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TRABAJOS Y OFICIOS EN LA VILLA DE

MOMPOX DURANTE LA INDEPENDENCIA

MOMPOX- BOLIVAR
TRABAJOS Y OFICIOS EN LA VILLA DE
MOMPOX DURANTE LA INDEPENDENCIA
Tatiana Ponce Pájaro

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TRABAJOS Y OFICIOS EN LA VILLA DE
MOMPOX DURANTE LA INDEPENDENCIA

Tatiana Ponce Pájaro


Estudiante de IV semestre del Programa de
Historia de la Universidad de Cartagena.

Vivir en la Villa de Mompox durante los tiempos de la Independencia pudo


significar, para una parte de su población, oportunidades que abrieran paso a los
negocios de ganadería, comercio y oficios varios, pues la Villa fue uno de los
principales mercados de oro y otros productos de la Nueva Granada; por allí
circularon diversos productos europeos que ingresaron al interior andino. Tenía
tres escuelas de primaria, una universidad, un cementerio y edificios públicos,
además, contaba con un sólido cuerpo de comerciantes y un clero numeroso e
ilustrado, del cual hacían parte Dominicos, Franciscanos, Agustinos y los
hospitalarios (Soto 60). La Villa fue un firme y valioso eslabón de los puertos del
río Magdalena que comunicaron el litoral caribeño con el interior del Nuevo Reino
de Granada (Iriarte 30).

Mompox tenía la categoría de Villa y dependía administrativa y políticamente de


Cartagena, cuestión que a la postre suscitaría con esta última competencias
jurisdiccionales y políticas que culminarían en enfrentamientos durante el proceso
de Independencia. El origen de estas discrepancias posiblemente inició con las
diferencias que tuvieron los nobles cartageneros con los hermanos momposinos 2
Gabriel, Celedonio y Germán Gutiérrez de Piñeres, quienes ostentaban no sólo el
apoyo de los mismos momposinos sino de las capas populares cartageneras. Por
un lado, los hermanos Gutiérrez eran partidarios de la Independencia absoluta de
España, y por otro, algunos miembros de la élite cartagenera como José María
García de Toledo y sus seguidores (“Toledistas”), defendían la autoridad de la
Junta de Regencia y el Gobierno del Rey Fernando VII (Iriarte 33). Así, el 6 de
agosto de 1810 los momposinos proclamaron la Independencia absoluta de
España. Ese día se reunió el Cabildo y se dio inicio al acto que les cambiaría la
vida a sus habitantes: Mompox se declaró no solo independiente de España sino
de cualquier otra dominación extranjera (Iriarte 32).

En aquella reunión, los patriotas José María Salazar y José María Gutiérrez
Caviedes destituyeron a los miembros del Cabildo partidarios de la causa realista.
El escribano del Cabildo Carlos José de Ledesma, redactó el Acta y la leyó;
después fue firmada por los nuevos miembros del Cabildo y por los alcaldes
ordinarios de primera y segunda nominación: Vicente Celedonio Gutiérrez y
Pantaleón Germán Ribón. Los integrantes del Cabildo se vistieron de gala y
usaron un sombrero con una divisa blanca en la cual se leía “Dios y la
independencia”. Una vez leída y firmada el Acta de Independencia, el pueblo se
dirigió a la plaza de San Carlos, específicamente a la Sala Capitular y juraron ser
“libres o morir”. Fue tanto el regocijo de los momposinos que llegaron a
despedazar públicamente los instrumentos de tortura ubicados en el Tribunal de la

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Inquisición, los mismos por los que habían sufrido varios siglos atrás (Salzedo
1932 113 114).

El Cabildo envió una copia del Acta del 6 de agosto a la Junta de Gobierno de
Cartagena y otra a la Junta Provincial de Santafé, lo que produjo que algunas
provincias se declararan en principio realistas, como las de Santa Marta y
Cartagena (Salzedo 1987 106). Los cartageneros, que querían seguir con la tutela
de Mompox, le declararon la guerra a la Villa y se convirtió en oponente de los
movimientos independistas de ésta. Lo que ocurrió después de diferentes
enfrentamientos entre estas fuerzas contrarias, fue algo no previsto por los
momposinos. Aquella Acta redactada el día de la Proclamación de su
Independencia, desapareció, posiblemente cuando fue trasladada con el objeto de
protegerla de las autoridades realistas que habían invadido la Villa y la plaza de
San Carlos el 19 de junio de 1820. Quizás también el Acta pudo haber quedado
entre los escombros y cenizas de aquel incendio que produjeron los mismos
invasores un día después de redactada. Es decir, que según los escritos
realizados por el Cabildo y por sus representantes Gutiérrez y Salazar diez años
después, no encontraron entre sus documentos la principal evidencia de que el
acto independentista se hubiera realizado (Salzedo 1938 118).

La respuesta al Acta de Independencia de Mompox que presentó la Junta


Suprema de la provincia de Cartagena, dio a entender que el suceso del 6 de
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agosto fue de rebelión, lo cual legitimó posteriormente a Cartagena como la
primera en la Nueva Granada en proclamar su Independencia en 1811 (Salzedo
1938 125). Desde esta época “[…] fueron diarias las escaramuzas por las que
tuvieron que pasar los habitantes momposinos”, provocadas por las huestes
enemigas de Santa Marta y Cartagena, quienes también deseaban controlar las
ventajas económicas que poseía la Villa. Por ello, los aproximadamente 14.000
habitantes que tenía Mompox concurrieron a responder a los ataques con el
objetivo de defender su Independencia (Soto 95).

Por ser Mompox un puerto fluvial, logró agrupar diferentes labores y oficios al lado
del creciente comercio y de las actividades ganaderas y agrícolas, generando la
aparición de grandes haciendas de ganado, caña y haciendas mixtas, las cuales
ayudaron a diversificar la producción para lograr un éxito de tipo empresarial
(Tovar 97). La hacienda de “Santa Barbará de las Cabezas” fue una de aquellas
que llegó a representar una significativa experiencia en la economía colonial, sin
embargo, con la lucha militar en el proceso de Independencia, la hacienda decayó
debido a los saqueos de que fue objeto por parte de las huestes realistas y
patriotas (Daza 283, 284). Así mismo, los campesinos de Loba “invadieron” las
fincas de la marquesa María Josefa Isabel de Hoyos, quienes desplegaron un
proceso de resistencia en su contra, el cual se extendió hasta la desaparición de la
hacienda en 1811, cuando la marquesa se declaró realista. Igualmente, María

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Josefa de Trespalacios Serra, cuarta marquesa, tuvo que salir de Mompox con su
madre y establecerse en Barcelona por la presión de los patriotas (Fals 136B).

Al lado de las grandes empresas ganaderas y agrícolas la presencia de artesanos


que agruparon carpinteros, plateros, herreros, zapateros, orfebres y sastres, entre
otros, confirmaban una variada especialización en el trabajo urbano. Los oficios
artesanos vincularon a personas de diferentes credos y razas, donde tenían
asiento blancos, esclavos, mestizos, pardos y mulatos, lo cual era un indicativo del
dinamismo que imprimieron el comercio, la minería, la agricultura y la ganadería
(Daza 56, 95). La carpintería de ribera, por ejemplo, suministró la madera con la
que se construyeron las embarcaciones que surcaron a diario por el río Magdalena
y también por el Cauca, empleando una cantidad significativa de carpinteros
(Salzedo1987 58). Por otra parte, los artesanos blancos y pardos suministraron un
pie de fuerza importante para las tropas patriotas que defendieron a Mompox del
avance de las fuerzas cartageneras y samarias, así como del ejército español, en
tiempos del establecimiento de la Primera República.

A través del estudio de una familia momposina, los Trespalacios, podemos


analizar distintos oficios y las relaciones de sus practicantes con el proceso de
Independencia. Así, en un día caluroso llegó al puerto de Mompox un posta
(mensajero) preguntando por el maestro de carpintería Jesús María Trespalacios
para informarle sobre la muerte de su hijo Gabriel, quien había muerto de un
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disparo en el frente de batalla. Las palabras del posta no pudieron ser más
esclarecedoras, cuando le dijo al padre que “[…] encomendara a Dios el alma de
su hijo Gabriel, quien había muerto de un balazo recibido en el frente”. Jesús
María, impregnado de patriotismo en la defensa de su villa, repuso que “[…] no
importaba si lo habían matado y que al día siguiente, iría su otro hijo Manuel a
vengar la sangre de su hermano”, como en efecto sucedió cuando Manuel se
integró al cuerpo militar que marcharía sobre la ladera del pueblo de Margarita
(Soto 95, 96).

“Tanto pudo el encanto por la independencia” que Encarnación Larios, esposa del
maestro de carpintería Jesús María Trespalacios y madre de Gabriel y Manuel
Trespalacios, entregó a su segundo hijo para que luchará al lado de los patriotas,
como hizo el primero de ellos que perdió la vida en la contienda (Salzedo 1987
123). La familia Trespalacios apoyó el plan estratégico creado por el director de
guerra y Teniente de pardos Pantaleón Germán Ribón, quien para disminuir el
número de atrocidades que cometieron las tropas realistas de Guamal, organizó
una fuerza fluvial y terrestre que se estableció en la ladera de Doña Margarita, con
dos compañías de infantería, un piquete de artillería y algunos buques de guerra.
El objetivo fue hacerles frente a los enemigos situados en Pampán y Guamal e
impedir una probable invasión a Mompox (Id. 95).

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En la batalla de Botón de Leiva un 11 de mayo de 1812, donde murió Gabriel


Trespalacios, los realistas ocuparon la ladera de “Doña Margarita”, ocasionando
dos muertos y varios heridos en las fuerzas momposinas (Salzedo 1938 151;
Peñas 25). Los realistas terminaron incendiando la casa que servía de cuartel a
los momposinos más otras cinco casas ubicadas en la misma ladera, tornándose
ineficaz las tropas comandadas por Pantaleón Germán Ribón que estaban
acantonadas en el pueblo de Menchiquejo. En esta batalla, las fuerzas realistas,
una madrugada del día 18, se apoderaron de la embarcación de guerra la
“Galeota”, seis combatientes, dos cañones y otras tantas piezas de artillería que
les servían a los momposinos de amparo (Salzedo 1987 126).

Por su parte, el Gobierno realista de Santa Marta en el año de 1812 incrementó


sus fuerzas en el margen derecho del río Magdalena hasta el puerto de Ocaña y
logró insurreccionar a favor del rey los pueblos del interior de esta provincia, desde
Tolú hasta Ayapel. Ante esto, Mompox tuvo que conformar tropas para su defensa
en el otro extremo del río. La actividad del Gobernador de Santa Marta fue
apoyada por el virrey Benito Pérez y la llegada del batallón peninsular de la
Albuera, consistente en trescientos hombres y sesenta granaderos provenientes
de Panamá. Con este pie de fuerza, al mando del Teniente Valentín Monterubio,
los momposinos resultaron derrotados con apoyo de Tenerife, quien luchó al lado
de los realistas, los cuales aseguraron la población de Guaimaro con cincuenta
hombres comandados por el capitán Bernardo de León.
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Como resultado de estas batallas y escaramuzas fueron hechos prisioneros “siete
infelices servidores de la causa republicana”, momposinos que fueron conducidos
a Santa Marta en calidad de esclavos y puestos en venta por el Gobernador
Acosta. Como no lograron venderse fueron remitidos a la Habana y puestos a
disposición del Capitán General de la isla por vía de depósito. Uno de los esclavos
fue Manuel Trespalacios (Salzedo1987 125).

Se puede inferir del caso de los hermanos Trespalacios, que así como ellos, otros
tantos artesanos vieron la necesidad de cambiar su forma de vida, pasando de
ejercer tal oficio a engrosar las filas militares de las tropas que defendieron la
causa independentista. Cabría preguntarse por el grado de preparación que
pudieran tener para tal fin; seguramente no el suficiente pero la urgencia de
defender los principios de la Independencia y la libertad hicieron que sin ningún
reparo cambiaran sus instrumentos de trabajo por las armas. Así, de un día para
otro, pasaban de ser artesanos a convertirse en hombres de guerra. Se
sacrificaba, con convicción, la vida o la forma de vida a favor de las ideas
libertarias.

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Bibliografía

• Daza Villar, Vladimir. Los marqueses de santa coa. Historia económica del
Caribe colombiano 1750-1810. Bogotá: Instituto Colombiano de
Antropología e Historia, 2009.
• Fals Borda, Orlando. Historia doble de la costa Mompox y loba. Bogotá:
Carlos Valencia Editores, 1980.
• Iriarte, Alfredo, David Peñas Galindo y Montes Germán.“La independencia y
algunos momentos culminantes de la historia momposina”, Tesoro de Santa
Cruz de Mompox. Santa Fe de Bogotá:El sello Editorial, 1995.
• Peñas Galindo, David. Efemérides de Mompox,
hombres, hechos y fechas. Cartagena: Ilustración y Artes C. V. ,1987.
• Salzedo del Villar, Pedro.Apuntaciones historiales de Mompox, edición
conmemorativa de los 450 años de Mompox. Cartagena: Gobernación del
Departamento de Bolívar, 1987.
• Salzedo del Villar, Pedro.Apuntaciones historiales de Mompox. Cartagena:
Gobernación del departamento de Bolívar, 1938.
• Soto, Rafael. Decenios de Mompós en la independencia. Barranquilla:
Editorial s. n., 1960.
• Tovar Pinzón, Hermes. Grandes empresas agrícolas y ganaderas (su
desarrollo en el siglo XVIII).Bogotá: Universidad Nacional, 1980.
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