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INTERPRETACIÓN AUTOR

La abogada Mónica Giannina Navarro, egresada de la Universidad Peruana los Andes,


con estudios finalizados en Materia de Conciliación Extrajudicial y en Conciliación
Especializada en Familia, afirma que es de enorme importancia definir el concepto de
derechos fundamentales en relación con otras categorías como los derechos humanos,
por lo que, se puede afirmar que los derechos fundamentales son esos
“derechos manifestados por la Constitución que poseen el máximo nivel de protección”.
En pocas palabras, se habla de derechos que no se pueden violar y que por consecuencia
son irrenunciables, además solo aplican dentro del territorio al cual pertenecen las leyes
que los contemplan. Por otra parte, los derechos humanos se consideran universales y
son más utilizados en el plano de las declaraciones y convenciones internacionales. Ya
que se ha delimitado el concepto de derechos fundamentales, se puede añadir que la
presencia de los derechos de las personas surge a través de la evolución histórica, pues
hay indicios de los derechos del hombre en la historia de la humanidad, por ejemplo, en
El Código de Manú (cultura Hindú), donde se puede apreciar el respeto por el herido del
guerra como una manera de reconocimientos de los derechos humanos.

Un primer ciclo histórico de los derechos fundamentales se conoció a partir de la


revolución francesa y la americana, hasta la segunda guerra mundial.

En primer lugar, se puede señalar que la Revolución Francesa se encontraba bajo una
fuerte influencia de la mezcla la doctrina individualista, que se caracteriza por la
focalización del individuo en el ordenamiento jurídico como sujeto único de derechos, y
el estatalismo, que es caracterizado por el poder del Estado, esto quiere decir que este
último es el encargado de la creación y de la tutela de las libertades de los individuos y
que anterior a este no pueden existir derechos.

En segundo lugar, la cultura americana de derechos y libertades del hombre se


encontraba bajo la influencia de la doctrina individualista y el historicismo,
excluyendo totalmente el estatalismo, pues la revolución francesa no estaba interesada
en destruir ningún antiguo régimen, pero sí se vio obligada a separarse de su madre
patria (Inglaterra), pues estaba contenta de que tradición histórica constitucional hiciera
aportaciones a la causa de los derechos y libertades del hombre. La revolución francesa
se diferencia justamente por este hecho, ya que fue el que dio valor al pasado y a la
tradición del common law.
Por otro lado, la segunda fase de los derechos fundamentales en la historia se inició
desde la renovación democrática de los estados constitucionales a lo largo de la
postguerra y se distinguía por la cultura de la supremacía constitucional, ósea como un
avance del Estado de derecho. Este no solo juntaba los avances normativos del Estado
de derecho, sino que también se complementaba con la jurisdicción constitucional. Por
todo lo dicho se puede afirmar que, en el segundo periodo histórico de los derechos
fundamentales, se encuentra un ambiente de tránsito a la modernidad, y por eso es
necesario acudir a la teoría de los derechos fundamentales, la cual es una idea dualista
que sostiene la autonomía de la realidad de los valores de los derechos fundamentales y
que dice que estos deben por consiguiente ser estudiados en el primer nivel como
filosofía de los derechos fundamentales.
Esta teoría tiene la finalidad de superar las ideas unilaterales como el iusnaturalismo y
positivismo voluntarista y se divide en dos niveles.
El primer nivel está conformado por la “filosofía de los derechos fundamentales”, donde
se conciben los valores de los derechos fundamentales, como formas sacadas de la
realidad histórica, ya que tienen un fundamento proprio.
El segundo nivel está conformado por la inserción de los valores en el derecho positivo.
Por ende, los valores de la libertad e de la igualdad son considerados distintos, ya que la
libertad expresa el ámbito de autonomía del hombre en sociedad y limita los poderes del
estado y la igualdad, por otro lado, la igualdad expresa que todos sean tratados de la
misma manera. Por lo tanto, estos valores vienen incorporados al ordenamiento jurídico
como una idea dualista.

Con respecto a la Constitución Peruana, se puede añadir que existe un vínculo entre la
“dignidad de la persona humana” y los derechos fundamentales, ya que estos en función
de esenciales son inherentes a la dignidad, por ello esta última se convierte en fuente de
todos los derechos de la cual provienen todos los derechos de la persona.

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