En el texto sobre “La pedagogía de la época”, Antelo aborda tres puntos principales:
Llama la pedagogía a la reflexión sistemática, o la intervención teórica sobre los problemas
de la educación, la educación que la entiende como la formación y modelado del cachorro humano a partir de la transmisión de un fondo cultural común de conocimientos programados, el cachorro humano, aquí asigna el término cachorro humano a un no-adulto, quien para la pedagogía es el magnífico niño sobre el cual se despliega el esfuerzo educativo de producción, reproducción, docilización, conservación y transmisión, contexto indispensable para que tenga lugar la educación.
Para el autor este enorme esfuerzo arroja cinco coordenadas básicas que comprenden:
El carácter: es indeterminado, incompleto, precoz, inerme, maleable perfectible, para el
autor no es del todo humano, que no está incluido en el cachorro humano, sino que lo va adquiriendo desde lo institucional, la escuela. La pedagogía lo que ofrece es plenitud y garantía salvación. Humanidad Faltante: es instituida a través de la escuela, que ofreciendo al cachorro humano su humanidad faltante, dado que no la tiene en potencia, dando como resultado la intervención de la educación. Principio Genealógico: es la transmisión de un saber inexorable de generación en generación. Allí, el educador es quien realiza el proceso, un educador con experiencia necesaria para poder hacerlo. Diferencia Generacional: es el promedio de la diferencia de edad en todos los cachorros humanos con respecto a los educadores. Una temporalidad a largo plazo: refiere al tiempo en que la práctica educativa que instituye humanidad al cachorro, el mezquino ahora y el presente inasible. Los tiempos programados en que los alumnos debían aprender los distintos temas, porque estaban dispuestos o se adaptaban mejor a las reglas bajo la frenética pedagogía.
Estas teorías pedagógicas de la identidad, la temporalidad, la transmisión y las diferencias
genealógicas, fueron sedimentadas en el terreno de la pedagogía. En este sentido, para Antelo, pensar que los hombres solo son moldeados a través de la educación, es una exageración por parte de la pedagogía. Siguiendo a Antelo, arroja una tesis sobre estas cuestiones casi invariantes antes nombradas: las formas pedagógicas que fueron diseñadas apoyándose en estas operaciones permitidas, la pedagogía pensada como praxis, operando marginalmente, al parecer, ese conjunto parece deshacerse lentamente. Dicho deshacer no se va a solucionar con cuestiones técnica. Si o funcionan es porque los efectos esperados ya no son tal. Eso querría decir que el funcionamiento del conjunto se ve agotado. Asimismo, las coordenadas básicas quizás estén cayendo en el mismo cuestionamiento. 2 Reseña. Lara, Alejandro
En esta dirección, y con relación al agotamiento de la pedagogía, y que el autor lo relaciona
con la época, desarrolla algunos signos que considera importante nombrarlos: Declive del largo plazo: los cambios al ser continuos hacen que la temporalidad sea caótica, imprevisible, múltiple y vaya ganando su lugar. Esto quiere decir, que los niños no se adaptan a los tiempos del largo plazo, ya que las cosas cambian constantemente. Mutaciones múltiples y severas en el estatuto de la infancia: aparecen por los cambios culturales, introducidas por las tecnologías y la lógica del consumismo. Los cachorros ya parecen no sentirse atraídos por las prácticas y saberes del mundo infante, sino que desobedecen a las operación institucional misma, (Corea. C. Lewcowics, I) La probable sustitución de la potencia del término transmisión por el de comunicación: ello sucede por el intercambio de información entre las distintas generaciones, porque los principios genealógicos se ven agotados y ya no regulan el intercambio de información. Poniendo en jaque la educación como idea de cuidado del cachorro humano. Dificultades crecientes para ubicar y distinguir en la cultura la función del adulto y la tradición: esto ocurre por las diferencias entre los adultos y los no adultos, se desdibuja la asimetría relacional, los cachorros humanos, descolocan la función tradicional del adulto, por lo que estos deben adaptarse buscando nuevas formas de autoridad. El ocaso de las prácticas disciplinarias: aquí intervienen las nuevas tecnologías de control con su aparición, ellas ocasionan la agonía de las regulaciones disciplinarias de las instituciones. Es decir, la infancia, la escuela, la familia y el Estado. El desplazamiento del sitio de la dupla prohibido/permitido y la ampliación desmedida del campo de lo posible: se posibilita el todo posible dentro de las escuelas bajo lo permitido, produciendo una anulación de las antiguas ideas de límites, referentes y modelos a seguir, dando lugar así a formas inéditas de autocontrol. La puesta en cuestión de toda idea de humanidad construida sobre el fondo de animalidad: esto sucede debido a los problemas de crianza y formación de hombres inherentes a toda pedagogía, y que no parecen precisar de sus servicios. La omnipresencia del lenguaje económico-empresarial: se tensionan los conceptos de Estado y Ciudadanía. Eso lleva a pensar la educación en términos de gestión, y minimizándola. A su vez, ese accionar lleva a la sustitución de viejos campos disciplinarios, como la pedagogía, teorías y fundamentos de la educación que son calificados como obsoletos, por expertos, técnicos, consultores, hombres de acción, emprendedores para responder a un Estado que pretende ser técnico, administrativo, omnipresente en el demonizado mercado. La aparición reciente del concepto imperial de malestar docente: se llega por un proceso en el tiempo que genera malestar en el docente, quien es el que ahora siente miedo ante los alumnos, y no viceversa como era en otros tiempos. A esa cuestión se le suma la acción de los organismos nacionales e internacionales, abogando por la reducción de costos, y llaman ineficiencia a lo que los docentes llaman malestar. 3 Reseña. Lara, Alejandro
La dificultad de la escuela para hacer la diferencia con el resto: el funcionamiento de la
escuela se ve amenazado por grandes agendas relacionadas a la educación tecno-empresarial, dándole una nueva significación social donde emergen las desigualdades tomando mayor relevancia que la educación. Allí también, en esos espacios se alojan las nuevas estrategias pseudo educativas, y en donde el trabajo es el cuidado del otro como forma sustitutiva de estrategias de crianza, antes resueltas en la privacidad de la familia nuclear.
A modo de conclusión, el autor lo que introduce es la novedad; la "obligación" de nombrar
lo emergente aun no integrado al estado de cosas. Un terreno práctico de disputa sobre el monopolio de las operaciones de acogida, cuidado, formación y modelado del cachorro humano. Si el pensamiento pedagógico aspira a pensar como tal, esto es, como aquello que se impone a quien no lo ah pensado aún, requiere de la intervención en la disputa.