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LA COCINA POST-COLOMBINA

El descubrimiento de América proporciona a la cocina es­


pañola la patata, el tomate, el pimentón y el cacao.—Cómo
María de Austria enseñó a comer chocolate en la Corte
de Versalles.—La cocinera española “la Molina” y las
"Memorias de Mademoiselle de Montpensier”.—Se inicia
una campaña contra la cocina española, que dura más de
tres siglos.—El "hojaldre”, invención española.—Las
aportaciones de la cocina española a la cocina francesa.
Suntuosidad de las comidas en España.—Festines desde
el reinado de Pedro I de Castilla al dq Felipe IV.—
Lo que sabía guisar “la Lozana Andaluza”.—El símbo­
lo de Pedro Recio de Tirteafucra.—El hidalgo cer­
vantino D. Diego de Miranda.—El mal comer en la
novela picaresca.

Y he aquí la hora providencial del descubrimiento


de América. La cocina más adelantada de Europa
recibe, con los primeros descubridores que regresaban
de las nuevas Indias, elementos nuevos de tal impor­
tancia que toda la cocina de la civilización actual
está cimentada en ellos: la patata, el tomate, el ají o
pimiento, el pimentón y el cacao o chocolate. En las
horas de abatimiento de la decadencia a que arrae-

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GUÍA DEL BUEN COMER ESPAÑOL 23

Iran a España los Austrias y sus validos, y en el


afrancesamiento de la aristocracia que sigue a la en­
tronización de Felipe V, España se deja arrebatar,
sin importarle un ardite, y desdeñándola, esta gloria
legítima de haber sido los españoles quienes trajeron
a Europa la patata, mientras Francia glorifica a Par-
m|entier y perpetúa su nombre y le alza estatuas. Así
también los demás productos citados.
A más de la mitad del siglo XVII (1662) no se
conocía el chocolate en Francia. En las Memorias
de mademoiselle de Montpensier se cuenta que la in­
fanta española María Teresa de Austria, hija de
Felipe IV, al casarse con Luis XIV, se hizo acom­
pañar a la Corte de Versalles por una doncella o
sirvienta llamada “la Molina”, que guisaba para ella
al gusto español. La pobre reina era pequeña, sar­
mentosa, poco atrayente: “tenía los dientes negros y
cariados—se dice en aquellas Memorias—porque co­
mía constantemente chocolate, según unos; porque
frecuentemente comía ajo, según otros”.
Y a desde el reinado anterior, en que Ana de Aus­
tria comienza a imponer platos españoles, los cocine­
ros franceses y los aristócratas franceses y el propio
rey inician su campaña de resistencia, de aversión a
la cocina española, que invade la Corte y gana lia
estimación del pueblo. Es un suceso histórico muy
interesante y que está por estudiar. Y acontece que
mientras la cocina francesa se deja influir por la co­
cina española, y le copia las utilizaciones de los nue­
vos productos que vienen de América, como antes le

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