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INTRODUCCION

La Noción de culpa es un término polisémico que particularmente el derecho tiene una


aplicación diversa en cuanto a las distintas ramas del mismo y las valoraciones que respecto
de estas se realizan su utilidad. En principio en el campo del derecho civil se puede esbozar
como la transgresión al deber objetivo de cuidado y a una regla de conducta exigible a un
sujeto, lo que implica, que el hecho dañoso que se le imputa, fue producto de la no
observación de un deber, ya sea que esta se haya realizado con la intención de dañar o haya
sido ocasionada por un comportamiento humano negligente y por tanto se genera la
responsabilidad civil de reparar.

No obstante lo anterior la noción de culpa no se agota únicamente en un ámbito únicamente


conceptual sino que a través de la historia del derecho y de la doctrina alrededor de hechos
se han generado posiciones diversas y en algunos casos contradictorias alrededor de
elementos múltiples presentes en las realidades jurídicas concepciones que basadas en una
visión moral han fundado la responsabilidad con estos presupuestos filosóficos pasando por
visiones que niegan cualquier presencia de la concepción moral y de desprende de este
fundamento; Se han propuestos diversas formas de valorar la culpa como una apreciación
en concreto y otra en abstracto; Se a establecido la noción de hombre prudente y diligente
como categoría de carácter fundamental con raíces en el “pater familia romano”; Se a
generado una noción genérica al respecto de la culpa y criterios para su interpretación;
como distinciones el las legislaciones para diferencias tipos de culpa con características
diversas como lo es la culpa intención, culpa leve, culpa levísima entre otras etc.

En síntesis, la doctrina civil con marcada influencia en Francia a analizado desde


posiciones diversas cada uno de los aspectos mas minuciosos que puede desprenderse del
examen para el operador jurídico frente a la culpa como uno de los pilares de la
responsabilidad, las cuales se van a esbozar en forma procedente con las opiniones que los
mayores representantes de cada tesis sostenían al respecto de sus posiciones y algunos
ejemplos que permiten ilustrar las vicisitudes y precisiones del concepto de culpa para la
responsabilidad civil.
LA CULPA COMO ELEMENTO

ESTRUCTURAL DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

1. Interés relativo de la necesidad de precisar la noción de culpa

Uno de los principales elementos de la responsabilidad civil es la culpa junto con el


perjuicio y el nexo de causalidad son indispensables para establecer la obligación de
indemnizar. de indemnizar.

Ahora bien, dado que en las legislaciones se encuentras distintas denominaciones para esta
como lo son la culpa probada, culpa presunta o inclusive en ocasiones se tienden a señalar
grados de esta, lo relevante es resaltar, que, en todos los casos en un elemento fundamental
para determinar la responsabilidad civil, sin perjuicio de aquella tendencia a establecer
responsabilidad sin culpa o hacia la objetivación de esta como lo veremos más adelante.

Pese a lo anterior como los tratadistas como los Mazeaud, esta necesidad de determinar la
noción de culpa va a en gran medida a depender del carácter o naturaleza de la obligación
transgredida

No obstante, conforme lo observan los tratadistas Mazeaud, el interés práctico de definir y


precisar la noción de culpa es relativo y va a depender de la naturaleza de la obligación
quebrantada, que puede ser de medios, a las que también se les denomina de debida
diligencia, o que puede ser una obligación de resultado, también llamadas obligaciones
determinan.

En este sentido se tiene que si daño proviene de una obligación de medios ya sea en el área
contractual o extracontractual para condenar será preciso determinar por parte del operador
jurídico una negligencia o imprudencia en el cumplimiento de la obligación, por tanto, se
hace necesario precisar tanto el concepto de imprudencia y negligencia como el concepto
de culpa con lo cual se pueda establecer la responsabilidad civil.

Un ejemplo de una obligación de medios propuesta por el jurista Ospina Fernández: La del
abogado que se encarga de un pleito que fracasa para su cliente, pese al escrupuloso
manejo del litigio por aquel. Para que a este se le pueda imputar culpa debe probarse que
no observo esa prudencia y diligencia necesaria.

Así mismo, en casos en que el perjuicio irrogado fue ocasione en razón de la inejecución de
una obligación de resultado en cualquier de las dos áreas posibles de la responsabilidad
civil, se descarta analizar la conducta del autor sino el resultado debido a que este era
perfectamente previsible y por tanto la ley presume que su inejecución se debe al deudor
quien estaba obligado a generar el resultado. En todo caso es ese ultimo quien debe
descartar tal presunción demostrando según el régimen de culpa una causa que lo exonere
de esta.

Un ejemplo también del Jurista Ospina Fernandez al respecto es La del arrendatario de


restituir la cosa arrendada al vencimiento del término del contrato. De tal manera que para
que destruya la presunción de culpa que lo enerva debe probar una causa extraña que lo
exonere de la responsabilidad.

De conformidad con lo planteado muy relevante en el campo extracontractual (delictual y


cuasidelictual) donde es preciso establecer por parte del operador jurídico la noción de la
culpa. Esta afirmación es validada dado que en la doctrina y en la realidad social la mayoría
de las obligaciones contractuales son de resultado dado a el plus que se tiene aquí que el
deudor cumpla con esta so pena de tener que responder en virtud de la presunción legal de
que el fracaso en su cumplimiento pesa sobre el dado que este estaba garantizado.

También la doctrina precisada que en el campo extracontractual existen también


obligaciones de resultado, cobijadas por el mismo régimen de la presunción de culpa, en
caso de incumplimiento. (Por ejemplo, alguien resulta lesionado por una actividad peli
grosa que otro ejerce).
2. Tendencias doctrinarias relacionadas con la noción de culpa

Históricamente precisar la noción de culpa y su posición en la responsabilidad civil ha sido


una tarea emprendida por los juristas especialmente franceses dado por un lado la necesidad
de precisarla Flour y Aubert afirman que la noción de culpa es inevitablemente bastante
vaga en virtud de la pretensión de encerrar una conducta humana tan diversas en un solo
concepto.

En este sentido la noción la culpabilidad toma en cuenta la relación subjetiva y personal


entre el sujeto y la acción. El principio de “no hay pena sin culpabilidad” progresivamente
ha enriquecido en la historia, equivale actualmente a la exigencia de una diversidad de otros
datos indispensables para la afirmación de la responsabilidad.

La noción de culpa enmarca diversos aspectos de los cuales se sostienes muchos puntos de
vistas hacia la conceptualización de esta. En este caso Marty y Raynaud analizan las
tendencias más influyentes en la doctrina con relación a la culpa y su noción que esta
conlleva, los cuales se pueden dividir en dos grupos, como lo señalamos a continuación:

El primer grupo sostiene definiciones cimentadas en la concepción moral de la


culpabilidad planteando la necesidad de ser reprochado el acto del autor del perjuicio. El
insigne jurista Planiol argumenta mucho sobre con relación a esta definición y dice que “la
culpa es la violación de una obligación preexistente” y según él, estas obligaciones
preexistentes se componen de cuatro principios importantes:

1. Toda persona debe abstenerse de toda violencia contra personas y cosas.


2. Toda persona debe abstenerse de todo fraude o de todo acto destinado a dañar a otra.
3. Toda persona debe abstenerse de toda actividad para la cual no tenga la habilidad,
pericia o competencia necesaria. De no realizar un hecho con imprudencia o
negligencia.
4. Toda persona debe ejercer la debida vigilancia sobre las personas o cosas que estén bajo
su guarda.
En la concepción de este primer grupo resultara como principal característica que el agente
que causo el prejuicio no haya únicamente transgredido la el deber objetivo de cuidado o la
regla de conducta, sino que también Es necesario que haya tenido como opción que no
perjudicara la persona, pero que en su libre albedrío decidió no evitar el daño, es decir, no
basta la inejecución de un deber también se requiere también que la conducta que ocasione
el daño sea imputable a la persona.

Frente al segundo grupo, se encuentra formado por doctrinantes que no consideran en nada
los aspectos morales, es decir esta posición descarta la concepción moral y en cambio
señala el hecho perjudicial como un hecho social, precisando entonces que de lo que se
trata es de comprobar una desviación de la conducta del autor del prejuicio.

Al respecto Flour y Aubert dicen “la idea más realista es entonces caracterizar la culpa
como un error o falla de conducta”, que de forma congruente con Mazeaud y Tunc,
definen comparar dos actitudes: aquella que tuvo el autor del perjuicio y aquella acción
voluntaria que no incluye tal perjuicio.

Sobre el particular Mazeaud y Tunc sostienen la definición de Planiol es decir la


concepción moral, es muy vaga y refieren una conducta errante, ellos definen “culpa es un
error de tal conducta que no se habría cometido por una persona cuidadosa situada en las
mismas circunstancias “externas” que el demandado”

Esta última tesis de “la culpa del error de la conducta” es la que lleva la bandera en la
doctrina de responsabilidad civil en la actualidad.

3. Apreciación en concreto y en abstracto de la conducta culposa.

En la doctrina encontramos dos sistemas que permiten deducir la culpa la apreciación en


concreto y en abstracto:

“In concreto”
En un principio los doctrinantes comenzaron a entender la culpa bajo una concepción
subjetiva, donde sin duda era importante tener en cuenta y valorar las características
intrínsecas del sujeto activo en la acusación del daño y los motivos que lo llevaron a actuar,
como lo explica Larroucau, citando a Tapia, se imputaba una responsabilidad por culpa:

Sólo si el individuo ejecutor de un hecho dañoso lo ha realizado voluntariamente, esto es,


que dicho hecho sea el resultado de la libre determinación de su autor. Pues, la persona sólo
es responsable siempre que tenga conciencia del acto que realiza, es decir, facultad para
distinguir entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. (Larroucau, 2007, p. 65).

Lo que demuestra que en un comienzo la responsabilidad civil, estaba influenciada por


ideas morales, que hacían necesario para juzgar como culpa, la libertad, conciencia y
voluntad del responsable. Lo que significaba que, resultaba imposible hacer el juicio de
reproche por culpa, a quien no tenía capacidad de discernimiento o capacidad para prever el
daño, considerándose aspectos psicológicos, subjetivos e individuales del sujeto.

“In abstracto”

Con el fin de favorecer más a las víctimas, pues se estaban viendo perjudicadas por el
proceso de industrialización y para evitar la consolidación de la llamada responsabilidad
objetiva, una corriente doctrinal consideró adecuado implementar un nuevo método de
valoración de la culpa en el cual:

El juez no debe escudriñar el carácter individual y la conciencia personal del agente


dañador. En ningún caso atenderá al sexo, a la edad, el carácter o temperamento, las
costumbres o hábitos, ni a las demás condiciones personales del agente. Lo que el juez debe
hacer es examinar el acto culposo en si mismo, separado del agente, proceder por
comparación preguntándose por lo que habría hecho otro individuo, un tipo abstracto.

(Larroucau, 2007, p. 117-118). Este método se denominó el método in abstracto. Esta larga
corriente doctrinal, buscó crear una concepción objetiva de la culpa, dejando atrás los
modelos concretos que se venían creando, construyendo un único modelo abstracto.

En palabras de Philippe Le Tourneau, este modelo consistía en: Apreciar en abstracto la


conducta del agente, en relación con el comportamiento que uno imaginaría ser el de un
buen padre de familia, atento y honesto, seguro de sus actos como de sus hechos, que
respeta las leyes, los reglamentos, la costumbre e incluso los buenos hábitos (pero éstas
evolucionan con el paso del tiempo).

No se debe tener en cuenta para nada las calidades o los defectos de la persona responsable.
Se considera como culposo el hecho o la abstención que se diferencia de la conducta
normal (Le Tourneau, 2004, p. 125).

Este modelo abstracto supone un modelo de conducta uniforme para todas las personas,
conocido como se mencionó anteriormente, como “el buen padre de familia”. La
apreciación que se hace sobre este modelo es externa y objetiva, ya que no implica en
ningún momento un examen introspectivo del autor del daño sino más bien una
comparación entre dos conductas, la del autor y una ideal. (Larroucau, 2007, p. 117). Cabe
aclarar, como lo explica Arturo Alessandri, que: “se debe comparar la conducta del agente
con la que habría observado un hombre prudente, de idéntica profesión u oficio, colocado
en el mismo lugar, tiempo y demás circunstancias externas de aquel”.

(Larroucau, 2007, p. 118). Lo cual significa que este análisis en abstracto debe ser
relativizado. Por ende, no debe juzgarse de la misma manera al ingeniero mecánico que es
llamado de urgencia para solucionar una falla mecánica de un helicóptero en el Chocó que
al ingeniero mecánico que repara un helicóptero en su taller especializado en Bogotá. 24 Lo
anterior refleja que para algunos doctrinantes si deben tenerse en cuenta algunas
circunstancias específicas, pero éstas deben ser las denominadas externas, es decir, todas
aquellas que no son personales del demandado, dejando por fuera todo tipo de aspecto
sicológico, cognitivo o cultural del autor. Tanta acogida tuvo esta concepción objetiva, que
en el año 1986, en Francia se promulgó una ley que introdujo el artículo 489-2 al Código
Civil que establece que: “Quien ha causado un daño a otro, mientras se encontraba bajo el
efecto de un trastorno mental, no está menos obligado a su reparación”.

4. A que equivale la noción de hombre prudente y diligente:

El hecho de que el juez emplee el sistema de apreciación “in abstracto” de la culpa, no


significa que juzgue abstractamente, conforme lo observan Marty y Raynaud. Porque este
sistema tiene en cuenta elementos concretos, como son las situaciones de hecho en que
actuó el responsable y dentro de las cuales se produjo el perjuicio.

Esta forma de examinar las cosas consiste –como se ha visto- en tomar un modelo ideal y
externo de comparación: el del hombre prudente y diligente, para preguntarse si él hubiera
actuado en forma diferente a como actuó el autor del perjuicio. Hecha esta operación, el
juez encontrara una de estas dos respuestas: la actuación del modelo habría sido igual a la
del demandado en responsabilidad civil; o habría sido diferente.

Como observa Pérez Vives, el juez tiene gran amplitud de criterio para verificar el paralelo;
por eso se ha dicho que, en el modelo tomado, el hombre prudente y diligente, como el
buen padre de familia, es en realidad el propio juez –un buen juez-, quien se interrogará si
él, al haber estado en las mismas circunstancias de hecho, habría actuado en forma diferente
al demandado y habría por lo tanto evitado el perjuicio.

Se comparte la opinión del Dr. Tamayo, al considerar que el juez debería igualmente
evaluar algunas circunstancias internas del agente en relación a su superioridad o
inferioridad física, sin dejar por fuera las circunstancias culturales de éste (Tamayo, 2007,
p. 208).

Creemos que en el artículo 63 del código civil se encontraría la autorización del legislador
para tomar como tipo de referencia al “buen padre de familia”.

El sistema de apreciación de la culpa, que se viene analizando, no es extraño al derecho


alemán ni a italiano. Von Tuhr expresa que el individuo, al obrar, no debe atenerse a su
parecer personal ni a sus costumbres, sino a lo que una persona razonable y ordenada
creería estar obligada en tales circunstancias. Por su parte, el italiano Barassi dice que la
necesidad de una convivencia social ordenada induce a un deber general de corrección y
prudencia.

Tampoco es extraño este sistema al derecho norteamericano. Al respecto es interesante el


criterio de George G. Coughlin: “La culpa es un acto descuidado o temerario, más que un
daño intencional. Una persona es negligente cuando deja de emplear el cuidado que el
hombre razonable habría empleado en las mismas circunstancias. El criterio es: ¿Cómo
habría actuado el hombre razonable?
La definición misma de culpa en el derecho angloamericano concuerda con todo lo dicho.
En efecto, se define a la culpa como la “falta de emplear el grado de cuidado que un
hombre razonable habría ejercido.

5. La noción tanto genérica como particular de la culpa en la responsabilidad civil

5.1 Noción genérica de culpa en la doctrina de la responsabilidad civil 

Existe fundamentalmente una distinción entre la responsabilidad civil y la responsabilidad


penal frente al elemento de la culpa que permite en principio aproximar esta noción en el
derecho civil dado que la final de la responsabilidad es la de sancionar la conducta típica,
antijurídica e imputable mientras que el fin único de la responsabilidad civil -por el
contrario, es el de indemnizar el perjuicio. 

Este último elemento género como consecuencias que el área de la responsabilidad civil no
tenga sea estrictamente imprescindible en sus aspectos, ni teórico ni práctico, la distinción
entre dolo y culpa, distinción que es trascendental en el derecho penal.

Continuando con lo anteriormente planteado es preciso señalar las nociones propuestas por
la doctrina como fuentes generadoras de la obligación de responder civilmente. En virtud
de lo anterior se tiene que la doctrina entiendo por delito civil todo acto perjudicial e
intencional el cual en muchas ocasiones se constituye a su vez como una conducta punible
por el derecho penal, a la vez.  Contrario a lo anterior para la doctrina civil el cuasidelito es
un acto perjudicial pero no intencional. 

Al respecto el jurista Planiol, sostuvo que las dos nociones, delito y la de cuasidelito, “están
hoy fundidas en la noción general de culpa y designan igualmente la inejecución por parte
del deudor de la obligación contractual, se emplea el término de culpa delictual, por
oposición al término culpa contractual." 
En este punto se sostiene la tesis de François Chabas para quien la definición de culpa de
Planiol es en esencia la “violación de una obligación preexistente", tiene la ventaja de
convenir no solo a los contratos sino también a los delitos y cuasidelitos y aun a todas las
formas de obligaciones. “Se está entonces en culpa cuando no se ejecuta el contrato o no se
cumple el deber impuesto por la ley".

Conforme con esta tesis proveniente de la doctrina francesa mencionada anteriormente la


Corte suprema de Justica en sentencia del 30 de julio del 1953 adopto la tesis planteada de
la siguiente manera: la jurisprudencia colombiana ha considerado como culpa, exponiendo
que ésta “proviene de la infracción de un deber jurídico preexistente ya sea legal,
contractual o profesional, y el contenido de la obligación violada se determina como de
resultado, o como de simple diligencia y previsión”.”. Concluye la corte expresando “aun
sin una norma legal preestablecida puede haber un hecho u omisión dañinas en el sentido
puramente patrimonial, determinados por negligencia, descuido o falta de previsión de un
objeto previsible y que debió preverse, que es exactamente lo que configura la culpa”

En síntesis, conforme a este planteamiento se afirma que la finalidad principal de la


responsabilidad civil es lograr la reparación del daño sin importar si este fue causado con
dolo o por negligencia, lo cual descarta la importancia de analizar estas dos categorías si
finalmente ambas son generadores de responsabilidad civil y por tanto de la obligación de
reparar.

a. Noción particular de culpa en la doctrina de la responsabilidad civil 

Las consideraciones precedentes han generado que la noción de culpa en materia de


responsabilidad civil sea analizada desde la visión de culpa civil o culpa social, que se
estructura por la transgresión de normas de comportamiento, en virtud de una conducta
impropia de una persona prudente y diligente. Sin que se requiera en este campo la culpa
moral. 

Ahora bien, cabe mencionar que en la doctrina del Common low frente a la culpa como
pilar de la responsabilidad se expresa en ocasiones la culpa sin culpabilidad (negligence
without fault) como elemento que basta para configurar la culpa la cual en todo caso es
imprescindible, en principio, para fundar una decisión que condena a su reconocimiento
para quien tenga el derecho a ella. Así mismo, la doctrina contemporánea prescinde en
ocasiones la culpa como elemento para introducir determinar, por ejemplo: la
responsabilidad civil objetiva el cual va enmarcado en un hecho generador sin que sea
necesario que medie culpa para su reconocimiento; Por lo anterior se afirma que existe una
tendencia a la objetivación de la responsabilidad civil los sistemas jurídicos.

En el sistema jurídico colombiano se sostiene la tesis del carácter genérico de la de culpa


señalado anteriormente, que contiene en si misma tanto el dolo como la culpa
respectivamente. De tal forma que en los artículos 2341 y 2356 del Código Civil frente a la
responsabilidad civil extracontractual, tal como fue descrito anteriormente en sentencia de
la Corte suprema de justicia, consagra el deber jurídico y la obligación general de reparar
cuando se ha irrogado un perjuicio, que puede indistintamente “haberse cometido un delito
o culpa" o por haber actuado con "malicia o negligencia”. 

Nótese que al respecto el legislador tomando como marco de referencia la doctrina que
versa entorno a la responsabilidad civil no prevé distinción en los dos presupuestos, ni para
aumentar o disminuir la responsabilidad que puedo generarse. Esto último, no modifica ni
valor económico que pueda estimarse para la indemnización y muchos menos influye
sobre el operador jurídico a la hora de valorar la conducta desplegada por el accionado.

De acuerdo a lo expuesto la corte suprema de Colombia en sentencia anteriormente citado


a dicho respecto del concepto de culpa civil, que “la culpa civil existe por la sola violación
de una norma de conducta diligente, extraña desde luego a toda previsión legal.

Cabe señalar que existen otras legislaciones y jurisprudencia que prescinden frente a la
responsabilidad de la determinación de si el acto ilícito se cometió con culpa o dolo y
obligan a su autor a resarcirlo, de acuerdo con la tesis de la corte señalada de forma
precedente:
Al respecto de Italia expresa Barassi dice que el hecho ilícito a que se refiere la ley es una
acción antijurídica que da derecho al perjudicado para reclamar la reparación.' 

Otro de los ejemplos de este concepto genérico de la culpa, concepción imperante en


Colombia, es la legislación civil de Uruguay impera la noción genérica de culpa. JORGE
Peirano facio expresa: "Bajo la noción genérica de culpa el legislador ha ubicado tres
situaciones diferentes, o cuando menos tres términos distintos: dolo, culpa (en sentido
estricto) y negligencia (culpa en sentido amplio)".  

Así mismo el derecho alemán prescinde en esta materia del término culpa y habla del
hecho ilícito, el que tiene como fuente de obligaciones

Finalmente es preciso advertir que la noción de culpa como elemento de la responsabilidad


civil es susceptible de perder toda su relevancia en virtud de teorías tales como las de la
garantía de Starck para quien, “el atentado a un derecho protegido es una razón suficiente
para pronunciar una sanción. Esta sanción no es otra que la obligación de reparar, es
decir, la responsabilidad de quien ha causado el daño, si en esa forma atenta contra los
derechos del otro”.
Es decir, esta nueva teoría propone que la indemnización en responsabilidad civil se debe
fundamentar en la garantía, que genera como consecuencia jurídica el deber reparar el
perjuicio causado. De tal forma que quien causa un perjuicio, es decir sea el causante de
este será sometido a la consecuencia jurídica de pena privada, efecto del daño irrogado a la
víctima.

6. Criterio que se debe seguir para interpretar la noción de culpa en la


responsabilidad civil. 

Los criterios que se deben tener en cuenta y que son de necesario examen para el jurista y
abogado al momento de interpretar la noción de culpa en un caso en concreto deben ser los
siguientes:
1. El fin exclusivo de la responsabilidad civil es la de indemnizar, la de reparar el perjuicio
que se ha ocasionado a alguien. Y que esta obligación o deber jurídico de indemnizar
existe, ya sea que el daño se haya causado con intención o sin ella. (Con dolo o con
culpa). 

2.Por consiguiente, pierde relevancia en el área de la responsabilidad civil, averiguar


examinar si el perjuicio se ocasionó con intención o sin intención, dado la finalidad
exclusiva de indemnizar.

3. La noción de culpa en este campo es una noción genérica, como se ha expuesto en


discusiones precedentes, que engloba el dolo propiamente dicho como la culpa
propiamente dicha. 

Finalmente es preciso para referirse a la culpa utilizar las nociones de también hablar
simplemente de culpa civil, de culpa social e inclusive de “culpa sin culpabilidad”. Ahora
bien, únicamente y excepcionalísima, únicamente en el campo de la responsabilidad
contractual se va a encontrar una solución peculiar bajo los presupuestos de que el perjuicio
se causó con dolo: En este sentido se modifica el principio según el cual solamente el
perjuicio directo es reparable, y se prevé la indemnización de todos los perjuicios, inclusive
de los indirecto.

7. Diversas nociones de culpa en la doctrina.

En la doctrina francesa se establece cierta diferencia entre la culpa intencional y la no


intencional la primera anteriormente mencionada se da cuando el autor del perjuicio ha
querido causarlo, es la intención dañosa o dolo su principal característica.

Mientras que la culpa no intencional se refiere a la imprudencia o negligencia y se caracteriza


por que el autor material del daño no tuvo intención alguna de causarlo.
Así mismo existe la culpa grave aquella que no es ni intención y mucho menos voluntaria
sino particularmente burda. En esta clase de culpa el autor no ha querido ocasionar el daño,
pero se a comportado de manera tan particularmente burda, pero parece haberlo querido.

La culpa grave, leve y levísima (graduación de culpas) tuvo distinción y origen en el derecho
romano, al igual que el principio de equiparar (culpa lata dolo aequiparatur) la culpa al dolo y
acogida en el código civil colombiano en su artículo 63 y 1604, definido de la siguiente
manera:

Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con
aquel cuidado que aun las personas negligentes o de poca prudencia suelen emplear en sus negocios
propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.

Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los
hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificación,
significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o
mediano

El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia, es responsable de esta especie
de culpa

Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea
en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma
diligencia o cuidado.

Cabe resaltar que la doctrina francesa sobre el particular a generado una posición enarbola
por algunos autores que rechaza la similitud entre la culpa grave y el dolo. De la tal forma
que se contemplen las similitudes de la culpa grave al dolo, allí no hay norma que se ocupe
de mostrar la concordancia o diferencias existentes en las mismas.
No obstante, lo anterior, tanto en Colombia en Francia tal como lo expone Pérez vives “la
culpa levísima basta para comprometer la responsabilidad extracontractual”. Seguidamente
para complementar las categorías doctrinas que versan sobre la culpa es importante referirse
también la denominada culpa inexcusable es un concepto introdujo a partir del derecho
moderno y se refiere a una culpa voluntaria cometida por alguien sin la intención de
perjudicar a su víctima. En este sentido esta noción se utiliza en el transporte aéreo y genero
una responsabilidad objetiva, es decir se responde por el resultado, no obstante, la cuanto
para la reparación es limitada.

Cómo señala Cartou se trata de una responsabilidad de pleno derecho y limitada sin embargo
el agente ocasione un daño de manera dolosa perderá el amparo del protocolo de Varsovia
que consagra la figura de la culpa inexcusable.

Un ejemplo la consagración de la culpa inexcusable en el transporte aéreo internacional


están contenidas en la convención de Varsovia, el protocolo de la Haya, convención de
Guadalajara y el protocolo de Guatemala a los cuales está adheridos Colombia como tal el
protocolo de la haya que versan sobre sobre esta figura tal como el protocolo de la Haya que
la define como: la cometida por el transportador o dependientes con pleno conocimiento de
causa e inconsciencia loca, expone el apartó y las personas a riesgos particularmente graves.

Finalmente, desde el punto vista material tenemos el caso del avión donde iba el equipo
Chapecoence de Brasil a jugar la Final de la Copa Libertadores, la culpa se quedó sin
gasolina en razón a que el conductor del avión no tanqueo suficiente el avión y esa
inconciencia loca con pleno conocimiento resulto en la caída del avión con sus tripulantes y
en una culpa inexcusable para el conductor:

8. La culpa por abstención

Sobre el particular se afirma que una conducta negativa o una abstención basta también para
generar o estructurar la culpa tal como una conducta positiva.
Para dilucidar la cuestión, la doctrina analiza tres criterios, a saber:

a) La abstención dentro de la acción:

Se puede explicar median el caso de una persona que porta un arma de manera legal, pero
este se abstiene de verificar que su arma tenga el seguro y esta se dispara accidentalmente
y causa daños a la salud de otra persona, aquí ocurre una culpa por abstención de una
acción.

b) Abstención frente a una obligación legal de actuar:

Esta es un delito o falta consistente en abstenerse de actuar ante una situación que se


considera un deber legal, como la asistencia a menores discapacitado.

Se puede también explicar median el ejemplo del caso un arrendatario que niega a hacer
mantenimiento a el ascensor de su edificio, donde brinda el servicio de alquiler de
habitaciones, y uno de sus inquilinos sufre un accidente dicho ascensor por falta de
mantenimiento. Una clara culpa por falta de una obligación legal de actuar en el
mantenimiento del ascensor.

El delito no necesariamente es incurrir en algún delito a través de una acción sino, también,
ante la falta de esta en frente de hechos en donde su acción hubiera podido impedir que un
resultado negativo se produzca. Incurre en este delito el funcionario público (el médico
puede serlo) que, requerido por un particular a prestar algún auxilio a que está obligado
por razón de su cargo, para evitar un delito u otro mal, se abstuviese de prestarlo sin
causa justificada. [ CITATION Ges20 \l 3082 ]

8.1 Abstención pura y simple:


Esta especie de la abstención es aquella que no está relaciona con la acción ni se manifiesta
como la negación de una obligación de actuar. Al respecto los hermanos de nos
proporcionan un ejemplo Mazeaud: “quien aparta su barca de una persona que se ahoga, en
vez de acercarla para prestarle ayuda." 

Es esta última forma de abstención ha generado una fuerte controversia en razón a la tesis
que sostiene: Sobre el particular se ha dicho en contra de esta que el postulado de la libertad
individual y el derecho a la neutralidad que tiene la persona, impide que se configure la
culpa de quien se abstuvo de llevar a cabo un acto al cual no estaba obligado. 

Otra posición que se cataloga a su vez como más avanzada considera que la culpa puede
configurarse tanto por la acción como por la abstención, sin detrimento de la libertad de las
personas. “Toda culpa de abstención compromete la responsabilidad”.

En favor de esta última tesis es preciso que tener en cuenta, además, que la generalidad que
informa los textos reguladores de la responsabilidad civil extracontractual (arts. 2341 y
2356 del C. C.), no hace distinción sobre la culpa positiva y la negativa. 

En este sentido es preciso acudir a la noción de culpa error de conducta, señalada en


párrafos anterior, dado que de un análisis lógico de esta se obtiene la conclusión de que no
solo la acción sino también la abstención u omisión de un deber preexistente lo que puede
estructurar una culpa. En este sentido que averiguar si el hombre prudente y avisado se
hubiera abstenido de actuar en un caso similar. Si esa apreciación in abstracto indica, por
ejemplo, que el tratar de salvar al que se está ahogando o apagar el incendio en la casa
del vecino, la conclusión será en el sentido de que el hombre prudente también se habría
abstenido de actuar y que no puede hablarse por lo tanto de culpa. 

En este punto ya se puede afirmar que no es fácil sustentar la posibilidad de la culpa por
abstención en las circunstancias en que la hipótesis de la abstención pura, en ausencia de
obligación legal o contractual que imponga determinado comporta miento. A una tesis de
esa índole solamente podría habría servirle de fundamento filosófico y axiológico un
principio superior que no sería otro sino el de la solidaridad social, que en una comunidad
civilizada ha de ser un imperativo para sus miembros. 
Un número importante de naciones han sancionado lo que se llama generalmente omisión
de socorro, que se configura cuando se omite ayudar a una persona que se encuentra en
peligro o emergencia (Francia, Italia, Portugal, Noruega, Bélgica ...). 

Conforme con lo anterior los hermanos Mazeaud expresan que después de la legislación
relacionada con este tipo de culpa por omisión, la jurisprudencia francesa no duda en decir
que la culpa por abstención obliga a reparación

En Colombia esta tesis se consagra la omisión de socorro como se le conoce en algunos


países, establecido en el código (Ley 599 del 2000) en su artículo 131: “El que omitiere, sin
justa causa, auxiliar a una persona cuya vida o salud se encontrare en grave peligro,
incurrirá en prisión de dos (2) a cuatro (4) años (hoy treinta y dos (32) meses a sesenta y
dos (72) meses)”

Pero en base a esto Melchor Tirado precisa: “Existen casos en los que la aplicación de la
ley no es tan fácil, como en las hipótesis de accidente de circulación en la que varias
personas están lesionadas con diferentes grados de complicación, y los lugareños asisten
rápidamente a las víctimas; se puede pensar que su intervención no es necesaria, hasta el
punto de desentenderse del caso y alejarse del lugar, ¿habría cometido usted el delito? En
principio no, siempre que asegure que la ayuda que presto sea en cierto modo suficiente,
“porque de comprobarse” posteriormente que este presupuesto de hecho no se dio, Usted si
habrá cometido el delito y debe ser investigado penalmente y castigado de ser el caso.

En síntesis, se puede decir que la obtención pura y simple es obtenerse de una acción que
un hombre prudente y diligente conformó a valores y principios axiológicos tenía que
comportarse en un hecho o situación de una persona que se encuentre en desamparo o
peligro manifiesto y que aquello no supusiera un sin riesgo a su vez para para sí mismo ni
para terceras personas.

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