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Primer día: “Como Don Bosco Educador”

Introducción

El tema de Don Bosco educador está puesto


en el corazón de cada miembro de la Familia
Salesiana. En efecto, es imposible pensar en
Don Bosco sin considerarlo uno de los más
grandes educadores de su tiempo […] Para
Don Bosco ser sacerdote significaba educar a
los jóvenes siguiendo el método preventivo –
mandato recibido en el sueño de los nueve años- […] Conocer,
amar e imitar a Don Bosco educador, se convierte para nosotros,
sus discípulos, en un mandato cargado de responsabilidad.
Queremos acercarnos a Don Bosco educador, para una fidelidad
carismática a nuestro Padre, es necesario hacer nuestro el
contenido y el método de su oferta educativa y pastoral para
actualizarla según la sensibilidad y las exigencias de nuestro
tiempo (Sor Piera Ruffinatto).

En este primer día del Triduo estamos llamados a valorar a Don


Bosco como educador y renovar nuestra identidad de educadores
salesianos.

Canto a Don Bosco

Salve, Don Bosco santo, joven de corazón; mira


todo el quebranto de un mundo sin amor.
Breve silencio
.

LECTURA EVANGÉLICA (LC 5, 1-6)

“Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba


sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que
estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de
ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era
de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y,
sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando
acabó de hablar, dijo a Simón: - «Rema mar adentro, y echad
vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: - «Maestro,
hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada;
pero, en tu palabra, echaré las redes.»

LECTURA DE DON BOSCO

José Buzetti fue un salesiano ejemplar que estuvo siempre con Don
Bosco, pero hubo una vez en la que pensó dejar solo a Don Bosco.

“Se buscó un trabajo en Turín y fue a despedirse de Don Bosco.


Con su acostumbrada franqueza le dijo que ya se estaba
convirtiendo en la última rueda del carro, que le tocaba obedecer
a los que él había visto llegar de niños, a los que había enseñado
a limpiarse los mocos. Manifestó su gran pena por tener que
marcharse de aquella casa que había visto levantarse, desde los
días del sotechado.

Don Bosco no le dijo: «Me dejas solo. ¿Cómo me las apañaré sin
ti?» No tuvo compasión de sí mismo. Pensó en él, en su amigo más
querido: «¿Ya has encontrado trabajo? ¿Te pagan bien? No tienes
dinero y ciertamente te hará falta para los primeros gastos».

Abrió los cajones de la escribanía: «Tú conoces, mejor que yo,


estos cajones. Toma lo que te falta; si no alcanza, dime cuánto
necesitas y lo buscaré. No quiero, José, que tengas que padecer
ninguna privación por mí». Le miró después con aquel amor que
solamente él tenía para sus muchachos: «Nos hemos querido
siempre. Espero que no me olvides nunca». Entonces Buzetti
estalló en llanto. Lloró largo rato, y dijo: «No, no quiero dejar a
Don Bosco. Me quedaré siempre con él».

BOSCO, T., “Don Bosco, una biografía nueva”, pg. 278-279

REFLEXIÓN PERSONAL

• ¿Me sigo sintiendo llamado a trabajar por los demás, por los
jóvenes?
• ¿Quién es Don Bosco para mí? ¿Qué me ofrece en esta etapa
a mi vida?
• ¿En qué grado y en qué forma concreta estoy dispuesto a
comprometerme con él?

PRECES

Elevemos nuestra oración a Dios Padre, que nos ha llamado para


proseguir la obra de Don Bosco. R/Tu Madre interceda por
nosotros.

1. Has suscitado en tu Iglesia a San Juan Bosco como padre y


maestro de la juventud: concédenos a todos nosotros de amar
a los jóvenes y dedicar con entrega nuestra vida para su bien.

2. Tú has concedido al Santo de los jóvenes de unir, a la acción


incansable, una intensa vida de oración: asístenos con la
fuerza de tu Espíritu para que en nuestro trabajo
permanezcamos siempre unidos a Ti.

3. Tú quieres que los padres sean los principales educadores de


sus hijos, te rogamos para que encuentren en Ti la sabiduría
y fortaleza en este compromiso.
4. A nuestro Fundador le has dado a la Virgen María como Madre
y Maestra: concédenos confiar siempre en su auxilio y
experimentar su presencia materna.

5. Escucha las súplicas que, en este primer día del triduo en


honor a nuestro Padre Don Bosco, te hacemos, para que por
su intercesión, nos concedas las gracias que necesitamos
según tu voluntad.

PADRENUETRO: Terminemos nuestra oración diciendo juntos la


oración que nos hermana y pidamos unos por otros. Padre
nuestro…

ORACIÓN FINAL: Acoge, oh Padre,


nuestra oración; revela en nosotros
el ardor apostólico y el entusiasmo
en nuestra misión, y concédenos ver
un día los frutos de nuestra fatiga
cotidiana. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

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