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LA CATEQUESIS DE ADULTOS COMO PARADIGMA:

SU IDENTIDAD Y SUS FUNDAMENTOS

Pbro. Hermilio Cárdenas González

1. INTRODUCCION

En estas sesiones abordaremos la identidad de la catequesis con adultos y sus


fundamentos.

Los principales puntos los tomamos del Directorio para la Catequesis, Pontificio Consejo
para la promoción de la Nueva Evangelización, 23 de marzo 2020 (257-265).

La Condición del adulto hoy: una situación compleja. El adulto se enfrenta hoy a una
situación como un proceso evolutivo de transición en que se reformula su identidad.

Convertirse en adulto desde lo religioso: se van tomando distintas formas de vivir la fe


tratando de responder a los interrogantes de la vida, en donde se lee a la luz de la fe los
acontecimientos, como oportunidades integrándose en el mismo camino formativo.
¿Cuáles serían las razones para optar por una catequesis de adultos como paradigma,
eje de otras formas de catequesis? Podríamos apuntar las siguientes:
1ª.-La edad adulta es la edad de las opciones fundamentales en la vida: su opción vital,
su estado de vida, su profesión etc., los adultos son los que de manera particular tienen
“la capacidad de vivir el mensaje cristiano bajo su forma plenamente desarrollada” (CT
43). El adulto como persona que ha realizado en su vida abundantes proyectos,
alcanzados unos y otros no logrados, es quien mejor puede aceptar libremente y
comprender el carácter salvífico de la fe cristiana como una opción fundamental.
2ª.- La persona adulta lleva la conducción de la familia y de la sociedad, sus
responsabilidades y decisiones están sujetas a cambios y crisis profesionales y
personales. Se requiere que su fe esté, por lo tanto continuamente iluminada y
desarrollada, de tal forma que dé sentido, unidad y esperanza a la vida personal, familiar
y social. Los adultos, al ser los primeros educadores de la fe de sus hijos, podrán
desempeñar mejor dicho compromiso, tan olvidado en las últimas décadas.

3ª.- En esta edad es cuando la persona es más capaz de adherirse personalmente a


Jesucristo, y al mismo puede ser transmisora de la fe; las demás edades volverán su
mirada a esta etapa para comparar su mirar y su obrar; las nuevas generaciones irán
creciendo con la imagen que los adultos les ofrezcan. Son los adultos los constructores
de la sociedad y los mejores evangelizadores.

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4ª.- El aumento numérico de los adultos en nuestro país es un hecho innegable e
irreversible, los adelantos de la medicina permiten una existencia humana más
prolongada, hoy mucha gente superará los 80 años de vida; al mismo tiempo los
matrimonios actuales tendrán menos hijos.

5ª.- La reflexión actual acentúa mucho el carácter dinámico y abierto de la madurez


humana que comporta la formación y aprendizaje continuo. Aparece totalmente superada
la distinción rígida entre sujetos educandos y educados, entre personas en formación y
educadas. Se impone a todos un, ritmo siempre abierto de crecimiento y maduración
incluso en lo referente a la realidad religiosa.
Pasamos ahora a describir los principales fundamentos de la catequesis con adultos.

2. LOS INTERLOCUTORES (DC, 258)


¿A quién se dirige la catequesis?
Vemos distintos tipos de adultos que viven de diversas formas de fe.
a. Adultos creyentes que quieren profundizar en su fe que ya viven.
b. Adultos bautizados no debidamente formados o que no han completado su
iniciación cristiana (cuasi catecúmenos CT 434), a ellos se responde con una
nueva iniciación a la fe.
c. Adultos que aunque no viven habitualmente su fe pero buscan el contacto con la
comunidad en ciertos momentos de la vida: situaciones límite (muerte de un ser
querido, enfermedad, desamparo), aniversarios, quizás será gran parte de nuestro
ambiente.
d. Adultos que provienen de otras denominaciones cristianas y experiencias
religiosas (new age).
e. Adultos que regresan a la fe católica después de haber tenido experiencias con
los nuevos movimientos religiosas.
f. Adultos no bautizados (catecúmenos) ellos requieren de una verdadera iniciación
a la fe.

3. EL OBJETIVO Y FINALIDAD DE LA CATEQUESIS


Hacer madurar y formar la fe, la vida en el Espíritu, de forma gradual y progresiva para
que el mensaje evangélico sea acogido en una dinámica transformadora de la vida
personal y social. Este objetivo se puede decir que se desglosa en tareas particulares o
específicas.
¿Cuál será la finalidad de la catequesis?

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La catequesis de adultos, como toda catequesis tendrá como finalidad iniciar en
la vida cristiana, o reiniciar a lo ya bautizados, iluminar y sostener a los bautizados
inmersos en el mundo para que sean luz y sal (Mt 5, 13-14).
Se propone fundamentar y hacer madurar la adhesión a Jesucristo y su mensaje
y formar cristianos cada vez más maduros en la fe (Cfr. DGC 38)
4. TAREA Y TAREAS (DC 261)

La tarea general se entiende como un acompañar y educar la formación de los rasgos


típicos del cristiano adulto en la fe, conformándolo como discípulo del Señor Jesús dentro
de una comunidad inserta en las realidades sociales y culturales, hasta llegar al
testimonio de la fe. Estas tareas podrían tener una secuencia cronológica:

a. Despertar la fe. Para muchos adultos contemporáneos es necesario aprender a


creer aunque haya habido ya en muchos de ellos referentes religiosos (lugares de
culto, fiestas religiosas, etc.). Será necesario a veces un recomenzar desde
Jesucristo (DA 12), desde la atracción, gusto y voluntad de seguirlo. Antes de
comenzar cualquier proceso evangelizador es necesario un contacto personal que
vaya preparando a un ambiente religioso con encuentros fortuitos.
b. Purificar la fe. Se requiere de purificar las creencias que se expresan en
representaciones religiosas que pueden ser parciales, engañosas o erróneas. En
la actualidad una de las notas características de la religiosidad es el sincretismo
que en general quiere decir fusión o confusión de ideas, creencias o actitudes
morales. Hace una mezcla de lo cristiano con lo no cristiano. A veces se va más
lejos hasta un regreso del paganismo del precristiano. Es el retorno a los dioses
que se habían dado por muertos, entendidos estos como las fuerzas míticas de la
existencia que la racionalidad moderna había reprimido (cfr. Max Weber). Hay una
influencia de la new age (panteísmo que considera que Dios es el mismo mundo
con nuevas antropologías y anatomías donde el ser humano tiene distintos
cuerpos que se van desarrollando). Se trata de un Dios cósmico no personal.
c. Alimentar la fe. La fe viene por la predicación y la predicación por la palabra de
Cristo, dice san Pablo (Rm 10, 11). La Palabra se actualiza en relaciones
eclesiales significativas para poder dar razón de la esperanza (1Pe 3, 15) en
dialogo con la cultura contemporánea.
d. Ayudar a compartir y testimoniar la fe. Será necesario establecer espacios para
compartir la fe realizando servicios en la Iglesia en la fe y el amor como signos de
la presencia del Reino de Dios.

El Directorio hace un resumen de la catequesis con adultos de esta manera: “tiene


como tarea acompañar y educar la formación de los rasgos típicos del cristiano adulto
en la fe, discípulos del Señor Jesús, dentro de una comunidad cristiana capaz de

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constituirse en salida, es decir insertada en realidades sociales y culturales para el
testimonio de la fe y la realización del Reino de Dios”. (DC 261).

5. CRITERIOS

1º. Con talante comunitario (inspirados en el catecumenado), la comunidad es el origen,


lugar y meta de la catequesis.

2º. Como un aprendizaje a la vida cristiana en su integralidad proponiendo experiencias


de profundización en la Sagrada Escritura como espacios de espiritualidad,
celebraciones litúrgicas, piedad popular, experiencias de fraternidad y practicas
misioneras.

3º. El adulto como protagonista de su proceso de fe no como mero receptor. Aceptarlo


como persona que es, que ya ha desarrollado experiencias y convicciones de fe: el bien
y el mal, vida y muerte; amor y desamor…
4º. Reconocerlos como hombres y mujeres desde una antropología cristiana.

5º. Tener en cuenta su condición laical: con una consagración y misión que brota del
Bautismo, robustecida con la Confirmación. Son llamados a “buscar el Reino de Dios”
tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales” (LG 31; EN 70; Chl 23); no
se trata de una suplencia al sacerdote, por lo tanto necesita tiempo apropiados para su
formación espiritual.
6º. Con una pedagogía adecuada. Entendida como un estilo o manera de “hacer” la
catequesis, con ellos tendrá que ser activa y participativa, desde la propia experiencia y
no como un mero paso metodológico; donde el catequista, más que director, es un
acompañante, alguien que escucha los interrogantes que vive el adulto, en una relación
de fraternidad que en algunos momentos tiene que hacerse a un lado y dejar que el
propio adulto asuma su responsabilidad de fe. En repetidas ocasiones el punto de llegada
será incierto.
6. PARA EL TRABAJO PERSONAL

Después de haber leído los números 257 al 265 del Directorio citado y a partir de tu
propia experiencia contesta las siguientes preguntas:

a. ¿Qué otros tipos de adultos interlocutores encuentras en tu ambiente?


b. ¿Qué cosas tendrán que ser purificadas desde la catequesis con los adultos
de tu alrededor (apuntar 3)?
c. ¿Qué dificultades se presentan en tu entorno para la catequesis con adultos
(apuntar mínimo 2)?

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