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Breve introducción
Falsamente se cree que mientras se tenga un mejor sistema de exámenes, se obtiene
con ello un mejor sistema de enseñanza. Pero esto es falso, ya que el examen es un
efecto de las concepciones sobre el aprendizaje, y no el motor que transforma la
enseñanza.
Por otro lado, no siempre se vinculó el examen a acreditación ni a calificación. El
examen moderno efectúa reduccionismos técnicos sobre el saber pedagógico. Esta
propuesta técnica de exámenes, ha contribuido al empobrecimiento de la visión sobre
la educación.
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En términos de Foucault, el examen es un espacio que invierte las relaciones de saber y
de poder. Es decir, presenta como si fueran relaciones de saber, las que
fundamentalmente son de poder.
Promover y calificar el desempeño estudiantil a través del examen trae las siguientes
consecuencias:
- La separación del examen de la metodología de aprendizaje (el examen dejó de ser un
aspecto del método ligado al aprendizaje, como lo era hasta antes de la Edad Media y la
Universidad medieval)
-Pervierte la relación pedagógica entre el estudiante y el docente: Estos dos solo se
concentran en la acreditación.
Con la aparición de las nuevas funciones del examen (acreditar y promover) se
conforma una suerte de “pedagogía del examen”. De manera tal que, ante la existencia
de dificultades en el aprendizaje, los maestros y las instituciones aplican exámenes. Se
valora al sujeto de manera uniforme, subordinando sus características a una dimensión
técnica, a-histórica y productivista (eficientista).
Así, el examen se constituyó históricamente como un instrumento de control tanto
individual (adaptación social) como extendido a formas de control social.
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noción de evaluación del aprendizaje remite a una medición. Nunca se analizó sobre la
posibilidad de medir una cualidad (aprendizaje) en permanente evolución y
transformación en el sujeto.
A modo de conclusión
Podemos concluir que la pedagogía, al preocuparse técnicamente por los exámenes y la
calificación, ha caído en una trampa que le ha impedido percibir y estudiar los grandes
problemas de la educación.
Necesitamos reconocer que no es factible aplicar las mismas soluciones para los
diversos niveles del sistema educativo. Sólo abordando los problemas pedagógicos
desde múltiples teorías y dimensiones se podrá acceder a una reflexión más sólida. Es
necesario recuperar el aula como espacio de reflexión, debate y conformación de
pensamientos originales. Una vez logrado esto, el problema del examen será
totalmente secundario.