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UNIVERSIDAD MAYOR REAL Y PONTIFICA DE SAN

FRANCISCO JAVIER DE CHUQUISACA


FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA
EDUCACIÓN
CARRERA DE PSICOLOGÍA

CAPÍTULO 10

Nombre = Caro Mora Ninoska


Curso = tercero ‘B’
Fecha = 15/05/2020

Sucre-Bolivia
RESUMEN CAPITULO 10
APRENDICES CON NECESIDADES FISICAS ESPECIALES Y CON DETERIOROS DE LA
SALUD
Necesidades ortopédicas especiales
Con los tipos de NEE, la interacción con el medio y el contexto de desarrollo Influyen en el
progreso de los aprendices con NE ortopédicas (Sigmon, 1986). Las NE ortopédicas incluyen un
gran número de NEE tan severas como para dificultar la participación del alumno en sus
actividades diarias. Lawrence (1991) sostiene que la habilidad física es esencial para el
desarrollo del auto concepto. En consecuencia, las personas con NFE pueden enfrentar todo el
tiempo dificultades para moverse, controlar funciones corporales, interactuar socialmente y
alcanzar metas de vida.
La parálisis cerebral es la NE ortopédica se presenta entre 1.5 y 5 de cada 1 000 nacimientos
(Verhaaven y Connor, 1981). La parálisis es una disfunción del sistema neurológico motor,
resultado de una irregularidad cerebral no progresiva ocurrida antes, durante o poco después del
alumbramiento (Hardy, 1983). Cualquier problema que afecte el cerebro en forma negativa,
incluso una infección de la madre o del feto, enfermedades crónicas y daños al nacer, puede
resultar parálisis cerebral. Este tipo de parálisis, de hecho, se refiere a un conjunto problemas
que se clasifican en siete categorías. Su efecto varía de acuerdo con el grado en que repercuta en
el individuo. Además de las dificultades presentadas en el área del funcionamiento motor, los
aprendices con parálisis cerebral pueden mostrar desde ligeros hasta muy serios trastornos de la
comunicación, deficiencias auditivas y visuales, déficit intelectual, convulsiones y dificultades
en la percepción. Muchos alumnos con parálisis cerebral presentan múltiples NEE. La espina
bífida, o defecto del tubo neural, es otra NE ortopédica que se presenta en .3 a .9 nacimientos de
cada 1 000 en Estados Unidos, con una razón de ocurrencia de 3 a 1 en mujeres y hombres,
aproximadamente. La espina bífida es un defecto de la columna vertebral que le impide cubrir en
forma adecuada los nervios para cuya protección fue diseñada. Con esta condición. La espina
bífida produce diversos grados de parálisis, de pérdida de control de esfínteres y de sensibilidad
en las piernas (Pieper, 1983). Esta alteración causa:
Objetivo uno
Describir las características personales de los aprendices con necesidades físicas especiales y
Deterioros de la salud.
 debilidad o disminución de la sensibilidad en los pies, tobillos y piernas.
 incontinencia.
 hidrocefalia (líquido acumulado en los ventrículos del cerebro; el implante quirúrgico
 de una válvula puede ser necesario para desviar el exceso de líquido de las
 cavidades cerebrales).
 problemas de aprendizaje y dificultades en la percepción.
 dificultades motoras en manos y brazos.
 convulsiones.

CATEGORÍAS DE PARÁLISIS CEREBRAL


Categoría Características neuromusculares
 Espasticidad Tono muscular excesivo; contracciones involuntarias; dificultades en el
movimiento y el desplazamiento.
 Atetosis Movimientos lentos y contorsiones involuntarias y continuas que ocurren
durante
 Acciones voluntarias; contorsiones en muñecas, dedos y cara que impiden el adecuado
control del movimiento.
 Ataxia Balance y equilibrios deficientes; bajo control de las funciones motoras finas y
gruesas;
 coordinación de movimientos que va de difícil a imposible.
 Rigidez Extremidades rígidas o, en esencia, inmóviles; movimiento difícil en extremo.
 Tremores Contracciones rítmicas y repetitivas de los músculos; movimiento constante,
involuntario e incontrolable.
 Atonicidad Bajo tono muscular.
 Varios Combinaciones de las categorías anteriores.

Las complicaciones que afectan el control de la vejiga, las personas con defecto del tubo neural
pueden necesitar de la cateterización, o inserción de un tubo en la uretra, para drenar la orina.
Las lesiones cerebrales traumáticas y las lesiones de médula espinal pueden presentar diversos
síntomas, según el grado y la localización del daño. Los aprendices con daño cerebral traumático
pueden tener que reaprender habilidades tan simples como enfocar objetos, o tan complicadas
como elaborar conceptos. Los efectos del daño en la médula espinal, de acuerdo con su grado y
ubicación, son similares a los del daño del tubo neural, las lesiones cerebrales y de médula
espinal pueden ser resultado de enfermedades, accidentes u otras lesiones, de acuerdo con
Yashon (1986), la prevalencia de casos de lesiones de médula espinal es de 3 por cada 100 000
personas. Tanto el daño cerebral traumático como el de médula espinal son causados con
frecuencia por caídas, accidentes automovilísticos o deportivos.
La Ley Pública 101-476 (The Individuals with Disabilities Education Act of 1990) reconoce la
lesión cerebral traumática como una NFE. Ésta se define como un traumatismo severo en la
cabeza que disminuye las funciones motoras, de aprendizaje y conducta.
Durante el periodo escolar 1993-1994, fueron atendidos en los programas de educación especial
5 295 estudiantes de entre seis y 21 años (U. S. Department of Education,1995). La Fundación
Nacional para las Lesiones de Cabeza calcula que cada año se presentan alrededor de 500 000
casos de daño cerebral traumático que requieren hospitalización. De este grupo, 100 000 de las
víctimas mueren, mientras que otras 100 000 padecen NEE permanentes. El daño cerebral
traumático es el principal asesino de personas menores de treinta y cuatro años.
La escoliosis, una curva lateral en la columna, se caracteriza por la prominencia de un hombro,
por lo general el derecho, hombros y caderas desniveladas, mala postura y aplanamiento de la
espalda. Esta condición por lo común no afecta el proceso educativo del alumno. Para estabilizar
la columna se puede utilizar un tensor en la espalda o realizar una operación.
Las amputaciones, congénitas o adquiridas, pueden requerir instalaciones especiales dentro del
aula y la escuela. Las amputaciones congénitas implican la ausencia parcial o total de las
extremidades. Alrededor del 70% de las amputaciones adquiridas son consecuencia de
traumatismos, y el 30%, de enfermedades
Los alumnos con amputaciones pueden utilizar prótesis o recibir un entrenamiento para que otras
partes del cuerpo asuman las funciones de la parte faltante.
Enfermedades crónicas
Los aprendices frágiles, en términos médicos, o con enfermedades crónicas se preocupan por su
autonomía, su habilidad para explorar el medio ambiente y por los efectos en su cuerpo de los
tratamientos y actividades.En un estudio sobre alumnos con diversos problemas de salud, se
observó un desempeño emocional similar en cuanto a empatía, reactividad emocional y
depresión en niños con y sin enfermedades crónicas. Los niños enfermos de forma activa
mostraron en cada una de estas áreas niveles superiores que los aprendices sanos (Nelms, 1989).
Virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y Síndrome de inmunodeficiencia adquirida- (SIDA).
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es un virus que afecta el sistema inmunológico y
disminuye la capacidad del individuo para combatir las infecciones. No existen tratamientos o
intervenciones preventivas, tales como vacunas, contra él, aunque hay algunos medicamentos
que parecen retrasar su desarrollo hacia el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que
se caracteriza por la incapacidad del cuerpo para combatir las infecciones y por ser mortal.
El desarrollo de las infecciones del VIH pasa por cuatro etapas. En la primera, poco después de
la infección, el sistema inmunológico desarrolla anticuerpos en respuesta a la infección. En la
segunda, el virus permanece asintomático. Durante la tercera etapa, los seropositivos presentan
síntomas de enfermedades comunes, glándulas inflamadas y fiebre; la edad promedio en la que
ésta ocurre, en los niños infectados antes o durante el alumbramiento, es a los nueve meses
(Indacochea y Scott, 1992). La cuarta etapa representa el diagnóstico real del SIDA y el ataque
de infecciones oportunistas.
Trastornos de ataques. La epilepsia, o trastorno de ataques, consiste en ataques recurrentes, no
provocados; se presenta en alrededor de 4% de los niños en edad escolar. Las convulsiones, de
algunas partes del cuerpo o generalizadas por todo el sistema del individuo, son estados
temporales, repentinos y breves, de funcionamiento cerebral anormal debido a descargas
eléctricas sin control en el cerebro (Chee y Clancy, 1984). En el cuadro 10.2 aparece una
descripción de los tipos de ataques, cómo se manifiestan y su tratamiento inmediato. Aunque por
lo general son integrados, los estudiantes que padecen ataques, a menudo tienen necesidades
físicas y emocionales de tipo especial que presentan desafíos a su aprendizaje y socialización
(Frank, 1985).
La enfermedad de célula falciforme. La enfermedad de célula falciforme es una alteración
hereditaria de la sangre que afecta a uno de cada 650 afroamericanos. Esta enfermedad causa
anemia crónica debido a que los glóbulos rojos no pueden sobrevivir en la circulación del flujo
sanguíneo durante el periodo acostumbrado. Los glóbulos rojos se endurecen y deforman por lo
que no son lo suficientemente flexibles para circular a través de los pequeños vasos sanguíneos.
Dolorosos lapsos de crisis hemorrágicas pueden ser causa de ausencias prolongadas en la
escuela, con lo que se interrumpe el proceso educativo de los alumnos que padecen esta
enfermedad.
DETERIOROS DE LA SALUD
Son condiciones físicas o enfermedades que impactan el funcionamiento del individuo.
Problemas cardiacos. Afecciones congénitas o adquiridas por infecciones bacterianas
o virales, ocurren en ocho de cada 1 000 estudiantes. El grado del daño varía de ligero a
Grave.

Hemofilia. Es un problema de salud hereditario, relacionado con el sexo, que se presenta en


alrededor de uno de cada 10 000 niños varones.
Cáncer. Comprende un grupo de enfermedades de causa desconocida que producen el
crecimiento anormal de las células. Se diagnostica en unos 7 000 niños cada año, los dos tipos de
cáncer diagnosticados con más frecuencia en los niños son la leucemia y los tumores cerebrales.
Alergias. Son reacciones anormales a sustancias específicas, que se presentan en alrededor del
20% de la población general. La alergia infantil más común es la rinitis alérgica estacional,
causada por la inhalación de polen.
Diabetes juvenil. Es un trastorno metabólico causado por la producción inadecuada de insulina
por el cuerpo. Se presenta un caso por cada 500 a 1 000 niños. Aunque se desconoce la causa
específica de la diabetes juvenil, se sospecha de una predisposición hereditaria.
Fibrosis quística. Se presenta en uno de cada 2 000 estadounidenses caucásicos y en uno de
cada 17 000 afroamericanos
Distrofia muscular. Es la causa más frecuente de debilitamiento muscular progresivo en niños.
Consiste en un conjunto de trastornos caracterizado por la pérdida y debilidad progresivas de los
músculos esqueléticos; es hereditaria y a menudo reduce el periodo de vida del individuo.
Artritis reumatoide juvenil, es un trastorno crónico caracterizado por inflamación de las
coyunturas que afecta a entre 50 000 y 250 000 niños, aproximadamente 36 millones de niños y
adultos sufren de artritis en Estados Unidos. La artritis reumatoide juvenil sistémica es uno de los
tipos más comunes.
Envenenamiento por plomo, se produce por la ingestión de plomo (por lo general, éste se
encuentra en la composición de pinturas) que produce daño neurológico. Marlowe (1985)
concluyó, después de una exhaustiva revisión de la literatura sobre el tema, que el plomo, incluso
en niveles muy inferiores a los que se consideran tóxicos desde el punto de vista clínico.

Cómo entienden los estudiantes sus propias NEE


Los niños pequeños pasan de tener una idea general de sus limitaciones alrededor de los seis
años, a darse cuenta de las implicaciones de sus NEE, alrededor de los ocho años (Minde, Killon
y Silver, 1972). Teplin, Howard y O'Connor (1981), basados en sus sobre aprendices con
parálisis cerebral, encontraron que hay diferencias entre los niños en cuanto al deseo de hablar de
sus NEE. Aunque todos los niños entrevistados de entre cuatro y ocho años sabían que sus
brazos y piernas eran diferentes a los de sus compañeros, todos los pequeños y casi la mitad de
los grandes negaron tener dificultad para correr.

IDENTIFICACION Y EVALUACION
Son Tres grupos de aprendices con necesidades físicas especiales y deterioros de la salud se
Incluyeron en la Ley Pública 94-142: aquéllos con trastornos ortopédicos, los que presentan
algún otro trastorno en la salud, y los que presentan NEE múltiples. Esta ley define a los
aprendices con trastornos ortopédicos como quienes presentan una deformidad esquelética que
afecta en forma adversa su desempeño educativo
Los aprendices con otros problemas de salud pueden tener poca fuerza o vitalidad y estado de
alerta debido a problemas agudos o crónicos de salud como afecciones cardiacas, tuberculosis,
fiebre reumática, nefritis, asma, enfermedad de célula falciforme, hemofilia, trastorno de ataques,
envenenamiento por plomo, leucemia, diabetes, o cualquiera de los que pueden afectar en forma
adversa el desempeño educativo de un niño. De entre las afecciones citadas, las más comunes
son las cardiacas, el asma, la enfermedad de célula falciforme, los trastornos de ataques y el
envenenamiento por plomo.
Ser "multidiscapacitado" o tener NEE múltiples, como se describe en la Ley Pública 94-142,
significa enfrentar daños concomitantes (presentar deficiencia mental y visual, o bien,
deficiencia mental y problemas motores). Esta combinación provoca problemas educativos tan
serios que los aprendices no se pueden incluir en programas de educación especial que se ocupen
de sólo una de sus NEE.
La identificación de aprendices con NFE y problemas de salud por lo general la realizan
especialistas médicos y de áreas afines, por medio de una serie de exámenes médicos generales y
especializados, de acuerdo con su condición particular.

REPERCUSIONES EN LAS INTERACCIONES EN EL HOGAR Y EL SALON DE CLASES


Interacciones en el hogar
Las enfermedades crónicas. Kazak (1989) enfatiza la necesidad de abordar las enfermedades
crónicas infantiles desde un enfoque basado en los sistemas familiares. Al trabajar con niños que
padecen enfermedades crónicas, se deben reconocer las interacciones que ocurran entre los
diversos contextos familiares. Este concepto se manifiesta en particular en el trabajo de
Williams, Williams y Landa (1989) con respecto al desempeño y desarrollo de los niños con
enfermedades crónicas. De acuerdo con su estudio, la composición familiar (como un nivel de
educación avanzada en los padres, vivir en área urbana, y un número reducido de hijos) y el ser
hijo o hija únicos contribuyen a que los niños presenten mayor resistencia ante las dificultades de
la enfermedad crónica. Entre los niños con anemia causada por la enfermedad de célula
falciforme, o que padecen diabetes o leucemia, se encontró que quienes se desempeñaron
relativamente bien pertenecían a familias con mayores recursos para afrontar el problema (Jessop
y Stein, 1985). Además, por las madres de estos niños se supo que la enfermedad había tenido
repercusiones en la familia. Aunque las madres de niños con enfermedades crónicas mostraron
niveles más altos de estrés que las de chicos sin problemas médicos detectados, se encontró
diferencia alguna entre los dos grupos en cuanto a satisfacción matrimonial Kazak, 1987, 1989),
pero sí se determinó en el caso de las madres de pequeños con enfermedades crónicas que
recibían mayor respaldo social que experimentaron menos desgaste psicológico (Hobfoil y
Lerman, 1988). Estos autores también observaron que las madres con mayor desgaste recibieron
más apoyo social en el momento de la crisis, y que la cercanía con el esposo influía en una
mayor resistencia contra el estrés.
Trastorno de ataques. La forma como los padres de niños con trastorno de ataques perciben la
epilepsia, es diferente a la de los de niños sanos. En el primer caso, aunque conocen más sobre
los problemas educativos y conductuales de los niños afectados por esta enfermedad, a menudo
la consideran como un signo de enfermedad grave (Hoare, 1986). Se encontró que las madres de
los niños que padecen ataques utilizan menos indicaciones verbales y menos respuestas
afirmativas con sus hijos, y proveen más retroalimentación negativa (Chavez & Buriel, 1988).
Enfermedad de célula falciforme. La presencia de un niño con esta enfermedad provoca tensión a
la familia. En el caso de las madres solteras, ellas consideraron la relación con su hijo y el trato
del niño hacia ellas de manera menos favorable que el observado en las familias en las que
ambos padres estaban presentes que, por otro lado, también demostraron tensión (Evans,
Burlowy Oler, 1988). Dilworth-Anderson (1989) sugiere, al encontrar estructuras familiares
diversas y sistemas de funcionamiento superpuestos entre las familias de niños afectados por tal
enfermedad, que éstas necesitan tanto intervención general como orientada a resolver problemas
específicos.
Interacción dentro del salón de clases
Al cuestionar a los niños en edad escolar sobre a quién les gustaría ayudar primero, cuánto y por
qué, la mayoría escogió a personas con necesidades ortopédicas más que a niños con síndrome
de Down o sin NEE conocida (Kennedy y Thurman, 1982). En un estudio en el que se les pidió
clasificar por orden de importancia "quién les caía mejor", los aprendices con necesidades
especiales ortopédicas visibles y sin ellas prefirieron a los usuarios de sillas de ruedas y a
personas no clasificadas que a las personas con marcas en el rostro y los obesos (Giancoli y
Neimeyer, 1983). De Apodaca, Watson, Mueller e Isaacson-Kailes (1985) ofrecen tres
explicaciones posibles para las escalas significativamente más altas de los compañeros en
determinadas áreas:
 las personas en realidad les caían bien,
 los niños admiraban a estos chicos por su habilidad para manejar sus NFE, o c) los
compañeros tienen una incapacidad defensiva para expresar sentimientos negativos hacia
las personas con NEE.

LA MEDIACION DEL ENTORNO


El efecto de la NEE de un aprendiz en el entorno y las instalaciones necesarias para ayudarle a
adaptarse a él son altamente individualizadas. Tales instalaciones son determinadas en función a
la edad de la persona; el grado y visibilidad de la NEE; la disponibilidad de la familia y de otros
sistemas de apoyo; la actitud del aprendiz hacia su NEE; el estatus social del individuo con
relación a sus compañeros, la presencia de barreras arquitectónicas; y la necesidad y posibilidad
de transportación (Lewandowski y Cruickshank, 1980; Hardman, Drew, Egan y Wolf, 1990).
Los aprendices con NFE y con deterioros de la salud rara vez necesitan que se hagan cambios en
los programas; sin embargo, su condición física quizá requiera de la presencia de equipo médico.
La adaptación del entorno, entonces, además de la colaboración con personal médico, puede
implicar la administración de medicinas, o el empleo de equipo o dispositivos de apoyo.
Los aprendices con NFE y con deterioros de la salud a menudo requieren de los tres siguientes
servicios:
 a)terapia ocupacional,
 b) terapia física, y coeducación física adaptada.
El papel del terapeuta ocupacional consiste en asistir a los aprendices, desde bebés hasta adultos,
en el desarrollo del trabajo necesario, las actividades recreativas y las habilidades de
autocuidado. El objetivo puede ser el aprendizaje inicial o su recuperación, o el reaprendizaje de
habilidades relacionadas con la vida cotidiana.
La terapia ocupacional se centra en resultados funcionales y soluciones prácticas a los
problemas que enfrenta la persona. El terapeuta puede utilizar diversas herramientas, juguetes,
instrumentos y utensilios para ayudar a los aprendices con NFE a usar su cuerpo con mayor
efectividad. El aprendiz puede presentar dificultades en áreas como el equilibrio, postura,
discriminación táctil, planeación motora, coordinación y coordinación ojo-mano. También puede
necesitar ayuda en los aspectos socioemocionales relacionados con sus NFE. El terapeuta
ocupacional puede proporcionar desde asesoría a los padres y profesores, hasta servicio directo;
lo cual puede hacer en el hogar, el consultorio, la escuela o el hospital. El terapeuta físico se
encarga de incrementar la fuerza del aprendiz, la amplitud de sus movimientos y su resistencia.
La función de la terapia física es prevenir, corregir y aliviar condiciones físicas. Las diversas
formas de este tipo de terapia incluyen la aplicación de calor, de frío, masajes y ejercicio, las
cuales se pueden proporcionar directamente o mediante asesorías a los padres y maestros, ya sea
en el hogar, el consultorio, la escuela o el hospital.
Aprendices con trastornos de ataques
Colandra, Domínguez Granados, Gómez Rubio y Molina Font (1990) encontraron que los
aprendices con trastornos de ataques, que ingerían niveles terapéuticos de fenobarbital,
mostraron grandes diferencias entre sus coeficientes totales de inteligencia, así como en las
escalas verbal y de ejecución, con y sin medicamento; diferencias que no se observaron
en los niños que tomaron ácido valpróico, otro medicamento para tratar la epilepsia. El cuadro de
"Lineamientos para la práctica" que se presenta enseguida, proporciona una serie de consejos
para quienes no estén familiarizados con los ataques epilépticos, pero que pueden llegar a
presenciarlos.
Aprendices seropositivos al VIH
Wetterau y Stegelin (1991) encontraron que la probabilidad de que haya estudiantes con VIH en
las instituciones educativas es cada vez mayor. Su estudio sobre el conocimiento y la actitud de
los empleados de centros de desarrollo infantil autorizados, respecto del cuidado de pacientes
con VIH y SIDA, demostró que aunque tenían un conocimiento general bastante amplio acerca
del virus y la enfermedad, parecía haber poca relación entre este conocimiento y su actitud hacia
el SIDA. Los profesionales manifestaron que no se sentían preparados para ayudar a controlar la
infección, así como falta de confianza en su habilidad para trabajar con personas seropositivas al
VIH.
Las recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría (Newschwander,1987), en
relación con los aprendices seropositivos al VIH, incluyen su asistencia a la escuela sin
limitaciones y una estricta confidencialidad de la identidad del niño. Los maestros y sus
compañeros no corren riesgo por trabajar y estudiar en la proximidad de estos pequeños.
El estado de salud y la gran vulnerabilidad ante las enfermedades de los niños con SIDA puede
limitar su participación en la escuela (Kelker, Hecimovic y LeRoy, 1994). Por ello, para su
seguridad y para prevenir contagios, Bruder (1995) recomienda las siguientes precauciones:

• Usar guantes desechables para el cambio de pañales.


• Lavarse las manos con frecuencia.
• Usar guantes y blanqueador para la limpieza de fluidos corporales.
• Lavar los juguetes y las superficies con blanqueador después de las sesiones.
• Evitar situaciones que propicien el escurrimiento nasal y otras afecciones que
provoquen la pérdida de fluidos corporales.
• Desechar el material de desperdicio de manera sistemática.
Servicios de transición
Se debe tener cuidado cuando los alumnos con NFE o deterioros de la salud transiten de un
programa a otro dentro del sistema escolar (de maternal o preescolar a primaria; de primaria a
educación media), o cuando hagan la transición de la escuela a vivir de forma independiente en
la comunidad, comiencen estudios superiores o empiecen a trabajar. El plan de transición debe
hacerse en equipo e iniciarse mucho antes de que ocurra el cambio, y debe involucrar al alumno
y sus padres, así como a los profesionales de la institución de origen y la destinataria.
Equipo de apoyo, prótesis y óctesis
Las tres categorías de dispositivos que pueden utilizarse para facilitar el funcionamiento efectivo
de los aprendices con NFE y deterioros de la salud son los equipos de apoyo, prótesis y
dispositivos ortésicos. El equipo de apoyo incluye aparatos comunes diseñados especialmente o
modificados, que se usan para facilitar la vida diaria de este tipo de aprendices en la casa, el
salón de clases, la escuela y el consultorio. Entre los instrumentos de apoyo, también hay algunos
con diseños especiales como tazas, cucharas, platos, atriles para libros, lápices, instrumentos
posicionadores, sillas, mesas, y pantallas y teclados de computadora.

REPERCUSIONES DE LA PERTICIPACION DE LAS PERSONAS CON NEE EN LA


ESCULEA LA COMUNIDAD Y LA SOCIEDAD
Bohan y Humes (1986) entrevistaron a adultos con NE ortopédicas, usuarios de silla de ruedas
como principal o único medio de movilización. Estas personas consideraban que los individuos
sin NFE violaban sus derechos sociales al mirarlos con insistencia, hacerles preguntas
inoportunas, ofrecerles ayuda no solicitada o humillarlos en público. Los entrevistados también
dijeron que estaban inconformes con la forma en que se conducían en encuentros públicos;
consideraban que no respondían de acuerdo con las circunstancias. Los estudiantes universitarios
en silla de ruedas dijeron participar menos en actividades extracurriculares que sus compañeros
(Bohan y Humes, 1986). Aunque la interacción social no es muy problemática, el entorno físico
a menudo desafía a los estudiantes universitarios con NE ortopédicas (Burbach y Babbitt, 1988).
No estaban disponibles objetos como puertas automáticas, elevadores y escritorios a una altura
adecuada. Pfeiffer (1991) descubrió que aunque una NFE pueda afectar las posibilidades de
encontrar empleo, la estructura de clase social que permite a los hombres caucásicos de Estados
Unidos tener acceso a la educación, empleos y mayores ingresos, es la misma que rige lo que
sucede a la comunidad de personas con NEE. Los hombres caucásicos tienen muchísima más
probabilidad de obtener un empleo y de recibir mayores ingresos que las mujeres y otras
minorías culturales. Hanna y Rogovsky (1991) sugieren que las mujeres con NEE enfrentan una
"limitación doble" y mayores dificultades, tanto en la cuestión de empleos como en la manera en
que la sociedad percibe lo útiles y capaces que pueden ser en la sociedad.

Referencias bibliográficas
Bauer, A. & Shea, T. (2000). Aprendices con Necesidades Físicas Especiales y con Deterioros de
la Salud. En Hernández, F. (Eds.), Educación Especial. Un enfoque ecológico (pp. 215-239).
México: McGraw- Hill Interamericana.

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