo de octubre.

Este formato ha contribuido a democratizar la vida departamental y municipal,

establecimiento bases mínimas que apuntan a un proyecto de país más cercano a la ciudadanía y

los territorios.
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¿Cuál es la motivación para buscar la extensión del periodo de autoridades locales?

La actual crisis originada por la covid-19 que enfrenta el mundo y a la cual Colombia no

es ajena, es uno de los mayores argumentos que tuvieron varios congresistas de partido de

gobierno y la coalición junto a Fedemunicipios para tratar de justificar la propuesta que

contemplaba la ampliación del periodo para altos funcionarios del estado y de unificación de las

elecciones. De igual manera, los proponentes sostenían que debido al confinamiento y las

medidas tomadas frente a la covid-19, se vio afectada la ejecución de los planes de desarrollo de

los mandatarios actuales. Por tal razón, se plantearon reformas que buscarían modificar por lo

menos 20 artículos de la Constitución Política.

Cabe señalar, que se pretendía extender el periodo de gobierno para gobernadores y

alcaldes, que sería ampliado de 4 a 5 años, además, se extendería el actual periodo presidencial

con lo cual se empataría o unificaría para llevar a cabo una sola elección. Se debe agregar que,

dicha propuesta cobró relevancia basada en el contexto actual, justificada en la grave afectación

económica derivada de la pandemia de la covid-19, la cual, según los promotores de la iniciativa,

hace impostergables realizar modificaciones constitucionales que permitieran a las autoridades

implementar de manera efectiva acciones contundentes que ayuden a superar la crisis social y

política que atraviesa la nación.

Según los firmantes del proyecto de acto legislativo, al llevarse a cabo la ampliación y

unificación de periodos se generaría un ahorro de hasta 1,8 billones de pesos porque se reduciría

la logística electoral lo cual es una cifra significativa. Así mismo, la ampliación del periodo de

gobierno de alcaldes, gobernadores y otros cargos de elección popular, lo justifican en que dichas

autoridades tienen poco tiempo para sacar adelante sus Planes de Desarrollo. Además, el
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proyecto planteó en su momento aumentar un año del periodo de los actuales alcaldes y

gobernadores, pues todos los periodos unificados arrancarían en el 2025.

En cuanto a las posibles ventajas y lo que hace viable el proyecto en análisis, cabe

mencionar que una de las razones de peso argumentadas para que esta sea eficiente son: que el

Plan de Desarrollo Nacional PDN sería mucho más articulado a los planes territoriales y locales

y se optimizarían los recursos que se utilizan para el desarrollo de los comicios. Al realizarse la

extensión del periodo de alcaldes y gobernadores se llevaría a cabo una sola elección por lo tanto

la ley de garantías que entra en vigencia en cada periodo electoral solo se aplicaría en un único

periodo de tiempo por lo cual la contratación pública no se vería interrumpida por los procesos

electorales.

No obstante, esta iniciativa generó, durísimas reacciones en sectores de la oposición y

expertos constitucionalistas al punto de tildarla de golpe de estado, ya que extender el periodo

constitucional de alcaldes y gobernadores debe relacionarse directamente con otras reformas

consideradas inconstitucionales, como, por ejemplo, la extensión de periodo de presidente,

Congreso y otros altos funcionarios en ejercicio, con el fin de poder unificar el proceso electoral.

Por tal motivo y desde nuestro punto de vista y en el desarrollo del presente análisis

consideremos que es inviable el extender los periodos de funcionarios y servidores públicos en

ejercicio, ya que desde el marco legal y lo consagrado en los artículos 303, 314 y el artículo

transitorio 61 de la Constitución Política, se fija que gobernadores y alcaldes son elegidos

popularmente para períodos constitucionales de cuatro (4) años, y sin posibilidad de ser

reelegidos para períodos siguientes. Con base a este concepto y tomando de referencia una de las

sentencias de mayor importancia proferida por la Corte Constitucional en toda su historia.


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Sentencia C-551 de 2003, este pronunciamiento tuvo ocasión del referendo que impulsaba el ex

presidente Uribe en su primer gobierno.

Avanzando en nuestro razonamiento y teniendo claro que las Constituciones son el

ordenamiento jurídico, político y social de un Estado, y son reflejo de la realidad social de un

país sistematizado en normatividad. “Se ha dicho precisamente que el Estado no tiene una

Constitución, sino que es una Constitución, pues ella es la Constitución Política que organiza el

ejercicio del poder” (Olano, 2.000, p. 57).

Por lo tanto, nos llama la atención la desconexión de un Congreso que propone un

proyecto de acto legislativo que pretendía de manera caprichosa extender el periodo de gobierno

que sin lugar a dudas son constitucionales. Así mismo, alineamos nuestro análisis desde lo

manifestado por la Corte Constitucional en la que refiere: "En ciertos casos, las autoridades

recurren a las formas de la reforma constitucional, pero no para modificar, de manera general, las

cláusulas constitucionales, sino exclusivamente para adoptar una decisión política singular y

puntual, contraria a los preceptos constitucionales". (Corte Constitucional 2003, Sentencia C-

551)

Ciñéndonos nuevamente a la Sentencia C-551/03 en la que se anuló la propuesta de

ampliar periodo de gobernadores y alcaldes, consideramos además que este proyecto podría

lesionar la soberanía territorial partiendo del entendido que dentro de la estructura autonómica

del Estado colombiano les corresponde a los ciudadanos elegir a sus autoridades locales por un

periodo determinado constitucionalmente y que ni siquiera un referendo tiene la potestad de

alargar periodos de gobernantes en ejercicio; menos podrá hacerlo un acto legislativo.

Asimismo, es de considerar que, si la Registraduría Nacional ha presentado múltiples

inconvenientes con los comicios actuales, solo podemos esperar un total colapso si se llevan a
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cabo el mismo día todas las elecciones. Por todo esto, estimamos que este proyecto de reforma es

la clara negación del principio participativo, es inconveniente, ya que en términos políticos

alinear los comicios nacionales con los regionales y locales desfigura las discusiones territoriales

y las pone en la lógica de las maquinarias tradicionales.

Baste como muestra, el 19 de abril de 1970 el sistema democrático del país casi colapsa

porque todas las elecciones se hicieron el mismo día. Por tal razón la constituyente promovió la

separación de los periodos y de esta manera fortalecer a los departamentos y municipios,

evitando que los comicios se convirtieran en un premio menor de las elecciones nacionales. Así

que, se puede buscar la ampliación de los periodos de los mandatarios locales, pero sin

traumatismos, aplicables para futuros mandatarios, no los que se encuentran en funciones. La

coordinación y articulación entre el nivel nacional y territorial se puede lograr a través del

desarrollo de nuevas y mejoradas herramientas de planeación.

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