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“Quiero ser santo”

Edge Night sobre Santo Domingo Savio

Objetivo: El objetivo de esta Noche de Borde es que los jóvenes conozcan la vida de
Santo Domingo Savio y aumente su deseo de querer ser santos.

La Sesión en un vistazo: La sesión comienza con un juego en el que los chicos


comprenderán como la obediencia no es seguir normas sin más, sino que las normas
implican un bien para nosotros. Después de esto, en la catequesis se podrá hablar de la
vida de Domingo Savio y también de hacer crecer en cada uno de los chicos el deseo de
santidad desde las cosas ordinarias. En la reunión por grupos podrán comentar distintos
aspectos de la vida de Santo Domingo y de sus deseos de santidad. Por último, en la
oración, se invitará a los chicos a comprometerse a cumplir los mismos propósitos que
Santo Domingo Savio se propuso tras su primera comunión.

Ideas principales:
• Dios nos ha creado a todos para que seamos santos, para que vivamos en la amistad
con Él.
• La santidad es algo para todos: niños, jóvenes, mayores, matrimonios, sacerdotes,...
• Jesús nos invita a ser santos siguiendo el ejemplo de Santo Domingo Savio: hacer lo
que hay que hacer en la vida cotidiana.

Decoración: Colocar imágenes del santo de esta sesión, bien colgadas por las paredes,
o bien en una proyección con el ordenador. También se puede colocar el emoji de santo.

Sugerencias de Audiovisuales:
- “Quiero ser santo” – Extracto de la película Don Bosco:
https://www.youtube.com/watch?v=3TjTLKqkZYc&t=40s
- “La simple santidad” – Extracto de la película Don Bosco:
https://www.youtube.com/watch?v=waL5R1VFsWk
- Sobre la santidad (I): https://www.youtube.com/watch?v=ZRAWRTvaGbw
- Sobre la santidad (II): https://www.youtube.com/watch?v=8QHZGnaVjpQ&t=261s
- Sobre la santidad (III): https://www.youtube.com/watch?v=_SL-RybzLtQ

Escritura:
Sal 119,9; Sal 103,1; Is 57, 15; Lv 20, 26; Mt 5, 48; Rm 6, 22; Flp 2,5.

Catecismo:
1995; 2012; 2013: 2014; 2015

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ACOGIDA (GATHER)

Bienvenida e Introducción (5 min): Se da la bienvenida a los jóvenes, se hace una


pequeña oración, se presenta a alguien nuevo que haya y se hace un breve resumen de
lo que se va a hacer ese día.

Dinámica – Busca al líder (10min)

La dinámica de esta sesión consiste en que se pondrá todo el grupo en un círculo.


Cuando ya estén así colocados los chicos, de entre ellos, se elegirá a uno que quiera salir
del círculo y de la sala.
Una vez que haya salido de la sala, de entre los chicos que se han quedado en el círculo,
se elegirá a uno para que sea el líder en ese turno. ¿Cuál es el papel del líder? Ir llevando
distintas órdenes que el resto del círculo tiene que hacerlo lo más rápido posible (ej: dar
palmadas, dar zapatatazos, chascar los dedos, caminar hacia la derecha,...).
Cuando ya se haya elegido al líder se llama al chico que salió de la sala. El líder empieza
con una orden (ej: dar palmadas) que todo el círculo tiene que seguir de forma rápida.
Y el líder va cambiando de órdenes. El chico que salió de la sala tiene que adivinar quién
es el líder, el que va llevando las órdenes. Cuando lo adivine se cambian los papeles: se
elige una nueva persona para que salga de la sala y también un nuevo líder para que
lleve las órdenes.

TEMA – (PROCLAIM)
10 min

¿Quién es Santo Domingo Savio?


Domingo Savio —«Dominguito» para sus padres—, nació en San Giovanni da
Riva, cerca de Chieri (Italia) el 2 de abril de 1842, pero cuando tenía solo unos veinte
meses, sus padres se trasladaron a Murialdo, donde nacieron sus hermanos. En 1847, su
madre lo llevó a la iglesia, siendo párroco Juan Bautista Zucca; allí aprendió a ayudar en
misa como monaguillo. En febrero de 1849, toda la familia se trasladó a Mondonio.
Domingo, con siete años y una preparación y madurez poco común para su edad,
recibió el 8 de abril su primera comunión en la parroquia de Castelnuovo de Asti.
Arrodillado al pie del altar, con las manos juntas, pronunció los propósitos que venía
preparando desde hace tiempo, y que quedaron escritos en su devocionario:

Resoluciones tomadas por mí, Domingo Savio, en el año de 1849, en el día de mi Primera
Comunión, a la edad de siete años:
1.- Me confesaré a menudo, y comulgaré tan frecuentemente como mi confesor lo
permita.
2.- Deseo santificar los domingos y fiestas en forma especial.
3.- Mis amigos serán Jesús y María.
4.- Prefiero morir antes que pecar.

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En la Vita escrita sobre Domingo Savio años más tarde, Juan Bosco afirmó que
esos recuerdos fueron como una especie de guía para sus acciones hasta el final de su
vida. Don Bosco encontraba en ellos una fórmula sencilla y completa para la vida
cristiana de los jóvenes.

El maestro que Domingo tuvo en 1853, cuando el niño contaba con once años de
edad, se expresó en estos términos: Puedo decir que en todo este tiempo no tuve en mi
escuela un muchacho parecido a Domingo en la amistad con el Señor. Era joven de edad,
pero sensato como un adulto. Su dedicación constante al estudio y su cumplida bondad
atraían el afecto del maestro y lo hacían amigo de todos.

El 2 de octubre de aquel año Domingo se encontró por primera vez con Juan
Bosco en Becchi, junto a la casa natal del educador, y el 29 de octubre de 1854 entró en
el oratorio de Valdocco de Turín para completar los estudios, en particular el del latín.
Tal como había predicho don Bosco, la salud de Domingo empezó a empeorar.
En febrero de 1857 tuvo fortísimos accesos de tos que le obligaron a guardar cama
durante semanas. El domingo 1 de marzo fue enviado de vuelta a la casa de sus padres,
en Mondonio. Un médico diagnosticó que padecía de algún tipo de inflamación en los
pulmones y decidió sangrarlo, según se acostumbraba en aquella época, pero el niño
siguió empeorando. En los primeros días de marzo de 1857, Domingo recibió la unción
de los enfermos; al anochecer del lunes 9 de marzo rogó a su padre que recitara las
oraciones por los agonizantes. De repente, su rostro se transfiguró con una sonrisa de
gozo, y exclamó: ¡Estoy viendo cosas maravillosas!
Esas fueron sus últimas palabras. Murió con 14 años.

“Quiero ser santo”

La vida de Santo Domingo Savio nos impulsa a desear ser santos con todo
nuestro corazón y con toda nuestra vida. Como hemos visto, Domingo no era un niño
“raro” que no tuviese amigos o que hiciese cosas extrañas sino que era un chico normal,
que vivía de forma extraordinaria las cosas ordinarias de la vida.
A veces podemos pensar que la santidad es sólo para sacerdotes, monjas, o
personas que hacen cosas extrañas...sin embargo la vida de Santo Domingo nos alienta
a buscar la santidad en nuestro día a día. En nuestra casa con nuestros padres,
obedeciéndoles en todo; en el instituto con los profesores respetándoles y haciendo lo
que nos dicen; con nuestros amigos siendo amigos de verdad, sin mentir, sin
criticar,...sino ayudándoles en todo y perdonando y siendo bueno siempre y con todos.
Quizá fue estas fueron algunas de las cualidades de Santo Domingo Savio.
- En su casa obedeció siempre a sus padres, respetándolos siempre y haciendo
siempre lo que le decían. La obediencia, a diferencia del juego que hemos hecho al
principio, no es obedecer normas porque sí sin ningún “sentido” sino que cuando algún
adulto nos dice algo para obedecer es para nuestro bien. Aunque nosotros a veces no lo
entendamos. Domingo Savio tenía esto muy claro y por eso obedecía siempre en todo.
- Cuando empezó en el Oratorio con Don Bosco, tras un sermón del padre Bosco
acerca de la austeridad y el sacrificio, donde remarcaba que cuando uno se sentía
oprimido por alguna calamidad o molestia del cuerpo había que ofrecérselo a la Virgen,
Domingo renovó sus votos realizados con ocasión de su primera comunión ante el altar

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de María en el oratorio. El niño consideró que este sería el medio más adecuado para
llegar a la más alta perfección y en ese momento se propuso convertirse en santo.
Domingo comenzó a realizar austeridades de todo tipo, como consumir sólo la mitad
de su ración de comida, dormir menos tiempo y rezar más. Sentía gran devoción por la
Virgen María, llegando a permanecer más de cinco horas diarias rezando. Una noche de
invierno, don Bosco encontró a Domingo temblando de frío en la cama, sin más
cobertor que una sábana.
— ¿Te has vuelto loco? ¡Vas a coger una pulmonía!
—No lo creo —respondió Domingo—. Nuestro Señor no cogió ninguna
pulmonía en el establo de Belén.
Desde entonces don Bosco le prohibió formalmente hacer penitencia alguna sin
su permiso. Domingo se entristeció, pero Juan Bosco insistió en que debía jugar
alegremente con sus compañeros. Y obedeció sin tardar. Desde aquel momento hasta
su muerte, Domingo unió la piedad con una alegría serena que gustaba a Don Bosco,
dedicándose con mayor celo a los compañeros marginados por otros y a aquellos que
enfermaban.

- Además quería bien a sus amigos. Estaba siempre dispuesto a jugar y a


acompañar a aquellos que eran menos queridos por sus compañeros y quería llevar a
todos sus amigos la alegría de ser cristiano, de ser amigo de Jesús. Hablaba a sus
compañeros sobre lo feliz que le hacían Jesús y la Virgen María. El 8 de junio de 1856,
Domingo fundó la Compañía de la Inmaculada, cuyo reglamento también escribió. El
principal objetivo de la Compañía era el apostolado entre los propios compañeros. Don
Bosco lo aprobó. Se considera que esa Compañía fue la obra maestra de Domingo
Savio, testimonio de su espiritualidad cuando apenas contaba con catorce años.

Como vemos la vida de un santo como Domingo Savio no es algo que no


podamos imitar: ser bueno en casa con nuestros padres, en el colegio con nuestros
profesores y con nuestros compañeros y amigos. Y en medio de esto tener un amor
tierno por Jesús y por la Virgen y llevar a todos esta alegría de ser cristianos.

REUNIÓN POR GRUPOS (BREAK)


20 min

Se distribuye a los chicos en los pequeños grupos y se puede comentar con ellos las
siguientes preguntas:

 ¿Qué es lo que más te ha impresionado de la vida de Santo Domingo Savio?


¿Qué cosas crees que puedes imitar de él para ser mejor amigo de Jesús? ¿Y para
ser mejor amigo de tus amigos?
 Saber que Dios te ama y que está contigo ¿qué significa para ti? ¿A qué te mueve
el amor de Dios?
 ¿Sigo la voluntad de Dios o simplemente hago lo que yo quiero y lo que a mí me
gusta?
 ¿Obedezco a mis padres y a los sacerdotes sabiendo que no me piden algo para
molestar sino para que sea más feliz y sea mejor persona?
 Yo estoy hecho para servir a alguien. ¿A quién elijo servir?

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- al diablo que no ama, y que sólo quiere arruinar mi vida haciéndola cada
día peor y que acabe haciendo daño a los demás y a mí mismo
- a Dios que me ama tanto que se entregó en la cruz con el fin de que yo
esté con él para siempre en el cielo y para que le ame también a él, a mi familia,
a mis amigos e incluso a mis enemigos.

ORACIÓN (SEND)
20 min

Con todo el grupo reunido en la capilla se propone que todos los chicos hagan
un compromiso serio para acoger los mismo propósitos que se propuso Santo Domingo
el día de su comunión.

1.- Me confesaré a menudo, y comulgaré tan frecuentemente como mi confesor


lo permita.
2.- Deseo santificar los domingos y fiestas en forma especial.
3.- Mis amigos serán Jesús y María.
4.- Prefiero morir antes que pecar.
Después se propone rezar una oración a Santo Domingo Savio para pedir su
intercesión en el cumplimiento de estos propósitos:
Amado Santo Domingo, tú entregaste tu corta vida totalmente por el amor a Jesús
y su Madre. Ayuda hoy a la juventud para que se dé cuenta de la importancia de Dios en
su vida. Tu que llegaste a ser santo a través de la participación fervorosa de los
sacramentos, ilumina a padres y niños en la importancia de la frecuencia en la confesión y
santa comunión. Tú que a una temprana edad meditaste en los sufrimientos de la Pasión
de Nuestro Señor, obtén para nosotros la gracia de un ferviente deseo de sufrir por amor a
Él. Necesitamos desesperadamente tu intercesión para proteger a los niños de hoy de los
engaños de este mundo. Vigila sobre ellos y condúceles por el camino estrecho hacia el
Cielo. Pide a Dios que nos de la gracia para santificar nuestras obligaciones diarias
llevándolas a cabo de manera perfecta por amor a Él. Y recuérdanos la necesidad de
practicar la virtud sobre todo en los tiempos de prueba y tribulación. Santo Domingo Savio,
tu que supiste preservar el corazón en la inocencia bautismal, ruega por nosotros.

O sino esta otra:

"María, te doy mi corazón, haz que sea siempre tuyo. Jesús y María sean ustedes
mis amigos, pero por piedad, que yo muera antes que me ocurra la desgracia de cometer
un solo pecado."

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