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Parashat Ha’azinu (53) (Escuchad)

Torah: Devarim 32:1-52


Haftará: Oseas 14:2-10; Miqueas 7:18-20
Código Real: Mar’ot Elohim 20:11-21:27

La Canción de Moisés
La porción de la Torá de esta semana es una de las últimas en la Torá.
Aquí Moisés adopta un curso diferente de acción cuando se compara con
las otras partes de su discurso de despedida que constituye el Libro del
Deuteronomio.
Hasta ahora, Moisés enseñaba o reeditaba los mandamientos, o
reprendía al pueblo por sus fechorías. En Ha'azinu, Moisés rompe en la
canción.
No es la primera vez que Moisés canta, pero aquí canta solo.
No es la primera vez que Moisés canta. La canción en la división
milagrosa del Mar Rojo es seguramente la más famosa. Pero esa canción
fue la respuesta a una acción Divina sin precedentes. Moisés guió, y todo el
pueblo lo siguió. Aquí, Moisés canta solo.
La generación que dejó Egipto está muerta, y pronto Moisés los
seguirá hasta la tumba. En este contexto parece un tiempo extraño para la
canción, pero aquí está la grandeza de Moisés.
Para entender esta idea, veamos un pasaje del Talmud que describe
cómo alguien quería cantar pero no se le permitió:
Nuestros rabinos enseñaron: “Cuando el impío Nabucodonosor arrojó a
Hananías, Misael y Azarías al horno ardiente, el Santo, bendito sea, dijo a
Ezequiel: 'Ve y resucita a los muertos en la llanura de Dura'. Hecho esto, los
huesos vinieron y golpearon al malvado sobre su rostro: "¡Qué huesos son
éstos!" Ellos le respondieron: "Su compañero resucita a los muertos en la
llanura de Dura". Entonces él dijo: "¡Cuán grandes son sus señales, y cuan
poderosas son sus maravillas, su reino es un reino eterno, y su dominio es
de generación en generación!" Rabí Isaac dijo: "Que el oro fundido sea
derramado en la tierra, boca del malvado [Nabucodonosor]!”
La conclusión del pasaje es que Nabucodonosor deseaba cantar, pero
no fue permitido, y si hubiera cantado, sus canciones de alabanza
hubieran sido comparables con las del Rey David, el dulce cantor de los
Salmos. El pasaje es difícil, ¿por qué Dios mostraría el milagro a un
pagano, si no para hacerle comprender la grandeza de Dios? ¿Y por qué
Nabucodonosor se quedaría mudo, cuando la idea de un Dios más poderoso
que él, finalmente se alzó en él?
El Rebe Kotzker aborda estas cuestiones en un breve comentario:
Usted desea cantar alabanza mientras que la corona está en su
cabeza, me gustaría oír cómo usted canta después de ser abofeteado en la
cara.
Muchas personas después de haber sido inspirado por una vista
maravillosa, tienen la capacidad de cantar alabanzas. La grandeza del rey
David fue su capacidad de cantar a pesar de la tragedia personal que
habría roto los espíritus de un hombre menor. Para ser comparado con
David, el ángel vino a golpear a Nabucodonosor. Si hubiera cantado,
habría indicado la grandeza espiritual y la verdadera humildad. Pero
después del golpe Nabucodonosor ya no se sentía inspirado, el momento
había desaparecido.
Ahora podemos apreciar la sublime grandeza de Moisés,
seguramente la canción cantada después de la división del mar fue un
momento de éxtasis religioso. Pero Moisés, como David canta aun cuando
las cosas no van por su camino.
David canta cuando se escapa de su propio hijo que está tratando
de usurpar su poder. Moisés canta el momento antes de la muerte.
Cuando contemplamos las palabras que Moisés usa, estamos aún más
asombrados:
“Oíd, cielos, y hablaré; y oye, tierra, las palabras de mi boca. Mi
doctrina caerá como la lluvia, mi discurso destilará como el rocío, como la
lluvia sobre la tierna hierba, y como las lluvias sobre la hierba. Porque
proclamaré el nombre del Señor; atribuyen grandeza a nuestro Dios. Él es la
Roca, su obra es perfecta; porque todos sus caminos son la justicia; un Dios
de verdad y sin iniquidad, justo y justo es él.” (Deuteronomio 32: 1-4)
De todos los modos de describir a Dios, Moisés se refiere a Dios como
una "Roca". El término, por supuesto, significa el poder de Dios. Pero
cuando recordamos que la bajada de Moisés tuvo lugar al intentar extraer
agua de una roca es aún más sorprendente que se use esta denominación
particular. Esta comprensión puede encontrarse en el Zohar:
Rabí Simeón dijo: "Moisés en su canción, dijo por primera vez La
roca, perfecta es su obra, refiriéndose a la ocasión en que el agua salió de la
roca ..." (Zohar S'hmot 64b)
En su canción, que se canta inmediatamente antes de su muerte,
Moisés acepta completamente la justicia divina: Él es la Roca, su obra es
perfecta; porque todos sus caminos son la justicia; un Dios de verdad y sin
iniquidad, justo y justo es él.
En su canción, que se canta inmediatamente antes de su muerte, Moisés
acepta completamente la justicia Divina.
En lugar de evitar este tema doloroso, Moisés lo aborda de frente,
mostrando la aceptación absoluta de Dios y Su voluntad. Esta es otra
indicación del nivel espiritual que Moisés logra.
Como vimos desde el principio, el Libro del Deuteronomio puede
dividirse en tres partes:
Reprimenda, en la cual Moisés espera llevar al pueblo a un nivel
espiritual más alto.
Una revisión de los mandamientos basados en la Torá Oral.
Esta última sección de la canción.
Moisés va a su muerte, con dignidad, alabando a Dios ya su pueblo,
como veremos en la porción final de la Torá de la próxima semana.

La palabra Haazinu significa escuchen, es una palabra pequeña, pero


que todo expositor o cualquier persona que quiere compartir unas palabras de
Torá con su compañero, necesita. Esto fue lo que Moshé Rabenu pidió,
escuchen todo lo que hable con ustedes en los últimos cuarenta años. Todo
padre quiere que su hijo lo escuche. ¿Cuántas veces nos enfurecemos porque
nuestros hijos nos desobedecen? No entienden que lo que les estamos diciendo
es por su bien. Piensan que lo que nosotros hablamos son tonterías. Así
también ocurre con todo orador, quiere que su público lo escuche, que
entiendan que su mensaje y no que se burlen de sus palabras.
Moshe Rabbeinu abre los conmovedores y poéticos versos de la
Parashat Ha'azinu comparando la sabiduría eterna de la Torá con las
refrescantes gotas de agua que dan vida. Él pide que las palabras de la Torá
alimenten a nuestros neshamos (almas) como el rocío y la lluvia, que dan vida
y sustento a los cultivos de los campos.
El Ohr Hajaim cita un Midrash (Mishlei 10) para explicar por qué
Moshe Rabbeinu usó más de un tipo de lluvia para describir las palabras de la
Torá. El Midrash menciona las palabras del Rebbi Yijmael describiendo lo
que sucederá cuando una persona se enfrente al Beis Din Shel Ma'aleh
(Tribunal Celestial) después de sus años en este mundo.
El Rebbi Yishmael dice que a una persona que habla con fluidez
jumash se le preguntará por qué no dominó a Mishnah. A aquel que domine
Mishná se le preguntará por qué no aprendió Gemorah, mientras que alguien
que dedicó su tiempo a entender a Gemorah se le preguntará por qué no
profundizó en las partes más difíciles de la Gemorah. En resumen, a cada
persona se le preguntará por qué no se estiró para alcanzar su máximo
potencial.
El Ohr HaChaim cita este Midrash para señalar que Hashem juzga a
cada persona según su capacidad, ni más ni menos. Él comenta que
Hashem no le preguntará a quien domina Chumash por qué no dominó el
Gemorah más difícil en todos los Shas. El Ohr HaChaim señala que este
Midrash libera a las personas informándoles que no serán juzgadas por
estándares que están más allá de su capacidad. Al mismo tiempo, sin
embargo, nos mantiene a todos con un estándar exigente: el punto espiritual
más elevado que podemos alcanzar con nuestras habilidades innatas. Din
y Cheshbon
¿Cuál es el secreto del éxito de todo orador, padres, educadores?,
¿Cómo se puede hacer para que las palabras sean recibidas? Moshé en nuestra
Parashá nos da las respuestas. “Yaarof Rematar Likjí Tizal Ketal Imratí –
Que mis enseñanzas caigan como la lluvia, y que mis palabras fluyan
como el rocío” (Devarim 32:2). En este versículo Moshé introdujo tres
conceptos que son muy importantes. Si los llegamos a dominar hay chance
que tengamos éxito en la transmisión de la Torá. En primer lugar Moshé
comparó sus palabras a la lluvia. Es decir, el que habla es como una nube y
sus palabras son como la lluvia. Todo orador que quiera transmitir palabras de
Torá, deberá llenarse de agua como las nubes. Pasar por encima de muchos
océanos y reunir muchos vapores de agua, hasta que se convierta en una nube
muy cargada. Para que después hables palabras de lluvia que rieguen a los
demás. No se puede hablar de Torá siendo ignorante de ella, primero hay
que estudiarla en las sinagogas, en los Bet Midrash, escuchar casetes, leer
libros, para que una vez que se está lleno de información, se pueda
transmitir adecuadamente. Cuentan que una vez había un rabino que
solamente se sabía una sola charla, la que repetía en todo lugar a donde
llegaba, una y otra vez la repetía, incasablemente. Era todo lo que sabía. Esa
charla trataba de la Parashá de Koraj, quien fue tragado por la tierra.
Cuando llegaba la época de la lectura de esa Parashá, se ponía muy
contento, se iba de sinagoga en sinagoga a transmitir sus palabras de Torá, de
ciudad en ciudad, repitiendo siempre la misma charla. Una vez le pidieron a
ese rabino que dijera unas palabras, en la época en que se lo pidieron no
había ninguna relación entre la Parashá de esa semana con la Parashá de
Koraj. Este pobre rabino se puso nervioso, ya que no sabía cómo relacionar
su única charla con lo que estaba tratándose la Parashá de esa semana. No
teniendo ninguna otra opción, se metió la mano al bolsillo e hizo como que
si se le hubiera caído una moneda al piso, empezó a buscarla y el
encargado de la sinagoga se le acercó a preguntar qué era lo que estaba
buscando. Le explicó que se le había caído una moneda al piso, el mismo
encargado también empezó a buscar la moneda pérdida, después toda la
congregación se levantaron y empezaron a buscar ellos también la famosa
moneda. Hasta que este orador, el rabino, le pidió al público que se sentaran y
les dijo: Aparentemente que la tierra se tragó a la moneda, tal y como lo
hizo con Koraj…. Y continuó con su discurso conocido. La persona tiene
que estudiar para enseñar, es imposible trasmitir, regar si nuestra nube
está vacía. El segundo concepto que aprendió Moshé de ese versículo, es
saber verter nuestras aguas de conocimientos a árboles, a flores, cuánto
necesita cada uno. Si le damos a un cedro muy poca cantidad de agua
entonces se secará, o si le damos a una flor, o a un césped mucha agua,
entonces se inundará. Es por eso que cuando Moshé dijo: “Haazinu
HaShamaim –Escuchen al cielo”, se refería a los temerosos de Dios, a los
Sabios. “Tishmá Haaretz – Escucha a la tierra”, se refería a los hombres
sencillos como la tierra. Yaarof Rematar Likjí – Que mis enseñanzas caigan
como las lluvias, ¿a quién le cae la lluvia fuerte? A los sabios. “Tizal Ketal
Imratí – Que mis palabras fluyan como el rocío”, ¿a quién le fluyen las
palabras como el suave rocío? A los hombres sencillos como la tierra. Es
decir, según el nivel de las personas, así debe ser trasmitida nuestras charlas.
Midiendo la cantidad de agua con la que vamos agregar. A veces, podemos
causar que nuestro amigo se ahogue y se aleje del camino, por haberlo
cargado con tantas leyes estrictas y exigentes. También podemos aburrirlo
con cuentitos y leyendas, en vez de cargarlo con leyes y con temas
profundos, nos la pasamos contándoles cuentitos y leyendas que,
sencillamente, lo aburren.
Una vez escuché de un joven, que el versículo de la Torá que prohíbe el
arar con un toro y un burro a la vez, se aplica también a nuestros hijos. A
pesar de que son muy diferentes nuestros hijos y los animales, de todas
maneras este concepto se aplica a ambos por igual. Cuando uno de nuestros
hijos, es muy astuto y capaz, debemos darle un gran yugo intelectual, un
campo entero de sabiduría para que lo trabaje solo. Sin embargo, si tenemos
un niño que es más débil en capacidad y astucia, con respecto al primero, no
podemos pretender que are el mismo campo de sabiduría que su hermano, a él
se le pone un peso menor en su carga. Así es con todo orador, antes de
verter de sus aguas puras, tiene que evaluar al público. Ver si son cedros
o flores, si son fuertes o débiles, y en función de esto sabrá qué verter,
lluvia o rocío. El tercer mensaje que nos dio Moshé Rabenu es, que no
debemos rendir tan pronto como empezamos a hablar con un público, ya
que el palpar los frutos de nuestra inversión toma un tiempo. Al igual que
en un campo, cuando las aguas de lluvia caen, provocan unos cambios
paulatinos en las semillas, hasta que, después de un tiempo, se ven las frutas
tan gustosas que de estas semillas salieron. Así también es con las personas,
poco a poco van sus semillas espirituales desarrollándose hasta que salen
sus frutos. Nuestros hijos, nuestro público, nuestros amigos son como
campos que regamos con aguas de Torá, esta agua penetran en lomás
profundo de su ser y paulatinamente van generando cambios en sus ideas y
actuaciones, hasta que después de un tiempo, vemos cómo se desarrolló y
cómo creció. Al igual que en la naturaleza existen plantas que crecen rápido
yo tras que crecen más lento, así también con las personas, hay quienes
crecen más rápidos que otros. Así fue como la Torá comparó al hombre: “Ki
Adam Etz Hasadé – La persona es como el árbol del campo”. Hay árboles
de crecimiento rápido y hay que no, pero lo que sí tienen en común, es que
todos crecen con las aguas de lluvia. Así también ocurre con las personas,
todos crecen con palabras de Torá, cuando son bien dadas, con su cantidad
respectiva, y en el momento adecuado. Por eso, es que debemos llenarnos de
las aguas de la Torá, para que podamos verterla de una manera correcta,
según las capacidades de los escuchas. Debemos tenerles paciencia, poco
apoco irán creciendo, darán frutos, pero por en cuanto debemos continuar con
el riego de agua, y con la ayuda de Dios, nos en orgulleceremos de nuestros
hijos, nos alegraremos por nuestros alumnos, y veremos buenos frutos de
nuestro público. Que sea la voluntad de Dios que con la ayuda de estos
mensajes, de Moshé Rabenu, podamos cumplir y lograr el objetivo
de“Haazinu – Escuchen”. Amén
La Roca: perfecto es su obra, porque todos sus caminos son justicia.
Un Dios de fe sin iniquidad, Él es justo y justo.
Be'er Yosef: Citando este pasuk , la gemara [2] toma una visión débil
de aquellos que creen que HKBH tiene una actitud relajada hacia el pecado.
"¡Quien diga que Hashem pasa por alto el pecado, que pase por alto su
vida!". Rashi explica que tal posición proporciona una licencia a otros para
pecar, minimizando el riesgo de castigo.
¿Cómo podría alguien razonablemente creer tal cosa? ¡La Torá está
llena de advertencias sobre una variedad de castigos para el pecador
individual y comunal! Toda la evidencia apunta a que Hashem tomó muy
seriamente a Aveiros.
Podríamos intentar un enfoque diferente. Está claro que Hashem, a
menudo, excusa nuestras transgresiones. La gemara quizás critica a la
persona que ve esto como un ejercicio de jesed y compasión desenfrenado,
como si a veces simplemente descartara sus reglas, y gobierna solo con
compasión. Este no es el caso. Más bien, en esas ocasiones cuando Él
suspende las reglas ordinarias, ¡Su jesed se alimenta de argumentos de
justicia!
El gemara apunta a nuestro pasuk . ¿Cómo pueden todos sus caminos,
es decir, sus midos , equivaler a la justicia? Cuando suspende el juicio
estricto y aplica la misericordia, por ejemplo, lo hace a aquellos que tienen
algún reclamo de misericordia, es decir, a aquellos que han incorporado su
midah de misericordia en sus propias vidas. Eso crea una justificación de
medida por medir para mostrar misericordia específicamente a aquellos que
han adoptado esa midah en su propia conducta.
En el famoso "duelo de oración", R Eliezer dio la bienvenida a 24
berajos, pero no llovió en un momento de necesidad. R Akiva tuvo éxito
con dos " Avinu Malkenus ". Una voz celestial advirtió en contra de
suponer que R Akiva debe haber sido el mayor tzadik. No es así, dijo el bas
kol. Más bien, la oración de R Akiva fue respondida porque tuvo más
éxito que R Eliezer al apartar la mirada de su propia naturaleza. En otras
palabras, la comunidad realmente no merecía o merecía lluvia en ese
momento. Si cayera solo a través de las consideraciones dominantes de
Hashem sobre din y la aplicación de jesed en lugar. Aun así, esto no habría
sucedido sin R Akiva convirtiéndose en parte del cálculo. Como era una
persona indulgente, Hashem pudo implementar su propio perdón y
aplicarlo a la gente. ¡Otra forma de ver esto es que a través del
comportamiento de R Akiva, el "ir más allá de la letra de la ley" de Di-s se
convirtió en un ejercicio de ley y justicia!
Un midrash [5] habla de una marcha de primeras figuras que habló en
el momento de la destrucción del beis hamikdash. Cada uno de ellos,
comenzando con los avos, señaló su zejus / mérito especial. Ninguno de sus
argumentos fue aceptado. Ninguno que sea, salvo los de Rajel. Su mérito no
era mayor que el de los avos. Para contrarrestar y satisfacer a midas ha din ,
sin embargo, se necesitaba un argumento de justicia. Rajel, que había
mostrado jesed extraordinario a su hermana Leah, fue capaz de
proporcionar esa discusión. El beis hamikdosh había sido destruido debido
a la extensa avodah zarah. Esta idolatría se había llevado a cabo
inicialmente en privado. Poco a poco se volvió más asertivo, y se extendió a
las áreas públicas, al final entrando en el kodesh hakodashim mismo. [6]
Esto precipitó una gran kinah contra el vacío de avodah zarah que usurpó
el papel, por así decirlo, de HKBH, y una gezerah para destruir el beis
hamikdosh . Tomó específicamente el desinterés de Rajel - su falta de celos,
y su disposición a renunciar a su papel de esposa de Yaakov para evitar el
avergonzamiento de su hermana - para contrarrestar esta gezerah , y dejar
un lugar - ¡en medio del estruendo ! - para que Hashem emplee compasión.
Esta, es la intención de la gemara. Quien crea que Hashem ignora
casualmente el pecado está equivocado. Él no elige simplemente reemplazar
din con la midah de jesed . Por el contrario, se reserva tal reemplazo para las
situaciones en que mishpat mismo lo exige, donde la justicia misma aboga
por tal exhibición de jesed .
Moshé Rabenu expresó que mis palabras sean como la lluvia, la lluvia
cae por gotas, pero que realmente es agua, el agua es comparada con nuesstra
sagrada Torah, pues da vida, al igual que nuestra sagrada Torah que es la vida
de los hombres y de toda la creación, Moshé dijo: Mis palabras como la
lluvia, El conocimiento de Torah viene de manera pausada, estudiando en la
Yeshiva, de la misma manera que cae la lluvia de la misma manera el
conocimiento de Torah vendrá como la lluvia, la Lluvia en este caso en Torah
Shebijtab, Torah escrita y el rocío es Torah Shebealpe, es decir la Torah oral
que es la explicación de Torah escrita, por lo tanto las palabras de Moshé
Rabenu son como la lluvia, el conocimiento viniendo poco a poco cuando nos
sentamos a aprender y el rocío es la explicación de la misma, pero esta viene
cuando tenemos Torah Shebijtab, es decir: No podemos considerar la Torah
Shebealpé, sin antes no tener la Torah Shebijtab. Esto quiso según los
Jajamim decir Moshé Rabenu cuando expresó: Mis palabras son como la
lluvía, todo More que quiera trasmitir las palabras de Torah siempre será
como la lluvia, es decir poco a poco, para que todos vayan aprendiendo el
verdadero significado de nuestra Torah, toda persona está en la obligación de
aprender Torah, para que también esta persona esté en la capacidad de poder
regar también el estudio de Torah a otras personas, ¿Qué puede una persona
enseñar, si no viene a sentarse a aprender Torah?, de hecho la lluvía cae
cuando la nube esta llena de vapor y al chocar con lo frió del ambiente arriba
empieza la lluvía, de la misma manera es la Torah, que es como el vapor que
llega a la nube y cuando encuentra el frío de la persona cae como lluvia en su
vida para entender Torah.

Cuando Moshé Rabenu expresó escuchen Cielos, se refería a los


Jajamim, escuche la tierra, se refiere a los hombres sencillos que están
dispuestos a estudiar Torah, los cielos por cuanto el conocimiento de todo
aquel que estudia Torah viene de los Shemayim, aquellos que se conectan con
las esferas superiores y que pueden comprender el significado de ellos, por la
humildad que tienen, los jajamim que estudian Torah definitivamente son
personas humildes que se esfuerzan por guardar los Mitzvot de HaKadosh
Baruj Hu, por lo tanto la comprensión de Torah en el momento de estudiar
viene como un regalo de los Shemayim por cuanto ha buscado el apegarse
cada vez mas a su Creador en el estudio, para complacerlo en todo. Por ello
según el Rabino Amram Anidjar, cuando Moshé dice: Escuchen cielos se
refiere a los Jajamim que viven apegados a los mundos superiores y que su
única visión esta en función de alcanzar los niveles espirituales mas sublimes
y elevados que solamente están es las esferas superiores.

Escuchen Tierra, los hombres sencillos que de alguna manera quieren,


se esfuerzan por estudiar Torah con los jajamim, los sencillos como la tierra,
como lo expresó el Oved del Eterno, Abraham Avinu, (Bershit 18.27) No
soy mas que polvo y ceniza, por lo tanto el hombre sencillo, humilde, manso,
sabe expresar su necesidad con la acción de su conducta estudiando Torah con
los jajamim, (Sabios), en otras palabras Moshe Rabenu quiso decir:
Escuchen ustedes los sabios de Yisrael que están en conexión con los mundos
superiores, ustedes que viven en los Shemayim, escuchen cielos, los que
viven con el pensamiento elevado hasta las esferas superiores, que escuchen
los hombres de sencillo corazón, no los arrogantes, sino aquellos que han
comprendido que del polvo fueron tomados y al polvo volverán, ellos los
sencillos, deben escuchar las enseñanzas de sus Morim.

Escuchen cielos, escuchen los hombres de sabiduría, que sus palabras


salgan como la lluvia, hacia sus oyentes, es decir en la cantidad que deben de
trasmitir para que sean formados, midiendo las palabras según sea el oyente,
para edificación de sus propias almas.

Por lo tanto nuestra enseñanza debe ser equilibrada, porque mucha agua
puede ahogar a los que empiezan, No hay que darle alimento solido a los
que empiezan, sino lechita, para que se vayan formando de tal manera que
logren vivir, y no que se enfermen y que se mueran, de la misma manera si se
dá mucha agua se pueden ahogar por lo tanto la sabiduría de Moshé Rabenu
es: Escuchen Cielos y oigan tierra, los dichos de mi boca, y como lo expresó
Dawid Ha Melej, los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón sean
aceptables delante de Ti oh Yahweh.

Las palabras de sabiduría, de enseñanza sean aceptadas delante de Ti,


como lo dijo: El humilde Servidor Moshé Rabenu, escuchen los dichos de mi
boca, los sabios los entendidos, los que viven en la alturas, los que viven a la
sombra del Elyon, escuchen , Den Kavod a Elohim, pues sus obras son
perfectas, sus caminos son justos, fiel, recto Es El.

La tierra, los sencillos, los humildes, los mansos de corazón, como está
escrito Felices los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad, ¡Por
supuesto! Que se refiere a Eretz Kadosh, no a toda la tierra. Los Mansos,
aquellos que se sientan sin rebuznar, aquellos que aprenden a vivir en la
Torah, definitivamente recibirán Eretz Kadosh.

Aunque no a todos se debe de dar, la misma cantidad de agua, no se


debe regar la lluvia mas de lo que están en capacidad de recibir; Según el
Rabino Amram, cuando nuestra Torah nos enseña de que no se puede unir a
un toro y a un burro a arar juntos el campo, también se aplica a nuestros
hijos, aquel hijo que su intelecto es mayor, se le debe de dar mayor yugo de
Torah, sin embargo al hermano que su intelecto es menor no se le puede
colocar el mismo yugo que a su hermano, es decir; El que tiene una intelecto
mayor, se le otorgará mayor sabiduría para que la trabaje solo, mas el
hermano que no tiene la misma capacidad, se le dará menor carga que lleve.
¡Por supuesto! Que nadie va a decir: Yo me parezco al burro, sino que todos
debemos de esforzarnos por alcanzar el nivel de sabiduría superior para el
disfrute mediático de la respuesta que nos da nuestra accionar en Torah.

Por lo tanto toda persona que transmite la sabiduría de Torah debe


evaluar quién

esta enfrente, si es capaz de soporta una carga mayor de conocimiento,


o no, y de esta manera cada quién llevará el fruto de acuerdo a su propia
capacidad.

Toda la humanidad es un campo que se debe de regar con el agua de


vida de nuestra sagrada y bendita Torah, sin embargo la naturaleza misma nos
enseña: Que a un campo de hortalizas se debe de regar con agua en
cantidades menores, con la que se riega a un árbol fuerte, porque la mucha
agua a la hortaliza la matará, sin embargo a un árbol fuerte lo ensanchará, por
esto nuestra sagrada Torah al pueblo de Yisrael lo compara como árbol de
libano sembrado junto a aguas de reposo, en Tehilim 92.2 esta escrito: Los
justos florecerán como la palmera (Datil) y crecerán como cedros de
Levanón.

Todos los hijos de Yisrael, necesitan las corrientes de agua mayores


para que sean saciadas las raíces de su vida, y de esta manera crecer como
árbol, fuerte, de hermoso parecer, y que da fruto a tiempo y fuera de tiempo y
que su hoja no cae, porque en la Torah de Yahweh está su delicia y en ella
medita de día y de noche, sus caminos son caminos de rectitud, de Luz, y sus
pies se conducirán siempre hacia las esferas superiores, escalaran y
encontrarán a su paso el paraíso que el Eterno les muestra y cada vez que
asciendan mas, verán hermosamente nuevos lugares, y su alma se deleitará y
anhelará cada vez mas, ascender para conocer mas y mas los paraísos
existentes en los diferentes Shemayim, pues su alma será insaciable del
conocimiento de Yahweh, de Torah, porque ha probado de los frutos
espirituales y comprenderá que cada fruto espiritual en cada paraíso será mas
dulce, y querrá, y buscará comer mas y mas de los frutos del paraíso existente
en cada Shemayim.

El alma de un hijo de Yisrael debe ser insaciable en el conocimiento de


Torah, y como hombres que fuimos formados de la tierra, buscar la sabiduría
de los cielos, de los maestros de Torah, para que vayamos paso a paso,
ascendiendo, y disfrutando mediáticamente no solo en este olam las
maravillas de nuestro hacedor sino que en cada Shemayim tengamos la dicha
del disfrute espiritual, si vivimos de esta manera podemos decir: Si vivimos
para El vivimos y si morimos para El morimos, de tal manera que si vivimos o
morimos de todos modos somos de Yahweh, y el disfrute que nos espera será
la recompensa mas grande que pudimos haber obtenido en este Olam.

Ahora que estamos en los diez días de Teshuba, por eso a este Shabat se
le denomina Shabat Shuvah, quiere Decir: Shabat de Teshuba, de volvernos
de nuestros pensamientos escasos en la búsqueda de la sabiduría, y que cada
día de estos días días, seamos conscientes que hemos pecado, hemos fallado,
nosotros, nuestros hijos, nuestra casa, nuestra comunidad, nuestra nación,
Yisrael, por lo tanto nos volvamos en Teshuba, pero sobre todo debemos de
tener conciencia, que nuestro pensamiento debe volverse al Eterno y vivir en
obediencia, y como ya lo explique, para ir escalando por la escalera de la
espiritualidad y podamos ir experimentando las delicias que existen en cada
cielo, y seguro estoy, que entre mas disfrutemos de las delicias de cada cielo,
cada día mas anhelaremos, hasta llegar al cielo en donde la presencia de
HaKadosh Baruj Hu en su manifestación es plena, ¿Quién querrá, vivir en
este mundo así?, Todos desearíamos estar ya al lado de Nuestro Creador.
QUE ESTA SEA LA VOLUNTAD DE NUESTRO CREADOR,
OTORGARNOS LOS DESEOS DE NUESTRO CORAZÖN, CON
RELACIÓN A LOS MUNDOS SUPERIORES.
LESHANA TOVA, TIKATEM VETEJATEM. QUE SEAS INSCRITO
Y SELLADO PARA UN BUEN AÑO DE INMEDIATO.
SHALOM ALEJEM.

44. Vayavo Moshe vayedaber et-kol-divrey hashirah-hazot be'ozney


ha'am hu veHoshea bin-Nun.
“Moshe vino y proclamó todas las palabras de este canto al oído del
pueblo y de Hoshea el hijo de Nun.”
Porque aparece el nombre de veHoshea bin-Nun, Rashi-humilde.
Porque hashirah-hazot, cual es el cantico
“Pero Yeshurun [Ya'akov, Yisra'el] comió y se llenó ¡te volviste gordo,
ancho y grosero! El abandonó a Elohim su Hacedor; él despreció la Roca, su
salvación.
Ellos me provocaron a ira con dioses extraños, con sus abominaciones
ellos amargamente me enfurecieron.
Ellos sacrificaron a demonios, y no a Elohim, dioses que nunca habían
conocido, dioses nuevos que habían surgido últimamente, cuales sus padres
no habían temido.
Tú ignoraste La Roca quien te engendró, te olvidaste de Elohim, quien
te da de comer.” Devarim 32:15-18
Todos los días entonamos en Cantico de Moisés en shajarít
Cuál es el único día cuando no lo entonamos, el 10 de Ab Tisha beAb
(Destrucción del Templo), cual usamos ese día, Haazinu
Kina (Cantico de luto)
Hashen nos dice a los Yejudi, que el cantico de nosotros es cuando
alguien nos reprende, para mejorar, eso es un cantico. Debemos ser
agradecidos, nuestros pecados son nuestro cantico, porque asi podemos
mejorar.
veHoshea bin-Nun, estaba con Moisés preparo a Josué
Una de las parte más difícil del More, Rohen, es reprochar.
Se necesita mucha jodma (Sabiduria)
El padre debe saber cómo reprochar al adolescente y niño.

45. Vayejal Moshe ledaber et-kol-hadevarim ha'eleh el-kol-Yisra'el.


Cuando él había terminado de hablar todas estas palabras a Yisra'el,
Porque está escrito termino, solo el que termina un proyecto es grande
Vayejal cuando Dios termino la creación.
Termino la obra de su manos, muere el mismo día que nace.
David, Shavuot 06 de Siván
Moshe 07 de Adar.

46. Vayomer alehem simu levavchem lechol-hadevarim asher anoji


me'id bachem hayom asher tetsavum et-beneyjem lishmor la'asot et-kol-divrey
hatorah hazot.
“él les dijo a ellos: "Tomen de corazón todas las palabras de mi
testimonio contra ustedes hoy, para que puedan usarlas ordenando a sus hijos
que tengan cuidado de obedecer todas las palabras de esta Toráh.”
Presten atención, tomen sus corazones, perdemos negocios por falta de
atención.
Hoy cada día es más difícil concentrarse.
Shofer se distrae, rollos de tora con errores. 200 años
Toda la tefila requiere concentrarse, sino de que sirve.
Educación de los hijos requiere mucha atencion

48 Y Le dijo el Eterno a Moisés ese mismo día: “Al mediodía”


Vayedaber Adonay el-Moshe be'etsem hayom hazeh lemor.
a.- Cuando Dios envió el diluvio
b.- Cuando Dios saco a Israel de Egipto.
c.- Cuando iba a Morir Moisés.

52. Ki minaba tir'eh et-ha'arets veshamah lo tavo el-ha'arets asher-ani


noten livney Yisra'el.
LA CANCIÓN DE MOSHE
Nuestra porción de la Torá se compone de una canción de Moisés: es
una melodía que abarca la historia judía desde su inicio hasta el final de los
días. Uno recurre a la canción cuando el medio de la prosa ordinaria es
inadecuado para expresar los matices ocultos más profundos del mensaje.
¿Cuál es este aspecto extraordinario de la historia judía que solo puede
transmitirse a través de la canción?
Najmanides comenta al final de la canción:
Si esta canción fue escrita por un adivino que adivinó el resultado [de la
historia judía] al estudiar sus comienzos y extrapolar su flujo de ellos, la razón
aún dictaría que creamos todo eso, un pronóstico tan preciso ha demostrado
que es correcto. a la actualidad; Todas sus predicciones se han cumplido sin
excepción. ¿Cuánto más nos corresponde aceptarlo y anticipar su
cumplimiento completo con todo nuestro corazón, ya que estas son las
palabras de Dios, que nos dijo su profeta, el más confiable en toda su casa, sin
igual en el pasado o futuro. (Devarim 32,40)
Pero, ¿cómo es posible que la historia judía sea tan predecible? ¿No nos
dio Dios el libre albedrío? ¿Cómo podía predecir con tanta precisión de
antemano lo que íbamos a hacer con él? ¿Esta precisión no indica que todas
nuestras acciones están predeterminadas?

***

OÍDOS, CIELOS

La respuesta a esta pregunta requiere la exploración de algunas otras


ideas cuya fuente es nuestra porción de la Torá.
Escuchad, cielos, y hablaré; y que la tierra escuche las palabras de mi
boca. (Deuteronomio 32: 1)

Oíd, cielos, y escucha, tierra, porque Dios ha hablado. (Isaías 1: 2)

Rashi cita una pregunta hecha por los rabinos del Midrash: ¿Por qué
Moisés le pide a los cielos que le den oídos y que la tierra escuche las palabras
de su boca, mientras que Isaías hace exactamente lo contrario y le pide a la
tierra que le oiga? y los cielos para escuchar sus palabras?

Moisés estaba más cerca de los cielos, así que tuvo que pedirle a la
tierra que escuchara sus palabras, ya que la tierra estaba más lejos.
La respuesta citada por Rashi: Moisés estaba más cerca de los cielos
que la tierra; así que le pidió a los cielos que le prestaran un oído, porque
estaba en condiciones de susurrarle al oído que estaba ubicado justo al lado de
él, mientras que tenía que pedirle a la tierra que escuchara sus palabras, ya que
la tierra estaba muy lejos. Isaías, sin embargo, fue posicionado en la tierra. La
tierra podía doblar la oreja a su susurro, mientras que los cielos solo podían
escucharlo desde lejos.

Pregunta el Or HaJaim, ¿cómo puede ser esto? Tanto Isaías como


Moisés eran mortales, y todos los mortales hablan en la tierra.

Él responde: una persona tiene dos partes; El origen de su alma se


encuentra en el cielo, mientras que la extensión extrema del alma humana se
extiende hasta la tierra y termina en el cuerpo. Las palabras de Moisés se
originaron en la fuente de su alma, en el cielo, y se podían escuchar aquí en la
tierra cuando salían de su boca al final de su viaje, mientras que las palabras
de Isaías se originaron aquí en la tierra y viajaron desde allí hasta pináculo de
su alma en el cielo.

Además, la razón por la que estaban hablando desde los extremos


opuestos de sus almas se debe al hecho de que estaban abordando el mismo
problema desde dos lados diferentes. Moisés estaba llamando a los cielos y a
la tierra para dar testimonio del pacto entre el pueblo judío y Dios.
Como sería el trabajo de los cielos dar una recompensa por el
cumplimiento, es decir, llover, y que la tierra produzca frutos abundantes o
visitar la retribución por incumplimiento haciendo lo contrario, Moisés y los
cielos fueron invitados por ambos. para servir como testigos. Fueron
nombrados al más alto nivel, representados por el pináculo del alma de
Moisés.

Isaías estaba llamando a los cielos y a la tierra, los testigos nombrados


por Moisés ochocientos años antes, y les informaba que había llegado el
momento de "arrojar la piedra" de retribución. Su llamado se originó en la
tierra, el lugar de la violación del pacto.

***

UNA VISTA DE LA HISTORIA JUDIA

La historia judía se puede ver desde ambos extremos del alma. Se puede
ver desde el punto de origen en el cielo y desde el extremo opuesto aquí abajo
en la tierra.

Aquí yace el secreto de su previsibilidad. El alma en su punto de origen


está unida a Dios. Dios no está sujeto al tiempo. El tiempo es una creación.

El Gaon de Vilna explica que la palabra bereishit , "al principio",


además de ser la primera palabra de la Torá, también sirve como el primero de
los diez discursos de creación (Talmud, Rosh Hashono, 32a). El contenido de
este discurso de creación es una descripción precisa de la primera creación de
Dios, la liquidación del reloj del tiempo. La física moderna nos ha ayudado a
comprender cómo el tiempo es solo una parte integral de la realidad creada al
presentar a la humanidad los conceptos de relatividad y espacio-tiempo de
Einstein.
Como Dios está por encima de la realidad creada, siendo su iniciador,
está naturalmente por encima de este ámbito de la relatividad y el espacio-
tiempo. Para Él, las divisiones del tiempo - pasado, presente y futuro -
simplemente no existen. Todo lo que es real es conocido por Dios. No existe
tal cosa como antes de que algo suceda o después de que sucedió. Si es parte
de la realidad en cualquier momento, Él puede verla.

Para Dios, toda la historia de su creación es igualmente visible a lo


largo de todo el continuo del tiempo creado.
Así, para Dios, toda la historia de su creación es igualmente visible a lo
largo de todo el continuo del tiempo creado. También es así para el alma, que
en su origen está unida a Dios y, por lo tanto, comparte la percepción de Dios.
Así, Moisés, el ser humano que alcanzó el nivel más alto de profecía
concebible, podría expresar la totalidad de la historia judía antes de que
ocurriera.

Pero incluso Moisés solo podía percibirlo de esta manera en la fuente de


su alma, no en el extremo opuesto que se extiende hasta su cuerpo. Por eso
solo podía cantarlo, no decirlo en prosa.

Esta visión, estando por encima del tiempo, no podría expresarse en


absoluto en el nivel ordinario de conciencia. La diferencia entre Moisés y el
resto de nosotros no radica en lo que podemos ver con nuestro ojo físico. La
diferencia radica en estar en contacto con el origen de nuestras almas. La
capacidad de ver a través de los ojos del alma es una forma de percepción que
llamamos profecía.

***

SOBRE EL ESPACIO Y EL TIEMPO


La historia humana se desarrolla aquí en este mundo donde el futuro es
invisible y las opciones están abiertas. Sin embargo, si el hombre triunfa sobre
el mal a través de su libre albedrío en una fecha posterior, esta victoria futura
ya es visible para Dios ahora, ya que está por encima del espacio-tiempo, y
por lo tanto también es visible para su profeta Moisés, que está apegado a
Dios en la fuente. de su alma

Esta idea tiene un aspecto más profundo. La lucha del hombre contra el
mal solo existe en la extremidad inferior de su alma ubicada en el mundo
limitado por el tiempo. En el punto de origen, donde el alma está unida a Dios,
no existe tal lucha.

Y Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno.
(Génesis 1:31) En el rollo de la Torá del rabino Meir, encontraron escrito en
lugar de las palabras hebreas tov me'od que significan "muy bueno", las
palabras tov movet , que significan lo buena que es la muerte. El Midrash
continúa explicando que esta fue la interpretación del rabino Meir del verso
"muy bueno". La creación fue simplemente buena hasta que Dios creó la
muerte; entonces se volvió muy bueno. (Bereishis Raba, 9,5)

Quizás podamos obtener una idea del pensamiento del rabino Meir de
otro Midrash (Ibid 9,7) que establece que la inclinación al mal puede ser "muy
buena". ¿Por qué? Porque sin él, ninguna persona construiría una casa, se
casaría, tendría hijos o entraría en el negocio. Así lo declara el Rey Salomón:
Y vi que todo trabajo y empresa hábil brota de la envidia del hombre hacia su
prójimo. (Eclesiastés 4: 4)

La lucha con la inclinación al mal es parte integrante del mundo en el


que hay muerte. Pertenece al mundo de la creación aquí abajo. En el origen
del alma, donde el alma se une con Dios, no hay lucha, no hay inclinación al
mal, no hay muerte.

¿Cómo puedo tener libre albedrío en mis pies si no lo tengo en mi


cabeza y corazón?
¿Pero como puede ser ésto? Si el alma es un todo integrado desde sus
orígenes hasta su extremo más alejado, y no tiene libre albedrío en sus
orígenes, ¿cómo es posible que tenga libre albedrío solo en su extremo?
¿Cómo puedo tener libre albedrío en mis pies si no lo tengo en mi cabeza y
corazón?

La respuesta, por supuesto, es simple. Es solo ejerciendo


adecuadamente su libre albedrío y superando su inclinación al mal que el
hombre se convierte en un todo integrado que se extiende desde un extremo
del universo hasta el otro, desde el extremo físico de su cuerpo hasta la
esencia espiritual de Dios.

Si no logra superar su inclinación al mal, nunca se integra. Su alma


nunca se fusiona con la conexión espiritual con Dios que fue creado con el
potencial para conectarse. En ese caso, no nos referiríamos a la conexión con
Dios como la fuente de su alma en absoluto. La fuente estaría aquí mismo, en
el mundo creado, donde coexiste con la inclinación al mal y el ángel de la
muerte.

***

HERIDAS ESPIRITUALES PROFUNDAS

Armados con esta información, podemos apreciar la hermosa música de


nuestra porción de la Torá y comenzar a vislumbrar cómo funciona Iom
Kipur.

Sabemos que las heridas superficiales son fáciles de curar, pero las
lesiones internas son peligrosas. Cuando el corazón y el cerebro se ven
afectados, la lesión a menudo es fatal. Para la persona que ha logrado integrar
su alma mediante el ejercicio adecuado de su libre albedrío para que su alma
se convierta en una entidad única hasta su conexión con Dios, consideramos la
conexión con Dios como la fuente de su alma unificada. y la extensión aquí
abajo en el mundo físico como meramente la extremidad externa.

En términos del alma, cada comisión de un pecado es el equivalente de


infligir una herida espiritual.
En términos del alma, cada comisión de un pecado es el equivalente de
infligir una herida espiritual. Estas heridas espirituales están todas ubicadas en
las extremidades más externas del alma cuando se origina en el punto de su
conexión con Dios. Todos los pecados ocurren en el ámbito de la inclinación
al mal y solo afectan la porción del alma que coexiste con ella y la muerte. En
el alma integrada, estas heridas espirituales se encuentran en la extremidad
externa del alma y, por lo tanto, son fáciles de curar.

Por otro lado, si el alma nunca se integra, entonces estas heridas no


están en los extremos. Si toda la esencia espiritual del hombre se encuentra
solo en el mundo creado, donde coexiste con la inclinación al mal, entonces
esta parte del alma del hombre contiene todos los órganos espirituales
internos. Las mismas heridas espirituales infligidas por los mismos pecados,
que equivalen a no más que heridas de carne en el alma integrada, ahora son
equivalentes a las lesiones de los órganos más íntimos. Tales heridas pueden
ser espiritualmente fatales y seguramente son extremadamente difíciles de
curar.

***

CURACIÓN COLECTIVA

El mensaje de Parshat Ha'azinu es que nosotros, el pueblo judío,


finalmente lograremos integrar nuestra alma colectiva a través del ejercicio de
nuestro libre albedrío a través de la historia humana.
Así, al final de los días, haremos nuestra aparición como una entidad
espiritual integrada que se extiende de un extremo a otro de la existencia; así,
la fuente de nuestro ser colectivo puede describirse legítimamente como el
punto de nuestra alma colectiva que se conecta con Dios. Por lo tanto, nuestras
heridas espirituales sufridas a lo largo de la historia están ubicadas en los
extremos exteriores de este ser espiritual colectivo. Nuestros órganos internos
están libres y libres de enfermedades espirituales. Como este es el caso, todas
nuestras heridas espirituales son superficiales y fáciles de curar.

En el curso ordinario de nuestras vidas no podemos funcionar como


almas integradas. Dios nos creó para luchar con la inclinación al mal, para
vencer la muerte al conquistar a este enemigo. En esta esfera de la existencia,
las heridas espirituales que resultan de nuestros pecados solo pueden verse
como heridas internas. Todos ellos cortan profundamente y son difíciles de
curar. En este nivel, el poder curativo del arrepentimiento solo será efectivo si
es lo suficientemente poderoso como para curar el trauma espiritual más
profundo. La mayoría de nosotros no podemos generar una medicina tan
poderosa a través de nuestro arrepentimiento.

Sabiendo esto, Dios nos permitió anticipar el futuro una vez al año, y
nos permitió aparecer ante Él como las entidades espirituales integradas que
finalmente seremos. Porque la canción de Moisés en Parshat Ha'azinu nos
enseña que, colectivamente, el pueblo judío finalmente alcanzará este nivel de
ser. A medida que todos los judíos extraemos nuestra fuerza de vida individual
y nuestra espiritualidad de este colectivo, que ya es visible ante Dios como
una entidad espiritual integrada, Él consideró que nos consideraba a todos de
esta manera un día al año.

Cuando se nos ve bajo esta luz, los profundos traumas espirituales que
nos hemos infligido a nosotros mismos por los pecados que hemos cometido a
lo largo del año asumen el aspecto no amenazante de las heridas de carne
superficial.

El poder de nuestro arrepentimiento puede ser inadecuado para corregir


el trauma infligido en los órganos internos vitales para la vida espiritual, pero
es más que suficiente para aplicar los vendajes espirituales que son suficientes
para cerrar heridas superficiales de carne.

Pero primero debemos cantar la canción de Ha'azinu para poder encajar


en Iom Kipur.

Como individuos, no necesariamente aparecemos al final de los días


como almas integradas que se conectan con Dios. ¿Quién puede decir si
saldremos victoriosos de nuestra batalla individual privada con la inclinación
al mal?

Pero si nunca logramos alcanzar la cima de la altura espiritual en


nuestra capacidad individual, es posible que no tengamos un futuro espiritual
individual para aprovechar.

Es solo identificándonos como extremidades del pueblo judío,


extrayendo nuestra fuerza de vida espiritual del colectivo judío que
merecemos ser vistos en el presente como seres espirituales integrados que se
extienden hasta los pináculos más altos del ser. Es solo así que el débil poder
de nuestro arrepentimiento es adecuado para curar nuestras heridas
espirituales.

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