¿Cómo se evidencia el desarrollo de la cultura y la evolución de la
mente?
La cultura está conformada por diferentes grupos de edad, clase, religión,
origen, profesión, intereses, etc., cada uno de estos representa diferentes tradiciones, ideologías, valores, rituales y formas de actuar. La cultura contiene numerosos aspectos que se originaron convencionalmente. Los signos o símbolos, por ejemplo, representan esas convenciones en las que nos ponemos de acuerdo en lo que representan para nuestra comunidad especifica, a su vez, estos constituyen las herramientas de carácter psicológico utilizadas por el pensamiento humano. En los símbolos no hay pertenencia inherente ni bases analógicas, su vínculo es arbitrario, y si es arbitrario, o convencional, su naturaleza, por consecuencia, es social. Los miembros de la cultura son los mismos que la regulan, y esto, a través de prácticas concretas de acuerdo a un orden de significación específico. Lo que posee significado en una cultura -por ejemplo, una simple expresión corporal, gesto o palabra- puede tener un sentido completamente distinto en otro grupo cultural. Cada grupo humano, comunidad, familia o pueblo gestan, desarrollan, mantienen y transforman los significados propios de dicho grupo, comunidad, familia o pueblo. En la cultura no importa tanto el comportamiento observable como tal sino el significado que éste tiene para quien lo manifiesta y por supuesto, para quienes lo interpretan. No puede existir un signo sin cosa u objeto designado. El símbolo siempre evoca algo más, nunca a sí mismo o dejaría de ser signo. El ser humano tiene la capacidad de crear y desarrollar formas complejas de comunicación, posee también finas habilidades para manipular toda clase de instrumentos; a esto hay que sumarle la asombrosa velocidad para desarrollar un lenguaje. Pienso que estas asombrosas formaciones sociales y culturales no corresponden meramente a un proceso biológico o evolutivo normal, y el hecho de que la civilización humana tenga muy poco tiempo de existir sugiere como imposible que la evolución del pensamiento se deba meramente a un proceso biológico. De esta forma, el individuo no puede ser definido únicamente por sus características biológicas, puesto que la cultura ha desempeñado un papel muy importante en la evolución del ser humano.