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2023

SI CONOCIERAS
EL DON DE DIOS

ÉL TE DARÍA AGUA VIVA


RETIRO DE CUARESMA PARA CATEQUISTAS

DIPAKADI | 7 de enero #201 INFONAVIT 1 Salamanca, Gto.


Retiro de Cuaresma para Catequistas 2023

Título:
Si conocieras el don de Dios

Objetivo: Recordar el significado de dos signos de este tiempo, como lo


son la ceniza y el agua, para que vivamos con mayor intensidad estos
signos; para este fin usaremos la metodología mistagógica.

La metodología propuesta del retiro, es la tradicional:


§ Experiencia: La Ceniza, ¿cómo la he vivido? (Catequesis
Mistagógica)
§ Propuesta: Jesús sacia mi sed. Reflexión sobre el texto del tercer
domingo de Cuaresma, pasaje de la Samaritana.
§ Respuesta: El agua, renacer a la vida en Cristo. (Catequesis
Mistagógica)

Notas pedagógicas:
Aunque sólo se comparta un momento del retiro es muy conveniente
que se le dé todo el retiro para poder enmarcar su participación.
Hay que poner atención en tratar de comprender la metodología
mistagógica, para no omitir ninguno de los pasos y saber desarrollarlos
de la mejor manera (ver anexo #1).

1
Experiencia: Catequesis Mistagógica
Signo: La Ceniza1

1. Descripción o desarrollo.
Entre los signos característicos y los gestos simbólicos con que expresamos el
camino de la Cuaresma hacia la Pascua (el ayuno, el color morado, el silencio del
aleluya, el viacrucis, etc.) la imposición de este símbolo el Miércoles de Ceniza es
uno de los más representativos y elocuentes.
Nota pedagógica: Despues de la breve introducción se pregunta cómo es que algo
se convierte en cenizas, ante la respuesta inminente: después de la acción del fuego;
se busque reducir algo a cenizas, es decir, en ese momento se quema algo. Y se
continúa con la reflexión que puede ser no sólo en monólogo, sino en diálogo.

Es bueno preguntarnos primero qué nos evoca el ver cenizas:


§ El primer sentido que nos puede recordar la ceniza es nuestra condición
débil y caduca.
§ La ceniza nos recuerda lo que queda de la quema o de la corrupción de las
cosas y de las personas.
§ La ceniza nos recuerda los restos de una catástrofe o de un incendio, así
como la molestia de los fumadores que la amontonan en los sitios más
inconvenientes.
§ Podríamos nombrar la ceniza como un aguafiestas, en medio de una
sociedad que busca por todos los medios el bienestar y la felicidad.

¿Qué otra cosa podemos decir de la ceniza?

2. Referencia al relato o pasaje bíblico.


Nota pedagógica: Antes de mencionar el elenco de las citas que se proporcionan, es
conveniente preguntar si los participantes recuerdan una cita en donde se habla de
la ceniza y el sentido que se le da a esta, es decir, ¿por qué se habla de la ceniza en
ese pasaje bíblico, cuál es la finalidad?

1 Elemento tomas de: Aldazabal, José; Gestos y símbolos Ed. CPL Noviembre 1992.

2
Se puede omitir el mencionar todas las citas e ir directamente el trabajo personal.

En la Biblia el gesto simbólico de la ceniza es uno de los más usados para


expresar la actitud de penitencia interior:
§ 1 Sam 4, 12; 2 Sam 1, 2. Las malas noticias (la muerte de Elí, la de Saúl) las
traen mensajeros con vestidos rotos y cubierta de polvo la cabeza.
§ Est 4, 1. Las calamidades se afrontan con el mismo gesto: “cuando
Mardoqueo supo lo que pasaba (la amenaza contra su pueblo) rasgó sus
vestidos, se vistió de saco y ceniza y salió por la ciudad lanzando grandes
gemidos”.
§ Jos 7, 6. “Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra y todos
esparcieron polvo sobre sus cabezas y oraban a Yahvé”.
§ Jr 6, 26. Israel llora su mal con saco y ceniza: “Hija de mi pueblo, cíñete de
saco y revuélcate en ceniza, haz duelo, porque viene el saqueador sobre
nosotros”.
§ Job 42, 6. La penitencia se manifiesta así: “retracto mis palabras, me
arrepiento en el polvo y la ceniza”.
§ Jon 3, 5 – 6. El ejemplo más típico es Nínive ante la predicación de Jonás:
“los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de
saco… el rey se sentó en la ceniza.

Otras veces aparece la ceniza en la Biblia como expresión de una plegaria


intensa, con la que se quiere pedir la salvación a Dios:
§ Jdt 9, 1. Judit pide la liberación de su pueblo: “rostro en tierra, echó ceniza
sobre su cabeza, dejó ver el saco que tenía puesto y clamó al Señor en alta
voz”.
§ Jdt 4, 11. Todo el pueblo se postró también ante Dios, “cubrieron de ceniza
su cabeza y extendieron las manos ante el Señor”.
§ 2 Mac 10, 25. “Los hombres del Macabeo, en rogativas a Dios, cubrieron
de polvo su cabeza y ciñeron de saco su cintura, y pedían a Dios…”.

Momento de trabajo personal:


Lea: se elige cualquiera de los pasajes bíblicos antes mencionados, puede ser
el que más haya llamado la atención. Si se tiene el tiempo contextualizar el pasaje
elegido.

3
Reflexione: En cada uno de los pasajes el gesto esterior: imponer ceniza; es
acompañado de una actitud interior: en algunos casos el arrepentimiento, en otros
la penitencia, en otros será el reconocimiento de la indignidad de pedir algo a Dios.
¿Por qué la gente participa hoy del gesto de la ceniza? ¿En tu caso, cúal descubres
ha sido tu actitud interior al tomar ceiza?
Ore: Pide al Señor que te dé un corazón humilde capaz de reconocer tus
pecados y dirigirte hacia Él para ser perdonado. Pídele un corazón grato y generoso
para reconocer el perdón y devolver este bien a quienes se encuentran en la vida.
Actúe: Piensa en las veces que Dios te ha perdonado, ¿Qué frutos se producen
en tu vida? ¿Cómo podrías contagiar a otros el gozo de ser perdonado por Dios?

3. Desarrollo Teológico del Evento.


Que todos los fieles reciban en su frente o en su cabeza el signo de la ceniza
no es muy antiguo.
En los primeros siglos se expresó en este gesto el camino cuaresmal de los
“penitentes”, o sea, del grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al
final de la Cuaresma, el Jueves Santo, a las puertas de la Pascua. Vestidos con hábito
penitencia y con la ceniza que ellos mismos se imponían en la cabeza, se presentaban
ante la comunidad y expresaban así su voluntad de conversión.
Fue hacia el siglo XI cuando, desaparecida ya la institución de los penitentes
como grupo, se vió que el gesto de la ceniza era bueno para todos, y así se empezó
a realizar este rito al principio de la Cuaresma para todos los cristianos. Toda la
comunidad se reconocía así pecadora, y se veía ayudada por este gesto en su actitud
de conversión cuaresmal – pascual.
El que la ceniza que se nos impone se obtenga al quemar las palmas usadas
en la celebración del Domingo de Ramos del año anterior, costumbre introducida en
el siglo XII, quiere ser también un recordatorio pedagógico: lo que fue signo de
victoria y de vida, ramas de laurel, se han convertido pronto en ceniza.
Cierto es que la imposición de la ceniza no es un gesto meramente
recordatorio de la muerte, de nuestra caducidad y pecado. Con ella empezamos el
camino de la Cuaresma, que es camino de Pascua. No es por tanto un día aislado,
un gesto masoquista. Es signo de comienzo: y todo comienzo supone una meta en el
otro extremo.
Somos llamados a la vida. Somos invitados a participar de la resurrección de
Cristo. Venimos del polvo y nuestro cuerpo mortal tornará al polvo. Pero eso no es
toda nuestra historia ni todo nuestro destino.

4
Son cenizas de resurrección las de este comienzo de Cuaresma. Cenizas
pascuales. Nos recuerdan que la vida es cruz, muerte, renuncia, pero a la vez nos
aseguran que el programa pascual es dejarse alcanzar por la Vida Nueva y Gloriosa
del Señor Jesús.
Como el barro de Adán, por el soplo de Dios, se convirtió en ser viviente,
nuestro barro de hoy (manifestado en la ceniza), por la fuerza del Espíritu que
resucitó a Jesús, está destinado también a la vida de Pascua. De las cenizas Dios saca
vida. Como el grano de trigo que se hunde en la tierra.
La cuaresma se convierte, desde su primer momento de ceniza, en
“sacramento de la Pascua”, es un signo pedagógico y eficaz de un éxodo, de un
“tránsito” de la muerte a la vida. La ceniza es el símbolo de que participamos de la
Cruz de Cristo, de que “el hombre es llamado a tomar parte en el dolor de Dios hasta
la muerte del Hijo Eterno el Viernes Santo”2, para con Él pasar a la vida: “para que,
perseverando en las prácticas cuaresmales, merezcan llegar, purificada su
conciencia, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo”3; “concédenos que, por
nuestro esfuerzo en las prácticas cuaresmales, obtengamos el perdón de nuestros
pecados y una vida renovada a imagen de tu Hijo resucitado”4.

4. Volver al signo dentro del rito litúrgico.


Nota pedagógica: Se realiza propiamente una celebración de la Palabra en donde se
hace la impocisión de la ceniza. En los anexos se puede encontrar el modo en que se
desarrolla dicho rito fuera de la celebración Eucarística. En seguida se procede a
concluir con la siguiente.
Con todo esto, ¿qué ha sido lo más significativo para ti? ¿Verás la Ceniza de
la misma manera que antes? ¿Por qué? ¿Cómo te acercarás este día (Miércoles de
Ceniza) a partir de esta catequesis? (en caso de que el retiro sea posterior al Miércoles
de Ceniza, se puede invitar a que exprese la experiencia entre ambos días, si fue lo
mismo o hubo una diferencia).
Toda la celebración debe estar orientada a lo principal: iniciar la Cuaresma
con actitud interior de conversión a Cristo y a su Pascua. Con toda la totalidad de
“éxodo”, de “desierto”, de “subida a Jerusalén”, para pasar con Cristo del hombre
viejo, al hombre nuevo.

2 San Juan Pablo II, Cuaresma de 1982.


3 Primera Oración de Bendición de la Ceniza.
4 Segunda Oración de Bendición de la Ceniza.

5
Propuesta: Jesús sacia mi sed

+ Miramos la realidad
Ver el video: Cuidado del agua – Una gota de vida
URL: https://youtu.be/kkh69OIhJpY

Nos preguntamos
§ ¿Qué importancia tiene el agua para la existencia?
§ ¿Por qué hace falta el agua en tantas zonas de la tierra?
§ ¿Qué calidad debe tener el agua para el consumo humano?
§ ¿A qué se debe que unos tengan acceso al agua potable y otros incluso
mueran y enfermen por falta de agua?
§ ¿De qué manera cuidamos el agua?

Descubrimos:
El agua es un líquido vital. Todos anhelamos tener agua suficiente y buena
para bañarnos, tener limpia la ropa y el hogar, y sobre todo para beber.
Con frecuencia, si tenemos agua en abundancia nos damos el lujo de
desperdiciarla. Ignoramos cuántos millones de personas carecen del líquido vital.
Las empresas que venden agua envasada se enriquecen con la sed del pueblo.
La urbanización creciente ha ocasionado que muchos ríos y lagunas se
sequen, produciendo daños graves al ecosistema.
La falta de equidad y pobreza hace que millones de personas en el mundo
vivan sin agua. Es inconcebible que alguien pueda vivir sin agua. Se vaticina que en
el futuro la guerra será por el agua.

+ La Palabra de Dios nos Guía


Leemos y escuchamos: Juan 4, 5 – 30
“Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría
agua viva”.

6
Reflexionamos
§ ¿Cuál es el ofrecimiento de Jesús?
§ ¿Qué provoca interiormente en la samaritana su encuentro con Jesús?
§ ¿Qué fue lo que le dió confianza a la samaritana para dialogar con Jesús?
§ ¿Por qué descubre la samaritana que Jesús es el agua viva?
§ Entonces, ¿qué pide ella? ¿para qué?
§ ¿Qué le manda hacer Jesús para darle agua viva?
§ ¿Quién descubre a la samaritana que es Jesús?

La Palabra da vida
Si conocieras el don de Dios
Jesús siendo judío, se dirige a una mujer samaritana, se pone a su altura y le
pide de beber. Parte de una necesidad concreta, la sed; sabe que existe una sed más
profunda que la del agua. El simbolismos del agua viva es rico en significados: el
agua que da la vida eterna, el Espíritu Santo, el agua bautismal con la que somos
regenerados, el agua con la que quedamos limpios de nuestros pecados.
El Catecismo de la Iglesia Católica (1218) enseña que desde el origen del
mundo, el agua, criatura humilde y admirable, es la fuente de la vida y de la
fecundidad. La Sagrada Escritura dice que el Espíritu de Dios se cernía sobre ella.
La mujer estaba cansada de muchas cosas: tener que ir por agua cada día;
defenderse de los judíos que la menospreciaban; buscar a Dios en dos santuarios;
seis maridos que la dejaron insatisfecha. En todas sus búsquedas no pudo saciar su
sed.
La samaritana descubre que Jesús es más que Jacob, por eso le pide de esa
agua para no tener sed. Ella creía andar buscando a Dios y Jesús le sorprende
diciéndoles: “Dios te está buscando”. Toma conciencia de sus limitacaiones,
reconoce su inmensa sed de amor, ve en Jesús a un profeta, inicia el proceso de
descubrirse y sentirse amada por Dios.
Las necesidades básicas nos unen y nos invitan a ayudarnos unos a otros
dejando a un lado nuestras diferencias. La mujer se sorprende porque Jesús no le
habla con la superioridad propia de los judíos frente a los samaritanos ni con la
arrogancia de los varones hacia las mujeres.
Entre Jesús y la mujer se ha creado un clima nuevo, más humano y real. Jesús
le expresa su deseo íntimo: “Si conocieras el don de Dios”, si supieras que Dios es
un regalo que se ofrece a todos como amor salvador. Pero la mujer no conoce nada

7
gratuito. El agua la tiene que extraer del pozo con esfuerzo. El amor de sus maridos
se ha ido apagando, uno después de otro.
Cuando oye hablar a Jesús de un “agua” que calma la sed para siempre, de
un “manantial” interior, que “salta” con fuerza dando fecundidad y vida eterna, en
la mujer se despierta el anhelo de vida plena que nos habita a todos: “Señor, dame
de beber”.
Al descubrir a Jesucristo como salvador, como agua viva, la samaritana se
convierte en evangelizadora, desea que los de su pueblo puedan también beber del
mismo manantial. Hoy Dios sigue buscando sedientos que quieran dejarse saciar
por él. Necesita gente capaz de abandonar su cántaro y que corran a despertar la sed
de otros.

+ La palabra nos lleva a la acción


Nos comprometemos
§ ¿De qué tengo sed en mi corazón?
§ ¿Cómo es mi sed de encuentro con Jesús?
§ ¿Qué haré para beber del manantial de agua viva que es Jesús?
§ ¿Qué cambiará en mí al beber de esa agua?
§ ¿A quién de mi familia y entorno daré de beber del agua de Jesús?

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Respuesta: Catequesis Mistagógica
Signo: Liturgia Bautismal

1. Descripción o desarrollo5.
En la Solemne Vigilia Pascual en su tercera paste se desarrolla la Liturgia
Bautismal, momento propio en que se celebraba la Iniciación Cristiana de quienes
serán los nuevos miembros de la comunidad. Pero, ¿cómo se hacia esto en los
primeros siglos de la iglesia?
Nota pedagógica: En la medida de lo posible hacer una representación del bautismo
primitivo, mientras se va narrando como se hacía el bautismo en la primitiva iglesia.

El del bautismo fue uno de los rituales más importantes del primer
cristianismo. Debido a ello, se celebraba en un edificio creado ex profeso para ello y
en una fecha muy señalada (Vigilia Pascual). Al contrario de lo que sucede hoy en
día, el ritual era llevado a cabo un sólo día del año: durante la vigilia del Domingo
de Resurrección. En algunos casos, podría tener lugar también el día de Pentecostés.
Y sólo en casos de vida o muerte podía celebrarse en otra fecha.
A comienzos de la Cuaresma, los catecúmenos, junto a sus protectores (hoy
reconocidos como padrinos), debían acudir a registrarse (rito de la inscripción del
nombre). El Obispo los consideraba con detalle (escrutinios) y, si eran aceptados,
procedían a formarse intensamente durante la Cuaresma.
Llegado el día del bautismo, Obispo, diáconos y sacerdotes acceden al
baptisterio. Exorcizan la pila bautismal. Invocan a Dios y rezan para asegurar la
santidad de las aguas y la presencia de la Trinidad. En el exterior, un sacerdote toca
los oídos y los orificios de la nariz de los que van a ser bautizados con el fin de
“abrirlos” a la nueva vida que van a recibir.
En este punto, los neófitos y sus acompañantes acceden al baptisterio por el
este, mirando hacia el oeste, la dirección del Demonio a quien renuncian y, después,
se vuelven hacia el este para reconocer a Cristo y hacer su profesión de fe.
A continuación, el neófito desciende a la pila bautismal y se sumerge tres
veces, mientras afirma creer en Dios Padre Todopoderoso, Nuestro Señor Jesucristo
y su Cruz y el Espíritu Santo. Esta triple inmersión, que en muchos lugares los
neófitos realizaban desnudos, no era sino una analogía con respecto a los tres días

5https://blogs.eitb.eus/arte/2012/01/17/¿sabias-como-se-bautizaban-los-primeros-cristianos/
Consultado el día 29 de enero de 2023 a las 23:35 hrs.

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que Cristo pasó en el sepulcro. De hecho, al emerger de la pila, el neófito abandonaba
simbólicamente su sepulcro.
Para completar el ritual, los recién bautizados eran ungidos con aceite y
vestidos con ropas blancas, símbolos del hecho de haberse desprendido de sus
pecados; se les daba a probar leche y miel, como signo de la participación de la tierra
prometida.
Finalmente la procesión de bautizados y acompañantes abandonaba el
baptisterio, guiada por el Obispo, y se encaminaba hacia el templo adyacente para
completar su ingreso en la Comunidad recibiendo la Comunión.

2. Referencia al relato o pasaje bíblico.


Nota pedagógica: Antes de mencionar el elenco de las citas que se proporcionan, es
conveniente preguntar si los participantes recuerdan una cita en donde se habla del
bautismo y el sentido que se le da a esta, es decir, ¿por qué se habla del bautismo en
ese pasaje bíblico, cuál es la finalidad?
Después se procede a mencionar las siguientes citas de la Sagrada eEscritura donde
se encuentran signos, símbolos y mensajes relacionados con el bautismo.
En su origen es un rito simbólico que consiste en sumergirse en el agua para
indicar que uno queda liberado (lavado) de sus pecados. Este rito de purificación
por medio del agua era frecuente en otras religiones y conocido en Israel.
§ Gn 7, 1 – 24. El diluvio. Las aguas torreciales del diluvio prefiguran la nueva
vida que recibimos en el Bautismo. El agua simboliza el castigo por el pecado
y el principio de una alianza con Dios y dadora de vida.
§ Gn 17, 1 – 27. La circuncisión. Cuando los romanos y los griegos empezaron
a convertirse al cristianismo, se presentó la controversia de si era necesario
circuncidarlos antes de bautizarlos. Los apósotoles, iluminados por el
Espíritu Santo, decidieron que el Bautismo era suficiente, dado que la alianza
en Jesús superaba las alianzas del AT.
§ Jos 3. El paso del Jordán. La entrada por el río Jordán es parecida al paso del
mar Rojo. Esta vez, los israelitas llevan consigo el arca de la alianza, símbolo
de la presencia de Dios y protección de Dios. Este acontecimiento es figura
del bautismo, mediante el cual Dios nos concede formar parte de la Iglesia,
del nuevo pueblo de Dios.
§ Sal 42. La cierva jadeante de sed. Es símbolo del deseo de Dios que nos lleva
a orar. Como el agua da vida a la cierva, Cristo crucificado y resucitado nos
ofrece el agua viva para renacer en el bautismo y fortalecernos en el camino
del Padre.

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§ Eclo 42, 15 – 43, 31. El bautismo nos capacita, nos mantiene firmes sin
abandonar nuestro puesto y nos compromete a dar culto a Dios obedeciendo
a nuestro creador.
§ Mt 3, 1 – 12. Juan el Bautista lo practicó masivamente en su predicación como
signo de acercamiento a Dios, pero insistiendo en la conversión interior.
§ Jn 1, 19 – 28. Testimonio de Juan el Bautista.

Jesús, que quiso recibir el bautismo de Juan, lo convirtió por una parte en rito
de incorporación a su Iglesia, y por otra parte en signo visible de la gracia profunda
e invisible que Dios concede a quien acepta por la fe la buena noticia proclamada
por él. Este último es el bautismo en Espíritu Santo y fuego que lleva consigo una
especial consagración a Dios Padre, Hijo y Espíritu, y un rechazo total del pecado.
§ Mt 3, 13, 17. Jesús recibe el bautismo de Juan. Jesús no necesitaba conversión,
pues estaba limpio de pecado, pero quiso solidarizarse con los pecadores y
“cargó sobre él todas las culpas” (Is 53, 6).
§ Mc 1, 9 – 11. La paloma en el NT se identifica con el Espíritu Santo a partir
del bautismo de Jesús.
§ Lc 3, 21 – 22. Lucas utiliza un paralelismo literario para contrastar a Juan el
Bautista con Jesús; habla de la predicación y el bautismo que ofrece Juan para
la conversión interior, como preparación a la misión de Jesús.
§ Jn 1, 29 – 34. Juan presenta a Jesús: “éste es el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo”.
§ Jn 3, 1 – 21. Renacer para la vida eterna por el bautismo y por nuestra apertura
al Espíritu Santo.
§ Hch 2, 37 – 41. Conviertánse y háganse buatizar cada uno de ustedes en el
nombre de Jesúcristo, para que queden perdonados sus pecados.
§ Rom 6, 1 – 23. El agua derramada es símbolo del sacramento del bautismo,
que nos da vida nueva como hijos e hijas de Dios. La cruz recuerda que el
bautismo nos injerta en el cuerpo de Cristo y nos hace partícipes de su muerte
y su gloria.
§ Ap 7, 9 – 17. Desde tu bautismo has sido sellado por Dios con la fuerza de su
Espíritu. ¿Qué significa esto a la luz de este bello pasaje del apocalípsis?
§ Mt 28, 19 – 20. Los discípulos reciben el mandato misionero de ir y hacer
discípulos bautizando en nombre de la Trinidad.

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3. Desarrollo Teológico del Evento67.

Conocer la importancia y la simbología del Bautismo nos permite entender la


importancia de este sacramento. Gracias al Bautismo, somos purificados del Pecado
original y nos convertimos en parte de la Iglesia y del Cuerpo de Cristo. Una vez
recibido el sacramento del bautismo tenemos acceso a los otros sacramentos y
comenzamos a emprender el camino del Espíritu. Purificados por el perdón
incondicional de Dios nos convertimos, a todos los efectos, en sus hijos.

«Estamos llamados a vivir cada día nuestro Bautismo, como realidad actual en nuestra
existencia. Si logramos seguir a Jesús y permanecer en la Iglesia, incluso con nuestros
límites, con nuestras fragilidades y nuestros pecados, es precisamente por el Sacramento
en el cual hemos sido convertidos en nuevas criaturas y hemos sido revestidos de Cristo.»
Papa Francisco, Audiencia General del 8 de enero de 2014

¿Qué es el Bautismo?
Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1213) “El santo Bautismo es
el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta
que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del
pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y
somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión”.
La palabra Bautismo proviene del griego βάπτισµα, báptisma, “inmersión”.
Eso es exactamente lo que es, una inmersión en agua purificadora.
Ya se reconocía la simbología del agua y su poder salvador, en el Antiguo
Testamento, se consideraba instrumento de la voluntad de Dios. Sucedió en el
Diluvio Universal, y en el pasaje del Mar Rojo por Moisés y el pueblo elegido para
huir de Egipto.
También en el bautismo de San Juan Bautista, que es lo más parecido al
sacramento del bautismo como lo conocemos hoy en día. Jesús apareció a Juan para
recibir el Bautismo, realmente acepta su propio destino. Al salir del agua, Jesús ve el
cielo abrirse y el Espíritu Santo aparecer en forma de paloma, mientras desde el cielo
se oye una voz: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”.

6 https://www.primeroscristianos.com/bautismo-cristianismo-primitivo/ Consultado el día lunes


30 de enero de 2023 a las 22:59 hrs.
7 NB: Para profundizar se recomienda leer del Catecismo de la Iglesia Católica los números del 1213

al 1284.

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El Espíritu Santo desciende sobre él, invirtiéndolo en su papel,
transformándolo en el Cordero de Dios. Es el comienzo de una nueva vida y la
premonición de la muerte, que conducirá a la Resurrección. El destino de un hombre
y de toda la humanidad se logra en las orillas del Jordán.
Desde el día de Pentecostés, bautismo de fuego del Espíritu Santo o descenso
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, cincuenta días después de la Resurrección de
Jesús, comienza la misión de los Apóstoles y el comienzo de la Iglesia cristiana.
A partir de este momento Pedro y los otros discípulos comienzan a predicar
la necesidad de arrepentirse de sus pecados y recibir el Bautismo para obtener el
perdón y el don del Espíritu Santo.

«Los cristianos vivimos en el mundo y no estamos exentos de oscuridades y tinieblas. Sin


embargo, la gracia de Cristo recibida en el Bautismo nos hace salir de la noche y entrar en
la claridad del día. La exhortación más bella que podemos hacernos unos a otros es la de
recordarnos nuestro bautismo, porque por medio de él hemos nacido para Dios, siendo
criaturas nuevas.»
Papa Francisco, Audiencia General Agosto 2017

Simbología del bautismo


El bautismo, como todos los Sacramentos, implica el uso de elementos
sagrados para poder impartirlo. Por ser sagrados se emplean sólo con esa finalidad
y deben estar bendecidos por el obispo o por un sacerdote. También hay gestos
simbólicos y signos no verbales que todos juntos dan luz a este sacramento precioso
e imprescindible en la vida de un cristiano.
Son muchos los símbolos del bautismo para que los hombres seamos capaces
de imaginarnos lo que está sucediendo en el alma del bautizado, que no podemos
ver con los ojos:
§ Agua bendita.
El agua es el símbolo central del sacramento del Bautismo, representa el amor
de Dios. Es derramada sobre la frente del bautizado como fuente de amor inagotable.
Tiene la función de purificar, lavar del cuerpo y el alma de pecado. El agua es,
además, un elemento universalmente reconocido como símbolo de vida.
En el momento en que el sacerdote, derrama tres veces agua sobre la cabeza
del bautizado, el fiel se une a Cristo tanto en su muerte como en su resurrección y
glorificación.

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Como explica el papa Francisco: “El bautismo nos sumerge en la muerte y
resurrección del Señor, haciendo morir en nosotros al hombre viejo, dominado por
el pecado, para que nazca el hombre nuevo, que participa de la vida de la Santísima
Trinidad.» También es el baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,
porque Dios nos ha salvado por su misericordia con el agua que nos hace criaturas
nuevas. Nos inserta como miembros de su cuerpo, que es la Iglesia, y nos hace
misioneros en el mundo, cada uno según su propia vocación, para que el mundo
crea y sea transformado.”
Jesús es bautizado en las aguas del Jordán al inicio de su ministerio público
(cfr. Mt 3,13-17), no por necesidad, sino por solidaridad redentora. En esa ocasión,
queda definitivamente indicada el agua como elemento material del signo
sacramental.

§ Luz del Cirio Pascual.


En el Antiguo Testamento la Luz, era un símbolo de Fe, y con el advenimiento
de Jesús, este simbolismo se ha enriquecido con nuevos significados fundamentales
en la vida del cristiano. La luz en el Bautismo es un símbolo que representa la guía
en el camino de encuentro con Cristo que a su vez es luz de nuestras vidas y en el
mundo. También simboliza la resurrección de Cristo.
Dice el papa Francisco: “Esa luz es un tesoro que debemos conservar y
transmitir a los demás. El cristiano está llamado a ser «cristóforo», portador de Jesús
al mundo. A través de signos concretos, manifestamos la presencia y el amor de
Jesús a los demás, especialmente a los que están atravesando situaciones difíciles. Si
somos fieles a nuestro Bautismo, difundiremos la luz de la esperanza de Dios y
transmitiremos a las futuras generaciones razones de vida.”

§ Santos óleos: Catecúmenos y Crisma.


El Santo Óleo, es un aceite perfumado y consagrado usado en el sacramento
del Bautismo. La unción con el aceite crismal simboliza la plena difusión de la gracia.
El sacerdote utiliza el Óleo para trazar una cruz en el pecho y otra entre las escápulas
del bautizado. También puede utilizarlo para ungir su cabeza, imprimiéndole un
sello que lo consagra a su nuevo papel.
Todo esto simboliza la fortaleza en la lucha contra las tentaciones, una especie
de escudo contra el pecado. El fin de este símbolo del bautismo, es consagrar la
entrada del cristiano en la gran familia de la Iglesia simbolizando el don del Espíritu
Santo.

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§ La vestidura blanca.
La pureza del alma sin mancha, que simboliza la vestidura blanca, después
del sacramento del Bautismo, el cambio profundo y la renovación interna que el
sacramento ha traído a quien lo recibió. El blanco es símbolo de una nueva vida, la
nueva dignidad que cubre el bautizado. En la antigüedad, quien iba a ser bautizado
usaba un vestido nuevo y blanco antes de unirse a los otros fieles en la Iglesia.

Los regalos del Sacramento del Bautismo.


§ Somos Hijos de Dios. Con el bautismo recibimos una vida nueva, la vida de
gracia que nos hace participar de la vida divina. Es una filiación real y no una
adopción, pues la vida de Dios estará dentro de nosotros.
§ Nos hace miembros de la Iglesia. Al recibir el bautismo, entramos a formar
parte de una familia; la familia formada por todos los hijos de Dios, que es la
Iglesia. El bautismo nos abre la puerta para poder recibir todos los demás
sacramentos.
§ Nos perdona todos los pecados. A diferencia del bautismo de Juan, el
bautismo instituido por Jesús sí perdona los pecados del que los recibe,
incluyendo al pecado original. Esto significa que si una persona muere
acabando de recibir el bautismo, no irá al purgatorio, pues no necesita
purificación alguna.
§ Nos infunde las virtudes teologales. En el bautismo, Dios nos hace tres
regalos: Son la Fe, la Esperanza y la Caridad. Las recibimos como semillas y
es deber nuestro el hacerlas crecer para que lleguen a su máximo desarrollo
dentro de nosotros.

4. Volver al signo dentro del rito litúrgico.


Nota pedagógica: Se realiza una celebración para la renovación de nuestro
bautismo; se recomienda realizarla según se desarrolla en el Misal Romano en la
Liturgia Bautismal: Bendición del agua y renovación de las promesas bautismales
(cuando no hay bautismos sino solamente aspersión del agua). Es muy conveniente
que todos los participantes tengan una vela para el momento de la renuncia /
profesión de fe. En seguida se procede a concluir con la siguiente.
Con todo esto, ¿qué ha sido lo más significativo para ti? ¿Qué sentido tiene
ahora la Liturgia Bautismal en la Vigilia Pascual para ti? ¿Cómo te acercarás a
participar de la Vigilia Pascual a partir de esta catequesis? ¿Cómo te vas a preparar
para renovar adecuadamente tu bautismo?

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Anexo #1

No sabemos saborear la fe

Tal vez, una de las mayores desgracias del cristianismo contemporáneo es la


falta de “experiencia religiosa”. Son muchos los que se dicen cristianos y, sin
embargo, no saben lo que es disfrutar de su fe, sentirse a gusto con Dios y vivir
saboreando su adhesión a Jesús. ¿Cómo se puede ser creyente sin gozar nunca del
amor acogedor de Dios?
El desarrollo de una teología de carácter marcadamente racional y la
importancia que se le ha dado en Occidente a la formulación conceptual ha llevado
con frecuencia a entender y vivir la fe como una “adhesión doctrinal” a Jesucristo.
Bastantes cristianos “creen cosas” acerca de Jesús, pero no saben comunicarse
gozosamente con él.
Algo parecido sucede a veces en la celebración litúrgica. Se observan
correctamente los ritos externos y se pronuncian palabras hermosas, pero todo
parece acontecer “fuera” de las personas. Se canto con los labios, pero el corazón
está ausente. Se recibe el Cuerpo del Señor, pero no se produce una comunicación
viva con él.
Todo esto produce una sensación extraña. Se diría que nos estamos moviendo
en la “epidermis de la fe”. En la iglesia no faltan palabras ni sacramentos. Se predica
los domingos. Se celebra la eucaristía. También hay bautizos, primeras comuniones
y confirmaciones. Pero falta “algo”, y no es fácil decir exactamente qué. Esto no es
lo que vivieron los primeros creyentes.
Necesitamos una experiencia nueva del Espíritu que nos haga vivir por
dentro y nos enseñe a “sentir y gustar de las cosas internamente”, como decía
Ignacio de Loyola. Nos falta gustar lo que decimos creer; saborear en nosotros la
presencia callada pero real de Dios. Nos falta espontaneidad con él, confianza
gozosa en su amor.
Ante esta falta de “experiencia religiosa” surge la propuesta de las catequesis
mistagógicas.
La acción de la catequesis mistagógica tiene por objeto ayudar a “las personas
a insertarse progresivamente en la vida de la Iglesia y en la vida cristiana cotidiana”.
Está ligada a la acción litúrgica y trata de promover el ingreso gradual del fiel al
misterio Pascual y en la vida cristiana articulando la vivencia litúrgica a los diversos
elementos de la vida cristiana.

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Esa trata de llevar a los fieles al encuentro del misterio de Dios, a la luz de la
Palabra, de la experiencia de los sacramentos y de la comunidad, que dan un
auténtico sentido a la vida cristiana. Valorando la puesta en común de experiencias,
esa interpreta los ritos de los sacramentos de la iniciación cristiana, a la luz de la
historia de la salvación, haciendo emerger su significado en el hoy de la vida
cristiana de los bautizados.

Una metodología mistagógica.

Una manera peculiar de introducir en los misterios de Dios es la explicación


de los signos, especialmente en los sacramentos. Las catequesis mistagógicas como
etapa final del catecumenado dan fe de esta catequesis litúrgica. Precisamente en
ella se unen la liturgia y la catequesis complementariamente. Una catequesis
mistagogica acontece cuando de la experiencia de un signo, se hace una explicación
de su significado para vivirlo con mayor conciencia, comprendiendo la riqueza de
los símbolos y su importancia en la historia de la salvación que se hace liturgia.
La mistagogía, en cuanto esa explicación de los signos, requiere de un método
especifico que comprende los siguientes pasos.
a. Descripción o desarrollo detallado del rito. Se parte desarrollando un rito en
un sacramento especifico o un símbolo dentro de la celebración.
b. Referencia al relato o pasaje bíblico. Una vez explicado, se fundamenta ese
rito con algún pasaje de la Historia de la Salvación en el Antiguo o Nuevo
Testamentos.
c. Desarrollo teológico del evento. Ahora, con los elementos del rito iluminado
con la Sagrada Escritura se hace teología. Es decir, por ejemplo, si el rito ha
sido el del bautismo, se explican las verdades de fe que nos iluminan sobre
este sacramento. (El Catecismo de la Iglesia Católica nos puede iluminar en
esta parte)
d. Todo lo que se ha reflexionado se aplica al rito litúrgico. Al final se regresa al
rito, resaltando su importancia y la necesidad de vivirlo con detenimiento y
su importancia en nuestra vida cotidiana .

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DIMENSIÓN PASTORAL PARA LA CATEQUESIS

DIÓCESIS DE IRAPUATO

Tel. 01 (464) 648-6123

e – mail: dipakadi70@gmail.com

Dipakadi Diócesis de Irapuato

Domicilio: calle 7 de Enero #201 col. INFONAVIT 1

Salamanca, Gto.

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