ÁREA DE EDUCACIÓN Y ACCIÓN CULTURAL | PROPUESTAS PARA EDUCADORES

Matiné en Malba, cine para chicos

Actividad en Matiné
en Malba

Historia Una vez el escritor Lovecraft dijo: “La emoción más antigua y más
intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de

del cine de los miedos es el miedo a lo desconocido”.

Hoy, como hace tiempo, el cine de terror ejerce un poderoso atractivo
sobre el público adolescente. Pero, ¿cuáles son las características de este
terror género que goza del aval indiscutido y mayoritario de los chicos?
Con Matiné en Malba les proponemos a docentes y estudiantes conocer
el desarrollo del cine de terror para profundizar juntos en estos y otros
interrogantes sobre la historia del cine. Esperamos que nuestra iniciativa
contribuya a integrar a los objetivos educativos el interés y la diversión
que los chicos encuentran en este tipo de películas.
Definamos el concepto de género

El término “género” precede largamente al cine y designa

a tipos más o menos estables y reconocibles de discursos,
entre ellos los artísticos.
El género sirve para clasificar los contenidos de un film,
caracterizando los temas y componentes narrativos
que relacionan dicha película con otras que se pueden
encuadrar en un mismo conjunto. La utilidad de los
géneros en el cine opera en dos direcciones: por un lado,
ofrece a los creadores una matriz, un molde para diseñar la
ficción y, por otro, les otorga a los espectadores un marco
de referencia, una serie de pautas que les posibilita tener
ciertas expectativas definidas en relación con un film.
La clasificación de las películas, basándose en el género al
que pertenecen, es uno de los aspectos fundamentales de la
institución cinematográfica. Los géneros son considerados
como verdaderas creaciones colectivas en las que se
expresa una visión del mundo, a la vez que una concepción
estética e ideológica.

Frankenstein,
de James Whale
 ACTIVIDADES
Sugerimos estas actividades para trabajar en la escuela, pero dejamos abierta la posibilidad
de que sean utilizadas en otros ámbitos de educación no formal.
1 El monstruo que yo quiero
La actividad comienza con una charla sobre aquellos monstruos
que nos daban miedo de chicos y los que nos dan miedo ahora.
Textos y contenidos: Eleonora Cardoso, Gisela Manusovich, Judith Meresman, Mariano Swi y Ana Gilardini. Corrección: Alicia Di Stasio y Mario Valledor.
Luego, entre todos, identificamos cuáles son las características
que construyen a un monstruo temible. Por ejemplo, la deformi-
dad, lo diferente, lo exagerado, etc. En segunda instancia, cada
chico deberá traer cinco fotocopias de una foto de su rostro y
cinco donde aparezca de cuerpo entero. Recortando y pegando
este material, se les propondrá que construyan un monstruo.
Como alternativa para escuelas que dispongan de una área de
informática, se puede trabajar con programas como PhotoShop
o similares.
2 Jóvenes aterrados
En parejas o tríos, los chicos pueden escribir un cuento de te-
rror donde la trama se desarrolle en un ámbito típico de adoles-
centes (por ejemplo, un viaje de egresados, un cumpleaños, el
colegio, etc.).
Para pensar esta historia les sugerimos tener en cuenta: las
características principales de cada personaje (el estudioso, el
chistoso, el tímido, etc.), los vínculos que existen entre ellos
(novios, mejores amigos, hermanos, etc.).
Luego, dividir el cuento en tres partes:
1. Una primera instancia donde la amenaza comienza a mani-
festarse.
2. Una etapa donde los protagonistas son conscientes de lo que
sucede y el terror se desarrolla con todas sus fuerzas.
3. Una resolución al conflicto.
La actividad puede concluir con una sesión de lectura en un
ámbito tenuemente iluminado.
3 Transformación de terror
Los chicos pueden ver fragmentos de distintas películas de
terror y relevar los aspectos temáticos, estéticos e ideológicos
relacionados con el género. Inversamente, pueden ver fragmen-
Diseño: HolböllQuintiero.
tos de películas de géneros muy diferentes, como el musical o
la comedia, e ir modificando distintos elementos, desde la pre-
sentación de títulos (tipo de letra, colores, música, etc.) hasta
la puesta en escena, vestuario, iluminación, el tema tratado y
lo que representan los personajes, hasta convertir el fragmento
seleccionado al género de terror.
w A mí me contaron que:
Esta propuesta apunta a rescatar las historias que asustaban de
chicos vinculadas más al campo de los miedos cotidianos comu-
nes en la infancia, como el miedo a atravesar un salón oscuro o a
quedarse solo en la casa, y también esas historias anónimas que
suelen circular entre los chicos y los asustan. En forma grupal
intercambian información personal con sus compañeros a partir
de esta consigna. Luego se les propone inventar una nueva histo-
ria entre todos los miembros del grupo, para lo cual pueden o no
tomar cosas de lo que previamente compartieron, y para concluir
se la cuentan al resto de los compañeros. Para potenciar esta ac-
tividad, sugerimos que estos cuentos pueden ser grabados, lleva-
dos a un libro, o ser transformados en radioteatro.
w Mitología y leyendas populares
Partiendo de monstruos del cine, como Drácula o Frankenstein,
se conversa acerca de los monstruos como seres presentes des-
de siempre en la historia de la humanidad, que representan aque-
llo que es temido o desconocido, y también como explicación de
grandes interrogantes de los hombres. Para esto se recomienda
tomar mitos y sus seres fantásticos (el cancerbero, el unicornio,
el minotauro, la medusa, los cíclopes, los duendes, etc.).
Realizando una descripción oral o con imágenes diversas de
ellos, se propone que, en pequeños grupos, armen estos mons-
truos utilizando partes de todos los cuerpos de los miembros
del equipo, de forma simultánea. Luego de construir varios se-
res mitológicos, se les propone inventar uno y construirlo de
la misma manera. Para cerrar, deberán presentarlo al resto del
grupo, mostrando sus características particulares.
4 Aunque no lo veamos...
Muchas veces, en el cine de terror, aquella fuerza que genera el
mal o nos da miedo no es visible a nuestros ojos. Esto hace que
sea nuestra imaginación la que construya esa imagen temible.
Es así como, para generar miedo, se nos muestran sólo una
sombra proyectada en la pared y las consecuencias de sus actos
despiadados.
Sugerimos comenzar la actividad reflexionando sobre este re-
curso, y sobre cuáles son las películas que los chicos recuerdan
donde exista esta construcción. Tomando este recurso, propo-
nemos que, en pequeños grupos, tomen tres fotos actuadas y
secuenciadas en donde se cuente un momento de terror sin que
se vea en escena el origen del mal. Luego de mostrarlas al resto
del grupo, los espectadores pueden tratar de descubrir de qué
se trata. Como alternativa sugerimos agregar sonidos y/o mú-
sica a cada foto.
Malba - Fundación Costantini
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Historia del cine
de terror
¿A qué llamamos cine de terror?
En sus inicios, el cine de terror pertenece a la franja del cine fan-
tástico. Éste engloba a las películas que presentan elementos que
transgreden la noción de cotidianeidad y sitúan al espectador en
un mundo distinto al que está acostumbrado a ver. Dentro del
cine fantástico, el género de terror se basa fundamentalmente en
la idea de lo sobrenatural y en la creación de lo monstruoso para
provocar la aprensión y la angustia del público.
El cine de terror, como el resto de los géneros, ha sufrido distin-
tas modificaciones en el transcurso de los años. Pero, a grandes
rasgos, es posible encontrar dos conceptos fundamentales que
atraviesan la historia de este género cinematográfico: la idea de
lo transgresor, es decir, la oposición a cualquier norma social o
estética (los rasgos deformes del monstruo, por ejemplo) y la
idea de lo oculto. Esta última alude a un mal subterráneo y latente,
que puede salir a la superficie en el momento aparentemente
más plácido y tranquilo.
El cine de terror se inaugura en Alemania hacia la década del 20
con películas como El gabinete del Dr. Caligari, de Robert Wiene,
y Nosferatu, de F.W. Murnau. Llamativamente, en los años 30,
los films de terror que Hollywood promueve son los favoritos
del público, con una infinidad de monstruos que desfilan por
la pantalla representando al enemigo: Drácula, Frankenstein,
La momia, King Kong, El hombre lobo, etc. En estas películas, el
mal reside en el exterior y es necesario combatirlo y eliminarlo
para restituir el orden social.
En este período Estados Unidos estaba atravesando la crisis de
Wall Street, también conocida como el crack del 29. La desespe-
ración, el desempleo y el pánico caracterizaban aquel contexto.
La crítica cinematográfica ha interpretado la fascinación de los
espectadores por este tipo de películas como una sugestiva ne-
cesidad de catarsis que se veía lograda cuando aquéllos proyec-
taban sus angustias cotidianas sufriendo por una ficción que
invariablemente tenía un final aliviador.
Algunas películas
w El gabinete del Dr. Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari,
Robert Wiene, 1919, Alemania).
w Nosferatu (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens,
F.W. Murnau, 1922, Alemania).
w Drácula (Tod Browning, 1931, Estados Unidos).
w Dr. Frankenstein (James Whale, 1931, Estados Unidos).
w La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein,
James Whale, 1935, Estados Unidos).
El cine de terror se moderniza
y avanza hacia nosotros
El año 1941 fue renovador para los grandes estudios cinemato-
gráficos de Estados Unidos, que distribuyeron sus películas a
nivel mundial. Con el estreno de la mítica Citizen Kane, de Orson
Welles, el cine se moderniza descubriendo nuevas capacidades
narrativas y sintácticas, que apelan a un espectador más activo
en la construcción de sentido que los films proponen.
En esta década, uno de los nuevos recursos narrativos que el
cine occidental empieza a utilizar es el “fuera de campo”. Hasta
ahora, en el primer cine de los 30, el terror era provocado desde
lo que se veía dentro de la pantalla; con este nuevo recurso se
empieza a utilizar lo que queda fuera del marco, y ello adquie-
re una importancia narrativa fundamental. El fuera de campo
se alude con ciertos elementos como sonidos o sombras y, de
esta manera, lo que no se ve cobra dimensiones terroríficas
más eficaces, ya que la definición de la fuente del mal es ahora
producto de la imaginación de cada espectador. Los espacios
cotidianos y cercanos a éste comienzan a enmarcar los nuevos
miedos, dejando atrás los escenarios de castillos fantasmales
con laboratorios ocultos en las montañas. De la misma mane-
ra, también los personajes son menos sobrenaturales y cada
vez más parecidos al hombre común.
Algunas películas
w La mujer pantera (Cat People, Jacques Tourneur, 1942, Estados
Unidos).
w Yo anduve con un zombie (I Walked with a Zombie, Jacques
Tourneur, 1943, Estados Unidos).
w Los crímenes en el museo de cera (House of Wax, André de Toth,
1953, Estados Unidos).
El gabinete del
Dr. Caligari, de
Robert Wiene
 Afiche de Los
invasores de
Marte, de William
Cameron
El terror invade
Promediando los años 50 el cine de terror sufre una pérdida de
atención de las grandes productoras de Hollywood, las cuales
comienzan a ver estos films como pertenecientes a un género
desgastado. Al mismo tiempo, en los Estados Unidos, durante
esta década –en plena Guerra Fría–, un tema recurrente en las
películas era el miedo a la invasión soviética con su régimen co-
munista, y una de las metáforas más utilizadas para dar cuenta
de este pánico fueron las invasiones extraterrestres, especial-
mente las marcianas. Es así como, en estos años, el género de
terror se fusiona con el de ciencia ficción.
Por otra parte, en Inglaterra, la productora Hammer Films re-
cupera los monstruos “clásicos” de los años 30, como Drácula
y Frankenstein, produciendo una nueva serie de historias de
terror gótico alrededor de estos personajes, con bajo presu-
puesto y gran resultado comercial. Aquí nace una adaptación
cinematográfica de un éxito de la pantalla chica, El experimento
del Dr. Quatermass, considerada en su temática como predece-
sora de la saga Alien.
Algunas películas
w Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, Robert mana y animal, sino el ser humano, que ahora no denota una
Wise, 1951, Estados Unidos).
w Los invasores de Marte (Invaders from Mars, William Cameron cación del espectador con los personajes es más profunda y las
Menzies, 1953, Estados Unidos).
w La guerra de los mundos (War of the Worlds, Byron Haskin,
1953, Estados Unidos).
w El experimento del Dr. Quatermass (Val Guest, 1955, Inglaterra).
Psicosis, de Alfred Hitchcock
El mal pasa del cuerpo a la mente
En la década del 60, la producción de películas transita una com-
pleja mezcla de circunstancias. La sociedad se ve agitada por la
nueva juventud contestataria, la rebelión feminista, la aparición
del fenómeno hippie, y el de las minorías raciales, que producen
una liberación en las formas estéticas y una ruptura en las nor-
mas tradicionales.
En esta época el cine de autor surge en diferentes países (Fran-
cia, Italia, Suecia, Polonia, España). El director ahora es la es-
trella, y no importa tanto lo que se filma, sino quién lo filma
y cómo. Estos directores, denominados autores por analogía
con los escritores literarios, se destacan por construir un estilo
reconocible y propio en el conjunto de sus películas.
El cine ya no busca sólo entretener, sino inquietar y desvelar.
Los componentes esenciales de este género ya no persiguen
tanto el impacto exterior como la incidencia sobre el especta-
dor a través de su sensibilidad emocional y psicológica.
Con Alfred Hitchcock –considerado uno de los directores-auto-
res más representativos dentro de este género– el mal se filtra
por los rincones más íntimos y privados de nuestro mundo. El
portador ya no es un monstruo o una criatura híbrida entre hu-
deformación física sino una alteración psicológica. La identifi-
sensaciones de angustia y temor se intensifican.
Algunas películas
w Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960, Estados Unidos).
w El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby, Roman Polansky, 1968,
Estados Unidos).
w La noche de los muertos vivos (Night of the Living Dead, George
A. Romero, 1968, Estados Unidos).
w La residencia (1969, Narciso Ibáñez Serrador, España).
El diablo, los niños
y las catástrofes apocalípticas
Como hemos visto, para el cine de terror es fundamental el im-
pacto emocional en el espectador y, para esto, la búsqueda de
nuevos temas, personajes y recursos será permanente.
En la década del 70, luego de las grandes rebeliones contra las
normas y la discusión de lo establecido, el género se involucra
con temas y personajes que hasta entonces no se habían toma-
do: los niños y la religión. Abordando ciertos tabúes sociales
vinculados con creencias religiosas, el satanismo será uno de
los grandes temas que renovará a este cine, llegando a niveles
de terror en el espectador nunca antes vivenciados.
En estas películas, con un despliegue de superproducciones,
los efectos especiales y el maquillaje son los verdaderos pro-
tagonistas.
Otra temática que se incorpora en esta década es el catastrofis-
mo: terremotos, incendios, naufragios y accidentes de aviación,
entre otros, pondrán en marcha una gran producción tecnológica.
La espectacularidad de estas películas, dirigidas a un público
cada vez más preocupado por el futuro, explotará un miedo co-
lectivo estimulado desde los medios de comunicación.
Algunas películas
w El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973, Estados Unidos).
w La profecía (The Omen, Richard Donner, 1976, Estados Unidos).
w Carrie (Brian de Palma, 1976, Estados Unidos).
w La aventura del Poseidón (The adventure of Poseidon, 1972,
Ronald Neame, Estados Unidos).
w Terremoto (Earthquake, 1974, Mark Robron, Estados Unidos).
El exorcista, de
William Friedkin
Noche alucinante, de Sam Raimi
Ríos de sangre, humor
y jóvenes asustados
En la década de los 80, aparece una nueva camada de mons-
truos que renuevan el género. Los nuevos protagonistas de las
películas de terror se caracterizarán por un fuerte uso de la iro-
nía y por atraer a un nuevo público a las salas: los adolescen-
tes. Este terror tendrá como rasgos fundamentales el exceso, la
desmesura y, en algunos casos, la evidencia del artificio, que,
al mezclarse con elementos grotescos, dan como resultado un
efecto de humor negro.
Paralelamente al desarrollo del cine de terror, la estética llama-
da de clase B1 gana popularidad y el cine gore2 llega a la cima del
éxito. Es la época de zombies, muertos vivos exageradamente
maquillados3, monstruos de un látex que no se disimula como
tal y caudales de líquido rojo sangre. Algunos films mostrarán
un mundo tan bizarro que el miedo algunas veces será despla-
zado por la risa.
Algunas películas
w Noche alucinante (Evil Dead, Sam Raimi, 1981, Estados Unidos).
w Basket Case (Frank Henenlotter, 1982, Estados Unidos).
w Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street,
Wes Craven, 1984, Estados Unidos).
w Chucky, el muñeco diabólico (Child’s Play, Tom Holland,
1988, Estados Unidos).
Notas
1. Cine de clase B: son las producciones de bajo presupuesto que comenzaron
a realizar los estudios de cine en la década del 30 para atraer al público
ofreciéndole doble programa: un film clase A, de gran producción y con
grandes estrellas, acompañado de uno clase B. Éstos, involuntariamente,
fueron generando una estética de lo precario y lo evidentemente artificioso
que supo ganarse un público numeroso.
2. Cine gore: el gore surge en los 60 con las películas de Herschell Gordon Lewis;
es un cine de horror explícito. Llegando a los 70, George Romero continuará
esta línea incorporando la estética de la clase B, y su tema recurrente será
una crítica del consumismo.
3. También conocido como terror tecnológico, por los efectos creados desde el
maquillaje.
 El proyecto Blair
Witch, de
Daniel Myrick
y Eduardo
Sánchez

La novia de Frankenstein, de James Whale

El cine de “citas” y las remakes En estos últimos años

En la década de los 90, las citas y los ejercicios intertextuales En el siglo XXI, con el avance de la tecnología digital e Internet, los
intentarán ganarse el afecto y la atención del público a través del blogs y las páginas web sobre cine han dejado de ser algo sofistica-
recuerdo de otros films y de otros tiempos. El género ya cuenta do. Cada vez más, los jóvenes tienen acceso a teléfonos celulares,
con una historia propia y se refiere a sí mismo en numerosos cámaras de fotos y video, con los que pueden grabar sus propias
guiños que asumen su tradición, ya sea en carácter de homenaje historias y empezar a experimentar con las imágenes. Este suceso
o de manera paródica. se ha incorporado al cine, por medio de falsos reportajes televisi-
En una línea de análisis vinculada al posmodernismo, estas pelí- vos4 o falsos documentales, como también en campañas de mar-
culas evidencian la ausencia de ideas renovadoras en las grandes keting de algunos films, que circulan por la web mucho antes de
productoras norteamericanas y recurren a éxitos del pasado para llegar a las salas. Asimismo, esto muestra que hay en el público
obtener ganancias comerciales en la actualidad. una exigencia de recursos innovadores para el género, un especta-
dor que ya no es ingenuo, que reconoce los recursos dramáticos
Algunas películas del terror en el cine y que busca nuevas formas de experimentar
w Scream (Wes Craven, EE.UU., 1996). Homenaje a Psicosis el miedo. Es en este contexto donde aparece una nueva serie de
(Psycho, Alfred Hitchcock, 1960). películas vinculadas a un falso realismo y al uso de la tecnología en
w La novia de Chucky (Bride of Chucky, Ronny Yu, EE.UU., la vida cotidiana, desorientando al espectador en relación con el
1998). Homenaje a La novia de Frankenstein (Bride of límite entre lo real y lo ficcional. Aunque aún no podemos vislum-
Frankenstein, James Whale, 1935). brar la influencia que tendrán dentro del mundo cinematográfico,
w La llamada (The Ring, Gore Verbinski, EE.UU., 2002). ya podemos encontrar una tendencia que nos señala que cada vez
Remake de Ringu (Hideo Nakata, 1998). son más comunes las producciones audiovisuales con un estilo
w El descenso (The Descent, EE.UU., Neil Marshall, 2005). improvisado; una forma basada en la grabación casera y la cámara
Homenaje a Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972). en mano.

Algunas películas
w El proyecto Blair Witch (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez,
1999, Estados Unidos).
Alfred Hitchcock w Rec (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007, España).
w Cloverfield (J.J. Abrams, 2008, Estados Unidos).

4. Los “mockumentaries”, o falsos documentales, son películas que se

construyen en torno a un recurso estético y narrativo que imita el género
documental, dando lugar a que se vuelvan borrosos los límites entre la
realidad y la ficción.
 Reservas e informes sobre el programa para escuelas:
http://www.malba.org.ar/web/educacion.php | e-mail: programaescuelas@malba.org.ar

Bibliografía sugerida
Drácula, de Tod u Costa, Antonio, Saber ver el cine, Barcelona, Paidós, 2005.
Browning u Marzal, José Javier, “El concepto de género”, en Melodrama y géneros cinematográficos, Madrid, Cátedra, 1996.
u Losilla, Carlos, El cine de terror, Barcelona, Paidós, 1992.
u Gubern, Román, Historia del cine, Edición de bolsillo, Barcelona, Editorial Lumen, 1971.
u Memba, Javier, El cine de terror de la Universal, Madrid, T&B editores, 2004.
u Serrano Cueto, Juan Manuel, Horrormanía: Enciclopedia de cine de terror, Madrid, Alberto Santos editor, 2007.

Sitios de Internet sugeridos

u http://www.zonaterror.com
uhttp://curiosidadescineterror.blogspot.com/2006/12/el-exorcista-1973-ttulo-original.html
uhttp://rojosangre.quintadimension.com/ (Festival Argentino de Cine de Terror)
u http://www.aaaaah-films.com/ (Distribución de cortometrajes de terror)