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ENCUENTRO TALLER No 0
METAS
IMPLEMENTOS
1. Sagrada Biblia. Textos a Meditar: Génesis 2: 5-9. 15-17 – Mateo 6: 1-6.16-18
Salmo 50 - 1Corintios 15: 45-49
2. Catecismo de la Iglesia Católica (CIC). Numerales: 540 y 1438
3. Cuaderno de notas y lapicero.
4. Ficha de Trabajo del Encuentro Taller No 0
5. Carpeta plástica legajadora oficio, para archivar todos los Talleres realizados.
Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de cuaresma, cada
viernes en memoria del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia.
Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias
penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias
como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y
misioneras).
Con el Miércoles de Ceniza iniciamos el tiempo litúrgico de la Cuaresma (cuarenta días), los
fieles comenzamos a vivir en un clima penitente para arrepentirnos de nuestros pecados y
convertirnos de corazón. Esas son las dos palabras claves de este tiempo: arrepentimiento
y conversión.
La celebración del miércoles de ceniza marca el inicio del tiempo cuaresmal, es un tiempo
que tiene una particularidad comparada con el resto de las liturgias: la imposición de las
cenizas. ¿De dónde surge esta práctica? Antes de Cristo, judíos y Ninivitas utilizaban la
ceniza como un símbolo de penitencia. Años más tarde, los fieles católicos comenzaron esta
práctica para prepararse para la celebración de la Semana Santa y, ya en el siglo XI, se
agrega al misal el rito del Miércoles de Ceniza.
El hecho de recibir cenizas tiene como objetivo recordarle al fiel su origen. “Recuerda que
eres polvo y en polvo te convertirás”. Con un sentido simbólico de muerte, caducidad,
humildad y penitencia, la ceniza ayuda a que mires en tu interior y descubras esas cosas que
necesitan de la misericordia de Dios. Ayuda a reconocer que somos débiles, que vamos a
tener un final y que necesitamos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, para
poder llegar a vivir junto a Él en el Reino de los Cielos. Esta mirada a la interioridad de uno
mismo, de reconocer las fallas y querer arreglarlas, entran en la dinámica de las dos palabras
claves de la cuaresma. Al reconocer nuestros pecados, nos arrepentimos y al querer
cambiarlos nos convertimos.
Este es el tiempo, el momento de la salvación, nos decía San Pablo. Hoy empieza un
período que termina en la Pascua (paso de la muerte a la vida) o resurrección del Señor: La
Cuaresma, el día de salvación, el día en el cual nosotros vamos a buscar dentro de nuestro
corazón y a preguntarnos ¿a quién estamos buscando? Y la ceniza nos dice: quita todo y
quédate con lo que vale, con lo fundamental; quédate con lo único que llena la vida de
sentido. Tu Padre que ve en lo secreto, sólo Él te va a recompensar.
La Cuaresma es un camino que todo hombre y toda mujer tenemos que recorrer, no lo
podemos eludir y de una forma u otra lo tenemos que caminar. Tenemos que aprender a
entrar en nuestro corazón, purificarlo y cuestionarnos sobre a quién estamos buscando.
Para vivir este tiempo de la mejor manera posible, la Iglesia propone tres actividades
destinadas a fomentar un crecimiento espiritual y cierta mortificación exterior: la oración, el
ayuno y la limosna. Estas tres formas de penitencia demuestran una intención de
reconciliarse con Dios, con uno mismo y con los demás, especialmente los Viernes de vigilia.
La oración nos fortalece nuestra relación con Dios. La oración es nuestra relación con Dios.
El constante diálogo con nuestro Padre, la meditación a conciencia de su palabra, es la
relación personal que todo cristiano debe aspirar.
El ayuno, apunta a que el fiel adquiera dominio sobre sus instintos y libere su
corazón (cuarto mandamiento de la Iglesia). Como dijo Jesús: “No solo de pan vive el
hombre sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Aprender a dejar de lado
eso que queremos comer o tomar, para darle lugar a Dios en nuestra vida.
Permitamos que la Cuaresma entre en nuestra vida, que la ceniza llegue a nuestro corazón y
que la penitencia transforme nuestras almas, en almas auténticamente dispuestas a
encontrarse con el Señor.
7. Dios pone al hombre en el jardín del Edén, ¿cuál fue la orden que le dio?
a. ( ) puedes comer de todos los frutos de todos los arboles del Edén.
b. ( ) No comas del fruto del árbol del bien y del mal, porque ciertamente morirás.
c. ( ) puedes comer del fruto del árbol del bien y del mal y no morirás.
Con respecto al texto: 1Corintios 15: 45-49 “Jesús es el segundo Adán” Responda:
10. San Pablo en su primera carta a los corintios, ¿Qué nos enseña?
a. ( ) El hombre está formado únicamente de un cuerpo de carne y hueso mortal.
b. ( ) El hombre está formado de un cuerpo mortal y de un espíritu inmortal.
c. ( ) .Lo más importante del hombre es su cuerpo mortal y su vida terrenal.
COMPROMISO PERSONAL
Según lo aprendido hoy, haz un compromiso personal, con respecto a la propuesta de
nuestra Iglesia para este tiempo de cuaresma, sobre la oración, el ayuno y la limosna.
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