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Acción de Tutela: Derecho a la Libertad Religiosa

Sentencia T-782/11

Vivian Alexandra Arboleda León


Juliana Andrea Naranjo Narváez
María José Vivas Rivadeneira

El Medio Ambiente en la Constitución Política

Carlos A. Gómez

Universidad del Valle sede Palmira


21 Agosto del 2019
DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA
Protección constitucional
Acción de tutela instaurada por Martín Alonso Daza Díaz en representación de su hija
Adriana Carolina Daza Albor, contra la Universidad del Magdalena.
El actor en representación de su hija menor de edad, promovió acción de tutela en febrero
25 de 2011, contra la Universidad del Magdalena, aduciendo vulneración de los
derechos “a la libertad religiosa, de conciencia y de culto”. El demandante señaló que su
hija, es estudiante de enfermería de la Universidad del Magdalena, en donde las prácticas
de la cátedra denominada ‘salud mental’ se llevan a cabo los días sábados de 7:00 am –
6:00 pm, puesto que pertenece y son miembros fieles de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día en donde sus creencias giran en torno a consagrar el día sábado para la adoración del
Señor hasta la puesta de sol de dicho día. Éxodo Cap. 20 ver 8 ‘Acuérdate del día sábado
para santificarlo’; motivo por el cual la estudiante al ver que las prácticas de la catedra de
salud mental imposibilitaban su asistencia a la Iglesia en el periodo académico 2011,
presento una solicitud a la Universidad justificando las razones por las cuales requería
asistir o cumplir con sus obligaciones académicas en otro horario distinto al acordado en la
planeación académica de la Universidad, en vista de que estas prácticas equivalen a un
50% de la asignatura correspondiente a 250 puntos que se le están impidiendo obtener por
gozar plenamente de su religión.
En febrero 14 del año en curso, la alumna recibió como respuesta a su solicitud, que los
consejeros de la Universidad habían emitido un concepto no favorable, por lo que
argumentaron que cada estudiante es responsable de su registro académico y tiene la
libertad de cursar una asignatura, donde Adriana en su registro académico era conocedora
de que las prácticas de la asignatura de Enfermería en Salud Mental son los días sábados
de 7am – 6pm y por ende, era solo decisión de ella si la cursaba o no, en el horario que
había estipulado el programa de Enfermería.

Para la realización de la acción de Tutela contra la Universidad del Magdalena, Martín


Alonso, el padre de la menor Adriana adjunta al expediente los documentos que validen la
información y los hechos redactados en el caso; dentro de los cuales se encuentran el
certificado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, donde se muestra que Adriana Carolina
Daza Albor “es miembro activo de la Iglesia” (f. 7 y 8 cd. inicial), la respuesta emitida por la
Universidad del Magdalena, donde consta el “concepto no favorable” a la solicitud
presentada por la estudiante (f. 9 ib.), el acta de la sesión del Consejo de la Facultad de
Ciencias de la Salud (febrero 10 de 2011, f. 30 a 32 ib.) y el programa de Enfermería de la
Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Magdalena (33 a 59 ib.). Asimismo,
el rector de la Universidad emite una respuesta mediante un escrito presentado el día 4 de
marzo del 2011, donde se aduce que la estudiante conocía de manera anticipada el
cronograma de la práctica catedra de la asignatura, es por eso que si no podía cursarla lo
conveniente era que no la matriculará de tal forma que se imposibilita registrarla en un
horario diferente por haber instaurado la vía de acción de tutela, ocasionaría un caos
estudiantil y atentaría contra el orden de la comunidad al querer registrárseles materias a su
antojo, pretexto de vulneración de derecho alguno, de igual forma, el gasto de unos
recursos públicos en razón a un solo estudiante. De igual forma, señaló que “concederle los
presuntos derechos vulnerados por parte de la institución educativa, atentaría contra la
reglamentación interna que para el caso concreto radica en el acuerdo Superior N° 008 de
2003…” (f. 21 ib.).
Por lo expuesto anteriormente, considera que el Juzgado debe de fallar a su favor y
proceder a negar por improcedente la acción de tutela presentada ante la Universidad a
causa de que no se presenta una vislumbra violación o amenaza de algún derecho
fundamental, pues, la Universidad del Magdalena, al aplicar su reglamento ejerció
legítimamente un derecho que se desprende directamente de su propia libertad y
autonomía.
Después de realizada la acción de tutela y el análisis de los argumentos expuestos por las
dos partes, el fallo en primera instancia se dio el día 11 de Marzo del 2011, el Juzgado 2°
de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad del Circuito Penitenciario y Carcelario de
Santa Marta negó el amparo demandado, en consecuencia de que la estudiante Adriana al
seleccionar el programa de enfermería como su profesión para logro de sus desempeño
profesional, ella debió prever cuales eran los horarios establecidos por la programación
académica de la Universidad, destacando que los programas de todas las profesiones
referentes a la salud tiene consigo una elevada carga académica que amerita la realización
de prácticas y estudios los días festivos y dominicales. Igualmente, señala que acceder a la
protección de los derechos establecidos como violados significaría imponer cargas a la
Universidad lo que afectaría su formal funcionamiento, perjudicando a la población
estudiantil restante de la asignatura en el programa de enfermería.
Respeto a la respuesta otorgada por el Juzgado en el fallo el representante de la estudiante
Martín Alonso efectúa una impugnación la decisión a los siete días siguientes de la
negación al amparo del demandante, donde se manifiesta el desacuerdo con la
determinación adoptada e insistiendo en los argumentos y documentos presentados con
anterioridad en el establecimiento de la acción de tutela.

Sin embargo, el 28 de abril del 2011 mediante el fallo de la sentencia en segunda instancia
el Tribunal Superior de Santa Marta, Sala de Decisión Penal, confirmó la decisión recurrida
al considerar que “el reglamento de la universidad es dictado en ejercicio de su autonomía,
presumiéndose… ajustado a la ley y a la Constitución, y no busca vulnerar derechos como
la libertad de cultos, sino la consecución de fines académicos perseguidos por la misma
institución”. Además, anotó que las personas que presentan esta situación de decidir por el
cumplimiento religioso y requerimientos académicos, no pueden radicar el problema en la
Institución Educativa, la cual actúa conforme con las leyes puesto que no tiene la obligación
de dejar aplicar una exigencia académica por un estudiante en particular, lo que conlleva a
la afectación de los demás integrantes del curso.

El caso fue llevado a la Corte Constitucional a causa de los dos fallos proferidos de la
acción de tutela con su debida impugnación inicial, realizando la revisión de que si los
derechos invocados por el padre de la joven Adriana están siendo realmente vulnerados por
la Universidad del Magdalena, por la pertenencia y debida asistencia a la Iglesia Adventista
del Séptimo Día. Por tanto, se corrobora que la libertad de conciencia y culto pertenecen a
la categoría de derechos fundamentales, de aplicación inmediata. Se ha ocupado esta
Corte, en Salas de Revisión, de solicitudes de amparo frente a alegaciones de vulneración
de la libertad religiosa, para el caso cuando entidades públicas o privadas han impedido
preservar el Sabath; para precisar la posición y el alcance de tal jurisprudencia, esta Sala
realizará una breve reseña de los precedentes más relevantes en la materia, analizando
distintas sentencias que tienen una similitud con la acción de tutela colocada a la
Universidad del Magdalena.

Una vez revisada la línea jurisprudencial en cuanto a la discrecionalidad religiosa, se colige,


con la excepción del primer pronunciamiento citado, el amparo que se debe otorgar a
libertad de cultos, no sólo con la protección de sus manifestaciones privadas, sino en su
ejercicio externo, dentro de las normas de la convivencia y sin menoscabo de los derechos
fundamentales de los demás. Por lo tanto, la decisión tomada por la Corte Constitucional en
relación con  la solicitud de tutela realizada por Martín Alonso Daza Díaz en representación
de su hija Adriana Carolina Daza Albor, menor de edad, contra la Universidad del
Magdalena el día 28 de abril del 2011, es darle el amparo a la estudiante en vista de los
elementos de convicción incorporados al expediente y teniendo en cuenta que la
Universidad no procura un acuerdo a la petición realizada por Adriana, que posibilite alguna
flexibilidad en el horario fijado para las prácticas de la cátedra denominada salud mental,
permitiendo así concatenar los derechos a la libertad de cultos y a la educación, que no
pueden asumirse como excluidos entre sí, por lo que el rector de la Universidad o quien
haga sus veces, con un tiempo de 48 horas siguientes a la notificación de esta sentencia
debe de disponer de mecanismos alternativos para conciliar que la estudiante Adriana se le
permita cursar las prácticas en un horario que sea de facilidad para ella, bien sea por medio
de alguna actividad equiparable o materia supletoria con el fin de que su libertad de religión
no le sea vulnerada.

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