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Objetivo: El objetivo de esta Noche de Borde es que los jóvenes conozcan la vida de
Santo Domingo Savio y aumente su deseo de querer ser santos.
Ideas principales:
• Dios nos ha creado a todos para que seamos santos, para que vivamos en la amistad
con Él.
• La santidad es algo para todos: niños, jóvenes, mayores, matrimonios, sacerdotes,...
• Jesús nos invita a ser santos siguiendo el ejemplo de Santo Domingo Savio: hacer lo
que hay que hacer en la vida cotidiana.
Decoración: Colocar imágenes del santo de esta sesión, bien colgadas por las paredes,
o bien en una proyección con el ordenador. También se puede colocar el emoji de santo.
Sugerencias de Audiovisuales:
- “Quiero ser santo” – Extracto de la película Don Bosco:
https://www.youtube.com/watch?v=3TjTLKqkZYc&t=40s
- “La simple santidad” – Extracto de la película Don Bosco:
https://www.youtube.com/watch?v=waL5R1VFsWk
- Sobre la santidad (I): https://www.youtube.com/watch?v=ZRAWRTvaGbw
- Sobre la santidad (II): https://www.youtube.com/watch?v=8QHZGnaVjpQ&t=261s
- Sobre la santidad (III): https://www.youtube.com/watch?v=_SL-RybzLtQ
Escritura:
Sal 119,9; Sal 103,1; Is 57, 15; Lv 20, 26; Mt 5, 48; Rm 6, 22; Flp 2,5.
Catecismo:
1995; 2012; 2013: 2014; 2015
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ACOGIDA (GATHER)
TEMA – (PROCLAIM)
10 min
Resoluciones tomadas por mí, Domingo Savio, en el año de 1849, en el día de mi Primera
Comunión, a la edad de siete años:
1.- Me confesaré a menudo, y comulgaré tan frecuentemente como mi confesor lo
permita.
2.- Deseo santificar los domingos y fiestas en forma especial.
3.- Mis amigos serán Jesús y María.
4.- Prefiero morir antes que pecar.
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En la Vita escrita sobre Domingo Savio años más tarde, Juan Bosco afirmó que
esos recuerdos fueron como una especie de guía para sus acciones hasta el final de su
vida. Don Bosco encontraba en ellos una fórmula sencilla y completa para la vida
cristiana de los jóvenes.
El maestro que Domingo tuvo en 1853, cuando el niño contaba con once años de
edad, se expresó en estos términos: Puedo decir que en todo este tiempo no tuve en mi
escuela un muchacho parecido a Domingo en la amistad con el Señor. Era joven de edad,
pero sensato como un adulto. Su dedicación constante al estudio y su cumplida bondad
atraían el afecto del maestro y lo hacían amigo de todos.
El 2 de octubre de aquel año Domingo se encontró por primera vez con Juan
Bosco en Becchi, junto a la casa natal del educador, y el 29 de octubre de 1854 entró en
el oratorio de Valdocco de Turín para completar los estudios, en particular el del latín.
Tal como había predicho don Bosco, la salud de Domingo empezó a empeorar.
En febrero de 1857 tuvo fortísimos accesos de tos que le obligaron a guardar cama
durante semanas. El domingo 1 de marzo fue enviado de vuelta a la casa de sus padres,
en Mondonio. Un médico diagnosticó que padecía de algún tipo de inflamación en los
pulmones y decidió sangrarlo, según se acostumbraba en aquella época, pero el niño
siguió empeorando. En los primeros días de marzo de 1857, Domingo recibió la unción
de los enfermos; al anochecer del lunes 9 de marzo rogó a su padre que recitara las
oraciones por los agonizantes. De repente, su rostro se transfiguró con una sonrisa de
gozo, y exclamó: ¡Estoy viendo cosas maravillosas!
Esas fueron sus últimas palabras. Murió con 14 años.
La vida de Santo Domingo Savio nos impulsa a desear ser santos con todo
nuestro corazón y con toda nuestra vida. Como hemos visto, Domingo no era un niño
“raro” que no tuviese amigos o que hiciese cosas extrañas sino que era un chico normal,
que vivía de forma extraordinaria las cosas ordinarias de la vida.
A veces podemos pensar que la santidad es sólo para sacerdotes, monjas, o
personas que hacen cosas extrañas...sin embargo la vida de Santo Domingo nos alienta
a buscar la santidad en nuestro día a día. En nuestra casa con nuestros padres,
obedeciéndoles en todo; en el instituto con los profesores respetándoles y haciendo lo
que nos dicen; con nuestros amigos siendo amigos de verdad, sin mentir, sin
criticar,...sino ayudándoles en todo y perdonando y siendo bueno siempre y con todos.
Quizá fue estas fueron algunas de las cualidades de Santo Domingo Savio.
- En su casa obedeció siempre a sus padres, respetándolos siempre y haciendo
siempre lo que le decían. La obediencia, a diferencia del juego que hemos hecho al
principio, no es obedecer normas porque sí sin ningún “sentido” sino que cuando algún
adulto nos dice algo para obedecer es para nuestro bien. Aunque nosotros a veces no lo
entendamos. Domingo Savio tenía esto muy claro y por eso obedecía siempre en todo.
- Cuando empezó en el Oratorio con Don Bosco, tras un sermón del padre Bosco
acerca de la austeridad y el sacrificio, donde remarcaba que cuando uno se sentía
oprimido por alguna calamidad o molestia del cuerpo había que ofrecérselo a la Virgen,
Domingo renovó sus votos realizados con ocasión de su primera comunión ante el altar
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de María en el oratorio. El niño consideró que este sería el medio más adecuado para
llegar a la más alta perfección y en ese momento se propuso convertirse en santo.
Domingo comenzó a realizar austeridades de todo tipo, como consumir sólo la mitad
de su ración de comida, dormir menos tiempo y rezar más. Sentía gran devoción por la
Virgen María, llegando a permanecer más de cinco horas diarias rezando. Una noche de
invierno, don Bosco encontró a Domingo temblando de frío en la cama, sin más
cobertor que una sábana.
— ¿Te has vuelto loco? ¡Vas a coger una pulmonía!
—No lo creo —respondió Domingo—. Nuestro Señor no cogió ninguna
pulmonía en el establo de Belén.
Desde entonces don Bosco le prohibió formalmente hacer penitencia alguna sin
su permiso. Domingo se entristeció, pero Juan Bosco insistió en que debía jugar
alegremente con sus compañeros. Y obedeció sin tardar. Desde aquel momento hasta
su muerte, Domingo unió la piedad con una alegría serena que gustaba a Don Bosco,
dedicándose con mayor celo a los compañeros marginados por otros y a aquellos que
enfermaban.
Se distribuye a los chicos en los pequeños grupos y se puede comentar con ellos las
siguientes preguntas:
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- al diablo que no ama, y que sólo quiere arruinar mi vida haciéndola cada
día peor y que acabe haciendo daño a los demás y a mí mismo
- a Dios que me ama tanto que se entregó en la cruz con el fin de que yo
esté con él para siempre en el cielo y para que le ame también a él, a mi familia,
a mis amigos e incluso a mis enemigos.
ORACIÓN (SEND)
20 min
Con todo el grupo reunido en la capilla se propone que todos los chicos hagan
un compromiso serio para acoger los mismo propósitos que se propuso Santo Domingo
el día de su comunión.
"María, te doy mi corazón, haz que sea siempre tuyo. Jesús y María sean ustedes
mis amigos, pero por piedad, que yo muera antes que me ocurra la desgracia de cometer
un solo pecado."