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Este documento presenta un análisis literario de la novela "Crimen y Castigo" de Fiódor Dostoyevski. Se resume la obra en tres partes: 1) Raskolnikov comete un crimen justificado por razones pragmáticas y nobles, 2) Es castigado tanto por la ley como por su remordimiento interno, 3) Finalmente encuentra la redención a través del amor de Sonia, marcando el comienzo de su regeneración moral.
Este documento presenta un análisis literario de la novela "Crimen y Castigo" de Fiódor Dostoyevski. Se resume la obra en tres partes: 1) Raskolnikov comete un crimen justificado por razones pragmáticas y nobles, 2) Es castigado tanto por la ley como por su remordimiento interno, 3) Finalmente encuentra la redención a través del amor de Sonia, marcando el comienzo de su regeneración moral.
Este documento presenta un análisis literario de la novela "Crimen y Castigo" de Fiódor Dostoyevski. Se resume la obra en tres partes: 1) Raskolnikov comete un crimen justificado por razones pragmáticas y nobles, 2) Es castigado tanto por la ley como por su remordimiento interno, 3) Finalmente encuentra la redención a través del amor de Sonia, marcando el comienzo de su regeneración moral.
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL “FRANCISCO MORAZAN”
“PROGRAMA DE FORMACION CONTINUA PARA DOCENTES EN SERVICIO”
SEDE-MARCALA
Catedrática : Licda. María Auxiliadora Morales
Alumna : Dania Yamileth Osorio Urquía
Sección : L1
Fecha : 12 de mayo de 2020
Marcala, La Paz Análisis Literario “Crimen y Castigo”
Titulo de la obra : “Crimen y Castigo”
Género Literario : Narrativo
Especie Literario : Novela
Moviemiento o corriente literario: Realismo
Publicación del libro : 1866
Autor : Fiódor Mijáilovich Dostoyevski
Crimen y Castigo, una de las obras cumbres de Dostoievski y de la literatura universal, nos presenta un retrato psicológico de distintos personajes dentro de un contexto marcado por temas como el crimen, la justificación del mismo, el castigo y la redención (que es diferente al castigo). Bien podríamos establecer cierta simetría contrapuesta entre crimen-justificación y castigo- redención. Crimen-justificación Esta primera dualidad se presenta en la novela desde la primera parte cuando Raskolnikov, el personaje principal, debate internamente respecto a la posibilidad de llevar a cabo “un asunto” que ha estado rondando su cabeza desde hace tiempo a asesinar y robar a una vieja anciana y usurera Alena Ivanovna. En la superficie, el objeto de aquel crimen es provisionarse de al menos 3000 rublos, los cuales serían suficientes para salir de la miseria en que se encuentra y terminar los estudios de la universidad que ha abandonado y alivianar la carga de su madre quien le envía el poco dinero que puede desde su pueblo natal. En medio de sus divagaciones llega una carta de su madre en donde consta que su hermana, Dunia, está comprometida con un comerciante que ha logrado fortuna a través de una vida dedicada a los negocios; este acontecimiento encona en Raskolnikov el orgullo, ya que es consciente que su hermana está sacrificando su vida al casarse con este personaje con el fin de asegurar un futuro más cierto a su madre y a él. Se propone resueltamente impedir tal unión. En esta particular condición, el plan adquiere bríos en la medida en que el dinero que logre obtener del robo a la vieja usurera será la base con la cual librar a Dunia del sacrificio que está dispuesta a cometer. Por otro lado, Raskolnikov ha escrito un artículo en cierta revista en donde expone sus ideas respecto a la escisión de los hombres entre los superiores o “extraordinarios”, quienes tienen el derecho y, podríamos decir, la obligación de cometer ciertos crímenes por el bien de la humanidad, por lo cual se les será reconocido e incluso alabado; y los hombres inferiores u “ordinarios”, cuya única función es obedecer las leyes y cumplir su función de reproducir la raza humana. En este punto, cabe resaltar que Raskolnikov es un profundo admirador de Napoleón y su obra. En resumen, al momento de cometer el crimen, parecen confluir dos justificaciones; la primera, de tipo pragmático, es simplemente abandonar su miseria y evitar el sacrificio de su hermana; la segunda, de un sentido más elevado y noble, librar a la sociedad de un ser despreciable, avaro y miserable que se aprovecha del sufrimiento y la necesidad de los más débiles. Hacia el final de la novela en diálogo con Dunia en relación a la implicación moral de su crimen, Raskolnikov le declara: ¡Bien es verdad que no procedía conforme a las reglas de la estética! Decididamente, no comprendo por qué es más glorioso arrojar bombas contra una ciudad sitiada que asesinar a hachazos a una persona. La falta de estética es el principal signo de la impotencia. Jamás lo comprendí como ahora, pero menos que nunca comprendo tampoco cuál fue mi crimen. ¡Nunca fui tan fuerte y estuve tan convencido como en este momento!» (pag.339).
En este punto, su remordimiento y angustia gira en torno a la estética del
acto su incomprensión de ¿por qué glorificar el asesinato de miles o millones de personas frente a la insignificante cifra de una sola? eso se debe, tal vez, a la estética del crimen las bombas y en general, la guerra despliegan lo más avanzado de la ciencia y la técnica humana… podríamos decir que es casi un arte, un espectáculo… mientras que asesinar con un hacha denota un método primitivo y vulgar. Cuando Raskolnikov afirma que “La falta de estética es el principal signo de la impotencia” podemos concluir que lo que separa la gloria y admiración de un Napoleón de la vulgaridad y repudio de un Raskolnikov son los medios y la escala… pero lo que Dostoievski quiere transmitir es que ambos crímenes son repudiables y que tanto en un caso como en el otro, la justificación del crimen basado en actos nobles o de seres extraordinarios no tiene razón de ser. En varias ocasiones llama la atención que, especialmente al principio, Dostoievski da el título a Raskolnikov de nuestro héroe. Es una fuerte crítica social a la concepción de hombres superiores o extraordinarios que por su condición poseen cierta licencia por sus actos criminales. Tal vez, y sin temor a hacer una mala intensión, es posible leerla como una crítica al Estado, la milicia y a grupos revolucionarios de su época como órganos que se autoproclaman escindidos de la sociedad y con auto indulgencia de llevar a cabo actos “nobles”. En la obra, Raskolnikov se compara a Napoleón, quizá la intención de Dostoievski es comparar a La consecuencia del acto: el castigo. Por una parte, es el precio o penitencia que la ley de los hombres impone sobre los crímenes. En este caso se asociaría a la condena recibida por Raskolnikov. Pero, por otra parte, el verdadero castigo es el conflicto moral y psicológico que lleva a Raskolnikov a la confesión de su crimen, aún sabiendo las posibilidades de quedar impune o huir de San Petersburgo. Durante el primer año de presidio puede decirse que Raskolnikov sufre el castigo de la reclusión y el castigo moral de empecinarse en el carácter noble y superior de su acto de su separación moral y espiritual con sus compañeros de presidio aún cuando físicamente convivan juntos… De este doble castigo, el primero tiene un plazo fijo de 8 años, mientras que el segundo es indefinido. El primero se salda con la apertura de las puertas, el segundo se salda con la Redención. En este aspecto, se recurre a un fuerte sentido cristiano. El capítulo en que Raskolnikov confiesa su crimen a Sonia le pide leer el pasaje de la Biblia que hace referencia a la resurrección de Lázaro por Jesús como símbolo del deseo redimirse y nacer de nuevo. Posteriormente, cuando Raskolnikov se despide por última vez de Sonia para dirigirse a la comisaría, ella le da una cruz de ciprés mientras que ella guarda una de plata como símbolo de su unión y compañía incondicional de Sonia. Él, en un tono burlón, lo asocia a cargar la cruz el trayecto a la comisaría implica pasar por una plaza, ponerse de rodillas, besar el suelo y expiar su crimen en el proceso se humilla y los transeúntes se burlan de él. Es clara la asociación con el camino que realizara Jesús a la crucifixión. Ya en el presidio, la Redención viene de mano del amor de Sonia. Cuando creyó la posibilidad de perderla tras una breve enfermedad, Raskolnikov se abre al profundo sentimiento del amor que siente por ella, es ese amor que destruye su orgullo pretencioso. He aquí, en mi opinión, “De repente, y sin que el preso supiera cómo había sido aquello, una fuerza invisible le arrojó a los pies de la joven. Lloró y le abrazó las rodillas. En el primer momento Sonia quedó sorprendida y su rostro se tornó lívido. Se levantó rápidamente y, toda temblorosa, miró a Raskolnikov; pero le bastó aquella mirada para comprenderlo todo. Una felicidad inmensa se leyó en sus ojos radiantes; no había la menor duda que aquel hombre la amaba, de que la amaba con amor infinito. Por fin, había llegado aquel instante”. Quisieron hablar y no pudieron. Los dos estaban pálidos y extenuados, pero en sus rostros enfermizos brillaba ya la aurora de una renovación, de un completo renacimiento. El amor los regeneraba; el corazón del uno encerraba un inagotable manantial de vida para el corazón del otro.» pag.357 Por otro lado, el castigo en el presidio es algo extraño, incluso secundario, comparado con el castigo moral. El cumplimiento de la condena física es insignificante frente a la condena moral. Anterior a su redención, Raskolnikov se cuestionaba sobre el sin sentido de salir de prisión ¿Para qué vivir? ¿Con qué objeto? No obstante, y posterior a la Redención, “Resolvieron esperar, tener paciencia. Les quedaban siete años de estancia en Siberia. ¡Qué intolerables sufrimientos y qué infinita felicidad debían de llenar aquel lapso de tiempo!.pag.357 Luego de este «completo renacimiento», Raskolnikov regresa a su celda y nota de inmediato que los demás detenidos, sus antiguos enemigos, le miran con un aire diferente y responden a su saludo con afabilidad… «Ahora lo recordaba y comprendía que debía ser así». Es decir, gracias al amor, Raskolnikov reingresa a la comunidad de los hombres, regresa a ese estado que ahora recuerda y comprende, a ese estado que es el conocimiento de lo verdadero. (Raskolnikov era consciente del abismo que le separaba de los demás reos, y a renglón seguido, se mencionan a los polacos presos por motivos políticos y algunos rusos –un antiguo oficial y dos seminaristas- que menospreciaban a los demás reclusos y se separaban de éstos. El sabe bien que están equivocados).
En conclusión, vemos que el orgullo y el egoísmo significan la separación de
los hombres, mientras que el amor es la unión. El último párrafo de la novela declara: “Pero aquí comienza una nueva historia, la historia de la lenta y progresiva recuperación de un hombre, de su renovación y de su paso gradual de un mundo a otro nuevo. Esto podría constituir el tema de un nuevo relato; el que nos propusimos contar ha terminado”. Pag.357 Considero que el aspecto que mejor engloba el trasfondo espiritual de la obra es el sueño que en medio de su delirio tiene Raskolnikov en la enfermería del presidio: Le pareció ver el mundo entero desolado por una terrible calamidad sin precedentes que viniendo del centro de Asia había caído sobre Europa. Todos debían perecer, excepto un reducido número de privilegiados. Unas triquinas de especie desconocida, seres microscópicos se introducían en el cuerpo de las personas, pero aquellos seres eran unos espíritus dotados de inteligencia y voluntad. Los individuos infectados por ellos se volvían instantáneamente locos furiosos. “Sin embargo, y aquello resultaba bastante extraño, jamás los hombres se habían creído tan sabios, tan en posesión de la verdad como se creían aquellos infortunados. Jamás habían tenido tanta confianza en la infabilidad de sus juicios, en la solides de sus conclusiones científicas y de sus principios morales. Pueblos, ciudades, regiones enteras se veían atacadas por aquella enfermedad y perdían la razón. Todos se hallaban agitadísimos e incapaces de comprenderse los unos a los otros. Cada cual se creía en posesión de la verdad, y, al contemplar a sus semejantes, se golpeaba el pecho, lloraba y se retorcía las manos. No se podían entender acerca del bien y del mal, ni sabían a quien condenar ni a quien absolver. Las personas se mataban entre sí bajo el impulso de una cólera absurda. Se reunían hasta formar grades ejércitos, pero una vez comenzaba la campaña, el desacuerdo relajaba a las tropas, las filas se rompían y los guerreros se arrojaban unos contra los otros, degollándose y devorándose. En las ciudades tocaban constantemente a rebato, daban continuamente el toque de alarma, pero, ¿por quien y por qué motivo? Nadie lo sabía y todos estaban en constante sobresalto. Se abandonaban los oficios ordinarios porque cada uno proponía sus ideas, sus reformas, y no había manera de ponerse de acuerdo. La agricultura estaba completamente abandonada. Las gentes se reunían en grupos aquí y allá se ponían de acuerdo para una acción común y juraban no separarse, pero al cabo de un momento olvidaban la resolución que habían tomado y empezaban a acusarse a batirse y a matarse. Los incendios y el hambre completaban aquel triste cuadro. Todo perecía: hombres y cosas. La calamidad extendía cada vez más sus devastaciones. En todo el mundo podían salvarse únicamente algunos hombres puros destinados a restaurar el género humano, a renovar la vida y a purificar la tierra; pero nadie vía aquellos hombres por ninguna parte, nadie oía sus palabras y su voz”.
Nota: quise escribir el número de algunas páginas que para mi eran