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pareja
ESPECIALIZACIÓN EN FAMILIA
BUCARAMANGA
2021
1
FACTORES RELACIONALES QUE INTERVIENEN EN LA VIOLENCIA DE PAREJA, UNA
Familia.
DIRIGIDO POR:
ESPECIALIZACIÓN EN FAMILIA
BUCARAMANGA
2021
Tabla de Contenido
INTRODUCCION.................................................................................................................................8
OBJETIVOS........................................................................................................................................11
Objetivos específicos:..........................................................................................................................11
MARCO TEORICO.............................................................................................................................12
1. Violencia.......................................................................................................................................13
2. Tipos de Violencia........................................................................................................................18
3. Violencia de pareja.......................................................................................................................24
METODOLOGIA................................................................................................................................32
RESULTADOS....................................................................................................................................33
DISCUSION........................................................................................................................................39
CONCLUSIONES...............................................................................................................................44
REFERENCIAS...................................................................................................................................47
Tabla de figuras
RESUMEN
El estudio sobre la violencia de pareja se presenta como un fenómeno que viene
tomando mayor preponderancia en la actualidad; el crecimiento, conocimiento y
publicación de casos, en los que se evidencian conflictos y actos de violencia en
relaciones socioafectivas, incentivan a que las practicas académicas e investigativas
intenten caracterizar dicho fenómeno, estableciendo elementos, parámetros y
metodologías pertinentes que permitan comprender el cómo y el porqué de estos
comportamientos. El presente trabajo monográfico intenta analizar los elementos que
componen este fenómeno, estableciendo elementos teóricos-conceptuales que
intervienen en la violencia de pareja, ofreciendo un mayor análisis y profundidad a esta
situación socio-relacional. Este proceso se desarrolló mediante la utilización de técnicas
investigación tales como revisión documental y el análisis bibliográfico desde un
enfoque sistémico estructural y ecológico, sobre los factores relacionales que
intervienen en la violencia de pareja. Los resultados de este trabajo se alojan en la
identificación de diferentes factores relacionales, tales como: las ausencias e
indiferencias, la reproducción de pautas comportamentales violentas, la casualidad y las
dinámicas de violencia de pareja que, desde una perspectiva sistémica, permiten
reconocer la estructura que configura los elementos sociales, culturales y contextuales
que pueden reproducir unas pautas relacionales de violencia en la pareja.
ABSTRACT
The study on intimate partner violence is presented as a phenomenon that has
become more prevalent today; the growth, knowledge and publication of cases,
in which conflicts and acts of violence in socio-affective relationships are
evidenced, encourage academic and research practices to try to characterize said
phenomenon, establishing relevant elements, parameters and methodologies that
understand the how and why of these behaviors. This monographic work
attempts to analyze the elements that make up this phenomenon, establishing
theoretical-conceptual elements that intervene in intimate partner violence,
offering a greater analysis and depth to this socio-relational situation. This
process was developed through the use of research techniques, stories such as
documentary review and bibliographic analysis from a structural and ecological
systemic approach, on the relational factors that intervene in intimate partner
violence. The results of this work are housed in the identification of different
relational factors, such as: absences and indifferences, the reproduction of violent
behavioral patterns, chance and the dynamics of partner violence that, from a
systemic perspective, allow to recognize the structure that configure the social,
cultural and contextual elements that can reproduce relational patterns of
violence in the couple.
El presente trabajo monográfico tiene como finalidad describir las principales características que se
evidencian entorno a la violencia de pareja; por lo tanto, este proceso se ha desarrollado mediante un
rastreo teórico y conceptual que refleja los avances académicos que se han logrado hasta la
actualidad. Mediante este proceso se pueden observar, diferentes factores o elementos de orden
histórico y sociológico, que presentan algunas aristas sobre las condiciones que explican la
las sociedades.
enfoque sistémico, el cual, siguiendo a González (2004), quien nos ofrece una perspectiva basada en
los estudios sobre la familia, afirma que el modelo sistémico permite comprender la forma como los
grupos familiares o relaciones de afecto se inscriben en una red social mucho más amplia y
compleja, lo que claramente perfila y caracteriza la forma como las personas pueden relacionarse
entre ellas. Bajo esta perspectiva, el presente trabajo, implementa las comprensiones que brinda el
enfoque sistémico, las cuales ayudan a interpretar e identificar los elementos tanto exógenos que
religiosas que identifican a un tipo de sociedad, razón por la cual, situaciones tales como la
condiciones que componen un tipo de sociedad, este fenómeno plantearía que entre más violenta es
una sociedad, así mismo las relaciones socioafectivas de pareja también lo serán (Mora et al., 2017).
Un ejemplo de lo anterior, expresan los autores, se manifiesta en la época antigua, donde se
configuraban las relaciones entre hombre y mujer en tres principales sentidos, por un lado en Grecia
estas manifestaciones se orientaban a un predominio por una comunicación y relación armónica entre
el cuerpo y las expresiones sexuales; en Roma por su parte existían claros ejemplos de relaciones
supremacía de la religión y por ende la unión conyugal adscrita a estos valores y su relación
por ejemplo, las manifestaciones amorosas o de pareja al interior de las mismas, empero de ello,
Lourdes (2007, citado por Mora et al., 2017) plantea que la antropología ha generado diferentes
surgimiento de las parejas y de donde se desprenden otras condiciones que se han descrito con
solidaridad entre las personas, lo cual se manifiesta en representaciones sociales tales como la
agricultura y el arte; por otro lado puede evidenciarse el modelo dominador, el cual se expresa en
establece en una fuerte supremacía sobre la mujer. De estos dos modelos se desprenden todas las
otras formas de relacionamiento entre las parejas, razón por la cual, puede plantearse que estos dos
modelos son el nicho inicial de las relaciones socioafectivas entre el hombre y la mujer.
Según lo plantean Ocampo & Amar (2011), la violencia de pareja ha estado, históricamente
ubicada, bajo una orientación soterrada, oculta y poco denunciada y estudiada en contextos públicos
y/o académicos, esto es, la determinación general de que este es un proceso que recae sobre las
propias personas inmiscuidas y bajo lo cual no existe una necesidad de investigar, profundizar,
debatir o cuestionar por diferentes entes investigativos o gubernamentales, esto indica la negación
del fenómeno como un problema que afecta directamente la convivencia entre las personas.
Sin embargo, plantean los autores, en la actualidad, diferentes entes multilaterales como la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las
Humanas que intentan posicionar diversas estrategias para el manejo adecuado de este tipo de
fenómenos.
aspectos relacionados con las formas cómo se manifiestan, en la actualidad, las relaciones de pareja
y los factores relacionales que inciden en el surgimiento de la violencia entre la mujer y el hombre,
fenómeno vigente en la generación actual, lo cual sustenta la importancia de abordar esta temática
con herramientas innovadoras que permitan dar un aporte significativo a la nueva generación que
Objetivo General
Objetivos específicos:
rastreo académico.
Exponer alternativas desde el abordaje sistémico a las familias por medio del análisis
El tema expuesto en el presente trabajo investigativo sobre la violencia de pareja y los factores
matices que representan las diversas condiciones que interrelacionadas ofrecen mayores
herramientas para el análisis del problema, esto es un análisis centrado en la interpretación del
enfoque sistémico. En razón de lo anterior, la violencia de pareja no atañe únicamente las relaciones
entre un hombre-mujer, sino que, por el contrario, se entrecruzan de forma multidimensional con
factores de orden social y antropológico, lo cual evidencia las condiciones bajo las cuales se presenta
el fenómeno.
desde una mirada sistémica, la violencia de pareja, esto es, las herramientas necesarias para
determinar las condiciones que pueden llegar a fundamentar, desde elementos que han sido
trabajados y representados por diferentes investigadores, que comprenden el fenómeno desde una
con una rigurosidad académica para entender de una manera acertada el problema investigativo
formulado.
En este sentido y en aras de estructurar las condiciones bajo las cuales se presenta y evidencia
la violencia de pareja, es necesario establecer categorías conceptuales que cuenten detalladamente las
intenciones plasmadas en los objetivos, estas categorías serán expresadas y explicadas de acuerdo a
los aportes que otros investigadores han desarrollo entorno al objeto de estudio, con lo cual se podrán
pues es el punto de partida para comprender cómo se desarrolla este fenómeno en diferentes
dimensiones sociales, encontrando variables que podrán ser aplicadas en procesos y relaciones socio
afectivas tales como el sistema familiar actual, partiendo, de este modo de una revisión conceptual
asumir una posición de análisis frente al tema sin comprender la violencia dentro del subsistema
conyugal, razón por la cual, se desarrollará el concepto de la violencia de pareja desde una mirada
sistémica, con el fin de comprender este fenómeno desde esta perspectiva teórica, que resalta las
dinámicas relacionales y las pautas de interacción, como aspectos fundamentales que inciden en esta
problemática, esto es, involucrar las condiciones, elementos, relaciones y demás fenómenos que
componen y describen la realidad social, determinada (Osorio, 2007); en este orden de ideas, el
presente trabajo investigativo, no puede remitirse a una visión meramente reduccionista, limitando
las variables y las perspectivas que pueden surgir a una mínima expresión, pues al desarrollarlo de
esta forma se negaran y obviaran herramientas que restringirán el objeto de estudio, en esta
perspectiva, se tendrán en cuenta los diversos elementos que inciden en los procesos que determinan
la violencia de pareja, dando a conocer afectaciones que, en algunos casos resultan ser minimizadas
u opacadas por otras, pero que sin embargo inciden en la forma como se desarrolla el problema
planteado.
1. Violencia
Al desarrollar una revisión documental que permita a la investigación descifrar los principales
componentes de la categoría de violencia, se puede comprender que el término como tal ofrece un
gran debate y da pie al nacimiento de múltiples interrogantes que cuestionan una definición única de
hallar una definición exacta que pueda delimitar su análisis de forma particular, esto tiene que ver
con la diversidad de métodos y formas que explican la violencia en diferentes escenarios de la vida
social, razón por la cual, el autor sugiere el estudio de violencias en plural, esto quiere decir que, la
violencia planteada por el autor, se ajusta a las condiciones bajo las cuales se presenta el fenómeno,
en este orden de ideas, la violencia tiene la cualidad de ajustar su definición de acuerdo al contexto
en el cual se desarrolle, por tal motivo es pertinente analizar las diversas formas como se manifiesta
la violencia, intentando desenmarañar los elementos que componen un acto violento en diferentes
entornos.
que, existen algunos elementos que transversalizan la violencia y pueden situarse como comunes
independientemente del enfoque sobre la violencia que haya sido ejercida. En este sentido, Montoya
(2016) plantea que las violencias pueden presentar una similitud en cuanto a que estas se evidencian,
de forma objetiva, en una acción de intervención que esconde una intención voluntaria o involuntaria
de hacer daño en detrimento a la conducta o principios de otro individuo, este fenómeno, señala el
autor, puede darse de forma física o psicológica y se representa de diversas maneras, allí es donde se
Según lo plantea Corsi (1999), la violencia también se manifiesta como un acto de poder que
se ejerce en contra de los intereses e integridad de las demás personas, estableciendo elementos de
vulnerabilidad en términos físicos, verbales, psicológicos, económicos, sexuales, entre otros, con lo
cual puede inferirse que la violencia se manifiesta como una relación de poder desequilibrada, en la
que alguien en una posición superior busca ejercer control sobre una persona en situación de
vulnerabilidad, por lo tanto, la violencia o las violencias, enfrentan situaciones transversales que las
identifican y que pese al contexto o entorno en el que se desarrolle, encuentran una similitud en las
primera instancia con el establecimiento de una relación de poder desequilibrada, esta relación
introduce claramente el posicionamiento de un individuo sobre el otro, razón por la cual este intenta
constreñir la voluntad personal del otro, interfiriendo en su deseo por ser o manifestarse de una
forma autónoma; para lograr esto el individuo que limita la acción del otro desarrolla ejercicios y
procesos coercitivos, represivos y dominadores que le permiten alcanzar sus propios objetivos, lo
que indica una cosificación e instrumentalización de la otra persona bajo unos intereses individuales
de dominio y aprensión.
agresión, en donde, por ejemplo, la psicología social se ha adentrado con gran eficacia para
desarrollar una definición plausible, la cual es denominada como un tipo de conducta que provoca un
daño sobre una persona, objeto, a sí mismo de forma intencional, sin que exista una predominancia al
En este sentido, Calabrese (1997 citado por Andrade, 2016) indica que la violencia y la agresión
dominadores, los cuales desarrollan un papel hegemónico sobre otros en un determinado grupo
social, razón por la cual se entiende que las agresiones son herramientas que utiliza el sujeto para
manifestar un proceso violento de dominación, de esta manera las agresiones tienden a ocupar un
De este modo Gorjón (2004 citado por Andrade, 2016) establece que, en un escenario
que no pueden existir agresiones sin que se presente un escenario violento que permita que se den
en el que la víctima se siente subordinada por el agresor o en este caso el sujeto dominante.
Por su parte la OPS (2003), plantea que el hecho de que la violencia carezca de una
definición mucho más clara, entorno a sugerirla como un problema, se ha establecido como un
elemento propio de la salud pública, lo cual destaca su desarrollo como un fenómeno totalmente
difuso y ambiguo que no puede acentuarse bajo una apreciación totalmente científica, al contrario de
ello y como se ha venido planteando, la variación en su génesis establece que cada una de las
Esta situación se relaciona directamente con el análisis que afirma, que las características
propias de las sociedades son las que permiten analizar qué tan violento o no es un determinado
tipo de manifestaciones, razón por la cual, las acciones violentas o agresivas son definidas como tal,
según estos sean determinados por la propia cultura en donde se presenta el fenómeno, allí deben
De igual forma Ruiz De Vargas, Ropero, Amar & Amarís, (2003), plantean que la violencia
propio, es decir, que las personas que son violentas, no llegan a manifestar estos cambios
comportamentales de un día para otro, sino que al contrario, han pasado toda su vida resolviendo sus
problemas de forma violenta y agresiva, razón por la cual, sus formas de ver las vida se encuentran
tan arraigados a sus procesos vinculantes de naturaleza violenta, que cuando estos se dan o se
manifiestan, para ellos, son actitudes normales que corresponden a una opción válida para solucionar
cualquier inconveniente, por este motivo un ser violento la naturaliza y no la admitirá, por el
contrario la justifica.
contextual de las personas, empero de ellos autores como (Ospina & Clavijo, 2016), aunque aceptan
que el entorno bajo el cual habitan y se forman las personas violentas puede ser un elemento
trascendental para entender la génesis de su estructura relacional, lo cual es llamado por los autores
como teorías interpersonales, es decir, desde una visión totalmente sistémica; introducen las ideas
correspondientes a las teorías intrapersonales, las cuales sitúan la aparición de la violencia con los
psicopatológicos y las teorías macroestructurales, que se ajustan más allá de las relaciones de
comportamentales violentas.
en una constante zona de debate, bajo la cual sus disposiciones y orientaciones señalan una
consideración sobre sus causas, formas, dinámicas, consecuencias y valoraciones, lo cual plantea un
ejercicio analítico que más allá de contemplar las definiciones y conceptualizaciones propias de la
violencia, se concentran en clarificar los elementos que se manifiestan para su aparición y las
consecuencias sociales, físicas y psicológicas que resultan de ella. En este sentido, Pacheco (2016)
establece cuatro campos o lineamientos que se constituyen alrededor de este análisis de la violencia:
2. Tipos de Violencia
Bajo el margen de lo que se ha expuesto en líneas anteriores en cuanto a una sola y objetiva
definición que pueda abarcar y caracterizar la violencia, la presente sección plantea el desarrollo
analítico de diferentes tipos de violencias, con lo cual puedan señalarse y atribuirse los elementos
violencia.
Los tipos de violencia, también se integran como una categoría conceptual importante en el
objeto de estudio monográfico. Al respecto es importante partir del entendimiento que los actos de
violencia, al igual que su definición, son variados y es pertinente hacer una clasificación, que permita
ilustrar acerca de las formas en que se generan y el modo como se propagan a partir de relaciones
En este orden de ideas Rivera (2017) establece de entrada una multiplicidad de variables que
determinan los actos violentos en diversos contextos, en este sentido, plantea que los tipos de
La clasificación expuesta con anterioridad permite descifrar los elementos que componen el
tipo de violencia, con lo cual se establecerán acciones de prevención y acción en cuanto al desarrollo
violencia conforme al autor del hecho violento según Arévalo-Mira (2011, citado por Rivera, 2017):
i. Violencia autoinfligida: este tipo de violencia se manifiesta mediante las acciones que
realizan los seres humanos en cuanto a generar un daño físico o psicológico a si mismas, es decir,
para estos casos, el victimario y la victima son la misma persona, allí podemos encontrar acciones
ii. Violencia interpersonal: Este tipo de violencia se encuentra referenciado por acciones
que se relacionan con hechos agresivos entre personas que pertenecen a una misma familia,
naturaleza infantil, violencia juvenil, violencia de género, violencia de pareja y sexual y violencia a
iii. Violencia colectiva: En este tipo de violencia, suele incluirse el uso de agresiones entre
diferentes grupos sociales los cuales concuerdan con algún tipo de rasgos identitarios que establecen
una posición contraria a otros grupos sociales; la mayoría de acciones violentas relacionadas con este
tipo suelen incluirse en procesos políticos, económicos, sociales o deportivos, entre otros (Rivera,
2017).
i. Violencia Física: Esta se reconoce como el tipo de violencia que presenta acciones, pautas
ii. Violencia psicológica y emocional: Este tipo de violencia se reconoce como un proceso
mediante el cual se presentan diferentes acciones u omisiones que se encargan de atentar, controlar,
humillación a otros individuos que piensen o se comporten en contravía a lo que el victimario piensa
iii. Violencia sexual: Este ítem contiene los diferentes elementos que expresan actos
violentos entorno a la finalidad de consumar un acto sexual, al igual que comentarios, insinuaciones,
amenazas relacionadas con orientaciones sexuales que no son deseadas por alguna de las partes que
la componen. Esta violencia se manifiesta sin tener en cuenta el grado relacional de la víctima y el
victimario, razón por la cual, la violencia sexual puede encontrarse en dinámicas socioafectivas tan
intimas como el de las propias parejas pero que sin embargo atentan contra los principios, derechos y
iv. Violencia económica o patrimonial: Puede mencionarse que este tipo de violencia se
ajusta también con el tipo de víctima, razón por la cual, establece una subsecciones dentro de las
cuales pueden identificarse las formas en las que opera la violencia; en el escenario familiar esta
directamente las condiciones y necesidades básicas de las personas que son responsabilidad del
victimario y lo cual se encuentra determinado por la ley. En el escenario especifico de las mujeres, la
violencia patrimonial se plasma bajo conductas que afectan la libre soltura económica y patrimonial
de las mujeres, incluyendo acciones tales como modificación, robo, destrucción, daño y perdida de
económicas propias de un país, estas acciones son gravemente castigadas, demandadas y afrontadas
por organismos internacionales que velan por la integridad de los diferentes países (Rivera, 2017).
El tercer elemento que se tiene en cuenta para reconocer la tipología de la violencia se
presenta bajo las características propias del tipo de individuos que son violentados:
i. Violencia contra la mujer: Según disposiciones orientadas por la propia ONU (1993), este
tipo de violencia engloba todo acto de agresión que se presenta en contra de las mujeres, el cual
plantee como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, involucrando acciones tales como
ii. Violencia contra los niños y niñas: Allí se puede ubicar las acciones o manifestaciones
que atenten contra los derechos de los niños, niñas y adolescentes, los cuales deben comprenderse de
acuerdo a su estadio evolutivo, resaltando elementos relacionados con su integridad personal, física,
iii. Maltrato o Violencia contra las personas mayores: El maltrato sobre este tipo de
población se expresa mediante el desarrollo de actividades que en temporalidad única o reiterada que
provoquen un sentimiento de angustia o perjuicio en contra de los deseos e intereses de las personas
mayores, bajo esta perspectiva pueden ubicarse maltratos de tipo físico, psicológico, económico o
iv. Violencia contra las personas debido a su orientación sexual o identidad de género:
Este tipo de violencia puede relacionarse directamente con la violencia de género y se expresa
mediante la concreción de actos violentos que buscan castigar y limitar el desarrollo libre de la
personalidad de los individuos que se reconocen como diferentes a los roles y normas impuestos por
los géneros tradicionales. De la misma forma se fuerza a que los trabajadores sexuales abandonen
cumplimiento de los derechos de este tipo de personas. Además de la violencia ejercida por un grupo
de personas, la violencia a personas con discapacidad también suele presentar en escenarios clínicos
o médicos los cuales no cumplen con su responsabilidad efectiva sobre los derechos y necesidades de
vi. Violencia hacia las personas portadoras del VIH-Sida: Algunas acciones que se
presentan alrededor de la violencia contra personas portadoras del VIH-Sida, pueden ser maltrato
físico y verbal, rechazo por parte de sus círculo cercano de conocidos, violación a los derechos
humanos en especial los relacionados con una atención medica apropiada, perdida del hogar y del
Finalmente, el cuarto y último elemento que se tiene en cuenta a la hora de clasificar los tipos
diferentes acciones y omisiones relacionadas con el sufrimiento, daño físico, sexual o psicológico
que atente contra algún integrante del núcleo familiar, esto involucra procesos de desatención
ii. Violencia en las comunidades, calles y espacios públicos: Bajo estos escenarios las
acciones que atentan contra la convivencia y la seguridad las personas que habitan o transitan en un
espacio público ofrece múltiples ejemplos, razón por la cual, los principales entes gubernamentales o
iii. Violencia en la escuela: Este tipo de violencia gira y se presenta en varios sentidos, por
un lado, las demostraciones de imposición y castigo por parte de los modelos de disciplina que
producen las propias escuelas; por otro lado, la violencia que se presenta entre los mismos
estudiantes y de una manera poco señalada, los casos de violencia a los docentes, los cuales se
presentan desde los estudiantes y los propios directivos de las instituciones educativas.
iv. Acoso laboral y violencia en el trabajo: Esta se evidencia en procesos relacionados con
toda forma de agresión que se da de manera continua hacia los integrantes en un entorno laboral,
dentro de lo cual puede ubicarse situaciones degradantes, humillantes y hostiles en contra de los
trabajadores.
tecnológicas, las cuales pueden ser utilizadas para hostigar, discriminar, amenazar y promover
acciones encaminadas al desprestigio de las personas, entre las cuales pueden encontrarse: El
pedofilia. El cyberbullyng: hostigamiento entre diferentes personas por medio de las redes sociales y
3. Violencia de pareja
una definición única y objetiva de lo que es la violencia de pareja, más bien esta se posiciona como
la yuxtaposición de diferentes tipos de violencias, las cuales, caracterizan de manera efectiva como
se presenta la violencia de pareja. De este modo, los elementos expuestos en relación a los tipos de
violencia podrán ser integrados para la decantación de un posterior análisis de los elementos que
que configuran o denotan la violencia de pareja, esto quiere decir, que los parámetros que
caracterizan a un tipo de sociedad son los que van a trazar una serie de pautas comportamentales en
los individuos, motivo por el cual es necesario pensar y conocer el contexto cultural que estructura a
las sujetos que integran una pareja, pues es allí, donde se podrán reconocer la forma como ambos ven
la salud presentado en Washington DC: OPS en el año 2003, indicó que la violencia conyugal o de
pareja es una de las formas más comunes de violencia contra la mujer la cual es infligida por su
marido o pareja, razón por la cual, la aparición de acciones relacionadas con la violencia de pareja
situación presentada por los hombres, los cuales se encuentran expuestos a sufrir agresiones de
extraños o desconocidos que de personas de su círculo íntimo, por lo tanto, en esta perspectiva, la
violencia de pareja atañe situaciones y cifras que reflejan una mayor violencia de pareja ejercida por
parte de los hombres a las mujeres, estableciendo de esta manera un primer elemento para el análisis
(OMS, 2003).
Justamente sobre los tipos de agresiones que se manifiestan entorno a la violencia de pareja,
estas involucran, según el informe anteriormente citado, violencia física en donde pueden ubicarse
acciones tales como, abofetear o utilizar extremidades y fuerza física para causar daño a la otra
forzadas; diversos procesos vinculantes dominantes, tales como, aislamiento de la persona de sus
última.
Sobre el tema de violencia de pareja, plantea (Mayor & Salazar, 2019) que las relaciones
socioafectivas de esta índole, pueden posicionarse como un foco en donde se presentan alta
predominancia a la violencia, pues, según los autores, las relaciones de pareja se constituyen como
escenarios de socialización que decantan en procesos de aprendizaje en donde, con el transcurrir del
tiempo, se configuran una serie normas convivenciales, que como todas las otras que se han
pautas que han recibido, tanto el hombre como la mujer en su contexto o en su entorno formativo,
esto quiere decir que las relaciones de pareja representan las pautas interacciónales de las mismas
sociedades, por ende, en una sociedad violenta, predominaran relaciones iguales o peores de
agresivas, razón por la cual, los autores recomiendan establecer procesos de reflexión frente a las
prácticas
Por su parte, (Cuervo & Calvera, 2013) plantean que la violencia de pareja obedece a una
temporalidad cíclica que representa cada uno de los estadios por los cuales atraviesa una relación
socioafectiva que se encuentra bajo procesos de conflicto. Estos ciclos de la violencia de pareja se
Segunda fase. Compuesta por violencia física y/o sexual, la cual establece dos
1ra Categoría excepcional. Dependencia: Basados en los temores que representa ser
abandonado por la otra persona, la víctima asume una posición permisiva frente a las
acciones violentas que puedan presentarse. De este modo, se presenta una continuidad
pesar de las promesas y las reflexiones que yacen en cada conflicto o acto violento,
las mismas acciones se presentaran una y otra vez, llevando la relación a un proceso
Por otro lado, en cuanto a las formas de cómo se manifiesta la violencia conyugal existe una
investigación con un aporte relevante a este caso concreto, planteado por la investigadora
estadounidense, Karen Landenburger (citada por Concepcion, 2015), quien a partir estudios basados
en mujeres víctimas del maltrato conyugal, identificó etapas comunes en una relación violenta. Estas
a. Etapa de Entrega:
La autora describe esta etapa como ese momento idealista de la relación, ya que al momento de
formar pareja una mujer busca una relación positiva y significativa. La mujer proyecta en su
compañero cualidades que ella desea que él tenga. Si él la maltrata, tiende a justificar sus actos, y a
b. Etapa de Aguante:
fijarse en los aspectos más positivos de la relación, para minimizar o negar el abuso. Modifica su
propio comportamiento como un esfuerzo por alcanzar algún nivel de control sobre la situación.
c. Etapa de Desenganche:
En esta etapa la mujer comienza a darse cuenta de su condición de mujer maltratada, así mismo
consecuencia puede mostrarse inconforme hacia cualquier actitud de éste (positiva o negativa), y
d. Etapa de Recuperación:
El trauma de la mujer no termina con salir de la relación. Normalmente pasa por un proceso
de duelo por la pérdida de la relación y una búsqueda de sentido de su vida. Trata de entender lo que
su compañero le hizo, y por otro lado busca explicaciones sobre las razones que le hicieron quedarse
La mención de estas etapas dentro de la violencia conyugal, que usualmente se presenta con
mayor incidencia en la mujer, sin desestimar que se puede presentar también en el género masculino
investigaciones han determinado que tanto hombres como mujeres pueden tener comportamientos
violentos en las relaciones sociales y emocionales. (Kumar, 2012). Estos estudios comprobaron que
ambos miembros del subsistema conyugal pueden ejercer o recibir violencia. (Barber, 2008;
Holtzworth, 2005; Tsang, 2015). Igualmente, los autores resaltan que los hombres también son
Aun así, este fenómeno sigue siendo ignorado por la sociedad. Este panorama nos permite
comprender por qué existe poca información académica sobre la violencia de pareja ejercida por
que su interpretación nos brinda elementos o herramientas conceptuales relacionadas en cuanto a las
causales de la violencia de pareja y las relaciones socioefectivas. En este sentido Fernandez (2019),
plantea el enfoque sistémico, como herramienta interpretativa, permite incluir y observar todas las
pueden provenir de fenómenos tales como, el origen familiar de las personas que conforman la
pareja, los acontecimientos familiares del pasado que perfilan la personalidad de los individuos en
una relación de pareja, las formas como estas personas aprendieron a comunicarse o manifestar sus
enfoque sistémico nos ofrece una estructura organizada que trasciende más allá del problema y busca
las raíces que inciden en las pautas relacionales de las personas, las cuales pueden derivar en
su estructura relacional.
a las personas.
comunicativa.
Anticiparse a la pauta del funcionamiento, es decir, prever una acción violenta cuando
Identificar los elementos y miembros familiares o sociales que componen las pautas
tipo de situaciones o fenómenos, intentando comprender todos los elementos que inciden en una
situación de violencia de pareja. Las relaciones familiares y por ende las relaciones de pareja, han de
interpretarse como un microsistema que, a pesar de guardar una identidad propia, se construye en
relación a la cultura, contexto y costumbres en donde se desarrolla, motivo por el cual, el enfoque
sistémico cobra una especial relevancia, pues es a partir de allí que pueden interactuar, en una cadena
de análisis, todos los elementos que nutren los procesos vinculantes de los individuos.
Por otro lado, relacionar el enfoque sistémico con la problemática de la violencia de pareja,
construcción personal de los individuos, nos permite observar cómo se manifiestan la continuidad y
la discontinuidad en estos procesos evolutivos, esto quiere decir, que el enfoque sistémico, no solo
puede corresponder a clarificar las pautas comportamentales de los individuales, sino que también
puede evidenciar rupturas de los vínculos relacionales, procesos en donde las personas, a pesar de
contar con casos de violencia en su formación personal, renuncia a ella y trata de construir otro
carácter de acuerdo a su propia forma de observar la vida, esto sería una autonomía relacional
(Castaldi, 2003).
De esta forma, Linares y Campo (2002, citado por De Juan Martínez, 2016) evidencian que la
organización familiar o de las parejas, se presenta como un factor que configura las pautas
comportamentales que pueden manifestar un tipo de violencia con el transcurrir del tiempo, esta
organización se caracteriza por: i. La jerarquía: Así como puede suceder que la toma de decisiones
y la capacidad de asumir responsabilidades sea asumida por las dos personas, en la mayoría de las
ocasiones es una persona (el hombre), el que desarrolla un ejercicio de superioridad. ii. La cohesión
de la pareja: Esta indica que si bien, las parejas pueden apoyarse o no en el otro, estos elementos
vinculantes pueden llegar a generar prácticas de sometimiento que se justifican por este tipo de
cohesiones. iii. Adaptabilidad: La capacidad de los individuos para generar pautas relacionales
independientemente de las condiciones que se presenten, esto es, permitir episodios violentos en aras
Por su parte, Ocampo & Amar (2011), plantean que cuando se habla de violencia de pareja pueden
presentarse factores que giran en tres sentidos: Factores Biológicos: Que pueden situarse en
elementos tales como la genética, el cerebro y las hormonas sexuales. Factores Sociales: En donde
se ubican elementos tales como: cultura local, factores demográficos, teorías feministas, oportunidad
y control social. Factores Psicológicos: En donde se encuentran las siguientes teorías: Teoría de los
sistémica, esta última, resalta con suma importancia el cómo las personas aprenden a comunicarse,
Lo anterior indica que la violencia de pareja contempla un sinnúmero de afectaciones para los
individuos que son víctimas de pautas relacionales violentas, pues suele suceder que estos procesos
enunciadas en párrafos anteriores, las cuales configuran un ciclo de violencia en donde se presenta la
repetición, un grado cada vez más alto de agresión, tácticas de atemorización y pautas relacionales de
dominio.
METODOLOGIA
Para efectos de la presente monografía, se realizó una revisión bibliográfica sobre los
violencia de pareja, estableciendo de esta forma elementos y características que se integran para
la aparición de la misma, comprendiendo, de este modo, que esta representa una gran cantidad
de variables que decantan en acciones físicas, psicológicas y económicas que acontecen bajo la
Así mismo, se indagó con respecto a estudios adelantados desde el enfoque sistémico
sobre el abordaje de este fenómeno. Se hallaron 34 estudios, los cuales al realizar la revisión se
depuraron teniendo como criterio la fecha y la temática acorde a los objetivos propuestos. Las
bases de datos utilizadas para la búsqueda fueron: Scielo, Redalyc, lilacs, Google Scholar. Se
De esta manera, se sistematizaron veintiocho (28) artículos publicados entre los años 2002
que se relacionaron con la perspectiva sistémica, los cuales permitieron tener bases desde los
relacionales que influyen en la violencia de pareja, que desde una mirada sistémica se realiza una
lectura holística. Finalmente, una vez recopilada la información se realizó la presentación de los
objetivos propuestos en la presente investigación, de esta forma, ha sido posible identificar los
diferentes factores relacionales, que, desde una perspectiva sistémica, permiten reconocer
diferentes elementos sociales, culturales y contextuales que pueden reproducir pautas de violencia
perspectiva sistémica, permite no solo observar las variables que inciden en las pautas relacionales
de las personas en sus relaciones afectivas, sino que también ofrecen diferentes alternativas para
abordar este tipo de fenómenos al interior de las sociedades, teniendo en cuenta que las parejas son
las bases constitutivas de las familias y estas a su vez se posicionan como la estructura de las
sociedades.
La violencia de pareja vista desde la perspectiva sistémica, nos permite evidenciar que
existen un sin número de factores exógenos y endógenos, los cuales tienen una relación directa con
configuración de normas y pautas basadas en el respeto y la empatía por el otro, cuando estas
normas o principios se violan o son desbordados por alguna de las dos personas o por la misma
pareja en su conjunto, las acciones violentas no tardan en aparecer sobre la mesa; esta forma de
relacionarse, define su dinámica como pareja y conlleva a que las acciones violentas o agresivas
violentos, en donde se denotan dominios, ausencias, indiferencias y una serie de elementos que
explican de una mejor manera el porqué de las violencias ejercidas, visto esto como un proceso
que yace en las dinámicas relacionales a las que son expuestos los individuos pensados desde un
En este sentido plantea Minuchin (2004), que existen dos pautas transaccionales que
comportamientos violentos, pues las dos, plantea el autor, radican en sistemas de coacción. La
familiar ocupan un nivel de sumisión o dominio. ii. Complementariedad de las funciones: Existe
un proceso de interdependencia para trabajar en equipo, lo cual debe observarse con mucho
cuidado, pues se transita entre la delgada línea del dialogo o el acuerdo y la dependencia a las
La segunda pauta tiene que ver con un sistema de coacción idiosincrásico, en donde operan
con mayor preponderancia las expectativas personales de cada uno de los miembros de la familia.
Esta pauta encuentra su desarrollo tras largos periodos de tiempo en que las parejas y las familias
han ido construyendo dinámicas implícitas y explicitas de deseos, gustos, intereses, roles, entre
monografía, se refiere a todas las pautas que se utilizan a la hora de relacionarnos con otra persona
pautas de comunicación y las formas como se le da solución a los conflictos externos e internos
que se pueden presentar dentro del sistema familiar. Cada una de estas dinámicas relacionales son
Dentro del ejercicio analítico desarrollado en el presente trabajo, puede plantearse que, si
bien existen diferentes formas de violencia dentro de una relación de pareja, tal cual como se han
enumerado: física, psicológica, sexual, patrimonial, entre otras., plantean (Aleaga et al., 2005), en
su estudio poblacional, que es una necesidad imperante que se reconozca la violencia psicológica,
como una de las primeras que se manifiesta en una relación de pareja y que esta debe ser la
primera a tenerse en cuenta cuando se quiera atender o denunciar este tipo de afectaciones, ya que
es realmente este tipo de violencia la que ínsita a que puedan darse otras formas de violencia que
reconocer que la violencia psicológica no es del todo bien percibida por la víctima y esta suele
interpretarse como “errores” que son cometidos por la pareja pero que pueden ser resarcidos
rápidamente, sin tener en cuenta la afectación significativa que pueden empezar a generar en una
persona.
En este sentido, las dinámicas de violencia aluden a un desarrollo que presenta diferentes
campos y que integrados explican la forma como puede manifestarse la violencia de pareja. De
este modo, comprender la génesis de la violencia de pareja involucra situar razones o variables que
inciden en las manifestaciones violentas, esto es, la confluencia de diversos elementos que en
Siguiendo el Modelo Ecológico de Bronfenbrenner planteado por Torrico et al. (2002), las
diferentes relaciones sociales por las que atraviesan los seres humanos se encuentran permeadas
por los ambientes naturales que tienden ha desarrollar un cierto carácter o personalidad en los
individuos, motivo por el cual y como se ha venido mencionando en el presente trabajo, existe una
directa relación entre los contextos de los macrosistemas y los microsistemas en los
comportamientos que pueden llegar a adoptar las personas, esto incluye situaciones de violencia y
A partir de la siguiente figura se puede ver la circularidad que presentan las pautas
dinámicas de violencia.
Figura 2: Pautas relacionales de la violencia de pareja
Fuente:
Por otra parte, cabe mencionar que la violencia de pareja vista desde el paradigma
sistémico nos da una visión más amplia frente a este fenómeno, ya que la propuesta no es
individualizar la problemática, ya que este enfoque nos propone que cada uno de los miembros que
hace parte del sistema familiar de alguna manera participa de la violencia. Por tal motivo la
violencia en la pareja no es responsabilidad de uno solo, porque esto nos obligaría a tener una
movilización de las pautas de relacionamiento que están presentes en el sistema familiar de esta
manera se puede establecer un abordaje terapéutico que genere un impacto significativo en los
sistemas abordados, es decir se direcciona a cada uno de los miembros del sistema en la
movilización de la forma particular que se tiene en la construcción de la violencia como una forma
viable de interacción.
Finalmente, puede plantearse que tanto el agente violento como la víctima, pueden llegar a
con qué regularidad los episodios violentos, esto no es una predisposición de los individuos, sino
que más bien, es el resultado explicativo de las formas como se da la violencia. Es decir, los
individuos configuran nuevos episodios relacionales de acuerdo a como su experiencia de vida los
va formando.
Por ejemplo, en esta figura se refleja el ciclo que cumple una pareja cuyas pautas
el miedo.
Fuente:
transgeneracional y cultural, de este modo, el contexto en las que estas se desarrollan, resulta
trascendental para estructurar los procesos socioafectivos entre las personas, razón por la cual,
cuando se habla de las condiciones que enmarcan y caracterizan la violencia de pareja, una visión
sistemática de la estructura social, debe contemplarse con los elementos socio-relacionales que
En este sentido, según el tipo de sociedad puede configurar, en la mayoría de los casos, las
formas como las personas se relacionan en esa misma sociedad, por lo tanto, la violencia en las
parejas, se presentan como resultado de los aprendizajes culturales y de costumbres que caracterizan
un tipo de sociedad.
de las familias, en este sentido, características como el estilo de vida, episodios de fenómenos de
violencia, experiencias traumáticas familiares tanto del hombre como de la mujer, se posicionan
como elementos que tienen peso y valor en el momento de interpretar situaciones de violencia en las
parejas. De este modo, el ser violento no se origina de una forma esporádica en el seno de las
relaciones de pareja, sino que, por el contrario, estas pautas vienen afincándose y dejando huella en
las relaciones socioafectivas que construyen las personas tanto en el trabajo, con sus amigos, con sus
centros urbanos y en las zonas rurales, esto se puede evidenciar si se tiene en cuenta que nuestro país
razón por la cual, es labor principal de los gobiernos y de la academia establecer herramientas que
adaptativa de este tipo de fenómenos, de lo contrario la violencia en todos sus espectros socio-
Maureira (2011), anota sobre este tema, que las relaciones de pareja no pueden alejarse de
una comprensión de los parámetros y elementos que componen un sistema social, por lo tanto cada
vez que quiera entenderse o comprenderse la forma como los individuos se comportan en sus
relaciones socioafectivas, es necesario tener en cuenta los entornos en los que estos se desenvuelven,
evidenciando que los elementos que desde allí se desprenden se posicionan perfectamente para
Es importante resaltar que los factores relacionales que intervienen en la presencia de pautas
violentas en la relación de pareja se sitúan sobre dinámicas que claramente están prestas al debate, a
desde el enfoque sistémico trasciende más allá del problema y busca las raíces que inciden en las
pautas relacionales de las personas. En este sentido, dinámicas tales como la ausencia o permanencia
de algunas situaciones en los procesos de vida de los individuos, los procesos vinculantes que
componen las personas, la herencia o pasado violento y las dinámicas comportamentales que
caracterizan una pareja o una familia, pueden comprenderse como escenarios propicios para el
pautas socioafectivas, sin embargo (De Juan Martínez, 2016), plantea que, estos antecedentes están
bien marcados en las personas, que estos por más que quieran llevar una relación amorosa y estable
con sus parejas, no cuentan con las herramientas necesarias para solucionar conflictos que puedan
llegar a presentarse, razón por la cual sus discusiones, desavenencias y contrariedades no pueden ser
bien encaminadas y dialogadas, sino que para las personas formadas en contextos violentos, la
primera o última solución, sigue siendo el uso de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones
aquí referenciadas.
ha podido establecer que ante los sesgos que pueden causar su desconocimiento conceptual, la mejor
alternativa es situar una discusión en plural sobre la(s) violencia(s), esto indica, que como tal se
expresa en diferentes aristas que son multidiversas gracias a los diferentes elementos que la
componen, ejemplo de ello es la violencia de pareja, la cual resume una variada conjunción de
acciones agresivas que, desde la teoría, se explican cómo diferentes violencias que aparecen en
diferentes contextos, tanto temporales como espaciales, razón por la cual, habrá que prestar mayor
atención a los componentes propios de la violencia de pareja, pues en su interior, guarda un sin
número de elementos que hacen mucho más complejo su análisis e interpretación, en cuanto a su
debe situarse como una invitación para adentrarnos en las diferentes repercusiones, que
especialmente para la mujer, recaen a la hora de enfrentar este tipo de situaciones; es así como
(Bogantes, 2008) plantea que la violencia entre parejas significa un proceso de control y dominio por
el hombre hacia la mujer, utilizando diferentes estrategias abusivas para mantener un poder sobre su
compañera sentimental, lo cual debe ser visto desde una perspectiva particular que demuestre la
Un primer momento en donde se presentan es: la violencia doméstica, esto es, el desarrollo
donde las mujeres o hombres, deben asumir una afectación a los elementos que integran su
física, esta puede estar presente durante todo el proceso, pero se acentúa luego de que el agresor
realiza unas amenazas, gritos y palabras ofensivas al constructo psicológico de la víctima; en cuarto
momento se manifiesta la violencia sexual, que se evidencia cuando el agresor obliga a la víctima a
acceder a relaciones sexuales sin el consentimiento de la misma: por último se da una violencia
patrimonial, lo cual corresponde a una afectación y amenaza los derechos y recursos económicos de
(Bogantes, 2008)
Lo anterior evidencia, que la violencia de pareja presenta más elementos de los que se pueden
llegar a pensar y cuya víctima más recurrente son las mujeres, pues como según lo plantea (Mayor &
Salazar, 2019), la cantidad de mujeres entre los 15 y 49 años que han sido víctimas de algún tipo de
violencia, antes descrito, por alguna pareja en algún momento de su vida, ocupa un porcentaje del
15% al 71%, a lo que podría sumarse, en la línea analítica que se ha venido planteando en la presente
investigación, las condiciones contextuales que en América Latina suelen ser más violentas que en
otros lugares del mundo, argumento sustentado por el reconocimiento a que en nuestro continente, la
forma más común de violencia contra la mujer, es la violencia ejercida por su pareja en una relación
como golpes, empujones, jalones, bofetadas entre otras. Por esta razón el estudio sobre la violencia
denotan las personas que habitan lugares donde los índices de violencia de pareja y violencia de
El desarrollo del presente trabajo ha permitido esclarecer y ampliar los factores relacionales
en los episodios de violencia de pareja, evidenciando elementos y pautas que determinan los
diferentes comportamientos de las personas, los cuales, con el pasar del tiempo, se han venido
que en la mayoría de los casos son procesos, dinámicas y actividades socialmente aceptadas, lo cual
permite observar una crisis en cuanto al desarrollo de diversas relaciones sociales. A continuación, se
violencia, particularmente en parejas o familias, las cuales pueden ser trasladadas fácilmente a
La causalidad
Normalización de la violencia
Falencias comunicativas
Cada uno de estos factores permiten desarrollar un análisis estructural de la violencia de
pareja, marcando una real importancia y efectividad en la aplicación de un modelo sistémico para la
atención a este fenómeno social, pues su perspectiva metodológica permite poner sobre la mesa los
diferentes caminos que estructuran las pautas comportamentales de un espectro vinculante, motivo
por el cual, es pertinente extender una invitación a seguir adelantando procesos investigativos que se
centren en la aplicación de este modelo, pues, como se evidencia en el presente trabajo, abre la
posibilidad de revisar un determinado fenómeno social desde diferentes perspectivas analíticas que
se entrecruzan y yuxtaponen para dar forma a una dinámica relacional que se presenta
representan las sociedades que forman a los integrantes de las relaciones socioafectivas, razón por la
cual, combatir la violencia de pareja, a su vez involucra combatir la violencia en todos los sentidos
que se presenta en las propias sociedades, transformando los pautas, actitudes y formas relacionales
de las personas en un contexto determinado, que ofrece inherentemente la ruptura de violencias tales
La violencia como concepto carece de una definición objetiva, por lo tanto, su análisis e
interpretación debe ubicarse bajo los elementos socio-relacionales que caracterizan la sociedad en
este modo, es apropiado preguntarnos qué tanto pueden modificarse estas construcciones culturales,
cuando se entiende que las acciones comprendidas como violentas trascienden y afectan
de dominación, que tiene como respuesta la aparición de la violencia reactiva, que no es más que una
contestación de las personas que han sido víctimas de este tipo de violencia. De igual forma, el autor
con las orientaciones del Modelo Ecológico de Bronfenbrenner, en donde se presenta un contexto
que determina e incide fuertemente sobre los comportamientos de los individuos que se expresa con
Del mismo modo, el proceso analítico desarrollado en el presente trabajo permite evidenciar
que la generación de pautas de violencia en las relaciones de pareja puede explicarse mediante lo que
evidencia una problemática igualmente compleja, pues fundamenta que los ejercicios de violencia
elemento que trasciende y que de no ser encaminado a la erradicación, puede trascender en el tiempo
desde los hijos que observan a sus padres convivir en escenarios de violencia extrema.
logran percatarse de los daños y afectaciones que representa para ellos mismos mantener una
relación que atente contra su propia integridad, razón por la cual, este tipo de fenómenos, en una
forma ideal, deben estar acompañados por profesionales o personas externas que se encuentren aptas
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