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Religión y Arte de los M a y as

Por el socio activo E. P. D I ESELDORF.-Cobán.

En Guatemala se encuen tran a cada paso vestigios d e los a ntiguos


p obladores indígenas. Llaman l a atención de los transeuntes los cerritos
e n forma reotangular y las pirámides despuntadas que sirvieron como
base de los templos, a los que llam aron " Cúes", por lo cual podemos llamar
así a tales p romontorios . También s e ven en algunas fincas ídolos bul­
tosos, generalmentz ya d eteriorados, y e n las excavaciones aparecen tras­
tos antiguos con forma y dibu j o extraño , como tambi é n cuchillos de obsi­
diana y p edern al y h achas de piedra. El núm ero de estos cerritos artifi­
cial e s , dispersos e n todo el p aís es considerable, dej ando comprender que
ha h a bido num erosa población .

DIVI S I O N D E L A CERAMICA E N DISTINTO S T I P O S


A l contemplar l o s trastos e ídolos de cada lugar, n o s llama l a aten­
ción que exista gran diferencia entre ellos , pues, cada z on a tiene su
carácter especial . Los ídolos y trastos encontrados en l a p l anicie de la
capital, son completamente distintos de los que se hallan e n el llano de
Zacapa y éstos son m uy diferentes de los de la Alta Vera p a z .
E ntre l a cerámica puedo distinguir l o s siguie·n tes t i p o s , excluyendo
Los Altos y l a Co<>ta del Pacífico , cuyos restos no conozco :
1 ''-La cultura M aya de Quiri g u á .
2''-La cultura M aya de C o p á n y de l a Rep ública d e El S alvador.
que son idénticas.
3"-Santa Lucía Cotz u m algua.p a , atribuida a los Pipiles, de raza
azteca .
4''-Salam á , igual a los restos aztecas , lo que prueba que esta colo­
nia m exicana fué fundada en tiem pos prehistórico s .
5"-Los Quichées de l a p arte Occidental d e la B a j a Vera p az , con
Rabinal como centro .
6''-Los Kekchíes y Pokomch íes de la Alta Vera p az .
7''-Los Choles de l a Alta Verap az , del Petén y Be.Ji ce.
8''-Ch amá (Valle del Río N e gro al Poniente de Cobán ) , N ebaí y
Chaj u l .
9''-M aya de l a s Sali n a s de l o s nueve cerros y del Petén , s e m e­
j ante a la d e Yucatán.
1 0 .-La cultura primitiva del río Usumacintla y de l a Pasión, i g u al
a la p rimitiva de B elice.
1 1 .-La cultura tosca de Chacu l á .
1 2 .-Los trastos c o n lustre vidrioso , loz a apre.c iada, que se encuen­
tra desde E l S alvador hasta el N orte de M éxico , por lo cual debe h aber
sido objeto d e comercio y la que p u ede h acer sido producida en E l S al­
vador o en la Costa del Pi\c ífico el e G u atemala.
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! E s t e l a K .-Quiriguá, Gu atemala.

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1 3 .--Los L acandones M ayas d e las montañas del Usumacintla.
14.-La arcaica de l a finca "La Blanca", costa d e Retalhule u , igual
a l a arcaica de l a c apital d e M éxico, a la que Ramón M e n a llama Toaclz­

topayotlaca .

P ara q u e estos restos 1p uedan explicarnos algo d e l a reJigión, cos­


tumbres e historia d e los antiguos es neces ario conocer qué razas o tribus
los han fabricado . Podemos presumir si no son m uy vi e j o s , que han sido
hechos por los antepasados d e los actuales habitantes , p u e s , en tiemp o s
his·tóricos no han h abido inmigraciones . C o n l a llegada d e 'l o s esp añoles
acabaron las gue rras civiles y
las luchas entre diferentes pue­
blos que anteriormente abun­
daban y m otivaron muchas
veces los cambios de domicilio.
La única emigración después
de la conquista, que yo s e pa,
fué la l levada d e los Choles
desde las riberas de los ríos
Usumacintla y Pasión hasta una
serran ía llamada El Chol, al
Sur de Rabinal. La causa de
ella fué e l deseo de los frailes
domínicos de reunir a los Cho·
les en pueblo para catequizar­
los, a Jo que a quellos no se
pre staban. El intento de co·
Ionizarlos en Cobán había fra­
casado porque l uego huyeron a
sus domicilios de tierra caliente,
atraídos por l a abundancia de
caza y pesca y por la facilidad
dt:l cultivo de sus m i l pas, las
que allá no neces!taban l i mpia
como requieren las de tie rra
fría.

D I FER E NTES R ESTOS DE


LA C ULTURA M A Y A

De los restos que subsisten


Tzultacá d e madera.-C ubilgüitz -A l t a de la cultura maya, los que más
Vera paz.

llaman la atención son Jos mo­


nolitos, las ruinas de tem plos, las e sculturas e n madera de Tikal, actual­
mente e n e l Museo de Basilea, l a cerámica y por último los libros en
jeroglíficos mayas. De éstos existen tres: el mejor está guardado en la
Biblioteca de Dresde, conocido por Códex fj resd e n s is; e l segundo e n
dos partes, el Códex Cortesia n us - Troa n o , e s t á e n Madrid; y e l t e rcero,
el Códe:JC Perez inus s e encuentra e n París. Dichos l i bros contienen

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j e rogl ífico y y años, con figura de dioses como e x plica c i ó n .
cál cul o s de d ías
E l contenido se re fiere a astro n o m ía, a las cere monias que observaron
en sus fiestas y para l o s p r o n ósticos.
El historiador Landa i n form a sobre el obj eto d e estos libros lo
sig,uiente : (Pág . 3 1 6) "Usaban t ambién esta gente de ciertos caraderes o
letras con las cuales escribían en sus libros sus cosas a ntiguas y sus
cie n cias y c o n ellas y figuras y
algunas señale s e n las figuras e n ­
tendían sus c o s a s y l a s daban a
e nten der y e n seña b a n . Hallamos
gran n úmero d e l i b ros de estas
sus l etra s , y porque no t i e n e n
cosa d e q u e no hubiese su persti­
ción y falsedades del demonio, se
les quemamos todos, lo cual a
maravilla se ntían y l e s daba p e n a".

Dichos l ibros son la base de


estudios para l legar a comprender
Jdolillo de l a C u e v a d e S anta C r u z.
A lta Verapaz. l o s j e roglíficos que escribieron y
las figuras que dejaron. No sabe­
mos d e qué l ugar del territorio maya fueron traídos ; puede s e r que d e
l a s costas d e Yucatán, como también de la A l t a Verapaz.
Por mala fortun a los historiadores no tomaron gran emp eño e n
recGger los p ermenores d e las ciencias y d e la escritura M aya , puesto que
les c o n s i d e raban co­
mo obra del demo
n io. No ten e m os para
los Mayas n i ngún
historiador a s i duo
como l o era para l o s
m e xican o s el Padre
Sahagún , cuyas ex­
tensas y e x plícitas
obras se han p u bl i ­
cado ú l t i m a m e n te,
traducidas p o r Seler
de la l e n g ua azteca a
la a l e m a n a .

E l mej or h i storia­
dor de los mayas es
Jdolillo d e Chisec.-A Ita Diego de Lan da, T d o l i l l o d e S a l i n a�.-Aita Verapaz.
Vera p a 7 .
quien e n l a segunda
parte d e l siglo XVI fué Obispo de
d o n de recog i ó sus in f o r­
Mérida,
mes de Juan Cocom, d e l ú l t i m o rey de Maya pán . S u
desce n d iente
obra fué de scubierta en M adrid y p ublicada por el incan sable i nvesti­
g ador abate Brasseur d e Bourbourg a quien la ciencia M aya debe tam­
bien la p ublicación del Popal Vzzlz y del Rabínal A c h í . En dicha obra
llamada "Rel ación d e las cosas de Yucatán ' ' , copia Landa los dibu jos ele
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los j eroglí ficos de los meses y d ías M aya y como éstos son l o s mismos
signos que encontramos en los indicados Códices y en los monumentos
de Yucatán, s abemos que los últimos fueron h echos por los M ayas de
aquella región. N o conocemos l o s autores de las demás ruinas de estilo
m aya atribuyéndose a o tra tribu de la misma fiHacíón , de l as cuales h ay
como veinte.

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Plano de las ruinas de Copáo.

COPAN

La.:; ruinas M ayas m ás cercanas de la c apital de G u at e m ala s o n


l a s d e Cop á n , en H onduras y l a s d e Q uiri g u á en I z abal. Copán es nota­
ble por la multitud de monumentos y p orque fué p oblada tres siglos y
m edio . E n los diferentes p romontorio·s s e notan varias capas d e cal, d e
las cu ales , al excavarl a s , p odrá verse l a evolución del arte M aya, c o rr. -
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p arando los h allazgos de las capas m ás altas con los de las inferiores ;
trab a j o ·científico de gran importancia p ara la arqueolog ía. Estas investi­
gaciones fueron iniciadas por Alfredo P. Maudslay y continuadas por el
Museo Peabody de Cambrid g e , M a s s ., p ero h ace años han sido suspe.n­
didos, lo que es de sentirse. Como Copán es un vaHe reducido, rodeado
por montañas de escasa fertilidad, se comprende que no h aya sido l a
capital d e u n reino, sino u n centro religioso, u n santu ario como E squi-

p ulas al que los fieles acud ían de fuera p ara sus prácticas ritu ale s . La
razón por qué eligieron ese lugar es probablemente que en esos cerros
encontraron una clase de piedra volcánica que podían esculpir con sus
instrumentos insu ficientes de piedra , y la así trabaj ada resistía su ficien­
t em ente los efectos atm o s féricos. Es lógico suponer que l a n ación q u e
erigió C o p á n debe lnber poblado l a s llanuras cercanas : Chíquimula y
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Zacap a. Pero lo extraño es que la cerámica de Zacapa es distinta de la
de Copán ; la de Chiquimula no l a conozco. Pero en la República de El
S alvador se han hallado vasos con el mismo carácter y los mismos j ero­
glíficos que los de Cop á n , de modo que la afinidad de Copán con El
S alvador está comprobad a. (Véase Revista de Etnología d e El S alvador,
Tomo I. Lámina VII ) .
L a p rimera notida relativa a Copán se halla e n u n in forme del
Oidor Diego García de Palacio al R ey Felipe II referente a su viaj e en
1 57 6 a l as .p rovincias , ·en el cual da cuenta de los monumentos de ese
lugar y hace constar que tomó todo empeño p or averiguar entre los indí­
g enas, quiénes habían sido los constructores . Le contestaron que en
tiempos le•j anos había venido de Yucatán un gran señor, quien hizo estos
edificios, pero que al cabo de algunos años volvió a s u tierra natal, dej án­
doles completamente desiertos .
La evidencia sacada de los trastos dem uestra q ue este relato no
e s der.to , pues la cerámica d e Copán y Yucatán son completamente dife­
r.entes . De aquí se desprende la imp ortancia de recoger los pedazos de
trasto•s roto·s , que nos puede n dar una idea del c arácter g eneral de la
cerámica d e cada lugar, p ermitiendo comp ararlos con l a d e otras regiones
y así trazar los cambios de domicilio que tuvieron S·US artífic e s .
Los trastos de Cop án son notables por un roj o o bscuro con p rin­
g uitas brillante s , cuyo color es de un óxido de hierro q ue los M ayas y
Aztecas usaron en combinación con el copal p ara pintar s u s ídolos con
obj eto de preservarlos d e los d años atmos féricos. Ade m á s d el color rojo
s e ve frecuentemente un am arillo b arroso y un negro . Hice una cole.c­
ción de ellos durante mi p ermanencia en Copán en 1894 , excursión para
l a cual fuí invitado por el señor A . P. M audslay. Existían allí unos
m ontones de p edaz·os de trastos que habían sido hallados en excava.c io­
nes anteriore·s y los que d e j aron abandonados por no ser útil e s . D ichos
p edazos ya no podían j untarse p ar a formar un trasto entero ; pero m e
sirvieron p ara reconocer e l carácter especial d e l a cerámica d e Cop án.
E n esta ocasión traté de averiguar l o que está debajo de los m onolito s ,
p o rque m uy b i e n p odían haber s ervido éstos p ar a m arcar u n sepulcro.
Como el m onolito conoódo por " C" estab a roto y sólo los pies de la
figura quedaron en p osición, elegí éste p ara excavar los cimientos , pue s
n o p odía hacer ningún daño. Encontré debajo del m onumento u n hueco
en forma de cruz, forma en l a cual están construidos los subterráneos
d e Milla y Xoxo en territorio Z ap oteca. Como éstos , eran según s e cre e ,
lugares donde depositaban los restos de los sacrificios h echos al finali­
z ar los años m ayores y épocas, desde luego, sospeché que los huecos que
existen b a j o los monolitos de Co,p án han s ervido p ara igual obj eto. En­
contré allí únicam ente una concha bivalva de mar, m uy usada, y como
la concha repres enta el vientre d e la m u j er, de donde aparece el niño
y , adem á s , el cero d e b n ueva época, s.e comprueba la explicación indi­
cada. También hallé enfrente del ídolo , como pieza p rincip al sostén,
u s ad o como piedr.a ordi n aria y con la p arte sin dibuj o p ar a arriba, un
altar con unos dioses am arrados al contorno , modo de representar el fin
de las épocas cuando renovaron el fuego. En esta excavación, sin riesgo
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ap arente, por poco pierdo mi vid a , p orq ue al m over con barreta una
piedra del cimiento se abrió un hoyo del que apaTeció una horrible cule­
bra, gruesa y veneno sa, la q11e torci éndose p ara salir del hoyo, dió vuelta
sobre mi pie, faltando un centí metro p ara tocarm e . H allé también e ntre
los cimientos un ídolo de piedra en forma de hombre gordo , pero sin la
cabeza, cuya figura a·tribuyo al demonio , regente del final del año, a
quien echaron y destruyeron al comenzar la nueva era.
E n Quirig u á h allé en un rincón de un templo, excavado por otros,
unos pedazos de trastos antiguos. Así pude conocer la clase de cerámica
que allá usaron y la encontré enteramente distinta de la de Copán, por
lo cual se puede in ferir que estos dos centros de la cultura Maya, tan
cerca como están, fueron cons truidos por distintas tribu s . E n las exca­
vaciones de las ruinas del Petén se h allaron ídolos pequ eños, de barro,
que tienen el carácter de la cerámica que se encuentra tanto e n Cobán

l{ u i n n s d e Co pán.

como en los llanos al Norte de la Alta Verapaz y la que atribuye a los


Choles, por lo cual es p robable que Tikal . Piedras Negras y Menché
Tenamit (cuyo nomb re Teoberto M aler cambió en Ya � chilán ) , fueron
cons.truídas por l a tribu Chol. De m odo que está com probado que los
M ayas d e Yucatán, los de El S alvador y los Choles u saron los j eroglí­
ficos Mayas. S abemos que también los Kekchíes y Pokomchíes de la
Alta Verapaz y los antig uos h abitantes de H uehuetenango, em plearon
estos j eroglíficos por h aberlos encontrado en t rastos hallados en ambos
d ep artamento s .
Adem ás d e esculturas e n piedra y m ader a , u s aron e n el Palenque
yeso, en cuyo m aterial modelat·on hermosos relieves de una dureza tan
g rande que no obstante los m uchos siglos que han pasado y los e fectos
del sol y de la lluvia, aún están perfectos. Por m ala fort una el primer
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descubridor de Palenque, p ara tener u n a vista general de las ruina s ,
quemó g r a n parte de l a montaña virg e n q u e les proteg í a , su friendo bas­
t ante las e scultura s .
En los trabajos de barro podemos distinguir d o s distintos grupos,
y aunque a veces ocurran ambos e n el mismo lugar, predomina uno en
cad a regió n . E n el uno los trabajos están esculpidos e n relieve y e n el
otro, cincelados o pintados sobre ollas. De l a primera clase he encon­
trado una serie de ídolos quebrados en l a excavación de un czí e e n Chaj­
car, al O riente de S an P edro Carch á , Alta Verap az . Cada ídolo est aba
s e ntado sobre una caj a de barro en fo.r ma de trono o altar y e n los ·c u atro
l ados d e ésta aparecía,n relieves y en los pies j eroglí fico s , refiriéndose los
del lado izquierdo, al final de u n a época y los de la derecha a l a nueva
era. Este cambio debe referirse al final del ciclo número N u eve y a la
entrad a del cido número Diez , p orque e n un trasto de allí se ve al dios
específico d el ciclo núm ero nueve , i ntroduciendo al j o ven d ios Cuculcán
quien lleva el número diez . Para la Arqueología de l a Alta Verapa.z este
d ato e s de sumo interés, p orque así sabemos en qué fecha M aya f abri­
c aron los Kekchíes esto·s ídolos . S egún J . Eric Thompson (A correlatíon
of the Mayan and E uropean Calendars, Field Museum, Chicago 192 7 ) ,
e.st a fecha corresponde al año 830 de nuestra era, mientras Morley l a
colo·ca en el a ñ o 57 1 . En l a otra clase de cerámica falta n trabajos de
relieve casi por completo y sólo se h allan oll as o v aso s ; a esta s G cción
p ertenece Chamá.

LOS VA S O S DE CHAMÁ

Entre todos los trastos de Guatemala los más interesantes son los
que proced e n d e Chamá y región vecinal. Sobre e l b arro está tendida
u na capa delg ada de cal blanca, alisada y sobre ella están pintados en
negro, colo·rado y amarillo barroso, escenas de ceremonias religiosas con
dioses y j eroglífíc�s M ayas , recordando tanto en su hechura como e n
s u s d ibujos a l o s Códices M ayas , p o r lo cual, como t:ambién por s u h er­
mosura, son de sumo in terés y pueden ayudarnos a h allar la clave de los
secretos de .Ja raza. Las escenas allí representadas se expres a n d e u n
modo simple y n o e nvueltos e n misterio s , por l o cual son m ás f áciles d e
comprender que cualquier otro m ateri al hasta hoy encontrado. Por e s o ,
es uno d e los propósitos m á s importantes de l o s estudios arqueológicos
en Gu atem al a , reunir todo el material de esa sección, reconstruír los
trastos que g eneralmente se encuentran rotos y p ublicarlos dignamente,
para que l a ciencia pueda h a·cer uso de ellos .
El valle de Chamá tiene como treinta c aballerÍ:as de extensión y
es casi plano, p or lo cual llam a la atenció n , pues toda la zona e s sólo de
cerros ; está bañado por el río Chisoy, que en verano es de u n verde her­
moso, mereciendo sólo e n invierno su otro nombre : Río Negro. Allí se
l e j unta s u tributario, el S.albá, que en s u curso superior se conoce como
Río S achichá . El primitivo dueño de Chamá, Ebenezar Cary m e invitó
en 1 893 a h acer excavaciones e n los cúes que allá existían. E n tres expe­
diciones p u de excavar los cerritos d e cuatro plaz a s . La m ayor, donde
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está a c tual m e n t e l a casa de l a fi n c a , t e n í a e n m e d i o , sombreado por un
m agnífico árbol d e z ap o t e , un cerrito baj o , e n e l cual e ncontré u n buen
n ú m ero d e trastos s i n p i n t u r a , pero ad ornados con picos . H abía u n
t r asto com pu esto d e dos partes ; l a i n ferior en for m a d e pl ato hondo y l a
su perior como globo d e q u i n q u é , cubrí al a e x actamente y t e n í a bo·c a d e
tinaj a que estaba tapada por u n a p iedra. Grande fué el placer al h allar
obj e•to tan raro y mucha l a e s p eranz a d e que encerrab a cosas valiosas ;
p ero al abrirlo con el m ayor c u i d ad o fué inmenso el deseng año, pues sólo
s e e ncontró un poco d e tierr a , q u e se había filtrado, y además una perla

Plancha de Palenque. Plancha d e Palenque.

d e j ade red o n d a y un gran cuchillo de p edernal (el m ayor d e m í colec­


ción, d e 30 centím etros d e largo) , y otros cuchillos d e l a misma p iedra
que sirvieron para sacrificios. Los vaso.s con picos deben h aber s ervido
exclusivamente p ara el culto del sol o s e a el d i o·s llamado Xbalamké, p or­
que l o s rayos ·d el sol son como flechas o picos . La m ayor prueba d e q u e
e s t a explic ación es correcta, s e h al l a en el C ó d e x D resde nsi s , P ág . 26,
donde e l nu evo fuego ap arece enfrente del dios del sol y el trasto donde
sale la llam a tiene estos picos, mientras los trastos e n frente d e otros tres
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diose·s no tienen esta ornamen tació n . O tra prueba es la de una olla
hallada en Chip a ! , cerca de Ch amá, public ad a en "The Museum J ournal",
de Philadelphia, Vol . XVI I I , N•.> 4, Pág . 3 67 ; sobre ella está modelado un
disco con 8 rayos , que es el sol y e n los l ados del trasto están los picos
a que me he re ferido . Estos picos explican que el sol tiene fuerz a, por­
que cuando se celebraba l a fiesta del demonio M ám e n los cinco últim o·s
días del año S•e •C onsideraba que el sol no tenía vigor, y t ambién al a.c abar
l a época de 52 aii.o.s sacab a l a leng,u a pidiendo sacri ficio . Así es que los
vasos co·n picos expresan que el sol en tró en su poder y que lo·s días
dolorosos habían sido vencid o s . También en Am atitl án se encuentran
trastos con tales pico s , para los cuales cabe la misma explicación . En

Ped es t:1l d e u n T z t J lt�I G Í. . - C h J r C J j . Alt.:1 V e r :l p J z .

l a esquin a N oroeste de l a Plaz a m ayor había u n czíe elevado sobre el


cual el señor Cary tenía su ·C hiquero . Los marranos, con su g us to de
revolver la tierra, habían a nticipado mis trabajos y S'acaron afuera u nos
pedazos de perlas rotas ; y como es natural, allí seguí buscando. Cerca
d e l a superficie encontré una capa dura de ouatro pulgada•s d e grue·so y
de un m e•t ro de extensió n , consistiendo en copa! y hule algo quem ado, e n
l a cual estaban revueltos l o s restos de una o frend a de perlas rotas de
j ad e , que no conservab an ya su color natural verd e, si no e.r an de u n feo
aplomado, lo que proviene de haber estado expuestas al fuego. Perlas
p a redd ats h abía encontrado Maudslay e n Copán . E n l a m as•a q uem ada
habían unos discos de piedra con dos o cu atro hoyito s , por los cuales
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podían p asar cordel es p ara colgarles sobre el fuego ; puestos encima d e
ellos encontré unos pedazos ang ulares de piritas de hierro q u e usaron
como es pej os ; todo esto eran restos de una gran sacrificio de p erlas y
e s p e j o s quemados con copa! y hul e . Yo no pude terminar la exc avación
de este Cúe, pero lo hizo el dueño y encontró la f amos a vasij a de Cham á ,
a l a cual m e referiré m á s adelante .
La segunda plaz a estaba situada al Poniente m ás abajo , en una pla­
nicie circunvalada por cerritos b a j o s , m enos en el Norte cuya altura era
reg ular. En m edio de l a plaz a había un montón alto de pi·edra a.g lome­
rad a , en el cual no hallé cosa alguna de importancia , y q u e p robable­
m ente servía p ara la fiesta final d e los años que p rincipiaban con el día
Ka n , y en l a cual acostum braro n arro j a r un hombre o p erro desde una

Pedestal d e u n Tzul tacá .-Charcaj, Alta Vera paz.

construcción alta sobre un gran montón de p i ed r a , p ara sacri ficarlo en


seguida. (Landa 2 1 6) . E n el czí e,. lado Norte, encontré y a en la s u perfi­
cie muchos pedaz o s de tras.tos ordinarios y siguiendo m ás adentro , e n
m edio del cerrito, h allé un c a j ó n de piedras j ateadas con una cal avera d e
hombre y otra de tigre en m al estado, u n o s huesos de hombre, u n anillo
de concha p ara la cabez a y S trastos entero s . Uno de ellos tenía u n dios
.í oven pintado y e n el com,p añero de é s.t e, estaba cincelada l a figura d e
u n dios vie j o .
L a tercera plaza qued a a l Oriente, ribera derecha del río S albá, e s
m ás pequ·eña , con cerritos alred edor. E l del l ado S u r era alto y redondo.
En la cúspide hallé los restos d e dos esqueletos humanos amacizados en
el barro , j u nto con varios trastos ; sobre uno de los cuales esá pintado
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un dios viejo y sobre otro el dios joven y en unC' apare.:ic el dios mur­
ciélago. Al lado Norte hacinaban la basura del templo porque allí se
encuentran muchos pedazos de trastos, entre los cuales hay algunos pin­
tados. El vaso cilíndrico con el dios murciélago está publicado en el
"Zútschrift fuer Ethnologie, 1 894".
La cuarta plaza está al lado Sureste de la casa. En ella encontré
dos veces la misma combinación de trastos ccn el dios joven y el dios
viejo. Otro jarro tiene pintados cuatro animales: jaguar, tacuatsín,
armado y taltuza. Los animales están de fiesta, porque el armado está

Va::,u de Chamá.- Kegión d�·l Chixoy -Guate111ala.

tocando tambor y e! tacuatsin golpea dos paletas produciendo ruido. La


taltuza lleva un objeto que en otras pinturas sirven al dios viejo como
camisa y que ,puede ser la concha de tortuga con la cual a veces está
cubierto. El jaguar lleva el collar del dios de la muerte, conocido por
los ojos humanos que le adornan y de su pecho está colgada una tinaja
de la que penden tres cintas que creo contienen una fecha, pues los
puntos en forma de dientes que llevan adheridos pueden interpretarse
8, S, 7. O, O ó sea el año H7 J¿ Ll Era Cristiana. según Thompson. Si

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esta explicación es correda , este vaso sería 1 8 años más VleJO que l a
fecha m á s antigu a M aya h a s t a h oy conocida, l a qu e aparece sobre e l
ídolo de nefrita d e Tuxtla d o n d e consta l a fecha 8 , 6 , 2 , 4, 1 7 , ex. p resada
en barras y pu nto s . Teníamo s , pues, en Ch amá un nuevo método de
expresar el tiempo y l a prob abilid ad d e que así sea, e s reforzada por otro
vaso encontrado en Sabob al N oreste d e Chamá en el cual s. e ven iguales
cinta.s con la fecha 8 , 2, 2 , 6, 9 . Los dos casos son insu ficientes p ara
tener esta explicación por bien establecid a ; pero si en las nuevas excava­
ciones se encontraran más ej emplos , podríamos ya tenerla por compro-

V:�so d e Chamá.-Guatemala.

bada. En tal caso, los h allazgos de Ch amá serían los objetos mayas más
antig uos de todo·s los que hasta ahora conocemo s . Que la cultura d e
Ch amá e s antigua, p arece probable d e l o s escritos d el Chilám B al á m d e
Chumayel , referente a l o rigen de s u raz a . Una parte d e l a g e nte Maya
vino a Chichenitza del Oriente de Kín Colah petén (donde está colgado el
sol) ; otra vino del N orte d e N acocob ; otra de-l Poniente d e l a Cueva
Zuiva Tulán y por último la del Sur vino de Canhek uitz bolonte uitz (lo s
cerros d e l cacique de Flores, Canek ; l o s nueve cerros) . E sto s ó l o p u eden
ser los nueve cerros d e las Salinas al N orte de Chamá. Este problema es
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de tanta importancia arqueológica que oblig a a la prosecución de las
excavaciones en ese rumbo. En la vasij a bastante deteriorada de S abob,
finca que d i s·ta tres leguas al N ores te de Ch amá, vemos dos dioses sen­
tados que están platicando referente a algún sacri fici'J puesto e n un altar
y cuya naturaleza no se puede distinguir. La figura a la dere ch a es el dios
joven por la forma espe cial d el,p elo en su frente , mientras que l a .p ersona
d el lado opuesto, que se apoya sobre l a tierra, es el demonio Mám. D e
l a frente d e ambas figuras sale l a combinación d e Quetzal y culebra,
Cuculcán, pero la que está con el dios j oven es fuerte y hermosa por ser

Vaso d e Chamá.- Guatemala.

la que hace nacer, mientras que la a l a izqui erda es reducida y con barb a
significando la vej ez, es la que entierra . Por eso es •t á •el pelo del demonio
amarrado, en señal de que es prisionero, para que el vencedor pudiera
allí asirle . En las representaciones que conozco d e trastos donde ap are­
cen ·e·s tos dos dioses, el j oven e s ·t á siempre a l a d erecha y el Mám a l a
izquierda. La leyenda que m ás interesa aquí s o n los puntos de l a banda
que sale del A h au, pero no e s completa, en la p arte donde quedan lo· s
echo punto s , falta un p edazo.
81 A.-6
En la cuarta plaza de Chamá encontré además u n o , que es el único
ídolo en relieve con un grupo de dioses, recordando a los retablos d e altar
cristiano. Abajo se ve la c abez a de un dios no reconocible con cu atro
alas, pue •s ta enci m a del cuerpo de la sierpe con dos cahezas. Esta cule­
bra representa, a mi j uicio , el nacimiento y el entie rro y son los diosGs
que en el Popo! Vuh son llam ados Xpiyacoc y Xmucané. Son una de la�
varias form as d e l dios Cu·c ulcán, el G u cumatz de los Quichées. Las
raíces píyá y mzíc-según Villacorta y Rodas, Popo! B u j-quieren decir
"salir" y "ocultar", y ellos explican los dos nombre s , como s alida y puesta

Vaso d e Chamá.--Guatemala.

del sol. Yo quisiera am plificarlo en el se ntido de que se refieren a todas


las cosas que pueden nacer y desaparecer. En prim er lu gar representan
las épocas, el fuego y el plan eta Venu s . Encim a de la cabez a d e l dios
e s·t á p arado el dios d el sol , faltando la cara, pero reconocible por e l sig no
s ol ·puesto dos veces sobre la m anta que cubre los hombro s . Con la
m ano d erecha ase la cabeza d el m urciélago, lo que se puede c o mprender,
porque los prim eros rayos d el sol ocultan estos seres nocturnos en su s
cuevas, A la d erecha e izquierda aparecen áng eles, cuya forma conocían
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los anti guos . En los lados están dos hoyos por los cuales podían pasar
u n p al o p ara llevar l a imagen por el p ueblo. Esta curiosa reliquia estaba
bien lej o·s d e l a superficie del suelo, p ero falta u n a p eq ueña p arte d e
arri b a . Hay q u e suponer que en dicho cúe s e h i z o u n rancho y al abrir
e l hoyo para un horcón, s acaron la p arte s u p erior. E n e sta excavación
tuve un altercado con el indígena que vive cerca , p u es com enzó a tocar
tambor y lanzó unos g ritos salva j es , por una p arte p orque estaba ebrio y
por otra porque no le gustaba que perturbáramvs los restos antig uos. Mí
gente comenzó a poners·e nerviosa y tuve que entr ar al rancho y callar
al i ndio gritón , p ara que siguieran los traba j o s e n p az . N o fué l a pri­
mera vez que los indígenas de Cham á expresan s u oposición a l as exca­
vaci o nes, pues un Administrador b elg a encontró en P akiul, al lado Occi­
dental del Chísoy unas calavera s , las que sin pensar en las supers ticio­
nes de sus mozos d epositó en una ermita. Al verlo, uno de l o s vednos
alarmó a la aldea y oblig aron a dicho s eñor a e nterrar todo en el mismo
lugar donde las había encontrado . Recuérdome que en la pasada del
río Salbá, reg resando con las ollas encontrad a s , e s t ando el río muy creci­
d o , por p oco se voltea la canoa , porque el indígena M arcos Cae que aga­
rraba e l cacaste en que venía lo enco ntrado , comenzó a m en e arse por el
miedo que tenía y sí no lo detengo y calmo h abríam o s naufrag ado y por
lo m enos p erdido los trastos que tanto estim áb amos. Cuento es·t os p e r­
cance s , porque al repasar en la memoria los días d e m i j uv e ntud , cuando
m e sobraba tiempo .para t ales excursiones-que entonces estaban p e rmi­
tid as-me viene a la m em oria lo que m ás me impresionó. Parece ·ser
f ácil irse con algunos mozos a excavar pero por dichoso que uno s e
sienta al h allar obj etos antig uos, no d ej a n d e rodeal'le m i l díficultadés y
riesgos sin contar los grandes trabajos que necesita después l a recons­
trucción de los trastos, porque casi siempre están rotos en m uchos
p ed az o s .

EL PRIN CIPAL VASO DE CHAMÁ

El principal vaso d e Chamá f u é encontrado por el antiguo d ueño


d o n Ebenezar Cary y fué p ublicado p o r mí, en colores, en " Zeitschríft
fur Ethnologíe " , en 1 894; t ambién ha sido p ublicado p9r el M u seo d e
Philadelphia en u n a o b r a en que s e reproduce l a más interesante cerá­
mica M aya de un modo t an excelente que ocasiona admiración . Para
r e p roducirlo han tenido l a fortuna d e tener como colaboradora artística
a la señorita M. Luíse Baker, de Philadelphia , quien supo copiarla de t al
m anera, que uno cree ver el origina l .
E s t e v a s o tiene form a cilínd rica y en é l ap arecen siete p ersonas ,
seis d e l as cuales están agru p ad as alrededor d e un dío·s arrodillado, quien
tiene en la m ano izquierda e l m amalh uazilí, el palo con que s · e .produce
el fuego y la otra puesta sobre el hombro izquierdo en s eñal de sumisión,
llevando en ella lo que p arece ser una flor b1anca; sobre sus brazos y

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pies lleva el signo del p etate, Pop, que e·s el primer mes dol año solar
M , a ya. D icho dios es calvo, está en posición de suplicio y por el colorido
negro a•lrooedor de los o j o s , demue·s tra ser viejo. Por eso podemos reco­
nocerl e como el dios Má.m o dios del final del año , q uien es al mismo
tiempo dios del fu�go y d demonio M aya. El está hincado e ntre dos
figuras tizn adas de negro, color que se aplicaban los M ayas al final de
los años y durante s acrificios . Las d o·s figuras que le rodean p ueden
explicars: e : la de la derecha c omo dios del sol Xbalamké , que está en­
trando a grandes pasos, llevando en las manos l a lanza de sacrifi · c ios
y el soplador, ins t- rumento p ara avivar el fuego ; va cubierto con un cuero
de tigre y en l a núca lleva u n hueso l argo. La figura a la izquierda tiene
similitud con el dios joven ( Tz ultacá) , y l a parte d e l a mandíbula infe­
rior tiene una ornamentación que es p< a recid a al número 9, c uando éste
e s expresado por l a c abeza de un dio s . Este dios levanta su mano iz­
quierda p ara h acer alto a l a entrad a del dios del sol y en l a mano derecha
tiene un látigo para c astigar al arrodilla.do. La escena expresa la idea :
" S ol, no entras, antes de que no s e arroj e al Mam". D e las otras cuatro

Pintura de un vaso.- Chamá.-Guatemala. (Las orlas de las extremidades no pertenecen a él).

figuras ap arecen tres con el ·soplador en la mano, dos tienen u n hueso y


u no además, un látigo . La figura en el extremo a la izquierda, algo .pare­
cida a la fisonomía de los princ�pales de la familia. Cucul, tiene en la
mano un laz o con que aseg urar a la p ersona del frente por el cuello, por
lo cual podemos deducir que es el hombre reservado para el s acrificio
porque además está su pelo amarrado en un nud o , seña de que es .prisio­
nero. De su p echo cuelg a un adorno que lleva en medio el signo Pop,
principio del año y alrededor una ondulación que signi fica media noche;
también se encuentra l a misma ornamentación en l a orej a , expresando
que el sacrificio se hará a media noche y que es para la renovación del
fueg o , p uesto que lleva el m amalh uaztlí, el palo p ara crearlo , en la mano
derecha. Los 3 j eroglífico·s verticales al l ad o izquierdo pueden enten­
derse, porq.ue el p rimero es el d el mes Ppp o sea principio ; el segundo, el
de un ciclo y el tercero , el Quíncunx, del cual ya hablaré y que signific a
e l año solar. D e los siguientes S renglones de la parte alta, S signo· s s o n
d�l día Imix que e s �1 día e n que en lejana época comenzaron los katunes
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y ciclos, por lo cual se debe deducir que estos j eroglíficos se refieren a
los s acrificios que en l as distintas horas celebraban. El primer renglón
p uede explicarse : día del pri ncipio lmíx y principio del ciclo número 9.
el seg undo renglón: qu e du rante la noche se sacrifica u n corazón al
n u evo fuego y en seguida s e levanta el s ·o l del d ía lmíx; el tercer rengló n ,
principio del fuego ; el cuarto puede entenderse q u e entre el medio día
y la puesta del sol hubo algo expresado por el último j eroglífico. El
último renglón se re fiere a 1os dí as negro·s que acaban de pasar y durante
los cuales el fuego estaba a•p ag ado .
El renglón en frente del dios M am da la explicación de la ceremo­
nia . El p rimer jeroglífico es la cabeza del M am, el segu ndo es e l más
importante, porque lo encontramos también en el Códex D re sdensís, allá
donde los dioses están creando fuego , por lo cual significa creación de
fuego, el que está junto al pie del dios negro se relaciona al Mam o a los
día.s dolorosos y el último signo son dos corazones, que quizás se refieren
a la época p asada y a la nu eva.
Esta explicación, no se ,puede comp robar matemáticamente, pero
es l a más probable según nuestro·s actuales conocimientos, e indicaría
que se celebraba la entrada del ciclo número 9, explicación que coincide
con la gran an·tig üedad que he atribuído al vaso de los cuatro animales y
al de S abob. D e eso resultaría que la ocupación de Chamá e·s muy ante­
rio r a la de Copán, Quiri g u á y Yu catán y que en Chamá deberíamos ver
la cuna de la civiliz ación Maya.
A l a misma clase de cerámic a p ertenece u n vaso encontrado en
N ebaj , hoy propiedad de don Carlos L . Fleischmann, en Londres , publi­
cado en S el.er, I I I , Pág. 7 1 8 y otros de Chamá y Ratín1ixul, reproducidos
en " The Museus J ournal" de Philadelphia , Vol . XVI I I , N'' 4. En el vaso
de Ratinlíxul vem0s la siguiente pintura : dos indígenas cargan un h om­
bre o dios en una hamaca colg ada de dos p alo · s rollizos, que dos indígenas
llevan sobre los hombro s . Atrás de es · e cortejo va un indio c arg ando con
mecapa! una alfombra, para que al bajar de la h amaca la p ersona o dios
p ueda sentarse; abajo de ésta a nd a un perro con una gran mancha
negra en ei lom o , oreja ancha y boca abierta parecida a la clase sabuez a
que introdu j eron los conquistadores p ara capturar a los indíg enas fugos ;
p ero no es de esa raza, porque en mi colección t en g o una figura antigua
de p erro con las mismas especialidades, tan diferentes d e la dase de
p erro común de los indíg enas · . Atrás del carg ador .de la alfombra van
tres indígenas más , llevando palos en forma de remos de cayuco, los que
tienen un hoyo circular en la p arte de arriba . T ales p alo. s se u san aún
hoy en Cobán p ara que descansen aUí las andas en que cargan a los
s antos cuando los llevan en sus procesiones. La última persona tiene su
mano d erecha puesta sobre el hombro e n señal de sumisión. Este gesto
se explica por la relación de la conquista del Petén en Vill ag utierre y
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S otomayor, ·d onde dice: "Luego que llegaron, s aludaron los dos capitanes
Itzáes a .Jos dos religiosos a su usanza, que es, echar el brazo d erecho
sobre el hombro en señal d e p az y amistad ".
El cuadro representa, pues, una procesión cuyo c arácter explica
L and a , Págs. 1 60 y 264, que en cierta fiesta llevaron al Capitán d e la¡¡
guerras llamado N acón con gran pompa al templo donde le sentaban y
quem aban incienso, saum ándole como a ídolo y llevándolo en hombros
alrededor d el templo y cuando volvían con él s acrificaban los chaces,
quienes eran los ayudantes del s acerdote , un p erro y s ac ábanle el cora­
zón, que enviaban al d e monio Mam entre dos platos .
En los t res ·viaj es que hice a Cham á no tuve la buena suerte d e
encontrar trastos tan curiosos como los indicado s , p ero p ara la explica­
ción de sus. dioses, mis exp ediciones fueron d e i m p ortancia. Encontré
varias ve·c es, j unto s , trastos, de los cuales uno estaba p intado con un dios
j oven y el otro con el dios viejo, d em o strando que ambos fueron adora­
dos j untos y que la comp añí a de ellos no era casual, s ino que obedecía a
ciertas regl as . Luego se comprendió que no se trat aba de p ersonas, sino
de dioses.
(Con tí n u ará).

( 1-1 J PA L.-
Vaso de Chipal� con picos que reprpsenbn
los rayos del sol.

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