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DERECHO PENAL GENERAL II

SEGUNDO RESUMEN DE LOS CAPITULOS 30, 31, 32, Y 33, LIBRO NOTAS DEL DERECHO PENAL DOMINICANO, AUTOR
LEONCIO RAMOS.

NEYAVEL ESTEVEZ DIPPITON MAT. 202100162

CAPITULO XXX
DE LA PENA. SU DEFINICION, –
La pena ha sido definida como la creación de la sociedad contra el criminal, o como un sufrimiento
impuesto por el Estado al culpable de una infracción penal, en ejecución de una sentencia. De esta
definición se deduce que es: a) un sufrimiento; b) impuesto por el Estado por medio de una
sentencia; y c) a causa de una infracción penal.
UN SUFRIMIENTO. - en sus comienzos, no tuvo otra finalidad que la de hacer sufrir al culpable,
pues revestía, después de ser una venganza privada, el aspecto de una venganza pública, y de ahí
la barbarie e inhumanidad de las que tanto se aplicaron. Luego se consideró que debían ser
intimidatorias. Más tarde se entendió que era útil o necesaria, pero que debía ser justa, y de ahí las
modificaciones de 1832, de las cuales ya venía influido nuestro Código, y, finalmente, el sufrimiento,
consecuencia natural de toda pena, dejó de ser su única finalidad ya que hoy, si se la considera útil,
es, no sólo para la sociedad, sino también para el delincuente, pues que se la aprovecha para tratar
de reeducarlo o reformarlo.
IMPUESTA POR EL ESTADO. - Toda pena, para ser ejecutada, debe ser la consecuencia de una
decisión con carácter irrevocable dictada por un tribunal ordinario o excepcional. Por tanto, fuera de
las que así se pronuncia en, toda condenación o ejecución de penas, sería no sólo ilegal, sino
inconstitucional y nula.
FUNCIONES DE LA PENA, a la pena se le han atribuido varias funciones como son: la que venga
un mal, hacer sufrir, retribuir el mal con el mal, satisfacer las reacciones que hacen del delito,
defender a la sociedad, y, en fin, el de utilizarla en bien del delincuente y de la sociedad, En la
actualidad, la pena no puede tener sino dos finalidades esenciales que son:
lra. el mantenimiento del orden juridico y la convivencia social; y 2da. utilizarla como medio de
obtener una reeducación o reforma de quien la sufre.
toda pena por su naturaleza conlleva un sufrimiento para aquél a quien se le ejecuta, y sea cual
fuese el nombre con que se la designe, debe producir en el ánimo de quien la sufre, como en el de
todos los asociados, un grado de temor, se ha llamado la prevención especial y la prevención
general, las cuales tienden a impedir que el delincuente atente contra derechos iguales o mejores, y
que todos teman delinquir, todo ello, bajo el supuesto de que el delito sea la obra exclusiva de una
voluntad libre.
DISTINTAS CATEGORIAS DE PENAS. Atendiendo a las distintas clases de penas utilizadas contra
cada clase de delincuentes para realizar los fines indicados, se las ha dividido en:
Las de intimidación son penas cortas o ligeras puestas a individuos no corrompidos, o delincuentes
incipientes, como la prisión correccional y la multa.

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Las penas reformadoras son aquellas que se Imponen a los individuos que, aunque corrompidos y
hundidos en el crimen, ofrecen esperanzas de reforma, y son, por ejemplo, la reclusión y los trabajos
públicos.
Las penas eliminatorias, aquellas por las cuales el delincuente es segregado de la sociedad de un
modo temporal o definitivo, Porque se le considera incorregible, tales como la deportación, el
destierro perpetuo, la prisión perpetua y la muerte.
LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD, Ferri puso de manifiesto que a pesar de la pena fue tenida,
durante mucho tiempo se seguía cometiendo delitos en número y proporción crecientes, el delito es
un efecto, pero de muchas y variadas causas, y la pena fue dirigida a matar efectos y no causas, y
siempre por un solo medio, Por tanto, como el delito proviene de causas biológicas, psicológicas,
físicas y sociales, el medio de lucha no puede ser el mismo en todos los casos.
SU DEFINICION: Las medidas de seguridad pueden ser definidas, como ciertas restricciones a los
derechos del hombre impuestas por el Estado, con el fin de obtener la adaptación de un miembro de
la sociedad al orden jurídico y social imperantes, y evitar la delincuencia incipiente o reincidente.
SU CLASIFICACION: Las medidas de seguridad, atendiendo al fin que con ellas se persigue, han
sido clasificadas del modo siguiente: de educación, de corrección, de curación y de segregación. A
las tres primeras pertenecen el tratamiento educativo de los menores delincuentes; el internamiento
en hospitales especiales de los delincuentes enajenados y anormales psicológicos; el internamiento
en establecimientos especiales de alcohólicos y toxicómanos; el internamiento en lugares de trabajo
de los mendigos y vagabundos para habituarlos a la vida útil de trabajo, A la última clase pertenecen,
el internamiento en establecimientos especiales, de los delincuentes reincidentes, habituales o
profesionales, aparentemente incorregibles; cl destierre extranjeros perniciosos o indeseables, la
prohibición de ejercer ciertas profesiones u oficios, y de visitar ciertos lugares o residir en ellos. las
medidas de seguridad tienden a corregir al delincuente, a eliminarlo a quitarle las posibilidades de
delinquir".
SU NATURALEZA; En cuanto a cuál es la naturaleza de las medidas de seguridad, han surgido
divergencias de criterio, pues mientras una opinión, la más aceptada, establece entre ellas y las
penas diferencias fundamentales, otras, como las sustentadas por los positivistas, afirman que las
diferencias, si las hay, son puramente ilusorias.
las penas se aplican al delincuente a causa de un delito cometido; que su fin es causar un
sufrimiento o una aflicción: que su medida la dan la importancia del bien jurídico atacado y la
culpabilidad del delincuente, y constituyen una reacción social contra el delito, y su reprobación. Las
medidas de seguridad se imponen, por el contrario, a causa de la peligrosidad, la inocuidad social
del delincuente, no por lo que hizo, sino por lo que es capaz de hacer, y es, esencialmente, una
prevención social o medio de defensa anticipado contra un mal futuro.
Birkmeyer piensa que debería haber dos Códigos, uno retributivo para las penas, y otro penal
preventivo para las medidas de seguridad. Los positivistas, Crispingni entre ellos, afincan su
opinión contraria en estas razones:
a) en que ambas presuponen un hecho criminoso;
b) en que ambas tienen al hecho cometido como índice que revela cuál es la clase de
personalidad del delincuente;
c) en que ambas tienen como finalidad la defensa social;
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d) en que ambas son aplicadas por las mismas autoridades
e) que para imponer unas y otras, se emplean los mismos procedimientos, existen las mismas
garantías, y tienen una duración relativamente determinada.
¿EXISTEN EN NUESTRA LEGISLACION MEDIDAS DE SEGURIDAD?,-
En nuestro Código Penal no está organizada la institución de una manera sistemática, pero, si
revisamos las penas establecidas en nuestra legislación penal encontraremos que entre ellas hay
algunas que tienen el carácter de verdaderas medidas de seguridad, tales como son: la interdicción
legal, la privación de ciertos derechos cívicos, civiles y de familia; la degradación cívica; la súper
vigilancia de la alta policía, todas ellas, establecidas en el Código y pos delictivas. Pero existen
algunas que son predelictivas, como la prisión de los menores solicitada por los padres. En la
legislación más moderna existen, la suspensión o prohibición de ejercer las profesiones liberales, a
causa de delito, o sin él, y las medidas ordenadas por el Tribunal Tutelar en relación con los
menores.
AUTORIDADES QUE LAS IMPONEN, Las medidas de seguridad que se imponen entre nosotros lo
son casi siempre por una autoridad judicial, sea actuando penalmente, sea con carácter disciplinario.
Asimismo, es un sistema seguido generalmente que sean impuestas por autoridades judiciales,
como una garantía de los derechos del hombre.
SU DURACION: Atendiendo a la finalidad perseguida con las medidas de seguridad, se concibe que
no deben tener un tiempo limitado para su aplicación, ya que su término depende de que el estado
de peligro de quien las sufra deje de existir, aunque, como es natural, la ley puede establecer un
límite máximo en caso necesario.
OTRA CLASIFICACION, Las medidas de seguridad naturaleza, han sido divididas también en las
primeras se ejecutan sobre la persona, y las otras sobre los bienes en cuanto a su forma de
ejecución, se divide a las primeras en privativas y no privativas de libertad, según que se ejecuten
con o sin privación de la libertad.
DIRECTIVAS FUNDAMENTALES DE NUESTRA PENAL. Según expresa Garraud, toda legislación
penal tiende a realizar ciertos principios que son, podemos decir, las directivas en la lucha contra la
criminalidad. los principios que guían a la nuestra, tenemos que ir a buscarlos en lo proclamado por
la Revolución Francesa cuando, al examinar estas cuestiones, trató de reaccionar contra el régimen
de penas y delitos arbitrarios que existía entonces.
Al ser proclamados en Francia los Derechos del hombre se reconoció uno según el cual nadie podía
ser condenado sino en virtud de una ley que incriminara la acción y la sancionara antes de su
comisión, y que nadie podía ser condenado a una pena que no estuviese establecida especialmente
ley, lo que se concretó en esta máxima: NULLUM DELITUM NULLA DENA SINE LEGE PREVIA.
También estableció que quedaba prohibido al Poder Ejecutivo conceder gracia a los que habían sido
condenados. De este último principio podemos decir que muy poco queda hoy. El legislador francés,
se vio obligado a adjudicar parte de su poder, y así permitió que el juez estuviera cierta libertad de
acción, estableciendo un máximum y un mínimum de pena dentro del cual pudiera moverse. se dijo
por los individuos que cometan un homicidio, serán castigados con trabajos públicos, pudiendo el
juez moverse entre los 3 y 20 años de dicha pena.

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LA PENA INDETERMINADA, La pena indeterminada consistiría en aplicar a los delincuentes el
mismo principio que se sigue con los enfermos, o lo que es lo mismo, que, así como no se sabe
cuándo un individuo que ingresa enfermo en un hospital podrá salir, porque no se puede determinar
matemáticamente cuándo estará completamente curado, del mismo modo no se puede determinar,
si es que vamos a aplicar la pena en beneficio del reo y de la sociedad, cuándo estará readaptado,
reformado, o cuándo habrá adquirido el hábito del trabajo, esta facultad tan grande concedida al juez
en materia de aplicación de la pena, hay autores que han demostrado que ese es un poder
demasiado grande en manos de los jueces, dcl cual quizá la política podría abusar, y que la pena
relativamente determinada es la mejor, por Ia cuál es la que está siendo aceptada por las distintas
legislaciones.
Los individuos condenados por crimen serán tenidos en prisión y no podrán ser puestos en libertad
sino pasados tantos años; y no serán mantenidos en prisión durante más de tantos años. De esta
manera se prevendrían los abusos. Ahora, este individuo podrá ser puesto a prueba por los
psicólogos y demás científicos, para que determinen si se le puede poner en libertad o no.
ELEMENTOS PARA LA FIJACION DE LA PENA, Las penas dicen unos, debe estar en relación con
la gravedad objetiva del hecho realizado por el sostienen que debe estar en relación con la gravedad
del hecho y al tiempo con la peligrosidad del agente. Otros afirman que debe estarlo con la
peligrosidad del agente; otros sostienen que debe estar en relación con la gravedad del hecho y al
mismo tiempo con la peligrosidad del agente. La afirmación de que debe estar en relación con la
gravedad del hecho delictuoso es la primera teoría que se presenta en esta materia, porque ésta no
era sino la reacción de la sociedad contra el delincuente, y se trató siempre de hacerle un mal igual o
equivalente al que él había causado.
la pena ha dejado de ser una especie de vindicta pública, y si es una reacción, no es inconsciente o
instintiva, sino consciente, y tiene por objeto aprovecharla en bien de la sociedad y del delincuente
mismo. Se sostiene, que la pena debe ser justa, y para ello, debe ser legítima y equitativa.
Legítima, porque está prevista y establecida en la ley: equitativa, porque debe estar en relación con
la gravedad objetiva del hecho, y la culpabilidad del agente. a todo el mundo, por el mismo delito, no
se le puede aplicar la misma pena, porque los delitos están rodeados de circunstancias especiales.
El señor Hostos en su Derecho Penal, no se refiere para nada al delincuente sino al delito. Él dice
que la gravedad del hecho determina la naturaleza, la gravedad y la duración de la pena.
Es imposible que se establezca una pena solamente teniendo en cuenta la gravedad objetiva del
hecho, es decir, el mal causado, porque, por ejemplo, si un individuo comete una infracción quizás
insignificante, y la sociedad se percata de que tiene una peligrosidad que revela en él su capacidad
para realizar no solamente esa infracción, sino para atentar contra derechos aún más sagrados, es
natural que no debe tener en cuenta solamente la gravedad objetiva de que es imposible, en un
Derecho Penal de la época moderna, dejar de tener en cuenta el carácter subjetivo del agente.
Para determinar la pena no se debe tener en cuenta sino la peligrosidad del agente, porque la
ciencia no tiende solamente a restablecer el estado de cosas anterior al delito, sino un carácter de
defensa social y que, como tal, debe disponer de todos los medios para evitar que el delito se repita.
FUNCIONARIOS QUE DEBEN INTERVENIR EN LA DETERMINACION DE LA PENA, -
En la determinación de la pena no solamente deben intervenir el legislador y el juez, porque éste, al
pronunciar la sentencia condenatoria, Puede ser que tenga un concepto cabal de la naturaleza del
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hecho, de su gravedad, pero lo más seguro es que en el corto tiempo en que está frente al reo, con
las dudas que acerca de una persona ofrecen nuestros actuales procesos, no tenga la oportunidad
de formarse un concepto cabal de quién es el acusado o el inculpado; y por consiguiente, esa pena
pronunciada por él, de un año, de dos, tres, cinco, diez o veinte de prisión, está sujeta a ser la
expresión de los más graves errores por más o por menos, porque es posible que el agente que
tiene en frente, a quien ha juzgado y condenado, no tenga en sí el coeficiente de maldad suficiente
para que se le haga sufrir esa pena; es posible que al otro día, en el presidio, los ejecutores de la
sentencia se den cuenta de que es un elemento de bien, de orden, de progreso; que ha incurrido en
una infracción por una de esas circunstancias desgraciadas que ocurren en la vida de los hombres y,
en ese caso, es injusto que sufra una pena que priva a la sociedad y a la familia de un miembro útil.
En la determinación de la pena, deben concurrir tres clases de autoridades: el legislador, que
determina la pena de una manera abstracta; el juez, que la determina de un modo concreto, y la
administración, quien decide cómo debe ejecutarse, y en muchos casos agregando, por medio de
decisiones judiciales, medidas de seguridad para no poner en libertad a un individuo que es
peligroso para la sociedad, porque parece lo más natural, que esta última función la realice la
Administración mediante un decisión judicial, a requerimiento del representan te del Ministerio
Público
IGUALDAD DE TODOS ANTE LA LEY PENAL, -
Otra directiva de nuestro sistema penal es la de que la pena debe ser igual para todos. como dicen
los antiguos, sine exceptiones personarum; por consiguiente, al aplicar una sanción penal, no se
debe tener en cuenta la situación de la persona, su posición social, política o económica, porque las
penas son iguales para todos, sin privilegios ni distingos.
CLASIFICACION DE LAS PENAS,
Las penas, como los delitos, han sido objeto de muchas clasificaciones; pero la fundamentalmente
consagrada en nuestro Código, es la que las divide en criminales, correccionales y de simple
policía.
El Art. l del Cód. Penal dice, que las infracciones que las leyes castigan con pena aflictiva e
infamante, es un crimen. Esas son las criminales; que las infracciones que las leyes castigan con
penas correccionales son delitos, y esas son las penas correccionales, y las que castigan con penas
de simple policía, son contravenciones.
La pena, dicen todos los maestros, es la consecuencia de la infracción; pero nuestro Código, al igual
que el francés, clasifica las infracciones, no atendiendo a la pena que ha sido aplicada, sino a la
pena aplicable. El Art. Iro. dice: las infracciones que las leyes castigan con pena aflictiva o infamante
son crímenes, la pena establecida en la ley para una acción, es lo que a su vez determina la
naturaleza de la infracción. Si un individuo comete un homicidio que está sancionado con pena
aflictiva o infamante, como los trabajos públicos, aunque la pena realmente impuesta sea la de
prisión correccional, según algunos, el hecho sigue siendo un crimen.
Esas son las penas que nuestro Código clasifica como penas criminales y correccionales. Aquí no
figuran las de simple policía, que están consignadas en el Art. 464 del Código Penal, y que son: el
arresto, la multa y el comiso.

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Esta enumeración, como dijimos, no es completa, pues de una revisión de ellas resulta que son las
siguientes:
A) Pena de muerte (Art. 8, párrafo I de la Constitución).
1. La pena fija de trabajos públicos; 30 años (Ley No. 64 de 1924).
2. Pena fija de 20 años de trabajos públicos (Ley 28 de junio 1911).
3. Pena de trabajos públicos de 3 a 20 años (artículo 18).
4. Pena de trabajos públicos de 5 a 20 años (artículos 384 y 385, Cód. Penal).
5. La pena de 3 a 10 años de trabajos públicos; (Arts. 386 y 387, Código Penal).
6. Pena de 3 a 10 años de detención (Art. 21)
7. Pena de 2 a 5 años de reclusión (Art. 23).
8. Pena de degradación cívica (Art. 32).
9. Pena de asignación de domicilio (Art. 452 del Cd, Proe
10. Pena de interdicción legal (Art. 29).
11. Pena de multa (varios artículos).

B) Confiscación General (Art. 6 de la Const.). Esas son las penas criminales. Las correccionales que
tenemos son las siguientes:
1. El destierro de l a 3 años (Art. 37).
2. El con finamiento, de 6 meses a 2 años (Art. 39).
3. La prisión correccional de 6 días a 2 años (Art, 40) y hasta 4 (Siempre que se dice prisión, se
entiende que es correccional).
4. La interdicción de ciertos derechos cívicos, civiles o de familia, de 1 a 5 años (art. 42 y 484)
5. La multa de 6 pesos en adelante, sin límite fijo (Art. 9.).
Las penas de simple policía que tenemos son las siguientes: prisión de 1 a 5 días, y multa de 1 a 5
pesos, y hasta 10 días o diez pesos en caso de reincidencia.
Hay penas que son comunes a las materias criminales y correccionales, como la supe vigilancia de
la alta policía y la multa. Hay otras que son comunes a las materias criminales, correccionales y de
simple policía, como la confiscación especial del cuerpo del delito y la multa.
Ihering aseveró que la historia del Derecho Penal es una abrogación constante, y lo es, porque la
pena es siempre la expresión del estado cultural y moral de una sociedad y, a medida que ese
estado va modificándose, o se avanza, va siendo más humana.

PENAS PRINCIPALES, ACCESORIAS Y COMPLEMENTARIAS, -


Esta clasificación de las penas en principales accesorias y complementarias, no está establecida de
una manera expresa en la ley; pero se deduce del estudio de sus disposiciones.
Las penas principales son las que cl legislador ha dictado como instrumento directo de la
penalidad; las que van encaminadas directamente a sancionar el hecho y a obtener una disminución
de la criminalidad por medio de los fines que con ellas se persiguen. Deben ser pronunciadas
expresamente por el juez en su sentencia, no solamente en cuanto a su naturaleza, sino también en
cuanto a su duración. Ejemplos de ellas son los trabajos públicos, la reclusión, la detención, la
prisión correccional, el destierro, la multa, la confiscación, etc. Las penas accesorias son, más que

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penas, medidas de seguridad establecidas por el legislador con el fin de asegurar la eficacia de las
principales.
Estas no necesitan, para ser sufridas, que el juez las pronuncie de una manera expresa en su
sentencia: se sufren de pleno derecho. Entre ellas tenemos algunas que también asumen el carácter
principal y accesorio: ejemplos de esas penas son la interdicción legal, la asignación de residencia,
la prohibición de residir en ciertos lugares, la degradación cívica y la súper vigilancia de la alta
policía.
Las penas complementarias se encuentran, en cuanto a sus caracteres distintivos, entre las
principales y las accesorias. Son el complemento de otras, y nunca figuran solas. En esto se asimilan
a las accesorias; pero asumen carácter de principales, en el sentido de que los jueces siempre
tienen que pronunciarlas en sus sentencias de una manera expresa.
PENAS DE DERECHO COMUN Y PENAS POLITICAS
En nuestro país no se ha establecido de una manera expresa la clasificación de las penas en de
derecho común y las políticas. tal división no se requiere sino a las criminales, porque respecto de
los delitos, sean o no políticos, siempre son las mismas, salvo la excepción del destierro y el
confinamiento. De modo pues, que todo lo que digamos acerca de esta clasificación, se refiere
únicamente a las de carácter criminal.
El Art. 7 del Cód. Penal dice, como se recordará, que las penas aflictivas e infamantes son la de
muerte, los trabajos públicos, la detención y la reclusión;
y el Art. 8 expresa que es pena infamante solamente la degradación cívica.
si se tratara de un crimen contra la seguridad interior o exterior del Estado, un delito político, el
tribunal criminal, por su sentencia de condenación, pondrá a los reos a disposición del Gobierno para
que sean extrañados o expulsados del territorio; y el párrafo II del mismo artículo agrega: Cuando la
pena sea la del máximum de trabajos públicos, se impondrá la de 3 a 10 años de dicha pena y aún la
de reclusión si hubiere en favor del reo más de dos circunstancias atenuantes". El mismo artículo
continúa diciendo, en el párafo IlI: "cuando la ley imponga la pena de trabajos públicos, que no sea el
máximum, los tribunales podrán rebajar la pena a la de reclusión o de prisión correccional, cuya
duración no podrá ser menos de un año".
cl Art. 20 del Código Penal, en el cual se expresa que "los condenados a detención estarán en
comunicación con las personas empleadas en el interior del lugar de la detención o con las de fuera,
observando los reglamentos de policía, establecidos por disposición del Poder Ejecutivo". Por eso,
los individuos condenados a detención no deben ir a una cárcel, sino a una fortaleza donde tienen
comunicación con las personas de dentro y fuera, y no están sometidas al trabajo.
Igual ocurre con el destierro, el cual siempre fue una pena política en Francia, en España y entre
nosotros, a pesar de los artículos 8 y 9 del Código Penal.

PENAS AFLICTIVAS E INFAMANTES,


EI Código, como se ha visto ya en los Arts. 6 y 7, ha clasificado las penas en aflictivas e infamantes
o infamantes solamente, Esta clasificación que nuestra ley penal consigna asi, es muy remota; viene
de muy antiguo, y la nota de infamia era de hecho, la que resultaba de la opinión pública; de
derecho, la que resultaba de la sentencia que la pronunciaba, y tenía dos modos de ser impuesta,

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pues resultaba de que la sentencia la pronunciara, o porque era acompañada de una ejecución
material, como la picota, la exposición pública y la degradación. En las legislaciones que conservan
esta clasificación de las penas, la infamia es consecuencia, de la pena aplicada, sea de la infracción
cometida.
Todo condenado a una pena criminal sufre una pena infamante, Hay que observar que todas las
penas son aflictivas. No es indispensable ese dolor que se causa al condenado, ni útil, porque, al
contrario, la infamia lo que hace es impedir la regeneración y la reforma del delincuente. Por
consiguiente, Garraud entiende y creo que tiene mucha razón, que las penas no deben ser aflictivas
ni infamantes, sino correccionales, en el sentido de que todas deben tender a corregir, pero nunca a
infamar.
PENAS CORPORALES. - ¿EN QUE CONSISTEN? Las penas corporales consisten en un
sufrimiento físico impuesto a causa de delito. Las más importantes de ellas han sido la de muerte, los
azotes, las heridas, la amputación de la mano a los parricidas y la marca.
El Prof. Garraud dice que para responder a esta cuestión hay que decidir previamente, si tal pena es
justa y necesaria. ¿Es justa la pena de muerte?, pregunta él. Una pena es justa cuando está en
relación con el hecho realizado. De modo, pues, que, si el acusado ha dado muerte a una persona,
la pena más justa para él sería la de muerte. Pero, aparte de esa cuestión, se preguntaría uno,
¿tiene la sociedad el derecho de imponer la a sus miembros?
Existe en la nuestra, como en todas las constituciones, la consagración del derecho a la vida y a la
integridad corporal, de modo que, siendo ese el primero de todos los derechos, alcanzaría el derecho
de la sociedad hasta privar a uno de sus miembros del derecho a la vida, que es, puede decirse. ¿El
más sagrado de todos? Garraud contesta que el primer deber de la sociedad es el de garantizar el
derecho a la vida de todos y cada uno de sus miembros: y siendo asi, debe optar entre conservar la
vida de los hombres honestos y destruir la de todos aquellos que atacan la vida de éstos, o no
cumplir con el deber de conservar la de los miembros honestos que son los que ella necesita; que,
por consiguiente, en ese sentido, se ve claro, que la sociedad tiene que decidirse por suprimir la vida
de los malvados, para conservar y salvar la de los hombres honestos.
Desde el siglo XVIl en adelante, comenzó una fuerte lucha contra la pena de muerte, y ha sostenido,
por ejemplo, el señor Hostos, que dicha pena no podía aplicarse, porque no se concebía que la
sociedad, para defenderse, se hirieses así misma; que matar no era castigar, ya que el individuo que
iba al patíbulo, no siente el dolor de la pena, porque generalmente está inconsciente; y si ese
individuo era reformable, y si ese individuo era un demente o no merecía tanta pena, y si era
inocente, de qué manera iba la sociedad a reparar el mal si ya el condenado había perecido?
Otros sostienen que no es ejemplarizadora, porque en los tiempos cuando se ha aplicado, los
crimínales condenados a sufrirla eran generalmente individuos que habían asistido ya al acto de
ejecución de otros; que, por el contrario, en el ánimo de los criminales, la ejecución de la pena de
muerte, por ser un acto de barbarie, provocaba ideas criminales en los futuros delincuentes; que, por
otra parte, la estadística había demostrado que la pena de muerte en los países donde se estableció
y aplicó, no había producido disminución de la delincuencia, porque para los delincuentes, tal pena
es solamente un nesgo profesional, y que, en cuanto a los criminales de hábito, a estos tampoco les
vale de nada, porque ellos, en el momento de cometer el crimen, de lo que menos se acuerdan es de
la muerte que les espera.

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La pena de muerte se ejecutaba antiguamente como un espectáculo público y haciendo sufrir al
individuo, cortándole, por ejemplo, el puno, y generalmente, se procuraba que experimentara el
mayor dolor. Más tarde, este modo de ejecutarla se suprimió por bárbaro e inhumano, y quedó
reducida a la simple privación de la vida. El señor Hostos dijo que lo bárbaro no era la publicidad,
sino la pena misma. En nuestro país se aplicó durante mucho tiempo esa pena.
La actual Constitución desde la de 1955 dice en el Art. 8vo. Acápite
I: - que se consagra el derecho a la inviolabilidad de la vida y agrega, no podrá establecerse la pena
de muerte u otra cualquiera que implique pérdida de la integridad física del individuo". De modo que,
en principio, nuestra Constitución la ha prohibido; pero parece que se plegó a la opinión que
prevalece en algunos países y que enseñó Beccaria, quien fue de los primeros en levantarse contra
ella. Este autor proclamó su injusticia como regla. como principio, pero estableció una excepción,
consistente en que debía aplicarse en aquellos casos en que la sociedad se encontrara en grave
peligro, y cuando se tratara de individuos peligrosos que pudieran provocar desórdenes graves en la
sociedad.
fue en el año 1942 cuando estableció una excepción a la disposición transcrita, y dijo: La ley podrá
sin embargo establecer la pena de muerte para los que, en tiempo de guerra con nación extranjera,
se hagan culpables de delitos contrarios a la suerte de las armas nacionales, o de traición o
espionaje en favor del enemigo". Esto se reprodujo exactamente en la Constitución del año 1947, y
con algunas variantes en las siguientes, hasta que fue suprimido o prohibido, como acaba de
exponerse, a partir de la reforma constitucional del 1966.
En cuanto a las otras penas corporales, estaban destinadas, no a privar al condenado de la vida,
sino simplemente a hacerle sufrir físicamente. Las mutilaciones, la marca y las heridas
desaparecieron del Código Penal hace mucho tiempo, y lo único que ha quedado en alguna
legislación extranjera son los azotes y la esterilización,
El azote es una pena que, según unos, no se debe aplicar, porque para quien los merece, no
constituye una pena, pues ha perdido ya la vergüenza y, por consiguiente, poto le importa recibirlos;
y, en cuanto a los que no la merecen, no se les debe aplicar, porque pierden la poca honra que les
quedaba.
se opina que esa pena debe imponerse, porque para los individuos insensibles moralmente es la
única buena, ya que les hace sentir el peso de la pena, y ésta tiene la ventaja de que no priva a la
familia del delincuente de éste, ni a la sociedad de su trabajo, sino que se le da un castigo recio,
fuerte. Se considera también que los azotes son permitidos, no como pena, sino como medida
disciplinaria, por parte de los padres para con los hijos.
PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD, -
Las penas privativas de libertad consisten en privar al delincuente de su libertad física, como el
nombre ya indica, es decir, de cierta libertad de movimiento; pero la privación de la libertad que es,
podemos decir, la pena más aplicada actualmente y quizás la única que produce los mejores
resultados, no siempre tiene o ha tenido entre nosotros un carácter netamente penal.
Anteriormente los deudores insolventes o morosos eran condenados a prisión; pero hace esto fue
prohibido por nuestra Constitución, la cual no la permite, sino cuando la deuda provenga de fraude e
infracción a las leyes penales De modo que la única deuda que pueden dar lugar a privación de la
libertad son aquellas que resultan de indemnizaciones y de dolo en los procesos penales.

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DURACION Y REGIMEN DE LAS PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD, GENERALIDADES.-
la privación de la libertad es la pena por excelencia en todas las sociedades civilizadas; que asume
formas y caracteres muy diversos, según la gravedad objetiva del hecho. Así, por ejemplo, esas
penas, ente nosotros, en orden a su gravedad, son: trabajos públicos, detención, reclusión, prisión
correccional y prisión de simple policía.
Con ellas, así relacionadas con la gravedad objetiva del hecho, se ha creído que se pueden obtener
resultados muy diversos en cuanto a la represión de los detenidos.
Aquí hay dos aspectos fundamentales: el que se refiere a su duración y el que se refiere a su
régimen. Hay quienes opinan que no debe haber sino una sola pena, la privación de la libertad, y que
al ejecutarla, se someta a tratamiento distinto a los penados, según sus categorías, o mejor dicho,
según lo que sea necesario para reducarlos y readaptarlos; que, por consiguiente, esa diversidad de
penas es innecesaria.
la privación de la libertad, no es impuesta sino con el fin primordial de defensa social y para utilizarla
también en beneficio del condenado y de la sociedad, que lo que debe ser diverso es el tratamiento
que se le dé a cada uno y, asi mismo, el tiempo que dure la prisión de cada uno, sin que se clasifique
en trabajos públicos, detención, prisión correccional o prisión de simple policía.
DURĄCION DE LAS PENAS,
La duración de las penas está relacionada en nuestro Código con la gravedad del hecho: así, por
ejemplo: la de trabajos públicos es siempre de una mayor duración que la de detención, que de
reclusión o que la de prisión correccional; y asimismo, la pena de detención tiene duración mayor
que las otras que le siguen, y así sucesivamente. Pero en realidad, quien determina la duración de la
pena es finalmente el juez, moviéndose dentro de los límites determinados por el legislador, ejemplo,
el legislador dice: el homicidio se castiga con la pena de trabajos públicos. (Art. 304).
En cuanto a la duración, nuestras penas privativas de libertad tienen las siguientes : trabajos
públicos, pena fija de 30 años, para aquellos crímenes que la ley castigaba con pena de muerte, y
que en virtud de la reforma constitucional se castigaban con esa pena (Ley No. 64 de 1924).
La pena fija de 20 años de trabajos públicos, aplicable a aquellos crímenes que, a partir de la ley del
28 de junio de 1911, son sancionados con esta pena; la de trabajos públicos de 3 a 20 años y la de 5
a 20 años, determina para ciertos crímenes; la pena de detención, que tiene una duración de 3 a 10
años; la de reclusión que dura de 2 a 5 años, la prisión correccional como regla de 6 días a 2 años y
aún 4 años, y la de simple policía de uno a cinco y hasta 10 días.
En cuanto a las penas criminales, el legislador ha determinado su duración, en una sola ocasión. Ha
dicho, por ejemplo: los trabajos públicos serán de 3 a 20 años; la detención será de 3 a 10 años y la
reclusión de 2 a 5 años, y luego lo que hace es decir, que este crimen será castigado con trabajos
públicos, aquél con reclusión, tal otro con prisión, y entonces el juez se concreta a examinar en
cuanto al tiempo, los textos que ya han determinado esas penas, salvo excepciones establecidas en
la ley.
En materia correccional, la privación de libertad, si bien es de 6 días a 2 años, el juez puede llegar a
4 en caso de reincidencia, y aún a5 años en el caso del Art. 39, pero el legislador ha tomado la
precaución de determinar en cada delito, de máximum y el mínimum de dicha pena.
De manera que el juez, en cada caso, para aplicarla, tiene que recurrir al texto, que unas veces dice
de 6 meses a 2 años, otras de 3 meses a un año, etc. Por tanto, ni el máximum ni el mínimum son
iguales en todos los casos.
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CAPITULO XXXI
HISTORIA DE LA CUESTION PENITENCIARIA.
El asunto referente al sistema penitenciario ha pasado por etapas sucesivas, en primer lugar, la
privación de la libertad con o sin trabajo a causa de delito en edificios especiales, no pertenece como
pena si la época moderna.
que no se usaba del presidio como pena, porque se consideraba sumamente costoso, y que era
preferible ejecutar a los presos, porque, indudablemente, su organización y su sostenimiento
acarreaban grandes gastos a los Estados, y, además, como se ha dicho, debido también a las ideas
que imperaban entonces.
Las prisiones, hasta el siglo XVI, si asi se les puede llamar, no eran sino lugares utilizados con fines
de constreñimiento contra los deudores morosos, contra los prevenidos y contra los contraventores.
Constituyó un gran adelanto que ya a fines del Siglo XVI y a principios del XVII, se crearan casas de
corrección y de trabajo con fines de reforma para los vagos, los mendigos, los pordioseros, las
prostitutas y para los menores delincuentes.
La primera de esas instituciones fue creada por Budewell en el año 1555, cerca de Londres: pero el
verdadero modelo y lo que constituye un notable adelanto en esta materia, fue el establecido en
Ámsterdam, fundado de 1596 a 1597. A imitación de estas instituciones fueron creadas otras por el
mismo tiempo en Alemania, sobre todo en las ciudades de Lubeck, Hamburgo, Bremen y Danzig.
Hay que decir que esos sistemas tuvieron su verdadero origen en el establecido por la Iglesia
Católica para los miembros del clero, en quienes fue ensayado por primera vez el sistema de
separación de los detenidos como medio de reforma.
Desde mediados del siglo XVIII se había realizado ya en Hamburgo la separación nocturna de los
presidiarios. Pero el modelo de esta clase fue una establecida en Roma en el año mil setecientos
cuatro, (1704), por Clemente XI en el frontispicio de la entrada del cual fue escrito esto que se ha
adoptado como la divisa de toda institución penitenciaria "Parum est coercere improbus poena nisi
probus efitias diseiol ia, osea, de nada vale encerrar a un individuo en presidio si no es con fin de
reformarlo o educarlo".
Pero de todas estas instituciones, la que vino a ser modelo, fue la erigida en Gantes en el año 1795,
en donde se estableció el trabajo en común durante el día y la separación de los presos durante la
noche. Todo el mundo ha considerado esta cárcel como el primer modelo de penitenciaría. Para
época más o menos, comenzó un gran Filántropo una lucha que debía terminar con su vida, en favor
de la suerte de los presidiarios.
fue John Howard, quien emprendió investigaciones minuciosas acerca del tratamiento de los presos,
no sólo en Inglaterra, sino casi en toda Europa. Escribió una célebre obra: "State of prisión in
England and World", y perdió la vida en la lucha, en Crimea, donde se levantó un monumento para
conmemorar su labor humanitaria.
El movimiento iniciado por John Howard penetró en los Estados Unidos por iniciativa y luchas de
Benjamín Franklin, quien en 1776 estableció en Filadelfia una sociedad con el fin de conseguir la
reforma y la enmienda de los presidiarios, y preparó las bases para las reformas en la legislación en
los años 1786 a 1792.

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De los Estados Unidos pasaron es tas instituciones a Europa, ya reformadas y transformadas. A este
país tuvieron que venir a estudiar muchos hombres eminentes de Europa para reformar sus
instituciones penitenciarias.
Estas reformas no fueron tenidas en cuenta por las comisiones que redactaron en Francia los
Códigos Penal y de Procedimiento Criminal de 1808 y 1810. De ahí que en ellos no se escribieran
más que las disposiciones de los Arts. 412 y 413 (Code d' Instruction Criminelle), en las cuales se
estableció que debía haber dos clases de prisiones, la prisión en un solo edificio, se debía dividir en
dos partes: una prisión o departamento para los condenados a penas criminales, y otro para los
condenados a penas correccionales. Y, además, establecieron esos Arts. que debía haber una
cárcel para mujeres, y otra especial para los prevenidos, o sea, para los no condenados. Esos
artículos vinieron a ser y son muestra ley en materia de presidios, y no del todo, En Francia se luchó
mucho y hasta se establecieron verdaderas cárceles modelos: pero ese movimiento tuvo allí grandes
inconvenientes, por lo cual, 1848. dos circulares ministeriales le cerraron completamente las puertas,
posiblemente más por cuestiones económicas, que por otra causa.
REGIMENES PENTTENCIARIOS,
Las penas de privación de la libertad tienen alguna utilidad o pueden tenerla, cuando el legislador ha
establecido ha establecido un régimen conducente a esa finalidad, la principal de las cuales es
reformar al delincuente a la vez que lo castiga., allí donde no haya un régimen que se aplique en las
prisiones, las penas podrán ser represivas, pero no reformadoras, y posiblemente, leguen a ser
corruptoras. uno de los problemas más interesantes y serios y en el cual se debe fijar la atención, es
el que se refiere al régimen penitenciario, es decir, al modo como se deben ejecutar las penas
privativas de libertad.
Cuello Colón, dando acogida a los sentimientos caritativos, humanitarios y filantrópicos que han
predominado desde algún tiempo a esta parte dice más o menos lo siguiente: que es cierto que la
pena privativa de libertad es de las que más se presta para la defensa de la sociedad y para la
reforma del penado; pero que esto no se podrá conseguir jamás, mientras la sociedad se olvide de
que en todo condenado a pena privativa de libertad hay un hombre; que, a pesar de que la
condenación ha autorizado a la administración a violar en él ciertos derechos, ese hombre conserva
otros contra los cuales el Estado no puede atentar; que, para que haya utilidad en la pena privativa
de libertad, es preciso que exista un buen sistema educativo en las prisiones, que haya un buen
sistema de trabajo y de enseñanza profesional; que haya buena alimentación, que haya una buena
organización sanitaria, y que se haga una buena clasificación de los penados, para determinar
respecto de cada uno, el tratamiento que se le debe dar.
Los partidarios del sistema penitenciario se preocupan ante todo y sobre todo, por conseguir la
enmienda del condenado y su reclasifica para su ingreso de nuevo en la sociedad, y que no esté
expuesto a caer otra vez a caer otra vez en delito y convertirse así en un reincidente. De modo que
la prisión tiene en gran parte de la legislación quiérase que no dos objetivos: castigar y reformar.
al régimen penitenciario más aplicados. El primero es aquel en que los presidiarios están reunidos y
hacen vida en común durante el día y durante la noche.
Este es el sistema que de antiguo se empleó en las prisiones griegas, ergástulas romanas y en casi
todas las prisiones de la antigüedad, y el que: todavía se está aplicando en Francia, y entre nosotros,
salvo excepción. Garraud, dice que en Francia todavía existe, debido a dificultades económicas o

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financieras, y así justifica este maestro francés que se tenga aún esa vergüenza Antes del Código de
Procedimiento Criminal francés, los penados vivían juntos, en promiscuidad; jóvenes, viejos,
criminales, delincuentes de todas clases, y si alguna separación había, era en lo que a las mujeres
se refería.
De modo que el hombre que llegaba a uno de esos presidios, que son, como dijo el señor Hostos,
"universidad del crimen y escuela del vicio", con algún resto de pudor o dignidad, tenía que perderlos
o era considerado como un enemigo de todos. Y eso es natural: un hombre que viviera en este
ambiente resaltando el gran peligro sexual que amenazaba todo a los jóvenes al ponerse al nivel de
sus compañeros, no te el deseo profundo y arraigado de vengarse de todo y de todos; y quien es
devuelto a la sociedad en esas condiciones, no puede ser un elemento de bien, sino un criminal
perfeccionado, o un hombre bueno trocado en un criminal. ¿Ha conseguido la sociedad algún objeto
con esto?
El otro sistema es el de la separación durante la noche y reunión durante el día. Durante el día los
penados eran llevados al trabajo, pero bajo la ley estricta y rigurosa del silencio, porque se quería
evitar a todo trance que un delincuente o un criminal contaminara a los otros.
Este sistema mixto es el llamado Auburn, por haberse establecido en esta prisión, y fue aplicado en
el siglo XIX en el Estado de New York, donde existía dicha cárcel. Una de las cosas más naturales
en el hombre es hablar con sus semejantes, y se habla por rigurosas que sean las prohibiciones o
los castigos.
Otro sistema penitenciario fue el establecido en Filadelfia, por lo que se le dio el nombre de filadélfico
o pensilvánico, por ser la Legislatura de Pensilvania la que adoptó el acuerdo de su creación. Sus
fundadores creyeron que el medio más fácil de reeducar y readaptar a los penados era separarlos
absolutamente de la sociedad, encerrándolos en celdas y que no tuviesen comunicación con nadie.
Vivían una vida absolutamente solitaria y entregados continuamente durante el día a un trabajo
manual que se les obligaba a hacer.
Se consideró que de ese modo llegaría un momento en que el penado se arrepentiría del mal que
había hecho y se reconciliaría con su conciencia para volver rehabilitado a la vida social. todas estas
esperanzas salieron fallidas, porque se descubrió que este sistema conducía generalmente a los que
lo sufrían a la tuberculosis, a la locura y, en muchos casos también, al suicidio. Por esto se le tuvo
sencillamente como espantoso.
Los frutos que se esperaban de ese régimen no fueron conseguidos, Y ello asi porque se descubrió
que, si bien el aislamiento, dulcificado que acabamos de decir, era capaz de evitar las influencia mal
sana que de por sí tiene la prisión en común; que también era posible conseguir alguna preparación
moral del preso, a quien se le permitía, además solitario en un patio celular de la cárcel, tenía un
gran inconveniente que era que cuando el preso cumplía cl tiempo de su condenación, Al volver a la
vida en sociedad, llegaba más o menos desacostumbrado al trato de los demás hombres desprovisto
de todo, e inútil para la sociedad, y que en esa condiciones se podía decir que estaba en el mismo
estado de quien estando en plena oscuridad, sale de improviso a plena luz, y queda de pronto ciego
o atontado y no tenía otro camino sino volver a caer en el crimen.
Por eso fueron ideados nuevos sistemas, el más importante de los cuales es el que se ha llamado
Irlandés, obra de Walter Crofton, director de las prisiones de Irlanda, sistema que consta cuatro
etapas.

13
En la primera, el presidiario tiene que sufrir una parte de su condena en celda, que no puede ser de
más de nueve meses. De este modo éste no se desespera, ni tiene tiempo de pensar en el suicidio,
y, posiblemente, no llegue a padecer de tuberculosis.
Si algo tiene de bueno el aislamiento, con nueve meses es suficiente para que produzca sus
resultados. Luego viene lo que se llama la prisión en común. El preso entonces se reúne con los
demás durante el día. En ese tiempo, se entrega a sus labores junto con ellos, siempre que observe
buena conducta. En esta etapa tiene derecho a obtener por su buena conducta, ciertos tickets o
bonos que Vienen 2 disminuir su pena, y le dan créditos hasta para hacer salidas fuera de la cárcel.
De modo que no sale de la plena oscuridad a la plena luz, sino que va por grados. Si sigue
portándose bien, y su conducta moral indica que ha dejado de ser lo que era antes, entonces obtiene
ya la libertad condicional, es decir, llega un día en que la autoridad correspondiente le otorga la
libertad condicional. Si no delinque y si no observa una mala conducta, y cumple todas las
condiciones mediante las cuales fue puesto en libertad, no tiene que volver a presidio, y su pena es
ejecutada en ese estado de libertad.
dijo Ferri, fue una de las grandes aberraciones, del siglo XIX; que éste es un régimen bárbaro que no
podía seguir porque era peligroso. por esto que en Bélgica, que fue uno de los países en donde con
más entusiasmo se adoptó este régimen penitenciario ya evolucionado, , se decidió abandonarlo
completamente y sustituirlo con otro nuevo, que consiste en hacer una clasificación de los
presidiarios, según ciertas categorías determinadas por los hechos cometidos, por la manera de ser
de cada delincuente, por sus características, etc., y entonces se les somete a un régimen especial
por grupos. Este es un sistema que está ya bastante perfeccionado en Brasil, en la prisión de San
Pablo, y en otros países.
Hay otro sistema llamado Elmira, porque tuvo su origen en Elmira, Estados Unidos de América
(1876), y cuyos principios y métodos se emplearon en otros países, Generalmente se impone a los
jóvenes delincuentes, quienes son condenados a pena de prisión por tiempo indeterminado. Este
sistema trata de reformar al hombre, obligándolo a hacer toda clase de deportes y preparándolo para
una vida moral y de trabajo. Con esto se persigue realizar el principio aquel de men sana in corpore
sano. Hay allí escuelas para darle al penado la preparación científica necesaria y útil, y talleres en
donde aprende un oficio, han sido verdaderos modelos de laboriosidad y respeto a las leyes.
LA CUESTION PENITENCIARIA EN NUESTRO PAIS
la evolución de la cuestión penitenciaria. Durante la colonia, para custodiar y guardar delincuentes,
se mandó por Felipe II, en Real Cédula dada en el Prado el 2 de diciembre de 1582 (Recop. Ley I del
título VI libro VII): "En todos los pueblos de Indias se hagan cárceles para custodiar los delincuentes.
En ellas habrá aposentos para mujeres, separados de la comunicación de los hombres (Rec. Ley II
del Título y libro citados). En la Ordenanza 317, Ordenanza de audiencia de 1596, se ordena que los
alcaides y carceleros no injurien ni ofendan a los presos, sino que los traten bien, y especialmente a
los indios de los que no se sirvan en ningún ministerio " (opus cit. Ley 9).
"Son numerosas las disposiciones que sobre el régimen de las cárceles se dieron ya en las
ordenanzas de audiencias o bien en forma aislada. Adolecen a veces del exceso de casuismo
introducido para regular los menores detalles: por ejemplo, "los carceleros barrer dos veces cada
semana la cárcel y tengan agua limpia para que beban los presos" (Ord. 325, Rec. Ley 8).

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Thod, en su estudio sobre la historia del Derecho Penal de la América Latina, hace notar cómo se
instituyó cierta individualización judicial al determinarse por real cédula de don Carlos y la
Emperatriz, dada en Ocaña (Toledo) el 25 de enero de 1531, que Cuando las Audiencias y Justicia
mandaren prender a un Regidor o Caballero u otra persona honrada, señalaran la carcelería,
conforme a la calidad y la gravedad de sus delitos, es decir, deben ser remitidas a la cárcel pública o
a la casa de los alguaciles o de la municipalidad, etc. (Rec. Ley 15, título y libro citados"). "Los
encarcelados deben pagar en general los gastos de prisión, a no ser que fuesen pobres (Ordenanza
316, Rec. Leyes 13 y 14).
Los jueces tenían que realizar la visita de cárceles allí donde hubieren Audiencias y lo harían dos
oidores todos los sábados con asistencia del fiscal, alcaides ordinarios, alguaciles y escribanos de
las cárceles.
Después de estas disposiciones tendentes a establecer un sistema penitenciario en Santo Domingo,
dictadas por los colonizadores, no hemos encontrado en nuestra legislación, hasta 1918, nada que
viniese a cambiar lo antes dicho, salvo lo con tenido en los artículos 412 y 413 del Código de
Procedimiento Criminal, y bien se podía decir al contrario, que si malo era el estado de nuestras
prisiones en esas épocas, peor llegó a serlo durante la dominación haitiana.
Pero cuando verdaderamente comenzó a tratarse entre nosotros el asunto referente al mejoramiento
de la situación de los presidiarios, fue en el año 1920, mientras vivía nuestra patria los dolorosos
días de la Intervención Norteamericana.
expresa, en el Art. 1, que "el Poder Ejecutivo queda investido con autoridad para conceder indultos,
suspensión provisional, prórrogas o conmutaciones de sentencias criminales, correccionales y de
poco civiles y políticos, absoluta y condicionales ". A esto agrega el Art. 2: "La clemencia de este
modo dispensada surte efecto sin tener en cuenta el con sentimiento del interesado".
El día 24 de marzo de 1920 fue puesta en vigor la Orden Ejecutiva No. 435. la cual, en nuestro
concepto, constituye el mayor paso de avance nuestro en materia penitenciaria, pues se nos colocó,
se puede decir en la misma etapa en que, en ese tiempo, se encontraban los países más civilizados.
En esa Ley se disponía:
Iro, "Que todo prisionero que en la actualidad o en lo sucesivo se encuentre encarcelado con motivo
de una sentencia criminal o. correccional, excepto el que lo estuviere por haber dejado de pagar una
multa, será acreedor que se le rebaje la cuarta parte del tiempo de encarcelamiento; de lo cual se le
podía privar al detenido por mala conducta, pues sólo se podía otorgar en caso de buena conducta"
(Art. 1).
2do. "El Poder Ejecutivo podía poner en libertad bajo palabra al preso, si lo creía conveniente,
cuando hubiese cumplido, por lo menos, la cuarta parte de la pena impuesta, siempre que contara
con una persona que le sirviera de amigo y consejero durante el período de la libertad bajo palabra
(Art. 2).
3ro. “Para la concesión de la libertad bajo palabra o sea la libertad condicional, el solicitante debía
indicar el lugar en donde pensaba fijar su residencia, el nombre de su amigo y consejero, y adjuntar
una declaración de éste, en la cual se comprometía a proporcionar al preso tal o cual trabajo, a
servirle de consejero, amigo y guía, observar su conducta, e informar inmediatamente al Gobernador
provincial correspondiente, de cualquier falta o mala conducta del prisionero, así como del cambio de

15
residencia de este, declaración que debía estar garantizada por una persona de buena reputación
(Art. 3).
4to. "Para que se pudiese conceder la libertad condicional, debía hacerse en vista de un informe del
funcionario encargado de la prisión sobre el recluso, que debía contener los datos siguientes :
 1-Lugar y fecha.
 2.-Nombre de la institución penal.
 3.-Nombre del prisionero.
 4.-Nacionalidad.
 5.-0ficio.
 6.-Edad al tiempo del delito.
 7.-Delito.
 8.-Lugar en que se cometió.
 9.-Tribunal que dictó la sentencia.
 10.-Pena impuesta.
 11.-Fecha en que empezó a sufrir condena.
 12.-Fecha de entrada en la institución penal.
 13.-Parte de la condena ya cumplida.
 14.-Tiempo abonado por prisión preventiva en espera de sentencia.
 15.-Tiempo abonado con motivo de buena conducta.
 16.-Ticmpo que falta por cumplir.
 17.--0tras sentencias criminales, si las hubiere.
 18.-Sentencia por cumplir después de la presente, si las hubiere.
 19.-Ocupación en la prisión.
 20.--Conducta general del prisionero.
 21.-Castigo por mala conducta durante el encarcelamiento en caso de haberse aplicado.
 22.--Demostraciones de energía, eficiencia y aplicación por parte del prisionero -dense
detalles-
 23.-Dígase si las condiciones intelectuales han mejorado durante su encarcelamiento.
 24.-Condiciones de la salud del prisionero (en caso de enfermedad, preséntese un certificado
facultativo) (Art. 4)
5to. "El encargado de la prisión debía tramitar la solicitud de la libertad bajo palabra con los
documentos antes dichos, al Secretario de Estado de Justicia, quien, cuando lo creyese necesario,
pediría información al Gobernador de la Provincia, al Síndico Municipal o al Jefe de la Policía
Municipal, correspondientes acerca de la responsabilidad del consejero del recluso; entre otras
disposicones
El día 3 de noviembre de 1924, fue promulgada la Ley No. 50, la cual derogó expresamente las
órdenes Ejecutivas Nos. 384 y 435, y dispuso que los individuos que al tiempo de su publicación
estuvieren cumpliendo condena, gozarán de la rebaja de la cuarta parte del tiempo de la prisión a
que hayan sido condenados, siempre que hubiesen observado buena conducta durante el tiempo
que hubiesen permanecido en la prisión;
la derogación de la Orden Ejecutiva No. 435 constituyó un paso hacia atrás en el establecimiento de
las instituciones cresadas con el fin de readaptar a nuestros presidiarios. Es cierto que algunos

16
malos resultados fueron obtenidos al aplicar esas leyes, sobre todo, en lo que al presos de confianza
(que as se les llamaba) se refiere, y todo ello dependió de que nuestros presidios no estuvieron ni
han estado nunca en manos de individuos que posean los conocimientos y sentimientos piadosos y
humanitarios los suficientes para cumplir tal misión.
el 15 de diciembre de 1926, fue puesta en vigor la Ley No. 582 con la cual se quiso corregir en algo
las deficiencias que se creyó encontrar en la legislación anterior. Esta ley autorizó a la Suprema
Corte de Justicia para que, oído el dictamen del Magistrado Procurador General de la República,
rebajase la cuarta parte de la pena de encarcelamiento a los prisioneros a causa de crimen o de
delitos que pudiesen probar que durante el tiempo que han sufrido una condena han observado una
conducta ejemplar.
El 27 de octubre del año 1927 fue promulgada la Ley No. 759, la cual creó una institución
denominada Junta de Gracia y Perdón, integrada por el Secretario de Estado de Justicia e
Instrucción Pública, quien la presidía, por el Magistrado Procurador General de la República, por el
Secretario de la Procuraduría General de la República y el Proc. General de la Corte de Apelación de
Santo Domingo. Esta Junta quedó autorizada para perdonar, a petición de parte interesada, la cuarta
parte del tiempo de la condenación por sentencia definitiva a no menos de un año de prisión,
siempre que haya observado una constante buena conducta.
Posteriormente, fue promulgada la Ley No. 83, del 29 de enero de 1931, por medio de la cual se
modificó la No. 759, del siguiente modo: Iro. disponiendo que la Junta quedara integrada como sigue:
Presidente, el Procurador General de la República; miembros: El Procurador General de la Corte de
Apelación de Santo Domingo y el Procurador Fiscal del Distrito Judicial de Santo Domingo; 2do.
disponiendo que los beneficios del perdón de la cuarta parte de la pena no podían ser otorgados a
los individuos condenados por robo.
Según esta ley, recibida toda petición de perdón, la Junta debía requerir del Procurador Fiscal de la
jurisdicción correspondiente, un informe sobre la conducta del detenido, y, con vista de él y del
proceso, acordaba o no dicha rebaja.
la Orden Ejecutiva No. 485, la que, como hemos dicho, constituyó nuestro mayor paso de avance en
materia penitenciaria, en el tiempo cuando comenzó a aplicarse, como en la actualidad, no existía un
personal con conocimientos y preparación para cumplir los fines que se propuso el legislador.
Por otra parte, había unos presos vestidos de fuerte azul, llamados "presos de confianza", que salían
todos los días de la Fortaleza Ozama a trabajar fuera del presidio, en Santo Domingo, y regresaban
a dormir en ella, que comenzaron a cometer delitos de todas clases, lo que causó alarma en la
población.
Finalmente, tanto los que habían obtenido la rebaja de la cuarta como los libertados bajo palabra,
una vez en libertad, y no habiendo sido objeto de tratamiento o mejoramiento alguno, y que habían
permanecido el presidio en medio de la vagancia y la promiscuidad, volvían a cometer fracciones
aún' más graves que las que motivaron su primera prisión.
PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD, SU DURACION, COMO SE EJECUTAN. -
las únicas penas privativas de libertad que tenemos son las siguientes: trabajos públicos de 30 años,
de 20 años, de 3 a 20 años, de 5 a 20 años y de 3 a 10 años (modificación del Art. 386 del Código

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Penal) y detención de 3 a 10 años, la reclusión de 2 a 5 años, la prisión correccional de 6 días a 2
años y la prisión de simple policía de 1 a 5 días.
La pena de trabajos públicos, sea cual fuera su duración, debe ser ejecutada en las cárceles, y
según dispone el Art. 15 del Código Penal, a los hombres condenados a ella se les empleará en los
trabajos más penosos; se dispone también, que esos hombres podrán ser encadenados de dos en
dos, como medida de seguridad, cuando lo permita la naturaleza del trabajo a que se les destine.
Siendo este el régimen para la ejecución de la pena de detención, se ve que los condenados a ella
no está sujetos a ninguna clase de trabajos.
En cuanto a los condenados a reclusión, según el Art. 22, serán encerrados en la cárcel pública y
empleados en trabajos, cuyo producto se aplicará en parte a su provecho, en la forma que lo
determine el Gobierno.
En cuanto a los condenados a prisión correccional, dice el Art. 40 del Código Penal, que serán
encerrados en una casa de corrección, y que se les dedicará, según su elección, a uno de los
talleres establecidos en la casa, y agrega el artículo 41, que una parte del producto del trabajo de los
detenidos por delito correccional se destinará a los gastos comunes de la casa; otra a
proporcionarles algunas ventajas o alivio durante su detención, si lo mereciere, reservando la tercera
parte para formarles un fondo que se les entregará a su salida de la prisión.
en cuanto a la ejecución de las penas, y especialmente en lo que al trabajo se refiere, las
disposiciones de la ley han sido menos que letra muerta: no hay tales talleres, ni las casas de
corrección donde pue dan los condenados a prisión correccional escoger el trabajo a su voluntad; no
hay allí la posibilidad de optar entre un trabajo u otro y, por lo tanto, jamás ha habido tales partes
alícuotas, ni tales reglamentos.

ORGANIZACION DEL TRABAJO EN LOS PRESIDIOS.


En otras partes se ha impuesto un trabajo puramente penal e improductivo; pero es indudable, que el
trabajo que no tiene el suficiente de beneficio para el preso, no puede surtir los efectos que se quiere
conseguir con él, Ambos sistemas han tenido sus adversarios y sus adeptos.
Por otra parte, en cuanto al sistema de conceder la explotación del trabajo de los presos a un
industrial, tiene la ventaja de que cl Estado no tendría que pagar el sostenimiento de ellos sino
quizás una pequeña subvención, con lo que se quitaría de encima una carga bastante pesada; pero
en cambio el concesionario o el negociante se convertiría a su vez en el Director y Jefe de los
presos, e impondría órdenes de ejecución de las penas, y entonces tendríamos que el Estado estaría
delegando en un particular, lo más delicado en este asunto, como es la ejecución de la pena, aparte
del mal trato que el concesionario daría casi siempre a los detenidos, de quienes haría verdaderos
esclavos.
De modo que si algún día se ofrece organizar en nuestro país el trabajo en las prisiones, no se debe
olvidar que el hombre condenado a sufrir prisión en virtud de una sentencia, está privado de ciertos
derechos, pero que debe tratarse de proporcionarle un trabajo educador y productivo.

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La mayor parte de nuestros presos están condenados a dos meses, seis meses o un año, De modo
que el Estado está sosteniendo en las cárceles, a veces por delitos de menor cuantía, a una cantidad
inmensa de individuos, muchos de los cuales, es posible que vayan allí como último recurso para
conseguir comida y casa, sistema muy útil para los haraganes.
qué solución se le va a buscar a ese asunto, y se ha tratado de encontrarla por los siguientes
medios:
Iro. por medio de la fianza: el condenado puede ser puesto en libertad prestando una fianza de que
no va a infringir la ley durante cierto tiempo;
2 do. que el delincuente sufra la prisión en su propia casa. De esta manera su familia no se priva del
producto de su trabajo ni de su dirección;
3ro. la condena condicional es una institución que consiste en que el delincuente, si es primario y ha
sido condenado a penas menores de un año, el juez pronuncia la condenación contra él y entonces
ordena que no se le ejecute la pena, bajo condición de que se presente ante las autoridades en tales
y cuales ocasiones, y que siempre dé cuenta de su domicilio; que no cometa infracción o actos de
mala conducta durante cierto tiempo; y que pasado ese lapso, si no ha infringido las leyes, la
sentencia se da como no pronunciada.
PENA RESTRICTIVAS DE LIBERTAD. CUALES SON ESAS PENAS
Entre las penas restrictivas de libertad que tenemos, encontramos. en primer lugar, el destierro, la
cual tiene en Francia carácter criminal, pero entre nosotros es correccional. Según el Art. 37 del
Código Penal, todo condenado a destierro será llevado por orden del Gobierno fuera del territorio de
la República.
Su duración no debe exceder de 3 años ni bajar de uno. De modo, pues, que no consiste sino en que
el condenado a sufrirla no habite en el territorio nacional. Pero si regresa voluntariamente antes del
vencimiento del término de la pena, entonces se convertirá, según dispone el Art. 38, en la de
reclusión por el tiempo que le faltaba por cumplir.
Otra pena restrictiva de libertad es el confinamiento, la cual consiste en que el condenado a sufrirla
tiene por obligación que residir en un lugar del país, determinado en la sentencia. De modo que
mientras al desterrado se le obliga a vivir fuera del territorio de la República, el condenado a
confinamiento no debe salir del sitio que se le asigne. Dice el Art. 39 que todo condenado a
confinamiento será conducido a la cabecera de provincia, distrito o común indicada en la sentencia.
La duración de esta pena es de seis meses a lo menos y de dos años a lo más, lo que nos indica
que es correccional. En el caso de que el confinado saliere del lugar de su confinamiento, será
condenado a prisión correccional por un tiempo igual al que le faltaba para la expiración del
confinamiento.
Otra pena restrictiva de libertad es la sujeción a la vigilancia de la alta policía. A juzgar por lo
pomposo del título, parecería como que en nuestro país hay una alta policía encargada de
supervigilar la vida de quien la sufre y que los agentes de ella están siempre presentes para
informarse de todos los actos que realice y pueda constituir nuevo peligro para la sociedad.
Las restricciones que a la libertad conlleva esta pena están establecidas en el Art. 44 del Código
Penal, el cual se expresa así: "La sujeción a la vigilancia de la alta policía, da al Gobierno el derecho

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de determinar ciertos lugares, a los cuales no podrá presentarse cl condenado, sino después de
haber sufrido su condena. Quince días a los menos, antes que el condenado obtenga su libertad,
deberá manifestar el lugar donde va a fijar su residencia; y si no lo hiciere, el Gobierno le fijará uno.

CAPITULO XXXII
PENAS PRIVATIVAS DE DERECHOS. – GENERALIDADES.
Las penas privativas de derechos organizadas en nuestras leyes penales pueden ser clasificadas
como sigue:
a. las que son una consecuencia de la indignidad que sufre el condenado;
b. las que tienen por objeto mantener la igualdad de la nena entre los condenados, y por otra
parte, proveer al ejercicio de ciertos derechos que la ejecución de la pena pone a los
condenados en la imposibilidad de ejercer.
Entre las primeras tenemos la degradación cívica, la facultad acordada al cónyuge del condenado de
demandar el divorcio, y la pérdida de la patria potestad. Entre las segundas podemos citar la
interdicción legal y la doble incapacidad de recibir y de disponer a título gratuito por donación o por
testamento.
LA DEGRADACION CIVICA.
La degradación cívica es una pena criminal infamante, perpetua, accesoria siempre, principal
excepcionalmente, y entonces con carácter político. Viene establecida en el Art. 32 del Código Penal,
el cual reza: "La degradación cívica consiste
1ro. en la destitución o exclusión de los condenados de todas las funciones, empleos o cargos
públicos;
2do. en la privación del derecho de elegir y ser elegido; y en general, en la de todos los derechos
cívicos y políticos;
3ro., en la inhabilitación para ser jurado o experto, para figurar como testigo en los actos, y para dar
testimonio en juicio, a no ser que declare para dar simples noticias;
4to. en la inhabilitación para formar parte de ningún consejo de familia, y para ser tutor, curador,
protutor o consultor judicial, a menos que no sea de sus propios hijos, y con el consentimiento previo
de la familia;
5to. en la privación del derecho de porte de armas, del de pertenecer a la guardia nacional, de servir
en el ejército dominicano, de abrir escuelas, o de enseñar, o de ser empleado en ningún es
tablecimiento de instrucción en calidad de profesor, maestro o celador",
Después de leer el contenido del texto legal antes transcrito, podemos resumirlo diciendo que los
condenados a esta pena incurren en la pérdida del goce y del ejercicio de ciertos derechos que
podemos clasificar así:
a) de los derechos políticos del ciudadano (Art. 15 de la Constitución) o sean el de elegir y el de
ser elegibles para las funciones electivas;
b) de ciertos derechos que bien podríamos llamar públicos, pues se trata de facultades
correspondientes a todos los habitantes del territorio, Como son: el porte y posesión de amas :
el derecho de usar condecoraciones dominicanas o extranjeras: el de participar en cl ejercicio
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del poder público, de ser perito, maestro, catedrático y aún celador de un establecimiento de
enseñanza; y
c) de ciertos derechos de familia, como lo son el de ser miembro de un consejo de familia tutor,
curador, consultor judicial, a menos que sea de sus propios hijos y con la aprobación del
consejo de familia.
la degradación cívica es una pena criminal infamante, accesoria en principio, y principal a veces,
pero lo que constituye su principal característica es que es indivisible, esto es, que el juez no puede
disponer por su sentencia, que el condenado no sufra algunas de las caducidades contenidas en el
Art. 32.
QUIENES SUFREN ESTA PENA.
Además de los casos en que es pronunciada por delitos políticos como pena principal, todas las
personas condenadas a la pena de trabajos públicos, detención o reclusión, la sufren de pleno
derecho, es decir, sin que el juez tenga que pronunciar la condenación a sufrirla (Art. 28, Cód.
Penal).
FECHA EN QUE ES EJECUTABLE.
Según el Art. 28, Cód. Penal, "se incurre en esta pena, desde el día en que la sentencia es
irrevocable; y en el caso de condenación en contumacia, desde el día de la notificación en estrados".
PENAS QUE LA ACOMPANAN O LA SUSTITUYEN.
Conforme el Art. 33 del Código Penal, "siempre que la degradación cívica se pronuncie Como pena
principal, podrá acompañarse con la de encarcelamiento, cuya duración fijada por la sentencia de
condenación, no podrá exceder de cinco años, Si el culpable fuere un extranjero, o un dominicano
que hubiere cambiado su nacionalidad, la pena de encarcelamiento deberá pronunciarse siempre".
La pena de prisión que puede acompañar a la degradación cívica es la de prisión prisión correccional
y su pronunciamiento es facultativo cuando la condenación recae sobre un dominicano; pero es
obligatorio cuando se imponga a un extranjero o a un dominicano que haya cambiado su
nacionalidad.
Conforme el Art. 33 del Código Penal, "siempre que la degradación cívica se pronuncie Como pena
principal, podrá acompañarse con la de encarcelamiento, cuya duración fijada por la sentencia de
condenación, no podrá exceder de cinco años, Si el culpable fuere un extranjero, o un dominicano
que hubiere cambiado su nacionalidad, la pena de encarcelamiento deberá pronunciarse siempre".
La pena de prisión que puede acompañar a la degradación cívica es la de prisión prisión correccional
y su pronunciamiento es facultativo cuando la condenación recae sobre un dominicano; pero es
obligatorio cuando se imponga a un extranjero o a un dominicano que haya cambiado su
nacionalidad. En todo caso, es necesario que la degradación cívica sea la pena principal.
La duración de esta pena complementaria de prisión, ya que la ley sólo ha indicado el máximum,
podrá ser fijada por el juez, de seis días a cinco años.
COMPARACION DE ESTA PENA CON LA DE PRIVACION DE CIERTOS DERECHOS CIVICOS,
CIVILES Y DE FAMILIA.

21
Si comparamos las disposiciones de los Arts. 32 y 42 que organizan respectivamente las penas de
degradación cívica y la de privación de algunos derechos cívicos, civiles y de familia, notaremos:
a) que la primera es una pena criminal, que puede ser principal o accesoria, que en este último caso
se sufre de pleno derecho por los condenados a ciertas penas criminales, y con carácter de
perpetuidad; mientras que la segunda es correccional, siempre complementaria, que sólo puede ser
pronunciada, conforme lo dispone el Art. 43 del Código Penal, en los casos en que la ley
expresamente lo autorice u ordene; y, finalmente, que es una pena temporal, cuya duración, según el
Art. 484 del Código Penal, no será de más de cinco ni menos de un año, para los casos en que la ley
pronuncia la inhabilitación absoluta y no fije duración alguna;
b) que mientras la degradación cívica es una pena indivisible que ha de pronunciarse en bloque, la
otra es, como dice Garraud, "Un reservoir común en el Cual el juez puede escoger, entre las diversas
caducidades que contiene, aquellas que parezcan más en relación con el delito o el delincuente";
y c) que el Conjunto de derechos de que se puede privar al condenado correccionalmente es menos
completo que el establecido para la degradación cívica. Finalmente ésta, más que una pena, es una
medida de seguridad, y por tal debería tenérsela.
CRITICAS QUE SE HAN HECHO A LA DEGRADACION CIVICA.-
La degradación cívica ha sido criticada desde varios puntos de vista como son:
a) que es una pena desigual según las personas, puesto que si bien es cierto que es rigurosa, por
ejemplo, para aquellas que sirven empleo o castigo público, no causa dolor alguno a quienes
realizan otro género de trabajo o viven de sus rentas;
b) que es ineficaz, porque, en vez de producir un dolor, causa un contento, como ocurre en el caso,
por ejemplo, del militar obligatorio, y la exclusión de formar parte del ejército y la marina ya que esto
para muchas personas, no es un deshonor ni un castigo: que es perjudicial, no precisamente para
quien la sufre, la pena
COMO SE EJECUTA ESTA PENA.
La degradación cívica fue organizada en el Código Penal francés del año 1791 con cierto aparato
teatral"; pero en la actualidad, no resulta, sino de pleno derecho, en virtud de la sentencia de
condenación.
COMO TERMINA ESTA PENA.
Esta pena es perpetua; no obstante, cuando en cl condenado se han cumplido ciertos requisitos
legales, éste puede ponerle fin mediante el procedimiento de la rehabilitación,
LA PRIVACION DE CIERTOS DERECHOS CIVICOS, CIVILES Y DE FAMILIA,
Esta pena privativa, no del goce, sino sólo del ejercicio de ciertos derechos cívicos, civiles y de
familia, está Código Penal, el cual dispone lo siguiente: Los tribunales que conozcan los negocios en
materia correccional podrán en ciertos casos, privar al condenado de una parte o de la totalidad de
sus derechos cívicos, civiles y de familia siguiente.
1ro. Del de la votación y elección, 2do. Del de elegibilidad del de ser jurado o nombrado para ejercer
otras funciones públicas o para los empleos de la administración. 4to. del de porte de armas; 5to. del
de votación o sufragio en las deliberaciones de familia; 6to. del de ser tutor o curador de otras
22
personas que no sean sus propios hijos, y con el asentimiento de la familia; 7mo. del de ser experto
o servir de testigo en los actos públicos; 8vo. del de prestar declaración en juicio, a no ser que se
reciba como simple noticia".
LA INTERDICCION LEGAL,
La interdicción legal es otra pena privativa de derechos, y se encuentra consignada en los Arts. 29,
30 y 31 del Código Penal, los cuales dicen así:
Art. 29. Todo condenado a detención o reclusión permanecerá mientras dure la pena en estado de
interdicción legal. Se le nombrará, tanto a éstos como a los condenados a trabajos públicos, tutor y
protutor, que cuidarán y administrarán sus bienes. Este nombramiento se hará con arreglo a las
disposiciones prescritas por el Código Civil, para los tutores y pro-tutores de los incapacitados''.
"Art. 30. Los bienes del condenado le serán devueltos después que haya sufrido su pena, y el tutor le
dará cuenta de su administración".
Art. 31.- Mientras dure la pena, no podrá entregársele ninguna suma, ni hacérsele ninguna
asignación, ni dársele ninguna parte de sus rentas".
FINALIDAD DE ESTA PENA,
La ley no ha expresado cuál es la finalidad de esta pena, y es por tanto a la doctrina a quien ha
tocado decirlo de o a esta, la interdicción judicial, la cual ha sido creada como una medida de o
acuerdo con los principios. En nuestro derecho existe una institución similar física o mentalmente en
condiciones de realizar acto alguno de la vida civil. Varias explicaciones han sido dadas como
fundamento o finalidad de la interdicción legal, entre las cuales se citan las siguientes:
a) que si el condenado a pena criminal no estuviese interdicto podría valerse por medios que su
fortuna le ofrece, para mejorar su situación, y de ese modo quedaría destruido el principio de la
igualdad de las penas;
b) que si el detenido tuviese la administración y libre disposición de sus bienes, podría conseguir por
medio del soborno, facilidades para evadirse y evitar la ejecución de la pena;
c) que la capacidad del condenado sería incompatible con su situación, pues, mientras se está
privado de la libertad, no se puede tener en hecho, la administración de la fortuna, y de ese modo, se
le conservaría en derecho, una capacidad que no podría ejercer y, en tales condiciones, su
patrimonio, privado en hecho de un administrador, estaría expuesto a sufrir perdida.
La ley se dice lo que ha hecho al instituir la interdicción legal, es organizar una incapacidad de
derecho, paralela a la incapacidad de hecho existente.
SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LA INTERDICCION LEGAL Y LA INTERDICCION
JUDICIAL-
Las dos instituciones tienen igual fin ya que su objeto es asegurar la conservación y la administración
de los bienes de una persona incapacitada para hacerlo por sí misma. Por tal razón, ambas tienen
igual naturaleza, y establecen una incapacidad. Difirieren, sin embargo, en esto que es fundamental,
y es que, la interdicción legal, además de ser una medida de protección, es también una medida
penal y de aquí las consecuencias jurídicas siguientes;

23
a) que el condenado no pueden serles entregadas las rentas ni el producto de la venta de sus
bienes (Art. 30);
b) que como la incapacidad del condenado no se refiere a la administración y disposición de sus
bienes, y no al ejercicio de todos sus derechos civiles, puede ejercer sus derechos puramente
personales, como son por ejemplo: el de casarse, testar o reconocer a un hijo y
c) los actos de administración o de disposición realizados por el condenado, están afectados por
una nulidad radical y absoluta, la cual, por ser de orden público, puede ser invocada por toda
parte que justifique tener interés.
DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE LA INTERDICCION Y LA DEGRADACION CIVICA,
La degradación cívica, como lo hemos visto, priva al condenado al goce y del ejercicio de ciertos
derechos políticos, públicos y de familia; mientras que la pena que estudiamos, sólo le priva del
ejercicio de los derechos que ya hemos enunciado, los que se refieren a la administración y
disposición de sus bienes.
Una diferencia más es la de que la pena de degradación cívica se sufre a partir del día cuando la
pena principal es irrevocable, mientras que la interdicción legal se sufre en el tiempo que dura la
ejecución de la pena principal, todo ello, por las razones que hemos expuesto, y tal como lo dispone
el Art. 29 citado.

LA MUERTE CIVIL. SU ABOLICION. INSTITUCIONES QUE LA HAN SUSTITUIDO.


La muerte civil, una pena antisocial, anticristiana y antijurídica, al decir de Garraud, y un anacronismo
en las legislaciones modernas, según escribía Rossi en 1829, consistía en una deformación de la
capitis diminutus romana, mediante la cual el legislador, por una cruel ficción, se había esforzado en
que, aun viviendo un individuo, se produjese en él, al ejecutarle tal pena, efectos iguales a los que
hubiese producido su muerte natural, Su sucesión se abría y sus herederos la recogían; sus lazos de
familia y de matrimonio quedaban disueltos de tal modo que, si después de condenado adquiría
algunos bienes, pasaban al Estado por falta de herederos, y si el condenado contraía nuevo
matrimonio, era nulo, Además, a la muerte de sus parientes, no podía heredarles ni recibir
donaciones o legados, a menos que fuese a título de alimentos.
Esta pena cruel y bárbara, fue abolida en Francia el 31 de mayo del 1854, sustituida por las de
degradación cívica, la interdicción legal, la doble incapacidad de disponer y de recibir a título gratuito,
y la nulidad del testamento hecho antes de la condenación.
LAS PENAS PECUNIARIAS, DEFINICION:
Son penas pecuniarias, aquellas cuya consecuencia directa e inmediata es producir una disminución
del patrimonio de una persona a título de castigo a causa de un delito, no se puede confundir estas
penas con la antigua composición, con las restituciones, ni con los daños y perjuicios cuyo objeto es
reparar el daño o indemnizar el perjuicio causado, pagar el precio de la sangre o comprar la
seguridad del infractor.
Nuestro Código Penal establece esta distinción, cuando dispone en el Art. 10, que "las penas que
pronuncia la ley para los crímenes, delitos y contravenciones se impondrán siempre, sin perjuicio de
las restituciones y daños y perjuicios que puedan resultar en favor de los agraviados":
Las penas pecuniarias pueden ser de dos clases: unas, las que hacen al Estado propietario de un
objeto .en naturaleza, y las otras, que le hacen acreedor de una suma de dinero. Las segundas son
la multas, y la primera, la confiscación o comiso especial de ciertos objetos llamados "el cuerpo del
delito", el producto del delito o el instrumento que sirvió para cometer el delito, y, finalmente, la

24
confiscación general, en los casos especiales en que se imponga por una ley especial (Art. 8 de la
Constitución).
LA MULTA,
Esta pena, que tuvo durante algún tiempo el carácter de una indemnización pagada al rey o al señor
por los gastos avanzados para la persecución, tiene un origen muy remoto, pues se la encuentra en
las legislaciones más antiguas, como el derecho romano, el germano y el canónico. Durante mucho
tiempo constituyó la base de la penalidad, pero fue perdiendo importancia, hasta asumir el papel
modesto que desempeña en la mayoría de los Códigos y leyes actuales.
La razón de ello es que, como expresa Cuello Colón, tiene las siguientes ventajas:
a. causa siempre un sufrimiento, pues si algunos delincuentes llegan a habituarse a la prisión,
nadie se habitúa al pago de una cantidad de dinero;
b. es sumamente flexible y divisible;
c. se adapta, cual ninguna otra, a la situación canónica del condenado;
d. a diferencia de la prisión, no degrada a quien la sufre, ni deshonra a su familia;
e. que no constituye obstáculo para la rehabilitación social del condenado;
f. el condenado no deja a los suyos en el abandono, ni pierde su empleo o su clientela, y
g. es sumamente recomendable desde el punto de vista económico, pues además de constituir
una fuente de ingresos para el Estado, no representa para éste, a diferencia de la pena de
prisión, gasto alguno.
CARACTERES DE LA MULTA REPRESIVA,
La multa como pena tiene ciertos y determinados caracteres que la distinguen perfectamente de las
otras sanciones pecuniarias a causa de violación del derecho, a saber:
 Iro. que debe ser impuesta en virtud de una ley, entendiéndose el término con el alcance que
le hemos dado;
 2do. que debe ser pronunciada por los jueces, previa comprobación de la culpabilidad del
agente; y 3ro. que sólo es pronunciada por una infracción de carácter penal. De este modo se
la distingue:
a) de la cláusula penal, que es el respaldo o resultado de la convención de las partes para el
caso de no ejecución o mala ejecución de un contrato; y
b) de las multas civiles, de procedimiento y disciplinarias.
Cuando la multa reúne las condiciones ya dichas, es una pena, e importa poco cuál sea la
jurisdicción civil, penal o de instrucción que la pronuncie.

CONSECUENCIAS JURIDICAS DEL CARACTER PENA DE LA MULTA.


Según los artículos 9.11 y 464 del Código Penal, la multa es una pena y, como tal:
a) debe ser debe ser pronunciada solamente contra los autores y cómplices de la infracción
personalmente.
b) no puede ser pronunciada sino en virtud de un texto de ley que lo autoriza
c) se extingue por la prescripción, en el plazo determinado para cada categoría de la
infracciones; y
d) está sometida, pero sólo en materia criminal y correccional, a la aplicación de la regla del no
cúmulo de penas, salvo cuando se trata de materia fiscal.

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Cuando muchas personas han tomado parte en la comisión del hecho, a cada una le debe ser
impuesta la multa establecida en la ley, tomando en cuenta su culpabilidad y las circunstancias que
les son propias.
Esta regla de la individualización de la multa tiene en nuestra legislación un carácter absoluto, en el
sentido de que, aun cuando se trate de una persona moral que esté perseguida en los casos en que
la ley excepcionalmente lo permite, así como cuando está en relación con el perjuicio o con la
gravedad del hecho.
LA MULTA FISCAL,
Hay otras cuyo carácter no es tan sólo penal, sino también indemnizante. Son esas multas que se
imponen, no para castigar un culpable; no para sancionar un acto contrario a la moral, sino más bien,
por el perjuicio que se causa al Fisco, a quien se priva del ingreso de ciertas cantidades
presupuestas para la satisfacción de las necesidades comunes.
tienen carácter penal e indemnizante.
Las consecuencias jurídicas que deducimos de ese doble carácter son las siguientes: como penas
a) si el inculpado. muere, se extingue la acción tendente a imponerla, o sea la acción pública;
b) la acción pública y la pena impuesta prescriben conforme a las reglas establecidas en los Arts.
432 y siguientes del Código de Proc. Criminal; y
c) para obtener su pago, se aplican las garantías especiales establecidas por las leyes para el
cobro de las multas en general.
Como indemnización:
a) a su pago están obligadas las personas civilmente responsables de la infracción;
b) en caso de delito de muchos, sólo una debe ser pronunciada en relación a todos;
c) no se le aplica el principio del no cúmulo de penas;
d) no pueden ser apreciadas circunstancias atenuantes, salvo disposición contraria de la ley, y
e) estimo que, en este caso, no era aplicable el Art. 47 de la Constitución, que preceptúa que las
leyes tienen efecto retroactivo respecto de los que están subjudice o cumpliendo condena. (B.
J. Nos. 473 y 474 de diciembre de 1949 y enero de 1950). Casos del Central Romana.
DETERMINACION DE LA CỦANTIA DE LA MULTA,
En la antigua legislación francesa, según nos refiere Garraud, esta pena era fija o arbitraria, según
los delitos, y en el último caso, el juez determinaba la cantidad teniendo en cuenta, no solamente las
circunstancias de la infracción, sino también la situación económica y aún la calidad del inculpado.
Nuestra legislación actual, como la francesa, abandonó ambos procedimientos de determinación, y lo
que hace generalmente es establecer un máximum y un mínimum, dentro de los cuales puede el
juez moverse a voluntad, y aun apreciando circunstancias atenuantes, excepto en materia criminal,
descender al mínimum de la de simple policía, esto es, a un peso.
Este sistema, sin embargo, ha sido criticado, por cuanto crea una desigualdad injusta entre los ricos
y los pobres, para quienes no tienen igual rigor, ya que es sabido que, por ejemplo, cinco pesos de
multa no afectan de igual modo a un obrero que a un millonario, dianamente rica.
Es por esto que hoy se sostiene que la multa debe guardar relación con la situación económica del
multado, teniendo en cuenta el impuesto con la que paga sobre la renta, su estado civil, las cargas
de familia, profesión, ganancia profesional o su capacidad de pago, y estado salud.

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Nuestro Código Penal y aún ciertas leyes especiales, no establecen la cuantía de la multa como lo
hemos dicho, sino que a veces autorizan fijarla de acuerdo con los beneficios ; o sólo determinan el
máximum sin decir cuál es el mínimum, o sólo expresan que el hecho se sancionará con multa, sin
fijar cantidad alguna. ¿Cómo se procederá en estos casos?
En el primero, los jueces, verificado el texto legal, determinan previamente la cuantía del beneficio o
del perjuicio, y luego fijan la multa; en el segundo, si el máximum es superior a cinco pesos, la multa
es criminal o correccional, y no puede llegar a ese límite, el de cinco pesos, sino admitiendo
circunstancias atenuantes en materia correccional, salvo el caso excepcional del Art. 311, ap. I; si el
máximum es de cinco o menor de cinco pesos, es de simple policía, y puede bajar hasta un peso; y
en el tercero si el juez puede reconocer la naturaleza de la infracción, aplicará la regla anterior, y en
caso contrario, aplicará un peso y no más.
PROPIETARIO DE LA MULTA,
En nuestro país, en principio, y según la Ley No. 674 de abril del 'año 1934, las multas pertenecen al
Fisco. Deben ser pagadas en dinero, salvo el caso previsto en el Art. 50 de la Ley No. 124 del 14 de
noviembre de 1942, en que pueden ser pagadas con trabajo en obras del Estado. En otros casos
serán pagadas con apremio corporal a razón de un día por cada peso dejado de pagar (Art. 1ro. de
la Ley No. 674 del 21 de abril de 1934), sin que, en ningún caso, pueda la prisión pasar de dos años
(Ley No. 674, Art. 1ro, del año 1934).
Estas reglas sufren excepción como por ejemplo: en el desfalco, Ley No. 712, del 27 de junio de
1927, Art. 4, párrafo 2, caso en el cual la prisión es a razón de cinco pesos por día, sin que la
reclusión pueda ser mayor de diez años. El cobro de las multas está garantizado por una hipoteca
judicial en primer rango en favor del Estado, (Art. 55, Cód. Pen al) y como ya se ha visto, también por
el apremio corporal del condenado.
LA CONFISCACION. EN QUE CONSISTE.
La confiscación es una pena o una medida de policía en virtud de la cual el Estado expropia una
cosa mueble o inmueble a causa de delito a su legítimo propietario, sin que se cumplan las leyes o
reglamentos establecidos para la expropiación por causa de utilidad pública o porque así lo reclame
el interés social.
CARACTERES QUE ASUME.
La confiscación puede ser general o especial. Es general, cuando se aplica a todos los bienes del
condenado; y especial, cuando va dirigida a ciertos y determinados bienes, pertenezcan o no al
inculpado; tales como son las cosas llamadas "el cuerpo del delito" a las que han servido como
medios o instrumentos para cometer la infracción.
LA CONFISCACION GENERAL,
La confiscación general que como dijimos, se aplicaba a todos los bienes del condenado y, por
consiguiente reflejaba también sobre su familia, constituía una grave injusticia para quienes eran
extraños al delito, y por su carácter aberrante, fue suprimida en Francia por la Asamblea
Constituyente, por la ley del 21 de en ero del 1970 y aunque restablecida luego para ciertos casos,
fue definitivamente abolida por la Constitución de 1814 en su artículo 66.
Al nacer nuestra patria a la vida independiente, nuestros constituyentes, como los del mundo entero,
repugnaron esta pena, y es por esto que, en el Art. 20 de la primera Constitución, la de 1844, se dijo:
No se impondrá jamás la pena de confiscación de bienes".
que queda prohibida la confiscación general de bienes, salvo como pena a las personas culpables de
traición o espionaje en favor del enemigo en tiempo de guerra con nación extranjera".
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Para que esa pena pudiera imponerse, debían cumplirse las siguientes condiciones:
 Ira. que se dictara una ley que determinara los casos de su aplicación;
 2da. que existiera una guerra internacional en la cual tomara parte nuestro país, y 3ra. que se
tratara de delitos de traición o de espionaje.
Constitución trata este asunto en el artículo 8, inciso 13 in fine, que dice: "No podrá imponerse la
pena de confiscación general de bienes por razones de orden político", y dispone en su artículo 124,
transitorio, que "Los efectos de las leyes y las sentencias que hubieren pronunciado confiscación
general de bienes en virtud de las disposiciones constitucionales vigentes a la sazón, no serán
afectados por lo dispuesto en el inciso 13 del artículo 8 de la presente Constitución. Tampoco lo eran
los procesos de que estén apoderados los tribunales de conformidad con aquellos textos, y serán
decididos con arreglo a los mismos".
LA CONFISCACION ESPECIAL,
La confiscación especial es a la que se refieren los artículos 11 y 470 del Código Penal, la cual,
como hemos dicho, se nos puede presentar con dos aspectos: lro. el de una multa que el condenado
debe pagar en naturaleza, con objetos de su propiedad y que son el cuerpo del delito, el instrumento
que sirvió para cometer el delito, o el producto del delito. Ejemplos:
 Iro. Como cuerpo del delito: las monedas falsificadas y las armas prohibidas;
 2do. los instrumentos o medios usados para cometer el delito, como son armas, aparatos y
utensilios;
 3ro. como producto del delito, las entradas pagadas en un espectáculo ilícito (Art. 427, Cód.
Penal); las sumas que han sido utilizadas para sobornar a un funcionario o corromper a un
testigo (Arts. 180 y 364, Cód. Penal). Estas cosas, que bien pueden ser muebles o inmuebles,
son confiscadas por tener una relación directa con la infracción.
CASOS EN QUE SE IMPONE ESTA PENA,
Esta pena, como toda otra, no puede ser impuesta a un inculpado, sino en los casos expresamente
determinados por la ley. Acerca de esta condición dice formalmente el Art. 470 del Cód. Penal: Los
tribunales de policía pronunciarán también en los casos determinados por la ley, el comiso de las
cosas útiles, e instrumentos destinados, producidos o tomados en contravención".

¿PUEDE SUSTITUIRSE LA COSA CONFISCADA POR OTRA O POR SU VALOR EN DINERO?


Salvo cuando la ley disponga lo contrario, el juez no podría ordenar en su sentencia que la cosa
confiscada sea cambiadas por otra o que se pague su valor, pues Consistiendo tal pena en privar al
condenado de una cosa determinada, ello equivaldría a cambiar la naturaleza de la pena, lo que sólo
puede ser hecho por el legislador ý no por el juez, que es un mero aplicador de ella.
La confiscación asume el carácter de una medida de policía, cuando recae sobre cosas cuya
posesión es ilícita o pueden ser dañosas o peligrosas para la seguridad pública, para la salud o la
honestidad pública. Como ejemplos se pueden citar:
 lro, la confiscación de alimentos en mal estado,
 2do. la Confiscación de armas y explosivos poseídos ilegalmente,
 3ro. la confiscación de instrumentos o medios u sados para cometer delitos fiscales de Rentas
Internas
 y de Aduanas,
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 4to. la confiscación de falsos pesos y medidas (Art. 481,Cód. Penal). Cuando la confiscación
tiene el carácter de medida de policía, y no de pena, le son aplicables ciertas reglas que hay
que tener bien presentes como son:
 lra. puede ser ordenada contra los herederos o sucesores del inculpado en el caso de que
éste haya fallecido;
 2da. puede ser impuesta aún a las personas civilmente responsables a causa de la infracción;
 3ra. puede ser pronunciada aun cuando el inculpado haya sido descarga do o absuelto y sea
cual fuese la causa;
 4ta. si el delito ha sido comprobado, se puede pronunciar, aun cuando no se conozca a los
autores o cómplices del mismo, o no hayan podido ser identificados; y en fin,
 5ta., no es condición que para que sea impuesta, que la cosa pertenezca al inculpado o que
éste tenga sobre ella derecho alguno.
PENAS QUE ATACAN AL HONOR O LA CONSIDERACION,
Estas penas son aquellas que, como dice Garraud, tienen un carácter moral; atacan al condenado en
su honor y en su consideración y tiene por fin humillarlo.
Fueron muy usadas en el derecho penal antiguo, pero han ido desapareciendo debido a que
adolecen de dos defectos capitales que son:
a) que no producen el mismo efecto en las personas a quienes son impuestas, dada la diferente
sensibilidad moral que todos tenemos, y
b) que destruyen la dignidad humana.
Hoy, la única que tenemos es la publicación de las sentencias de carácter criminal, de acuerdo con
el Art. 34 del Código Penal que dice así: Todas las sentencias en que se pronuncien las penas de
trabajos públicos, detención, reclusión o degradación cívica, se imprimirán en resumen.

CAPITULO XXXIII
APLICACION DE LAS PENAS, CULPABILIDAD LEGAL, CULPABILIDAD JUDICIAL,
Por el enunciado que precede parecería que en nuestro Derecho Penal existen dos clases de
culpabilidad : una legal, y judicial la otra. No es así, sino que se trata de modos distintos de
apreciarla. En la determinación de la pena, dos cuestiones fundamentales hay que tener en cuenta:
de una parte, la gravedad objetiva del hecho, y de la otra, la culpabilidad del agente. Estas dos
cuestiones son apreciadas de distinto modo por el legislador y por el juez.

El legislador, crea las incriminaciones, y aprecia esas dos cuestiones de una manera general,
abstracta, objetiva, de tal modo que, sin conocer las especies, decide qué pena debe corresponder,
pongamos por caso, al ladrón, al homicida, o a cualquiera que viole tales o cuales derechos
protegidos por la ley penal.
El juzgador, en cambio, tiene en cuenta las especies, tal violador de tal derecho, primus, el ladrón, el
homicida, etc. Esto es lo que ocurre en nuestra legislación y en la francesa; pero no siempre ha sido
así en el tiempo y en el espacio. se explica así: el legislador determina la pena en su modo, en su
contenido ven su medida; mientras el juez, al aplicarla, tiene que hacerlo de los límites establecidos
en la ley, pudiendo traspasar el inferior está autorizado a apreciar circunstancias atenuantes, pero
sin facultad para sobrepasar el límite máximo, sino cuando a ello le ha autorizado la una manera
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especial; pero tanto el legislador como el juez, al determinar la medida de una pena, no pueden
hacerlo sin tener en cuenta estas circunstancias que tienen o deben tener una influencia decisiva:
 1ro. el daño que una manera objetiva causa el delito;
 2do. la aptitud del delincuente para atentar contra derechos de la misma naturaleza o mejores;
 3ro., la mayor o menor dificultad que se experimente para protegerse contra un acto de tal o
cual naturaleza.

LAS CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES, NOCIONES GENERALES.


En toda infracción, además de los elementos generales y específicos de la incriminación, pueden
entrar también ciertas circunstancias que pueden agravar o atenuar el hecho en sus aspectos
objetivo y subjetivo. Las que lo agravan son llamadas circunstancias agravantes, y se las define
según Garraud, como "hechos que, uniéndose a los elementos materiales o morales del delito,
aumentan la criminalidad de la acción o la culpabilidad del agente".
son conocidas de muy antiguo, aunque su verdadera importancia es obra del Derecho Penal
moderno. Entre los romanos sostenían su origen en circunstancias sacadas de los medios
empleados para cometer el delito, así como de las del tiempo, del lugar, de la condición del autor o
de la víctima, y de la reincidencia.
El derecho germánico las encontraba, no sólo en la reincidencia, sino además en la naturaleza de la
paz violada, como eran: la paz del rey, la paz de la iglesia, la paz de la casa, la paz de la asamblea
a, la paz del ejército y la paz del mercado.
En el derecho canónico, sólo se tenían en cuenta las que se originaban en la condición del autor o
de la víctima; en el carácter sagrado del derecho violado en la premeditación y en la reincidencia.
LAS CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES EN NUESTRO CODIGO Y EN LOS CODIGOS
MODERNOS.
En los Códigos modernos, por el contrario, el español o el cubano, hay capítulos en los cuales están
enunciadas taxativamente. Por ejemplo, en el primero, se enumeran así:
 1ro. ser el agraviado cónyuge o ascendiente, descendiente, hermano legítimo, natural o
adoptivo o afín en los mismos grados del ofensor;
 2do. ejecutar el hecho con alevosía;
 3o., cometer el hecho mediante precio, recompensa o promesa;
 4to. ejecutar el hecho por medio de inundación, incendio, veneno, explosión, varamiento de
nave o avería causada de propósito, descarrilamiento o del uso de otro artificio ocasionando
grandes estragos;
 5to. realizar el delito por medio de la imprenta, litógrafa, fotografía u otro medio análogo que
facilite la publicidad;
 6to. Por aumentar deliberadamente el mal del delito; 7o. el obrar con premeditación conocida;
 8to. el emplear astucia, fraude o disfraz;
 9no. abusar de superioridad o emplear medio que debilite la defensa;
 10mo. obrar con abuso de confianza;
 11vo. prevalecerse del carácter público que tenga el culpable;
 12vo. emplear medios que añaden la ignominia a los efectos propios del hecho;
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 13vo. cometer el delito con ocasión de incendio, naufragio u otra calamidad o desgracia;
 14vo. ejecutarlo con auxilio de gente armada o de personas que aseguren o proporcionen la
impunidad; 15o. ejecutarlo de noche en poblado o despoblado y en cuadrilla;
 16vo. ejecutarlo en desprecio o con ofensa de la autoridad pública;
 17vo. por reincidencia;
 18vo. por cometer la acción en lugar sagrado, en los palacios, las Cortes o del Jefe del
Estado, o en la presencia de éste, o donde la autoridad pública se halle ejerciendo sus
funciones;
 19vo. ejecutar el hecho con ofensa o desprecio del respeto que por la dignidad, edad o sexo
mereciere el ofendido, o en su morada cuando no haya provocado el suceso;
 20o. ejecutarlo con escalamiento, con rompimiento de pared o techo o con fractura de puertas
o ventanas, y
 21o. ser vago el culpable.
CLASIFICACION DE LAS CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES.
Nuestro Código Penal tampoco contiene una clasificación de las circunstancias agravantes. Es la
doctrina quien las ha dividido así:
 1ro. circunstancias agravantes objetivas y subjetivas;
 2do. circunstancias agravantes generales y especiales:
 y 3ro. circunstancias agravantes legales y judiciales.
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES OBJETIVAS Y SUBJETIVAS.
Las circunstancias agravantes son llamadas objetivas, cuando se unen a los elementos materiales
de la infracción, como las de que un robo se cometa de noche, en casa habitada, con escalamiento o
fractura (artículo 386).
Se dice que son subjetivas, cuando se unen a la culpabilidad, a la individualidad del autor de la
infracción, tales como la premeditación, la asechanza, los lazos de consanguinidad y la edad de la
víctima. (Arts. 295 y 355).
INTERESES DE ESTA CLASIFICACION.
Hay interés jurídico en determinar si una circunstancia agravante es objetiva o subjetiva, pues las de
la primera clase son inherentes al hecho y, por consiguiente, comunes a todos los que han tomado
parte en su ejecución, quienes, al participar en la comisión de la infracción, lo han hecho asumiendo
una responsabilidad Cuyas consecuencias no pueden declinar; pero, cuando las agravantes son
subjetivas, se refieren o aplican sino a la persona en la cual se encuentran, es decir, que mientras
las agravantes objetivas se aplican in rem, las otras lo son in personam.
Estas consecuencias jurídicas pueden verse claramente en los ejemplos siguientes:
a) en el caso que alguien cometa un homicidio en la persona de su padre, por lo cual el hecho
agravado toma el nombre de parricidio. Si varias personas cooperan en calidad de cómplices
o de coautores en la comisión del hecho, la agravante no se les aplica, por cuanto a ellos no
se les puede exigir, en relación con la víctima, las relaciones de afecto, consideración y
respeto que a un hijo. Ellos han participado, objetiva y subjetivamente, en la comisión de un
homicidio.
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b) Si se tratara de un robo cometido con escalamiento o fractura, de noche, en casa habitada,
estas circunstancias, que se han unido accidentalmente a los elementos específicos del robo,
están de tal modo unidas al hecho material, a su manera de ser, que es justo que afecten la
suerte, tanto de los autores como de los cómplices.
c) Otro caso es el de un robo cometido por un criado, sirviente o trabajador a su patrón. Este es
un robo agravado en razón de la confianza que se deposita en el autor del hecho, una
agravante subjetiva, que no se trasmite a los coautores o a los cómplices del autor sirviente,
criado o trabajador.
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES ESPECIALES Y GENERALES,
Las agravantes de que acabamos de hablar y otras muchas previstas en el Código, son las que
llamamos especiales, porque no se aplican, como su nombre lo indica, sino a alguna o algunas
infracciones. Hay otras que, por, el contrario, se aplican a todas las infracciones o a muchas de ellas.
De esta clase no tenemos sino la reincidencia y la condición de funcionario público del autor del
hecho.
serán castigados según lo establece la escala siguiente:
 lro. si se tratare de un delito correccional, sufrirán siempre el máximum de la pena señalada a
ese delito;
 2do. si se tratare de un crimen, serán condenados a la reclusión, si el crimen trae contra
cualquiera otro culpable la pena de degradación cívica; a la detención, si el crimen tiene para
otro culpable, la pena de reclusión; a la de trabajos públicos, si el crimen contra cualquier otro
culpable trae la pena de detención.
Esta causa de agravación no existe solamente cuando el empleado o funcionario público es autor o
coautor del hecho, sino también cuando su participación es accesoria, cuando es cómplice. Las
condiciones para que tal causa de agravación exista, son las siguientes:
a) que se trate de un empleado o de un funcionario público;
b) que se trate de los crímenes o de los delitos de los cuales les esté encomendada la represión;
c) que no se trate de contravenciones;
d) que la ley no pronuncie una pena agravada o una pena especial para la infracción cometida
por dichas personas (Arts. 80, 81, 94, 114, 122, 123, 126, 127, 131, 145, 146, 243, 303, 404 y
432 del hecho como autor o como cómplice).
Nuestros tribunales y Cortes siguen aplicando el artículo l98 como si fuese igual al francés; pero no
dudamos de que tal punto de vista sea abandonado, tan pronto como en una materia de estricta
interpretación como lo es la ley penal, el problema les sea planteado y tengan que resolverlo
ateniéndose a la ley.
Otra observación necesaria para una buena aplicación del texto aludido es la de que, para que la
agravante exista, no es necesario que el agente obre no tiene jurisdicción nacional, es necesario que
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES LEGALES Y JUDICIALES.
Otra clasificación que ha sido hecha de las agravantes es la de que unas son legales y otras
judiciales. Las primeras son las que están previstas de una manera especial en la ley, y las
segundas las que el juez puede apreciar libremente al juzgar el hecho.

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El legislador francés, al suprimir el poder de arbitrio del juez penal, le dio aptitud para aplicar la pena
moviéndose dentro del máximum y del mínimum, pudiendo descender de éste a pernas de otra
naturaleza, mediante la aplicación de circunstancias atenuantes ;pero nunca le ha permitido
sobrepasar cl máximum, sino en casos específicamente determinados en la ley, que son las
circunstancias agravantes legales.
LAS AGRAVANTES JUDICIALES.
Las agravaciones judiciales son hechos que demuestran una mayor culpabilidad del agente, a
consecuencia de los cuales, el juez, moviéndose dentro de los límites normales de la ley, aplica una
pena mayor o menor según su arbitrio, sin tener que especificarlas. Las agravantes legales deben
ser declaradas y caracterizadas por el juez en su sentencia, mientras, las judiciales no.
DISTINCION ENTRE LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA INFRACCION Y LAS
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES.-
Una cuestión interesante es la de establecer una regla que nos permita, frente a una infracción,
determinar si una circunstancia de ella constituye un elemento constitutivo o una circunstancia
agravante. por ejemplo, los casos de robo y de homicidio. En ellos, como en todas las
incriminaciones, dado el régimen de la legalidad de los delitos, el legislador, a la vez que ha
prohibido u ordenado una acción, ha determinado en qué condiciones queda realizada, esto es, ha
precisado los elementos específicos de cada una, en ausencia de los cuales, no existe un hecho
punible, o se transforma en otra infracción.
El robo simple, que consiste en la sustracción fraudulenta de una cosa de otro, es un delito; pero si la
acción se realiza de noche, en casa habitada, por dos o más personas, con escalamiento o fractura,
entonces asume el carácter de robo calificado, de un crimen.
De igual modo, el homicidio, si se realiza simplemente la supresión de la vida de otro, es un crimen
castiga con pena de trabajos públicos de tres a veinte años; pero si la víctima es un ascendiente, un
recién nacido, o si el hecho se lleva a cabo con premeditación o asechanza, entonces se convierte
respectivamente en un: parricidio, en un infanticidio, en un asesinato.
En estas dos infracciones se observa que en todo caso, en el fondo de la primera, l hecho persiste
siendo un robo, y en la segunda, un homicidio, esto es, la sustracción de la cosa de otro con fraude,
y la muerte dada a otro voluntariamente. El hecho no ha cambiado de naturaleza, sino que han sido
otras las circunstancias en que ha ocurrido. La ley no ha dado una regla para resolver este problema,
y es por esto que tanto la doctrina como la jurisprudencia se han empeñado en ello, sin que se haya
llegado a obtener unanimidad de pareceres.
Garraud sostiene que si bien el Código clasifica las infracciones según la pena que les es aplicable,
esta clasificación del todo práctica, no impide que un' mismo hecho, sin cambiar de naturaleza,
pueda ser, según las circunstancias que lo acompañen, tanto un delito como un crimen; que una
circunstancia no es constitutiva porque cambie la calificación del hecho, si no cambia los caracteres
intrínsecos del mismo, que es lo que ocurre en el robo y en el homicidio y que, por tanto, se trata de
circunstancias agravantes y no de elementos constitutivos de una infracción distinta.

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