Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
67
1 3 .--Los L acandones M ayas d e las montañas del Usumacintla.
14.-La arcaica de l a finca "La Blanca", costa d e Retalhule u , igual
a l a arcaica de l a c apital d e M éxico, a la que Ramón M e n a llama Toaclz
topayotlaca .
68
j e rogl ífico y y años, con figura de dioses como e x plica c i ó n .
cál cul o s de d ías
E l contenido se re fiere a astro n o m ía, a las cere monias que observaron
en sus fiestas y para l o s p r o n ósticos.
El historiador Landa i n form a sobre el obj eto d e estos libros lo
sig,uiente : (Pág . 3 1 6) "Usaban t ambién esta gente de ciertos caraderes o
letras con las cuales escribían en sus libros sus cosas a ntiguas y sus
cie n cias y c o n ellas y figuras y
algunas señale s e n las figuras e n
tendían sus c o s a s y l a s daban a
e nten der y e n seña b a n . Hallamos
gran n úmero d e l i b ros de estas
sus l etra s , y porque no t i e n e n
cosa d e q u e no hubiese su persti
ción y falsedades del demonio, se
les quemamos todos, lo cual a
maravilla se ntían y l e s daba p e n a".
E l mej or h i storia
dor de los mayas es
Jdolillo d e Chisec.-A Ita Diego de Lan da, T d o l i l l o d e S a l i n a�.-Aita Verapaz.
Vera p a 7 .
quien e n l a segunda
parte d e l siglo XVI fué Obispo de
d o n de recog i ó sus in f o r
Mérida,
mes de Juan Cocom, d e l ú l t i m o rey de Maya pán . S u
desce n d iente
obra fué de scubierta en M adrid y p ublicada por el incan sable i nvesti
g ador abate Brasseur d e Bourbourg a quien la ciencia M aya debe tam
bien la p ublicación del Popal Vzzlz y del Rabínal A c h í . En dicha obra
llamada "Rel ación d e las cosas de Yucatán ' ' , copia Landa los dibu jos ele
69
los j eroglí ficos de los meses y d ías M aya y como éstos son l o s mismos
signos que encontramos en los indicados Códices y en los monumentos
de Yucatán, s abemos que los últimos fueron h echos por los M ayas de
aquella región. N o conocemos l o s autores de las demás ruinas de estilo
m aya atribuyéndose a o tra tribu de la misma fiHacíón , de l as cuales h ay
como veinte.
i
. 1
.. (
l>
·� "'�
�
\:-�
--· ..�---.�1'/d
COPAN
p ulas al que los fieles acud ían de fuera p ara sus prácticas ritu ale s . La
razón por qué eligieron ese lugar es probablemente que en esos cerros
encontraron una clase de piedra volcánica que podían esculpir con sus
instrumentos insu ficientes de piedra , y la así trabaj ada resistía su ficien
t em ente los efectos atm o s féricos. Es lógico suponer que l a n ación q u e
erigió C o p á n debe lnber poblado l a s llanuras cercanas : Chíquimula y
71
Zacap a. Pero lo extraño es que la cerámica de Zacapa es distinta de la
de Copán ; la de Chiquimula no l a conozco. Pero en la República de El
S alvador se han hallado vasos con el mismo carácter y los mismos j ero
glíficos que los de Cop á n , de modo que la afinidad de Copán con El
S alvador está comprobad a. (Véase Revista de Etnología d e El S alvador,
Tomo I. Lámina VII ) .
L a p rimera notida relativa a Copán se halla e n u n in forme del
Oidor Diego García de Palacio al R ey Felipe II referente a su viaj e en
1 57 6 a l as .p rovincias , ·en el cual da cuenta de los monumentos de ese
lugar y hace constar que tomó todo empeño p or averiguar entre los indí
g enas, quiénes habían sido los constructores . Le contestaron que en
tiempos le•j anos había venido de Yucatán un gran señor, quien hizo estos
edificios, pero que al cabo de algunos años volvió a s u tierra natal, dej án
doles completamente desiertos .
La evidencia sacada de los trastos dem uestra q ue este relato no
e s der.to , pues la cerámica d e Copán y Yucatán son completamente dife
r.entes . De aquí se desprende la imp ortancia de recoger los pedazos de
trasto•s roto·s , que nos puede n dar una idea del c arácter g eneral de la
cerámica d e cada lugar, p ermitiendo comp ararlos con l a d e otras regiones
y así trazar los cambios de domicilio que tuvieron S·US artífic e s .
Los trastos de Cop án son notables por un roj o o bscuro con p rin
g uitas brillante s , cuyo color es de un óxido de hierro q ue los M ayas y
Aztecas usaron en combinación con el copal p ara pintar s u s ídolos con
obj eto de preservarlos d e los d años atmos féricos. Ade m á s d el color rojo
s e ve frecuentemente un am arillo b arroso y un negro . Hice una cole.c
ción de ellos durante mi p ermanencia en Copán en 1894 , excursión para
l a cual fuí invitado por el señor A . P. M audslay. Existían allí unos
m ontones de p edaz·os de trastos que habían sido hallados en excava.c io
nes anteriore·s y los que d e j aron abandonados por no ser útil e s . D ichos
p edazos ya no podían j untarse p ar a formar un trasto entero ; pero m e
sirvieron p ara reconocer e l carácter especial d e l a cerámica d e Cop án.
E n esta ocasión traté de averiguar l o que está debajo de los m onolito s ,
p o rque m uy b i e n p odían haber s ervido éstos p ar a m arcar u n sepulcro.
Como el m onolito conoódo por " C" estab a roto y sólo los pies de la
figura quedaron en p osición, elegí éste p ara excavar los cimientos , pue s
n o p odía hacer ningún daño. Encontré debajo del m onumento u n hueco
en forma de cruz, forma en l a cual están construidos los subterráneos
d e Milla y Xoxo en territorio Z ap oteca. Como éstos , eran según s e cre e ,
lugares donde depositaban los restos de los sacrificios h echos al finali
z ar los años m ayores y épocas, desde luego, sospeché que los huecos que
existen b a j o los monolitos de Co,p án han s ervido p ara igual obj eto. En
contré allí únicam ente una concha bivalva de mar, m uy usada, y como
la concha repres enta el vientre d e la m u j er, de donde aparece el niño
y , adem á s , el cero d e b n ueva época, s.e comprueba la explicación indi
cada. También hallé enfrente del ídolo , como pieza p rincip al sostén,
u s ad o como piedr.a ordi n aria y con la p arte sin dibuj o p ar a arriba, un
altar con unos dioses am arrados al contorno , modo de representar el fin
de las épocas cuando renovaron el fuego. En esta excavación, sin riesgo
72
ap arente, por poco pierdo mi vid a , p orq ue al m over con barreta una
piedra del cimiento se abrió un hoyo del que apaTeció una horrible cule
bra, gruesa y veneno sa, la q11e torci éndose p ara salir del hoyo, dió vuelta
sobre mi pie, faltando un centí metro p ara tocarm e . H allé también e ntre
los cimientos un ídolo de piedra en forma de hombre gordo , pero sin la
cabeza, cuya figura a·tribuyo al demonio , regente del final del año, a
quien echaron y destruyeron al comenzar la nueva era.
E n Quirig u á h allé en un rincón de un templo, excavado por otros,
unos pedazos de trastos antiguos. Así pude conocer la clase de cerámica
que allá usaron y la encontré enteramente distinta de la de Copán, por
lo cual se puede in ferir que estos dos centros de la cultura Maya, tan
cerca como están, fueron cons truidos por distintas tribu s . E n las exca
vaciones de las ruinas del Petén se h allaron ídolos pequ eños, de barro,
que tienen el carácter de la cerámica que se encuentra tanto e n Cobán
l{ u i n n s d e Co pán.
LOS VA S O S DE CHAMÁ
Entre todos los trastos de Guatemala los más interesantes son los
que proced e n d e Chamá y región vecinal. Sobre e l b arro está tendida
u na capa delg ada de cal blanca, alisada y sobre ella están pintados en
negro, colo·rado y amarillo barroso, escenas de ceremonias religiosas con
dioses y j eroglífíc�s M ayas , recordando tanto en su hechura como e n
s u s d ibujos a l o s Códices M ayas , p o r lo cual, como t:ambién por s u h er
mosura, son de sumo in terés y pueden ayudarnos a h allar la clave de los
secretos de .Ja raza. Las escenas allí representadas se expres a n d e u n
modo simple y n o e nvueltos e n misterio s , por l o cual son m ás f áciles d e
comprender que cualquier otro m ateri al hasta hoy encontrado. Por e s o ,
es uno d e los propósitos m á s importantes de l o s estudios arqueológicos
en Gu atem al a , reunir todo el material de esa sección, reconstruír los
trastos que g eneralmente se encuentran rotos y p ublicarlos dignamente,
para que l a ciencia pueda h a·cer uso de ellos .
El valle de Chamá tiene como treinta c aballerÍ:as de extensión y
es casi plano, p or lo cual llam a la atenció n , pues toda la zona e s sólo de
cerros ; está bañado por el río Chisoy, que en verano es de u n verde her
moso, mereciendo sólo e n invierno su otro nombre : Río Negro. Allí se
l e j unta s u tributario, el S.albá, que en s u curso superior se conoce como
Río S achichá . El primitivo dueño de Chamá, Ebenezar Cary m e invitó
en 1 893 a h acer excavaciones e n los cúes que allá existían. E n tres expe
diciones p u de excavar los cerritos d e cuatro plaz a s . La m ayor, donde
74
está a c tual m e n t e l a casa de l a fi n c a , t e n í a e n m e d i o , sombreado por un
m agnífico árbol d e z ap o t e , un cerrito baj o , e n e l cual e ncontré u n buen
n ú m ero d e trastos s i n p i n t u r a , pero ad ornados con picos . H abía u n
t r asto com pu esto d e dos partes ; l a i n ferior en for m a d e pl ato hondo y l a
su perior como globo d e q u i n q u é , cubrí al a e x actamente y t e n í a bo·c a d e
tinaj a que estaba tapada por u n a p iedra. Grande fué el placer al h allar
obj e•to tan raro y mucha l a e s p eranz a d e que encerrab a cosas valiosas ;
p ero al abrirlo con el m ayor c u i d ad o fué inmenso el deseng año, pues sólo
s e e ncontró un poco d e tierr a , q u e se había filtrado, y además una perla
79
esta explicación es correda , este vaso sería 1 8 años más VleJO que l a
fecha m á s antigu a M aya h a s t a h oy conocida, l a qu e aparece sobre e l
ídolo de nefrita d e Tuxtla d o n d e consta l a fecha 8 , 6 , 2 , 4, 1 7 , ex. p resada
en barras y pu nto s . Teníamo s , pues, en Ch amá un nuevo método de
expresar el tiempo y l a prob abilid ad d e que así sea, e s reforzada por otro
vaso encontrado en Sabob al N oreste d e Chamá en el cual s. e ven iguales
cinta.s con la fecha 8 , 2, 2 , 6, 9 . Los dos casos son insu ficientes p ara
tener esta explicación por bien establecid a ; pero si en las nuevas excava
ciones se encontraran más ej emplos , podríamos ya tenerla por compro-
V:�so d e Chamá.-Guatemala.
bada. En tal caso, los h allazgos de Ch amá serían los objetos mayas más
antig uos de todo·s los que hasta ahora conocemo s . Que la cultura d e
Ch amá e s antigua, p arece probable d e l o s escritos d el Chilám B al á m d e
Chumayel , referente a l o rigen de s u raz a . Una parte d e l a g e nte Maya
vino a Chichenitza del Oriente de Kín Colah petén (donde está colgado el
sol) ; otra vino del N orte d e N acocob ; otra de-l Poniente d e l a Cueva
Zuiva Tulán y por último la del Sur vino de Canhek uitz bolonte uitz (lo s
cerros d e l cacique de Flores, Canek ; l o s nueve cerros) . E sto s ó l o p u eden
ser los nueve cerros d e las Salinas al N orte de Chamá. Este problema es
80
de tanta importancia arqueológica que oblig a a la prosecución de las
excavaciones en ese rumbo. En la vasij a bastante deteriorada de S abob,
finca que d i s·ta tres leguas al N ores te de Ch amá, vemos dos dioses sen
tados que están platicando referente a algún sacri fici'J puesto e n un altar
y cuya naturaleza no se puede distinguir. La figura a la dere ch a es el dios
joven por la forma espe cial d el,p elo en su frente , mientras que l a .p ersona
d el lado opuesto, que se apoya sobre l a tierra, es el demonio Mám. D e
l a frente d e ambas figuras sale l a combinación d e Quetzal y culebra,
Cuculcán, pero la que está con el dios j oven es fuerte y hermosa por ser
la que hace nacer, mientras que la a l a izqui erda es reducida y con barb a
significando la vej ez, es la que entierra . Por eso es •t á •el pelo del demonio
amarrado, en señal de que es prisionero, para que el vencedor pudiera
allí asirle . En las representaciones que conozco d e trastos donde ap are
cen ·e·s tos dos dioses, el j oven e s ·t á siempre a l a d erecha y el Mám a l a
izquierda. La leyenda que m ás interesa aquí s o n los puntos de l a banda
que sale del A h au, pero no e s completa, en la p arte donde quedan lo· s
echo punto s , falta un p edazo.
81 A.-6
En la cuarta plaza de Chamá encontré además u n o , que es el único
ídolo en relieve con un grupo de dioses, recordando a los retablos d e altar
cristiano. Abajo se ve la c abez a de un dios no reconocible con cu atro
alas, pue •s ta enci m a del cuerpo de la sierpe con dos cahezas. Esta cule
bra representa, a mi j uicio , el nacimiento y el entie rro y son los diosGs
que en el Popo! Vuh son llam ados Xpiyacoc y Xmucané. Son una de la�
varias form as d e l dios Cu·c ulcán, el G u cumatz de los Quichées. Las
raíces píyá y mzíc-según Villacorta y Rodas, Popo! B u j-quieren decir
"salir" y "ocultar", y ellos explican los dos nombre s , como s alida y puesta
Vaso d e Chamá.--Guatemala.
83
pies lleva el signo del p etate, Pop, que e·s el primer mes dol año solar
M , a ya. D icho dios es calvo, está en posición de suplicio y por el colorido
negro a•lrooedor de los o j o s , demue·s tra ser viejo. Por eso podemos reco
nocerl e como el dios Má.m o dios del final del año , q uien es al mismo
tiempo dios del fu�go y d demonio M aya. El está hincado e ntre dos
figuras tizn adas de negro, color que se aplicaban los M ayas al final de
los años y durante s acrificios . Las d o·s figuras que le rodean p ueden
explicars: e : la de la derecha c omo dios del sol Xbalamké , que está en
trando a grandes pasos, llevando en las manos l a lanza de sacrifi · c ios
y el soplador, ins t- rumento p ara avivar el fuego ; va cubierto con un cuero
de tigre y en l a núca lleva u n hueso l argo. La figura a la izquierda tiene
similitud con el dios joven ( Tz ultacá) , y l a parte d e l a mandíbula infe
rior tiene una ornamentación que es p< a recid a al número 9, c uando éste
e s expresado por l a c abeza de un dio s . Este dios levanta su mano iz
quierda p ara h acer alto a l a entrad a del dios del sol y en l a mano derecha
tiene un látigo para c astigar al arrodilla.do. La escena expresa la idea :
" S ol, no entras, antes de que no s e arroj e al Mam". D e las otras cuatro
( 1-1 J PA L.-
Vaso de Chipal� con picos que reprpsenbn
los rayos del sol.
86