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Cuestionario derecho penitenciario

1.- penología y ciencia penitenciaria, derecho de ejecución penal

Penologia: Ciencia dedicada al estudio de la aplicación o ejecución de las penas y


de forma general del castigo y tratamiento del delincuente.

Ciencia penitenciaria: Estudio de los métodos de ejecución de las penas y


medidas de seguridad privativas y restrictivas de libertad que se proponga un
tratamiento del delincuente para readaptarlo en sociedad y en la organización
práctica de esos métodos en las mejores condiciones.

Derecho de ejecución penal: Comprende el conjunto de principios y normas que


regulan las condiciones y relaciones administrativas procedimentales y procesales
en el cumplimiento de las resoluciones judiciales privativas de la libertad y de otras
sanciones, medidas y determinaciones penales.

2.- La Pena, su concepto y caracteres, tiene o no, como su finalidad la reinserción


del penado.

La pena es la consecuencia jurídica del delito. Se puede definir la pena como la


privación de la un bien impuesta en virtud de una precoso al responsable de una
infraccion prevista por la ley.

Sus características son:

 Intimidatoria. Debe preocupar o causar temor al sujeto que comete la


conducta ilegal, es decir evitar el delito por el temor a la aplicación de una
sanción.
 Aflictiva. Debe causar cierta afectación o aflicción al delincuente, para evitar
futuros delitos.
 Ejemplar. Debe ser un ejemplo a nivel individual y general para prevenir
otros delitos, es necesario que sirva de ejemplo, no solamente al
condenado sino al resto de la colectividad.
 Legal. Debe provenir de una norma legal, que exista previamente en la ley,
es necesario que se cumpla el concepto de legalidad.
 Correctiva. Toda pena debe tender a corregir al sujeto que comete un
delito, debe proporcionar a el delincuente una inserción positiva a la
sociedad esto implica que el tiempo de la privación de libertad sea
intervenida y se le dote de herramientas para su reinserción.
 Justa. La pena no debe ser excesiva en dureza o duración, si no que debe
ser relativa a la gravedad de la conducta antisocial y la peligrosidad del
individuo que la comete.

Los objetivos o fines son la retribución, la prevención y la rehabilitación. La


retribución se considera como el intento de volver las cosas al estado que tenían
antes de la comisión del delito y, como es materialmente imposible, el castigo o
respuesta que la sociedad da al delincuente por el mal que causó.

3.- Relación entre pena y delito, relación entre pena y delincuente bases para
establecerla.

Pena-Delito: La retribución tiene su eje en la compensación del mal causado al


cometerse el delito teniendo en ella una importancia fundamental el principio de
proporcionalidad que impera en esa relación entre el delito y la pena consecuencia
de este último. En cambio la prevención está orientada a evitar la comisión de
nuevos delitos.

Pena- Delincuente: El delito puede tener también como consecuencia otro tipo de
medidas distintas de las penas que son las medidas de seguridad y reinserción
social cuya finalidad es la prevención. Estas medidas, que no son penas, son
impuestas atendiendo solamente a la peligrosidad criminal del delincuente, con la
finalidad de evitar que cometa delitos en el futuro.

4.- La individualización penitenciaria. La observación y estudio de los reclusos.


La individualización de la pena es la precisión que en cada caso concreto se hace
para determinar la cantidad y calidad de los bienes jurídicos de que es necesario y
posible privar al autor de un delito para procurar su resocialización.

5.- La pena o sentencia indeterminada, la pena predeterminada.

Indeterminada: Se trata de un sistema de penas en el que esta no se define en el


momento en que se dicta sentencia, si no a posteriori. La duración de la pena
puede definirse en función de la peligrosidad del reo y el peligro que pueda
suponer para la sociedad su libertad en la sociedad.

Determinada: Consiste en la traducción de un delito a una responsabilidad jurídica


determinada. En el Código Penal y las reglas penales no se establece la pena
exactamente, sino que se determina un margen de pena, con un máximo y un
mínimo entre los cuales se debe concretar la misma.

6.- Categoría de delincuentes a las que se le aplica la sentencia indeterminada.

Son aquellos que el hecho cometido no esté tipificado como delito pero aun aún
así sea de peligro para la sociedad.
7.- Cesación de la pena o medida indeterminada.

Esto es posible con la conmutación, consiste en que una pena impuesta como
resultado de una sentencia definitiva, podrá modificarse por otra, lo cual aplica el
ejecutivo del estado. La pena de prisión podrá ser conmutada a juicio del juzgador
en los términos siguientes:

 Cuando no exceda de un año por tratamiento en libertad, multa o trabajo a


favor de la comunidad;
 Cuando exceda de tres años por tratamiento en libertad, semilibertad, multa
o trabajo a favor de la comunidad; y
 Cuando no exceda de cuatro años, por semilibertad o trabajo a favor de la
comunidad.

8.- Concepto y clases de medidas de seguridad su apreciación en la época


moderna.

Las medidas de seguridad son sanciones que se imponen a un sujeto que haya
incurrido en la comisión de algún delito, debido a su peligrosidad delictiva, con el
objetivo de lograr su reeducación y reinserción social.

Las medidas de seguridad deben ser proporcionales a la peligrosidad criminal del


sujeto al que se le impongan, y no pueden ser nunca más gravosas ni de mayor
duración que la pena que se aplicaría al mismo sujeto en caso de ser condenado
por el hecho cometido.

Clases de medidas de seguridad:

Las penas y medidas de seguridad son:

1.- Prisión.

2.- Tratamiento en libertad, semilibertad y trabajo en favor de la comunidad.

3.- Internamiento o tratamiento en libertad de inimputables y de quienes tengan el


hábito o la necesidad de consumir estupefacientes o psicotrópicos.
4.- Confinamiento.

5.- Prohibición de ir a lugar determinado.

6.- Sanción pecuniaria.

7.- (Se deroga).

8.- Decomiso de instrumentos, objetos y productos del delito

9.- Amonestación.

10.- Apercibimiento.

11.- Caución de no ofender.

12.- Suspensión o privación de derechos.

13.- Inhabilitación, destitución o suspensión de funciones o empleos.

14.- Publicación especial de sentencia.

15.- Vigilancia de la autoridad.

16.- Suspensión o disolución de sociedades.

17.- Medidas tutelares para menores.

18.- Decomiso de bienes correspondientes al enriquecimiento ilícito.

19.- La colocación de dispositivos de localización y vigilancia.

Y las demás que fijen las leyes.

Artículo 24 del Código Penal Federal

9.- Duración de las medidas de seguridad y terminación de las mismas.

El juez fijará las penas y medidas de seguridad que estime justas y procedentes
dentro de los límites señalados para cada delito, con base en la gravedad del
ilícito, la calidad y condición específica de la víctima u ofendido y el grado de
culpabilidad del agente, teniendo en cuenta:

I. La magnitud del daño causado al bien jurídico o del peligro a que hubiere
sido expuesto;
II. La naturaleza de la acción u omisión y de los medios empleados para
ejecutarla;
III. Las circunstancias de tiempo, lugar, modo u ocasión del hecho realizado;
IV. La forma y grado de intervención del agente en la comisión del delito;
V. La edad, la educación, la ilustración, las costumbres, las condiciones
sociales y económicas del sujeto, así como los motivos que lo impulsaron o
determinaron a delinquir. Cuando el procesado perteneciera a algún pueblo
o comunidad indígena, se tomarán en cuenta, además, sus usos y
costumbres;
VI. El comportamiento posterior del acusado con relación al delito cometido; y
VII. Las demás condiciones especiales y personales en que se encontraba el
agente en el momento de la comisión del delito, siempre y cuando sean
relevantes para determinar la posibilidad de haber ajustado su conducta a
las exigencias de la norma.

10.- Diferencias entre pena y medidas de seguridad. Dualismo y Monismo, el


sistema alternativo.

 Ambas son infringidas por órganos de la jurisdicción penal.


 Mientras que las penas tienen por presupuesto un delito punible, las
medidas de seguridad un hecho que presenta los elementos objetivos y
subjetivos de un delito, si bien no es imprescindible que constituyan un
delito punible.
 En tanto que las penas se aplican solamente a personas imputables, las
medidas de seguridad se orientan también a personas no imputables.
 Las penas se aplican no sólo después del hecho dañoso o peligroso sino
asimismo a causa de éste, en tanto que medidas de seguridad se aplican
igualmente con posterioridad al hecho, pero no a causa de éste porque el
delito es solamente la ocasión una de las condiciones para la aplicación de
esas medidas.
 Y por tanto, mientras que las penas son siempre la consecuencia jurídicas
de ese hecho ilícito que es el delito y constituyen la reacción contra éste y
la sanción jurídica por él; en cambio las medidas de seguridad son
adoptadas exclusivamente como medios de defensa contra el peligro esto
es no son una reacción ni constituyen una sanción jurídica;
 A las penas tanto en el momento de la amenaza como en el de su
aplicación concreta se les asigna una función intimidatoria de la generalidad
de los ciudadanos y se adoptan en consecuencia, como medios para fines
de la prevención especial, a la medida de seguridad se le atribuye
finalidades de prevención especial.
 Las penas son proporcionadas tanto a la gravedad del delito como a la
peligrosidad del agente, las medidas exclusivamente a su peligrosidad;
 La imposición de penas, tanto desde el punto de vista formal como desde el
sustancial, es función exclusiva y específica de la jurisdicción penal, la de
las medidas, si bien se confía a esos mismos órganos, lo es solamente por
razones de oportunidad, en virtud del principio de economía procesal y por
razones de garantía del ciudadano.
 Monismo sostiene la supremacía del derecho y las instituciones
internacionales de protección y el dualismo sostiene la existencia de una
estricta separación entre lo nacional y lo internacional

11.- La pena de muerte, la lucha contra la pena de muerte. Su abolición en el siglo


XIX.
En cuanto a la pena capital se refiere, si bien los exaltados liberales mexicanos
que arribaron al poder, encabezados por Valentín Gómez Farías en 1833, la
habían abolido por medio de leyes secundarias para todos los delitos políticos y
para aquéllos que no tuvieran el carácter de un asesinato premeditado, la
discusión acerca de la abolición constitucional, o no, de la pena de muerte
cobraría auge hasta los debates constituyentes de 1842-18439 . De esta forma, la
fracción XXII del artículo 13 del Segundo Proyecto de Constitución de 1842
escaparía al debate humanitario sobre la pena de muerte aportando una solución
un tanto controvertida, la falta de infraestructura carcelaria. Es decir, dicho castigo
se seguiría aplicando en tanto no se contase con el “régimen penitenciario”
adecuado. En cambio, el numeral 181 de las Bases Orgánicas de la República
Mexicana de 1843 daba manga ancha al legislador ordinario para establecer los
delitos que a su consideración merecían castigarse con la privación de la vida sin
más límite que el no sumar suplicio extra al condenado

12.- Delitos capitales en diversos países

1. Relaciones sexuales consentidas fuera del matrimonio

En Sudán se condenó a muerte por lapidación en mayo y julio de 2012 a dos


mujeres –Intisar Sharif Abdallah y Layla Ibrahim Issa Jumul– por cargos de
“adulterio estando casada” en dos causas diferentes. En ambas, las mujeres
fueron declaradas culpables tras juicios injustos que incluyeron “confesiones”
forzadas. Las condenas fueron anuladas posteriormente en apelación, y las dos
mujeres quedaron en libertad.

En Irán, al menos 10 personas, en su mayoría mujeres, continúan en espera de


ejecución tras haber sido condenadas a morir por lapidación por el delito de
“adulterio estando casado”.

2. Tráfico de drogas

El 30 de marzo de 2012, Robert Shan Shiao-may, hongkonés, y Lien Sung-ching,


taiwanés, fueron ejecutados en China continental. Ambos habían sido condenados
el 26 de junio de 2009 por tráfico de drogas tras haber sido detenidos en diciembre
de 2005 y acusados de enviar 192 kg de cristal de metanfetamina desde China
continental a Filipinas a través de Hong Kong.

En Tailandia, al menos la mitad de las 106 condenas a muerte registradas como


mínimo en 2012 se impusieron a personas declaradas culpables de delitos de
drogas, según las cifras proporcionadas por el Departamento de Prisiones de este
país del sudeste asiático.

Del mismo modo, más del 70 por ciento de las ejecuciones reconocidas
oficialmente en Irán en 2012 fueron por delitos de drogas.

En Arabia Saudí aumentaron drásticamente las ejecuciones por delitos de drogas


en 2012: se ejecutó al menos a 22 personas (de las al menos 79 personas
ejecutadas en 2012), comparadas con 3 en 2011 (de un total de 82) y sólo una (de
27) en 2010.

3. Delitos de guante blanco

En abril de 2012, el Tribunal Supremo Popular de China ordenó un nuevo juicio del
conocido caso de la empresaria Wu Ying, cuya condena a muerte por
“recaudación de fondos fraudulenta” –delito que todavía acarrea la pena de muerte
en China– había sido confirmada en enero de 2012.

En Irán, cuatro hombres fueron condenados a muerte en julio de 2013 tras ser
declarados culpables de corrupción y de “perturbar el sistema económico del país”
por su participación en un fraude bancario masivo.

4. Oposición al gobierno

La profesora y activista sudanesa Jalila Khamis Koko fue detenida en marzo de


2012 y acusada formalmente en diciembre de, entre otras cosas, “socavar el
sistema constitucional” y “trabar una guerra contra el Estado”, delitos que
conllevan la pena capital con arreglo a la legislación de Sudán. En 2011, Jalila
Khamis Koko se había presentado voluntaria para dar apoyo humanitario a las
personas afectadas por el conflicto armado del estado sudanés de Kordofán del
Sur y había aparecido en un vídeo de Youtube denunciando las condiciones de las
zonas azotadas por el conflicto y pidiendo un alto el fuego. Tras ser absuelta de
estos cargos y condenada por un delito menor, quedó en libertad en enero de
2013.

En 2012, el Tribunal Supremo de Irán confirmó la condena a muerte impuesta a


Gholamreza Khosravi Savadjani por cargos de “enemistad con Dios” por sus
presuntos vínculos con la Organización Muyahidín del Pueblo de Irán, grupo de
oposición iraní prohibido. En un principio lo habían condenado únicamente a una
pena de prisión, y la condena a muerte sólo se impuso tras repetirse el juicio dos
veces.

5. Ofender o abandonar la religión

En Irán, el programador web Saeed Malekpour fue condenado a muerte en 2010


por “insultar y profanar el islam” después de que un paquete de software que
había desarrollado se hubiese usado sin su conocimiento para colgar imágenes
pornográficas en Internet. Según se tuvo noticia, su condena a muerte se
suspendió en diciembre, después de que Saeed Malekpour alcanzara un acuerdo
por el que se “arrepentía” de sus actos, afirmación que su familia niega.

El pasado mes de diciembre, el ciberactivista Raif Badawi fue procesado por


“apostasía” en Arabia Saudí por fundar un sitio web de debate político y social. El
cargo se retiró en 2013, pero el procesamiento pareció ser un intento de las
autoridades de intimidar a quienes intentan participar en debates abiertos.

Además de estos cinco delitos, existen otros muchos. En algunos Estados, incluso
beber alcohol puede llevar a una persona al corredor de la muerte.

En junio pasado, el Tribunal Supremo de Irán confirmó las condenas a muerte de


dos hombres declarados por tercera vez culpables de beber alcohol. No se tiene
constancia de que se hayan llevado a cabo en el país ejecuciones por este “delito”
–por el que raramente se impone la pena capital– en al menos 10 años.
Según fuentes no confirmadas, en Corea del Norte se ejecutó en octubre a un alto
cargo del Ministerio de Defensa por beber alcohol durante los 100 días de luto por
la muerte del líder Kim Jong-il.

13.- Consideraciones especiales de mujeres encinta, su aplicación a las mujeres a


la pena de muerte.

Por lo que se refiere a ellas, las disposiciones internacionales oscilan entre las que
imposibilitan la imposición de la pena capital y las que impiden su ejecución

14.- Métodos de ejecución de la pena de muerte en los tiempos antiguos y en la


época moderna, horca, decapitación, electrocución, gas mortífero, fusilamiento.

Ahorcado, bestias Escafismo


arrastrado y
Decapitación Estrangulamiento
descuartizado
Decapitación en el Euthanasia
Ahorcamiento
Islam Coaster
Aplastacabezas
Defenestración Fusilamiento
Aplastamiento
Descripciones Garrote vil
Aplastamiento por contemporáneas
Gota china
elefante cristianas de la
cruz de ejecución Guillotina
Asfixia por gas
romana
inerte Hoguera
Desentrañamiento
Cadalso Horca
Desmembramiento
Cámara de gas Inyección letal
Desollamiento
Caminar por el La rueda
tablón Doncella de hierro
Lapidación
Corbata Ejecución por arma
colombiana de fuego Ley de fugas

Crucifixión Empalamiento Medida con el eje

Crux simplex Emparedamiento Muerte en la


hoguera
Damnatio ad Entierro prematuro
Muerte por mil
cortes Pasar por la quilla
Pena de muerte Suicidio forzado
por ahogamiento
Sierra (instrumento Toro de Falaris
Pera de la angustia de tortura)
Tortuga (método
Picota (columna) Silla de hierro de tortura)
romana
Poena cullei Vuelo de la muerte
Silla eléctrica (método)
Pozo de serpientes
Staurós
Harakiri

15.- Tortura psíquica de los condenados a muerte y su asistencia religiosa.

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16.- La pena capital en España, ejecuciones arbitrarias, descuartizamiento de los


cadáveres de los ajusticiados.
 La pena de muerte fue abolida en el Código Penal republicano de 1932. Se
restableció el 11 de octubre de 1934 para delitos graves contra el orden público y
el Decreto-ley del 5 de julio de 1938 la introdujo de nuevo en la legislación penal
común española. En los años 1928, 1929 y 1930 no hubo ninguna condena a
muerte y hasta 1935 no se volvió a castigar el delito de asesinato con la pena de
muerte.
Las últimas penas de muerte en España, por motivos políticos, fueron el 27 de
septiembre de 1975, languideciente ya la dictadura. Juan Paredes Manot, Txiqui y
Angel Otaegui, miembros de ETA y José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto
Baena Alonso y Ramón García Sanz, militantes del FRAP, fueron fusilados por la
dictadura. 11 militantes antifranquistas más fueron indultados. Las cárceles
todavía estaban llenas de presos políticos. Un amplio movimiento popular nacional
e internacional luchaba por la amnistía y el fin de la dictadura fascista en España.
La Constitución de 1978 abolió la pena de muerte, manteniéndose en el Código de
Justicia Militar para tiempos de guerra. En 1983 España ratificó el II Protocolo de
las Naciones Unidas y el VI Protocolo europeo.

17.- Penas corporales, su historia, argumentos en favor de estas penas.

 Denomínase penas corporales aquellas que tienden a causar un sufrimiento o


dolor físico al condenado. De ellas no solamente se hicieron primitivos del derecho
penal.

En Roma era usual la flagelación (flagella) y la ley de las xii tablas establecía la
ruptura de miembros (membri ruptio). El derecho Canónico utilizó la fustigación y
los azotes, ya como pena, ya como penitencia.
Actualmente, en algunos países, se utilizan-casi exclusivamente los azotes- como
pena disciplinaria mantener el orden en las prisiones.

18.- Noción de las penas privativas de libertad

 Una pena privativa de libertad es la sanción penal que se impone al sujeto que ha
cometido un acto delictivo, declarado así por un tribunal a través de un proceso
público celebrado con todas las garantías, y que consiste en la privación del
derecho a la libertad en un lugar determinado durante el tiempo que se establezca
en la sentencia condenatoria, sometido a un específico régimen de vida

19.- Los derechos del recluso, humanidad y respeto.

1.- Los relacionados con la situación jurídica de los internos, por ejemplo:

 Derechos Humanos aplicables a detenidos dentro del término


Constitucional de 72 horas.

 Derechos Humanos aplicables a las personas procesadas.

 Derechos Humanos aplicables a las personas sentenciadas.

 Beneficios de reducción de la pena o “beneficios de libertad”.

 Derechos Humanos aplicables a enfermos mentales e inimputables.

 El lugar de cumplimiento de la pena.

 Excarcelaciones y traslados.

2.- Los que garantizan una estancia digna y segura en prisión, es decir, su
integridad física y moral, a saber:

 Derecho de audiencia con las autoridades de la prisión.

 Derecho a utilizar la lengua materna y a tener un traductor.

 Derecho a un trato digno y a una ubicación adecuada dentro de la prisión.

 Derecho a contar con instalaciones adecuadas para la vida cotidiana en


prisión.

 Derecho a obtener alimentos suficientes en calidad y en cantidad.


 Derecho a recibir atención médica psicológica y psiquiátrica dentro de la
prisión.

 Derecho a no ser torturado.

3.- Los que garantizan el desarrollo de actividades productivas y educativas como:

 Derecho al trabajo.

 Derecho a la capacitación.

 Derecho a la educación.

 Derecho al Deporte.

 Derecho al uso de los instrumentos necesarios para el desarrollo de


actividades productivas y educativas.

4.- Los que garantizan la vinculación social del interno, tales como:

 Recibir visitantes.

 Procedimientos de admisión y revisión de los visitantes.

 La visita familiar.

 La visita íntima.

 Derecho a la recreación.

 Derecho a practicar la propia religión.

 Derecho a la comunicación con el exterior.

5.- Los que garantizan el mantenimiento del orden y la aplicación de sanciones


son los siguientes:

 La vigilancia cotidiana a los internos.

 El pase de lista de internos.


 Revisiones de la persona y de las posesiones de los internos.

 Condiciones para la aplicación de sanciones dentro de la prisión.

 Procedimiento disciplinario.

 El aislamiento temporal como sanción administrativa

20.- Elementos fundamentales de todo régimen penitenciario.

  El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los


derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la
educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del
sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando
los beneficios que para él prevé la ley. Las mujeres compurgarán sus penas
en lugares separados de los destinados a los hombres para tal efecto. La
Federación y las entidades federativas podrán celebrar convenios para que
los sentenciados por delitos del ámbito de su competencia extingan las
penas en establecimientos penitenciarios dependientes de una jurisdicción
diversa.

21.- Primeras prisiones creadas con finalidad correccional, Inglaterra, Holanda, las
casas de corrección de Ámsterdam desde Roma hasta el siglo XVI.

  «Lugares donde retener a la persona acusada o culpable de haber


cometido un delito han existido siempre». En sus orígenes, la prisión sólo
cumplía la misión de «segregar socialmente, sin preocuparse por la suerte
del recluso». Simplemente se buscaba proporcionar sufrimiento, por lo que
la idea de «corrección» era todavía muy lejana. La influencia del
correccionalismo surgirá a mediados del s. XIX como consecuencia de la
aparición de los diversos sistemas penitenciarios, con el afán de «corregir»
a los penados, no de hacerles sufrir inhumana y deliberadamente, cometido
que a sus inicios sostenía la prisión.

 Con la idea de corregir a las personas y convertirlos en útiles ciudadanos


aparecieron las primeras «Casas de Corrección» en los siglos XVI y XVII.
Estos nuevos Establecimientos fueron lugares destinados a la reclusión de
hombres y mujeres, de manera que fue entonces cuando se empezó a
observar una clasificación según el sexo de los/as reclusos/as. Estas Casas
suponen el origen histórico de los centros penitenciarios que hoy en día
tenemos, siendo las primeras en aparecer las de Inglaterra, Holanda,
Alemania y Suiza. Podría señalarse como la más antigua e influyente de
todas ellas la denominada «House of Correction», ubicada en Bridewell
(Londres), inaugurada en 1552. Ésta era pensada para la corrección de
aquellos pobres que, siendo aptos para trabajar, se resistieron a ello . Años
después son especialmente reseñables los ejemplos de Ámsterdam –en
1596–, como primer Establecimiento correccional en suelo continental.
Como expone Von HENTIG, le «siguen otras ciudades, [como] Bremen en
1609, Lübeck en 1613, [o] Hamburgo en 1622» 

22.- Los sistemas penitenciarios norteamericanos, sistema Pensilvánico, de


Auburn.

  Construida entre los años de 1816 a 1821 la prisión de Auburn en el estado


de Nueva York, es mundialmente conocida porque en ella se gestó e
implantó un nuevo régimen penitenciario. El edificio constaba de dos
pabellones de 4 pisos situados frente a un patio central. Las celdas eran
interiores, espalda con espalda, daban a un estrecho corredor y los
ventanales exteriores del pabellón. Los dormitorios de piedra eran de
reducidas dimensiones, 1.80 mts. de largo; 1.20 mts. de ancho y 2.40 mts.
de alto y carecían de agua corriente. Por no tener ventanas propias, las
habitaciones eran oscuras y frías. Las puertas de fierro permanecían
siempre con la mirilla cerrada; la ventilación era deficiente. El régimen
pensilvánico que había sido aplicado con relativo éxito en la prisión de
Auburn hasta 1820, varía sustancialmente al hacerse cargo del
establecimiento el Alcaide o Keeper Elan Lynds, en 1821. En colaboración
con el arquitecto John Cray y el inspector de celdas Gershom Po·Ners,
Lynds abandonó por ineficaz el confinamiento solitario, base y fundamento
del método pensilvánico y creó un nuevo régimen que tuvo las siguientes
características. a) Aislamiento celular nocturno; b) Trabajo en común
durante el día; e) Regla del silencio absoluto. A diferencia del régimen
pensilvánico, Lynds pensaba que el preso sólo debía estar separado de los
demás, cuando no se encontrara en el comedor o en los talleres de trabajo.

23.- El sistema penitenciario progresivo.

 El capitán de la Real marina inglesa, Alexander Maconochie, creó en 1840


un régimen penitenciario progresivo en la lejana isla de Norfolk, Australia,
prisión insular destinada al confinamiento de condenados a la pena de
transportación. Coincidiendo con Montesinos, introdujo en la
reglamentación del penal un sistema que consistía en "medir la duración de
la pena por una suma de trabajo y de buena conducta impuesta al
condenado". Este control se ejercía, otorgándole un número de marcas o
vales. La buena conducta y el rendimiento se acumulaban en vales a favor;
la alimentación, multas por indisciplina, se computaban en contra. El
excedente servía para otorgar la libertad condicional. El régimen de
Maconochie o MARK SYSTEM, constaba de tres ciclos: 1er. período:
Aislamiento celular continuo, diurno y nocturno (Pensilvánico). 2do. período:
Aislamiento celular nocturno en celda, trabajo en común durante el día y
sujeción a la regla del silencio (Auburniano). 3er. período: Libertad
condicional. Una vez que el recluso hubiese acumulado el número de vales,
que la gravedad del delito cometido señalaba, se le otorgaba el boleto de
libertad (ticket of leave). Esta última etapa, es la precursora de la libertad
condicional actual institución que ha dado magníficos resultados. La
indeterminación de la pena posibilita acortar el cumplimiento de la condena
de acuerdo al comportamiento del reo en prisión. Relataba el mismo
Maconochie como se hizo cargo de la prisión de Norfolk: "Encontré la Isla
convertida en un infierno y la dejé transformada en una comunidad
ordenada y bien reglamentada". Sir Walter Crofton, fusionó los sistemas de
Montesinos y Maconochie, y perfeccionando la libertad intermedia
española, instituyó el régimen progresivo Irlandes.

24.- Arquitectura penitenciaria, primeros modelos, el panóptico de Bentham, la


penitenciaría de Filadelfia de Haviland, la prisión de Auburn

  La situación descrita continuó hasta que se comenzó a construir


instituciones especiales que sirvieran para recluir a los infractores, esto es,
establecimientos penales. Los respectivos proyectos necesariamente se
encontraban orientados por ideas bastante definidas, que eran las que
imperaban en los años en los que eran elaborados. Recién en el siglo XVIII
se proyectaron y construyeron prisiones, con una orientación determinada.
Sin embargo, con anterioridad se constatan algunos atisbos de arquitectura
carcelaria, aunque no fueron sino meras excepciones. En estos atisbos de
arquitectura carcelaria se nota una nueva modalidad, ya que las cárceles se
encuentran diseñadas con una orientación más definida y el propósito de la
edificación es que sirva de prisión. Sin embargo, en estos presidios siguen
prevaleciendo regímenes inhumanos, al igual que en la antigua institución.
En 1593, es decir, ya a finales del siglo xv, los protestantes de Amsterdam
mandaron levantar una prisión para mujeres, a las que se sometía a un
régimen de prácticas religiosas y de trabajo. Transcurrido más de un siglo
de la construcción de esta institución, en 1703, el Papa Clemente XI decidió
modernizar y reconstruir el Hospicio de San Michelle, en Roma,
dedicándose a servir de prisión para jóvenes delincuentes. Las nuevas
construcciones fueron inauguradas en 1704. Es conveniente señalar que en
esta cárcel se usó el sistema celular. Las celdas eran muy pequeñas y de
éstas eran sacados todos los días a un patio central, en donde los reclusos
debían trabajar encadenados de un pie y guardando estricto silencio.
Posteriormente, este régimen fue atemperado, pero el silencio absoluto
continuó siendo obligatorio. Las celdas de este presidio para jóvenes
menores de 20 años tenían como característica de tipo externo una ventana
en cada una que se abría hacia un patio, modelo que predomina hoy en las
cárceles modernas. Es de mencionar, asimismo, otra presión que
igualmente adoptó el sistema celular y que fue terminada en 1778: la Casa
Correccional de Milán. Cada celda tenía dos ventanas. Una daba hacia
afuera y era bastante grande para esa época. La otra era más pequeña y
enfrentaba el gran patio de la prisión. Constaba de tres pisos, hallándose
los talleres en el primero. Como en las otras cárceles se sometía a los
reclusos a un régimen interno estricto. En esta época continuaron
predominando las antiguas prisiones. Sólo cesó esta situación en 1773, año
en que se construye la Prisión de Gante, Bélgica; presidio que presentó una
arquitectura más adelantada. Es por este motivo que se estima que sólo
entonces nació una arquitectura penitenciaria técnica. Sin embargo. siguió
aplicándose en casi todos los establecimientos de nuevo tipo el régimen de
estricto silencio y confinamiento solitario, por lo cual la prisión no dejó su
característica inhumana.

25.- Arquitectura penitenciaria, nuevos modelos de prisiones, celdas y otros


locales.

  En el campo de la arquitectura carcelaria se ha producido una perenne


lucha entre antiguas concepciones y otras nuevas; felizmente, las últimas
siempre han salido vencedoras, aunque con una desesperante lentitud. Así,
con alguna tardanza la arquitectura penitenciaria ha perdido, en gran parte,
su anticuada rotundidad, su inclinación a conceder excepcional importancia
a la seguridad, sus inconvenientes ideas de gigantismo, etc. Dentro de lo
factible, se ha humanizado y tecnificado. Por ejemplo, tiende a perderse la
vieja costumbre de construirse establecimientos grandes y cerrados,
reemplazandolos de acuerdo a concepciones más evolucionadas.
Igualmente, en las cárceles modernas va desapareciendo la celda enrejada
por el frente y plenamente visible desde afuera, que colocaba al recluso
como fiera enjaulada, dificultando la adaptación individual y social del
infractor. Esta evolución positiva se ha debido a la diferente concepción que
ahora se posee de la función de la cárcel. Va desapareciendo la idea de
que los presos debían forzosamente adaptarse a la prisión, fuera del tipo
que se prefiriera. Actualmente se tiende a proyectar y construir prisiones
contemplando los requerimientos de los propios internos. Es así como las
cárceles se adaptan a cada grupo de reclusos que habrán de alojarse en
éstas, única manera de conseguir que se apliquen buenos sistemas de
tratamiento individualizado. Ha sido descartado, por tanto, el tipo único de
cárcel. En muchos países se tiende a la diversificación de los presidios,
para que cada categoría de reclusos sea tratada en una determinada
prisión, de acuerdo a concepciones modernas. De lo que se infiere que el
arquitecto deberá conocer previamente a qué categoría de internos se
destinará la institución que proyecta y construye.

26.- Prisiones de seguridad máxima, media y mínima, prisiones abiertas, su


esencia y caracteres, ventajas e inconvenientes de estas instituciones.

 Las prisiones de máxima seguridad fueron creadas como excusa de la Lucha al


crimen organizado y el terrorismo, surgieron en Europa, Estados Unidos y en
América Latina. El proyecto carcelario denominado cárceles De máxima
seguridad, niega con ello las teorías de la prevención especial Negativa, que
buscan la neutralización, la incapacitación del interno y la Consolidación del
excluyentismo dentro del derecho penal.

Una prisión abierta es cualquier cárcel en la que se confía que los presos cumplan
sus sentencias con una supervisión mínima y seguridad perimetral y, a menudo,
no están encerrados en sus celdas. A los presos se les puede permitir tomar un
empleo mientras cumplen su condena.
27.- El trabajo penitenciario, su historia y finalidad

El trabajo penitenciario es un eje fundamental para lograr la reinserción social de


las personas privadas de la libertad. No sólo nuestra Constitución así lo dispone,
sino que diversos ordenamientos de carácter local e internacional obligan al
Estado Mexicano a asumir el compromiso de incorporar a dichas personas a la
vida productiva.

El trabajo, cuando se realiza bajo una perspectiva de derechos humanos, además


de dignificar, ejerce una función de terapia ocupacional; crea ventajas y
satisfacciones de orden económico, moral, psíquico y social; y proporciona hábitos
que contribuyen al fin último de la reinserción social, fundamental para reducir los
índices de reincidencia y delincuencia.

Es indudable que, si bien las penas privativas de la libertad imponen la restricción


de ciertos derechos –como el de la libertad personal o los derechos políticos- lo
cierto es que el encarcelamiento no supone la suspensión de la totalidad de
derechos. Entre aquellos que se conservan se encuentra, precisamente, el
derecho al trabajo digno y remunerado.

28.- Derecho del estado de imponer al recluso el trabajo penal.

 El trabajo penitenciario es un eje fundamental para lograr la reinserción


social de las personas privadas de la libertad. No sólo nuestra Constitución así lo
dispone, sino que diversos ordenamientos de carácter local e internacional obligan
al Estado Mexicano a asumir el compromiso de incorporar a dichas personas a la
vida productiva.

El trabajo, cuando se realiza bajo una perspectiva de derechos humanos, además


de dignificar, ejerce una función de terapia ocupacional; crea ventajas y
satisfacciones de orden económico, moral, psíquico y social; y proporciona hábitos
que contribuyen al fin último de la reinserción social, fundamental para reducir
los índices de reincidencia y delincuencia.

Es indudable que, si bien las penas privativas de la libertad imponen la restricción


de ciertos derechos –como el de la libertad personal o los derechos políticos- lo
cierto es que el encarcelamiento no supone la suspensión de la totalidad de
derechos. Entre aquellos que se conservan se encuentra, precisamente, el
derecho al trabajo digno y remunerado.

Sin embargo, las actividades laborales que se realizan en nuestras cárceles –


cuando las hay- suelen ser sinónimo de explotación y mano de obra barata. Dadas
las características especiales en las que se desarrollan, su reglamentación y
organización requiere del análisis puntual de aspectos aún pendientes de normar,
pues su ausencia permite la existencia de prácticas violatorias a derechos
humanos.

La duración de la relación laboral; las condiciones de trabajo; el acceso a


prestaciones y servicios de seguridad social; la administración de las ganancias o
salarios; los mecanismos de participación del sector privado, son tan sólo algunas
de las cuestiones pendientes de analizar con profundidad por parte de la
autoridad, a fin de dar cumplimiento a la propia Ley Nacional de Ejecución Penal.

29.-Trabajo de enfermos mentales, de afectos de enfermedades físicas etc.

Cualquier plan para la atención de las personas privadas de libertad con trastornos
mentales debe pasar por asumir las tres premisas siguientes:
 A. La persona privada de libertad mantiene su derecho a la salud, como el
resto de la población general.
 B. El enfermo mental no debe sufrir ninguna discriminación con respecto al
resto de los enfermos (lo que no siempre es asumido por los responsables
de las prisiones o los médicos de las mismas; y no es infrecuente que se
nieguen a tratar enfermos mentales y tiendan a trasladarlos rápidamente a
un hospital psiquiátrico, sobre todo si hay uno penitenciario).
 C. El Sistema Nacional de Salud de cada país debe implicarse plenamente
en la atención a los problemas sanitarios de los presos, y concretamente la
atención a sus problemas de salud mental, de la misma manera que lo hace
con el resto de su población (en caso contrario, los enfermos presos y el
personal sanitario de las prisiones se encuentran doblemente aislados y por
tanto con menos posibilidades de afrontar con éxito los problemas que se
plantean y, sobre todo, de encontrar soluciones a largo plazo.
 Aunque parezca obvio, ello supone que toda la normativa que existe en
leyes nacionales sanitarias o penitenciarias y reglamentos específicos,
incluyendo las leyes penales, deben hacer alusión expresa a estos
principios y ser revisadas no solo para facilitar su cumplimiento, sino
también para suprimir cualquier obstáculo que suponga una discriminación
con respecto a la población general o a los enfermos de las restantes
patologías. Hay leyes penales que consideran aún, que durante el tiempo
en que un interno sufra una enfermedad psiquiátrica, queda suspendida su
pena, que tendrá que terminar de cumplir una vez recuperada "la razón", lo
que, entre otras cosas -caso de una demencia SIDA-puede suponer la
condena indefinida.
30.-Clases de trabajo penal, sistemas de su explotación.
 Las actividades laborales que se realizan en nuestras cárceles –cuando las
hay- suelen ser sinónimo de explotación y mano de obra barata. Dadas las
características especiales en las que se desarrollan, su reglamentación y
organización requiere del análisis puntual de aspectos aún pendientes de
normar, pues su ausencia permite la existencia de prácticas violatorias a
derechos humanos.
 La duración de la relación laboral; las condiciones de trabajo; el acceso a
prestaciones y servicios de seguridad social; la administración de las
ganancias o salarios; los mecanismos de participación del sector privado,
son tan sólo algunas de las cuestiones pendientes de analizar con
profundidad por parte de la autoridad, a fin de dar cumplimiento a la propia
Ley Nacional de Ejecución Penal.
 A la fecha, esto no ha sido resuelto en la reglamentación, mucho menos en
la práctica. Las personas privadas de la libertad –aunque realizan un
trabajo bajo el mismo esquema que cualquier otro en libertad- no cuentan
con ningún tipo de prestación laboral ni de seguridad social. No existen
oportunidades suficientes para que todas las personas interesadas puedan
acceder a un empleo. Las actividades laborales que sí existen, en su
mayoría son mal pagadas o pagadas con meses de retraso, con horarios
que exceden el límite de la jornada laboral, en condiciones poco higiénicas
o riesgosas para la salud.
 Algunos estados ni siquiera reconocen la existencia de relaciones laborales
en los Convenios que celebren con empresas o “socios industriales”, pues
se cobijan bajo la figura de “becarios” o “actividades de laborterapia”.

31.- Remuneración del trabajo penal, destino del producto del trabajo.

  No obstante lo anterior, el acceso a la seguridad social es un elemento que


no se actualiza ya sea por falta de difusión o la falta de petición de las
personas a ser beneficiados por ese derecho. El trabajo penitenciario
presenta diversos desafíos, su implementación está enfocada al logro de la
reinserción social de la persona privada de la libertad; a la activación de
habilidades para su posterior reinserción al interno de la sociedad; al
contexto terapéutico del trabajo y la incidencia dentro de la disciplina de la
institución carcelaria. Adicionalmente conlleva las condiciones del
desempeño amparado por el derecho laboral y su distinción respecto de
otras figuras jurídicas para evitar abusos y situaciones de extrema
vulnerabilidad en la comunidad penitenciaria. El trabajo tiene un concepto
de no obligatoriedad en la Ley Nacional de Ejecución Penal, una persona
privada de la libertad decide si quiere trabajar o no en los reclusorios. Los
trabajos desempeñados al interior de las cárceles pueden ser encargados
por la autoridad penitenciaria; por una empresa privada o incluso por otros
reclusos. El trabajo penitenciario, sin embargo, en todas sus
representaciones, requiere el amparo de un ordenamiento para las diversas
formas existentes.
 Las prestaciones laborales, como son seguridad social, pensión y
jubilación, deberían aplicarse en primera instancia, para toda la población
penitenciaria que trabaje en los penales. Los privados de la libertad
deberían tener acceso a prestaciones como el Seguro Social a través de las
cuales se beneficiara a sus hijos y familia; sería ideal ampliar los tipos de
trabajo ofertados para hacerlos más acordes con la realidad laboral de los
diferentes mercados externos intensificando a su vez los acuerdos y apoyos
con las empresas que operan en las cárceles para ofrecer mejores
oportunidades de empleo a los privados de la libertad.

32.-Duración de la jornada de trabajo, seguros sociales, accidentes de trabajo.

  El Estado mexicano ha desamparado los derechos laborales que asisten a


las personas privadas de la libertad que trabajan en los centros estatales
penitenciarios femeninos y masculinos del país, los cuales albergan un total
de 111 mil 214 hombres y mujeres, integrantes de la comunidad
penitenciaria trabajadora dentro de los centros de reinserción social estatal.
Los esquemas jornaleros prevalecientes en los centros de reinserción social
de México, no ofrecen las mínimas prestaciones de ley y de seguridad
social a las personas privadas de la libertad y, se han instituido, en
sistemas practicados y reproducidos en los 274 penales estatales con los
que cuenta el país. Esta realidad, no difiere de lo que a lo largo del territorio
nacional se vive dentro de los centros penitenciarios estatales, en donde los
penales de México, la seguridad social, pensiones y jubilaciones son
inexistentes

33.- Régimen disciplinario, su necesidad, su progresiva atenuación.


Este se integra tanto por la Ley que establece las Normas Mínimas sobre
Readaptación Social de Sentenciados, reglamentaria del artículo 18 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por
el Reglamento de los Centros Federales de Readaptación Social. En la exposición
de motivos de la mencionada Ley de normas mínimas,  el entonces presidente de
la República Luis Echeverría Álvarez, en cuanto al régimen disciplinario de los
reclusos se refiere, señaló:
No existe razón para que los reclusos queden sustraídos a la protección precisa
de las leyes y de los reglamentos en cuanto al régimen de disciplina. En
consecuencia, se determina que tanto las infracciones como las correcciones
disciplinarias, que en ningún caso deben ser producto de la arbitrariedad, queden
puntualmente consignadas en los reglamentos carcelarios. 
La Ley de normas mínimas se publicó en el Diario Oficial de la Federación de 19
de mayo de 1971. Se compone de 18 artículos divididos en los siguientes seis
capítulos: I. Finalidades, II. Personal, III. Sistema, IV. Asistencia a liberados, V.
Remisión parcial de la pena y VI. Normas instrumentales. Por disposición expresa
del artículo 13 "en el reglamento interior del reclusorio se harán constar, clara y
terminantemente, las infracciones y las correcciones disciplinarias, así como los
hechos y las medidas de estímulo".
Sin embargo, el mandato del legislador no se atendió expeditamente, sino que
esto ocurrió casi veinte años después, cuando el entonces presidente de la
Nación, Carlos Salinas de Gortari, expidió el Reglamento de los Centros Federales
de Readaptación Social, publicado en el mencionado órgano de difusión oficial de
30 de agosto de 1991. El reglamento está compuesto, sin contar las disposiciones
transitorias, de 129 artículos distribuidos en once capítulos como sigue: I.
Disposiciones generales, II. Del ingreso y egreso de internos, III. Del tratamiento
progresivo y técnico, IV. De las visitas, V. De los servicios médicos, VI. De las
autoridades, VII. Del Consejo Técnico Interdisciplinario, VIII. De los servicios
técnicos, IX. Del personal, X. Del régimen interior y XI. De las correcciones
disciplinarias.

34.- Asistencia médica, estado sanitario de las antiguas prisiones, enfermedades


frecuentes entre los reclusos.

 La asistencia sanitaria, al menos la equivalente a la existente en la


comunidad, debe estar disponible de forma gratuita para todas las personas
detenidas. El servicio de salud debe ocuparse de la prevención de
enfermedades y la promoción de la salud, así como del tratamiento de los
trastornos mentales y psíquicos. El primer contacto con el servicio de salud
debe ser un examen médico inicial que tiene lugar dentro de las primeras
48 horas de ingreso a la prisión. El examen médico debe documentar
cualquier enfermedad existente, de modo que pueda haber una continuidad
en el tratamiento, identificar otras enfermedades que necesitan ser tratadas,
y proporcionar información a todas las personas detenidas de nuevo
ingreso sobre la función y el acceso a los servicios de salud.
 Dado que las cárceles son entornos cerrados, el personal y los centros de
salud deben estar situados dentro del perímetro de la prisión de modo que
sean de fácil acceso en todo momento del día y de la noche. El servicio de
atención sanitaria debe integrarse en el servicio nacional de salud para que
las políticas, programas y protocolos nacionales de salud, sean aplicados
por igual en las cárceles. En particular, los programas para la prevención,
tratamiento y atención del VIH, la tuberculosis y problemas de salud mental
deben integrarse en las cárceles. El personal de salud penitenciaria debe
informar al Ministerio de Salud con el fin de mantener la independencia
clínica y ética.
 Las personas detenidas deben tener acceso a los servicios de salud para
recibir atención sobre enfermedades agudas y accidentes, incluyendo el
seguimiento de casos y enfermedades crónicas. Es necesario que las y los
detenidos tengan la posibilidad de acercarse directamente al personal de
salud para solicitar una cita, evitando que el personal penitenciario u otras
personas detenidas interfieran con el acceso. Todas las consultas deben
ser de carácter confidencial, sin la presencia de guardias y registradas en el
expediente médico el cual estará debidamente resguardado en la clínica de
salud. Una reserva de medicamentos esenciales debe ser almacenada en
la prisión, y conservada en una farmacia central.
  
 Centros médicos
 Cada prisión debe tener un servicio de atención médica, por lo menos
equivalente al existente en la comunidad, al que cualquier persona detenida
pueda acceder de forma gratuita, sin discriminación. El rol del servicio de
atención médica no debe ser simplemente el de curar, sino también el de
prevenir, tratar y atender las enfermedades físicas y mentales, así como
promover la salud entre la población reclusa. Las instalaciones, equipos y
suministros médicos deben ser adecuados para proporcionar estos
servicios de salud en función del volumen de la población penitenciaria.
Debido a la configuración cerrada de las prisiones, debe haber
instalaciones de emergencia disponibles en el lugar y el personal debe ser
formado y actualizado de manera periódica en su uso.
 El personal de atención sanitaria
 El número y la especialidad del personal sanitario disponible dependerá del
tamaño de la prisión, pero como mínimo debe haber un médico general y el
personal de enfermería suficiente para satisfacer las necesidades diarias.
Un o una psiquiatra, psicólogo o psicóloga y personal de enfermería con
formación en atención psiquiátrica también deben estar disponibles en una
proporción relacionada con el volumen de la población penitenciaria. Una
vez más, su papel no debe limitarse simplemente al tratamiento de los
trastornos mentales, sino que debe incluir la promoción del bienestar mental
de las personas detenidas y del personal, la prevención de las autolesiones
y el suicidio, así como todas las formas de violencia física o violencia
psicológica, tales como la intimidación. Los servicios dentales básicos
también deben estar disponibles dentro de la prisión con una frecuencia
que dependerá de la población penitenciaria.
 Políticas de atención sanitaria
 Históricamente, la mayoría de los servicios de atención sanitaria
penitenciarios han operado de forma aislada respecto a los servicios de
salud de las comunidades alrededor. Mientras que en muchos países existe
un aumento de los esfuerzos para que el servicio de atención médica de las
prisiones trabaje en estrecha coordinación con el sistema nacional de salud
pública, ahora hay movimientos que impulsan la plena integración de los
servicios de salud de las penitenciarías en el servicio de salud pública. El
objetivo es asegurar que las políticas, los programas y las normas de salud
nacionales se apliquen por igual en las cárceles, y que el personal de salud
en las prisiones tenga el mismo nivel de formación y el apoyo y acceso a
las instalaciones como sus colegas que trabajan en las estructuras de salud
pública en la comunidad. En particular, deben aplicarse dentro de las
cárceles las políticas y los programas nacionales dedicados a las
enfermedades específicas, que son más frecuentes en las prisiones
especialmente las relativas al VIH-SIDA, la tuberculosis, las enfermedades
de transmisión sanguínea como la hepatitis y los trastornos mentales.
 Principios de la atención sanitaria
 Equivalencia y equidad en la atención sanitaria prisión
 El servicio de salud en prisión debe, como mínimo, trabajar en estrecha
coordinación con el servicio nacional de salud. Como parte de la protección
y la promoción de la salud de las personas detenidas, el servicio de
atención médica de la prisión debe facilitar la continuidad de la atención y el
ajuste psicológico entre la comunidad y la prisión y luego de vuelta a la
comunidad. Lo ideal sería que el servicio de salud de la penitenciaría se
integrase en el servicio nacional de salud a fin de garantizar que la
asistencia sanitaria en las prisiones sea al menos equivalente al de la
comunidad. La equivalencia significa que las personas detenidas reciben al
menos el mismo nivel de atención sanitaria que en la comunidad. De esta
manera, las políticas, los programas y protocolos nacionales de salud se
aplicarán igualmente tanto en las prisiones como en la comunidad.
 Sin embargo, dado que la población penitenciaria se compone
generalmente de personas marginadas y vulnerables que enfrentan
mayores riesgos de enfermedades físicas y trastornos mentales, de sufrir
violencia física y sexual, y toxicomanía entre otras cosas, la población
penitenciaria a menudo tiene mayores necesidades sanitarias. Por lo tanto,
ocurre generalmente que las cárceles requieren de una mayor atención al
cuidado de la salud, y se necesita derivar los recursos allá donde los
problemas son mayores. Esto se denomina equidad de la asistencia
sanitaria. Abordar estas necesidades de salud no sólo protege a las
personas detenidas y al personal penitenciario, sino que también protege a
la comunidad. Haciendo caso omiso de estas personas se obstaculiza la
lucha para prevenir la propagación del VIH, la hepatitis y otras infecciones
transmitidas por la sangre, así como los problemas derivados de la
tuberculosis y la salud mental en la comunidad, además de contribuir a la
reducción de la reincidencia.
 La no discriminación en la atención sanitaria en prisión
 El cuidado de la salud en las prisiones debe ser proporcionado de forma
gratuita y sin discriminación. Todas las personas detenidas, ya sea se
encuentren en prisión preventiva o sentenciadas, tienen derecho a la
atención médica gratuita. Las necesidades de salud específicas de algunos
grupos, como las mujeres, la infancia, víctimas de la violencia, las personas
con alguna discapacidad y las personas LGBTI detenidas deben tenerse en
cuenta.
 Consentimiento, confidencialidad y autonomía del o la paciente
 Las personas detenidas se reservan el derecho a la autonomía en
cuestiones relacionadas con su propia salud. Es decir, que tienen el
derecho de tomar decisiones informadas sobre su salud, de proporcionar su
consentimiento informado y de no ser tratadas en contra de su voluntad,
incluyendo por la fuerza. Las personas detenidas mantienen su derecho a
la confidencialidad de la atención sanitaria que reciben. El acceso al
servicio sanitario, consultas y tratamientos deben permanecer
confidenciales. Así, la persona debe tener la posibilidad de ponerse en
contacto con el servicio de salud directamente para solicitar una visita, y las
consultas y el tratamiento deben llevarse a cabo sin la presencia del
personal de la prisión. De igual manera que en la comunidad, un expediente
médico individual confidencial debe abrirse para cada persona detenida, y
ser guardado en el centro de salud, siendo únicamente accesible al
personal sanitario.
  
 El acceso a la asistencia sanitaria
 Dado a que las cárceles son entornos cerrados, el acceso a los servicios de
salud debe ser de fácil acceso dentro de la prisión. El médico o médica y el
resto del personal sanitario deben estar disponibles a diario para visitar a
las personas detenidas con enfermedades agudas y crónicas o para
realizar el seguimiento de los casos. Alguien del personal sanitario también
debe estar en servicio durante la noche para responder con urgencia a
emergencias médicas y accidentes. Las visitas de un servicio de
psiquiatría/psicología y de un o una dentista deben estar en concordancia
con el volumen y las necesidades de la población penitenciaria. Las
personas detenidas deben tener acceso directo al personal sanitario para
informar de su deseo de ser visitadas en la clínica. Esto puede hacerse a
través del servicio de enfermería que recorre las secciones diariamente, o
dando la persona detenida su nombre directamente a la clínica. El acceso
al servicio sanitario no debe ser filtrado por el funcionariado de prisiones u
otras personas detenidas ya que esto crea barreras en el acceso e
interfiere, además, con la confidencialidad médica.
 Las consultas médicas deben ser confidenciales entre el o la paciente y el
personal sanitario. Nadie más del personal penitenciario debería estar
presente, salvo, excepcionalmente, cuando exista un riesgo de seguridad
reconocido, e incluso entonces, el personal debe estar fuera del alcance de
escuchar de la consulta. Incluso si se utilizan sistemas de sujeción para
trasladar a las personas detenidas a la clínica, estos no deben utilizarse
durante la consulta, ya que interfieren con la confianza médico/a-paciente y
con los exámenes médicos pertinentes.
 La prisión debe tener un stock adecuado de medicamentos para
proporcionar tratamiento gratuito para las enfermedades más comunes.
Debe existir una lista estándar de medicamentos, como en los centros de
atención primaria en la comunidad. Las personas detenidas deben recibir el
tratamiento equivalente al de la comunidad y no deberían tener que pagar
por este tratamiento. Deben implementarse procedimientos estándar para
pedir y recibir el suministro de medicamentos a partir de un almacén central
de farmacia para que nunca haya desabasto en el stock.
 Remisión a los centros de salud de la comunidad
 Cuando las consultas con especialistas, estudios médicos o tratamientos no
estén disponibles en la prisión, debe haber disposiciones para la remisión
de las y los pacientes de la prisión a los hospitales o clínicas locales. La
independencia clínica del personal de salud implica que las consideraciones
de seguridad no deben interferir en las decisiones de estas remisiones.
Aquellas personas detenidas que ingresen en hospitales del exterior, no
deben estar sujetas a sus camas, sin embargo, se deben tomar medidas
para asegurar la habitación. En ciertos contextos, se pueden hacer
gestiones para que los y las especialistas dirijan clínicas satélites, e incluso
lleven a cabo algunos estudios médicos, dentro de la prisión. Deben  existir
también acuerdos y protocolos para la evacuación urgente de emergencias
médicas al hospital más cercano siempre que sea necesario.
 El reconocimiento médico en el momento de ingreso
 Todas las personas que ingresan en prisión, incluidas las transferidas
desde otros lugares de detención, deben pasar un examen médico inicial
poco después del momento de la admisión, por lo general en un plazo
máximo de 48 horas. El objetivo de la asistencia es garantizar la
continuidad en la atención de cualquier enfermedad para la cual la persona
ya siga un tratamiento, detectar cualquier enfermedad física o mental no
diagnosticada, incluyendo riesgos de autolesión o suicidio, e informar a la
persona detenida de los servicios de salud disponibles y del acceso a los
mismos. También forma parte de las obligaciones del personal sanitario la
detección de cualquier signo o síntoma de tortura y otros malos tratos,
incluida la violencia sexual, incluso si la persona detenida no los indica, y
documentar y reportar estos casos a través  de canales independientes y
confidenciales.
 La evaluación inicial puede ser realizada por el servicio de enfermería,
siempre y cuando la persona detenida sea más tarde atendida por el
médico o médica. Un expediente médico individual y confidencial debe
abrirse para cada nuevo ingreso y debe ser guardado de forma segura en el
centro de salud. Exámenes algo más profundos, como los de detección de
infecciones de transmisión sexual, hepatitis y otras infecciones transmitidas
por la sangre pueden realizarse más tarde, cuando hay más tiempo para
explicar las cuestiones de salud a la persona detenida.
 Las personas detenidas con dependencia a las drogas o alcohol deben
recibir tratamiento de acuerdo con las políticas y los programas nacionales
disponibles en la comunidad. De acuerdo con las últimas orientaciones de
las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, un paquete
integral de intervenciones para la prevención, el tratamiento y el cuidado del
VIH debe ser introducido en las cárceles, incluyendo la oferta a todas las
personas detenidas que se presten voluntariamente, de  asesoramiento y
realización de pruebas del VIH, cada vez que estén en contacto con los
servicios sanitarios. Las personas detenidas que se sabe  tienen VIH deben
ser revisadas regularmente para detectar la tuberculosis, ya que es una de
las principales enfermedades que afectan a las personas con VIH.
 Promoción de la salud y prevención de enfermedades
 El personal sanitario de la prisión tiene la responsabilidad adicional de
asegurar que el entorno de la prisión en lo que respecta a la higiene,
saneamiento, abastecimiento de agua, iluminación y ventilación, así como
la comida, no son perjudiciales para la salud de las personas detenidas. Así
pues, se deben inspeccionar regularmente las instalaciones, en particular,
las sanitarias, y de alimentación, incluyendo las cocinas, y hacer las
recomendaciones necesarias para su mejora a la administración de la
prisión.
 Hay numerosos factores que contribuyen a una prevalencia más alta y una
mayor incidencia (nuevos casos) de ciertas enfermedades y problemas de
salud en las cárceles. La población penitenciaria incluye muchos grupos en
situación de vulnerabilidad, incluidas las víctimas de abusos físicos y
sexuales, dependientes de drogas inyectables, del alcohol y personas con
problemas de salud mental. Esto, junto con las condiciones de detención
que pueden incluir el hacinamiento, la falta de higiene, el saneamiento y la
ventilación, la mala nutrición, la violencia entre las personas detenidas y
comportamientos de riesgo tales como la inyección de drogas, los tatuajes y
también los contactos sexuales, facilita que las enfermedades como el VIH,
la hepatitis B y C, enfermedades de transmisión sexual y la tuberculosis
sean más comunes en las cárceles. Muchos de estos factores también
pueden contribuir a un aumento en el número de casos de problemas en la
salud mental, y a actos de autolesión y suicidio, sobre todo en el caso de
personas de nuevo ingreso quienes son especialmente vulnerables.
 Los servicios sanitarios, junto con la administración de la prisión y el
Ministerio de Salud, tienen la responsabilidad de garantizar que, en
particular los programas nacionales contra la tuberculosis y el VIH-SIDA se
incluyan en el cuidado de la salud de la prisión. En situaciones en las que la
tuberculosis sea reconocida como un problema, el personal sanitario puede
realizar una búsqueda activa de casos, examinando directamente a la
población penitenciaria y al personal con el fin de identificar, aislar y tratar
médicamente los casos encontrados. También tendrán que ser llevadas a
cabo campañas de educación e información para aumentar la
sensibilización, tanto de las personas detenidas como del personal
penitenciario, de los riesgos y de la disponibilidad de tratamiento.
 La propagación del VIH entre la población penitenciaria requiere una acción
específica, y sin embargo, en muchos países se presta poca atención a
esta cuestión. Los países deben implementar el paquete integral de
intervenciones para prisiones recomendado por la ONU y la OMS, que
incluye el acceso a las pruebas voluntarias, cambio de jeringuillas y agujas,
suministro de preservativos, tratamientos de drogodependencias, etc.
 En consonancia con un enfoque de salud pública para prisiones, el personal
sanitario debe también asegurar que las políticas y programas para la
protección y promoción de la salud mental y física se incluyen en las
cárceles. Por ejemplo, programas para mejorar las actitudes hacia la
nutrición y el ejercicio, para dejar de fumar, contra la intimidación, la
identificación y el tratamiento de las víctimas de violencia física y
psicológica, incluida la violencia sexual y doméstica.
 Si no existiese, el servicio penitenciario debe establecer un sistema de
información sanitaria para la recogida de datos epidemiológicos sobre la
salud en las cárceles. La base del sistema es el mantenimiento de los
historiales médicos individuales en forma conjunta con la recolección 
sistemática de datos sobre la salud, tales como los tipos y el número de
casos de enfermedades específicas, las muertes en custodia, y un registro
de los tipos y cantidades de medicamentos prescritos. Los datos deben
recogerse en el mismo formato que los datos epidemiológicos nacionales
de recolección y se pueden utilizar para ayudar en el cálculo del
presupuesto de salud y el mantenimiento del stock en la farmacia central y
de la prisión.

35.- Servicio médico en las prisiones, el médico de la prisión, el traslado de


enfermos a hospitales no penitenciarios.

RESPUESTA ANTERIOOOOOOR

36.- Higiene de las prisiones y de los reclusos, servicio psiquiátrico, terapéutica del
grupo, alimentación y vestuario.

HIGIENE

Las instalaciones sanitarias deberán ser adecuadas para que el recluso pueda
satisfacer sus necesidades naturales en el momento oportuno, en forma aseada y
decente.

Las instalaciones de baño y de ducha deberán ser adecuadas para que cada
recluso pueda y sea requerido a tomar un baño o ducha a una temperatura
adaptada al clima y con la frecuencia que requiera la higiene general según la
estación y la región geográfica, pero por lo menos una vez a la semana en clima
templado.

Todos los locales frecuentados regularmente por los reclusos deberán ser
mantenidos en debido estado y limpios.

Se exigirá de los reclusos aseo personal y a tal efecto dispondrán de agua y de los
artículos de aseo indispensables para su salud y limpieza.
Se facilitará a los reclusos medios para el cuidado del cabello y de la barba, a fin
de que se presenten de un modo correcto y conserven el respeto de sí mismos;
los hombres deberán poder afeitarse con regularidad.

PSIQUIATRÍA

RECLUSOS ALIENADOS Y ENFERMOS MENTALES 82. (1) Los alienados no


deberán ser recluidos en prisiones. Se tomarán disposiciones para trasladarlos 10
antes posible a establecimientos para enfermos mentales. (2) Los reclusos que
sufran otras enfermedades o anormalidades mentales deberán ser observados y
tratados en instituciones especializadas dirigidas por médicos. (3) Durante su
permanencia en la prisión, dichos reclusos estarán bajo la vigilancia especial de
un médico. (4) El servicio médico o psiquiátrico de los establecimientos
penitenciarios deberá asegurar el tratamiento psiquiátrico de todos los demás
reclusos que necesiten dicho tratamiento. 83. Convendrá que se tomen
disposiciones, de acuerdo con los organismos competentes, para que, en caso
necesario, se continúe en tratamiento psiquiátrico después de la liberación y se
asegure una asistencia social postpenitenciaria de carácter psiquiátrico.

TERAPIA GRUPAL

En el marco de una medida no privativa de la libertad determinada, cuando


corresponda, se establecerán diversos sistemas, por ejemplo, ayuda psicosocial
individualizada, terapia de grupo, programas residenciales y tratamiento
especializado de distintas categorías de delincuentes, para atender a sus
necesidades de manera más eficaz.

El tratamiento deberá ser dirigido por profesionales con adecuada formación y


experiencia práctica.

Cuando se decida que el tratamiento es necesario, se hará todo lo posible por


comprender los antecedentes, la personalidad, las aptitudes, la inteligencia y los
valores del delincuente, y especialmente las circunstancias que lo llevaron a la
comisión del delito.
La autoridad competente podrá participar a la comunidad y a los sistemas de
apoyo social en la aplicación de las medidas no privativas de la libertad.

El número de casos asignados se mantendrá, en lo posible, dentro de límites


compatibles con la aplicación eficaz de los programas de tratamiento.

La autoridad competente abrirá y mantendrá un expediente para cada delincuente

VESTIMENTA Y ALIMENTACIÓN

(1) Todo recluso a quien no se permita vestir sus propias prendas recibirá las
apropiadas al clima y suficientes para mantenerlo en buena salud. Dichas prendas
no deberán ser en modo alguno degradantes ni humillantes.

(2) Todas las prendas deberán estar limpias y mantenidas en buen estado. La
ropa interior se cambiará y lavará con la frecuencia necesaria para mantener la
higiene.

(3) En circunstancias excepcionales, cuando el recurso se aleje del


establecimiento para fines autorizados, se le permitirá que use sus propias
prendas o vestidos que no llamen la atención.

Cuando se autorice a los reclusos para que vistan sus propias prendas, se
tomarán disposiciones en el momento de su ingreso en el establecimiento para
asegurarse de que están limpias y utilizables.

Cada recluso dispondrá, en conformidad con los usos locales o nacionales, de una
cama individual y de ropa de cama individual suficiente, mantenida
convenientemente y mudada con regularidad a fin de asegurar su limpieza.

37.- Relación del recluso con el mundo exterior, servicio social, su misión, su
funcionamiento, los visitadores de presos.

37. Los reclusos estarán autorizados para comunicarse periódicamente, bajo la


debida vigilancia, con su familiar y con amigos de buena reputación, tanto por
correspondencia como mediante visitas.
38. 1) Los reclusos de nacionalidad extranjera gozarán de facilidades adecuadas
para comunicarse con sus representantes diplomáticos y consulares. 2) Los
reclusos que sean nacionales de Estados que no tengan representación
diplomática ni consular en el país, así como los refugiados y apátridas, gozarán de
las mismas facilidades para dirigirse al representante diplomático del Estado
encargado de sus intereses o a cualquier autoridad nacional o internacional que
tenga la misión de protegerlos.

39. Los reclusos deberán ser informados periódicamente de los acontecimientos


más importantes, sea por medio de la lectura de los diarios, revistas o
publicaciones penitenciarias especiales, sea por medio de emisiones de radio,
conferencias o cualquier otro medio similar, autorizado o fiscalizado por la
administración.

38.- Relación del recluso con el mundo exterior, visitas de familiares y amigos, la
visita conyugal, permisos de salida.

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su


domicilio o su correspondencia. Todos los reclusos tendrán derecho a
comunicarse con el mundo exterior, especialmente con sus familias. Los reclusos
de origen extranjero podrán comunicarse con sus representantes diplomáticos. Se
concederá en la medida de lo posible la petición de un recluso de ser encarcelado
en un centro cercano a su domicilio. Se mantendrá a los reclusos informados
sobre noticias importantes.

39.- El personal penitenciario de las antiguas prisiones, importancia de este en el


tratamiento penitenciario.

La gestión penitenciaria debe actuar dentro de un marco ético. Sin un sólido


contexto ético, la situación en la que a un grupo de personas se le otorga una
considerable autoridad sobre otro puede fácilmente devenir en un abuso de poder.
El contexto ético no es sólo una cuestión de la conducta de cada miembro del
personal penitenciario hacia los reclusos. En todo el proceso de gestión, desde
arriba hasta abajo, debe prevalecer el sentido de que la privación de la libertad
debe tener una base ética. El énfasis por parte de las autoridades penitenciarias
en el cumplimiento de los procesos correctos, la exigencia de eficacia operativa y
la presión para cumplir determinados objetivos.

La capacitación inicial que recibe el personal debe ser simplemente el principio de


su evolución. Las prisiones son instituciones dinámicas, en continuo cambio,
influidas por factores externos y por la expansión de los conocimientos. Es
necesario dar al personal la ocasión de actualizar estos conocimientos y
perfeccionar sus aptitudes. Ello requiere el desarrollo tanto dentro de la
administración penitenciaria como con otros organismos judiciales y de bienestar
social. Este perfeccionamiento debe continuar durante toda la carrera profesional
del miembro del personal.

40.- Formas de liberación de la prisión, extinción de la pena, indulto, amnistía,


conmutación de la pena, redención de penas por el trabajo.

Corresponden en términos amplios a tres de las formas de extinción de la


responsabilidad penal. La responsabilidad penal no es sino la consecuencia
natural que debería presentarse al reunir un hecho todos aquellos elementos que
lo califican como delito, y que redunda en la aplicación de la sanción que la ley
penal señala para la perpetración de ese hecho. Cuando existe un motivo
jurídicamente reconocido que determina que habiendo nacido la responsabilidad
penal ésta no llegue a concretarse -es decir que cese la pretensión punitiva del
Estado en ese caso- nos encontramos frente a una causa de extinción de la
responsabilidad penal.

41.- Libertad condicional, libertad bajo palabra (parole), en qué consisten, su


origen y desarrollo.

Una persona condenada por un delito puede cumplir toda la sentencia en la prisión
o se le pueden ofrecer las posibilidades de libertad condicional y libertad bajo
palabra. Estas dos posibilidades le permiten a la persona cumplir con deberes o
con la sentencia fuera de la prisión bajo supervisión. Existen normas que la
persona a la que se le permite cumplir la condena fuera de prisión debe cumplir o,
de lo contrario, se la puede encarcelar por el resto de la sentencia.

A fines del 2007, aproximadamente 5,1 millones de personas se encontraban en


libertad condicional o libertad bajo palabra, con ocho de cada 10 en libertad
condicional. La población de personas supervisadas en la comunidad alcanzó
103.100 ese mismo año, con tres cuartos de personas en libertad condicional.
Además, en el 2007, aquellas en libertad condicional y libertad bajo palabra que se
encontraban bajo supervisión excedieron la cantidad de personas que dejaban de
estar bajo supervisión. Asimismo, el 23 por ciento de las personas en libertad
condicional y el 12 por ciento de las personas en libertad bajo palabra eran
mujeres. Estas cifras fueron obtenidas por el Bureau of Justice Statistics (BJS --
Instituto de Estadísticas Judiciales)

Libertad bajo palabra

La libertad bajo palabra ocurre cuando el convicto es liberado con anterioridad a la


fecha de liberación para que complete la condena en la comunidad. El convicto
debe haber demostrado ser capaz de ser una persona productiva en sociedad.
Además, debe cumplir con las condiciones dispuestas por el tribunal mientras se
encuentre en libertad. Esto también se aplica para que la persona pueda
reintegrarse en la sociedad, ya que el 96 por ciento de las personas en libertad
bajo palabra son condenadas por una sentencia superior a un año. A pesar de que
la mayoría de los delitos cometidos puede conllevar a una liberación temprana de
prisión, los delitos por drogas son el tipo más común de delito por el cual se
condena a los que se encuentran en libertad bajo palabra (37 por ciento), de
acuerdo al BJS.

Consideraciones

Para que las personas sean liberadas bajo supervisión en libertad condicional o
bajo palabra, se deben considerar diversos factores al tomar esta decisión. Los
criterios para otorgar estas circunstancias especiales varían en función de cada
Estado. Las personas en libertad bajo palabra deben ser aceptadas por la "Parole
Board" (junta de libertad bajo palabra) o se puede permitir que la persona se
reintegre a la sociedad en virtud de una liberación obligatoria condicional. Los
convictos pueden ayudar a su causa si acumulan "buena conducta", que ocurre
cuando se comporta de modo adecuado. Dependiendo del grado de delito
cometido, la persona puede verse sujeta a una sentencia con libertad condicional
y no cumplir ni siquiera un día en prisión. La mayoría de las personas en libertad
condicional son condenadas por delitos menores (51 por ciento) y son como
aquéllas en libertad bajo palabra. Los delitos por drogas son el tipo más común de
delitos cometidos (27 por ciento), de acuerdo al Bureau of Justice Statistics.

Advertencias

Si se le otorga a la persona libertad condicional o libertad bajo palabra, ésta


deberá cumplir con las condiciones específicas mientras se encuentra en
sociedad. De lo contrario, el convicto deberá cumplir el resto de la condena en
prisión. En el 2007, de las 1,18 millones de personas que debían salir en libertad
bajo palabra, el 16 por ciento de ellas tuvo que volver a prisión, de acuerdo al
Bureau of Justice Statistics. Algunas de las condiciones que se deben cumplir,
para permanecer fuera de prisión, implica no poseer un arma de fuego, tener un
trabajo legítimo, no utilizar drogas ilegales y programar citas con el funcionario de
la libertad condicional bajo palabra.

42.- Procedimiento para la liberación condicional, vigilancia y asistencia de los


liberados, terminación del periodo de libertad condicional, su revocación.

Para que una persona pueda obtener libertad condicional esta deberá:

● No haber sido condenada por otro delito, que no represente un riesgo para
la víctima u ofendido o los testigos del juicio.

● Haber tenido buena conducta.

● Haber realizado las actividades de educación y trabajo de la prisión.


● Haber cumplido con la reparación del daño en los términos establecidos.

● No estar siendo juzgado por otro delito.

● Haber cumplido la mitad de su sentencia (solo para los delitos cometidos a


título de dolo, por lo que no aplica para los culposos).

No se le podrá conceder libertad condicionada a los sentenciados por delitos que


se relacionen a la delincuencia organizada, al secuestro y a la trata de personas.

Debido a que en México las sanciones penales buscan la reinserción social a


través del trabajo y la educación, el régimen de supervisión podrá suavizarse (por
decirlo de alguna manera) si la persona que goza de ella lo solicita al Juez de
Ejecución y acredita haberse dedicado a actividades: productivas, educativas,
culturales o deportivas no remuneradas

Para el caso de las dos últimas deberá demostrar su participación en difundir,


promover o representar competencias en dichas actividades. Mientras que para el
caso de las actividades educativas deberá demostrar la obtención de grados
académicos.

Según establece el artículo ciento cuarenta de la Ley Nacional de Ejecución Penal,


la libertad condicional puede ser revocada por el Juez de Ejecución si se violan
repetidamente las condiciones establecidas para la misma. También podrá
terminar si es sustituida por otra pena, porque la pena principal se extinga por
completo, porque se le conceda al reo libertad anticipada (la cual es plena, sin
medidas de supervisión) o porque el reo cometa otro delito mientras se encuentre
sometido a libertad condicional.

43.- El problema de las penas cortas de prisión, sus inconvenientes, deben ser
mantenidas para ciertos delincuentes, que se entiende por “penas cortas” de
prisión, incremento de la aplicación de las penas cortas de prisión.

Las penas cortas no permiten, por su breve duración, lograr la enmienda y


reinserción social además de que las penas cortas de prisión carecen de ventajas,
y sí reúne una notable variedad de desventajas entre las que se encuentran la no
existencia de tratamiento, costo enorme, familia abandonada y estigmatización del
delincuente, entre otros. 44 Algunas consecuencias que también se observan en
penas de larga duración. En algunos países, se establece que el short term
imprisonment (el tiempo mínimo de reclusión) implica un tiempo menor de 3
meses, otros como los países Latinoamericanos y España, argumentan que hasta
un año, sin embargo, Naciones Unidas establece como un rango estándar
cualquier sentencia igual o menor de seis meses, quantum en los que la mayoría
de los países coinciden, para que el Juez acuda al uso de penas sustitutivas o a
otros controles no privativos de la libertad, ya que se ha evidenciado que las
penas demasiado cortas tampoco resultan ser del todo funcionales debido al poco
tiempo disponible para aplicar algún programa para la reinserción social, éstas a
menudo reflejan la poca oportunidad de abordar adecuadamente las necesidades
de esta población, el limitado acceso a los programas de la conducta delictiva, la
educación y el trabajo

44.- medios propuestos para sustituir las penas de prisión, principio de


oportunidad, perdón judicial, trabajo obligatorio de reclusión, represión judicial y
arresto domiciliario.

*************

45.- Dificultades y conflictos en la vida penitenciaria, evasiones, motines, suicidios,


huelga de hambre.

 La sobrepoblación
 Hacinamiento
 Insuficiencia en los programas
 Insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes
violentos
 Malas condiciones materiales e higiene de las instalaciones para alojar
internos.
 Insuficiencia de personal de seguridad para atender motines, riñas o fugas.
 Ejercicio de funciones de autoridad por parte de internos del centro
(autogobierno)
 Deficiente división entre procesados que aun no reciben sentencia e
internos ya snetenciados
 Falta de actividades laborales y capacitación en los penales
 Insuficiencia de los programas para la prevención de adicciones y
desintoxicación voluntaria

46.- Efectos nocivos de la prisión, su repercusión sobre la vida psíquica del


recluso, las psicosis penitenciarias, efectos sobre la salud física del preso, fracaso
de la prisión como medio de reforma.

La persona presenta una mayor inestabilidad emocional, sus relaciones, lazos o


vínculos estarán muy debilitados, sufren una pérdida del sentido de pertenencia a
los grupos sociales primarios anteriores, pérdida del puesto de trabajo, entre otras
circunstancias; lo cual influye en la dificultad para la reinserción social y aumenta
el riesgo de reincidencia. Alós, Esteban, Jódar y Miguélez (2015) describen, por
ejemplo, que las personas que han pasado más tiempo en prisión tienen un peor
desempeño en el empleo fuera de prisión que las personas cuya condena ha sido
de menor duración. El impacto emocional que significa permanecer encarcelado
durante una larga temporada, altera completamente todos los aspectos de la vida
de una persona. Si pensamos en los internos que han sido condenados a un
período de tiempo relativamente corto y en las consecuencias que eso provoca en
su vida a corto plazo, debemos multiplicar esos efectos hasta llegar a la soledad
extrema o la desestructuración total de la vida para una persona que ha podido
pasar la mayoría de su vida en la cárcel.

El cuerpo se va debilitando por el encarcelamiento y va reduciendo su


funcionalidad. Las posibilidades de remediar estos efectos son mínimas, ya que no
existen recursos suficientes para hacer actividades de ocio o deportivas que
ayuden al preso a escapar de la monotonía y desarrollar o mantener sus
capacidades y habilidades (I. Heredero, conversación personal, 5 de febrero de
2019). Además, Escaff et al. (2013) apuntan a una alteración de funciones vitales.
La ansiedad, las posibles vivencias traumáticas, los sentimientos negativos y la
distorsión del sentido de sí mismo, provocan inquietud, nerviosismo y diversas
alteraciones en el sueño, el apetito o el peso, por ejemplo.

47.- La suspensión condicional de la pena o condena condicional, sus orígenes, su


nacimiento y difusión.

La suspensión condicional de la pena se presenta originaria de dos sistemas: El


anglo americano suspende a la sentencia y el belga- francés, que suspenda la
ejecución de la pena.

Su origen se remonta a la primera mitad del siglo XXI, desde el año 1842 en rigor,
en el que Inglaterra se decidió a dejar en suspenso la imposición de la pena por
parte del juez respecto a los reos jóvenes y primarios reconocidos en su
culpabilidad prometieron en un futuro buena conducta. Procedimiento utilizado por
el Common Law.

En 1879 entretanto el procedimiento bien se ha reconocido legalmente a través de


Summary jurisdicción act, para alcanzar mayores proporciones en 1907 con el
surgimiento de la probation of offenders act. Desde entonces el sistema probation
se extiende a todos los continentes con rápida aplicación en los Estados Unidos.

48.- La suspensión condicional de la pena o condena condicional, su revocación,


diversas concepciones que inspiran la condena condicional.

Es aquella solución alterna del procedimiento prevista para la solución de conflicto


que permite que a través de una serie de condiciones interpuestas al imputado,
obtener al cumplimiento cabal de tales condiciones la extinción de la acción penal
con efecto de sentencia absolutoria que permite dar por concluido el
procedimiento penal de conformidad a lo establecido por los numerales 183, 184
y 191 de la ley adjetiva y numeral 17 de la Constitución Federal de acuerdo a los
mecanismos alternativos de solución de controversias en materia penal, Tratados
Internacionales y Ley General de Víctimas en sus artículos 4,5 y 7.
Entre los objetivos de la suspensión condicional del proceso; dar por terminado el
proceso ordinario penal sin tener que llegar a un juicio oral, evitar la continuación
de la persecución penal y la eventual imposición de una sanción punitiva al
imputado a fin de evitar una estigmatización social, atender los intereses de la
víctima a quien se le repara el daño que le fue causado, racionalizar la
intervención de la justicia penal logrando por limitación del trámite del proceso,
ahorro de recursos estatales, la descongestión o descarga de los casos
tramitados y la concentración de los órganos del sistema penal en la persecución y
juzgamiento de los delitos más graves, cobrar efectos preventivos especialmente
sobre el presunto infractor para hacer posible el fin de la reinserción social.

Este beneficio podrá ser solicitado en cualquier momento hasta antes de


acordarse la apertura de juicio oral, y no impedirá de la acción civil ante los
tribunales respectivos, se llevará a cabo el ejercicio en audiencia en presencia de
un juez de control y él imputado deberá plantear un plan de reparación del daño
causado por el delito y cumplir con los plazos acordados, y para hacer efectivo
dicho beneficio deberán de estar de común acuerdo las partes en que este sea
aplicado.

Podrá ser solicitado posterior al momento de la audiencia en que el imputado haya


sido vinculado a proceso y únicamente por delitos donde cuya pena media
aritmética de la pena de prisión no exceda de cinco años, así como que no haya
inconveniente alguno por la víctima u ofendido e imputado, y que siendo el caso
hayan transcurrido al menos dos años en que el imputado haya dado
cumplimiento a una suspensión condicional del proceso previamente.

En su resolución, el juez de control fijará las condiciones bajo las cuales se


suspende el proceso o se rechaza la solicitud y aprobará el plan de reparación
propuesto, mismo que podrá ser modificado por el Juez de control en la audiencia.

De autorizarse el plan de la suspensión condicional del proceso no podrá ser


menor de seis meses ni exceder de tres años. Al finalizar la suspensión
condicional del proceso esta se verificará en una nueva audiencia oral de su cabal
cumplimiento y posteriormente se finalizará el procedimiento penal de haberse
cumplido o su continuación penal en caso de no haberse cumplido a criterio del
juez de control.

De conformidad con el artículo 195 del CNPP las condiciones por cumplir durante
el período de suspensión condicional del proceso son las siguientes:

 Residir en un lugar determinado;


 Frecuentar o dejar de frecuentar determinados lugares o personas;
 Abstenerse de consumir drogas o estupefacientes o de abusar de las
bebidas alcohólicas;
 Participar en programas especiales para la prevención y el tratamiento de
adicciones;
 Aprender una profesión u oficio o seguir cursos de capacitación en el lugar
o la institución que determine el Juez de control;
 Prestar servicio social a favor del Estado o de instituciones de beneficencia
pública;
 Someterse a tratamiento médico o psicológico, de preferencia en
instituciones públicas;
 Tener un trabajo o empleo, o adquirir, en el plazo que el Juez de control
determine, un oficio, arte, industria o profesión, si no tiene medios propios
de subsistencia;
 Someterse a la vigilancia que determine el Juez de control;
 No poseer ni portar armas;
 No conducir vehículos;
 Abstenerse de viajar al extranjero;
 Cumplir con los deberes de deudor alimentario,
 Cualquier otra condición que, a juicio del Juez de control, logre una efectiva
tutela de los derechos de la víctima.
 La revocación de la suspensión condicional del proceso; si dejara de
cumplir el imputado injustificadamente las condiciones impuestas, no
cumpliera con el plan de reparación o posteriormente fuera condenado por
sentencia ejecutoriada por delito doloso o culposo, siempre que el proceso
suspendido se refiera a delito de esta naturaleza, el juez de control, previa
petición del fiscal o de la víctima u ofendido, convocará a las partes a una
audiencia en la que se debatirá sobre la procedencia de la revocación de la
suspensión condicional del proceso, debiendo resolver de inmediato lo que
proceda de acuerdo al artículo 198 del CNPP. El cual el justiciable de
control también podrá ampliar el plazo de la suspensión condicional del
proceso hasta por dos años. Esta extensión del término podrá imponerse
por una sola vez.

● Para que se lleve a cabo la suspensión condicional del proceso la media


aritmética de la pena de prisión no sea mayor de cinco años y el delito no sea
grave, que no exista oposición fundada de la víctima u ofendido, que hayan
transcurrido dos años desde el cumplimiento o cinco años desde el incumplimiento
de una suspensión condicional anterior. Y la garantía es el hecho de que si se le
concede la suspensión condicional al individuo estará sujeto a determinadas
condiciones, pero si está en una suspensión condicional del proceso y vuelve a
comer un delito y fue sancionado condenatoria mente en este nuevo proceso se
revoca.

● Pero la problemática que llegara a surgir es qué sucedería en el caso de


que el imputado resultara inocente y la presumida víctima ya hubiera recibido una
reparación del daño económica. Sin duda abre un problema ya que no existe esa
posición en el actual cuerpo del CNPP, lo cual la vuelve una hipótesis tratable que
se presentará eventualmente, entonces sería uno de los casos difíciles de acuerdo
con la teoría del filósofo Ronald Dworking Hart. Entonces resulta interesante que
el propio Código Nacional de Procedimientos Penales únicamente plantee y de por
hecho que el imputado será declarado culpable, eso implica una desigualdad
procesal, y entonces probablemente el legislador no quiso ahondar ante tal
circunstancia para evitar mayores complicaciones por lo que ante tal omisión se
tendrá que resolver casuísticamente.

49.- El sistema de prueba (probation), sus elementos esenciales, su revocación.

La probation es un recurso judicial que se emplea para la resolución de una


situación delictiva. También conocida como suspensión del juicio a prueba,
permite dar por finalizado el conflicto entre las partes sin el encarcelamiento del
imputado.

El proceso penal comienza con un hecho (un delito). Cuando se considera que
dicho hecho no es grave, se puede recurrir a la probation para el restablecimiento
de la paz social y la armonía. Así, el proceso se resuelve con la probation sin
necesidad de llegar a las audiencias ni al juicio oral.

El sospechado, con una probation, debe acatar determinadas pautas de conducta.


Cumplidos ese requisito y el plazo de suspensión, el sujeto queda desvinculado de
la causa judicial.

Quienes defienden el mecanismo de probation destacan que el encarcelamiento


no ayuda a finalizar los conflictos, ya que la cárcel no suele cumplir con una
función de reinserción social. Una vez concluida la pena y recuperada la libertad,
es probable que el individuo vuelva a reincidir en las prácticas delictivas.

Para tratar de evitar esta cuestión y agilizar el funcionamiento de la Justicia, existe


la probation. El imputado es quien debe pedir la suspensión del juicio a prueba,
mientras que el juez analiza, en audiencia con el fiscal, si otorga dicho beneficio o
si rechaza el pedido. Es importante tener en cuenta que, al solicitar la probation, el
imputado tiene que concretar un ofrecimiento para la reparación del daño, además
de acatar después las reglas de conducta fijadas por el juez.
Si la probation es aceptada y la persona cumple con todo lo que se le exige en el
plazo acordado, el proceso llega a su fin. De lo contrario, el beneficio es revocado
y se avanza hacia la instancia de juicio.

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