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La homeostasis de la glucosa consiste en el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre en

un nivel adecuado durante todo el día para mantener el equilibrio del cuerpo. La insulina es una
hormona, liberada por el páncreas, que hace que las células del cuerpo tomen la glucosa y la
metabolicen para obtener energía o la conviertan en grasa o glucógeno para su almacenamiento,
bajando los niveles de glucosa.
La primera fase consiste en transformar una molécula de glucosa en dos moléculas de
gliceraldehído (una molécula de baja energía) mediante el uso de 2 ATP. Esto permite duplicar los
resultados de la segunda fase de obtención energética.
En la segunda fase, el gliceraldehído se transforma en un compuesto de alta energía, cuya
hidrólisis genera una molécula de ATP, y como se generaron 2 moléculas de gliceraldehído, se
obtienen en realidad dos moléculas de ATP. Esta obtención de energía se logra mediante el
acoplamiento de una reacción fuertemente exergónica después de una levemente endergónica. Este
acoplamiento ocurre una vez más en esta fase, generando dos moléculas de piruvato. De esta
manera, en la segunda fase se obtienen 4 moléculas de ATP.
E l metabolismo de los glúcidos es el conjunto de reacciones que se producen en los distintos
tejidos para la utilización de esas sustancias nutritivas, sea para su depósito en forma de glucógeno,
para su oxidación o para la formación de ácidos grasos y polisacáridos. Los lugares en que se
almacena y consume la mayor parte de los glúcidos son: los músculos, el hígado y el tejido adiposo.
La glucosa, al penetrar en las células, se fosforilasa en glucosa-6-fosfato, tomando una molécula de
ácido fosfórico del ácido adenosintrifosfórico (ATP), en presencia de una enzima, la hexocinasa o
hexoquinasa. La glucosa-6-fosfato (éster de Robison) es el punto de partida de varios procesos:
glucogenogenia, liberación de glucosa y glucólisis

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