Está en la página 1de 5

Responsabilidad social del Gobierno: ¿una

utopía?
Hablar de la responsabilidad del Gobierno pareciera un tema “tabú”, porque al pensar en el Gobierno se
piensa en el ente omnipotente que todo lo puede y que nada debe.  
Sin embargo, el “Gobierno” es  también una organización, la diferencia que existe con el resto de las
organizaciones son las acciones propias de su papel soberano para la elaboración y el cumplimiento de
la ley, la práctica de la autoridad judicial, el ejercicio de deberes destinados a establecer políticas de
interés público o a cumplir las obligaciones internacionales del Estado.
Tanto como organización como en su función de Estado, (más aun en este rol), el Gobierno debe
cumplir con los principios de la responsabilidad social: rendición de cuentas, transparencia,
comportamiento ético,  respeto a los intereses de las partes interesadas, respeto al principio de
legalidad, y respeto a las normas internacionales de comportamiento.
En materias fundamentales, también el Gobierno tiene un doble rol, como ente rector y ejemplo de la
sociedad, debe no solamente cumplir sino velar por el cumplimiento de los derechos humanos,
prácticas laborares y temas medioambientales, debe responder a los requerimientos de sus partes
interesadas y debe tener prácticas justas y debe dar fe de estas a través de su rendición de cuentas y de
la transparencia de sus procedimientos administrativos.
“Además de su propia responsabilidad, los gobiernos pueden apoyar de muchas maneras a las
organizaciones en sus esfuerzos por operar de forma socialmente responsable, como por
Ejemplo, a través del reconocimiento y promoción de la responsabilidad social. Sin embargo, promover
la responsabilidad social de las organizaciones no es, ni puede ser, un sustituto del ejercicio eficaz de
los deberes y responsabilidades del Estado”. (Ver ISO 26000:2010).
Aunque pareciera que es triste que en pleno siglo XXI se tenga que hablar sobre la responsabilidad
social del gobierno, lamentablemente hay mucha tela que cortar y mucho por discutir, exigir y
monitorear.  Por esta razón, el 18/02/2914 discutimos en el tradicional #RSEchat, la responsabilidad
social de los gobiernos como actores fundamentales para el proceso de desarrollo sostenible, como
agentes promotores y articuladores del cambio hacia una mejor sociedad, mucho más justa e inclusiva.
En esta oportunidad contamos con una nutrida participación de representantes de Ibero América
(España, México, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela entre otros), algunos participantes habituales
y con numerosos nuevos participantes a los cuales doy la más cordial bienvenida.
Lamentablemente por la situación actual del país me ha sido imposible acceder a  Internet de una forma
fluida y continua, razón por la cual no tengo el número de participantes pero estimo unos 50.
En esta oportunidad, además de la habitual colaboración de Jordi Jaumà @dresponsable  conté con  la
colaboración de Luís Carapaica @gerenciaycambio
Entre las principales conclusiones están:

1. Buscar reemplazar o competir con la acción de los gobiernos es un error, las problemáticas son
demasiadas y las responsabilidades aún mayores, por esto es necesario coordinar  las  tareas de
responsabilidad social del sector empresarial con los gobiernos, esto ayuda a generar escala y
éxito a largo plazo.
2. La administración pública tiene que dar ejemplo en materia de responsabilidad social
http://serresponsable.wordpress.com/2013/09/16/la-administracion-publica-tiene-que-dar-
ejemplo-en-materia-de-responsabilidad-social/
3. Los gobiernos deberían promover más y mejores iniciativas, recomendar pautas voluntarias y
establecer estándares de responsabilidad social obligatorios. No obstante, algunos opinan que
se corre el riesgo de que sea el mismo gobierno que los incumpla.(El que hace la ley…hace la
trampa)
4. Al igual que todas las organizaciones, el gobierno tiene que enfocar su responsabilidad social
tanto en la dimensión interna como externa, Y esto representa un reto: ¿cómo equilibrar la doble
dimensión (tanto interna, como organización y  la externa como administración pública).?
5. Como en cualquier organización, es necesario revisar y profundizar esfuerzos hacia lo interno,
ser primeramente responsables en casa, ya que sin ello seria imposible promover
responsabilidad social hacia el resto de la sociedad.
6. La responsabilidad social de los gobiernos pasa por cumplir con las normas y principios
constitucionales, leyes internas, normativas internacionales y garantizar la protección de los
derechos humanos. Hasta que los gobiernos no entiendan que el cumplimiento de los derechos
humanos no es una “colcha de retazos”, no podrán entender realmente lo que es responsabilidad
social.
7. Los procesos de compras públicas sostenibles son imprescindibles para una sociedad
responsable. La incorporación de cláusulas sociales en los procesos de compras públicas
siempre ha sido una batalla por lograr la inserción en las iniciativas de economía social.
8. En los actuales momentos la responsabilidad social de los gobiernos es un tema crucial que no
se puede postergar, cada vez es más necesario el sentar las bases del diálogo. Los esfuerzos de
responsabilidad social de los gobiernos deben estar orientados a la generación de sinergias, no
hacia una relación suma cero. Por eso es preciso apuntar a esa doble dimensión que se
menciona.
9. Las instituciones deben desarrollar una verdadera vocación de servicio hacia la sociedad.
10. La responsabilidad social de los gobiernos implica el no establecer alianzas e
intercambio comercial con naciones implicadas en hechos graves de violación a los derechos
humanos.
11. Con frecuencia, las políticas que promueven la responsabilidad social en los países son
desconocidas y poco utilizadas por el sector privado.
12. La responsabilidad social de los gobiernos debe contemplar la implementación de
normas de protección de espacios y reservas naturales, que permitan preservar el equilibrio
ecológico y el medio ambiente para el disfrute de las futuras generaciones.
13. Un sector empresarial que se desenvuelve en el mercado con responsabilidad social
empresarial (RSE) es el mejor aliado del gobierno para el logro de las metas de desarrollo
sostenible.
14. Los gobiernos deben entender que la atención primaria de las cosas está en el origen, en
las causas de los problemas.
15. Los gobiernos hoy tienen demandas de sus ciudadanos por más transparencia y mayor
exigencia ambiental y social. Un Gobierno responsable y transparente debe contar con una
estrategia Nacional de RS, para  lograr mayor competitividad y sosteniblidad. Recomiendo
revisar el último informe de transparencia internacional. para evaluar el comportamiento de
cada país. http://www.transparency.org/gcb2013
16. Una gestión responsable y sustentable podría significarle una mayor rentabilidad (capital
político) a los gobiernos.
17. La agenda internacional de los gobiernos cada vez es más exigente con temas de RSE y
sostenibilidad. El punto está en evaluar si los países realmente la cumplen.
18. En materia de responsabilidad social los gobiernos deben actuar con el ejemplo. Se
requiere promover, respetar, activar, velar y actuar mucho más en materia de derechos humanos.
19. En ocasiones,  los gobiernos no entienden su corresponsabilidad en asuntos como la
corrupción, limitándose sólo a señalar, declarar y "castigar".
20. Hablar de la responsabilidad social del Estado es hablar de su función primordial de
respetar y hacer respetar, en primera instancia, los derechos humanos. Se requiere urgentemente
volver a los principios rectores de las empresas y los derechos humanos, ése es el inicio para
exigir el cumplimiento de la responsabilidad social de los gobiernos. Ver el Informe Ruggie
http://www.global-business-initiative.org/wp-content/uploads/2012/07/GPs-Spanish.pdf
21. La responsabilidad social no puede ni debe imponerse, debe surgir del diálogo y la
concertación entre todos los sectores y actores sociales.  El gobierno debe verse como una gran
cooperativa de la que todos somos (o deberíamos ser) propietarios, disponiendo en ella de
deberes y derechos. El mayor obstáculo para la  RS está en la discrecionalidad asumida por los
gobiernos para imponer su propio criterio
22. No puede existir responsabilidad social de los gobiernos sin visión compartida entre
todos los stakeholders, que esté basada en la confianza, el respeto, la tolerancia y el apego a los
principios éticos y derechos humanos fundamentales.
23. Se debe utilizar el  Comercio Justo, como marco ético de relaciones en el comercio
internacional procura mejores condiciones de vida y trabajo
24. La mejor actuación de un Gobierno es incluir la RSE en la reforma fiscal para impulsar
no sólo más empresas sino mejores empresas
 

La propiedad de las empresas públicas es de todos los ciudadanos, constituyen un bien común, lo
que intensifica su rol como agentes de desarrollo socioeconómico y de impulsores de las mejores
prácticas en sustentabilidad y transparencia entre el resto de compañÃas. Estas empresas, en mayor
o menor medida, son o han sido depositarias de patrimonio público en alguna etapa,
independientemente de si ya pueden autosostenerse en las dinámicas de mercado.
Por sus especiales caracterÃsticas, estas empresas se encuentran con la responsabilidad de una mayor
eficiencia en la administración de los recursos y una vinculación estrecha con sus diferentes grupos
de interés, siendo objeto de un mayor escrutinio por parte de los mismos. Estas particularidades se
suman a las motivaciones generales del sector empresarial, como la gestión de riesgos, atracción y
retención de talento, fidelización de clientes, entre otras.
La atención mediante productos y servicios a la base de la pirámide u otros sectores en función del
caso, que se da en muchas de estas empresas, no implica que ya de por sà tengan un ADN sustentable
y la responsabilidad social fluyendo por sus venas y está presente la oportunidad de trabajar en la
reducción, mitigación o eliminación de sus impactos negativos y la potenciación de aquellos
positivos, asà como el avance en aquellas oportunidades que existan en materia de gobierno
corporativo y ética.
No obstante, cabe destacar que las empresas públicas se enfrentan a dificultades especialmente
acentuadas en su caso, como la burocracia en la gestión, iniciativas marcadas por los calendarios
polÃticos y un entorno más propicio a la corrupción, al tratarse de la administración de recursos
cuyo propietario último se encuentra muy distante del tomador de decisión, con débiles
mecanismos de rendición de cuentas.
Pero no nos quedemos con la idea de un panorama desolador o que la incorporación de la
sustentabilidad como objetivo estratégico y de gestión constituye una utopÃa. Existen destacados
casos fuera de México que pueden ayudarnos a marcar el camino para unas empresas públicas
más eficientes, transparentes y centradas en la creación de valor.
Se trata de iniciativas de las propias administraciones públicas, generalmente en una de las dos
siguientes lÃneas: la incorporación de criterios de sustentabilidad en la selección de proveedores
(también conocido como “compras verdes”), y el requerimiento de comunicar su
desempeño anual, esto último como punta del iceberg de las prácticas al interior de las empresas.
Ambas lÃneas están presentes por ejemplo en la Ley de EconomÃa Sostenible de España (2011),
que requiere a las empresas públicas favorecer la adopción de principios y prácticas de
responsabilidad social en sus proveedores, asà como incluir en sus procesos de contratación criterios
de sustentabilidad, y por otro lado les exige presentar como compañÃa informes de gobierno
corporativo y de triple desempeño social, ambiental y económico (informes de sustentabilidad).
Pero no es necesario salir del continente para encontrar ejemplos, fijémonos en Chile y su Plan de
Acción de Responsabilidad Social 2015-2018, que ha llevado a la definición de una polÃtica
común para los integrantes del Sistema de Empresas Públicas (SEP), con cuatro pilares: bienestar
laboral, aporte al desarrollo local, protección del medio ambiente e innovación, el diseño de
estrategias al respecto y el requerimiento de que publiquen informes de sustentabilidad antes de
diciembre del 2017, impulsando la transparencia al respecto entre el resto del sector empresarial.

También podría gustarte