Pequeñ as comunidades eclesiales Enero de 2023

TEMA: NOS VALORAMOS NOSOTROS MISMOS COMO PERSONAS

Bienvenida: Sean todos bienvenidos a nuestra reunión mensual al comienzo de este

nuevo año 2023. Después de haber vivido el gran misterio del nacimiento de nuestro Dios
en la Navidad, vamos ahora a retomar las reuniones de las pequeñas comunidades. Que
su claridad siga resplandeciendo en nuestras vidas a lo largo de este año. Dejemos que Él,
Palabra hecha carne, nos acompañe en el camino de fe y formemos comunidades bien
cimentadas en la Palabra viva que es Jesús.

Esto año vamos a meditar en los valores de la primera etapa del plan pastoral: nos
valoramos como personas, valoramos que somos hermanos, valoramos la comunidad.
Tres dimensiones que nos ayudarán a formar y fortalecer nuestra pequeña comunidad.

Signo: Biblia abierta (en la cita propuesta para esta reunión) sal, luz y reloj. Junto con un
letrero que diga “Cuando comiences a valorarte a ti mismo, los demás lo harán”. Pruébalo
y veras los resultados.

Canto: Cantando la alegría de vivir

Cantando la alegría de vivir Venid, entremos todos dando gracias.

lleguemos a la Casa del Señor;
marchando todos juntos como
hermanos,
andemos los caminos hacia Dios.
Venid, cantemos todos al Señor.
Gritemos a la roca que nos salva.
Cantemos la alabanza a nuestro Dios.
Fuente: https://youtu.be/yBrw6f9xSAU

Oración inicial: Oración por las pequeñas comunidades

Señor Dios y Padre nuestro, que nos has llamado has ser pueblo tuyo en esta Diócesis de
Ciudad Altamirano.

Concédenos vivir la alegría de la fe y el compromiso cristiano en las pequeñas

comunidades; y así experimentar en nuestras relaciones fraternas la comunión que nos
haga sensibles a servir a todos en sus alegrías, tristezas y esperanzas.

Que nos una la oración hecha en tu nombre. Que la escucha de la Palabra de tu Hijo nos
ayude a discernir y actuar como verdaderos discípulos-misioneros que anuncian la justicia
y la paz en nuestras familias, pueblos y comunidades.

Danos tu Espíritu Santo, a fin de que vivamos la experiencia de ser más hermanos entre
nosotros que seamos signos de tu Reino en el mundo de hoy.
Ayúdanos a caminar juntos en esta experiencia de ser Iglesia que llega a todos y no
excluye a nadie; y así dar razón de nuestra esperanza.
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Virgen de San Lucas acompáñanos en este camino de fe e intercede por nosotros tus hijos.
Amén

Nexo: En el mes pasado reflexionamos que como Iglesia particular tenemos nuestro
propio camino, dicho camino que sólo podemos hacer dando valor al esfuerzo de cada
uno nosotros los bautizados en la construcción del Reino de Dios.

Objetivo: Las familias de nuestra Diócesis se reúnen en pequeña comunidad para

reflexionar el tema: “nos valoramos como personas” y se comprometen a crear un clima
de acogida y convivencia entre todos.

1. EXPERIENCIA HUMANA
UN CIEGO CON LUZ
Hace ya cientos de años, en una ciudad de
oriente, un hombre estaba caminando una noche
por las oscuras calles de la ciudad llevando una
lámpara de aceite encendida.

En aquella particular ocasión la ciudad se encontraba especialmente oscura ya que no

había luna.

En un determinado momento el hombre de la lámpara se encontró con su amigo

Francisco. Al principio Francisco no le reconoció (estaba tan oscuro) pero, conforme se
fueron acercando, pudo comprobar que el hombre de la lámpara era su amigo Filiberto.
Filiberto era el único ciego de la ciudad.

Cuando estuvieron cerca Francisco le dijo: - Pero Fili, ¿qué haces llevando una lámpara
encendida si estás ciego y no te sirve para nada? Entonces el ciego le respondió diciendo: -
Pancho, amigo, yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las
calles de esta ciudad de memoria. Llevo la luz para que otros puedan encontrar su camino
cuando me vean a mí.

Para compartir juntos:

¿En qué situación de tu vida te has sentido como Francisco?

¿En qué situación de tu vida te has sentido guiado por otro, de quien no esperabas ayuda,
como el caso del ciego de Filiberto?

¿Cuáles son tus virtudes que son lámparas para los demás?

¿Qué te hace pensar la frase: “lo esencial es invisible a los ojos”?

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2. ILUMINACIÓN

Leemos el texto de Colosenses 3,13-17. En voz alta las veces necesarias para internalizar la
Palabra de Dios.

“Sopórtense unos a otros” Con esta exhortación san Pablo invita a esta comunidad de
Colosas a superar las dificultades que tienen. Frente a esta dificultad Pablo convoca a
practicar la comprensión mutua, la tolerancia y el perdón como instrumento de unidad en
la comunidad.

Podemos traducir la expresión “sopórtense unos a otros” como “trátense amablemente”.

Esta segunda expresión conlleva una actitud activa en la relación. Si realmente nos
preocupamos por tener gestos de amabilidad con los demás, se lograra con el tiempo una
relación de amor cristiano en la comunidad.

Seguidamente llama al perdón: “perdónense mutuamente siempre que alguien tenga

motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo”. Hemos
sido llamados a vivir la PAZ de CRISTO porque formamos un solo cuerpo eucarístico.

Sólo podremos mostrar el camino a otros, si con humildad reconocemos que el nuestro
está lleno de imperfecciones, desvíos y pérdidas de rumbo. Podemos indicar, mostrar,
sugerir, pero nunca obligar al otro a seguir nuestro camino. Somos únicos e irrepetibles en
nuestro caminar.

Jesús quiere ayudarnos a través de los demás. Porque somos importantes para él y para
los otros. Dios provee a los demás lo que él quiere darnos a cada uno. Todos somos su
instrumento para realizar su plan de salvación. Somos Cuerpo de Cristo y en comunidad
potenciamos nuestros dones para el servicio de nuestra pobre y tonta humanidad; triste y
oscura. Juntos podemos ser la gran luz del Señor, que desde él puede ser potente y
brillante; tan fuerte que es capaz de derribar muros de odios, paredes de miedos y pozos
de tristezas… porque la luz que llevamos no es nuestra sino del Creador; fuente de toda
luz.

Al caminar juntos, podemos descubrir la propia oscuridad y apropiarnos de ella para

transformarla en sabiduría. Valorándonos primero a nosotros mismos para luego valorar a
los demás; así nos lo recuerda el mandamiento del amor: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Pero hay otro muy parecido:
amarás a tu prójimo como a ti mismo” y así encontrarnos para caminar en sinodalidad, es
decir “juntos” como nos ha invitado el papa Francisco. Lograremos cosas inimaginables.
Démonos cuenta lo valiosa que es nuestra vida a los ojos de Dios Padre; aunque tengamos
momentos de molestias, dificultades y problemas; él está con nosotros se subió a nuestra
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barca, es decir a nuestra vida. Es aquí donde nos urge descubrir el Amor de Dios para cada
uno y allí donde vivimos, trabajamos, en nuestro quehacer diario es donde podemos
construir un “mundo mejor”, con lo que haces y eres. ¿Somos conscientes de este llamado
que Dios nos sigue haciendo?

3. COMPROMISOS

Para que funcione bien nuestra pequeña comunidad y nuestra familia, primero tenemos
valorarnos a nosotros mismos, es decir, tomar conciencia de que somos personas con
cualidades y defectos pero que tratamos de actuar con madurez y con fe en el Señor. Por
eso, a manera de compromisos, contestamos las siguientes preguntas:

+ Me siento orgulloso/a de mí mismo/a cuando…

+ Me valoro a mí mismo/a cuando…

+ valoro a los demás cuando…

4. CELEBRAMOS NUESTRA FE

Oramos juntos la siguiente plegaria:
Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la
vida. Pero la vida Tú nos la has dado para
gastarla; no se la puede economizar en
estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás,
aunque no paguen, hacer un favor al que
no va a devolverlo.
Gastar la vida es lanzarse aun al fracaso,
si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.
Gastar la vida no se hace con gestos
hinchados, y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin
publicidad, como el agua de la vertiente,
como la madre da pecho a su hijo,
como el sudor humilde del sembrador.
El futuro es un enigma,
nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos,
porque tu Espíritu va con nosotros. Amén

Confiados en el amor del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, decimos: Padre nuestro…

Cantamos: amar es entregarse…

5. MEMORIZACIÓN

“CUIDAMOS NUESTRA PERSONA. SOMOS AQUELLO QUE AMAMOS”