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Sentencia T-782/11
Carlos A. Gómez
Sin embargo, el 28 de abril del 2011 mediante el fallo de la sentencia en segunda instancia
el Tribunal Superior de Santa Marta, Sala de Decisión Penal, confirmó la decisión recurrida
al considerar que “el reglamento de la universidad es dictado en ejercicio de su autonomía,
presumiéndose… ajustado a la ley y a la Constitución, y no busca vulnerar derechos como
la libertad de cultos, sino la consecución de fines académicos perseguidos por la misma
institución”. Además, anotó que las personas que presentan esta situación de decidir por el
cumplimiento religioso y requerimientos académicos, no pueden radicar el problema en la
Institución Educativa, la cual actúa conforme con las leyes puesto que no tiene la obligación
de dejar aplicar una exigencia académica por un estudiante en particular, lo que conlleva a
la afectación de los demás integrantes del curso.
El caso fue llevado a la Corte Constitucional a causa de los dos fallos proferidos de la
acción de tutela con su debida impugnación inicial, realizando la revisión de que si los
derechos invocados por el padre de la joven Adriana están siendo realmente vulnerados por
la Universidad del Magdalena, por la pertenencia y debida asistencia a la Iglesia Adventista
del Séptimo Día. Por tanto, se corrobora que la libertad de conciencia y culto pertenecen a
la categoría de derechos fundamentales, de aplicación inmediata. Se ha ocupado esta
Corte, en Salas de Revisión, de solicitudes de amparo frente a alegaciones de vulneración
de la libertad religiosa, para el caso cuando entidades públicas o privadas han impedido
preservar el Sabath; para precisar la posición y el alcance de tal jurisprudencia, esta Sala
realizará una breve reseña de los precedentes más relevantes en la materia, analizando
distintas sentencias que tienen una similitud con la acción de tutela colocada a la
Universidad del Magdalena.