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OSCILACIONES,

FLUIDOS Y
CALOR

UNIDAD 1

FENÓMENOS
PERIÓDICOS Y
OSCILACIONES MECÁNICAS

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio,
electrónico o mecánico sin la autorización de la Dirección de Educación a Distancia
(UDB Virtual).

Dirección de Educación a Distancia

Apartado Postal, 1874, San Salvador, El Salvador

Tel: 2251-8200 ext: 1743

2

Sumario

Introducción………………………………………………………………………………………... 1
Clase 1 - Movimiento oscilatorio, Movimiento Armónico Simple y su relación con el
Movimiento Circular Uniforme …..…………………………………….…………………...…... 4

Clase 2 - Energía de un oscilador armónico simple ……....………………………………….... 46

Clase 3 - Aplicaciones del movimiento armónico simple …………………………………….... 60

Clase 4 - Oscilaciones amortiguadas y Oscilaciones forzadas…….…………………………... 82


Referencias citadas Unidad 1………………………………………….………………………..116

Glosario Unidad 1………………………………………………………………………………118

3

Introducción
El pasado 15 de septiembre de 2020 se publicó la nota de que luego de dos años de estar
sumergido en el fondo del mar en un archipiélago de Escocia, Microsoft extrajo un tanque
cilíndrico que, bajo una atmósfera de nitrógeno, sirvió como instalación de almacenamiento de
855 servidores. De ellos sólo 8 dejaron de funcionar, representando una tasa de fallos operativos
en el agua de sólo un octavo de lo que la compañía tiene reportado en tierra. ¿Por qué una
compañía tecnológica en sistemas informáticos invierte dinero en un proyecto aparentemente
sujeto a diversos tipos de riesgos? Probablemente porque en la mente de sus directores y demás
equipos de trabajo impere un pensamiento parecido al de Albert Szent-Gyorgyi, un bioquímico
húngaro y Premio Nobel de Fisiología o Medicina 1937, quien alguna vez expresara:
“Investigación es ver lo que todo mundo ve, y pensar lo que nadie antes ha pensado”.
Las diferentes revoluciones industriales que ha atravesado la humanidad a lo largo de la historia
han dejado claro que el desarrollo de nuevas tecnologías va ligado a un profundo conocimiento
de las ciencias vigentes en el contexto donde esas tecnologías han aparecido. Ese precisamente es
uno de los mejores argumentos para que un ingeniero durante su formación de grado al menos
conozca, sino es que domine muchos ámbitos de las ciencias exactas.
Por ello, el curso de Oscilaciones, Fluidos y Calor busca complementar esa formación básica que
los ingenieros en ciencias de la computación e ingenieros industriales requieren en razón de
cubrir los siguientes objetivos:
● Poder comprender las publicaciones científicas provistas desde otras áreas de la ingeniería,
● Poder interactuar con otros colegas al compartir información de sus respectivas
especialidades,
● Ayudar a modelar posibles escenarios en el desempeño de equipos informáticos o de líneas
de producción, valorando condiciones de campos tan diversos como la prevención de riesgos
y mitigación de desastres derivadas del cambio climático, ventajas surgidas del uso de
energías renovables, diseños innovadores de intercambiadores de calor o de sistemas de
enfriamiento para servidores proyectando matemáticamente el nivel de temperatura
soportada por las carcasas y los semiconductores en equipos de procesamiento digitales,

1

● Conocer las bases que subyace a la teoría de ondas en el análisis de ruidos y construcción de
filtros para el adecuado procesamiento de señales y consecuentemente para una mejor
comprensión del sistema generador de dichas señales.

La materia comprende en ese sentido 5 unidades que abarcan desde la comprensión de las
oscilaciones mecánicas en la primera unidad, considerándola como parte crucial para explorar
después el fenómeno de la generación y propagación de ondas en la unidad 2, tratando de
entender a través de los tópicos ahí sugeridos la capacidad que estas poseen de transportar energía
y otras propiedades, mismas que deberán viajar en la dirección en que la onda se propaga. Dos
unidades se dedican posteriormente al estudio de dos fases especiales de la materia, las
correspondientes a los líquidos y los gases, y de las que se rescatarán un pequeño conjunto de
propiedades y dispositivos de medición que brindarán los pormenores acerca de qué cantidad de
nitrógeno era necesaria en el tanque del experimento de Microsoft para desarrollar los niveles de
temperatura y presión adecuados. Finalmente, la quinta unidad del curso está orientada a
profundizar no sólo en los modelos teóricos que explican las propiedades de los gases a nivel
microscópico, sino también el de un concepto fundamental que es tomado como uno de los
criterios más importantes para establecer el nivel de eficiencia con la que trabajan las empresas
tecnológicas hoy en día: la energía. En ese sentido, se estudiarán los diferentes tipos de trabajo
desde su interpretación de la Física y cómo este se vincula con la otra forma más común de
modificación del contenido de energía de los sistemas, el calor (a examinarse en la unidad 4).
Con todas estas herramientas cognitivas a la mano, el curso cerrará con uno de los principios
físicos de mayor peso en todo el quehacer de la ciencia y la ingeniería desde que fue postulado
alrededor de 1850: el de la conservación de la energía, pero explorado bajo la formulación de la
“Primera Ley de la Termodinámica”. La diferenciación entre propiedades, estados y procesos
será una ganancia conceptual de amplia aplicación que el estudiante adquirirá como un plus a la
hora de analizar cualquier modificación de sistemas a la que deba enfrentarse, no sólo en el
contexto académico sino también a nivel profesional.

El conjunto de estas cinco unidades y los diferentes tópicos en los que ellas van desglosadas
pretenden ayudar al estudiante a que desarrolle como competencia técnica una confiable
capacidad para proponer y ejecutar sistemas informáticos, donde integre los aspectos
2

prácticos de la ingeniería con sus habilidades computacionales, respaldados con los
principios matemáticos que abordará en la forma de leyes, teorías y correlaciones de datos,
persiguiendo representar el fenómeno o sistema en análisis con el mejor nivel de precisión
de cara a un elevado estándar de calidad profesional.

Por todo lo descrito, el curso de Oscilaciones, Fluidos y Calor para la modalidad virtual se ha de
elaborar implementando estrategias de aprendizaje socioconstructivistas, en atención al enfoque
por competencias que la Universidad Don Bosco tiene establecido como el mejor modelo
didáctico-pedagógico en la consecución de una formación de alta calidad en sus estudiantes.

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Clase 1| Movimiento oscilatorio,
Movimiento Armónico Simple y su
relación con el Movimiento Circular
Uniforme
1. Aspectos Básicos de los Movimientos Periódicos
Las vibraciones mecánicas fueron probablemente observadas por primera vez en artefactos tan
básicos como las pequeñas pinzas de metal fabricadas en la era del bronce o bien en la cuerda de
aquel arco que acompañaba las flechas de un arma de defensa. La historia señala que los primeros
resortes en espiral aparecieron a principios del siglo XV.
En realidad, el fenómeno de las oscilaciones de los sistemas físicos es uno de los campos de
estudio de mayor interés en las ciencias naturales que empezó a ganar importancia analítica desde
que en 1678 Robert Hooke hiciera público su descubrimiento, en su artículo “Potentia
Restitutiva”, acerca de cierta ley que gobernaba el comportamiento de los resortes hasta entonces
conocidos. Sus investigaciones en esta área lo convirtieron en un afamado relojero de aquellos
días luego de proponer mejoras en el diseño de resortes en espiral lo cuales iban dentro de
medidores de tiempo cada vez más exactos.
Hoy sabemos que las oscilaciones ocurren desde los átomos y moléculas cuando reciben alguna
percusión a nivel macroscópico o bien radiación infrarroja a nivel micro; lo hacen igual las
células del miocardio que permiten el bombeo de la sangre desde corazón y así también bloques
de suelo cuando incide alguna onda sísmica producto de un terremoto. Si bien ellas pueden ser
muy diferentes entre sí, las leyes y principios físicos que las gobiernas son básicamente los
mismos.
Esta unidad tiene como objetivo brindar los fundamentos que permitan la descripción y
explicación del interesante mundo de las oscilaciones mecánicas, sino es que de los fenómenos
periódicos en general. El oscilador armónico simple constituirá el referente conceptual como
4

sistema ideal que dará pie a la interpretación de parámetros tales como el periodo, la frecuencia
angular, la amplitud de la oscilación y de la frecuencia medida en Hertz. Para ello se aplicará
tanto la estrategia analítica de las leyes de Newton, pero también las consideraciones energéticas
y el principio de conservación de la energía. Estos métodos de análisis deberán complementarse
con un sólido respaldo matemático extraído del cálculo diferencial, partiendo de que la médula
para el reconocimiento de la llamada “frecuencia natural de oscilación” será únicamente a través
de la formulación de la ecuación diferencial de movimiento, una ecuación que necesariamente
comprenderá segundas derivadas ordinarias dentro de su estructura. Lo mencionado estará en
plena sintonía con el indicador de logro vinculado a este curso, como es el de desarrollar la
capacidad para aplicar matemáticas y ciencias básicas en el diseño y resolución de problemas en
actuaciones complejas de ingeniería.
Buena parte del carácter práctico de toda la teoría se logrará examinar en la tercera clase de este
documento, donde se estudiarán sistemas mecánicos alternativos al del masa-resorte presentado
en las primeras dos clases de la asignatura. Así, los casos del péndulo simple, el péndulo físico, el
péndulo de torsión, o inclusive el de un objeto que resbala sobre una superficie cilíndrica serán
ejemplos manifiestos de las muchas posibilidades para que ocurra un movimiento periódico, es
decir, repetitivo. La última clase servirá para romper el enfoque simplificado con el que se
abordaron las oscilaciones en las clases previas. Esto implicará comprender el fenómeno colateral
de la disipación de la energía y del aparecimiento del llamado amortiguamiento de las
oscilaciones. El final de la unidad estará orientado a los sistemas forzados, los sistemas acoplados
y a la resonancia, los cuales serán el culmen conceptual por explorar en esta parte del curso,
dejando abierto el panorama para la incorporación de la siguiente unidad sobre ondas mecánicas.

1.1 Evidencias de fenómenos periódicos en la naturaleza


Algo que caracteriza a la naturaleza que nos rodea es su cualidad dinámica, es decir, su propiedad de
mantenerse bajo un continuo cambio. Tal concepción es tan antigua que a Heráclito de Éfeso (521 – 487
A.C.), un antiguo filósofo griego1, se adjudican las palabras “Nada es permanente salvo el cambio”. Pero
hay fenómenos que aparentemente tienen cierta recurrencia o la propiedad de volver a repetirse. A esos


1
Nacido en el periodo posterior al esplendor de la ciudad de Mileto y en la que se cree apareció la Filosofía Natural – predecesora
de las Ciencias Naturales de hoy – de manos de Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes (Kahn C. Pág. 16)
5

fenómenos se les sabe calificar como periódicos o cíclicos, en tanto se repiten una y otra vez tras cierto
periodo de tiempo.

Dentro de algunos fenómenos que pueden citarse con esa cualidad periódica o de repetición, se tienen:
● Las olas del mar o hasta las mismas mareas.
● La ocurrencia del día y de la noche, y con ellos los días de la semana y los meses del año.
● Las fases de la luna, así como el aparecimiento y desvanecimiento de algunos planetas, estrellas y
constelaciones, según observaciones del firmamento hechas por diferentes culturas.
● La manifestación de la época de lluvia y de la época seca, como parte de los cambios estacionales
del clima en las latitudes donde se ubica El Salvador.
● Los tiempos de cosecha de muchas frutas, pero también enfermedades estacionales como la gripe.
● El ciclo menstrual de la fémina de la especie Homo sapiens a la que pertenece todo ser humano.
● La respiración pulmonar, que conlleva un ciclo de inhalación y otro de exhalación.
● Las palpitaciones del corazón, las que deben ocurrir mientras una persona se dice estar con vida.
● El aleteo de las aves y el de las alas de algunos insectos.
● La vibración de las piezas de los instrumentos musicales cuando se tocan durante un concierto.
● Los disparos desde el cañón de electrones en los antiguos televisores de tubo, lo cual daba lugar a
un sonido muy agudo cuando estos se encendían.
● La transmisión de energía o de señales de comunicación en la época moderna.
● El proceso de muestreo detrás del procesamiento de señales en equipos digitales.
● La operación de los procesadores de computadora, la cual ocurre a una frecuencia operativa.

Es claro que sin importar el campo científico (biología, astronomía, botánica, acústica, electrónica,
telecomunicaciones, informática, etc.) los fenómenos periódicos están presentes en todos ellos.

Con relación al punto acerca desde cuándo el ser humano es consiente sobre esta propiedad cíclica, hay
que decir que su identificación data de los mismos tiempos de la expresión de Heráclito. Ello puede
corroborarse en las indagaciones realizadas por Kahn (1979) quien expone:
Los primeros filósofos naturales no fueron meros teóricos; ellos fueron astrónomos prácticos
interesados en la predicción de los cambios estacionales del clima, dimensionando las épocas
agrícolas y estableciendo un calendario confiable. Los babilonios habían utilizado el gnõmõn o
reloj solar para este propósito, y la tradición griega dice que los jónicos se apoderaron de los
instrumentos de aquellos y comenzaron a hacer mediciones precisas de las temporadas
astronómicas, marcadas por los solsticios y equinoccios. El resultado fue un calendario científico
progresivamente más preciso basado en una convergencia de los ciclos lunar y solar. (p. 31)
Kahn (1979) también expone:
6

hasta ahora he caracterizado a la cosmología jónica con tres aspectos fundamentales: 1) un modelo
geométrico de los cielos, 2) la observación y medición numérica de los ciclos astrales y 3) la
interpretación de todo cambio físico como un conflicto de poderes elementales dentro de un orden
periódico de reciprocidad y simetría reconocido como necesario. (p. 32)
El reconocimiento de la periodicidad o tendencia cíclica de algunos eventos astronómicos y climáticos fue
entonces un elemento crucial dentro del pensamiento y legado cultural por parte de los griegos, sino es
que por otras culturas que les precedieron.
Bajo la misma óptica se puede mencionar la recopilación ofrecida por French (1971) donde se rescata un
pequeño extracto tomado del Sidereus Nuncius (El Mensajero de los Astros) de Galileo Galilei y que dice:
Al séptimo día de enero del presente año de 1610, en la primera hora de la noche, cuando estaba
viendo los cuerpos celestes con un telescopio, Júpiter se presentó a mí, y… percibí que además del
planeta había tres pequeñas estrellas jóvenes, pequeñas en verdad, pero muy brillantes. Aunque las
creí estar dentro de la multitud de las estrellas fijas, ellas despertaron mi curiosidad luego de
parecer que se ubicaban sobre una línea recta exacta, paralela a la eclíptica… No presté atención a
la distancia entre ellas y Júpiter por lo que mencionaba de haber pensado que eran parte de las
estrellas fijas. Pero regresando a la misma investigación el 8 de enero encontré un arreglo muy
diferente… Decidí (para enero 11) más allá de toda duda que allá en los cielos existían tres
estrellas errantes alrededor de Júpiter, tal como Venus y Mercurio alrededor del Sol… Ni hubo
sólo tres de tales estrellas; cuatro vagabundos completaban sus revoluciones alrededor de
Júpiter… al punto que medí la distancia entre ellas por medio del telescopio… Más aún, registré
los tiempos de las revoluciones de estos planetas y se completaban tan rápidamente que era
posible tomar aún sus variaciones de posición de forma horaria. (p.288)

La figura 1 consiste en dos fotografías, con distintas resoluciones, tomadas en pleno siglo XXI y que
tratan de remembrar la observación de las cuatro lunas de Júpiter, casi alineados sobre su eclíptica.

7

Figura 1.
Lunas de Júpiter tomadas desde diferentes
latitudes y con diferentes instrumentos de
observación.

Fuente: Nota. Por Wikimedia Commons


(arriba) y SnappyGoat (abajo).

Pero este comportamiento periódico puede representarse mediante una modalidad sugerida por el mismo
físico Anthony French en su libro Newtonian Mechanics (1971). Su propuesta consistió en tomar los datos
recopilados por Galileo correspondientes a la posición de la luna Calixto del planeta Júpiter, es decir la
posición angular registrada mediante telescopio por apenas minutos de arco de un ángulo. Esos valores los
puso a lo largo de una escala de tiempo cuyo rango abarcó los días en que se realizaron las observaciones.

8

La figura 2 muestra la gráfica resultante.

Figura 2
Gráfico construido a partir de los registros de Galileo,
mostrando la periodicidad de Calixto, la más exterior de las
cuatro lunas observadas por él

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de French (1971)

Según French (1971):

La revisión de las notas de Galileo evidencia que él no vaciló en interpretar sus observaciones en
términos de que los cuatro satélites seguían órbitas circulares en torno a un objeto más
masivo como Júpiter, órbitas que el astrónomo las interpretó como haberlas visto desde sus
bordes o lateralmente, justificando con ello el aparente movimiento oscilante a lo largo de una
línea recta. (p.286)
A dicho movimiento periódico es a lo que hoy se da en llamar como movimiento armónico simple o
M.A.S. El mismo se recoge en la figura 3, donde se representa lo que Galileo interpretó como “su posición
relativa” para observar a un objeto que a muy larga distancia realizaba un movimiento circular uniforme,
M.C.U.: en este caso, circunscribiendo un círculo de radio A, a partir del cual se proyecta una coordenada
variable x(t) sobre la horizontal (la cual se agranda, alcanza un máximo, luego se reduce hasta hacerse cero;
se pasa al otro lado para aumentar y cubrir por completo el otro extremo, tal que luego disminuye para
volver a repetir todo el movimiento). Con relación al mismo diagrama, v sería la rapidez que el objeto
lleva sobre la horizontal y que también resulta ser una proyección de la velocidad tangencial, vM, sobre la
trayectoria circular (una que observaríamos desde la parte de arriba de la mesa mostrada).

9

Figura 3
Representación de cómo Galileo veía un
movimiento circular detrás sus
observaciones astronómica

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir


de Giancoli (2008)

Aproveche a observar el movimiento periódico de tres de las lunas de


Júpiter en la animación del siguiente enlace, siendo peculiar las
diferentes velocidades con que ellas se mueven. ¿Cuál diría usted que se
mueve más rápido de las tres? ¿Cuál se mueve más lento?
Wikipedida, la Enciclopedia Libre (01 de septiembre de 2014). Galilean
moon Laplace resonance animation 2. [Animación GIF].
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e5/Galilean_moon_
Laplace_resonance_animation_2.gif

1.2 La periodicidad y el movimiento circular. Parámetros


descriptivos
Tal como se señaló en el sub-tópico anterior, los movimientos periódicos parecen tener cierta familiaridad
con el movimiento circular, específicamente con el M.C.U. o movimiento circular uniforme.

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Movimiento Circular Uniforme: aquel que se desarrolla sobre una trayectoria
cerrada con un radio de curvatura fijo y en el que la rapidez del movimiento se
mantiene constante a lo largo del tiempo; aspecto que implica en términos
rotacionales que no hay aceleración angular, pero en el que la velocidad angular
es invariable.

La razón del último comentario yace en las similitudes de los parámetros utilizados para describir tanto a
los movimientos periódicos como a los movimientos circulares con rapidez constante. Para comprender
ese punto a continuación se muestra una tabla de los valores de dos parámetros característicos de todo
movimiento periódico: el periodo y la frecuencia.

Periodo: Es el tiempo que se requiere, que logra medirse o que se calcula


para que se ejecute una sola repetición de un movimiento periódico. Sus
unidades pueden implicar segundos, múltiplos o submúltiplos de segundos,
minutos, horas, días o años, según sea el tipo de fenómeno cíclico bajo
estudio.

Frecuencia: Matemáticamente es el inverso del periodo y describe el


número de veces que se ha repetido la actividad cíclica por unidad de
tiempo, generalmente por cada segundo que haya transcurrido. Si este es el
caso, la unidad de medida es el Herzt, que es equivalente a 1/s, y que es
equivalente a la ocurrencia de no más de una acción periódica en un tan sólo
segundo.

Tabla 1
Periodos y Frecuencias de algunos fenómenos periódicos
Fenómeno Periodo Frecuencia

Época de lluvia y época seca en El


6 meses 1 vez/ año
Salvador

Ciclo Menstrual 28 días 1 vez/ mes

Fases de la luna (Duración más larga


15 días + 14.5 h 1 vez/ mes
entre luna nueva y luna llena)

Fases de la luna (Duración más corta


13 días + 22.5 h 1 vez/ mes
entre luna nueva y luna llena)

Olas del mar (velocidad del viento = 19 3.0 s 20 olas/ min

11

km/h y altura = 27 cm)

Olas del mar (velocidad del viento = 37


5.7 s 10.5 olas/ min
km/h y altura = 1.5 m)

Respiración pulmonar o ciclo


5 s (2 s inhalación + 3 s
respiratorio (Para una inspiración y 12 – 18 ciclos/ min
exhalación)
expiración de 0.5 L de aire)

Palpitaciones del corazón 1 s – 0.6 s 60 – 100 veces/ min

Aleteo de un pato volando 0.416 s 2.4 veces/ s

0.083 s 12 veces/ s (grande)


Aleteo de un colibrí
0.013 s 80 veces/ s (pequeño)

Señal de voltaje en la red de distribución


0.017 s 60 ciclos/ s
de energía

Sonido luego de la percusión de un


0.004 s 258.65 ciclos / s
Diapasón normal

Disparo de un cañón de electrones en un


0.00006 s 15734 ciclos/ s
Tubo de TV.

Tasa de muestreo de señales digitales de 44100 muestras/ s o 44.1


0.00002 s
audio en aplicaciones musicales kHz

2.5⋅109 – 4⋅109 ciclos de


Velocidad de procesamiento del CPU de
4⋅10-10 s o 2.5⋅10-10 s procesamiento/s o 2.5 –
una computadora
4.0 GHz

Fuente: Nota. Elaboración propia

El vínculo entre el movimiento circular uniforme, M.C.U. y los fenómenos periódicos podrá ahora
reconocerse mediante el repaso de las técnicas adquiridas en los cursos de “Cálculo” y del de “Cinemática
y Dinámica de Partículas”. Específicamente deberá retomarse la forma en cómo se describía el
movimiento de una partícula sujeta a una fuerza central o centrípeta, es decir, una fuerza que en todo
instante actuaba perpendicular o normal al sentido del movimiento. No debe olvidarse que, en general,
para describir plenamente el movimiento de cualquier objeto son necesarias tanto la posición r(t) como la
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velocidad v(t) que lleva el objeto justo en esa posición. Pero para una partícula que se mueve sobre una
trayectoria circular y con una distancia radial invariable quizá sólo se necesiten θ(t) y dθ(t)/dt, es decir la
posición angular y velocidad angular para todo instante. Esto se logra evaluando las expresiones lineales
de velocidad tangencial y de aceleración radial provistas por la cinemática de partículas. En su formato
vectorial, y tomando a 𝜃 y 𝑟 como vectores unitarios tangencial y radial, respectivamente, las expresiones
serían:
𝑑𝜃
𝑣 = 𝑟𝜃𝜃 , o en su forma más conocida 𝑣 = 𝑟𝜔𝜃 , donde 𝜃 =
𝑑𝑡
,
𝑑2 𝜃
𝑎 = −𝑟𝜃 ! 𝑟 + 𝑟𝜃𝜃 , o en su forma más conocida 𝑎 = −𝑟𝜔 ! 𝑟 + 𝑟𝛼𝜃 , donde 𝜃 =
𝑑𝑡2

Siendo esta última la aceleración angular α y ω la velocidad angular. Estas, por cierto, podrían ser las
expresiones de la velocidad y aceleración lineal para el objeto que se movía sobre la mesa de la figura 3.
Incorporando ahora la idea de que no es un movimiento circular cualquiera, sino un M.C.U., es claro que
la expresión de la aceleración necesariamente se simplifica, pues α = 0. Es así como al no haber
aceleración angular, la rapidez v = rω, no se corrige en absoluto puesto que no sólo el radio sino también
la velocidad angular se mantiene constante; de donde que la aceleración simplemente nos queda como:
𝑎 = −𝑟𝜔! , donde el signo negativo obedece a que la aceleración radial no va en la dirección en la que
crece el radio, es decir hacia afuera, sino hacia dentro en tanto es aceleración centrípeta.
Aunque la posición angular, θ(t), de la partícula ha desaparecido del escenario, la última ecuación de arriba
ayudará a descubrir su comportamiento dinámico, es decir, su dependencia del tiempo. Para ello se pueden
ocupar los últimos aspectos cubiertos en un curso de cálculo, del cual se extrae la identificación estructural
de que la ecuación de arriba se trata de una “ecuación diferencial de segundo orden”, pues por definición
!!!
de la aceleración como segunda derivada de la posición: 𝑎 = , una donde la aceleración que acontece
!! !

yace en la dirección del radio r.

Ecuación Diferencial: Cualquier ecuación en la que interviene una


variable dependiente y sus derivadas con respecto a una o más
variables independientes. De ese modo, la ecuación diferencial
!" !!! !!! !!!
ordinaria general de orden n es: 𝑓 𝑥, 𝑦, , , !! ! , … =0
!" !! ! !! !
(Simmons, 1994, p.4)

Como el orden de una ecuación diferencial lo establece la derivada de mayor orden, la ecuación de la
aceleración centrípeta sobre una partícula que desarrolla un M.C.U. es de segundo orden y se vería así:
𝑑! 𝑟
= −𝜔! 𝑟
𝑑𝑡 !
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La teoría de las ecuaciones diferenciales establece dos aspectos que valen la pena destacar:

1) De acuerdo con el número de orden de la ecuación diferencial, así es el número de constantes que
aparecerán en la solución. En ese sentido, si la ecuación diferencial es de primer orden, como en
!"
el caso de
!"
= −𝑘𝑦, la solución será una función y(t) que llevará una constante dentro de su
estructura. Como ejemplo, la ecuación diferencial presentada tiene como solución y(t)=Ce–kt, donde
C es una constante determinada por las condiciones iniciales.
Para el problema entre manos, la ecuación diferencial de segundo orden de arriba es claro que la
solución deberá contener dos constantes, de donde que ella estará conformada por la combinación
lineal de dos soluciones independientes r1(t) y r2(t). Así: r(t)=C1r1(t) + C2r2(t)

2) Cuando las ecuaciones diferenciales son lineales, es decir, cuando en un mismo término de la
ecuación no aparecen multiplicándose variables dependientes con independientes o con alguna
derivada, puede construirse una ecuación característica o ecuación auxiliar, que no es más que una
ecuación polinómica donde las que antes eran derivadas se escriben como potencias de una
variable muda m, se rescatan a su vez los coeficientes de la ecuación diferencial y esta se
!"
reexpresa igualándola a cero. Para la ecuación de primer orden de arriba:
!"
+ 𝑘𝑦 = 0, se
tendría m + k = 0 , cuya solución de m obviamente sería: m = – k. Puede explotarse entonces que
como la derivada de una función exponencial la reproduce a ella misma, (tal vez sólo corregida
por algún coeficiente), tendríamos como una opción de solución y(t)=Cemt, la luego de sustituir el
valor de m nos conduce a la forma: y(t)=Ce–kt. Se invita a efectuar la derivada y sustituirla a ella y a
la función y(t) en la ecuación diferencial para corroborar que efectivamente es su solución.

Al aplicar la teoría descrita a la ecuación de segundo orden por resolver tendríamos:


𝑑! 𝑟
+ 𝜔! 𝑟 = 0 𝑐𝑢𝑦𝑎 𝑒𝑐𝑢𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑐𝑡𝑒𝑟í𝑠𝑡𝑖𝑐𝑎 𝑠𝑒𝑟í𝑎 ⇒ 𝑚! + 𝜔! = 0
𝑑𝑡 !

Se sugiere revisar el archivo ANEXO 1 – Solución 1.1 para comprender el procedimiento simplificado
para resolver tanto la ecuación característica como la ecuación diferencial. La solución final es
𝑟 ! = 𝐴! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 +𝑠𝑖𝑛 𝐴! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡

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Teniendo presenta que esta función r(t) es la solución que describe cómo se mueve una partícula alrededor
de un punto bajo una velocidad angular constante ω, esta se trata de una combinación lineal de funciones
cosenoidales, funciones que oscilan entre dos extremos – como lo que observaba Galileo de la luna
Calixto en torno a Júpiter – o entre un valor máximo y un mínimo, todo lo cual se puede comprender
mejor si se considera la representación de la figura 5:

Figura 5
Diagrama de localización de una partícula que
gira sin alejarse de un punto

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Wikimedia Commons

Según se observa, un vector de posición cambia únicamente de orientación, desde un r0 a uno nuevo r, y
ese cambio está descrito a partir de un ángulo de posición que también cambia desde un θ0 a otro θ. La
descripción se completa si se aceptan los siguientes aspectos:

1) Que los valores de θ a lo largo del tiempo se pueden obtener a través de la relación θ(t)= ωt, donde
si θ viene dado en radianes, entonces ω debe tener unidades de rad/s para que la fórmula sea
dimensionalmente correcta. Dichas unidades son las que corresponden a una rapidez angular, la
cual debería de ser constante en el tiempo para que de ese modo se tenga un movimiento uniforme
en el tiempo (sin aceleración).

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2) El vector de posición r se puede descomponer a través del uso de los vectores unitarios 𝚤 y 𝚥, de
modo que sea resultado de la superposición de dos componentes independientes entre sí. A partir
de la figura 5, es válido escribir 𝑟 = 𝐴𝚤 + 𝐵𝑗, para una posición angular cualquiera θ. Pero dicho
aspecto lleva a reconocer que A y B puedan identificarse como las proyecciones que el vector r
motiva sobre cada uno de los ejes cartesianos diagramados, de donde que fácilmente se acepte que
A=rcosθ, mientras que B=rsinθ. De otro modo, como r es fijo, A=f(θ) y de igual forma B=g(θ), es
decir que ambas componentes son funciones del ángulo θ, pero f(θ) ≠ g(θ), y como θ cambia en el
tiempo, entonces A y B también serán dependientes del tiempo.

Volviendo ahora a la solución de r(t) deducida bajo las consideraciones del cálculo diferencial, es fácil
vincularla con la idea formulada arriba de que la posición de la partícula se consigue por medio del vector
𝑟 = 𝑟 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜃 𝚤 + 𝑟 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜃 𝚥; y del hecho de que ese vector, si bien no se desplaza
traslacionalmente, sí lo hace rotacionalmente mediante una velocidad angular ω. Esa dinámica en su
movimiento se expresa como
𝑟 = 𝑟 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 𝚤 + 𝑟 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 𝚥,
Luego de incorporar lo sugerido en el numeral 1) de que θ(t)= ωt. Es claro que las componentes que
resultan son precisamente de la misma forma que las partes que aparecieron combinándose linealmente
para generar la solución total de r(t) de la ecuación diferencial de 2° orden, tal como se planteó al escribir
como solución la expresión 𝑟 ! = 𝐴! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 +𝑠𝑖𝑛 𝐴! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 .

Lo único que se necesitaría es que A1 = A2 = r para que ambas propuestas coincidan definitivamente. Y
para corroborar que se trata de un movimiento con trayectoria circular, basta que se calcule el módulo del
vector de posición r y que se asuma que el radio de curvatura vale r =1, para descubrir que en dicha
expresión se encuentra implícita la fórmula canónica de una circunferencia. Para dicho fin, la figura 6
muestra un radio de valor unitario que gira con velocidad angular ω en sentido antihorario, y donde se
puede tomar que x=cosωt y que y=sinωt, de donde que al calcular el módulo del vector r, se encuentra la
fórmula colocada a la izquierda de la curva.

16

Figura 6
Circunferencia de radio 1, donde un objeto se
traslada a una velocidad angular ω

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Halliday (1999)

Detrás de la representación vectorial de un M.C.U., y sin duda de la solución matemática de la


ecuación diferencial asociada al movimiento de una partícula bajo dicho régimen, hay siempre dos
componentes o partes de la solución que “oscilan en el tiempo”.

Para resumir, se reconoce fácilmente que


Es decir, que dichas componentes no sólo cambian en el tiempo, sino que repiten sus valores cíclicamente
para que en conjunto constituyan los elementos de un movimiento que también resulta ser periódico: una
partícula que repite una y otra vez su movimiento a lo largo de una trayectoria circular, todo a un
ritmo rotacional constante ω. Si contando con el vector o la función de posición lo que se desea es la
velocidad angular o bien la aceleración angular, basta con aplicar las técnicas del cálculo diferencial,
específicamente el proceso de derivación de una función, y deducir las expresiones correspondientes.

17

#1. Una partícula gira de forma antihoraria en un círculo de 3.0 m de radio y a una velocidad angular
constante de 8.0 rad/s. En t=0 la partícula proyecta su posición sobre una línea recta tal que, al medirse
desde el centro de todo el tramo de proyección, x=2.0 m y se mueve hacia la derecha. a) Determine
una función en el tiempo de la coordenada x a partir de estos datos, y b) identifique las respectivas
expresiones de velocidad y aceleración de dicha proyección a lo largo del tiempo.
Solución: Siendo que la partícula no está en el origen justo en t=0, se debe asumir una función
corregida para la proyección en x en comparación a las presentadas arriba. Así: donde ω se toma como
la rapidez angular con un valor de ω=8.0 rad/s, r = 3.0 m, mientras que φ es un ángulo de corrección.
De ese modo, al sustituir los valores, la expresión toma forma con un solo parámetro pendiente:

Ese parámetro pendiente también se considera como el “desfase” que impide que la posición de la
partícula no se proyecte justo en el origen cuando t= 0. Para deducirla simplemente se sustituye el dato
de que a t=0, x=2.0 m, con lo que

Pero ello implica que cosφ =2/3, o al aplicar la función inversa, φ=48. 2º. Sin embargo, esta respuesta
tiene un inconveniente: Al verla construida en su forma completa, , el avance del tiempo lo que
conseguirá es un argumento (lo que está entre paréntesis) que se acercará cada vez más a 90º, y con
ello la función trigonométrica del coseno se reduciría hasta hacerse cero; pero ello contradice la
especificación de que la proyección se movía hacia la derecha, lo cual implicaba que la coordenada x
aumentaba en vez de reducirse.
Para sortear el inconveniente, se interpretará que el desfase correcto es más bien φ= – 48.2º, de tal
modo que, cuando el tiempo progrese, todo el argumento entre paréntesis disminuya, tal que llegará el
momento en que el producto positivo ωt se cancele con – 48.2º. A lo sumo, para que ello tenga sentido
y puesto que ω está en rad/s, el desfase también debe de estar en las unidades correctas.
La conversión de este se consigue a través del factor (π/180º), resultando en – 0.84 rad, con la que
función correcta de la proyección del movimiento circular en el eje x es:
Para establecer la velocidad o la aceleración con la que se mueve la proyección de partícula aplicamos
las técnicas del cálculo diferencia. Así,

18



Observe que el argumento de las funciones es siempre el mismo: (8t – 0.841)
Fuente: Nota. Por Halliday (2001)

Una manera visual de corroborar los aspectos hasta ahora comentados se puede encontrar en el siguiente
par de rutas multimedia sugeridas.

Sea acucioso y haga tiempo para revisar el sitio: Movimiento Armónico Simple
(M.A.S.) 11°3-2019 (16 de marzo de 2019). Simpler harmonic motion animation 1.
[Animación GIF]. Acá podrá encontrar la simulación de una partícula sujeta a un
M.C.U. y donde se muestra el gráfico de la proyección vertical de dicho

movimiento (punto rojo). Reconozca que el gráfico es oscilante, pues corresponde a
la componente senoidal de las ecuaciones vistas arriba.

También puede evidenciar la periodicidad de ambas componentes en: ORT Campus


Virtual (6 de noviembre de 2015). Guia funciones trigonometricas identidades y
ecuaciones. [Animación GIF]. Observe en esta última el movimiento oscilante
tanto del punto azul como del punto rojo y vea la sincronía de sus movimientos con
el del punto verde sobre la trayectoria circular. Aproveche a ver el barrido que
realiza el radio de dicha trayectoria, mostrando cómo se abre el ángulo θ mientras el
punto verde se mueve bajo un M.C.U. ¿Diría por cierto que el punto cambia el
ritmo de su movimiento a lo largo del tiempo?

1.2.1 Frecuencia
Una manera de establecer con plena conciencia lo que representa este parámetro tanto para el M.C.U.
como para los fenómenos periódicos, es midiéndolo. Precisamente, el lector puede hacer el experimento
de contabilizar el número de vueltas efectuadas por la bolita negra sobre la circunferencia en el primer link
brindado, o bien contando el número de veces que la bolita roja sube y baja sobre el eje vertical. Pero al
hacer ese recuento debe asegurarse de contar con un cronómetro que le permita estimar, por ejemplo,
cuántas veces la bolita negra dio giros completos en el transcurso de un minuto. Si resultase que dicho
valor fue de 25 vueltas, entonces la frecuencia del movimiento correspondería a 25 rpm o 25 revoluciones
por minuto (Se invita a corroborar esta estimación o a desmentirla).
Si en cambio se buscara expresar la frecuencia de este movimiento periódico en las unidades que se
propuso varias líneas atrás, esto es en Hertz o ciclos efectuados en un tan sólo segundo, podría ocuparse
un factor de conversión que transforme las r.p.m. medidas previamente en esa otra unidad de frecuencia.
Esto justamente se desarrolla en el siguiente ejemplo.

19

#2. Si un objeto realiza un M.C.U. a un ritmo de 25 rpm, estime cuál es la frecuencia de su movimiento
en unidades de ciclos por segundo o Hertz.
Solución:

Lo que implica que la bolita no alcanza a desarrollar ni siquiera la mitad de un ciclo en un sólo
segundo.
Fuente: Nota. Elaboración propia.

1.2.2 Frecuencia angular


Como se describió al inicio del tópico, este parámetro puede interpretarse como la rapidez rotacional o
velocidad angular en el M.C.U. Ello es lo que obliga a que sus unidades se interpreten en la forma de rad/s
y su valor numérico puede obtenerse a partir del dato de la frecuencia ordinaria examinada antes y en
unidades de Hertz. Justamente, son estas unidades las que ayudan a descubrir la forma de calcularse el
valor de la frecuenta angular, tomando en cuenta que f (en Hz) = N/t, pero donde N no tiene unidades pues
corresponde al número de ciclos o repeticiones efectuadas en la unidad de tiempo t. De esa forma, dado
que en un movimiento circular se completa un ciclo sólo después de rotar un total de 2π radianes, se tiene:
𝐶𝑖𝑐𝑙𝑜𝑠 𝑟𝑎𝑑𝑖á𝑛
𝜔 = 𝑓 ∙ 2𝜋 = ∙ 𝑟𝑎𝑑𝑖á𝑛 =
𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜𝑠

Así que la fórmula para calcular la frecuencia angular es simplemente ω = 2πf

#3. Determine la frecuencia angular del movimiento periódico efectuado por la bolita negra de la
simulación virtual analizada anteriormente.
Solución:
Como π rad es una rotación de 3.1416 rad y eso es equivalente a 180°, el resultado numérico de la
frecuencia angular establece que en 1 s aún no se ha completado ni la mitad de toda una revolución.
Fuente: Nota. Elaboración propia.

20

1.2.3 Periodo
Si se revisa con detenimiento las simulaciones virtuales en las rutas multimedia sugeridas antes, se
observará que en el caso de los gráficos estos completan un ciclo – es decir, vuelven a su condición de
partida – sólo después de recorrer cierto tramo en el eje horizontal. Como ese eje generalmente
corresponde a la variable independiente del tiempo, ese tramo o intervalo de tiempo es el que conlleva el
inicio de un ciclo hasta comenzar el siguiente, lo cual constituye un periodo. Exactamente el mismo
comportamiento lo observamos en la gráfica de French (1971), figura 2 de la presente clase, donde se
veían los cambios de posición registrados por Galileo en su observación de la luna Calixto. En dicha
gráfica efectivamente observamos que en el eje horizontal se ocupó una escala de tiempo medida en días,
tal que con independencia de si el comportamiento era senoidal o cosenoidal, puede aproximarse un
periodo para que Calixto repita sus movimiento de traslación alrededor de Júpiter en poco más de 16 días.
Según la medición realizada por French (1971), el periodo correspondía a 16 y ¾ de días, y al revisar los
datos astronómicos publicados por la NASA, es de aproximadamente 16.7 días. ¿Qué periodo logra medir
usted como lector en la gráfica de la figura 2?

Datos interesantes que reforzarán sus ideas de la periodicidad en un contexto más


interplanetario los encontrará en el sitio web: NASA (septiembre de 2009).
Galilea Moons of Jupiter. Se le recomienda buscar particularmente la sección
“Orbital Periods” de la tabla “Fast Fats” en la segunda página del PDF y vea los
días terrestres que requiere cada luna para completar una órbita.
Sugerencia de verificación: En una hoja en Excel (o con lápiz y papel) encuentre
la longitud de la órbita o circunferencia de la trayectoria de cada luna
multiplicando la “Distance from Jupiter” por 2π. Luego divida cada valor
encontrado entre el “Orbital Period” pero transformándolo primero en horas. Así
descubrirá la velocidad circular de cada movimiento en km/h.
Divida después las velocidades de Europa, Ganímides y Calixto entre la de la luna
Io y corrobore la relación de velocidades anotada en el GIF del “Saber ++”
propuesto al final del sub-tópico 1.1. ¿De verdad es Io la que se mueve más
rápido? ¿Cuántas veces más rápido se mueve Ganímides con respecto a Io?

21

Por su parte, las simulaciones virtuales que se invitó a revisar arriba mostraban su escala de tiempo
dividida en 4 intervalos iguales. El por qué no aparece un eje horizontal en unidades de tiempo puede
explicarse cuando se observa que el diagrama se ha construido contra ωt, y no contra t. La razón para ello
se puede reconocer en la expresión que relaciona al periodo con la frecuencia angular. De las expresiones
! !!
planteadas antes, es claro que 𝜔 = 2𝜋 ∙ 𝑓 = 2𝜋 ∙ . Lo cual implica que 𝜔 = , radianes/ segundo.
! !

Examinando con detenimiento el cociente final que define a ω, se descubre lo que era previsible: sólo
hasta que se ha completado un tiempo T, se debe de haber cubierto una rotación de 2π radianes. De ser así,
puede cuestionarse qué se obtiene si se evalúa el producto ω⋅t cuando t tome alguno de los valores del
conjunto {T/4, T/2, ¾T}, es decir, fracciones del periodo T. La tabla 2 muestra esos resultados.
Tabla 2
Evaluación de los elementos de una función armónica.
Tiempo, t Producto ω⋅t Valor de ωt A·Sin(ωt)

0 2𝜋
∙0 0 0
𝑇

T/4 2𝜋 𝑇 𝜋
∙ A
𝑇 4 2

T/2 2𝜋 𝑇
∙ π 0
𝑇 2
2𝜋 3𝑇 3𝜋
¾T ∙ -A
𝑇 4 2
2𝜋
T ∙𝑇 2π 0
𝑇

Fuente: Nota. Elaboración propia

De la tabla anterior se infiere que, a pesar de que no aparecen unidades de tiempo en el eje horizontal, lo
cierto es que implícitamente la gráfica sí fue elaborada contra una escala de tiempo, con la única variante
de que no se tomó como unidad de medida el segundo, los minutos o los días, sino fracciones
transcurridas del periodo T de todo el proceso cíclico.

1.2.4 Amplitud
La última columna de la tabla 2 puede a primera vista parecer todo un misterio con relación a ¿de dónde
surge? Lo primero que es importante destacar es que los valores ahí representados son de la llamada

22

“amplitud de la oscilación”, la cual se debe de entender como la magnitud instantánea del fenómeno
cíclico y que obviamente en algún momento alcanzará el valor máximo o el valor mínimo producto de la
misma periodicidad del fenómeno. En ese sentido, debe quedar claro que a no ser que se cuente con el
gráfico de la Amplitud vs el tiempo de un proceso cíclico, la única forma de conocer el valor de la
amplitud para un instante determinado es contar con la función respecto al tiempo que describa al
fenómeno. Precisamente ha sido gracias a la observación de que el gráfico inicia con un valor de cero para
luego pasar por el máximo justo a un tiempo de T/4, que se pudo identificar que la función que mejor
describe el valor de la amplitud para los argumentos de ωt de {0, π/2, π, 3π/2, 2π} es una de tipo senoidal,
es decir de la forma y(t)= A·sin(ωt). Se sugiere volver a revisar la tabla para comprender este punto.
Finalmente, en el caso de la gráfica ofrecida por French (1971) y presentada en el sub-tópico 1.1, puede
observarse que las amplitudes máxima y mínima del movimiento aparentemente oscilante de Calixto, en
su danza respecto al planeta Júpiter, eran de cerca de ±12’ de arco.

1.3 Requisitos para el desarrollo de un Movimiento


Periódico
En el sub-tópico 1.2 se introdujeron la serie de parámetros que normalmente se necesitan para caracterizar
un movimiento de tipo periódico y se vio que su representación suele hacerse a través de funciones cuyas
gráficas oscilan entre valores máximos y mínimo que se repiten cada cierto intervalo de tiempo. Sin
embargo, dinámicamente también se necesita saber bajo qué circunstancias se ha de producir un
movimiento con estas características.
Desde el punto de vista de la Dinámica de Partículas se sabe que la explicación de las causas promotoras
de un movimiento se consigue por medio de dos estrategias analíticas: las leyes de Newton y el método de
la energía. Estos son los enfoques que estudiaremos para reconocer los requisitos mecánicos que
explicarán la periodicidad de cualquier movimiento o fenómeno con propiedades cíclicas.

1.3.1. Enfoque de las Leyes de Newton


La Primera Ley de Newton establece que el movimiento es en realidad algo natural de los cuerpos, de
donde que la también llamada “Ley de la Inercia” postulaba más bien la existencia de estados de
movimiento, pues el reposo no era como se pensaba en la mecánica aristotélica una condición buscada
por todos los objetos de forma irremediable, sino solamente otra posibilidad más de acuerdo con las
libertades mecánicas o grados de libertad a los que estuvieran sometidos.

23

Como un ejemplo concreto retomando el tema del M.C.U., se sabe que a menos que la fuerza centrípeta se
mantenga actuando con el mismo valor, lo que ocurrirá al momento de que esa fuerza desaparezca es que
el objeto salga disparado de forma tangencial en el último punto donde existió la fuerza.
En relación a los fenómenos astronómicos registrados por Galileo, también se consiguen explicaciones
sencillas del por qué en la Tierra aún se siguen experimentando las estaciones del año, las fases de la luna,
las mareas, y la observación de las danzas cíclicas que realizan los planetas en el firmamento o los
satélites a su alrededor: el sol sigue ahí, y en consecuencia hay una fuerza central de atracción muy
poderosa que evita que los planetas se pierdan en el cosmos; para la luna y para satélites como Io,
Ganímedes o Calixto, la Tierra y los planetas en torno a los cuales aquellas giran producen una fuerza que
las mantiene gravitando a su alrededor. Por otra parte, como todos esos movimientos ocurren en el espacio
sideral, no hay una fuerza de fricción que reduzca con el paso de las centurias todos esos movimientos.
Jamás habrá entonces un movimiento periódico a no ser que exista una fuerza responsable del mismo. Las
consideraciones newtonianas brindan un aspecto más preciso acerca del tipo de fuerzas que originarán un
movimiento periódico. Se dice que para ello se requiere de una fuerza restauradora o fuerza de restitución.

Fuerza de Restitución o Fuerza Restauradora: Es aquella que sin importar


la dirección del desplazamiento que el objeto realice, siempre actúa en la
dirección que le permita restablecer un estado de fuerzas nulo, es decir un
estado de equilibrio mecánico

Bajo la definición anterior, habría que calificar coloquialmente a la causante de un movimiento periódico
como una “Fuerza necia”, pues siempre mostrará su oposición o sentido contrario a todo desplazamiento
que quiera efectuar el cuerpo.
Una manera aproximada de apreciar lo descrito con respecto a las fuerzas de restitución es por medio de
los gráficos sugeridos por Halliday (1999) y expuestos en la figura 7 a continuación.

24

Figura 7
a) Fuerzas restaurativas que obligan a una partícula a
regresar al punto O, b) gráfica de las fuerzas
restaurativas según la posición y, c) gráfica
correspondiente de la aceleración, d) gráfica
correspondiente de la velocidad.

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday


(1999)

Para comprenderlos puede pensarse en la animación GIF que se analizó al inicio del sub-tópico 1.2, donde
una bolita roja oscilaba de arriba hacia abajo en el eje y de coordenadas. Si una instantánea de aquel
proceso fuera colocada de forma que se rotara 90º en sentido horario para que la parte positiva del eje y
quede hacia la derecha de la página, se tendría una representación como la de la figura 7-a) que se muestra
25

adelante. En la misma se aprecia que cuando la bolita se localiza en algún punto con coordenadas +y, la
fuerza va en dirección –y, y lo contrario ocurre cuando la bolita se ubica al otro lado. El gráfico añadido
como figura 7-b) refuerza dicha interpretación, pues claramente la fuerza cambia de una componente +F a
una de tipo –F, pero ese cambio ocurre en la parte contraria del eje coordenado. En resumen, lo que es
obvio es que la fuerza se alterna entre valores positivo y negativo con objeto de siempre obligar a la
partícula a que regrese a un punto sobre el eje.
Los gráficos cinemáticos de aceleración y velocidad correspondientes a la hipotética fuerza restaurativa se
añaden en la parte de inferior izquierda. Su forma es consecuente con el hecho de que si bien se ha
propuesto una fuerza de restauración que cambia de sentido al momento de cruzar el origen del eje de
coordenadas, su magnitud es constante, y ello obliga a valores necesariamente constantes de aceleración,
los cuales se alternan a lo largo del tiempo entre magnitudes positivas y negativas. De igual forma, la
gráfica de velocidad rescata la definición del cálculo diferencial de que la aceleración sea la derivada de la
velocidad, y para que aquella sea constante, esta debe variar linealmente con el tiempo. Al final, lo más
representativo de esta gráfica es que muestra que las velocidades también se alternan, entre valores
positivos y negativos, lo que implica que hay cambio en el sentido del movimiento; además de que hay
instantes en lo que la velocidad no sólo alcanza valores máximos y mínimos, sino que incluso hay
momentos donde ella se hará cero.

Como es lógico, así como hay gráficos de aceleración y de velocidad, debe haber uno que describa la
posición y(t) de la partícula sometida a la fuerza restaurativa. El mostrado a en la figura 8 rescata el
argumento de que la integral de un monomio de potencia 1, produce siempre otro polinomio, pero de
grado 2. Es por ello que si el gráfico de velocidad contenía líneas rectas con pendientes que cambiaban
entre valores positivos y negativos, la gráfica de posición vertical y(t) debe estar conformado por domos
parabólicos vinculados con gráficas de un monomio cuadrático. Lo que podría resultar sorprendente es
que, si bien se está tratando un caso totalmente ficticio (una fuerza constante desconocida), lo cierto es que
la gráfica que denota la ubicación de la partícula ya muestra una importante similitud con las observadas
tanto en las animaciones GIF sugeridas como en la elaborada por French (1971) a partir de las anotaciones
de Galileo sobre la posición de la luna Calixto respecto a Júpiter: el gráfico oscila entre valores máximos y
mínimos, ±ym, y además muestra tener un periodo de repetición T, como todo M.C.U o como todo
fenómeno periódico.

26

Figura 8
Gráfica de la posición y vs t para la partícula
sujeta a una fuerza restaurativa ideal F

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Halliday (1999)

En resumen, desde la perspectiva de las herramientas analíticas newtonianas,

Para que ocurra un movimiento periódico se necesita:


Que haya una fuerza de restitución responsable
Esa fuerza debe ser cambiante porque debe alternar entre valores positivos y negativos
Debido a dicha alternancia, todos los parámetros cinemáticos de
aceleración, velocidad y posición también deberán oscilar entre valores positivos y
negativos.

1.3.2. Enfoque del Método de la Energía.


Bajo el análisis precedente, una pregunta muy lógica que resulta es: ¿Quién ejecuta esa fuerza de
restitución que se plantea sobre los sistemas que realizan movimientos periódicos? La respuesta anticipada
y un tanto escueta por el momento es que dicha fuerza la provoca el mismo sistema, pues es él quien de
forma natural buscará restaurar su condición inicial; una en la que se supone no había sido perturbado por
ninguna fuerza externa. Ese estado previo, donde aún no existían fuerzas restauradoras ni tampoco fuerzas
externas molestando, sólo puede corresponder a un estado de fuerzas nulo y ese sería el mismo al cual
estaría queriendo regresar el sistema por medio de sus oscilaciones. Por todo lo descrito, esa condición
inicial se dice que está asociada a un estado de equilibrio, donde F=0. De ser así, al recordar la
formulación que vincula la energía potencial con la fuerza, dU/dy = –Fy, obliga a que:

Si Fy = 0, entonces una curva de energía potencial U(y) debería de tener un mínimo justo en la
posición donde eso se cumpla, y esa posición correspondería a la de un estado de equilibrio estable.

27

Esta valoración surge retomando las nociones del cálculo en las que se establece que si la primera
derivada de una función f(x) es cero, es porque en la posición x donde eso ocurre hay un mínimo o bien un
máximo. Para diferenciarlos obviamente se requiere el criterio de la segunda derivada y así reconocer la
concavidad de la curva. En nuestro caso no se cuenta con una función explícita para la energía potencial
U(y), pero sí puede explorarse la condición señalada examinando un gráfico de U(y) vs y. Examine para
dicho fin la figura 9, en el que, debajo del gráfico hipotético para la energía potencial se ha colocado
nuevamente el de la fuerza restaurativa F. De ese modo, sin perder de vista que dU/dy = –Fy, tendremos:
a) para el intervalo y>0:
dU/dy>0, tal que Fy<0, lo que se confirma a través de un Fy = –F para dicho intervalo.
b) para el intervalo y<0:
dU/dy<0, tal que Fy>0, lo que se confirma a través de un Fy = +F para este intervalo.

Figura 9
Gráficas de energía potencial U vs. y, para una fuerza
restaurativa F.

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Halliday (1999).

Siendo entonces que al moverse de izquierda a derecha sobre el eje y de coordenadas hay un cambio en la
pendiente de la energía potencial, de un valor negativo (tendencia decreciente) a uno positivo (tendencia
creciente), lo único que puede esperarse es que U(y) tenga un valor mínimo justo en el origen, lo cual
cumple con el requerimiento señalado arriba de que en esa posición no debería haber fuerza alguna.
Simultáneamente, tampoco habría aceleración en esa ubicación, pero sí una posible velocidad como

28

resultado de la inercia del objeto, así como del hecho de que previo a llegar a dicho punto el objeto se
encontró bajo el sometimiento de alguna fuerza.
Se concluye este sub-tópico bajo el énfasis de que:

En otras palabras, los sistemas que oscilan sólo lo hacen porque tienen una memoria implícita que los hace
volver a un estado donde originalmente se encontraban relajados.

Detrás de todo movimiento periódico debe haber una fuerza restaurativa que haga retornar al sistema a
un estado de equilibrio estable; uno desde el cual, si el sistema se ve perturbado, hará uso de dicha
fuerza para efectos de regresar al estado donde se encontraba naturalmente con un mínimo de energía.

1.4 Capacidad de restauración de resortes y la Ley de Hooke


1.4.1. Algunos aspectos de las Propiedades Elásticas de los
Materiales
Otra pregunta lógica que surge en medio de toda la teoría que se viene cubriendo es: ¿Cómo es que un
objeto o sistema es capaz de ejercer una fuerza restaurativa si no tiene brazos, manos o piernas con los
cuales producir dichas fuerzas? La respuesta se puede descubrir volviendo al tema del por qué aparece una
fuerza restaurativa: simplemente porque el cuerpo o sistema está queriendo volver a un estado de
relajación en el que se encontraba antes. Esta consideración fácil refuerza la idea de que:

Un objeto, o bien un sistema compuesto de varios objetos, no actuará por sí sólo para entrar en un
proceso de tipo periódico a no ser que primero lo perturben.

Según esto, de acuerdo con la intensidad de esa perturbación inicial, los objetos que se pensaba que
actuaban como sólidos rígidos en realidad son más bien sólidos deformables. La teoría de las propiedades
mecánicas de los materiales nos ofrece en ese sentido los tipos de perturbaciones o esfuerzos más
comunes, así como el tipo de deformaciones que ellos provocan. Según se observa, en la figura 10, tres
muestras de materiales modifican sus dimensiones en pequeñas alteraciones Δl ante la aplicación de un par
de fuerzas F. Los valores de estas magnitudes permiten definir los siguientes parámetros mecánicos que
ayudan a caracterizar las capacidades de resistencia y de rigidez de los materiales.

Esfuerzo Mecánico: Es la cantidad σ que expresa la forma en cómo una fuerza


o carga mecánica se distribuye a lo largo de la superficie de contacto sobre la
cual actúa. Matemáticamente este se representa como: σ = F/A, de modo que sus
unidades son newton/(metros)2 o también conocidos como pascales.
29

Deformación Mecánica: Consiste en la alteración mecánica experimentada por
un cuerpo como consecuencia de la aplicación de un esfuerzo. En los objetos
sólidos con un alto nivel de rigidez generalmente esa deformación Δl es leve. Al
respecto, y para independizarse del tamaño de la muestra, se hace la distinción
entre deformación absoluta Δl y deformación unitaria Δl/l0 = ε, la cual no tiene
unidades si l0 es la longitud original de la muestra.

Según se aprecia en la figura 10, cuando sobre el objeto actúan fuerzas normales o perpendiculares a la
superficie, se pueden producir esfuerzos en tensión o esfuerzos de comprensión al interior del material,
resultando con ello una deformación absoluta +Δl o una –Δl, respectivamente; es decir, en un caso el
material extiende su dimensión original y en el otro la reduce. Si en cambio, la fuerza actúa a lo largo de la
superficie o es paralela a ella, el esfuerzo es de tipo cortante, produciendo una deformación que no se
produce en la dirección de la dimensión principal l0 del objeto, sino perpendicular a dicha dimensión.

Figura 10
Esfuerzos básicos sobre una muestra de material cualquiera

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Giancoli (2008)

Lo interesante de estos conceptos es que dependiendo del tipo de esfuerzo y el grado de deformación
experimentados por el objeto, este “puede” regresar a sus condiciones originales por sí mismo, es decir,
sin obligar a que lo haga.

Bajo el contexto de la teoría de las propiedades mecánicas de los materiales se dice que el objeto está
dentro del rango de su comportamiento elástico en tanto es capaz de restaurar sus dimensiones.
El reconocimiento de ese tipo de respuesta por parte de los materiales generalmente puede obtenerse a
partir de la revisión del gráfico de esfuerzo vs deformación unitaria, o σ vs ε, el cual es propio de cada tipo
de sustancia, llámese hormigón, acero, aluminio, cobre, algún tipo de aleación o inclusive algún polímero.
La gráfica de la figura 11 muestra justamente distintos tramos de deformación unitaria (tramo elástico,

30

tramo plástico, de fluencia, de estricción, etc., sobre el eje horizontal), los cuales corresponden a diferentes
magnitudes de esfuerzo mecánico (límite elástico, límite de fluencia, tensión de rotura, etc.).

Figura 11
Gráfica de esfuerzo σ vs deformación ε

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Cervera


Ruiz M., et al (2015)

Lo pertinente para las reflexiones que acá se están realizando es que, pasado el límite elástico σe, el
material adquirirá deformaciones de tipo permanentes, pues a partir de ese esfuerzo en adelante el material
habrá entrado en el rango de comportamiento plástico. Sin embargo, el aspecto principal que se busca
rescatar de la gráfica es que:

Por debajo del nivel de esfuerzo σp lo que se tiene es un comportamiento casi lineal entre el esfuerzo
y la deformación, razón por la cual a σp se le da en llamar límite de proporcionalidad, pues abajo de ese
valor existe una proporcionalidad directa entre σ y ε.

Acá es donde vale la pena conocer la denominada Ley de Hooke, según el enfoque de la mecánica de
materiales.
Ley de Hooke: describe el comportamiento elástico de los materiales a nivel
experimental, tal que el material no experimenta deformaciones de carácter
permanente, pero donde además la relación de σ y ε es de tipo lineal. A la
constante de proporcionalidad se le conoce como Módulo de Young.

Lo anterior se suele expresar mediante la ecuación σ = Yε, donde Y es el Módulo de Young del material.
No hay que perder de vista que decir que el material no experimenta deformaciones permanentes implica
que él puede restaurarse a sus dimensiones originales. La pregunta consecuente es ¿de dónde toma fuerzas
el material para retornar a sus primeras dimensiones? Pues la respuesta se encuentra en su propia
constitución atómica.

31

Un modelo de esta respuesta de los materiales ante los esfuerzos mecánicos es propuesto por Shanley
(1971), y es de ahí de donde se han prestado las imágenes de la figura 12. En la 12a) los átomos que
conforman una muestra sólida yacen empacados en un arreglo comúnmente catalogado como de cristal
bidimensional. Dada la perfecta simetría del cristal, la distancia entre cualquier átomo y su vecino más
cercano es la misma en toda red cristalina. En ese sentido, en la figura 12b) el material responde ante un
esfuerzo de tensión en dirección x y como resultado los átomos se separan entre sí en la misma dirección,
disminuyendo casi de manera imperceptible el ancho de la muestra. A pesar de esta perturbación, todos
los átomos mantienen las mismas posiciones relativas de unos con respecto a otros dentro de la red
cristalina (Cervera, 2015, p.98, 99).
Figura 12
Modelo atómico de la estructura cristalina al
interior de un metal

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Shanley. (1971)

Cuando las condiciones de tensión se retiran del material, entran en acción las fuerzas atractivas de todos
los núcleos atómicos positivos sobre las nubes electrónicas negativas distorsionadas, tratando de retomar
las posiciones originales que cada átomo tenía antes de la aplicación del esfuerzo tensionante. En otras
palabras, el material pareciera que tiene memoria de cuál era su estado de equilibrio, y utiliza las
herramientas atómicas que tiene a la mano para regresar a dicho estado.
Una manera de comprender el último comentario es observando las que Prausnitz (2000) sugiere como las
funciones de potencial de Mie para moléculas no polares. El gráfico en azul de la figura 13 describe la
energía potencial U(r) para dos partículas atómicas como función de la distancia r que los separa.
Recordando del curso de “Cinemática y Dinámica de Partículas” que los valores de energía potencial
32

positivos corresponden a estados de separación artificiales en los que se debe inyectar energía al sistema
para que estos ocurran, los valores negativos en cambio se vinculan con contenidos de energía que el
sistema libera de forma natural para mantener así su estado equilibrio. Lo llamativo de la gráfica en azul
de la figura 12 es que cumple el análisis desarrollado al final del sub-tópico 1.3.2 sobre la gráfica de
energía potencial U(y) de la figura 9. Específicamente, allá se dijo que como parte de los requisitos para
que se manifestara un movimiento periódico, el sistema debía tener un mínimo de energía potencial justo
para la condición o estado al cual el sistema buscara restaurarse. Efectivamente la figura azul denota que
ese estado de equilibrio se consigue cuando los átomos poseen una separación exactamente de r = R0, pues
es ahí donde justamente el gráfico de energía potencial muestra un mínimo.

Figura 13
Gráficas de las funciones de energía potencial U(r) y de la
fuerza intermolecular F(r) contra la distancia de separación r.

Fuente: Nota. Elaboración propia, partir de Young (2013)

Acá se puede corroborar el otro requisito propuesto en el sub-tópico 1.3.1 acerca de cómo deben ser las
fuerzas en torno al punto de equilibrio. La gráfica rosada de la figura 13 muestra que la fuerza cambia de
signo al atravesar la posición R0. Así,
a) resulta positiva, es decir actuando con dirección a aumentar la separación radial r (es una fuerza
repulsiva) si se buscara reducir dicha separación;
b) mientras que la fuerza es negativa cuando un agente externo intentara aumentar la separación r
respecto a la distancia de equilibrio R0 (es una fuerza de atractiva).
33

En otras palabras, si los átomos se acercan más allá de la distancia R0, aparecen fuerzas internas que
tenderán a separarlos, y si en cambio se les hace alejar más allá de la distancia de equilibrio r=R0 entonces
las fuerzas que surgen tienden a acercarlas de nuevo.
El mismo gráfico incluso denota que justo para un R0 la fuerza es cero, es decir no existe ninguna fuerza
desarrollada si los átomos se encuentran con ese valor de separación, todo lo cual refuerza que PARA UN
MÍNIMO DE ENERGÍA POTENCIAL, DONDE dU/dr = 0, LA FUERZA ES TAMBIÉN CERO.
Adicional, vale la pena rescatar que la descripción anterior a nivel atómico es coherente con los aspectos
experimentales revelados por gráficas de “esfuerzo Vs deformación” extendidas (Cervera, 2015, pp. 72 y
73), pues si se amplía el rango de ambos ejes hacia valores negativos, se encontrarán básicamente los
mismos comportamientos. Así, al aplicar pequeños esfuerzos en tensión de modo que el material aún se
encuentre dentro del rango de comportamiento elástico, las deformaciones son positivas, pero el material
busca recuperar sus dimensiones a través de las fuerzas atractivas descritas arriba a nivel atómico. En
cambio, si se aplica un esfuerzo compresivo, la deformación es negativa, o lo que es lo mismo el material
reduce sus dimensiones; pero a ello las fuerzas de repulsión entre los núcleos positivos de los átomos
harán que el material retome nuevamente sus distancias interatómicas originales. La figura 14 refleja esos
comportamientos.

Figura 14
Gráficas de esfuerzos σ vs deformación con rangos ampliados. A la izquierda curva idealizada para el acero de
construcción. A la derecha curva de comportamientos para el hormigón

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Cervera (2015)

Un objeto que posee una capacidad de restauración muy natural de sus dimensiones así sea que lo estiren
o que lo compriman, es un resorte de metal (ver figura 15).
34

Figura 15.
Imagen de un resorte
en espiral o helicoidal.

Fuente: Nota. Por


Needpix.

Dicho objeto se encuentra en diversos dispositivos donde es necesaria esa capacidad restaurativa o donde
se necesita un dispositivo que sea capaz de absorber mediante su deformación parte de la energía
proveniente de una perturbación o impacto externos. De ese modo hay resortes en los sistemas de
amortiguamiento de los vehículos, al interior de mecanismos de relojería, en equipos de medición y hasta
de electrónica, en los que no puede permitirse que una perturbación deje permanentemente alterado al
sistema.
Es claro que, si un resorte tiene la propiedad restaurativa como cualidad principal, no es difícil asociarles
un comportamiento elástico regido completamente por la ley de Hooke: experimentará deformaciones
importantes, pero mientras no se supere el esfuerzo del límite elástico, el objeto seguirá contando con una
solvente capacidad para recuperar su forma y lo hará bajo una relación lineal. Sin embargo, la ley de
Hooke para los resortes se formula matemáticamente de una manera diferente a la expresada desde la
teoría de las propiedades mecánicas de los materiales. Tres son los aspectos que hacen la diferencia:
1º) no se expresa en los complejos términos del esfuerzo (F/A) y la deformación unitaria (Δl/l), sino
simplemente en función de la fuerza aplicada y la deformación absoluta Δl, que, por cierto, ya para los
análisis matemáticos, se cambia por una variable relativa x que indicará la coordenada de posición del
extremo del resorte con respecto a la posición de equilibrio (tomada como x=0).
2º) En vez de considerar al Módulo de Young como constante de proporcionalidad, tal como debe de
hacerse desde la perspectiva de la Mecánica de Materiales, se toma a una “constante de deformación del
resorte”, k, la cual se usa como parámetro para distinguir a un resorte de otro.
3º) La ley de Hooke para los resortes conlleva la implementación de un signo menos como resultado de
que el análisis no se efectúa desde el punto de vista de la fuerza que aplica un agente externo sobre el
resorte para deformarlo, sino desde la fuerza que el mismo resorte desarrolla como respuesta natural a la
perturbación que se le provoca.
Bajo los tres aspectos citados, la ley de Hooke para los resortes se escribe: 𝐹 = −𝑘𝑥

35

Donde, para que la ecuación sea dimensionalmente correcta las unidades de la constante del resorte deben
ser N/m.

De la misma fórmula hay que interpretar que el grado de fuerza que desarrolla el resorte es proporcional a
cuanto se vea él deformado, y que dicha fuerza siempre será opuesta al sentido de la deformación que
quiera imponérsele. Para aclarar este punto pueden revisarse las figuras 17 y 18. En la 17-a) se muestra un
resorte en su estado relajado y de masa insignificante en comparación con la masa de un bloque con el
cual se encuentra acoplado.

Figura 17
Sistema masa-resorte y la fuerza de
respuesta que efectúa el resorte ante el
movimiento que le imprime el bloque de
masa m

Fuente: Nota. Elaboración propia, a


partir de Giancoli (2008)

En la 17-b) y 17-c) se observa cómo el resorte ejecuta fuerzas restaurativas que le permitan volver a su
estado de equilibrio original. En la parte baja de ambas figuras se destaca que los sentidos de las
posiciones x del resorte tienen signos contrarios a los de las orientaciones de las fuerzas. Esta contrariedad
entre la fuerza y la deformación del resorte se logra observar en la gráfica de la figura 18. Fácilmente se
reconoce que, si la ubicación del extremo del resorte es positiva, +x, la fuerza es negativa; mientras que, si
la coordenada que localiza la punta del resorte es negativa, la fuerza es positiva. De forma también más
simple, al revisar la fórmula que caracteriza la Ley de Hooke para el resorte, se identifica que el gráfico de

36

F vs x es una línea recta con pendiente k, pero negativa, es decir, una recta decreciente, tal cual aparece en
la figura 18.
Figura 18
Gráfica de la fuerza desarrollada por el resorte vs la
posición x del bloque al cual está acoplado

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday


(1999)

#4. Cuando una familia de cinco personas, con masa total de 255 kg, se sube a su automóvil de 1200
kg, los resortes del vehículo se comprimen 3.85 cm. a) ¿Cuál es la constante de los resortes del auto,
suponiendo que éstos actúan como un solo resorte? b) ¿Cuánto más bajo estará el automóvil si se en
el baúl colocan un par de sacos de carga que obliga a que el total de masa sea 325 kg, en vez de 255?
Solución: Para resolver este problema no se requiere considerar el signo de la ley de Hooke, que es la
herramienta conceptual más útil que se visualiza. Para ello se interpreta que el peso de las 5 personas
provoca una comprensión de los resortes del vehículo, de tal modo que si F=kx, entonces:

En el caso de colocar los sacos de carga extra, es lógico que la deformación sea mayor, de donde que:

En otras palabras, el sistema de resortes del vehículo baja 5 cm al montar 5 personas más la carga
extra en el baúl, lo que podría implicar que el carro no pase un túmulo alto que hallen en el camino.
Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Giancoli (2008).

37

1.5 El movimiento Armónico simple, M.A.S., y su
descripción cinemática
El singo negativo que aparece en la Ley de Hooke será ahora de utilidad para reconocer por qué se le
asocia un movimiento periódico al ejecutado por un sistema masa-resorte. Ocupando al mismo tiempo la
segunda ley de Newton y teniendo presente que dentro del análisis se desprecia la presencia de cualquier
fuerza de fricción, lo que se encuentra es que:
𝐹 = −𝑘𝑥, tal que 𝑚𝑎 = −𝑘𝑥 , y por definición de aceleración

𝑑!𝑥 𝑑!𝑥 𝑘
𝑚 = −𝑘𝑥 𝐿𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑒𝑥𝑝𝑟𝑒𝑠𝑎𝑟𝑠𝑒 ⇒ + 𝑥=0
𝑑𝑡 ! 𝑑𝑡 ! 𝑚
Pero la última claramente se trata de una ecuación diferencial de segundo orden homogénea, tal y como se
vio en el sub-tópico 1.2, donde se resolvió una ecuación muy parecida para la posición r(t) de una partícula
que se movía con M.C.U. y que tenía una estructura:
𝑑!𝑟
+ 𝜔! 𝑟 = 0
𝑑𝑡 !
Su solución terminó siendo una combinación lineal de seno y coseno, tal que la gráfica de la respuesta era
una función que oscilaba entre un mínimo y un máximo de amplitud, según una frecuencia angular ω,
𝑟 ! = 𝐴! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 +𝑠𝑖𝑛 𝐴! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡
Observando entonces las fuertes similitudes entre la ecuación de movimiento para un objeto que seguía un
M.C.U. y el de un sistema masa-resorte, sólo se puede esperar que la solución tenga la misma forma. De
ese modo, podría aceptarse que la posición x(t) de la masa que va acoplada a un extremo del resorte tiene
un comportamiento que se describe adecuadamente mediante
𝑥 ! = 𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 +𝑠𝑖𝑛 𝑥!! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡
!
Donde, para que lo señalado tenga validez, es claro que se debe cumplir que 𝜔 ! = , en otras palabras, el
!

sistema conformado por un resorte y una masa acoplada presentará también un movimiento periódico, el
!
cual oscila con una “frecuencia angular natural” o muy propia del sistema que viene dada por 𝜔 = .
!

Las constantes xm1 y xm2, como se verá más adelante, dependerán de las condiciones iniciales de posición y
velocidad con la cual arranque el sistema.

Acá es donde ya puede definirse un importante concepto para toda la unidad

38

Movimiento Armónico Simple o M.A.S: Es el fenómeno oscilatorio que
puede representarse mediante funciones individuales o combinaciones de senos
y cosenos – también llamadas funciones armónicas – las cuales aparecen
siempre que la aceleración sea directamente proporcional al desplazamiento,
pero con ambos parámetros actuando en direcciones opuestas. El oscilador que
cumpla estas condiciones se da en llamar como “oscilador armónico simple”.

De la definición anterior, es claro que, si la aceleración resulta proporcional al desplazamiento, también lo


será la fuerza, y justamente eso lo cumple el sistema masa-resorte siempre que logre montarse de tal forma
que no se manifieste ningún tipo de fricción. Su comportamiento cíclico precisamente no puede ponerse
en duda en tanto la ecuación diferencial que lo gobierna tiene la misma estructura que la analizada para un
movimiento circular uniforme. Según Halliday (2001):

El problema del oscilador armónico simple es importante por dos razones: Primera, muchos problemas
que implican vibraciones mecánicas con amplitudes pequeñas [es decir deformaciones leves] se
reducen al del oscilador armónico simple, o a una combinación de tales osciladores… Segunda…
ecuaciones como la señalada [la diferencial de segundo orden arriba] se presentan en muchos
problemas físicos de acústica, óptica, mecánica, circuitos eléctricos e incluso física atómica. (p.356)

Por todo lo expresado, se reconoce que si las r.p.m. de las vibraciones de un oscilador armónico simple se
pueden calcular a partir de N (rpm) = f /60, donde f es la frecuencia cíclica medida en Hertz, esta última
también podrá deducirse a partir cualquiera de las siguientes alternativas:

1 𝜔 1 𝑘
𝑓= = =
𝑇 2𝜋 2𝜋 𝑚

Con lo que la solución armónica del sistema se puede expresar en términos de f o en términos de T
𝑥 ! = 𝑥!! ) +) = 𝑥!! ) +)

O bien como

𝑘 𝑘
𝑥 ! = 𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝑡 + 𝑥!! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝑡
𝑚 𝑚

Resultando evidente que un resorte mostrará una mayor frecuencia de oscilación en tanto la constante del
resorte sea muy elevada, algo que tiene sentido si se recuerda que una contante de deformación elevada
provocará magnitudes de fuerzas de restitución más grande, implicando que el resorte está ávido por
regresar a su estado de equilibrio. Caso contrario es con la masa sujeta en el extremo del resorte: si la
masa tiene un valor muy grande, hay mucha oposición inercial al desarrollo de cada oscilación por parte
del bloque.

39

Una de las formas planteadas arriba ha incorporado el tiempo que lleva completar una sola oscilación, es
decir el periodo, y para ello se ha utilizado la idea de que
1 2𝜋 𝑚
= = = 2𝜋
𝑓 𝜔 𝑘
Quedando claro entonces que lo que determina los parámetros del movimiento periódico son los valores
de la masa y de la constante del resorte: los periodos serán largos si la masa acoplada es muy grande, pero
serán cortos si lo que es muy grande es la constante del resorte, tal que obligue al sistema a buscar con
apremio su posición de equilibrio mediante fuerzas muy grandes, minimizando el tiempo para lograrlo.

#5. Para el caso de los resortes del vehículo del ejemplo 4, donde la masa del carro era de 1200 kg y la
de las cinco personas era 255 kg, estime a) ¿Cuál sería el periodo y frecuencia de la oscilación que
experimentarían los ocupantes al meterse intempestivamente en un bache profundo de las calles de
San Salvador y si el automotor no contara con el sistema de amortiguadores acostumbrado? b)
¿Cuánto cambian esos valores al considerar la masa extra de 325 kg por los sacos en el baúl?
Solución: Como es la masa global por oscilar y no solamente lo adicional que provocan las 5 personas
al montarse al vehículo, al calcular el periodo T se considerará una m=1455 kg, tal que

Y f = 1/T = 1.06 Hz, lo que implica que, luego de pasar el bache, las personas sentirían casi una
oscilación por segundo (½ s para bajar y ½ s para subir), siendo una mala sensación de confort. En la
clase 4 se verá la forma de cómo se corrigen tantas oscilaciones. Si ahora se considera la masa extra
del baúl, entonces la masa a oscilar sería de 1525 kg y con ello, el periodo sería de T=0.963 s, tal que
la frecuencia habría cambiado a 1.04 Hz, más dicha variación no podrían percibirla los cinco
ocupantes.
Fuente: Nota. Elaboración propia.

Seguramente una confusión que el lector pudo tener en las expresiones para la posición x(t) del extremo del
resorte, es que aparecían dos amplitudes xm1 y xm2. Pues debe recordarse que estas deberán ser
determinadas por las condiciones iniciales del problema. En otras palabras, alguien puede cuestionarse si
la gráfica de la figura 19 está descrita por una de las partes xm1cosωt, por xm2sinωt, o por ambas. Descubrir

40

la respuesta conlleva explorar las expresiones de la velocidad y aceleración a partir de la solución general
dada arriba:
𝑥 ! = 𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 +𝑠𝑖𝑛 𝑥!! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡

Aplicando entonces la primera derivada para calcular v(t) se encuentra


𝑑𝑥
𝑣 ! = = −𝜔𝑥!! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 +𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡
𝑑𝑡
Y al aplicar una nueva derivación a la anterior para deducir a(t) se obtiene:
𝑑𝑣
𝑎(!) = = −𝜔 ! 𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 −𝑠𝑖𝑛 𝜔 ! 𝑥!! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡
𝑑𝑡

Figura 19
Gráfica de posición deformada de un resorte, x(t) vs t, en
oscilación y con un periodo remarcado abajo

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Young (2013)

Resulta evidente que los tres parámetros oscilan a una misma frecuencia ω. La figura 20 muestra las
gráficas de esas tres expresiones, donde se observan los valores máximos y mínimos de cada parámetro
cinemático: ±xm, ±ωxm, ±ω2xm. Estas sólo pudieron obtenerse si se conocían los valores iniciales de al
menos dos de las tres magnitudes cinemáticas. Como ejemplo, si al arranque de todo (t=0 s) el resorte se
desplaza hasta cierta posición xm, es decir x(t = 0)= xm, y luego se suelta sin impulsarlo hacia ninguna
dirección, v(t =0)= 0, tal que:
𝑣 ! = 0 = −𝜔𝑥!! 𝜔 ∙ 0) + 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 (𝜔 ∙ 0)

Y recordando que sin(0)=0 y cos(0)=1, nos da 0 = 0 + ωxm2, es decir xm2 = 0


Y como xm es el desplazamiento máximo en t=0, resulta que: x (0)= xm = xm1cos(ω⋅0), es decir xm1 = xm.
De ese modo, las expresiones para el movimiento, dadas las condiciones iniciales:
𝑥 ! = 𝑥! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 , 𝑣 ! = −𝜔𝑥! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 , 𝑎(!) = −𝜔 ! 𝑥! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡

Y esas serían las que están graficadas a la derecha.

41

Figura 20
Gráficas de x(t), v(t) y a(t) vs t para un M.A.S

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday


(1999)

De dichos gráficos vale la pena destacar: la aceleración es imagen de espejo de la gráfica de posición, lo
cual se corrobora a nivel analítico al observar que la posición se describe mediante una función cosωt
mientras que la aceleración es por medio de una – cosωt. Por su parte, dados los parecidos entre las
formas oscilantes de las tres gráficas, la de la velocidad se podría interpretar como una función desplazada
en el eje del tiempo por un desfase temporal δ respecto a la gráfica de la posición, lo cual podría
expresarse como:
𝑆𝑖 𝑥(!) = 𝑓(!) 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠 ⇒ 𝑣(!) = 𝑓(!!!)

Pero según se observa, los argumentos de las funciones armónicas no son meros valores de tiempo, pues
lo que se coloca dentro de ellas son más bien valores de ángulos. En ese contexto, es importante no olvidar
que el producto ωt debe tener unidades de radianes (ni siquiera de grados). Si φ fuera entonces el valor de
42

desplazamiento, puede explotarse la identidad trigonométrica cos(A+B) = cosA⋅cosB + sinA⋅sinB, tal que
si luego de su aplicación debe obtenerse – sinωt, se tendría
𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 + 𝜑 =𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜑 +𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜑 = − 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡

Como es evidente que del lado derecho no debería sobrevivir ninguna función coseno, sólo hay dos
posibilidades: φ=+π/2 o φ = –π/2, pero como sin(–θ) = – sin(θ), la segunda opción es la alternativa
correcta. En otras palabras – sinωt = cos(ωt – π/2), tal que la función armónica que describe la velocidad
es en realidad la misma función cosenonial que describe la posición, pero adelantada en π/2 radianes:
𝑣 ! = 𝜔𝑥! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 (𝜔𝑡 − 𝜋/2)

Una manera de comprobar ese desplazamiento entre las gráficas de posición y velocidad, además de no
interpretar equivocadamente que los tres gráficos de arriba tienen las mismas alturas, es a través de la
representación de la figura 21.

Figura 21
Gráficas de x(t), v(t) y a(t) vs t para un M.A.S. superpuestas

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Kinsler (2000)

Ella denota que los máximos y mínimos de cada variable cinemática están lejos de tener las mismas
alturas. Adicionalmente, es evidente cómo la gráfica de la velocidad v(t) pasa π/2 radianes antes que la
gráfica de x(t) en su valor de cero.

Como elemento extra, puede observarse que el máximo de la aceleración sólo ocurre cuando la posición
pasa por un mínimo y viceversa, lo cual refuerza uno de los aspectos que caracteriza al M.A.S.: la
aceleración se comporta en todo momento con una dirección opuesta al de la posición del resorte.

Se sugiere como actividad, para efectos de poner en práctica la teoría descrita, verificar que cuando la
partícula inicie su movimiento con una velocidad inicial v(t =0)= v0 y lo haga justo desde el punto de

43

equilibrio x = 0 en t=0, los valores de las constantes de la solución general tendrán que ser xm1=0 y que
xm2= v0/ω, por lo que la terna de funciones que describirían el movimiento armónico simple de dicha
partícula serián:
!!
𝑥 ! = 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 , 𝑣 ! = 𝑣! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 , 𝑎(!) = −𝜔𝑣! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡
!

Expresiones en las que no debe perder de vista que, al no aparecer “la otra” función cosenoidal (o
senoidal) de las dos partes de la solución general, los factores de cada función armónica son los valores
máximos.

Sería también muy conveniente verificar que si, en términos generales, cuenta con los valores iniciales de
velocidad y posición para t=0, v0 y x0 respectivamente (no siendo cero ninguno de ellos), las constantes de
la solución general adquirirán los valores xm1 =x0 y que xm2= v0/ω, si bien ninguna de esas podrá tomarse
como las magnitudes máximas de las funciones de posición y velocidad. Una vía para comprobar eso se
describe a continuación, pero bajo el enfoque de un parámetro que también es muy descriptivo del
movimiento periódico.

1.5.1. Otro parámetro descriptivo: la Fase o Ángulo de Fase


Una forma alternativa de expresar la solución general de un movimiento armónico simple aparte de la
combinación lineal de funciones armónicas en x(t)
𝑥 ! = 𝑥!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 +𝑠𝑖𝑛 𝑥!! 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡

Se sustituye xm1= A⋅cosφ y xm2= –A⋅sinφ, donde A y φ son también constantes arbitrarias, lo que permite:
𝑥 ! = 𝐴𝑐𝑜𝑠𝜑 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 + 𝜔𝑡

O por la propiedad conmutativa: 𝑥 ! = 𝐴 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 𝑐𝑜𝑠𝜑 − 𝐴𝑠𝑖𝑛𝜔𝑡 𝑠𝑖𝑛𝜑


𝑥 ! = 𝐴𝜔𝑡 𝑐𝑜𝑠𝜑 − 𝑠𝑖𝑛𝜔𝑡 𝑠𝑖𝑛𝜑)
Pero la forma entre paréntesis corresponde a la conocida identidad trigonométrica del coseno sobre la resta
de dos ángulos, lo que da lugar a la expresión 𝑥(!) = 𝐴 ∙𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 − 𝜑
Y por derivación: 𝑣(!) = −𝜔𝐴 ∙ 𝑠𝑖𝑛 (𝜔𝑡 − 𝜑)
Donde φ es el ángulo de fase de la función, el cual, como se aprendió en el sub-tópico 1.5, lo que provoca
es un desplazamiento de las funciones sobre el eje del tiempo. Nuevamente, tal como se explicó
anteriormente para descubrir los valores de xm1 y xm2, acá se utilizan las condiciones iniciales del problema
para poder resolver quiénes son A y φ. Para comprobarlo tomamos que en t=0, x(0)=x0 y v(0)=v0
tal que 𝑥! = 𝐴 ∙𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 −𝜑 y 𝑣! = −𝜔𝐴 ∙ 𝑠𝑖𝑛 (−𝜑)
O por las propiedades de las funciones coseno y seno,
44

𝑥! = 𝐴 ∙𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜑 y 𝑣! = 𝜔𝐴 ∙𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜑
Y al elevar al cuadrado los dos miembros de ambas ecuaciones, da lugar a que
𝑥! ! = 𝐴 ! ∙ 𝜑 y 𝑣! /𝜔 !
= 𝐴! ∙ 𝜑
Sumando ambas expresiones produce la relación:
𝑣! !
𝑥! ! + = 𝐴! 𝑐𝑜𝑠 ! 𝜑 + 𝑠𝑖𝑛! 𝜑
𝜔!
En la que si se aplica que 𝑐𝑜𝑠 ! 𝜑 + 𝑠𝑖𝑛! 𝜑 = 1, da lugar a la fórmula que permite calcular la máxima
amplitud A partir de las condiciones iniciales:

𝑣! !
𝐴= 𝑥! ! +
𝜔

De igual forma, el ángulo de fase puede también calcularse si efectúa el cálculo de la tangente de dicho
ángulo a partir de las expresiones que relacionan x0 y vo con φ. Así:
𝑣!
𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜑 𝜔𝐴 𝑣!
𝑡𝑎𝑛 𝑡𝑎𝑛 𝜑 = = 𝑥 =
𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜑 ! 𝜔𝑥!
𝐴
!!
Y de ese modo 𝜑 = ( ) , quedando así demostrado que
!!!

Las condiciones iniciales x0 y v0, junto con la frecuencia angular natural ω del sistema, determinarán
tanto el nivel de amplitud máxima de la oscilación, A, así como el posible valor de desfase φ, que
dichas condiciones instauran desde el mismo momento en que arranque el proceso en t = 0 s.

Para efectos de ver cómo se deduce e interpreta el denominado ángulo de fase se le invita a que revise el
ejemplo de práctica #6 en la sección de ANEXOS 2 – Ejemplos de Práctica Complementarios.

45


Clase 2| Energía de un oscilador
armónico simple
2. Consideraciones Energéticas del O.A.S.
2.1 Tipos de energía mecánica
2.1.1 Energía cinética
Antes de valorar aspectos energéticos vinculados con los fenómenos donde ocurren oscilaciones
mecánicas es pertinente recordar los diferentes tipos de energía que pueden estar involucrados en un
sistema mecánico. La más fácil de explorar es la energía cinética de los cuerpos, pues conociendo la
!
velocidad a la que se mueven y la masa que poseen, se calcula mediante: 𝐾 = 𝑚‖𝑣‖!
!

La razón de la doble barra es para recordar que lo que se toma en cuenta dentro de la energía cinética es la
rapidez del objeto y no tanto que la velocidad, partiendo de que la primera es sólo el módulo de la
segunda, no importando la orientación del movimiento sino cuán rápido ocurre. Otro aspecto importante
es que las energías cinéticas de un sistema de muchas partículas pueden sumarse y dar lugar a una energía
cinética total. Para reforzar los aspectos citados se propone revisar el siguiente ejemplo.

Figura 22
Jugadores del ejemplo 6 en movimiento

#7. Los jugadores de futbol que se muestran en la


figura 22 intentan bloquear al que quiere anotar y que
va trotando en dirección contraria. Determine cuál es
la energía cinética de cada uno y cuál la de los dos

jugadores que intentan realizar la acción de bloqueo.
A partir de esos cálculos, ¿Diría usted que el
anotador tiene posibilidades de lograr su objetivo?
Solución: Para resolver este problema se necesita
plantear la fórmula de la energía cinética a cada Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de
jugador. Al hacerlo se obtiene: Knudson (2007)

46

Jugador A:
Jugador B:
Jugador C:
Con esos datos, la energía de los jugadores que intentan realizar el bloqueo es de 3360 J, y como toda
energía cinética puede transformarse en trabajo, es claro que la que porta el jugador C no es suficiente
como para contrarrestar la de los bloqueadores.
Fuente: Nota. Elaboración propia a partir de datos de Knudson (2007).

Partiendo de que en general las energías cinéticas pueden sumarse, al haber energías cinéticas rotacionales
implicadas, estas pueden incorporarse dentro del recuento. Así, para el el bloque suspendido de la figura
23, con un cable que yace enrrollado a un tambor giratorio:
1 1
𝐾= 𝑚𝑣! ! + 𝐼𝜔 ! !
2 2
Donde I es la llamada inercia centroidal del tambor de acuerdo a la cinemática de cuerpos rígidos, vB es la
rapidez a la que va bajando el bloque y ωT es la velocidad angular a la que gira el tambor; y como la
velocidad traslacional v de un punto en el tambor se relaciona con la velocidad angular a través de v =
vB=ωr, se puede escribir también:
! ! !
𝐾 = 𝑚𝑣! ! + 𝜔! ! Figura 23
! ! !

Tambor giratorio con bloque


suspendido en descenso

Fuente: Nota. Elaboración


propia, a partir de Beer F
(2010)

47

El ejemplo de práctica #12 en el ANEXO 2 le permitirá ver cómo se aplica esta metodología en la
resolución de problemas.

2.1.2 Energía potencial gravitatoria


Otro tipo de energía importante a considerar es la energía asociada a la configuración de los sistemas en
relación a su altura respecto a alguna referencia previamente definida. Generalmente estas energías
pueden estimarse a partir del trabajo realizado para cambiar la altura de los objetos, con independencia de
los desplazamientos perpendiculares a dicha coordenada de altura – es decir, cambios de posición
horizontales. Se dice para ello que ΔU= –W, y donde el trabajo se calcula a partir de la evaluación de la
siguiente integral a lo largo de un trayecto o ruta:

𝑊= 𝐹 ∙ 𝑑𝑙

Al proponer entonces un camino que implique segmentos caracterizados tanto por diferenciales 𝑑𝑥𝚤 y 𝑑𝑦𝚥,
y siendo F el peso −𝑚𝑔𝚥 que jala el cuerpo hacia el piso, el producto punto o producto escalar de la
definición de trabajo hará que la expresión final de la energía potencial gravitatoria venga dada por
ΔU=mgΔy. La figura 25 denota las dos posibilidades de alteración de la energía potencial gravitatoria.
Figura 25
Representación del ascenso y descenso de un objeto de masa m y el cambio ΔU

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Giambattista (2010)

Según la figura 25-a), cuando el objeto de masa m realice un cambio de su coordenada vertical hacia
arriba, entonces el cambio de energía potencial será positivo (ΔU>0); y cuando dicho cambio lo realice
disminuyendo su ubicación vertical respecto a la referencia, entonces el cambio de energía potencial será

48

negativo (ΔU< 0). Otra manera de entender esto es bajo la noción de naturalidad o artificialidad del
proceso realizado. Así, si el objeto asciende, es claro que no es algo natural, de donde que el sistema
objeto–Tierra va a requerir un aumento en la energía para que se separen, es decir ΔU>0 (la energía debe
aumentar). Si en cambio el objeto desciende hacia la Tierra, figura 25-b) ya se sabe que eso no requiere
colaboración de nadie pues todos los objetos caen por su propio peso. Siendo así, el sistema objeto-Tierra
sólo realiza algo que le permita restaurar una condición previa más relajada, y para ello va a liberar
energía, ΔU<0, que se le tuvo que haber dado al sistema al inicio por llevar el objeto a una altura mayor de
donde estaba.

2.2 Relación entre la Ley de Hooke, el trabajo mecánico y la


energía potencial elástica
Tomando como punto de partida que las energías potenciales se calculan conociendo el trabajo hecho por
la fuerza que permite la interacción de las partes que componen al sistema, vale la pena calcular el
trabajo implicado en la deformación de un resorte que lleva acoplado un bloque de masa m. Acá no hay
mucho misterio sabiendo que la fuerza viene gobernada por la Ley de Hooke, F = – kx, de donde que, si el
resorte se tensiona estirándose hacia la derecha de su punto de equilibrio, se tiene:
!! !!
1 !
𝑊= 𝐹 ∙ 𝑑𝑙 = − 𝑘𝑥𝚤 ∙ 𝑑𝑥𝚤 = −𝑘 𝑥𝑑𝑥 = −𝑘 𝑥
!! 2 !!

De donde que si el punto inicial de donde partió el extremo del resorte era para cuando se tenía cero
deformaciones, entonces x0=0 y de ahí que para una posición final cualquiera xf= x, se tendría que W= –
½kx2. Y, tal como se explicó arriba, por el hecho de que ΔU = –W, la expresión final de la energía
potencial sería: U(x) = U0 + ½kx2, en la cual puede añadirse la noción válida de que el valor de referencia
U0 sea nulo para cuando x0=0, lo que tiene sentido pues si el resorte está totalmente relajado (sin
estiramiento o compresión) no puede haber energía potencial para ser entregada o requerida en el proceso.

Energía Potencial Elástica: Es la que se asocia con cuerpos sólidos


deformables que tienen capacidad de restituirse a su estado inicial, luego de
retirada la perturbación que los haya deformado. En el caso del sistema masa-
resorte, esta energía se cuantifica a través de la expresión U(x) = ½kx2, donde x
es simplemente la coordenada que establece la posición del extremo del resorte
medida respecto a la posición donde el resorte no muestra deformación.

49

#8. Recordando los datos del ejemplo 4, de cuando una familia de cinco personas y con una masa total
de 255 kg se subía a su vehículo de 1200 kg, los resortes de este se comprimían hasta 3.85 cm. a)
¿Cuál es el trabajo que efectúan las personas al obligar al resorte a comprimirse los centímetros
señalados? b) ¿El cambio en energía potencial elástica experimentada por el resorte luego de montarse
las cinco personas será positivo o negativo? ¿Cómo se debe interpretar ese signo? C) ¿Cuánta energía
se acumulará en el sistema de resortes del automóvil para cuando se coloquen en el baúl el par de
sacos de carga extra que se comentó en el ejemplo 3, de modo que la masa total fuera más bien de 325
kg, en vez de 255 kg?
Solución: a) El trabajo se calcula por medio de W= –½kx2 y en el ejemplo pasado se encontró que
k=64,975 N/m, así que si x=0.0385 m, W= – 48.15 J.
Como ΔU = –W, así que ΔU = – (– 48.15 J) = 48.15 J, por lo que ΔU >0 (positivo); tal que siguiendo
lo explicado en el sub-tópico 2.1.2, el resorte debe recibir energía desde un agente externo para que
tenga lugar el proceso descrito, el cual debe de entenderse es completamente artificial.

Como U = ½kx2, es claro que la energía en el resorte nunca podría ser negativa, pues él no se comprime
ni estira por su propio gusto, sino que hay alguien que debe forzarlo. Sin embargo, eso no niega que un
“cambio de energía” si pueda dar negativo, como ocurriría si, estando el resorte comprimido
previamente, se le libera parte de la carga para quedar menos comprimido que antes.
Aplicando el mismo procedimiento de a) y recordando del ejemplo 3 que la deformación del resorte era
ligeramente mayo, verifique que se obtendría un ΔU=78 J, lo que implica que el resorte tuvo que
absorber más energía por parte de los entes externos que lo obligan a deformarse.
Nota: compare la constante de deformación para los resortes de amortiguamiento
de este ejemplo (64,975 N/m) con la constante del resorte utilizado en el ejemplo
5 (200 N/m). Este último se deforma con facilidad y por ello se puede ocupar en
prácticas de laboratorio. ¿Se imagina usted queriendo deformar los resortes de un
carro en una práctica experimental?

50

2.3 Principio de Conservación de la Energía Mecánica
aplicado en sistemas oscilantes
2.3.1 Gráficas de energía potencial para un Oscilador Armónico
Simple, O.A.S.
Siendo que un sistema masa-resorte muestra su comportamiento oscilante por medio de las funciones que
caracterizan todos sus parámetros cinemáticos, es consecuente preguntarse: ¿Será que la energía de un O.
A. S. también es cíclica? Y si así es ¿manejará el mismo periodo?
Para contestar estas inquietudes basta combinar las ecuaciones que describen tanto la energía de un O.A.S
como también las de tipo cinemáticas. Sin embargo, para tener una total independencia de las infinitas
posibilidades de condiciones iniciales se partirá de las expresiones que involucran el ángulo de fase. Así
𝑥(!) = 𝐴 ∙𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 − 𝜑 𝑣(!) = −𝜔𝐴 ∙ 𝑠𝑖𝑛 (𝜔𝑡 − 𝜑)

Y dado que U(x)= ½kx2, al ser x=x(t) dependiente del tiempo, entonces también U=U(t) será función del
tiempo. Para encontrar esta relación energética como función del tiempo simplemente se sustituye la
función cosenoidal de arriba para x(t) dentro de la de energía potencial. Así se obtiene:
1 ! 1 !
1 !
𝑈(!) = 𝑘 𝑥 ! = 𝑘 𝐴 ∙𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 − 𝜑 = 𝑘𝐴 ∙ 𝜔𝑡 − 𝜑
2 2 2
Por su parte, la energía cinética del O.A.S. como función del tiempo sería:
1 ! 1 !
1 2
𝐾 ! = 𝑚 𝑣 ! = 𝑚 −𝜔𝐴 ∙ 𝑠𝑖𝑛 (𝜔𝑡 − 𝜑) = 𝑚𝜔 ! 𝐴! ∙ 𝑠𝑖𝑛 (𝜔𝑡 − 𝜑)
2 2 2
Y siendo que 𝜔 ! = 𝑘/𝑚, puede sustituirse arriba la masa según 𝑚 = 𝑘/𝜔 !
1 𝑘 1 2
𝐾 ! = !
𝜔 ! 𝐴! ∙ 𝜔𝑡 − 𝜑 = 𝑘𝐴! ∙ 𝑠𝑖𝑛 (𝜔𝑡 − 𝜑)
2 𝜔 2
Se observa entonces que las energías cinética y potencial elástica de un O.A.S. son funciones periódicas
del tiempo y siendo que contamos con un principio que establece que la energía se conserva al tomar en
cuenta ambos aportes, es decir que U + K= constante, con lo obtenido arriba se encuentra:
1 ! 1
𝑈(!) + 𝐾 ! = 𝑘𝐴 ∙ 𝜔𝑡 − 𝜑 + 𝑘𝐴! ∙ 𝜔𝑡 − 𝜑
2 2
Puede aplicarse nuevamente la relación trigonométrica 𝑐𝑜𝑠 ! 𝜃 + 𝑠𝑖𝑛! 𝜃=1, tal que
1 !
𝑈(!) + 𝐾 ! = 𝑘𝐴 ∙ 𝜔𝑡 − 𝜑 + 𝜔𝑡 − 𝜑
2
1 !
𝑈(!) + 𝐾 ! = 𝑘𝐴
2

51

De donde que, si bien oscilan a cierto ritmo,

En todo momento, la suma de los valores instantáneos de las energías potencial elástica y cinética de
un O.A.S. siempre da un único número o valor constante.

Y ese valor constante, a diferencia de otros casos puramente teóricos, tiene un valor preciso: es
exactamente el contenido máximo de energía elástica que “almacena el resorte” de acuerdo a la máxima
amplitud que desarrolla en una oscilación.

Este último comentario puede apreciarse gráficamente en la figura 26.

Figura 26
Gráficas de las energías K(t) y U(t) para un O. A. S

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday


(2001)

Observe que, a pesar de la oscilación, no hay valores negativos en el gráfico Energías vs t, algo que tiene
tanto una explicación matemática como física. Desde el punto de vista matemático, debe reconocerse que
ninguna de las funciones U(t) ni K(t) lleva un signo negativo, además de que las dos funciones armónicas
aparecen elevadas al cuadrado por lo que jamás se manifiestan secciones negativas de cada una,
recordando el reconocido comportamiento alternante de las oscilaciones hasta ahora consideradas.
La explicación física de la ausencia de valores negativos de energía puede reconocerse dentro de la misma
expresión coloquial de que la energía “se almacene en el resorte” – es decir, es absorbida por él – y es
consecuencia de la consideración señalada antes de que tuvo que haber habido la aplicación de algún
trabajo externo para que el resorte se deformara en un inicio, pues por sí sólo él jamás distorsionaría su
forma y dimensiones. Lo interesantes es que

52

Para un resorte ideal acoplado a un bloque sin fricción, la energía invertida al inicio jamás es soltada
por el sistema (nunca la pierde); por el contrario, el oscilador la distribuye entre sus contenidos
energéticos potencial y cinético, y ahí la mantiene permanentemente.

De acuerdo con las expresiones para U(t) y K(t), y según lo descrito en la figura 26, lo anterior ocurre de
forma alternada: mientras una energía es máxima o va para ser máxima, la otra es mínima o se mueve en
camino a ser mínima. Al final entonces, sólo hay contenidos de energía positivos en tanto esa energía fue
ganada por el sistema desde un inicio, no habiendo ninguna pérdida o energía negativa durante el proceso.
Adicional al aspecto de la forma tan convincente de cómo oscilan en el tiempo los dos tipos de energías
del oscilador armónico, es oportuno reconocer el cumplimiento de los requisitos que se citaron en el sub-
tópico 1.3.2 para el desarrollo de un movimiento periódico. Basta graficar U vs x, según lo dicta la
ecuación de le energía potencial, U(x) = ½ kx2. Al hacerlo, no debe perderse de vista que el factor de ½k
es sólo una constante, tal que (por los fundamentos de la geometría analítica) un gráfico de y(x) = px2 no es
otro que el de una parábola centrada en el origen. Se confirma con ello que la función de la energía
potencial elástica (gráfica café de la figura 27) posee un mínimo donde hay un estado de equilibrio estable
(en x = 0, F = 0), igual como se reflexionó para la figura 9 en 1.3.2.

Figura 27
Gráficas de las energías U(x) y K(x) para un
O. A. S., es decir en función de x

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir


de Halliday (2001)

Sin mucho esfuerzo, puede observarse también una gráfica de color azul, la que según la viñeta de arriba
corresponde a la energía cinética del O.A.S. Como esa no está representada de manera analítica por
ninguna de las ecuaciones escritas antes, se plantea brevemente cómo se deduce la expresión para este
importante tipo de energía. En esencia, lo único que se necesita es retomar la última ecuación mostrada
hasta antes del aparecimiento de la figura 26
53

1 !
𝑈(!) + 𝐾 ! = 𝑘𝐴
2
Nota: no confundir la k del resorte (la cual es una verdadera constante), con la K de la energía cinética del
sistema (una magnitud que está variando a lo largo del tiempo).
Pero la anterior se debe plantear como una combinación de funciones dependientes de la posición x, en
vez de dependientes del tiempo t. Al hacerlo y realizar las manipulaciones algebraicas pertinentes se
podrán reconocer dos relaciones importantes. Por una parte:
1 ! 1 1 !
𝑘𝑥 + 𝐾 = 𝑘𝐴! 𝑙𝑎 𝑐𝑢𝑎𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑑𝑢𝑐𝑒 ⇒ 𝐾(!) = 𝐸! − 𝑘𝑥
2 2 2
Donde EM es la energía máxima y de valor único de la que se hablaba arriba, tal que si recordamos que la
gráfica de una función y(x) = b – px2 corresponde a una parábola invertida (y(x) = – px2) desplazada hacia
arriba una altura +b, entonces efectivamente, la curva de la energía cinética contra la posición es también
una parábola que varía con el cuadrado de la posición, pero está invertida respecto al eje x y subida en una
altura de energía +EM. De ese modo, si x=0 la energía cinética es máxima pues K = Em, y cuando x=±A,
K=0, pues esa es la posición en que el término cuadrático alcanza al valor de la energía máxima.
Por otra parte, al desglosar un poco más la expresión de partida de arriba, se encuentra que si
1 ! 1 1
𝑘𝑥 + 𝑚𝑣 ! = 𝑘𝐴!
2 2 2
𝑘 !
𝑚𝑣 ! = 𝑘𝐴! − 𝑘𝑥 ! 𝑂 𝑏𝑖𝑒𝑛 ⇒ 𝑣! = 𝐴 − 𝑥!
𝑚

𝑘 !
𝑣! = 𝐴 − 𝑥! = 𝜔 𝐴! − 𝑥 !
𝑚

Se obtiene de ese modo una expresión que permite calcular la velocidad v(x) que lleva el bloque como
función de la posición x, la cual debe de estar dentro de los denominados puntos de retorno, o puntos
mínimo y máximo de la oscilación, xm= ±A.
Nota: no ocurre oscilación en valores de x por encima +A o por debajo de –A, porque de ser así el resorte
entraría al rango de deformación plástica y ya no recuperaría su longitud original o bien se reventaría.
Lo interesante de la última expresión es que si se toma que x=0, se obtiene v(x=0) = ωA, la cual
corresponde a la velocidad máxima vmax que puede alcanzar el oscilador. Si ahora se trae a la memoria que
esa posición también corresponde al punto en que a=0 (y en consecuencia donde F=0) se identifica que
dicho punto es donde simultáneamente la energía potencial elástica es mínima, pero donde la energía
cinética es máxima. De igual manera, si x=±A, lo que se cumple es que el bloque acoplado al resorte “se
detiene”, pues ahí v=0. Tales posiciones (los puntos de retorno) son donde la energía potencial elástica es
máxima, pero en los que la energía cinética se ha agotado por completo.
54

Por todo lo descrito, la expresión calculada de v(x) describe fielmente a la curva azul que está superpuesta
con la de U(x) en la figura 27. Puede deducirse también una expresión alternativa para v(x):

𝐴! ! ! = 𝜔 𝐴! 1 −
𝑥! 𝑥! 𝑥!
𝑣! =𝜔 𝐴 − 𝑥 = 𝜔𝐴 1− ⟹ 𝑣(!) = 𝑣!á! 1 −
𝐴! 𝐴! 𝐴! 𝐴!

Con lo que la velocidad del bloque en cualquier punto que esté dentro de los puntos de retorno, es una
función “opuesta” de la fracción que se haya cubierto del avance del bloque con respecto a la máxima,
x/A. En otras palabras, si esa fracción crece es porque el resorte se está acercando a la deformación
máxima, tal que x/A=1, pero la velocidad cae a cero. En cambio, si la fracción se reduce al punto que se
llega al valor mínimo de x/A=0, implica que el resorte se ha alejado lo más posible de la máxima
deformación y en ese caso la velocidad es la mayor de todas. Como todos estos parámetros se comportan
de manera periódica, la figura 28 resume el ciclo de las posiciones, velocidades y energías por las que
tiene que pasar el sistema masa-resorte hasta repetir el ciclo.

Figura 28
Representación del comportamiento de U y de K para el O.A.S

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday (2003)


Explore la forma de aplicar estas ecuaciones y el método de la energía a problemas con oscilaciones
revisando los ejemplos de Práctica #9 y #10 en el documento en PDF: ANEXOS 2.


55


Para reforzar estas ideas sobre la energía de los sistemas oscilantes dedique
unos 5 minutos a las observaciones brindadas en el sitio: Edukt Mx (9 de
septiembre de 2020). Energía de un Oscilador Armónico Simple [Vídeo]. En la
parte final de este escuchará un breve comentario acerca de una de las funciones
de energía potencial presentadas en la Tabla 3 del siguiente sub-tópico.

2.3.2 Curvas de Energía Potencial de otros sistemas físicos y


distinción de los Estados de Equilibrio

En el sub-tópico 1.4.1 se propuso un gráfico en la figura 13 que describía lo que los científicos han
propuesto como el comportamiento de la energía potencial para la interacción entre los núcleos de dos
átomos en una misma molécula. Al acercarnos al punto mínimo de la curva se reconoce claramente una
región parabólica muy similar a la de un O.A.S., y precisamente las explicaciones que allá se brindaron de
cara a comprender las causas profundas que permiten el desarrollo de fuerzas restaurativas al interior de
los materiales, tienen cierto grado de similitud con lo explicado en 2.3.1.
La indagación de los científicos en campos de la química molecular, cosmología, física nuclear o en
mecánica cuántica ha dado lugar a planteamientos cuya conclusión ha sido el descubrimiento de las más
diversas funciones de energía potencial para los sistemas bajo estudio. A continuación, algunos ejemplos:

Tabla 3
Lista de algunas funciones de Energía de Potencial exploradas por diversas ramas de la ciencia.
Expresiones de las Funciones de Energía
Tipo de Función de Potencial
Potencial

Potencial gravitacional de un objeto de masa m a una 𝐺𝑀𝑚


𝑈! =−
distancia r del centro de la Tierra (Young, 2013, p. 409) 𝑟

Potencial de Yukawa que gobierna la fuerza nuclear 𝑟! !!!


𝑈 ! = −𝑈! 𝑒 !
entre dos neutrones (Young, 2013, p. 1514) 𝑟

Potencial de Lennard-Jones, que describe la energía 𝜎 !" 𝜎 !


𝑈 ! = −4𝜀 −
potencial entre dos moléculas (Prausnitz, 2000, p.57) 𝑟 𝑟

56

Potencial energético entre tres partículas que interactúan 𝑞! 𝑞! 𝑞! 𝑞! 𝑞! 𝑞!
𝑈! =𝐾 + +
electrostáticamente (Halliday Vol.2, 1999, p.69) 𝑟!" 𝑟!" 𝑟!"

1
𝑈(!) = { 𝑚𝜔 ! 𝑥 + 𝑎 ! , 𝑠𝑖 𝑥
Potencial de doble pozo en modelos mecánico-cuánticos 2
1
(Griffiths, 1995, p.296) < 0 𝑚𝜔 ! 𝑥
2
− 𝑎 ! , 𝑠𝑖 𝑥 > 0

Fuente: Nota. Elaboración propia

Para cada una de las funciones de energía mostradas, si se desea la fuerza que da lugar a la interacción
entre las entidades que conforman el sistema (núcleos atómicos, partículas cargadas, masas de cuerpos
celestes, etc.), esta se calcula mediante el proceso descrito en 1.4.1 el cual implicaba derivar la energía
potencial contra la variable independiente, dU/dx. Siendo así, significa que la pendiente local de la gráfica
de U(x) da una idea del tipo de fuerza que ahí se desarrolla. El mérito de estas consideraciones es que
permiten identificar hasta tres diferentes tipos de equilibrio. La gráfica de la figura 29 los representa.
En la parte baja de la figura 29 se ven colocadas las derivadas de la energía potencial para intervalos que
rodean cuatro puntos especiales: A, B, C y D. Al recordar entonces que Fx= –dU/dx, lo especial en dichos
puntos es que claramente las pendientes son cero, de modo que Fx=0, siendo válido expresar que “en los
cuatros puntos se tienen estados de equilibrio mecánico”. Sin embargo, al concentrarse en que la fuerza
tiene que ser contraria al tipo de pendiente observada en la gráfica de U(x), logra reconocerse que
En A: las fuerzas apuntan queriendo converger hacia el mismo punto A.
En B: las fuerzas apuntan hacia afuera, como si expulsaran algo desde dicho punto o si desde ahí
divergieran.

En C: básicamente se repite la misma situación que en A.


En D: el comportamiento de las fuerzas es como en el punto B.

57

Figura 29
Curva general de U(x) con distintos puntos de equilibrio

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Young (2013)

Habiendo reconocido que los cuatro puntos cumplían la condición de equilibrio mecánico, el
comportamiento de las pendientes a su alrededor indica que necesariamente no se trata del mismo tipo de
equilibrio. Se dice así que A y C son estados de equilibrio estable, porque sólo en dichos puntos se
desarrollan fuerzas restaurativas que obligarán al cuerpo a volver a dichas posiciones. En cambio, los
puntos B y D pertenecen a la categoría de estados de equilibrio inestable, pues si bien el objeto está en
reposo, un ligero desplazamiento hacia uno u otro lado provocará que el objeto salga disparado de dichas
posiciones. Una manera física de entender este último sería pensando en el juego de querer parar un cono
sobre su punta, tal que, si bien es posible que se pueda colocar parado luego de mucho esfuerzo, lo cierto
es que la mínima briza o vibración harán que el cono se caiga. También es fácil interpretar lo anterior al
ver las tres bolitas de la figura 30.

Figura 30
Tres bolitas en posiciones con diferentes
estados de equilibrio

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Giancoli (2008)
58

Por la similitud con lo descrito arriba, es obvio que las tres podrían encontrarse en equilibrio, pero A’ sería
una posición inestable, mientras que B’ sería estable.
En cuanto a C’, la mecánica sugiere tomarlo como un punto de equilibrio neutro, pues si la bola se mueve
de esa posición, no habrá una tendencia clara a escapar o a volver hacia el punto de partida.

#11: Un diapasón es una estructura de metal que se percute para producir un sonido muy particular,
vinculado con la vibración que produce luego del golpe. En medio de una prueba, las dos puntas de un
diapasón con un grabado que dice 392 Hz vibran con una amplitud de 0.60 mm. a) ¿Cuál será la rapidez
máxima que tiene la punta al vibrar?, b) Si una mosca, con masa de 0.0270 g, se asentara en un extremo
de las puntas al momento que estas vibran ¿Qué energía cinética máxima tiene la mosca? Suponga que
el efecto de la masa de la mosca sobre las puntas del diapasón es despreciable sobre la frecuencia que lo
caracteriza.
Solución: Como el parámetro crucial para empezar todo análisis sobre vibraciones es la frecuencia, es
justo el primero que se calcula a partir de ω=2πf, resultando: ω=2π (392 ciclos/s)= 2148 rad/s.
Sabiendo que la velocidad de las puntas pudiera estar gobernada por una expresión como , lo que acá
solicita el problema es únicamente la amplitud de esa función cosenoidal, es decir la velocidad máxima
. A partir de los datos y el cálculo realizado:

Gracias a la última deducción y al planteamiento previo, recordamos que si bien , nuevamente lo que se
pide es el valor máximo de la energía cinética que se desarrolla producto de la oscilación del diapasón.
En ese sentido, interesa únicamente el factor que antecede a la función. Así,

Donde las últimas unidades corresponden a sub-múltiplos de joules de energía, en este caso mili-joules.
Fuente: Nota. Por Young (2013).

qué son los diapasones o para qué sirven, tómese unos minutos y
Si no ubica
vea las divertidas pruebas realizadas por un par de jóvenes ingleses que
protagonizan una serie de videos en el sitio: The Slow Mo Guys (14 de marzo
de 2013). Tuning Fork at 1600fps. [Vídeo].

En este caso no se complique por la traducción, sino más bien VEA las
pequeñas y rápidas vibraciones que resultan tras percutir un diapasón. Nota: La
serie web en mención ha sido catalogada como uno de los mejores canales de
YouTube sobre movimientos en cámara lenta.

59


Clase3| Aplicaciones del movimiento
armónico simple
3. Aplicaciones del movimiento armónico simple
3.1 Ecuación de Movimiento de un Oscilador Armónico
Simple.
Como se ha visto, un O.A.S. puede representarse mediante un sistema masa-resorte que cuenta con fuerzas
restaurativas para producir un movimiento periódico. Según pudo apreciarse en el sub-tópico 1.5, al
combinar la ley de Hooke con la 2ª ley de Newton, resulta una ecuación diferencial de segundo orden,
lineal y homogénea como la del tipo
𝑑!𝑥 𝑘
!
+ 𝑥=0
𝑑𝑡 𝑚
Fue en virtud de la similitud estructural entre esta y la ecuación diferencial de un M.C.U. que pudo
anticiparse que su solución vendría dada por una combinación lineal de funciones armónicas, donde habría
dos constantes por resolver. Más adelante, en 1.5.1 se planteó que la solución podría ser una sola función
cosenoidal (o senoidal) para la que nuevamente habría que resolverle dos constantes: el valor de la
amplitud máxima y el del ángulo de fase. Se expuso que para resolver el valor de ambas constantes lo que
se necesitaría serían las condiciones iniciales del problema: la posición x0 y la velocidad v0.
Como se verá en esta clase, resulta que hay otro tipo de fenómenos que dan lugar al mismo tipo de
ecuación diferencial o, también llamada ecuación de movimiento, y cuando así sea se podrá reconocer
nuevamente una frecuencia angular, un periodo, una amplitud y una frecuencia cíclica, siendo aplicables
todas las consideraciones energéticas, cinemáticas y gráficas que se han expuesto páginas atrás.

3.2 Ecuaciones de Movimiento de otros sistemas mecánicos


oscilantes
3.2.1 Ecuación de Movimiento de un péndulo simple
Un péndulo simple es uno de los montajes experimentales más sencillos para hacer mediciones dentro de
los fenómenos periódicos. Está compuesto por una masa que se hace sujetar por una cuerda o hilo

60

inextensible desde un punto fijo. Como es de esperarse, el arreglo sirve inicialmente sólo para verificar la
verticalidad perfecta, tal como lo haría una plomada. Pero el verdadero movimiento periódico comienza
cuando la masa se desplaza desde su punto más bajo hasta una altura cualquiera, siempre manteniendo
tensionado el hilo. La figura 31 es un dibujo que representa al péndulo ya desplazo y donde son evidentes
las únicas dos fuerzas que actúan sobre la masa colgante: la tensión del hilo y el peso de la masa
(asumiendo que el hilo es muy ligero).
Figura 31
Representación de un péndulo simple

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Halliday (1999)

Al adelantar que acá va a desarrollarse un movimiento cíclico, vale la pena preguntar: ¿Cuál es la fuerza
restaurativa del sistema si en este caso no hay un resorte y donde además se advierte que el hilo no es
elástico? La respuesta yace en el requisito energético que debe cumplirse para que haya un fenómeno
oscilatorio: se necesita un estado de equilibrio al cual el sistema quiera regresar por su propia cuenta. Ese
estado de equilibrio se sabe que existe justo cuando el hilo está orientado verticalmente, pues solo ahí la
resultante de fuerzas es cero. En cambio, para la configuración mostrada en la figura 31, es evidente que
sólo las fuerzas interpretadas a lo largo de la dirección radial respecto al hilo son las que logran
compensarse, pues claramente hay una componente del peso (mgcosθ) que equilibra a la tensión del hilo;
caso contrario, la masa saldría disparada de su posición, como cuando se aplica un corte con tijera.
61

Lo interesante para el análisis obviamente está en la otra componente del peso, mgsenθ, pues no hay una
fuerza que la compense, y como esta actúa en la dirección tangencial al segmento de curva que se muestra,
es en esa dirección donde cabe plantear 2ª ley de Newton para descubrir la posible aceleración oscilante.
Pero, siendo claro que la trayectoria que recorrerá la masa colgante parece ser un segmento de un M.C.U.,
se ve útil aplicar las ecuaciones cinemáticas del análisis realizado en el sub-tópico 1.2.
𝑣 = 𝑟𝜔𝜃 y 𝑎 = −𝑟𝜔! 𝑟 + 𝑟𝛼𝜃,
Rercordando que en la dirección radial no debería haber aceleración al momento que vaya a soltarse la
masa (por el hecho de estar compensadas las fuerzas), la única que debería actuar sería aθ= rα, donde α es
la aceleración angular o segunda derivada de la posición angular θ de la cuerda. Por 2ª ley de Newton
entonces:
−𝑚𝑔 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜃 = 𝑚𝑎! = 𝑚𝑟𝛼
Observe que el singo negativo es necesario porque la componente de fuerza que moverá la masa del
péndulo hacia su punto de equilibrio lo hará en dirección contraria a la que se desplazó angularmente el
sistema. Y si se rescata de la figura que la distancia r entre el punto de anclaje del hilo y la masa colgante
es exactamente la longitud L del hilo, se tiene, luego de eliminar las masas a ambos lados de la ecuación:
𝑑! 𝜃
−𝑔 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜃 = 𝐿𝛼 = 𝐿
𝑑𝑡 !
Una pregunta coherente acá es ¿cuál es la variable que se quiere resolver de toda la ecuación?
Básicamente ella misma la señala: desea conocerse qué posición tiene la masa luego de haberse soltado, y
la variable que dice dónde ella se ubica – sabiendo que el hilo no va a cambiar su longitud al ser
inextensible – es la de la coordenada angular θ, que necesariamente es función del tiempo, es decir θ= θ(t).
Para encaminarse a una solución se puede implementar la hipótesis de sólo aplicar desplazamientos
angulares iniciales pequeños, específicamente no superiores a θ=15º. El porqué de esta restricción se
entiende primeramente convirtiendo ese valor en grados a radianes, y al hacerlo con el factor (π/180) se
encuentra que θ=0.262 rad. Resulta ahora que como en la ecuación va colocado un senθ, cuando este se
calcula para el máximo ángulo de desplazamiento que se está proponiendo, se obtiene sen(0.262)=0.259,
valores que se ven muy cercanos, con apenas 0.003 de diferencia. La razón matemática de ello es que al
no contar con tablas de funciones trigonométricas como ocurría en el pasado, las aplicaciones para
celulares o softwares de computadora ocupan un algoritmo que utiliza el desarrollo en serie de potencias
de Maclaurin que la matemática de series infinitas demuestra ser válida para la función seno.
𝑥! 𝑥! −1 ! 𝑥 !!!!
𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝑥 = 𝑥 − + −⋯ +
3! 5! 2𝑛 + 1 !

62

Dichos algoritmos comúnmente truncan la serie dependiendo del margen de error previamente definido y
que sirve como criterio de comparación para aceptar o rechazar la respuesta. Al final, lo que resulta
evidente es que si x=θ y este está medido en radianes, los ángulos muy pequeños no irán más allá de los
0.25 radianes comentados arriba, tal que al elevarse dicho número a potencias cada vez mayores y
dividirse entre los factoriales de números que son mayores que la unidad, lo que se obtendrá serán
términos que no aportan mucho a la serie y de ahí la estrategia de querer truncarla.
Por lo recién explicado, es claro que, si θ sigue la restricción señalada, entonces senθ ≈θ, y al utilizar está
hipótesis dentro de lo que se había planteado para la ecuación de movimiento del péndulo simple, se
tendrá:
𝑑!𝜃 𝑑!𝜃 𝑔
−𝑔𝜃 ≈ 𝐿 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑚𝑜 ⇒ + 𝜃=0
𝑑𝑡 ! 𝑑𝑡 ! 𝐿
Pero esta ecuación diferencial de movimiento del péndulo tiene muchas similitudes con las construidas
para el O.A.S y para el M.C.U. del tópico 1.5:
𝑑!𝑟 𝑑!𝑥 𝑘
+ 𝜔! 𝑟 = 0 𝑦 + 𝑥=0
𝑑𝑡 ! 𝑑𝑡 ! 𝑚
En ese sentido, es fácil reconocer que acá habrá una frecuencia natural de oscilación ωn, la cual no debe
confundirse con la velocidad angular ω que desarrollará el péndulo mientras oscile respecto a su punto de
equilibrio: ωn será una constante que estará determinada por aspectos físicos del montaje mismo, mientas
que ω será en realidad una función del tiempo, ω= ω(t), pues ella, igual que θ, oscilarán entre valores
máximos y mínimos a lo largo del tiempo.
! !
Al realizar las comparaciones, se identifica que 𝜔! ! = , de donde que 𝜔! =
! !

Y de ese modo la posición y velocidad del péndulo se describen a partir de:


𝑔
𝜃(!) = 𝜃! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 − 𝜑 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑒𝑞𝑢𝑖𝑣𝑎𝑙𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑎 ⇔ 𝜃(!) = 𝜃! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝑡−𝜑
𝐿
𝑑𝜃
𝑣(!) = = −𝜔𝜃! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑡 − 𝜑 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑒𝑞𝑢𝑖𝑣𝑎𝑙𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑎 ⇔ 𝑣(!)
𝑑𝑡
𝑔
= −𝑣! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝑡−𝜑
𝐿

Donde la velocidad máxima angular se identifica con la relación vm= ωθm.


Para reforzar las consideraciones expresadas, échele una mirada al ejemplo de Práctica #12 en la sección
de ANEXOS 2. Ahí verá cómo se aplica la aproximación de “ángulo pequeño” en análisis de oscilaciones.

3.2.2 Ecuación de Movimiento de un péndulo físico

63

Un objeto con dimensiones y masa apreciables puede también fijarse desde uno de sus extremos, para
luego aplicarle un leve desplazamiento desde el extremo libre y proceder a soltarlo. Al hacerlo, podría
obtenerse un movimiento oscilante como se ha descrito arriba. Ello se analiza para el objeto de la figura
33.
Figura 33
Diagrama de un péndulo físico

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir


de Halliday (2001)

Como en este caso se trata de un cuerpo rígido, debe aplicarse la segunda ley de Newton en su contexto
rotacional, es decir, donde la resultante del momento de todas las fuerzas respecto al punto O se iguala con
el momento de inercia multiplicado por la aceleración angular que se desarrolle sobre el sistema

𝜏 = 𝑟×𝐹 = 𝐼𝛼

Siendo que las reacciones mecánicas en el punto O operan exactamente sobre el pivote o centro de giro,
no hay más fuerza externa actuando sobre el cuerpo que no sea su propio peso, el cual la teoría de cuerpos
rígidos lo localiza en el centro de gravedad del objeto. Bajo esta consideración, el brazo de palanca o
punto de aplicación de la fuerza se reconoce fácilmente en la figura con un valor r=d. De la definición del
módulo de torque:⏐r⋅F⏐ =r·F·senθ, y como F=mg y α es la segunda derivada de la coordenada angular θ(t)
respecto al tiempo (o aceleración angular), la expresión de arriba se transforma en:
𝑑! 𝜃
−𝑑 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜃 ∙ 𝑚𝑔 = 𝐼 !
𝑑𝑡
Nuevamente el signo negativo aparece porque tuvo que haberse aplicado una rotación inicial al cuerpo
rígido en sentido antihorario; esto porque, como se analizará después, su estado de equilibrio No
corresponde al de la imagen, sino a aquel en el que el centro de masa CM yace justo por debajo del punto

64

de anclaje. El torque o momento de fuerza por el peso del objeto se desarrolla por el contrario en sentido
horario, de forma que actúa en contra de incrementar el ángulo θ. Precisamente es ese torque el que acá
trabaja como una acción de restitución sobre el cuerpo, tratando de regresarlo a su estado de equilibrio.
Retomando ahora la suposición de que el desplazamiento angular inicial es pequeño, puede sustituirse que
senθ ≈ θ. Al reacomodar los términos de la ecuación de arriba, lo que se obtiene finalmente es
𝑑!𝜃 𝑚𝑔𝑑
!
+ 𝜃=0
𝑑𝑡 𝐼
Esta se trata nuevamente de una ecuación diferencial homogénea de segundo orden, que tendrá dos
constantes por resolver y que se parece a la ecuación de movimiento del M.C.U. Así, si se escribiese como
𝑑!𝜃
+ 𝜔! 𝜃 = 0
𝑑𝑡 !
El parecido sería total, lo que implica que acá se producirá otro movimiento oscilante con una frecuencia
!"#
natural definida para un cuerpo rígido que gira respecto al punto O como: 𝜔 =
!

3.2.3 Ecuación de Movimiento de un péndulo de torsión


Un tipo de deformación que no fue analizada en el sub-tópico 1.4.1 fue la denominada torsión de un
cuerpo. La figura 34 da una idea del tipo de proceso que subyace en esta denominada torsión y
básicamente corresponde a una operación similar a cuando una persona tuerce una prenda de vestir luego
de lavada, todo con tal de exprimirle el agua en exceso que le haya quedado.

Figura 34
Muestra recta de material sólido y de sección circular, sometida a una torsión

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Alderliesten (2010) y Cervera (2015)

Valga decir que incluso dentro de la teoría de la Resistencia de los materiales este es un tema complejo,
según lo expresa Cerveza Ruíz, et al (2015): “La dificultad principal consiste en que, en general, las
secciones sometidas a torsión no permanecen planas, sino que sufren deformación fuera de su plano,
fenómeno conocido con el nombre de alabeo” (p.244).
En ese sentido, los especialistas suelen considerar procesos de torsión donde no hay tensiones axiales – es
decir, a lo largo del eje de la pieza – y donde la torsión es uniforme, de modo que el alabeo relativo es
despreciable. Todos estos aspectos son cubiertos dentro de la que se conoce como hipótesis de C. A.
65

Coulomb (1784), el mismo personaje que fabricó su propia balanza de torsión para con ella descubrir la
ley de fuerza electrostática entre dos cargas puntuales. La hipótesis para la deformación por torsión de
piezas rectas y de sección circular la formuló más o menos así:
“en una pieza recta de sección circular sometida a torsión pura – de una misma intensidad en toda la pieza
– la deformación es tal que cada sección gira alrededor de su centro sin deformarse en su plano y sin
alabearse, como si fuera un disco rígido. Las fibras longitudinales de la pieza se deforman en forma de
hélices” (Cerveza Ruiz, et al. 2015, p.246).
Lo interesante de los procesos de torsión es que, así como hay restitución por parte del material luego de
eliminar las cargas por compresión o por tensión que lo hayan deformado, lo mismo puede ocurrir con las
alteraciones de forma provocadas por torsión, siempre y cuando los momentos de torsión no se sean muy
intensos. Si este es el caso, y hay un estado equilibrio estable al cual busque restaurarse angularmente el
material, se tienen las condiciones para que ocurra un tipo de oscilación muy particular: a lo largo de un
plano o superficie.
La figura 35 muestra una placa plana rígida, suspendida de un alambre que está anclado a un punto fijo en
su extremo superior. Cuando la placa rígida se gira levemente un ángulo θ el alambre se retuerce y, al
soltar la placa, el alambre ejerce un torque o momento de torsión cuyo comportamiento es
aproximadamente proporcional y opuesto al desplazamiento angular del alambre a cada momento. Ello se
expresa como 𝜏 = −𝜅𝜃
Figura 35
Alambre en oscilación torsional,
con una placa sujetada en un
extremo

Fuente: Nota. Elaboración propia, a


partir de Halliday (2001)

66

Nota: la variable para el momento de torsión debería ser Mt, tal como aparece en la figura 33, pero se
cambió a la de torque para no confundir con la interpretación de una masa total.

En realidad, la placa circular (o podría ser también una barra) suspendida del alambre sólo tiene dos
finalidades: 1) retorcer de manera efectiva al alambre, pues por su forma no sería tan fácil retorcerlo con
las manos, aún si se usaran guantes o tenazas, y 2) Con una marca colocada sobre la placa puede
monitorearse más fácilmente los desplazamientos angulares que realiza el alambre, pues por lo angosto del
alambre no sería tan fácil detectar sus movimientos debidos a la torsión.
En términos de análisis, al aplicar la segunda ley de Newton en su formato rotacional, según se presentó
en 3.2.2, se tendría: 𝜏 = 𝐼𝛼 y de ese modo: 𝐼𝛼 = −𝜅𝜃
Donde la letra griega κ es la llamada constante de rigidez del alambre o constante de torsión del mismo.
Como α es la aceleración angular o tasa de variación de la velocidad angular con la que se mueve la placa,
y consecuentemente el alambre, es evidente que este es un caso muy parecido al del O.A.S. donde su
aceleración es opuesta con el desplazamiento,
𝑑! 𝜃 𝑑! 𝜃 𝜅
𝐼 = −𝜅𝜃 𝑄𝑢𝑒 𝑓á𝑐𝑖𝑙 𝑠𝑒 𝑚𝑎𝑛𝑖𝑝𝑢𝑙𝑎 𝑎 𝑙𝑎 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎 ⇒ + 𝜃 = 0
𝑑𝑡 ! 𝑑𝑡 ! 𝐼
Que es la ecuación diferencial de movimiento del sistema acoplado alambre-placa y que vuelve a ser un
caso de ecuación diferencial de segundo orden homogénea, por lo que deberán de aparecer como
soluciones funciones armónicas que describan nuevamente un movimiento periódico gobernado por los
parámetros de construcción del sistema (en este caso la constante de rigidez del alambre y la inercia de la
pieza que se esté sujetando con el alambre)
Igual que con la ecuación de movimiento del M.C.U. la periodicidad de los movimientos de torsión del
alambre se rige por una frecuencia natural que se calcula del coeficiente de la variable independiente θ:
𝜅
𝜔=
𝐼

3.3. Análisis y beneficios técnicos de la oscilación de un


péndulo simple.
! !
En el sub-tópico 3.2.1 se encontró que 𝜔! ! = , lo que condujo a que 𝜔! = , algo que puede resultar
! !

llamativo si se toma en cuenta que la frecuencia natural del O.A.S. visto en un sistema masa-resorte
dependía de la masa. En cambio, según la deducción realizada, la masa que se coloque en el extremo del

67

péndulo simple no alterará la frecuencia angular, y obviamente tampoco la frecuencia cíclica de los
!!
movimientos del péndulo: 𝑓 = . El péndulo entonces completa un ciclo de oscilación según:
!!

𝐿
𝑇 = 2𝜋
𝑔

En cambio, la amplitud inicial que se desplace para comenzar las oscilaciones sí puede tener tal nivel de
impacto como para corregir la forma en la que se calcula dicho periodo. De ese modo, Halliday et al
(1999) destaca que cuando la amplitud de la oscilación NO es pequeña, la ecuación general del periodo es:

𝐿 1 𝜃! 1 3! 𝜃!
𝑇 = 2𝜋 1 + ! 𝑠𝑖𝑛! + ! ! 𝑠𝑖𝑛! +⋯
𝑔 2 2 2 4 2

Donde θm es el desplazamiento angular máximo, siendo evidente que T crece cuando la amplitud crece.
Por otra parte, la independencia del tipo de objeto que se coloque en el extremo del péndulo (su tamaño,
su forma, la masa, la sustancia de lo que estaba hecho) invitó a los científicos a reconocer que detrás de un
montaje tan simple como este podría encontrarse un instrumento con doble propósito: 1) para medir el
tiempo que comprenden las actividades humanas o los fenómenos naturales, tales como el día y la noche,
las tormentas, la duración de los eclipses, etc., (asumiendo que el periodo de un péndulo es constante) de
donde que lo único que se necesitaría es contar el número de veces que conlleva un evento con respecto a
otro y eso daría una idea de la extensión de su tiempo o duración; y 2) para cuantificar el valor de la
gravedad con sólo medir el tiempo que lleva una sola oscilación y la longitud de la cuerda utilizada.

#13: Demuestre que un péndulo de 1.0 m de largo constituyó un buen estándar para la medición del
tiempo en los días en que se estableció el sistema métrico. Considere un valor de g=9.80 m/s2.
Solución: Con los datos de entrada aportados .
Como el valor es muy cercano a un valor exacto de 2s, implica que si el estándar del tiempo se hubiese
definido como “la mitad del periodo de un péndulo de 1.0 m de largo”, habría estado acertado; pues la
frecuencia correspondiente es de f=1/T = 0.498 Hz o de casi medio ciclo de oscilación (0.5 ciclos)
requeridos para cada segundo que pasa.
Fuente: Nota. Elaboración propia a partir de modelo de Young (2013).

68



Respaldando los cálculos del ejemplo de práctica #13, Halliday (1999) hace un comentario que remarca la
importancia histórica de los péndulos simples: “Durante los pasados tres siglos, el péndulo ha sido nuestro
marcador de tiempo más confiable, sustituido sólo en las últimas décadas por relojes basados en
oscilaciones atómicas o electrónicas” (p.363).
Igualmente, se sabe que la rotación de la Tierra fue verificada experimentalmente por medio de un
péndulo gigante fabricado por el físico francés Jean Foucault. Su péndulo (ver figura 36) mostraba una
extraña rotación del plano vertical respecto al cual oscilaba. Con él descubriría que el plano de oscilación
estaba fijo y que era más bien la Tierra la que rotaba alrededor de dicho plano.
Figura 36
Imagen de un péndulo de Foucault

Fuente: Nota. Por Wikimedia Commons

Algunos pormenores sobre el funcionamiento del péndulo de Foucault y de


cómo su movimiento oscilante está relacionado con la periodicidad orbital de la
Tierra los puede encontrar en los sitios: Ciudadartesyciencias (27 de febrero de
2019). Péndulo de Foucault. [Vídeo]. y Alberto Rojo (9 de abril de 2020).

Física en Cuarentena – El Péndulo de Foucault.[Vídeo].

69

Un contraste de la eficacia de los antiguos péndulos como instrumentos para la medición del tiempo es la
forma tan particular como debían estar relacionados los estándares del tiempo y de la longitud en aquellos
días: la longitud del péndulo tenía que ser exactamente de 1.0 metro para que el dispositivo sirviera como
medidor de tiempo. Un péndulo que implicara una distancia más corta – con la finalidad de ahorrar
material – necesariamente tendría un periodo diferente. Así: si el péndulo tuviese sólo 25 cm de longitud,
el periodo marcado sería únicamente de 1.0 s y en consecuencia habría que tener más agilidad para
detectar la marcación del tiempo ya que, si f=1/T, ambos ciclos de ida y venida abarcarían 0.5 s cada uno
para tener una frecuencia de 1.0 Hz. De la ecuación del periodo para el péndulo simple: mientras más
corta sea la longitud, el péndulo oscilará más rápido. Otro aspecto que pudiera servir como contraste en el
uso de los péndulos es que la gravedad de la Tierra no siempre vale 9.80 m/s2 de acuerdo con diversos
factores físicos.

#14: Un geólogo usa un péndulo simple durante una campaña de sondeos en unas montañas. El
instrumento tiene longitud de 37.10 cm y la medición de su frecuencia es aproximadamente de 0.817
Hz en el lugar donde realiza la investigación, ¿cuál sería la aceleración de la gravedad en ese lugar?
Solución: como


Fuente: Elaboración propia, a partir de Giancoli (2008).

La realidad experimental que representa poder detectar variaciones en los valores de gravedad a través de
un instrumento tan sencillo como un péndulo implica que en dicho dispositivo se tiene en potencia lo que
ahora se llama un gravímetro o medidor de campañas gravimétricas, es decir para registrar intensidades
diferentes de lo que antes se pensaba era una constante: la gravedad. Lo cierto es que hay variaciones de la
gravedad que son causadas por cambios en la densidad de las rocas localizadas debajo de la superficie y
estas son del orden de los 100 gal (siendo 1 gal =1.0 cm/s2), pero también hay otros factores que producen
correcciones de hasta 300 gal, tales como la elevación sobre el nivel del mar, la aceleración centrífuga que
genera el planeta, la latitud sobre el globo terráqueo donde se ubique una persona (en especial porque la
Tierra no es perfectamente esférica), hasta inclusive con la hora del día según la ocurrencia e intensidad de
las mareas (un efecto directo de los efectos gravitacionales de La Luna y el Sol). Cada uno de estos
factores contribuye a las que los investigadores califican como anomalías gravimétricas y que no

70

necesariamente actúan siempre hacia abajo (Kearey et al, 2002). La figura 37 trata de representar las
anomalías gravimétricas que motivan un cambio vectorial de la gravedad. En ese contexto, igual que ser
un medidor aproximado del tiempo, el péndulo es un dispositivo sencillo de exploración, no invasivo,
sobre una magnitud muy importante dentro de las ciencias físicas.

Figura 37
Representación del efecto de corrección de la
gravedad por las anomalías gravimétricas

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Kearey (2002)

3.4. Análisis y beneficios técnicos de la oscilación de un


péndulo físico

71

En el sub-tópico 3.2.1 se estableció que la frecuencia natural con la que intentará oscilar un cuerpo rígido
al estar sujeto desde un punto fijo y que se desplaza ligeramente desde la vertical, viene dada por

𝑚𝑔𝑑
𝜔=
𝐼

Es importante reconocer que si las unidades del momento de inercia son masa⋅(longitud)2, las masas del
numerador y denominador se anularán y las de longitud del brazo de palanca d se anularán con una de las
que está al cuadrado en el denominador. En resumen, dentro del argumento del radical lo que finalmente
se tienen son unidades de (g/r), que son las mismas que aparecieron para el caso de un péndulo simple.
Finalmente, como T= 2π/ω, se deduce la expresión del periodo de la oscilación
!
𝑇 = 2𝜋
!"#

Figura 38.

Vara no uniforme puesta a


oscilar desde un extremo
#15: Una aplicación del análisis previo consiste en utilizar la
medición del periodo de oscilación de un cuerpo rígido como
método fácil para calcular o verificar su momento de inercia, en
especial cuando los objetos pudieran tener una distribución no
uniforme de su masa, teniendo como consecuencia un centro de
gravedad movido de la posición que se asume es la correcta bajo
una distribución equitativa de la masa. De ese modo, Considere
una vara no uniforme de 1.0 kg y que logra equilibrarse a 42 cm de
su extremo (Ver figura 38). Si al ser pivoteada respecto a dicho
extremo la vara oscilara con un periodo de 1.6 s, a) ¿Cuál debería
Fuente: Nota. Elaboración propia,
ser el momento de inercia respecto al punto de empotramiento? a partir de Giancolli (2008)

72

b) ¿cuál sería el momento de inercia respecto a un eje perpendicular a la vara que pasar justo en su
centro de masa?
Solución: Despejando la inercia I en la ecuación para el periodo de un péndulo sólido y tomando que
T=1.6 s, d=0.42 y m=1.0 kg, se llega a que

Pero la anterior es la inercia medida respecto al centro de giro. Si se desea adicionalmente la inercia
respecto al centro de masas del cuerpo (CM en la figura) es claro que no puede ocuparse el método
experimental descrito, pues si el centro de giro de la nueva prueba se ubicara justo en el centro de
masa del cuerpo, un impulso que se aplicara sobre cualquier punto de la vara se manifestaría como un
torque que únicamente haría rotar la vara respecto a dicho punto. Es por esa limitación experimental
que se requiere de una herramienta analítica que ayude al cálculo de una Icm. De acuerdo a la teoría
sobre cuerpos rígidos, esa herramienta es el teorema de ejes paralelos, el cual puede formularse como:
“el momento de inercia I de un objeto con respecto a cualquier eje dado es igual al momento de
inercia del objeto medido respecto al eje que atraviesa al cuerpo justo en el CM, Icm, (siendo paralelo al
eje de giro utilizado en el otro punto) más el producto de la masa m por el cuadrado de la distancia r
que separa perpendicularmente a ambos ejes, se obtiene:
Bajo dicha herramienta, como lo que se busca determinar es Icm, se despeja de la última ecuación y se
coloca en función de I, m y r2. Así:
Con lo que Icm = 0.267 kg.m2 – (1.0 kg)(0.42 m)2 = 0.091 kg.m2.
En virtud de que no se proporciona la longitud completa L de la vara, no puede estimarse su inercia
respecto al centro de masa como si se tratara de una vara con distribución uniforme de materia. Para
poder acceder a una comparación con el valor calculado arriba y para efectos de práctica, puede
asumirse que L =3r, y como para una vara uniforme Icm,2= (1/12)m(L/2)2= 0.033 kg.m2, lo cual implica
que la resistencia a la rotación para una vara uniforme es menor.
Fuente: Elaboración propia, a partir de datos de Giancoli (2008).

3.4.1. El caminar de un ser humano y algunos elementos de


Biomecánica
La idea de utilizar la mecánica para analizar los movimientos realizados por el cuerpo humano data de los
tiempos de Galileo, cuando uno de sus discípulos, Geovanny Alfonso Borelli, ejecutó la encomienda de

73

estudiar la aplicación de los conocimientos mecánicos descubiertos hasta la fecha a las capacidades
motrices del cuerpo humano.
De aquella investigación emergió un texto lleno de ilustraciones en 1685, De Motu Animalium (Ver
figuras 39 y 40), donde evalúa cómo los principios de las palancas mecánicas y de las poleas están
presentes en el desempeño de las funciones anatómicas de varias partes de nuestro cuerpo.
En el presente, y en sintonía con la investigación de Borelli, el profesor y químico del Boston College,
Paul Davidovits, plantea en su texto del 2008 que el proceso del caminar realizado por una especie bípeda
como la del ser humano puede ser analizado bajo el enfoque de un M.A.S efectuado por un péndulo. En
concreto, él plantea que la pierna puede considerarse como un péndulo físico con momento de inercia
igual al de una varilla delgada que pivotea respecto a uno de sus extremos (el cual se vio en el ejemplo
anterior es diferente de cuando gira respecto al centro de masas). Esto implica, a partir de tablas de inercia
para cuerpos rígidos que I = 1/3mL2, donde m es la masa y L la longitud de una pierna.

Al incorporar dicha expresión dentro de la ecuación del periodo de un péndulo físico, y asumiendo que el
centro de masa de la pierna está a media distancia de toda su longitud, tal que d= ½L, se tiene

1
𝐼 𝑚𝐿! 2𝐿
𝑇 = 2𝜋 = 2𝜋 3 = 2𝜋
𝑚𝑔𝑑 𝐿 3𝑔
𝑚𝑔
2

Con lo que, si la parte de una pierna que participa en la oscilación correspondiese a una longitud de 85 cm
(para una pierna con extensión de 90 cm) y se toma una gravedad de 9.8 m/s2, el periodo de oscilación
sería de 1.51 s, o con f=1/T, una pierna oscila a una frecuencia cíclica de 0.64 Hz. Si ahora se admite que
cada paso en el acto de caminar es la mitad de la oscilación de dos péndulos que realizan un M.A.S en
simultáneo (lo que implica también que durante un periodo las dos piernas han oscilado), el número de
pasos que se ejecutan en un segundo, Np, es la inversa de medio periodo:
Np=1/(½⋅T) = 1/(0.755 s)= 1.324 pasos/segundo.

Si bajo un caminar moderado una persona recorriese una distancia de avance equivalente a Dav=0.9 m o
cerca de 90 cm por cada paso que realiza, la velocidad aproximada a la que persona iría caminando sería:
1.324 𝑝𝑎𝑠𝑜𝑠 0.90 𝑚
𝑣 = 𝑁! ∙ 𝐷!" = = 1.19 𝑚/𝑠
1 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 1 𝑝𝑎𝑠𝑜

O 1.2 m/s, lo que con el factor de conversión apropiado equivale a 4.3 km/h.

74

Figura 40
Figura 39
Portada del texto de G. Borelli: De Motu Animalium
Ilustraciones del texto de G. Borelli


Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir
de Borelli (1685)

Fuente: Nota. De Borelli (1685)

Una formar de corroborar este cálculo es lo que el lector podría realizar mediante su Smartphone y
específicamente a través de la aplicación de Google Maps de la compañía Google Inc. La figura 41
muestra la implementación de dicha herramienta al solicitar el tiempo que se debe invertir en el recorrido
desde la plaza El Divino Salvador del Mundo hasta la 47 Avenida sur que lleva a una de las entradas del
estadio Mágico González, ambos sitios de El Salvador. Al precisar que la modalidad de tránsito sería
caminando, la aplicación mostró como respuesta un tiempo de 12 min, y simultáneamente reveló la
distancia aproximada que el programa podía inferir a partir de las imágenes y calibraciones generadas
desde los satélites de posicionamiento global. Como esa distancia comprendió un margen de 950 m, es
fácil obtener la rapidez promedio de movilización que el software debió utilizar para estimar las
magnitudes mostradas. El valor de la velocidad de viaje según datos del Google Maps es
∆𝑠 950 𝑚 1 𝑚𝑖𝑛
𝑣= = ×
∆𝑡 12 𝑚𝑖𝑛 60 𝑠
𝑣 = 1.32 𝑚/𝑠

75

Lo que equivale a una rapidez de movilización de 4.75 km/h. Considerando las imprecisiones satelitales
en la ubicación de los puntos geográficos de entre ±5 a ±10 m, esta velocidad calculada de 1.3 m/s no está
muy lejos de la aproximación de 1.2 m/s brindada por el análisis biomecánico del acto de caminar
mediante la modelación de movimiento periódico de las piernas, tal que si fueran péndulos físicos con
M.A.S.; todo lo cual implica un gran logro en términos de lo que la capacidad analítica puede otorgar a la
humanidad sin que se tengan a la mano instrumentos de alta tecnología como satélites de comunicaciones
o smartphones.
Figura 41
Estimaciones de tiempo y distancia brindadas
por Google Maps
Figura 42
Joven caminando

Fuente: Nota. Elaboración


propia, a partir de Pixabay

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


aplicación de Google Maps

3.4.1. Condiciones de equilibrio de un cuerpo rígido:


comparación de posiciones del punto de suspensión y centro de
gravedad
En el sub-tópico 3.2.2 se describió el análisis de un cuerpo rígido que sólo rotaba respecto a un punto fijo.
Conociendo esa posibilidad, es válido señalar que un cuerpo con dimensiones apreciables en comparación
al caso de una partícula podrá encontrarse en estado de equilibrio mecánico si cumple dos criterios
dinámicos básicos.
76

Estado de Equilibrio Mecánico: Es la condición que posee todo cuerpo
rígido asociada con la ausencia de tendencia alguna a trasladarse, ni
tendencia alguna a rotar respecto a cualquier punto fijo que sea parte del
mismo cuerpo. Dicha condición sólo se alcanzará en tanto todas las fuerzas y
todos los torques o tendencias de giro estén compensados mutuamente, es
decir que analíticamente deberán de cumplirse:
𝐹=0 𝑦 𝜏=0
Donde nuevamente, 𝜏 = 𝑟×𝐹

Puede también recordarse que en los sub-tópicos 1.3.1 y 1.3.2 se examinaron los requisitos para que un
cuerpo pudiera desarrollar un movimiento periódico, y entre ellos se encontraba el hecho de que el cuerpo
contase con un estado de equilibrio mecánico: donde la energía potencial fuese un mínimo y en el que
necesariamente la resultante de fuerzas fuese cero. Sin embargo, al final de esos planteamientos se
estableció que no podía tratarse de cualquier tipo de equilibrio mecánico sabiendo que hay tres
posibilidades: equilibrio estable, inestable y neutro.
En función de ello, podríamos preguntarnos si ambos criterios mecánicos sobre la nulidad de las fuerzas y
la nulidad de los torques están cumpliéndose simultáneamente en el caso de la figura 43 que se muestra
adelante, donde se tienen tres cuerpos rígidos anclados desde algún punto S sobre una barra que yace
detrás de ellos (Halliday, 1999). Lo cierto es que, al revisar con detalle para reconocer todas las fuerzas
que pudieran estar actuando sobre cada uno de los cuerpos, podrá verificarse que sólo actúan dos tipos de
fuerzas: el peso y las reacciones de los apoyos de donde los tres están anclados. Estas últimas suelen
representarse tanto con una componente vertical como con una horizontal, tratándose de adelantar al
hecho de que, si hubiese alguna fuerza en cualquiera de esas direcciones, pues ahí aparecería la
correspondiente reacción. Evidentemente la imagen no denota la participación de alguna fuerza impulsora
que se aplique hacia la derecha o hacia la izquierda, de donde que para el instante en que se ven los tres
objetos sólo debería de haber una reacción vertical, la cual sería la responsable de evitar la caída de
cualquiera de ellos por efecto del peso.
Con relación al tema de las tendencias de giro, torque o torca, en 1.3.2 se puede evaluar rápidamente los
momentos de fuerza o torca τ de cada caso a partir de la definición misma introducida en el sub-tópico
3.2.2.
𝑆𝑖 𝜏 = 𝐹 ∙ 𝑑 ∙𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜃
● Para 43.c) no hay brazo de palanca, es decir, d = 0: Ello es porque el punto de soporte S coincide
exactamente con el centro de gravedad del objeto, cg, lo que hace que las fuerzas de reacción
asociadas al punto de anclaje, así como el peso del cuerpo coincidan en ubicación (actúan en el

77

mismo punto), y como esa es también la ubicación del eje de giro, d= 0 tanto para las reacciones
como para los pesos, de donde que τ =0.
● Para 43.a) d ≠0, pero θ=0: esto porque el centro de gravedad, cg, cuelga verticalmente, justo por
debajo de donde yace el punto de anclaje. Como acá F=mg, y tanto el peso mg como el brazo de
palanca d (quien en este caso localiza al punto cg donde actúa el peso) apuntan hacia abajo, ambos
son paralelos entre sí, y de la geometría euclideana básica se sabe que dos rectas que son paralelas no
tienen ningún punto de cruce, por lo que no hay ángulo resultado de ese cruce. Así, senθ = sen (0°) =
0, tal que de nuevo τ =0.
● En el caso de 43.b) d ≠0, pero θ=π o 180°: algo que resulta porque el centro de gravedad, cg, yace
justo por encima del punto de anclaje y con ello el brazo de palanca d (quien de nuevo localiza al
punto cg) apunta hacia arriba, resultando antiparalelo con el peso que se sabe seguirá apuntando hacia
abajo. Acá entonces sí hay ángulo, pero es de total oposición, es decir de 180°, con lo que senθ = sen
(π) = 0, tal que τ =0 de nuevo.

Por todo lo dicho arriba, es indiscutible que se han cumplido las exigencias mecánicas planteadas: las
fuerzas están compensadas y aparentemente ninguna fuerza está provocando torque alguno que dé lugar a
que los sistemas se aceleren rotacionalmente.
Lo que entonces se debe investigar ahora es ¿cuál de los sistemas muestra alguna configuración que pueda
catalogarse como de equilibrio estable, inestable o neutra? Ello ayudaría a inferir en qué caso se tendrían
condiciones para que haya un movimiento oscilante.
Al respecto, el caso más simple es el de la figura 43.c) porque de aplicarse una fuerza externa en cualquier
punto del borde del objeto, y mientras esa fuerza no apuntare en dirección al pivote, habría
consecuentemente una rotación natural como respuesta, la cual podría mantenerse eternamente si en el
punto de anclaje no existieran torques friccionantes. Se dice así que el estado del objeto bajo la
configuración 43.c) es el de un equilibrio neutro donde no habría movimiento periódico alguno: el cuerpo
está en reposo total y de aplicar algún impulso externo, sólo se quedaría girando permanentemente (sin
fricción) o terminaría por detenerse (de haber fricción).
En el caso de la figura 43.a) el objeto se encuentra en un estado de equilibrio estable porque si se le hace
girar levemente un ángulo θ ≠ 0 respecto al pivote, el brazo de palanca dejará de estar alineado con el
peso, asemejando el caso de la figura 33 analizado en 3.2.2, por lo que habría una tendencia de giro
restaurativa que intentaría retornar al objeto a su estado de equilibrio previo y, mientras eso pasa, habría
oscilaciones.
La situación representada en la figura 43.b) es la de “una condición inminente” porque corresponde a un
estado de equilibrio inestable. Ello es así porque cualquier mínima vibración o ventisca de aire haría que
78

el ángulo θ rompa los 180° que tenía el objeto respecto al pivote, haciendo que se vuelque
irremediablemente hasta terminar orientado con una configuración de equilibrio estable, donde θ= 0°.

Figura 43
Tres cuerpos rígidos empotrados en el pivote S

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday (1999)

La aplicación directa de todo este análisis se puede realizar evaluando la forma en cómo se ha sujetado la
armadura mostrada en la figura 44 (Chetwint, 1990). Para el caso de la forma 44.a) termina por provocar
peligrosas oscilaciones mientras esta es alzada: el centro de gravedad NO se encuentra por debajo del
punto de soporte, tal que habrá un torque restaurativo que lleve el centro de gravedad a la posición donde
debería de encontrarse, como lo muestra la 44.b).
Una situación diferente se visualiza en la figura 44.c), pues la forma en cómo fue sujetada la pieza
permitió que, al alzarse, el centro de gravedad coincidiera sobre la misma vertical que también atraviesa al
punto de soporte o gancho. Para cuando esta pieza sea alzada no habrá riesgos de oscilaciones peligrosas e
inesperadas.

79

Figura 44
Elevación de peso bajo sujeción inestable (arriba) y bajo
sujeción estable (abajo).

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Chetwint (1990)

3.5. Análisis y beneficios técnicos de la oscilación de un


péndulo de torsión.
Al montaje de la figura 35 se le conoce como “péndulo de torsión” y fue magistralmente explotado por
prestigiosos científicos tales como Henry Cavendish, el físico y químico inglés que, cambiando la placa
rígida circular por una barra que soportaba esferas de plomo, realizó experimentos con su propia balanza
de torsión entre 1797 y 1798 para calcular la constante de gravitación de la famosa ley de la gravitación de
Newton. Previamente, y tal como se dijo en 3.2.3, en 1784 el francés Charles Coulomb también sustituiría
la placa circular por finas varillas aislantes y en las que dispondría pequeñas bolitas de metal. Su invento,
si bien más pequeño pero lo suficientemente preciso, le permitió encontrar la ley que gobierna la
interacción entre objetos cargados electrostáticamente.

80

Figura 45
Balanzas de Torsión: de Cavendish (izquierda) y de Coulomb (al centro); viscosímetro rotacional (derecha)

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir Flickr (izquierda), Wikimedia Commons (centro) y Cao (2018)

Hoy día el mismo principio se utiliza para medir la viscosidad de algunos fluidos mediante un
viscosímetro rotacional: un cilindro metálico se suspende desde un alambre y se sumerge en un fluido de
prueba contenida en un vaso giratorio; un motor hace rotar el vaso y producto de la adherencia y
viscosidad del fluido se provoca un arrastre sobre la probeta. El arrastre se detecta mediante el alambre de
sujeción, el cual se retuerce como respuesta al movimiento del fluido. La industria petrolera y de
polímeros usan esta técnica.


Puede observar el porqué de las dos esferas voluminosas en la balanza de
torsión de Cavendish en la breve animación mostrada en el sitio: Alexander C
(16 de marzo de 2009). Cavendish´s Torsion-bar Experiment HD. [Vídeo].
Tenga presente que las masas de las varillas son atraídas por estas esferas y de
ahí la torsión de la pieza vertical que la sostiene (la que en realidad es un
alambre).

Puede apreciar un caso de aplicación muy práctica del análisis de oscilaciones torsionales en el ejemplo de
Práctica #16 del PDF ANEXOS 2.

81


Clase 4| Oscilaciones amortiguadas y
Oscilaciones forzadas
4. Teoría de las Oscilaciones Mecánicas Reales
4.1 Idealidad de la Gráfica de Energía potencial de un
oscilador armónico simple
Las Figuras 26 y 27 del sub-tópico 2.3.1 mostraron cómo no sólo las variables cinemáticas x(t), v(t), y a(t) de
un O.A.S. tenían un comportamiento repetitivo a lo largo del tiempo, sino que las energías cinética y
potencial elástica también se alternaban entre sí de manera cíclica; fenómeno que por cierto ocurría con un
periodo más corto que el de las propias variables (tan sólo T/2 de periodo y no T como el de los
parámetros de arriba). Sin embargo, hay un exceso de idealidad detrás de todo ese análisis que no se puede
pasar por alto y para lo cual las consideraciones energéticas son las primeras que ayudan a reconocerlo. El
aspecto simple por invocar en la racionalidad del lector es que si las curvas de energía vs tiempo (figura
26 de 2.3.1) fueran aceptadas sin mayor cuestionamiento de su veracidad debería admitirse que se ha
logrado desarrollar una máquina de movimiento perpetuo.
Máquina de Movimiento Perpetuo: Conjunto de dispositivos cuyo
acoplamiento da lugar a un funcionamiento mecánico, térmico o eléctrico
irreal, por violar alguna de las leyes de la termodinámica: permite que
aparezca energía de la nada o bien que la energía viaje en una dirección
contraria a lo naturalmente esperado.

Como posteriormente se intentará analizar en la unidad 5 de este curso, existen leyes con respecto a la
energía que no pueden pasarse por alto cuando se examina cualquier proceso. En este caso, lo que la
figura 26 incita a pensar es que basta algún impulso que desvíe de su posición de equilibrio a cualquier
cuerpo que cumpla los requisitos para desarrollar un M.A.S. – la masa acoplada a un resorte, una bolita
atada a una cuerda, un cuerpo rígido empotrado por encima de su centro de gravedad o una placa circular
sostenida por un alambre, entre otros – y entonces comenzará una oscilación que jamás se detendrá por
parte del sistema, es decir, que será capaz de ejecutar eternamente un movimiento periódico y sin ninguna
alteración alguna.
La percepción humana de que esto no es posible se evidencia a través de un extracto de Halliday (1999):

82

Para que un reloj de péndulo sea un marcador de tiempo preciso, la amplitud de la oscilación debe
mantenerse constante a pesar de las pérdidas por fricción que afectan a todos los sistemas mecánicos…
Para mantener una amplitud máxima constante en un reloj de péndulo, la energía se suministra
automáticamente en pequeños incrementos mediante una pesa o un resorte y la ayuda de un mecanismo de
escape… El reloj de péndulo con escape fue inventado por Christian Huygens (1629 - 1695). (p.363)
El texto de arriba anticipa un hecho de la vida real que hasta ahora las gráficas de posición, velocidad y
aceleración no lograban poner en evidencia: que la amplitud de ellas no se mantiene constante, sino que se
corrige a lo largo del tiempo. Esa modificación debe reconocerse que no será hacia una mayor amplitud
sino a una cada vez menor, pues según las palabras de Halliday, la energía se va a perder con el paso del
tiempo y es de ahí que se debe aplicar una reinyección energética que compense dichas pérdidas. Bajo el
enfoque de las que después se tomarán como leyes de la termodinámica, las causantes de que no se pueda
contar con una máquina de movimiento perpetuo serán las irreversibilidades implícitas en todos los
procesos reales de la naturaleza – justamente aquellos aspectos que en conjunto impiden que los sistemas
operen reversiblemente, es decir, que puedan revertirse las veces que quieran.
Un adelanto de un comportamiento más realista en la amplitud observada de un movimiento periódico se
consigue con el gráfico reportado por Yong Huan y Wei Liu (2017) en su artículo “Verification of a novel
micro-torsion tester based on electromagnetism using an improved torsion pendulum technique”. El
mismo se muestra en la figura 47 y denota las oscilaciones observadas del ángulo de torsión en pruebas
realizadas con un péndulo de torsión. Claramente el gráfico anticipa lo esperado: la oscilación va
experimentando un continuo decaimiento de su amplitud, al punto que el movimiento periódico deberá
desaparecer en algún momento después de 2 minutos (120 s) de haberse iniciado.

Figura 47
Curva de vibración de pruebas con un péndulo de torsión

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Huan, et al


(2017)
83

4.2. El Fenómeno de la disipación de la Energía y algunas
Fuerzas de disipación
4.2.1. Representación de un sistema oscilante con disipación.
Sistemas amortiguados.
Bajo el contexto de las observaciones expresadas en el sub-tópico 4.1, es evidente que los sistemas con
movimiento periódico considerados hasta aquí eran ideales, o faltos de elementos que volviese su análisis
hacia una categoría más realista. Esos elementos que se habían dejado de lado serían las causas de que, a
pesar de la presencia de la fuerza restaurativa, la oscilación del sistema no perdure indefinidamente. Desde
el ámbito de la mecánica se dice que tales elementos provocan fuerzas disipativas o también clasificadas
como fuerzas No Conservativas por romper la asumida conservación de la energía dentro del marco de lo
que antes se pensaba era únicamente un fenómeno de oscilación pura. Estas fuerzas disipantes de la
energía que antes se pensaba iba a conservarse a lo largo del tiempo tienen algunas cualidades que valen la
pena destacar:
● En el caso de cuerpos rígidos puestos en contacto, estas son las mismas fuerzas de fricción seca o
como a veces se les ha sabido conocer: “fricción de Coulomb”.
● Para cuando un cuerpo se mueve en medio de un fluido se habla de las fuerzas de resistencia, de
viscosidad o simplemente de fricción fluida.
● Las fuerzas disipantes también podrían tener como origen la propia estructura o actividad
microscópica de las moléculas o celdas cristalinas de un cuerpo aparentemente elástico; y es que,
como se sugerirá en la última unidad de este curso, el comportamiento elástico o inclusive plástico
de un cuerpo conlleva “absorber” parte de la energía recibida por un agente externo en la forma de
trabajo para terminar transformándose en una menos aprovechable: calor.

Los sistemas con algún grado de periodicidad pero que manifiestan una importante presencia de los
efectos disipativos mencionados se califican como sistemas amortiguados (ver figura 48) por experimentar
el llamado amortiguamiento.
Amortiguamiento: fenómeno vinculado a la disminución de la amplitud
asociada a una vibración mecánica o al de un movimiento oscilante en
general, dando lugar a dos tipos de respuesta: la reducción paulatina de la
amplitud o bien la eliminación total cualquier oscilación. Al movimiento
resultante se le clasifica entonces como “oscilación amortiguada”.

84

La representación de un movimiento amortiguado se efectúa mediante las mismas modalidades que las
utilizadas para las oscilaciones de sistemas con M.A.S: la gráfica y la analítica. La gráfica de una
oscilación amortiguada es tal como la presentada en la figura 47 de la investigación de Huan y Liu. La
modalidad analítica es la que procede a desarrollarse en el siguiente sub-tópico.

Figura 48
Dibujo e imagen de un resorte con amortiguador

Fuente: Nota. Izquierda, elaboración propia, a partir de Giancoli (2008)


y derecha por Pixabay

4.3. Ecuación característica de un movimiento oscilante


amortiguado
La modelación analítica de un movimiento amortiguado se basará en el planteamiento matemático
realizado para el M.A.S. partiendo de que el problema no es que no haya condiciones para la ocurrencia
oscilaciones, sino que hay algo que tratará de afectar su desarrollo normal. Ese algo es la fuerza de
disipación, la cual suele expresarse siguiendo los modelos propuestos para la llamada “fuerza de arrastre”
planteada en la teoría de flujos externos viscosos de la mecánica de fluidos. De acuerdo con esa teoría, la
fuerza viscosa o de fricción por un medio fluido como el agua o el aire actuará siempre oponiéndose al
movimiento del objeto, por lo que en ese sentido se parecerá a la ley de Hooke en que tendrá que llevar un
signo negativo. Sin embargo, las importantes diferencias con aquella ley son:

1) Es dependiente de qué tan rápido quiera moverse el objeto y no de la posición donde él se


encuentre. Generalmente eso se expresa diciendo que Fd (“d” por drag o arrastre en inglés) es
proporcional a alguna potencia algebraica de la rapidez que lleve el objeto: 𝐹! ∝ ‖𝑣‖!

85

2) En este caso la fuerza no la desarrolla el propio sistema, sino el medio externo que lo envuelve a
él o que esté acoplado con él. Precisamente por ello la presencia de semejante fuerza disipativa se
representa añadiendo un amortiguador de carro a donde se vea colocado un resorte.

Para efectos de realizar un tratamiento sencillo, la fuerza disipativa se suele expresar como: 𝐹! = −𝑏𝑣,
donde ‘b’ se conoce en algunas literaturas como “factor de amortiguamiento”. La figura 48 mostraba un
sistema de amortiguamiento completo, conformado por un resorte y un amortiguador.
Al plantear entonces sumatoria de fuerzas sobre el cuerpo al que va acoplado al resorte, y haciendo FR sea
la fuerza ejercida por el resorte, se escribe:
𝐹! + 𝐹! = 𝑚𝑎 𝑂 𝑚á𝑠 𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑡𝑎𝑙𝑙𝑒 ⇒ −𝑏𝑣 − 𝑘𝑥 = 𝑚𝑎

𝑑𝑥 𝑑!𝑥
−𝑏 − 𝑘𝑥 = 𝑚 !
𝑑𝑡 𝑑𝑡
Utilizado dentro de la última las definiciones de velocidad y aceleración. Al reordenarla se transforma en:
𝑑!𝑥 𝑑𝑥 𝑑!𝑥 𝑏 𝑑𝑥 𝑘
𝑚 + 𝑏 + 𝑘𝑥 = 0 𝑂 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖é𝑛 ⇒ + + 𝑥=0
𝑑𝑡 ! 𝑑𝑡 𝑑𝑡 ! 𝑚 𝑑𝑡 𝑚
Pero de acuerdo con el análisis realizado en el sub-tópico 1.2, está también se trata de una ecuación
diferencial de segundo orden, lineal y homogénea (igualada a cero), razón por la cual se le califica como
la ecuación diferencial de movimiento o simplemente “ecuación de movimiento” del sistema. Una
ecuación semejante puede resolverse bajo la misma estrategia que se planteó en 1.2: asumir que detrás hay
una solución de la forma x(t)=Aest, sabiendo que las derivadas sucesivas producirán la misma función sólo
corregida por coeficientes que diferirán por las potencias sn que cada derivada produzca.
Nuevamente, por ser una ecuación de segundo orden, la solución de la ecuación diferencial marcada
constará de dos partes combinadas linealmente, de acuerdo con dos constantes que estarán definidas por
las condiciones iniciales del problema. Revise cómo se llegó la solución en el PDF ANEXOS 1, numeral
4.3. Ahí encontrará por qué el parámetro auxiliar s tiene como soluciones algebraicas:

!
𝑏 𝑏 𝑘
𝑠!,! =− ± −
2𝑚 2𝑚 𝑚

Donde si la frecuencia natural es ω2=k/m y efectuando adicionalmente el siguiente cambio de variables:

!
𝑏 𝑏 𝑘
𝛾= 𝑦 𝛿= − = 𝛾! − 𝜔!
2𝑚 2𝑚 𝑚

Las dos posibles soluciones de la ecuación característica terminan siendo:


𝑠!,! = −𝛾 ± 𝛿

86

Y de ese modo, la solución general de la ecuación de movimiento, para cuando hay amortiguamiento
sobre un sistema con posibilidad de oscilaciones armónicas, viene dada por:
𝑥(!) = 𝐴! 𝑒 !! ! + 𝐴! 𝑒 !! !

4.4. Casos de Amortiguamiento


Partiendo de la solución general para un movimiento amortiguado, se reconocerán ahora las posibles
opciones de respuesta que físicamente aparecen dependiendo de los parámetros del sistema: k, m y b.

4.4.1. Movimiento Sobreamortiguado


Este ocurrirá cuando los parámetros del sistema obliguen a que γ > ω, de donde que δ es una cantidad real
y positiva, para que la solución sea:
!!!! ! !!!! !
𝑥(!) = 𝐴! 𝑒 + 𝐴! 𝑒

Igual que para el caso del O.A.S. se cumple la necesidad de que haya dos condiciones iniciales para
resolver el valor de las dos constantes A1 y A2, las cuales aparecen por tratarse de la solución para una
ecuación diferencial de segundo orden. Otro aspecto que vale la pena destacar es que como γ > δ, aún si
este último se tomara como positivo, + δ, para combinarse con – γ dentro del argumento de la función
exponencial, lo cierto es que el exponente final sería un número negativo, por lo que el comportamiento de
la solución sólo podrá ser exponencial decreciente.
Bajo el último comentario, debe entenderse que en condiciones de sobreamortiguamiento toda
oscilación queda eliminada y, como x(t) representaba el desplazamiento del resorte desde su posición de
equilibrio, el efecto combinado de la fuerza restaurativa y la disipativa es hacer regresar al resorte a su
posición original sin la libertad de realizarlo cíclicamente, pues no habría periodicidad alguna de la cual
hablar si por ejemplo x(t)=A1e–St o bien x(t)=A2e–Rt, donde S es la suma de los parámetros γ y δ tomados
ambos como negativos, y R la resta de los mismos.

4.4.2. Movimiento con Amortiguamiento Crítico


Para este caso la condición es que γ= ω, lo cual implica que

𝑏 𝑘
=
2𝑚 𝑚

87

O de otro modo: 𝑏 = 2 𝑘𝑚, que sería el valor crítico a partir del cual las oscilaciones se neutralizan por
completo. Valores mayores sólo llevarían a la condición de sobreamortiguamiento.
Matemáticamente se dice que habría dos soluciones iguales puesto que s1,2= – γ, puesto que δ=0. En ese
sentido la teoría de ecuaciones diferenciales enseña una técnica para encontrar una solución dada la otra y
en virtud de que no revela una respuesta muy diferente a las conclusiones del caso 4.4.1, la expresión se
presenta sin mayor demostración como: 𝑥(!) = 𝐴! 𝑒 !!" + 𝐴! 𝑡𝑒 !!"

4.4.3. Movimiento Subamortiguado


Para el caso con sub-amortiguamiento, el amortiguamiento no es suficiente y por ello se ocurrirá que γ <
ω,. Pero en esas circunstancias se obtendrán soluciones complejas. Para verlo, se sugiere tomar
𝜔! ! = 𝜔 ! − 𝛾 ! , de modo que partiendo de lo que teníamos escrito

𝑠!,! = −𝛾 ± 𝛾 ! − 𝜔 ! = −𝛾 ± 𝑗𝜔!

Lo que implica que la solución de la ecuación de movimiento termine siendo


𝑥 ! = 𝐴! 𝑒 !!" 𝑒 !!! ! + 𝐴! 𝑒 !!" 𝑒 !!!! ! 𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛 ⇒ 𝑥(!)
!!" !!! ! !!!! !
= 𝑒 (𝐴! 𝑒 + 𝐴! 𝑒 )
La que también se puede escribir como:

𝑥 ! = 𝑒 !!" 𝑋!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔! 𝑡 + 𝑋!! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔! 𝑡 𝑐𝑜𝑛 𝜔! = 𝜔! − 𝛾!

Puede corroborar estos resultados en el Desarrollo C del PDF titulado ANEXOS 1 – Unidad 1.
Resultando ahora evidente porqué a ωa se le conoce como frecuencia amortiguada: la solución en este
caso manifiesta oscilaciones sostenidas a lo largo del tiempo, sólo que la frecuencia ha dejado de ser la
natural del sistema por una más pequeña ωa. La implicación de esto es que el periodo de esta oscilación
deba de ser más largo, pues todavía se seguiría cumpliendo que T=2π/ωa.
Si adicionalmente se incorpora la técnica vista en 1.5.1 de reemplazar la combinación lineal de dos
funciones armónicas por una sola que implique un ángulo de fase, se tendría:
𝑥 ! = 𝑒 !!" ∙ 𝑋! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔! 𝑡 + 𝜑

Bajo este formato puede aplicarse la ley asociativa del producto con los primeros factores de la función
cosenoidal tal que
𝑥 ! =𝑋 ! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔! 𝑡 + 𝜑 𝑂 𝑚á𝑠 𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑡𝑎𝑙𝑙𝑒 ⇒ 𝑥 ! = 𝑋! 𝑒 !!" 𝜔! 𝑡 + 𝜑

Es claro que, si bien la solución es oscilante, la amplitud máxima no es constante. En cambio, la amplitud
X(t) disminuye exponencialmente a una tasa de decaimiento γ.

88

La figura 49 denota los aspectos recién descritos: acá sí hay oscilaciones y consecuentemente hay también
un periodo, pero el periodo en un movimiento subamortiguado es más largo y la amplitud disminuye con
cada ciclo que pasa. Esa sucesiva reducción en la amplitud se reconoce como una curva discontinua que
comúnmente se da en llamar “la envolvente de la curva oscilante”.

Figura 49
Curva amortiguada x(t) con oscilación

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Beer


(2010)

Recordando que al inicio de 4.4.2 se dedujo que el valor del factor de amortiguamiento que produce un

amortiguamiento crítico es de 𝑏 = 2 𝑘𝑚 tal que valores superiores sólo producirían


sobreamortiguamiento, es coherente aceptar que mientras el coeficiente de ese radical sea menor de 2, se
tendrán condiciones para que ocurran oscilaciones.

La gráfica 50 muestra justamente dos casos donde, a pesar de la presencia de fuerzas disipativas, el
sistema intenta desarrollar algunos ciclos antes de consumirse toda la energía. Según puede apreciarse, el
sistema con un coeficiente del radical mayor (y muy alejado de 2) es el que manifiesta menos
oscilaciones, a la vez que sus amplitudes decaen mucho más rápido en su amplitud (gráfico de color
rosado).

89

Figura 50
Comparación de dos curvas amortiguadas con
diferente factor b

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Young (2013)

La mención en el párrafo anterior de que “toda la energía vaya a consumirse” puede tener mejores
respaldos si se recuerda que en 2.3.1 se demostró que la energía de un O.A.S. se distribuía entre las formas
cinética y potencial elástica (las cuales también se verificó que oscilaban en el tiempo y en un periodo más
corto). El resumen de todo ello fue que E=½kA2. Pero el análisis efectuado aquí ha conducido a la
deducción de que la amplitud máxima no es constante, sino que cambia con el tiempo según un
decaimiento exponencial 𝐴 ! = 𝑋! 𝑒 !!" . Al incorporar esta idea en la expresión del contenido de energía
total de su sistema masa-resorte, ahora con amortiguamiento, se tiene una expresión funcional del tiempo
para la energía del sistema:
1 ! 1
𝐸 ! = 𝑘𝐴 (!) = 𝑘 𝑋! 𝑒 !!" ! 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑎𝑙 𝑠𝑢𝑠𝑡𝑖𝑡𝑢𝑖𝑟 𝑒𝑙 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝛾 ⇒ 𝐸 !
2 2
!
1 !
= 𝑘 𝑋! 𝑒 ! !!!
2
1 ! ! !! !
𝐸 ! = 𝑘𝑋! 𝑒 ! = 𝐸𝑒 ! !!
2
Por lo que queda demostrado que sólo considerando la parte que modula la amplitud máxima de la
oscilación, la energía decae exponencialmente en relación al valor total y constante E que se manejaba
antes, lo que implica que luego de cierto tiempo la energía disponible para la oscilación se habrá
agotado totalmente, algo que según se mencionó al inicio de la clase 4 volvía irreal todo el análisis hasta
ese momento desarrollado ante la violación deliberada de principios fundamentales de la termodinámica.

90

Explore visualmente los aspectos cubiertos en el subtópico 4.4 acerca de
los diferentes tipos de amortiguamiento al revisar el sitio de: Rebecca
Thorburn (9 de febrero de 2015). Damped Oscillatory Motion. [Vídeo]. En
él podrá evidenciar las pruebas realizadas con un O.A.S. conformado por

un bloque suspendido por un resorte. No pierda de vista que en el vídeo
utilizan una variable diferente, tal que γ=β y a este lo corrigen por medio de
diferentes tipos de fluidos. Nota: no olvide añadir los subtítulos para
facilitar la comprensión.

#17: En un oscilador amortiguado hay conectada una masa de 250 g aun resorte con una k=85 N/m. El
sistema se complementa con un pistón hidráulico al que se le puede asociar un factor de
amortiguamiento de b= 0.070 kg/s. ¿En cuántos periodos de oscilación sería la energía mecánica del
oscilador igual a la mitad de su valor inicial?
Solución: Siendo evidente que la masa del sistema es muy pequeña (medida en kg) al igual que el
factor de amortiguamiento (por debajo de décimas de valor) – ambos en comparación al tamaño
moderado de la constante del resorte – podría por ello asumirse desde un principio que la frecuencia
natural de oscilación es básicamente la misma frecuencia del sistema amortiguado, es decir ωa ≈ ω.
Pero para efectos de demostrarlo, se trae el recuerdo de que si γ= 2b/m, entonces en

Pero ese valor es similar a que se hubiera simplemente tomado , tal que ω=18.4390 rad/s, el cual se
similar incluso en 4 cifras significativas con el número de arriba, lo cual es suficiente de acuerdo con
la precisión de los datos proporcionados.
Ahora, ¿por qué era importante descubrir el valor de ωa?, pues porque la pregunta está relacionada con
el periodo de una oscilación, y no cualquier oscilación, sino una de tipo amortiguad. En consecuencia,
se necesita Ta=2π/ωa, y al sustituir la frecuencia de amortiguamiento: Ta=0.341 s. Ello implica que el
O.A.S. de este problema se tarda cerca de 1/3 de segundo en completar un ciclo.
Por las deducciones energéticas en 4.4.3, cuando hay amortiguamiento no es cierto que la energía
permanezca constante, sino que cambia en el tiempo a valores cada vez menores. Eso se expresa:

Expresión que describe un decaimiento exponencial de la energía. Pero esa misma ecuación permite
establecer el contenido inicial de energía (en t=0), el cual, ante el obvio comportamiento decreciente,
tiene que coincidir con el valor máximo que puede tener el sistema. Así, si t=0s:

Dado que el enunciado del problema exige evaluar la situación para cuando la energía ha caído hasta
la mitad de su valor máximo se puede escribir:
91


Al efectuar la razón tMit /Ta = (2.48 s/0.341 s) = 7.35, lo que debe de leerse como tMit ≈ 7.4Ta, de donde
que deben de pasar cerca de 7.4 periodos oscilación para que, si bien el amortiguamiento es leve, la
energía almacenada en el sistema oscilante decaiga hasta la mitad de su valor máximo. Una pregunta
que debería de indagar es ¿qué se hace toda esa energía que a los 2.48 segundos ya no está disponible
para sostener la periodicidad del movimiento?
Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Halliday (1999).

#18: Un péndulo simple con una longitud de 1.0 m se mueve con oscilaciones de pequeña amplitud.
Después de 5.0 minutos, la amplitud ha caído al 50% del valor inicial. a) ¿Qué valor de γ será el que
gobierna el movimiento? b) ¿En qué factor difiere la frecuencia amortiguada, fd, de la frecuencia no
amortiguada, f?
Solución: Dado que la ecuación de movimiento de un péndulo simple bajo un M.A.S viene dada por:

Si ahora se acepta que hay un efecto disipativo que es proporcional a la rapidez angular del péndulo, el
término de amortiguamiento que mantendría la linealidad de la ecuación diferencial sería: b(dθ/dt), de
donde que la ecuación de movimiento con amortiguamiento tendría una forma como

Por lo que al recordar la solución para el sistema masa-resorte, la de esta ecuación vendría dada por y
en la cual deberíamos tomar que

Sabiendo que la amplitud máxima de la oscilación se corrige en el tiempo a partir del decaimiento

92

exponencial que antecede la función senoidal, al tomar los datos iniciales para t=300 s (5 min):

Aplicando logaritmos: γ·(300)= –Ln(0.5) = 0.693, tal que γ =2.3110–3 s–1
Con el valor de γ y resolviendo el de ω encontramos ωa para entonces calcular los valores de f. Así


Como la variación de f es como la variación de ω, en tanto sólo difieren por un factor 1/2π, se tiene:

Por lo que la frecuencia amortiguada difiere de la natural en menos de una parte en un millón, tal que
la amortiguación no podría detectarse en la frecuencia de la oscilación sino sólo en la amplitud.
Fuente: Nota. Por Giancoli (2008).

Si se revisa con detalle, hay una similitud entre los ejemplos 18 y 17: en ambos el factor de
amortiguamiento produce una frecuencia de amortiguamiento prácticamente igual a la frecuencia natural
del sistema, por ello la disipación de energía se manifiesta mejor en el decrecimiento de la amplitud de la
oscilación y no tanto por el condicionamiento del sistema de tener dejar de oscilar ante la presencia de las
fuerzas disipativas.

4.5. Comparación entre Sistemas Oscilantes Reales


4.5.1. Sistemas con oscilación natural vs Sistemas con
oscilación forzada
Según Beer (2010):

Las vibraciones más importantes desde el punto de vista de las aplicaciones de ingeniería son las
vibraciones forzadas de un sistema. Éstas ocurren cuando un sistema se sujeta a una fuerza periódica o
cuando se le conecta elásticamente a un soporte que tiene un movimiento alternante. (p.1253)

Esa nota significa que, en términos prácticos, no se está interesado en las oscilaciones naturales que
efectúan los sistemas luego de perturbarlos y ver lo que hacen, según sus capacidades mecánicas o sus
restricciones energéticas. Pero si así es, pareciera que todo lo reflexionado hasta antes del sub-tópico 4.5
no tendría mayor relevancia que lo puramente académico. Lo cierto es que todo lo dicho hasta acá ha

93

permitido comprender los aspectos más básicos de la descripción y explicación de los fenómenos
periódicos a nivel de la mecánica y gracias a eso contamos con los conceptos, los principios y las
interpretaciones que ayudarán a entender los últimos sub-tópicos de esta unidad.
Para comenzar, tome en cuenta el sistema masa resorte de la figura 51 al cual se le aplica una fuerza
externa y alternante P, la cual puede describirse mediante P(t) = Pmsenωft, donde Pm es la fuerza máxima
aplicada y ωf es la frecuencia forzada. Al hacer el respectivo análisis con la segunda ley de Newton se
encontrará que:
Figura 51
Impulsión forzada de un sistema
masa-resorte

Fuente: Nota. Elaboración propia, a


partir de Beer (2010)

● Cuando la masa m se había colgado y todo estaba en equilibrio: mg = k yequil


● Cuando al sistema se le aplica la fuerza P alternante:
𝑃! 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡 + 𝑚𝑔 − 𝑘 𝑦!"#$% + 𝑦 = 𝑚𝑎!

La cual se simplifica a la forma final de la segunda ecuación:


𝑑!𝑦
𝑃! 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡 − 𝑘𝑦 = 𝑚
𝑑𝑡 !
𝑑!𝑦 𝑘 𝑃!
!
+ 𝑦= 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡
𝑑𝑡 𝑚 𝑚

94

Pero, si bien esta es una ecuación diferencial de segundo orden, NO es homogénea. Por ello, al seguir la
estrategia sugerida desde el campo de las matemáticas de que la solución general se obtiene a partir de la
suma de una solución particular más la solución del caso homogéneo:
𝑦(!) = 𝑦!"#"$ + 𝑦!"#$.
La teoría dice que las soluciones particulares adquieren el mismo comportamiento que las funciones
forzantes, en este caso P(t). Si se sigue dicho criterio se obtendrá que:
𝑦!"#$. = 𝑦𝑚 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡
Lo que implica que la solución particular será oscilante y lo hará con la misma frecuencia que la de la
función forzante (la razón de ello quedará más clara en el siguiente sub-tópico).
Al sustituir dicha solución particular por y en la ecuación de movimiento del sistema se obtiene que
𝑘 𝑃𝑚
−𝜔𝑓2 𝑦 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡 + 𝑦 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡 = 𝑠𝑒𝑛𝜔𝑓 𝑡
𝑚 𝑚 𝑚 𝑚
Al dividir ambos miembros de la ecuación entre la función senoidal se produce
𝑘 𝑃𝑚 𝑘 𝑃𝑚
−𝜔𝑓2 𝑦 + 𝑦𝑚 = 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒, 𝑠𝑎𝑐𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑓𝑎𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑐𝑜𝑚ú𝑛 ⇒ 𝑦𝑚 − 𝜔2𝑓 =
𝑚 𝑚 𝑚 𝑚 𝑚

Tal que la máxima deformación del resorte, y recordando que k/m=ω2, es


𝑃!
𝑦! = ! 𝑚 !
𝜔 − 𝜔!
𝑃𝑚

Por lo que la solución particular sería: 𝑦!"#$. = 𝑚


𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡
𝜔2 −𝜔2𝑓

Y sabiendo que la solución del sistema homogéneo de un O.A.S. era


𝑦!"#"$ = 𝐴 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 − 𝜑

Entonces la solución general para el sistema forzado es:


𝑦(!) = 𝑦!"#"$ + 𝑦!"#$.
𝑃!
𝑦(!) = 𝐴 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡 − 𝜑 + ! 𝑚 ! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔! 𝑡
𝜔 − 𝜔!

Pero esta solución encierra un grado de idealidad que debe explicarse por algo que seguramente el lector
ya alcanzó a reconocer al revisar su estructura.

Matemáticamente, hay que advertir que habría que contar con herramientas para la superposición de dos
señales que vibran a frecuencias diferentes: la solución homogénea a una frecuencia ω y la solución
particular a otra frecuencia ωf. Como se verá en la Unidad 2 eso no es algo excesivamente complejo en

95

comparación a todo lo que se ha hecho hasta el momento. Sin embargo, acá es donde el contexto físico
nos viene a resolver el aparente impase, y la base de ello es la situación más realista de las oscilaciones
mecánicas que se examinaron en 4.4, donde pudo incorporarse el efecto del amortiguamiento. Justamente,
ese efecto sería la causa de que, si bien habría un intervalo de tiempo donde sería necesaria la
superposición señalada de dos vibraciones con frecuencias distintas (ω y ωf), ese rango de tiempo sólo
sería transitorio. La transición de esa etapa radica en la presencia del amortiguamiento: la solución
homogénea o solución natural del sistema mecánico en realidad terminaría “desapareciendo” ante la
presencia de los efectos disipativos, quedando en operación únicamente la solución particular, vinculada a
la fuerza alternante P mencionada al principio.
En otras palabras, podría escribirse que, para valores de tiempo muy largos, t > tlím, donde el tlím sería el
tiempo hasta el cual aún quedaban vestigios de la oscilación natural, la forma de la solución sería:
𝑃!
𝑦(!) = ! 𝑚 ! 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔! 𝑡 , 𝑠𝑖 𝑡 > 𝑡!í!
𝜔 − 𝜔!

Aunque debe hacerse otra advertencia respecto a la solución propuesta, si de verdad estuviera presentes el
efecto del amortiguamiento: su estructura es más robusta de lo que parece, por lo cual se invita a revisar el
análisis del siguiente sub-tópico. 4.5.2.

Algo que debe llamar la atención es la inquietante forma que tiene la amplitud de la respuesta final, la cual
termina dividiéndose entre la resta de los cuadrados de las dos frecuencias. ¿Qué pasará con la amplitud
cuando esas frecuencias sean iguales? Debemos tener claro que los parámetros que pueden controlarse y
que por tanto son totalmente arbitrarios, media vez se tenga hecho el montaje, son la intensidad de la
fuerza Pm y la frecuencia de la función forzante ωf, pues la masa m y la ω ya serían parte del sistema en sí
de modo que no podrían modificarse. Reconociendo entonces que lo que al final se tiene como solución es
una función armónica trabajando, la amplitud de ella será tal que, si ωf se hace muy cercana a ω, el
denominador que define la amplitud de la solución general se tornaría muy pequeño y con ello el cociente
completo se haría muy grande. Obviamente, el caso extremo se tendría cuando ωf = ω, pues en ese caso el
denominador se haría cero y el cociente o amplitud de la función armónica se dispararía al infinito. La
figura 48 ayudará a comprender mejor esta situación, pero para poder hacerlo, considere que la solución
general del sistema se divide arriba y abajo entre ω2 de modo que:

𝑃! 𝑃𝑚
𝑚 ∙ 𝜔! 𝑘
𝑦(!) = 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔! 𝑡 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎 𝑎 ⇒ 𝑦(𝑡) = 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡
𝜔 ! − 𝜔!! 𝜔2𝑓
𝜔! 1−
𝜔2

96

Donde en el numerador se aplicó que ω2=k/m. En dicha solución puede ahora examinarse únicamente el
valor de la amplitud máxima YM, es decir, sólo el coeficiente de la función senoidal,
𝑃!
𝑌! = 𝑌! (𝑃! , 𝜔! , 𝑘) = 𝑘
𝜔!!
1−
𝜔!

Siendo que el denominador de esta amplitud máxima es una especie de factor adimensional que sólo
regula la intensidad de la amplitud, puede introducirse la definición del denominado “Factor de
Amplificación” para la amplitud como:
𝑌! 1
=
𝑃! 𝜔! !
𝑘 1−
𝜔
Al revisar la gráfica de la figura 52 se descubre que los ejes corresponden al factor de amplificación en el
eje vertical y a la razón de frecuencias ω/ωf en el eje horizontal. Según se observa,
● Si la frecuencia de la función forzante supera mucho a la frecuencia natural del sistema, el factor
de amplificación es negativo, lo cual implica que la amplitud de la solución es también negativa y
que los impulsos de la fuerza externa P(t) se aplican en desfase respecto a los ritmos a los que
oscila el sistema. Para valores de ωf que, casi duplican a ω, el factor de amplificación sigue siendo
negativo y se hace muy pequeño (hasta casi cero si ω/ωf =3), lo que implicaría que la amplitud de
la solución final es prácticamente imperceptible por el mismo desfase.
● Si, por otra parte, la frecuencia forzante es pequeña en comparación a la frecuencia natural, el
factor de amplificación es positivo y casi cercano a uno, como podría verse si se prueban valores
de ω/ωf de 0.5 o incluso de 0.25. En otras palabras, la función forzante P(t) está en fase con la
oscilación natural del sistema y la amplitud máxima es prácticamente igual el cociente Pm/k.
● El caso más especial es cuando la frecuencia forzante casi se hace coincidir con la frecuencia
natural, ωf ≈ ω, porque en esas circunstancias el factor de amplificación se dispara y la amplitud
de la solución final alcanza valores que duplican, triplican o hasta cuadruplican el valor Pm/k
(2Pm/k, 3Pm/k o 4Pm/k). El comentario aplica con independencia de si la ωf está levemente por
encima de ω o si está por debajo, lo cual puede probarse para razones de frecuencia de 0.8, 0.9, o
bien 1.1 o 1.2.

97

Figura 52
Factor de amplificación vs razón de
frecuencias Forzada/Natural

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de


Beer, et al (2010)

Cuando ωf se hace coincidir exactamente con la frecuencia natural se dice que el sistema entra en
resonancia, tal que las amplitudes de la respuesta son las mayores posibles, más no infinitas pues deben de
estar dentro de las capacidades límite del sistema. Nuevamente, en el análisis precedente se recuerda que
no se consideró el efecto de amortiguamiento, tal que la gráfica del factor de amortiguamiento sólo
obedece al modelo analítico del cual se partió y de ahí la apariencia irreal de que la amplitud máxima
pudiera ser hasta infinita.

Observe una aplicación práctica de toda esta teoría en el ejemplo de Práctica #19 desarrollado en el PDF
titulado ANEXOS 2 de la Unidad 1.

comprender simultáneamente la teoría de los sistemas oscilantes


Si quiere
forzados junto con los aspectos mencionados en el último ejercicio sobre

operación en fase y en desfase, revise el sitio: mittechtv (20 de febrero de
2008). MIT Physics Demo -- Driven Mechanical Oscillator. [Vídeo]. Nota:
El vídeo no tiene narración, pero incorpora indicaciones sencillas para
entenderlo.

4.5.2. Sistemas forzados y con amortiguamiento


En el sub-tópico 4.5.1 se precisó la idea de que en muchas aplicaciones ingenieriles no es la respuesta
natural de un sistema lo que resulta de mayor interés a nivel práctico. Por el contrario, se estableció que
los sistemas podrían quedarse operando mediante perturbaciones alternantes surgiendo así la noción de
98

sistemas forzados. Sin embargo, se adelantó que la reflexión hasta entonces elaborada adolecía de cierto
contenido de idealidad, al no considerar los efectos de amortiguamiento derivado de las fuerzas
disipativas. La figura 54 muestra un montaje más completo de un sistema masa-resorte donde no sólo hay
un mecanismo de forzamiento en la parte superior desde donde cuelga el resorte, sino que además hay un
amortiguador conectado en la parte de abajo.

Figura 54
Sistema oscilante con elemento
forzante y con amortiguamiento

Fuente: Nota. Elaboración propia,


a partir de Beer (2010)
Para tal montaje partimos del mismo principio básico: la 2ª Ley de Newton, y como algo de ello se viene
adelantando en los últimos sub-tópicos, se escribe:
𝑃! 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡 + 𝑚𝑔 − 𝑘 𝑦!"#$% + 𝑦 − 𝑏𝑣 = 𝑚𝑎!

Donde ahora se ha incorporado la fuerza disipativa Fd= –bv. Nuevamente, si se toma que mg= kyequil, de
cuando el sistema aún no oscilaba, entonces:

99

𝑃! 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡 − 𝑘𝑦 − 𝑏𝑣 = 𝑚𝑎!

Ecuación que se puede recomponer a la forma:


𝑚𝑎! + 𝑏𝑣 + 𝑘𝑦 = 𝑃! 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡

O por la definición de los parámetros cinemáticos:


𝑑!𝑦 𝑑𝑦
𝑚 !
+ 𝑏 + 𝑘𝑦 = 𝑃! 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡
𝑑𝑡 𝑑𝑡
La que también puede quedar como:
𝑑!𝑦 𝑏 𝑑𝑦 𝑘 𝑃!
!
+ + 𝑦= 𝑠𝑒𝑛𝜔! 𝑡
𝑑𝑡 𝑚 𝑑𝑡 𝑚 𝑚
Pero la solución general de esta ecuación también posee una solución particular, que además de ser la que
terminará quedando luego de que la solución homogénea desaparezca por los efectos disipativos, dicha
solución particular tendrá un comportamiento muy similar al de la función forzante, entonces puede
expresarse, igual como en 5.4.1 que:
𝑦!"#$. = 𝑦𝑚 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡 − 𝜑
Donde el único cambio respecto al desarrollo en aquel sub-tópico es la introducción del ángulo de fase φ.
Luego de sustituir la solución particular en la ecuación diferencial de 2° orden se descubre la amplitud ym
𝑃!
𝑦! = 𝑚
!
𝑏 !
𝜔!! + 𝜔 ! − 𝜔!!
𝑚
Como se practicó en 1.5.1, se puede dividir numerador y denominador entre ω2 para así obtener:
𝑃!
𝑦! = 𝑘
! 𝜔! ! !
𝑏
𝜔 + 1−
𝑘 ! 𝜔

Que es la amplitud de la solución particular buscada. Claramente la expresión se parece al caso sin
amortiguamiento descrito en 4.5.1, puesto que, si no hubiera fuerzas disipativas, entonces b=0, y la
expresión de arriba coincidiría perfectamente con la oscilación forzada del sub-tópico anterior.

Se sugiere corroborar las dos deducciones anteriores en el Desarrollo D del PDF ANEXOS 2, para así no
asumir que las fórmulas sólo se imponen sin mayor demostración.

El ángulo de fase también se puede estimar a partir de las expresiones en color gris de arriba. Así, al
! !! !!
dividir la primera
!
𝜔! 𝑦! = !
𝑠𝑒𝑛𝜑 entre la segunda 𝑦! 𝜔! − 𝜔!! = !
𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜑 , se obtiene

100

𝑏 𝑏 𝜔!
𝜔! 𝑚 𝜔!
𝑚
𝑡𝑎𝑛 𝑡𝑎𝑛 𝜑 = ! 𝑄𝑢𝑒 𝑎𝑙 𝑑𝑖𝑣𝑖𝑑𝑖𝑟 𝑎𝑟𝑟𝑖𝑏𝑎 𝑦 𝑎𝑏𝑎𝑗𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝜔 ! ⇒ 𝑡𝑎𝑛 𝑡𝑎𝑛 𝜑 = !
𝜔 − 𝜔!! 𝜔 − 𝜔!!
𝜔!
Tal que el valor del ángulo de fase se deduce mediante los mismos dos términos del radicando de arriba
𝑏
𝜔𝑓
𝜑= 𝑘
𝜔 2
1 − 𝜔𝑓

Al respecto, la gráfica 55 presenta cómo se comporta la amplitud máxima de la solución particular


deducida, observando la cercanía de la frecuencia forzante respecto a la frecuencia natural, es decir ym vs
ωf/ω. Adicionalmente, la misma gráfica cuenta lo que ocurre al modificar el valor del factor de
amortiguamiento b destacando que, mientras menor sea dicho factor, la intensidad de las fuerzas
disipativas no será tan relevante al momento que entren en sincronía los movimientos naturales del
sistema y los alternantes del dispositivo forzante.
Figura 55
Amplitud máxima vs razón de frecuencias, para
diferentes factores de disipación b

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Young, et


al (2013)

Por otra parte, el lector puede revisar que en 4.4.2 se presentó el denominado factor de amortiguamiento
crítico, 𝑏 = 2 𝑘𝑚, y que este representaba la condición en la cual todo intento de oscilación por parte de

101

un sistema oscilante amortiguado quedaba eliminada. Para ese valor lo que muestra la gráfica de la
amplitud máxima en un sistema forzado es tal que no ocurre ningún pico y que, por el contrario, la
amplitud que logra el sistema es la menor de todas.
En síntesis, teniendo presente que la solución general de un sistema oscilante siempre se calcula tomando
en cuenta la solución homogénea (o respuesta natural del sistema) más la solución particular cuando se
tiene el efecto de una función forzante con valor de fuerza P(t) = Pmsenωf t, la solución final sería:
𝑦(!) = 𝑦!"#"$ + 𝑦!"#$.
!
𝑦 ! = 𝑌! 𝑒 !!!! 𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔! 𝑡 + 𝜃 + 𝑦𝑚 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡 − 𝜑

𝑃𝑚
!
𝑦 ! = 𝑌! 𝑒 !
!!
!
𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑠 𝜔! 𝑡 + 𝜃 + 𝑘 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝜔𝑓 𝑡 − 𝜑
𝑟𝑏𝜔
Donde ωa es la frecuencia amortiguada, θ es el ángulo de fase de la respuesta natural y en la solución
particular se ha considerado el siguiente cambio de variables:
𝑟!
𝑟!" = 𝑟!! + 𝑟!! 𝑦 𝜑=
𝑟!

Siendo rb y rω las razones de magnitudes adimensionales que acá se expresarán a través de


𝑏 𝜔𝑓 2
𝑟! = 𝜔 𝑦 𝑟! = 1 −
𝑘 𝑓 𝜔
Una nota importante por tomar en cuenta es que si bien θ es un ángulo de fase en la oscilación natural que
depende de las condiciones iniciales, φ es un parámetro angular que lo determina no sólo el montaje del
sistema (por medio de los valores de b, k y de m) sino también las mismas condiciones operativas
(expresadas mediante ωf).
Recordando a su vez el comentario de que la solución homogénea de la parte amortiguada se desvanece
con el tiempo, las gráficas ofrecidas por Kinsler (2000) denotan cómo al final los diferentes sistemas
oscilantes se quedan trabajando según lo dicta la parte forzante de su montaje (después de la franja de
tiempo de color azul en la figura 56), siendo evidente la forma en que una sección transitoria de las
gráficas deja de gobernar el comportamiento del sistema en comparación al resto de la escala de tiempo.
Un aspecto todavía más notorio, y quizá escondido por el tamaño comparativo de estos gráficos se termina
de comentar en el siguiente y penúltimo sub-tópico de esta primera unidad del curso.

102

Figura 56
Gráficas de amplitud vs tiempo de un mismo sistema y
con poco amortiguamiento, con diferentes razones de
frecuencia. De arriba abajo: ωf /ω =1/3, 1.0, 3.0

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Kinsler


(2000)

103

4.5.3. El fenómeno de la resonancia
Resonancia: Es el tipo de respuesta por parte de un sistema oscilante en la cual
la amplitud de la oscilación crece desproporcionalmente sin aplicar fuerzas
impulsoras muy altas, gracias a contar con un amortiguamiento pequeño y a la
presencia de una perturbación periódica externa cuya frecuencia de excitación es
muy cercana a frecuencia natural del sistema, la frecuencia resonante.

Dada esta definición se reconoce que semejante fenómeno aparece en la misma circunstancia que se
mencionó en el ejemplo 19: ese caso de cuando un niño se columpia, cual si fuera un péndulo simple. Al
columpiarlo con un ritmo totalmente aleatorio, el niño se mueve de un lado a otro, pero sin alcanzar los
niveles de amplitud que harían que él disfrutara del juego mecánico. Si en cambio los impulsos se aplican
casi con sincronía, empujando a una frecuencia muy similar a la natural de todo el montaje, la amplitud
aumentaría considerablemente. En la resonancia entonces se obtienen grandes amplitudes con
relativamente poco esfuerzo (Giancoli, 2008, p.386).
Este comportamiento puede apreciarse detalladamente en los gráficos de la figura 56. La clave para
observarlo es reconocer que los tres no se han diagramado a la misma escala. Revisándolos de arriba
abajo, La amplitud del segundo comprende el rango de 4.0 a –4.0, el primero de 1.5 a –1.5, y la del tercero
es el de menor rango, abarcando de 0.2 a –0.2. ¿Cuál es el factor que permite ese incremento en las
amplitudes? ¿Acaso fue producto de aplicar impulsos forzantes cada vez mayores? La respuesta es no, y el
factor que está detrás de este logro se destaca en la misma descripción de la figura: simplemente…

… La frecuencia ωf del agente externo se manipula o ajusta de tal modo que cuando ωf = ω (lo que
implica que ωf /ω=1) el mecanismo forzante entra en resonancia con la frecuencia propia o frecuencia
natural del sistema.

Cuando la frecuencia forzante ha sido muy por debajo o muy por encima de aquel valor, no desaparece la
oscilación del montaje, pero no se consiguen las amplitudes esperadas. Esto último incluso confirma la
expresión coloquial de que “No siempre más es mejor”; en otras palabras: creer que aplicando más fuerza
desde el sistema forzante o aplicando los impulsos con una mayor frecuencia se va a conseguir mayores
amplitudes en este caso serían intuiciones totalmente equivocadas. Como semejante accionar sólo
podría conseguirse mediante una mayor inversión de energía, operar de ese modo sólo acarrearía
desperdicio energético, pues las amplitudes finales de la oscilación no conseguirían incrementarse.

4.5.4. Ejemplos de fenómenos con resonancia


Diferentes fuentes en el área de la física comentan básicamente los mismos ejemplos prácticos sobre el
fenómeno de la resonancia: alcanzar a escuchar un ruido vibrante anómalo de un carro sólo a cierta
rapidez operativa del motor, el retumbo incomodo de bocinas gastadas o de bajo costo cuando vibran con
una nota musical que coincide en frecuencia con alguna de sus frecuencias naturales.
104

Algunas veces la resonancia puede llevar incluso a efectos destructivos, como es el caso de vasos
rompiéndose porque el cantante Enrico Caruso – según Giancoli (2008) – desarrollaba un tono que
correspondía con el de la frecuencia natural de los vasos. De acuerdo con Halliday (1999):

“Todas las estructuras mecánicas, como edificios, puentes o aeroplanos, tienen una o más frecuencias
naturales. Puede resultar desastroso someter una estructura a una fuerza impulsora externa [aplicada] a
una de esas frecuencias” (p.371).

Precisamente, ese fue el caso de la caída de los puentes colgantes de Broughton en Inglaterra, en 1831, y
del puente Angers en Francia, en 1850, según se cita en “Differential Equations and Their Applications”
de Braun (1993) y en el sitio Bridgemeister.com, respectivamente. En cada caso los soldados marcharon al
paso sobre los respectivos puentes y ello provocó su colapso al coincidir su ritmo marchante con el de una
frecuencia natural de las estructuras (ver figura 57).

Figura 57
Dibujos con grafito del antes y después del
puente de Angers en 1850

Fuente: Nota. Por Wikimedia Commons

Desde entonces, la literatura comenta que es una regla romper el paso de los soldados cuando tienen que
pasar sobre un puente. Giancoli (2008), Halliday (2001) y Braun (1993) cuentan también el famoso
colapso del puente Tacoma Narrows en Estados Unidos, en 1940, como resultado de las grandes
amplitudes del movimiento oscilante que la estructura llegó a desarrollar a raíz de la forma en que le
impactaron fuertes ráfagas de viento. De igual forma, el primero de ellos comenta el derrumbe de la
autopista de Oakland durante un sismo en 1989 a causa de que los cimientos estaban construidos sobre un
105

relleno que transmitió fácilmente la frecuencia sísmica y que coincidió con una de las frecuencias
naturales de la estructura.
El fenómeno de la resonancia juega así un papel crucial en los estudios geotécnicos que deben realizarse
antes de la construcción de cualquier infraestructura, especialmente si el país donde se realiza el proyecto
tiene un amplio registro de actividad sísmica, como es el caso de El Salvador. Los especialistas lo
consideran como parte del denominado “efecto de sitio” o de “amplificación local” evaluando la
posibilidad de respuestas resonantes en dos y tres dimensiones (Faccioli, et al. 2002). Como los
geotecnistas deben examinar las condiciones del suelo donde se podría realizar una construcción, Park
(2004) menciona que “Un aumento de la profundidad en una columna de suelo se acompaña de una
disminución en la frecuencia natural asociada a dicha columna, pero incrementa el número de modos
resonantes” (p. 93). Un análisis más completo de estos aspectos conlleva la teoría de ondulatoria que
subyace a los artículos orientados al estudio de ondas sísmicas y que serán brevemente revisados en la
unidad 2 de esta asignatura.

Vea el efecto resonante de las corrientes de aire que terminaron destruyendo


el puente Tacoma en: British Pathé (02 de diciembre de 1940). Tacoma
Bridge Collaps: The Wobbliest Bridge in the World? [Vídeo]. Aproveche a
identificar las frecuencias naturales de tres sistemas que simulan ser edificios

y que resuenan a distintos ritmos de perturbación: mstkwon (11 de
septiembre de 2008). SDOF Resonance Vibration Test [Vídeo].

Los circuitos resonantes eléctricos son también evidencias técnicas del fenómeno de la resonancia. Braun
(1993) en su texto de ecuaciones diferenciales destaca lo que cualquier tomo II de un texto básico de
Física o de teoría electromagnética se toman el tiempo de explicar: que hay circuitos eléctricos que no sólo
oscilan su contenido energético entre energía eléctrica y energía magnética, sino que además muestran la
propiedad de resonancia. Precisamente, el proceso de sintonización de una radio es el vivo ejemplo de un
desempeño bajo resonancia de un circuito RLC (resistivo- capacitivo - inductivo): cuando se corrige la
perilla del sintonizador se ajusta la capacitancia de un condensador variable (antes era una inductancia
variable pero se estropeaba) y con ello se modifica la frecuencia natural del circuito, lo que obliga a la
antena de la radio a entrar en resonancia sólo con la estación de radio que tiene dicha frecuencia.
Como un último ejemplo de estructuras resonantes se puede citar el surgimiento de la mecánica
ondulatoria o visión dual partícula-onda dentro de la teoría mecánico-cuántica. Cuando esta surgió se
encontró factible la interpretación de diversos fenómenos sólo en tanto hubiese partículas atómicas y
subatómicas con frecuencias muy definidas en su comportamiento, algo totalmente chocante en aquellos
días para muchos científicos porque una partícula se entendía que no era una onda. Era en ese sentido que

106

las mentadas partículas podían responder de manera óptima sólo si eran radiadas con ondas lumínicas de
las frecuencias adecuadas; es decir, si aquellas ondas tomadas como perturbaciones externas o funciones
forzantes, entraban en resonancia con la frecuencia de su estructura (como el caso de las ondas sísmicas y
los modos resonantes del suelo o de una obra civil). De esa forma encontraron explicación: los espectros
de absorción estudiados por Kichhoff y Bunsen al asociarlos posteriormente a los diferentes elementos de
la tabla periódica según el modelo atómico de Bohr; el espectro de emisión de un cuerpo negro fue
también explicado por Max Planck bajo la combinación de la teoría electromagnética de Maxwell, la
segunda ley de la termodinámica y la noción de resonadores para partículas de una cavidad hueca (Kuhn,
1987), y a estos se puede sumar la teoría del efecto fotoeléctrico propuesta por Albert Einstein y que lo
hizo acreedor al Premio Nobel. Todos estos hallazgos pertenecen al tiempo de cuando la mecánica
cuántica iniciaba a principios del siglo XX.
La figura 58 evidencia cómo la resonancia es parte del comportamiento de sistemas aparentemente
distantes en sus campos de acción. Arriba se describe la respuesta resonante de una columna de suelo de
100 m de profundidad perturbada por diferentes ondas sísmicas; abajo se detalla la respuesta ante la
absorción de energía que realiza una muestra de moléculas de HCl luego de exponerse a ondas infrarrojas
con diferentes valores de frecuencia. Dos aspectos son comunes a ambos gráficos: 1) las dos gráficas están
representadas contra un eje horizontal en escala de frecuencias y no de tiempo, 2) a diferencia del gráfico
de la figura 55, acá no hay uno, sino varios picos en los cuales la resonancia del sistema acontece. El que
sean varios está relacionado con la observación que se citaba de Park, et al. (2004) acerca del
aparecimiento de varios modos resonantes y a un hecho que será analizado en el último sub-tópico de esta
unidad. Como ser verá en 4.6.2 pasa que hay sistemas que, por su estructura, poseen varios elementos
inerciales además de varios componentes restaurativos, y dichos aspectos posibilitan que haya más de una
frecuencia natural en los sistemas a las cuales el fenómeno de resonancia pudiera manifestarse.

107

Figura 58
Arriba: Distribución espectral o picos de frecuencia de los modos de
vibración para una columna de suelo. Abajo: espectro de absorción
de radiación infrarroja por parte de la molécula de HCl

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de modificaciones en


Park (2004) y Halliday (1999)

Las palabras espectro y espectral en el título de la figura 58 están relacionadas con el hecho de que lo que
se tiene representado en ambos gráficos es el espectro discontinuo de dos sistemas, es decir, el diagrama
de las frecuencias que los caracteriza tal cual una huella digital muy propia de cada uno. La mejor
similitud de ello es el espectro de luz que uno logra ver cuando la luz se descompone en sus diferentes
colores. Resulta que cada color es una frecuencia de las ondas de luz, de donde que cuando uno mira la luz
descompuesta por un prisma o presencia un arcoíris, lo que está viendo es el espectro de la luz visible, esto
es: las diferentes frecuencias de las ondas que componen a la luz (con la diferencia de que ese es un
espectro continuo).



108

Aproveche a revisar la aplicación de toda esta teoría sobre los sistemas forzados y la resonancia en el
ejemplo de Práctica #20 del PDF titulado ANEXOS 2.

4.6 Breve Análisis de Sistemas Acoplados


4.6.1 Combinación de resortes en serie y en paralelo

“La unión hace la fuerza” reza un viejo decir en muchas culturas. Precisamente, existen montajes
mecánicos que, ante la ausencia de un elemento con la magnitud física adecuada, se arman mediante la
combinación de varios elementos que produzcan la intensidad de la magnitud requerida.
Dos de esas posibles combinaciones son la configuración de resortes en serie y la configuración de
resortes en paralelo, donde un aspecto clave que no debe perderse de vista es que en cualquiera de ellas
sólo existe una única masa a la cual están acoplados los resortes que conforman el montaje.
Como el resultado final de cualquiera de las configuraciones será un sistema que opere como un O.A.S.,
todas las consideraciones previas, tanto dinámicas como energéticas, aplicarán también para estos tipos de
montaje (fuerzas restaurativas, estado de equilibrio, conservación de energía, periodos y frecuencias, etc.).
El único aspecto que deberá tenerse presente es que de acuerdo con la forma en cómo se acoplen los
resortes así se será el valor de constante de deformación que se utilizará para calcular la frecuencia
angular, y consecuentemente los parámetros prácticos del periodo de oscilación o de la frecuencia cíclica.
Por la distinción antes mencionada:
a) si se tiene un montaje de resortes en serie
La tensión a lo largo de todos los interconectados se asume que es la misma, puesto que sus masas no se
consideran apreciables comparadas con las del objeto con el cual se acoplen. En cambio, la deformación
que experimente cada uno será regulada por la constante de deformación correspondiente (Ver figura 59).

109

Figura 59
Sistema de resortes en serie

Fuente: Nota. Elaboración


propia, a partir de Beer (2010)

Resumiendo:
𝑇! = 𝑇! = 𝑇 𝑦 𝛿𝑥 !"#$% = 𝛿𝑥! + 𝛿𝑥!

Y por la ley de Hooke, en la que la deformación es proporcional a la tensión que se aplique, T=kδ, se
tiene:
𝑇! 𝑇! 1 1
𝛿𝑥 !"#$% = + =𝑇 +
𝑘! 𝑘! 𝑘! 𝑘!
Es entonces donde se puede hablar de un dispositivo equivalente que sustituya a los elementos en serie por
uno solo, produciendo el mismo efecto global: la misma deformación total dada la tensión única T. Así,
𝑇 1 1
𝛿𝑥 !"#$% = =𝑇 +
𝑘!".! 𝑘! 𝑘!

La constante de un resorte equivalente se relaciona entonces con las constantes individuales según:
1 1 1
= +
𝑘!".! 𝑘! 𝑘!

Y si hubiera N resortes conectados en serie, todos se podrían sustituir por uno solo, cuya constante de
deformación viniera dada por:
!
1 1
=
𝑘!".! 𝑘!
!!!

A partir del caso de dos resortes en serie, se puede verificar fácilmente que la constante equivalente jamás
supera la menor de los resortes montados en esa configuración.
b) Si se tiene un montaje de resortes en paralelo:

110

Como el objeto con inercia al que se acoplarían los resortes sería el mismo, dicho objeto impondrá hasta
dónde se desplazarán sus extremos de acoplamiento, por lo que el grado de deformación δ que
experimentarán tendrá que ser el mismo. En cambio, como no necesariamente poseerán la misma
constante de deformación, las tensiones que ejerzan sobre el objeto diferirán proporcionalmente a sus
valores respectivos de constantes (ver figura 60).

Figura 60
Sistema de resortes en paralelo

Fuente: Nota. Elaboración propia, a


partir de Beer (2010)

En términos matemáticos:
𝛿! = 𝛿! = 𝛿 𝑦 𝑇!"#$% = 𝑇! + 𝑇!

La segunda correspondería a la expresión de la fuerza total que sostiene al objeto. Aplicando ahora la ley
de Hooke, para incorporar las constantes:
𝑇!"#$% = 𝛿! 𝑘! + 𝛿! 𝑘! = 𝛿 𝑘! + 𝑘!

Si nuevamente se fuera a sustituir la pareja de resortes por uno solo que fungiera como un dispositivo
equivalente, este deberá desarrollar la misma tensión total puesto que se supone que el equivalente posee
la misma capacidad por propiciar los mismos efectos. Siendo así, si TTotal=kEq-pδ
𝑇!"#$% = 𝛿𝑘!".! = 𝛿 𝑘! + 𝑘!

De donde que la constante equivalente para el sistema de dos resortes en paralelo es 𝑘!".! = 𝑘! + 𝑘!
Y para varios resortes N acoplados bajo esta configuración a un mismo objeto,
!

𝑘!".! = 𝑘!
!!!

Por lo que la constante equivalente deberá ser siempre mayor que la más grande de las constantes
individuales conectadas en paralelo.

111

Un aspecto práctico para no perder de vista es que bajo la configuración en serie no todos los resortes
tocan al objeto, pues se montan secuencialmente uno tras otro, cual si fueran eslabones de una cadena; por
su parte, en la configuración en paralelo, todos los resortes tienen uno de sus extremos acoplados al
objeto.

No continúe sin antes revisar el ejemplo de Práctica #21 en el PDF titulado ANEXOS 2, donde podrá ver
cómo se analiza un problema donde un sistema de varios resortes se simplifica a uno equivalente.

4.6.2 Péndulos y resortes acoplados y sistemas de ecuaciones de


movimiento acopladas.
En el sub-tópico 4.6.1 se subrayó una observación muy particular con relación a cuando pudieran tenerse
varios resortes que participaran dentro de un mismo montaje: de que no importaba cuántos resortes fueran
parte de la estructura, mientras sólo fuera una masa la que estuviera considerada dentro del problema.
Sistemas como los mostrados en la figura 62 cumplen perfectamente ese requisito, independientemente
del grado de dificultad que cada uno implique.

Figura 62
Sistemas de varios osciladores conectados a una única masa

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Beer (2010)

Sin embargo, sistemas que no necesariamente comprenden grandes masas de cuerpos rígidos, pero en los
que son varios los objetos que deben restaurarse a sus posiciones de equilibrio y que a su vez se
distribuyen espacialmente en toda la extensión del sistema, da lugar a más de una frecuencia natural.

112

Figura 63
Sistemas oscilantes acoplados de múltiples masas

Fuente: Nota. Elaboración propia, a partir de Beer (2010) y Spiegel (1976)

Precisamente, los sistemas representados en la figura 63 reflejan casos donde no habrá una única
frecuencia natural en la cual pensar si tuviera que valorarse el fenómeno de resonancia. A estos se les
conoce como sistemas acoplados.

Recordando que la frecuencia natural fue un parámetro que surgía analíticamente a partir de la solución de
la ecuación de movimiento que se formulaba para el sistema, al decir acá que habrá varias posibles
frecuencias naturales sólo puede implicar que producto del análisis deberán aparecer varias ecuaciones
diferenciales por resolver. Ahora, como el fundamento que de manera práctica daba pie a la ecuación
diferencial de movimiento no era otro que la segunda ley de Newton, y siendo que esta era aplicada a
la masa implicada en el sistema (la del péndulo, la del bloque, la del disco o a cualquier otra pieza inercial
que se observara en el montaje), entonces es coherente pensar que para el juego de tres péndulos
acoplados en la figura 63 se requerirá como mínimo tres ecuaciones de segunda ley de Newton por cada
pesa que vemos colocada; en el caso de las dos masas suspendidas habrá que pensar en dos ecuaciones de
segunda ley de Newton y lo mismo se tendría que decir para las dos esferas interconectadas abajo
mediante los tres resortes. En otras palabras, acá no hay posibilidad de simplificar los componentes
restaurativos mediante elementos equivalentes de configuraciones en serie o en paralelo, así como
tampoco importará si las constantes, las longitudes o las masas de las pesas y los bloques son iguales.

113

El resultado de todo lo descrito siempre motivará más de una frecuencia de vibración a partir de sistemas
de ecuaciones diferenciales que también tendrán la cualidad de estar acopladas, es decir, de llevar
variables y constantes que las interrelacionen mutuamente. Según Simmons (1993):

Ecuaciones lineales de orden n>2 aparecen muy frecuentemente en física al eliminar variables en
sistemas simultáneos de ecuaciones de segundo orden… Podemos ver un ejemplo acoplando dos
osciladores armónicos simples [ver imágenes a) y b) de esferas acopladas en figura 63]… hasta obtener
una sola ecuación de cuarto orden para la posición de x1. (p.132)

Tomando en cuenta el procedimiento sugerido en los sub-tópicos 1.2 y 4.3 de utilizar x(t)= xmest como
alternativa de solución para la ecuación diferencial de 4º orden, la cual de acuerdo con Simmons tendría
que aparecer obligadamente para los resortes suspendidos o para las dos esferas acopladas de la figura 63,
se obtendría la ecuación característica o ecuación auxiliar correspondiente, la cual sería una ecuación
polinómica en s y de 4º orden con una forma parecida a
𝐴𝑠 ! + 𝐵𝑠 ! + 𝐶𝑠 ! + 𝐷𝑠 + 𝐸 = 0

Rescatando lo que se analizó en 4.2 para las ecuaciones de segundo orden, sabíamos que s = –γ ± jω,
siempre que b≠0. Pero como en este caso no se están considerando los efectos disipativos, no debería
aparecer un γ vinculado con el amortiguamiento. En ese sentido, con b = 0 y γ = 0, podría pensarse que la
ecuación característica sería en realidad polinómica en la frecuencia angular ω, dado que s = cω, donde c
sería alguna constante de proporcionalidad (de preferencia un número imaginario). Y como en principio
todo polinomio puede factorizarse por completo en factores lineales, acá se tendrían 4 factores según:
𝑎! 𝜔 ! + 𝑎! 𝜔 ! + 𝑎! 𝜔 ! + 𝑎! 𝜔 + 𝑎! = 𝜔 − 𝜔! 𝜔 − 𝜔! 𝜔 − 𝜔! 𝜔 − 𝜔! = 0

Donde a4, a3, a2, a1 y a0, sólo son coeficientes polinómicos cualesquiera, similares a A, B, C, D y E;
mientras que ω1, ω2, ω3, ω4 serían las raíces del polinomio en ω, pudiendo ocurrir que algunas de ellas
fueran números complejos.

Nuevamente, según las consideraciones del matemático Simmons (1993) como los coeficientes de la
ecuación característica son reales (y es así porque estarán constituidos por parámetros mecánicos del
sistema) las raíces que resulten complejas deberían aparecer como pares complejos conjugados, de donde
que, si las soluciones que se postularon tenían la forma xmest y se retomara la relación de Euler, las
soluciones finales serían combinaciones lineales de funciones armónicas, tal como se vio en 1.2.
A partir de este último análisis, el sistema de resortes suspendidos y el de las esferas acopladas con
resortes deben de tener dos frecuencias naturales, mientras que el sistema de tres péndulos tendría al
menos tres frecuencias asociadas.

114

El último aspecto que es pertinente destacar es que las posibilidades sobre los modos de vibración, ya
comentados al final del sub-tópico 4.5.4 y a través de los cuales se evidenciaría la propiedad periódica del
sistema, también tendrán que multiplicarse; un aspecto que provendrá directamente de las condiciones
iniciales asociadas a cada elemento inercial del sistema. Precisamente, el arreglo de las esferas
entrelazadas con los resortes en la parte baja de la figura 63 denota dos alternativas de movimientos: en a)
cuando ambas intenten moverse en el mismo sentido, mientras que en b) cuando ambas lo hagan en
sentidos opuestos.
Toda esta gama de aspectos, tanto en frecuencias naturales como en distintos modos de vibración no
aparecen en los sistemas analizados hasta antes de 4.6, aún con la presencia de amortiguamiento o de
funciones forzantes. En ese contexto, al ser necesarias técnicas matemáticas más avanzadas a las
exploradas en la presente unidad, su estudio pormenorizado se delega para un curso de Mecánica Analítica
o Mecánica Teórica o bien para programas de postgrado. En todo caso, es pertinente advertir que el
concepto de los modos de vibración será un tema por explorar en la unidad 2 del presente curso,
relacionada con la teoría ondulatoria y la transmisión de energía u otras magnitudes físicas.

Conozca más en detalle acerca de los modos de vibración de sistemas


mecánicos de múltiples masas mediante los sitios: a) Dan Russell (20 de
septiembre de 2012). Mode Shapes of Multiple Degree-of-Freedom
Oscillators [Vídeo], donde verá cómo oscilan masas conectadas mediante
cuerdas elásticas y forzadas a oscilar; b) mstkwon (11 de septiembre de
2008) MDOF system forced vibration [Vídeo], en el cual tres masas
colocadas a diferentes alturas de un montaje que simula un edificio lo harán
recordar el vídeo sugerido en 4.5.4 donde se tenían masas a diferentes alturas
y que también lograban resonar.

115

Referencias citadas en UNIDAD 1
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(pp. 5, 8, 9, 18). TU Delft open.
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Estática. 9ª Ed. (pp. 512-514). McGraw Hilll.
▪ Borelli, G. A. (1685). Ioh. Alphonsi Borelli, neapolitani matheseos professoris, De motu
animalium. Lugduni in Batavis, anno 1685. [http://dx.doi.org/10.3931/e-rara-28707]
Zentralbibliothek Zürich NE 1585.
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Mathematics, 4th Ed. (pp. 165-177). Springer Sciences + Business Media.
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rheological properties of KCl/ Polymer water-based drilling fluid. Journal of Petroleum Science
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▪ Cervera, M., Blanco, E. (2015). Resistencia de materiales. (pp. 70-73, 256-259). Centro
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Occupational Safety and Health Service Department of Labour.
▪ Davidovits, P. (2008). Physics in Biology and Medicine. 3rd Ed. (pp. 50-73). Academic Press.
▪ Faccioli, E., Vanini, M. (2002). Complex Site Effects in Eartquake Ground Motion, including
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▪ Kinsler, E., Frey, A., Coppens, A., Sanders, J. (2000). Fundamentals of Acoustics 4th Ed. (pp. 18-
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▪ Knudson, D. (2007). Fundamentals of Biomechanics. 2nd Ed. (pp. 151-156). Springer Science
▪ Liu, W., Huan, Y. (2017) Verification of a Novel Micro-torsion Tester based on
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▪ Park, D., Hashash, Y. (2004). Estimation of Non-linear Seismic Side Effects for Deep Deposits of
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▪ Prausnitz, J., Lichtenthaler, R., Gomes, E. (2000). Termodinámica molecular de los equilibrios de
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▪ Shanley, F. (1971). Mecánica de Materiales. (pp. 28, 99). McGraw Hill.
▪ Simmons, G. (1993). Ecuaciones Diferenciales con Aplicaciones y Notas Históricas. 2ª Ed. (pp.
129-135). McGraw Hill Interamericana.
▪ Spiegel, M. (1976). Mecánica Teórica con una Introducción a las Ecuaciones de Lagrange y
Teoría Hamiltoniana. 1ª Ed. (pp. 207- 209). McGraw Hilll.
▪ Young, H., Freedman, R. (2013). Física Universitaria, Vol. 1. 13ª Ed. (pp. 437-495). Pearson
Educación

117

Glosario de los términos citados en la UNIDAD 1
Jónico Relativo a Jonia, antigua región del este de Grecia y del oeste de
Turquía, o a sus habitantes.
Solsticio Evento astronómico que corresponde a dos puntos de la eclíptica en los
que el Sol está en el punto más alejado del ecuador celeste y en el que
se da la máxima diferencia de duración entre el día y la noche.
Eclíptica Línea curva por donde transcurre el Sol alrededor de la Tierra, en su
movimiento aparente visto desde la Tierra.
Equinoccio Evento astronómico que corresponde a dos puntos de la eclíptica en los
que el Sol se sitúa en el plano del ecuador celeste (proyección del
ecuador terrestre en el espacio), días en los que el Sol alcanza el cenit
para un observador ubicado el ecuador terrestre.
Perturbación Alteración que se produce en el orden o características que conforman
un objeto o sistema en lo que constituye el estado o desempeño normal
de algún proceso.
Función de potencial Expresión que representa el contenido de energía vinculado con el
arreglo o configuración espacial de las partes de un sistema.
Diapasón Barra metálica en forma de U que al vibrar produce un tono
determinado y que sirve para estudios de acústica, pruebas de audición,
etc.
Plomada Se trata de una pesa de plomo u otro metal, con forma cilíndrica o
prismática pero con su parte inferior de forma cónica, que se hace
suspender mediante una cuerda
Torque Denominado también como el momento de una fuerza otorca,
corresponde a la magnitud que cuantifica la tendencia de giro que
resulta al aplicar una fuerza sobre una palanca física o la posición de un
cuerpo que tiene libertad de giro respecto a un punto fijo.
Alabear Arquear, combar, pandear, es la acción en la que un objeto adquiere
una forma curva.
Biomecánica Área del conocimiento que estudia los fenómenos naturales que
ocurren en el cuerpo humano u otros organismos, relacionada con la
aplicación de fuerzas, tendencias de giro y capacidades de movimiento
en general, usada para medir la eficiencia en el gasto energético.

118

Inercia o Momento Medida de la inercia o resistencia rotacional por parte de un cuerpo
de inercia cuyas dimensiones no pueden despreciarse respecto a las distancias
medidas respecto a algún marco de referencia.
Viscosidad Magnitud física que caracteriza la resistencia a las deformaciones
graduales producidas por esfuerzos cortantes aplicados sobre fluidos y
sustancias poliméricas, muy asociada con consistencia espesa y
pegajosa
Tono Grado de elevación del sonido que depende de la cantidad de
vibraciones por segundo o frecuencia
Frecuencia Sísmica Parámetro que cuantifica la cantidad de vibraciones por segundo
asociadas con la propagación de movimiento y energía en un medio
condensado.
Partícula Subatómica Aquella entidad que es más pequeña que el átomo, pudiendo ser una
partícula elemental o una compuesta.
Espectro de Imagen o registro detectado de la fracción de radiación
Absorción electromagnética incidente que un material absorbe, vinculado con un
rango de frecuencias
Espectro de Emisión Es el rango de frecuencias de radiación electromagnética emitida por
un elemento o compuesto debido a un átomo o molécula que realiza
una transición de un estado de alta energía a un estado inferior.
Efecto Fotoeléctrico Consiste en la emisión de electrones por una muestra de material,
generalmente metálica, al incidirle una radiación electromagnética.
Mecánica Cuántica Rama de la física que estudia la naturaleza a escala microscópica, tales
como sistemas atómicos y subatómicos, y sus interacciones con la
radiación electromagnética, en términos de cantidades observables.
Espectro de Luz Región del espectro electromagnético que el ojo humano percibe
Espectro Distribución energética, en la forma de longitudes de onda o de
Electromagnético frecuencias, del conjunto completo de ondas electromagnéticas.
Sistemas equivalentes Que son diferentes pero que provocan el mismo efecto en un proceso.
Sólido Rígido Cuerpo sólido cuyas dimensiones y forma no se ven alterados ante la
aplicación de una fuerza, torque o por el sólo hecho de encontrarse bajo
algún estado de movimiento.

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