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Título: El crecimiento del derecho ambiental en la Argentina


Autor: Toloza Llamazares, Natalia
Publicado en: RDAmb 53, 16/03/2018, 105
Cita Online: AR/DOC/2863/2018
Resumen
La presente ponencia cuenta por diferentes ópticas temáticas acerca del componente ambiental y del derecho
ambiental dentro del estado de derecho. Primero se realizó una breve referencia de la actualización y de la
introducción dentro del Código Civil y Comercial de la Nación; el avance del derecho ambiental dentro de la
Constitución Nacional, su jerarquía en los tratados de derecho internacional, la introducción en el código de la
interpretación, las fuentes, la responsabilidad, y la legitimación de los derechos de incidencia colectiva, además
de la introducción de los derechos de las comunidades indígenas (sobre las tierras que habitan y las aptas para el
desarrollo humano); también se hizo referencia a los fundamentos que tuvo el anteproyecto de dicho código, y
los artículos anteriores al paso por el Poder Ejecutivo. Luego seguimos con un pequeño resumen de lo
principios más importantes destacados en el Código Civil y Comercial de la Nación. Luego hablé de un resumen
de lo aportado por el derecho ambiental internacional dentro del derecho internacional local, de los principios
del mismo, y claramente un resumen de los principios aportados por la Ley General del ambiente de Argentina.
Luego terminamos el presente ensayo con tres fallos, inéditos de la Argentina, uno muy comentado, sobre los
daños y perjuicios del Riachuelo. En ellos se hizo un breve comentario de lo que trata cada uno, y las
conclusiones más importantes de los mismos, es decir sobre su competencia, sus daños, como recomponer los
mismos, cuáles serían los principios mejor adaptados para cada situación denunciada, es decir la prevención y
no la acción de arreglar dicha situación con dinero. La educación y la información sobre las consecuencias de
cada actividad humana sobre el ambiente son primordiales para empezar a aplicarse en toda la sociedad.
Entender que además de derecho a un ambiente sano como dice la Constitución, tenemos la obligación del
cuidado del mismo.
I. El derecho ambiental en el Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Anteproyecto
Art. 1° (Código Civil y Comercial de la Nación).- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige
deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados
de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la
norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o
en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.
Art. 1º (Anteproyecto).- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las
leyes que resulten aplicables. La interpretación debe ser conforme con la Constitución Nacional y los tratados
en los que la República Argentina sea parte. A tal fin, se tendrá en cuenta la jurisprudencia en consonancia con
las circunstancias del caso. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados
se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.
El código reconoce como fuente de aplicación a la Constitución Nacional, nuestra carta magna, donde el
derecho ambiental cuenta con un propio artículo, desde la reforma de la misma en 1994: "Art. 41.- Todos los
habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y
tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según
lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los
recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la
información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los
presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas
alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente
peligrosos, y de los radiactivos".
También le da importancia a los tratados de derecho internacional (art. 75 inc. 22: "22. Aprobar o desechar
tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la
Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes. La Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la

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Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no
derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los
derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo
Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los
demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso, requerirán del
voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía
constitucional"). Aquí es el derecho internacional ambiental toma un gran protagonismo, ya que es esencial en
la materia de desarrollo.
Es por ello que en una cita, el Dr. Lorenzetti expresó que: "se ha pensado en el ciudadano y por eso los
paradigmas y principios que responden a las prácticas sociales y culturales vigentes" (Pensamiento civil,
Derecho ambiental en el Código Civil y Comercial de la Nación, Cafferatta, Néstor A.).
El código ha establecido una especie de conjunto entre los Derechos de la Constitución, el derecho público y
privado, y ello se ve en la protección del ciudadano como persona física, y en el reclamo de incidencia
colectiva, de la persona como consumidor, en la protección de los bienes ambientales y otros. Esto quiere decir
que no sólo en el código se regulan los derechos de índole general, los derechos humanos y los derechos
reconocidos en la Constitución Nacional.
El derecho ambiental expresa la necesidad de conjugar la defensa de lo social, es decir ideal de la
comunidad o colectividad, que integra el entorno, ambiente o espacio vital con la inviolabilidad de la persona, el
ser humano como figura, con el objetivo de lograr el desarrollo sustentable, en una visión compleja de justicia
intra e intergeneracional.
El derecho ambiental es llamado "nuevo derecho", autónomo, de matriz propia, transparente, democrática,
participativa, en el que la información pública, opinión pública, asamblea pública, participación social o
consulta popular, como instrumentos de política y gestión ambiental (art. 8º ley 25.675: "Art. 8º — Los
instrumentos de la política y la gestión ambiental serán los siguientes: 1. El ordenamiento ambiental del
territorio; 2. La evaluación de impacto ambiental; 3. El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades
antrópicas; 4. La educación ambiental; 5. El sistema de diagnóstico e información ambiental; 6. El régimen
económico de promoción del desarrollo sustentable.), adquieren en estas horas, características extraordinarias,
lo que hace que se produzca, un fenómeno que el ciudadano, el vecino, el hombre de la calle o del pueblo, los
medios y el mercado, incide con fuerza propia, de manera influyente, en las estructuras políticas de la
administración pública, no sólo a través de su voto o sufragio electoral (derechos políticos), sino también en el
ejercicio activo de sus derechos civiles, económicos, sociales y culturales, despareciendo poco a poco los límites
(y diferencias) entre el Derecho Privado y el Derecho Público. En este contexto, es frecuente ver conflictos o
litigios sociales de base privada (civil o comercial) e interés público".
Art. 2° (Cód. Civ. y Com.).- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los
principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.
Art. 2º (Anteproyecto).- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los
principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.
Tal como se puede observar, el art. 2º del Cód. Civ. y Com. no tienen discordancias con el art. 2º del
Anteproyecto del Código, por lo cual, el análisis del mismo sería el siguiente: dicho artículo colabora con la
tutela del ambiente ya que el mismo colabora relacionando las normas con la Constitución, Tratados
internacionales, leyes, jurisprudencia, y los usos y costumbres. Se introduce la necesidad de que el operador
jurídico, para un análisis completo de todo el ordenamiento jurídico, tenga en cuenta "las disposiciones que
surgen de los tratados sobre derechos humanos" teniendo en cuenta que el derecho ambiental, es un derecho
humano o fundamental del hombre (tal como dispone el art. 41 de la CN), los principios y los valores jurídico, a
sabiendas de que el derecho ambiental tiene principios propios, consagrados en los arts. 4° y 5° de la ley 25.675
presentando como llegada la determinación importante los bienes y valores colectivos. Ley 25.675: Art. 4º —
La interpretación y aplicación de la presente ley, y de toda otra norma a través de la cual se ejecute la política
ambiental, estarán sujetas al cumplimiento de los siguientes principios: Principio de congruencia: La legislación
provincial y municipal referida a lo ambiental deberá ser adecuada a los principios y normas fijadas en la
presente ley; en caso de que así no fuere, éste prevalecerá sobre toda otra norma que se le oponga. Principio de
prevención: Las causas y las fuentes de los problemas ambientales se atenderán en forma prioritaria e integrada,
tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se pueden producir. Principio precautorio:
Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica no deberá

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utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la
degradación del medio ambiente. Principio de equidad intergeneracional: Los responsables de la protección
ambiental deberán velar por el uso y goce apropiado del ambiente por parte de las generaciones presentes y
futuras. Principio de progresividad: Los objetivos ambientales deberán ser logrados en forma gradual, a través
de metas interinas y finales, proyectadas en un cronograma temporal que facilite la adecuación correspondiente
a las actividades relacionadas con esos objetivos. Principio de responsabilidad: El generador de efectos
degradantes del ambiente, actuales o futuros, es responsable de los costos de las acciones preventivas y
correctivas de recomposición, sin perjuicio de la vigencia de los sistemas de responsabilidad ambiental que
correspondan. Principio de subsidiariedad: El Estado nacional, a través de las distintas instancias de la
administración pública, tiene la obligación de colaborar y, de ser necesario, participar en forma complementaria
en el accionar de los particulares en la preservación y protección ambientales. Principio de sustentabilidad: El
desarrollo económico y social y el aprovechamiento de los recursos naturales deberán realizarse a través de una
gestión apropiada del ambiente, de manera tal, que no comprometa las posibilidades de las generaciones
presentes y futuras. Principio de solidaridad: La Nación y los Estados provinciales serán responsables de la
prevención y mitigación de los efectos ambientales transfronterizos adversos de su propio accionar, así como de
la minimización de los riesgos ambientales sobre los sistemas ecológicos compartidos. Principio de
cooperación: Los recursos naturales y los sistemas ecológicos compartidos serán utilizados en forma equitativa
y racional, El tratamiento y mitigación de las emergencias ambientales de efectos transfronterizos serán
desarrollados en forma conjunta.
Art. 5º — Los distintos niveles de gobierno integrarán en todas sus decisiones y actividades previsiones de
carácter ambiental, tendientes a asegurar el cumplimiento de los principios enunciados en la presente ley).
Teniendo en cuenta una cita de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la cual reza: "el ambiente es un
'bien colectivo', y como tal de naturaleza indivisible, supraindividual, de pertenencia comunitaria, y que se ubica
en la esfera social de los individuos, pero también puso de manifiesto el deber de preservar" (principio de
prevención tal como dicta la Ley General del ambiente), su interpretación debe constar no sólo desde el punto
de vista jurídico sino también de su finalidad dentro de la vida del ser humano como persona física, y de la
sociedad como entidad colectiva.
"Art. 14 (Cód. Civ. y Com.).- Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se reconocen:
a) derechos individuales; b) derechos de incidencia colectiva. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los
derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general".
El texto conforme modificación del Poder Ejecutivo Nacional. La redacción original del Anteproyecto
dispone: Art. 14.- Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se reconocen: a) derechos
individuales; b) derechos individuales, que pueden ser ejercidos mediante una acción colectiva, si existe una
pluralidad de afectados individuales, con daños comunes pero divisibles o diferenciados, generados por una
causa común, según lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1 c) derechos de incidencia colectiva,
que son indivisibles y de uso común. El afectado, el Defensor del Pueblo, las asociaciones registradas y otros
sujetos que dispongan leyes especiales, tienen legitimación para el ejercicio de derechos que protegen al
ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en
general. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando puede afectar gravemente al
ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general.
Como se observa, hubo un cambio en cuanto a la redacción donde reza "derechos de incidencia colectiva" a
lo que decía derechos individuales que pueden ejercerse por acción colectiva; lo cual es mejor, ya que
directamente ampara todos los derechos de incidencia colectiva y no solo los ejercidos por ese motivo. Está
demás aclarar que tanto no sólo puede afectarse el derecho individual como el derecho colectivo cuando se
realiza un daño al derecho ambiental, es decir generados por causa común, los daños pueden afectar a la persona
física solamente o al conjunto de ella (colectivo).
Otra cosa importante es la parte del abuso del derecho, si bien ya se rezaba acerca del abuso del derecho en
art. 1071 del anterior código, ahora también hace referencia a que la ley no amparará dicho abuso cuando afecte
al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva. En realidad el abuso de derecho no tendría que afectar ni al
derecho de incidencia colectiva ni al derecho de otra persona física, ni al mismo que reclame por su derecho
(claramente, también está de más aclararlo).
También se rescata que el hecho la ley regula el abuso del derecho en su doble versión objetiva: cuando
afecta derechos individuales o derechos de incidencia "colectiva", entendiendo por esta última, aquella que
involucra a grupos, clases, categorías o la sociedad en su conjunto. Es por eso que pone límites al ejercicio de
derechos individuales, propios o subjetivos, por causas ambientales (acciones colectivas).

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II. Derechos de la comunidad indígena


Art. 18 (Cód. Civ. y Com.).- Derechos de las comunidades indígenas. Las comunidades indígenas
reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y
de aquellas otras aptas y suficientes para el desarrollo humano según lo establezca la ley, de conformidad con lo
dispuesto por el art. 75 inc. 17 de la CN.
Art. 18. (Anteproyecto)- Derechos de las comunidades indígenas. Las comunidades indígenas con
personería jurídica reconocida tienen derecho a la posesión y propiedad comunitaria de sus tierras según se
establece en el Libro Cuarto, Título V, de este Código. También tienen derecho a participar en la gestión
referida a sus recursos naturales como derechos de incidencia colectiva.
Lo primero que podemos observar en el cambio de los artículos en las "comunidades indígenas" con
personería jurídica —reconocidas (no creo que sea así, de hecho directamente hubiese planteado sacar la palabra
"reconocida"), y la parte de las tierras de las que tengan posesión— al cambio de las que "tradicionalmente
ocupan", es decir que de acuerdo a lo establecido por el art. 75 inc. 17 de la CN (17. Reconocer la preexistencia
étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una
educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería Jurídica de sus comunidades, y la posesión y
propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y
suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de
gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás
intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones).
Realmente es un gran desarrollo dentro del Código Civil éste artículo, ya que las comunidades indígenas
podrán defender no solo las tierras que actualmente ocupen sino también aquellas que sean aptas para el
desarrollo humano, las mismas no podrán ser enajenadas (vendidas) ni susceptibles de gravámenes ni de
embargos. Es decir están siendo destinadas a la gestión del cuidado de los recursos naturales de toda la
sociedad, como derechos de incidencia colectiva.
La consagración de estos derechos no significa privilegiar la sangre, ni el nacimiento, ni el origen étnico y
racial. Es simplemente, aplicar la regla a quienes se emplazan en circunstancias diferentes no se los ha de
nivelar a todos igualitariamente porque, de ser así, en vez de igualar imponemos desigualdad.
Y ponemos en especial observación la relación de las comunidades indígenas y bosques, con la ley 26.331
de protección ambiental de bosques nativos (exceptúa de la aplicación de la misma a todos aquellos
aprovechamiento realizados en superficies menores a diez hectáreas que sean de propiedad de comunidades
indígenas o de pequeños productores) la cual establece el su art. 12, inc. b), manda que el Programa Nacional de
Protección de los Bosques Nativos, "impulsar las medidas necesarias para garantizar que el aprovechamiento de
los bosques nativos sean sostenibles, considerando a las comunidades indígenas originarias que los habitan o
dependan de ellos, procurando la minimización de los efectos ambientales negativos".
III. Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes
"Art. 240. (Cód. Civ. y Com.)- Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio
de los derechos individuales sobre los bienes mencionados en las Secciones 1ª y 2ª debe ser compatible con los
derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas del derecho administrativo nacional y local
dictadas en el interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la
flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios
previstos en la ley especial".
"Art. 240 (Anteproyecto).- Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio de
los derechos individuales sobre los bienes mencionados en las secciones anteriores debe ser compatible con los
derechos de incidencia colectiva en los términos del art. 14. No debe afectar gravemente el funcionamiento ni la
sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el
paisaje, entre otros, según los criterios previstos en la ley especial. Los sujetos mencionados en el art. 14 tienen
derecho a que se les suministre información necesaria y a participar en la discusión sobre decisiones relevantes
conforme con lo dispuesto en la legislación especial. Cualquiera sea la jurisdicción en que se ejerzan los
derechos, debe respetarse la normativa sobre presupuestos mínimos que resulte aplicable".
Es que el derecho ambiental, es un Derecho de jerarquía constitucional (art. 41 CN), de base grupal o
colectiva, supraindividual, y refiere a bienes colectivos o indivisos, bienes comunes, y porque se trata de casos
de no sólo interés individual sino también interés social, requiere de una fina labor de interpretación para lo
cual, resulta indispensable contar con reglas claras de hermenéutica jurídica.
Bienes con relación a los derechos de incidencia colectiva, por los que se establecen límites al ejercicio de

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los derechos individuales sobre los bienes. Así el ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes
individuales o colectivos, debe ser: compatible con los derechos de incidencia colectiva, conformarse a las
normas de derecho administrativo nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar el
funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas, de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los
valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios previstos en la ley especial. Es sabido que el
derecho ambiental, tiene jerarquía constitucional ("Mendoza, Silvia B. y otros c. Estado Nacional y otros s/
daños y perjuicios" (daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza Riachuelo — de éste fallo
y otros haremos mención más adelante).
Es decir que el derecho ambiental, es un derecho de incidencia colectiva, referido al bien colectivo
ambiente, que se ubica en la esfera social de los individuos, siendo de pertenencia supraindividual. Los bienes
colectivos, se caracterizan por presentar una estructura no distributiva —y por lo tanto, no exclusiva ni
excluyente de su uso y la no rivalidad del consumo—, son de imposible división en partes para otorgárselos a
los individuos, y la creación o conservación de los mismos, está ordenada normativamente prima facie o
definitivamente.
Los derechos ambientales se alojan subjetivamente en intereses plurales de naturaleza indiferenciados,
impersonales, y se refieren objetivamente a bienes indivisibles. Por lo que en el ejercicio concurrente de
derechos de incidencia colectiva y derechos individuales, deberán buscarse mecanismos de armonía entre el
ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes disponibles, siendo compatibles con los derechos de
incidencia colectiva, en especial, derecho ambiental, con el objetivo social de lograr la sustentabilidad. Además
de tener el derecho a un ambiente sano, apto para el desarrollo humano y sustentable, se establece en la
constitución el deber de preservarlo, lo que concuerda con la Ley General del ambiente y sus principios
memorables en el art. 4º, del cual ya hicimos referencia en el presente ensayo.
Con estos principios ya normados, el juez, o la autoridad competente a cargo debe operar sobre las causas y
las fuentes de los problemas ambientales, tratando de impedir la consumación del daño ambiental.
Se introduce a través del art. 240 en nuestra legislación civil y comercial, el concepto de ambiente y el
macro fin del derecho ambiental, que no es otro que la sustentabilidad que demanda necesariamente una labor
de articulación política jurídica. El ambiente es el "macro-bien" del derecho ambiental, y como tal es un
"sistema", lo cual significa que es más que sus partes: es la interacción de todas ellas. Los "micro-bienes", son
partes del ambiente, que en sí mismo tiene características de subsistemas, que presentan relaciones internas
entre sus partes y relaciones externas con el "macro-bien"; en esta categoría subsumimos la fauna, la flora, el
agua, el paisaje, los aspectos culturales, el suelo, etc. Es claro que lo que predomina, es la noción de
"interrelación" de ecosistema, que es esencial para la comprensión (tal como afirma el Dr. Lorenzetti).
También se incluye en esta regulación, otros componentes esenciales del derecho ambiental: uno de base
constitucional, conforme el segundo párrafo del art. 41, como es la biodiversidad, que podría definirse como la
variedad de ecosistemas, de especies y genética, y otro es el paisaje. Sobre el Paisaje el Dr. Lorenzetti expresa:
"el paisaje es un componente del medio ambiente y constituye parte del patrimonio colectivo, independiente de
su valor y localización. Paisaje es cualquier parte del territorio, tal como es percibida por las poblaciones, cuyo
carácter resulta de la acción de factores naturales y/o humanos y de sus interrelaciones".
IV. Responsabilidad civil. Acción preventiva. Función resarcitoria
"Art. 1711 (Cód. Civ. y Com.).- Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u
omisión antijurídica hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible
la concurrencia de ningún factor de atribución".
"Art. 1711 (Anteproyecto)- Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u omisión
antijurídica hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la
concurrencia de ningún factor de atribución. Están legitimados para reclamar quienes acreditan un interés
razonable en la prevención del daño".
Adoptar medidas que eviten o disminuyan la magnitud de un daño, o no agravar el daño si ya se produjo, es
una fórmula perfecta para el derecho ambiental. Lo mismo se puede decir de las normas contenidas o
proyectadas en materia procesal, respecto de la legitimación activa de obrar (para la que basta con acreditar un
interés mínimo pero suficiente o razonable, por lo que acerca la acción a las características de la "acción
popular", en la que está autorizado para actual cualesquiera del pueblo), en un ensanchamiento horizontal o
envolvente de todos aquellos que se encuentren en la situación de incidencia colectiva, presupuesto de hecho del
conflicto social ambiental.
La legitimación del reclamo son aquellos que acrediten un interés razonable en el daño (Art. 1712 — acción

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colectiva o individual) y la sentencia que admite la acción preventiva debe disponer, a pedido de parte o de
oficio, en forma definitiva o provisoria, obligaciones de dar, hacer o no hacer, según corresponda; debe
ponderar los criterios de menor restricción posible y de medio más idóneo para asegurar la eficacia en la
obtención de la finalidad (aquí podría plantearse la implementación del Derecho administrativo, en la
implementación de medidas cautelares pedidas, incluso la disposición de un Amparo ambiental).
"Art. 1716 (Cód. Civ. y Com.)- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el
incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de
este Código".
"Art. 1716 (Anteproyecto)- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento
de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este Código".
Muchos casos de daño ambiental constituyen daños injustificados, a pesar que la actividad dañadora (obra o
acción) está autorizada por el poder administrador, o sea lícita, desde el punto de vista formal.
De manera que la introducción por el Código de los conceptos indiscutibles del deber de reparar el daño,
basado en el principio constitucional de no dañar al otro (art. 19 CN), se adapta a supuestos de daño ambiental
colectivo (e individuales), en los que por ejemplo, la fábrica, la industria, la actividad en crisis, cuenta con los
permisos, habilitaciones o certificados de aptitud ambiental requeridos por el derecho administrativo, en regla y
forma, y no obstante generan una situación de daño ambiental (en ocasiones molestias), que no está justificado,
no debe ser soportado por el afectado, damnificado o vecino, por resultar inaceptable o exceder los límites de la
normal tolerancia.
"Art. 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios
empleados o por las circunstancias de su realización".
Muchos casos de daño ambiental están ligados a actividades riesgosas o peligrosas; así por ejemplo el
complejo industrial, o la maquinaria en su conjunto, las partículas que se emiten (material partículas en
suspensión), emanan o vierten de los diversos establecimientos industriales, se encuadran en este supuesto de
responsabilidad objetiva, en la que no es causal de justificación ni de exención de reproche, la autorización ni el
permiso para el uso o la realización de la misma, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
"Art. 1973 (Cód. Civ. y Com.).- Inmisiones. Las molestias que ocasionan el humo, calor, olores,
luminosidad, ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos, no
deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del lugar y aunque medie autorización
administrativa para aquéllas.
"Según las circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la molestia o su
cesación y la indemnización de los daños. Para disponer el cese de la inmisión, el juez debe ponderar
especialmente el respeto debido al uso regular de la propiedad, la prioridad en el uso, el interés general y las
exigencias de la producción".
"Art. 1973 (Anteproyecto).- Inmisiones. Las molestias que ocasionan el humo, calor, olores, luminosidad,
ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos, no deben
exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del lugar y aunque medie autorización
administrativa para aquéllas.
"Según las circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la molestia o su
cesación y la indemnización de los daños. Para disponer el cese de la inmisión, el juez debe ponderar
especialmente el respeto debido al uso regular de la propiedad, la prioridad en el uso, el interés general y las
exigencias de la producción".
Se ampliaron los supuestos de aplicación de la norma, hablando no sólo de ruido, sino también de humo,
calor, olores, luminosidad, vibraciones o inmisiones similares, cosa que ya había hecho la ley 17.711, ahora
además refiere la norma a una serie de estándares o parámetros jurídicos que el Juez deber ponderar
razonablemente o tener en cuenta al resolver la cuestión: a) las circunstancias del caso; b) las condiciones del
lugar; c) el respeto al uso regular de la propiedad; d) la prioridad del uso; e) las exigencias de la producción.
Todo ello aunque mediare autorización administrativa para aquella.
El Código Civil y Comercial constituye un gran aporte para la defensa del ambiente en la Argentina:
a) se regulan derechos individuales y derechos de incidencia colectivos.
b) Se resalta la igualdad.
c) Se implementa la normativa de la Constitución Nacional y el derecho privado, que integra también a los
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tratados internacionales, en particular los relativos a los derechos humanos, dentro de los cuales se encuentra el
derecho ambiental.
d) Se introducen los conceptos de ambiente, sustentabilidad, flora, fauna, el agua, la biodiversidad, y el
paisaje.
e) Se reconoce las normas de presupuestos mínimos.
f) Incluye un nuevo paradigma en materia de bienes, al regular aspectos relativos a los bienes colectivos y
valores colectivos en referencia a los derechos ambientales, y las comunidades indígenas.
g) Se declara como principio general del derecho, la buena fe (la lealtad, el obrar transparente), una de las
ideas fuerza del derecho ambiental, junto con la solidaridad, la cooperación, y la paz.
h) Se amplían los supuestos de abuso del derecho para aquellos casos en que se afectara derechos de
incidencia colectiva.
i) Se implementa tanto el derecho preventivo, como la reparación, poniendo el acento en la evitación del
daño, que para el derecho ambiental donde tendrá prioridad absoluta la recomposición.
j) Comprende en la regulación, el daño ambiental colectivo, los daños a las pérdidas de chances, y la
responsabilidad por actividades peligrosas o riesgosas por naturaleza (Daño a reparar).
k) Se definen claramente las amplias facultades del juez o de la autoridad competente en casos de molestias
intolerables derivadas de actividades de vecinos.
El presente ensayo sigue con la implementación y la conjugación del derecho ambiental con el derecho
administrativo.
Hablaremos y nos introduciremos en la preservación del medio ambiente consagrada en el art. 41 CN como
una decisión estructural constitucional que sirve de base y fundamento al Sistema de derecho administrativo.
Como dice la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la clara y contundente decisión constitucional de tutelar
el medio ambiente "permite admitir la existencia de un componente ambiental del Estado de derecho". Este
componente ambiental no es neutro para el derecho administrativo, pues las autoridades de la Nación son las
llamadas a velar por el cuidado de ese bien jurídico, de modo de asegurar el derecho de los habitantes a un
ambiente sano (Art. 41 de la Constitución Nacional). En el Derecho Público de los Derechos Humanos toda
autoridad debe concretar el mandato constituyente de preservación del ambiente. Por lo tanto, el legislador, el
juez, la autoridad competente y quien ejerce función administrativa no pueden sino incorporar este componente
del Estado de Derecho a su obrar y, de ser necesario, adaptar los medios necesarios del derecho a esta base del
Sistema. Con este fin, procuraremos reflexionar sobre la incidencia de los principios del derecho ambiental
sobre los elementos esenciales del acto administrativo, cuando este último tenga por objeto al medio ambiente,
es decir, aquel acto que es dictado en ejercicio de la función administrativa ambiental.
En primer lugar, cabe señalar que la finalidad de preservación del medio ambiente querida por la
Constitución repercute sobre el elemento homónimo del acto administrativo, de modo que el fin primordial de
éste será, pues, la preservación del ambiente, tal como preveé el Código Civil y Comercial de la Nación y la Ley
General del ambiente. Respecto del ejercicio de la competencia, ante la amenaza o peligro de daño grave o
irreversible al ambiente su ejercicio será obligatorio (art. 3º Ley Nacional del Proceso Administrativo: "Art. 3º.-
La competencia de los órganos administrativos será la que resulte, según los casos, de la Constitución Nacional,
de las leyes y de los reglamentos dictados en su consecuencia. Su ejercicio constituye una obligación de la
autoridad o del órgano correspondiente y es improrrogable, a menos que la delegación o sustitución estuvieren
expresamente autorizadas; la avocación será procedente a menos que una norma expresa disponga lo
contrario"), pues la ausencia de información o de certeza científica no es causal para posponer u omitir "la
adopción de medidas eficaces" (principio de precaución art. 4º Ley General del ambiente).
El objeto del acto ambiental deberá ser acorde también con la finalidad tuitiva y se verá incidido por los
principios fundamentales del derecho ambiental, entre los cuales descuellan los de prevención y de precaución
(ante la incertidumbre científica y peligro de daño grave o irreversible) que obligan a la administración a valorar
la necesidad de actuar y, en caso afirmativo, adoptar medidas (actos administrativos). La aplicación de estos
principios a través de actos preventivos y/o precautorios exige una reformulación del concepto de causa. Los
antecedentes de hecho y de derecho en estos casos se integran con la "colaboración" del interesado en la
aprobación de su obra, proceso o actividad eventualmente dañosa y exigen de la Administración una actividad
proactiva de reunión de información y opiniones idóneas de modo de reducir la incertidumbre inicial. Se integra
la causa del acto la valoración de hechos próximos futuros que podrían generar un daño, así como la valoración
de los efectos de la actividad para las generaciones futuras.

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Al potenciarse la causa (hechos presentes + futuros) se potencia la motivación. El otro elemento


profundamente modulado por la naturaleza de la materia es el procedimiento, pues ciertos trámites previos a la
emisión del acto administrativo ambiental resultan de cumplimiento esencial para la validez de éste (art. 7º inc.
d]) LNPA: Requisitos del Acto Administrativo: Procedimientos. d) antes de su emisión deben cumplirse los
procedimientos esenciales y sustanciales previstos y los que resulten implícitos del ordenamiento jurídico. Sin
perjuicio de lo que establezcan otras normas especiales, considerase también esencial el dictamen proveniente
de los servicios permanentes de asesoramiento jurídico cuando el acto pudiere afectar derechos subjetivos e
intereses legítimos.). Entre ellos, el de estudio, evaluación y declaración de impacto ambiental destaca por su
importancia (procede de modo previo a toda obra o actividad susceptible de degradar el ambiente en forma
significativa, art. 11 Ley General del ambiente: "Toda obra o actividad que, en el territorio de la Nación, sea
susceptible de degradar el ambiente, alguno de sus componentes, o afectar la calidad de vida de la población, en
forma significativa, estará sujeta a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental, previo a su
ejecución") y por el carácter reglado de la decisión a adoptar: aprobación o rechazo del estudio, sin
posibilidades intermedias. El bien jurídico tutelado es decir el medio ambiente, atiende inclusive las
prerrogativas estatales de corte procesal, o sea cuando el objeto de la acción sea la preservación ecológica el
acceso a la jurisdicción no admitirá restricciones de ninguna especie (art. 32 Ley General del ambiente: "La
competencia judicial ambiental será la que corresponda a las reglas ordinarias de la competencia. El acceso a la
jurisdicción por cuestiones ambientales no admitirá restricciones de ningún tipo o especie. El juez interviniente
podrá disponer todas las medidas necesarias para ordenar, conducir o probar los hechos dañosos en el proceso, a
fin de proteger efectivamente el interés general. Asimismo, en su Sentencia, de acuerdo a las reglas de la sana
crítica, el juez podrá extender su fallo a cuestiones no sometidas expresamente su consideración por las partes.
En cualquier estado del proceso, aun con carácter de medida precautoria, podrán solicitarse medidas de
urgencia, aun sin audiencia de la parte contraria, prestando debida caución por los daños y perjuicios que
pudieran producirse. El juez podrá, asimismo, disponerlas, sin petición de parte"), con lo cual ante esta categoría
de actos administrativos se flexibiliza el cumplimiento de los requisitos de habilitación de la instancia. La
preservación del bien ambiental justifica también el rol proactivo del juez, al punto de poder dictar medidas,
inclusive precautorias, de oficio e inaudita parte, sin que sea necesario cumplir, en consecuencia, con los
requisitos de requerimiento de parte interesada e intervención previa del Estado. Las herramientas de tutela
ambiental y en especial el principio precautorio (in dubio, pro ambiente) permite la protección de los más
débiles, que disponen de pocos medios para defenderse y para aportar pruebas irrefutables. Si la información
objetiva lleva a prever un daño grave e irreversible, aunque no haya una comprobación indiscutible, cualquier
proyecto debería detenerse o modificarse. Así se invierte el peso de la prueba, ya que en estos casos hay que
aportar una demostración objetiva y contundente de que la actividad propuesta no va a generar daños graves al
ambiente o a quienes lo habitan.
Seguimos el presente, con un apartado que habla del Derecho Ambiental Internacional, recordemos que una
de las fuentes introducidas en el Nuevo Código Civil y Comercial de la Nacional son los tratados
internacionales. Es por ello que haremos referencia al derecho internacional ambiental, ayudándonos de un
artículo escrito por el Dr. Aldo Servi y de una interpretación de quien suscribe, claro.
El ambiente y la ecología como fenómeno en el orden jurídico internacional: La palabra "ambiente" es
preferida a "medio ambiente" por entender que el concepto ambiente es más amplio y globalizador al incluir al
hombre como un ser más en la cadena trófica. Hablar de ambiente denota una visión biocéntrica del mundo,
donde las personas constituyen una especie más en la naturaleza, que identifica al hombre como centro y lo que
lo rodea, el medio en el cual se desarrolla. ambiente, viene de dos palabras del latín: ambiens condición o
circunstancia y entis que rodea o cerca, significando "circunstancias o condiciones que rodean a las personas,
animales o cosas".
El ambiente constituye uno de los valores protegidos por el orden jurídico internacional y consiste en un
conjunto total de factores relacionados que rodean y forman parte de la tierra.
El avance alcanzado, permite el estudio sistematizado de la naturaleza ofreciendo elementos para evaluar
con todo rigor la eficacia o ineficacia de los procesos productivos (primarios e industriales), en relación con los
componentes, procesos y ritmos naturales del ecosistema.
Aunque los primeros tratados sobre el tema aparecieron a finales del siglo pasado y la primera revista
especializada Ecology apareció en 1916, los resultados de la investigación en ecología permanecieron
circunscriptos a los medios académicos hasta la segunda mitad del siglo XX.
Luego de aquel libro, se produjo un alud de publicaciones periodísticas que responsabilizaron al Hombre
como el verdadero culpable de la crisis ambiental internacional, es decir, todos y nadie. Pero, es en 1972 que
debe ser considerado como la piedra angular del surgimiento del ambientalismo. En EE.UU., sólo en ese año, se
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publicaron más de 300 libros sobre medio ambiente, ecología y contaminación. En Francia se desarrollaron
innumerables debates internacionales sobre la situación ambiental organizados con éxito por la revista "Le
Nouvel Observateur". En Gran Bretaña se publicó el libro "A Blueprint for Survival" de Edward Goldsmith,
fundador y editor de la revista británica "The Ecologist". En Italia aparecía "L'Imbroglio Ecológico" de Paccino;
y en México "Ecocidio" de Cesarman, F. La celebración en Estocolmo, Suecia, de la Conferencia de Naciones
Unidas sobre ambiente Humano y Desarrollo, en junio de 1972, vino a darle una dimensión universal a los
problemas de la protección del ambiente. Los años siguientes traducirían ese fervor por el ambiente en la
creación de numerosas organizaciones sociales y políticas y hacia 1973 un estudio de la Agencia para la
Protección del Medio ambiente (EPA) de EE.UU., revelaba que sólo en ese país existían unas 20.000
asociaciones protectoras de la naturaleza, en tanto, en Francia, la participación de los movimientos ecologistas
en las elecciones presidenciales de 1974 abría a estos movimientos las puertas de la política.
La ecología y los problemas ambientales han revelado dos fenómenos fundamentales. Por un lado, la
enorme irracionalidad e ineficacia de la mayor parte de las estrategias productivas y tecnológicas, es decir, la
apropiación irracional de la naturaleza a través de los procesos de producción no sostenibles. Por otro, el
creciente deterioro de los ecosistemas fuente última de toda producción con la consecuente y paulatina abolición
del universo natural, donde el Hombre como único ser vivo con conciencia de su desaparición ocupa el primer
lugar en la responsabilidad de aquélla revelación. Es por ello que el derecho como fuente de razón y justicia se
encuentra comprometido a realizar los aportes disciplinarios que las otras ciencias le reclaman,
fundamentalmente, porque posee la herramienta de los sistemas jurídicos, a través de los cuales se puede
revertir la situación de deterioro ambiental a escala internacional.
Introducción al derecho ambiental internacional. derecho ambiental y Relaciones Internacionales: La
disciplina de las Relaciones Internacionales constituye un factor de influencia en el proceso de toma de
decisiones en materia ambiental.
La perspectiva ambiental suministra un marco para la consideración combinada del psicomedio, las acciones
de los individuos o comunidad y resultado de esas acciones. Constituyendo el factor ambiental una perspectiva
multidimensional, de allí que las percepciones que tienen los líderes políticos de las condiciones ambientales es
esencial para no equivocarse a la hora de decidir sobre qué políticas adoptar para la protección del ambiente.
Aquellos factores limitan o influyen en el resultado de las decisiones basadas en la percepción del entorno y si
las decisiones se toman sobre la base de percepciones erróneas del mismo las consecuencias son difíciles de
superar, debiendo recurrirse al sistema jurídico como la última posibilidad y el último intérprete de esas
acciones, por eso es que la norma jurídica supranacional con su efecto directo y primacía resulta eficaz en la
resolución de los problemas ambientales.
La interrelación del paradigma ambiental ha crecido cada vez más con la creciente complejidad de la
sociedad humana moderna, población en expansión, avances tecnológicos y disminución de los recursos.
El factor que más ha incidido para el retraso en las respuestas globales al problema ambiental está
constituido por la falta de importancia que se le ha dado a la interrelación entre lo nacional y lo internacional,
asuntos internos e internacionales y a la relación entre población y modalidades de consumo y producción,
representando un dato importante puntual en la perspectiva ambiental para establecer la relación entre la
disciplina de las relaciones internacionales y el derecho ambiental internacional.
Si los cambios determinados por el avance de la ciencia y la tecnología están afectando el entorno de una
manera que va más allá de la posibilidad en tiempo real de crear los medios de enfrentarse a ello, es una
respuesta que la propia ciencia debe dar por lo menos al finalizar este siglo, y en el campo de la ciencia jurídica
al derecho ambiental internacional le cabe responsabilidad en ello.
Podríamos concluir en este aspecto con que primeramente, la mano del hombre ha hecho tener al ambiente
como un lugar peligroso y no sano como la mayoría de los sistemas legales de los distintos países tratan de
inculcar. Por lo cual, la acción de prevención, de reparación y primordialmente la enseñanza ambiental estarían
teniendo una escala de valor enorme para toda la sociedad.
Llevando a cabo la gran implementación y consumo de la tecnología, sería bueno que dentro de la
enseñanza y del valor del consumo sustentable y del consumo hecho con cuidado, también se percate la idea del
uso irracional de los medios tecnológicos.
V. Concepto de derecho ambiental internacional
Preferimos la fórmula "derecho ambiental internacional" a la de "derecho internacional del ambiente"
porque la primera presupone un compromiso mayor con el derecho ambiental que con el derecho internacional.
El derecho ambiental internacional (DAI) constituye el ordenamiento jurídico destinado a regular las relaciones

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de coexistencia, cooperación e interdependencia, institucionalizada o no, entre los actores, que tiene como
objetivo la protección internacional del ambiente; o, el conjunto de normas jurídicas de carácter internacional
destinado a la protección del ambiente en cualquiera de sus formas.
En las dos últimas décadas se ha acudido a un progresivo desarrollo en el ámbito jurídico referido a lo
"ambiental", como así mismo a lo "internacional". En el primer caso, la abundancia de normas jurídicas
nacionales que protegen el ambiente ha generado el nacimiento de una nueva rama del derecho, el derecho
ambiental y, en el segundo, la profusa cantidad de tratados, convenios, declaraciones, acuerdos,
recomendaciones, resoluciones e informes de carácter internacional destinados a proteger el ambiente en
cualquiera de sus manifestaciones: recursos naturales, orgánicos e inorgánicos; tecnologías, como la energía
nuclear o la explotación y exploración de los espacios exteriores, incluyendo la Luna y otros cuerpos celestes, o
acuerdos sobre geografías determinadas, como el Tratado Antártico y su Protocolo del Medio ambiente de 1991,
o aquellos más abstractos como el Compromiso Ético de las ONGs para una actitud y conducta ecológica global
de 1972 o el de los compromisos de los ciudadanos con respecto a la biodiversidad; han dado nacimiento al
derecho ambiental internacional.
La existencia de más de 4000 convenios e instrumentos internacionales con algunas disposiciones para
enfrentar la protección del ambiente, son una muestra de esto último. Tratados ambientales de carácter
estrictamente internacional, con pretensión de universalidad, existen alrededor de 154, que constituyen la
materia reglada y objeto de alcance por parte del derecho ambiental internacional. Y la tendencia es ir
acordando instrumentos internacionales para las categorías globales, tales como son la atmósfera, el mar, la
biodiversidad, el desierto, que también estén abarcadas por esta rama del derecho.
No obstante, todavía es aventurado afirmar que el derecho ambiental es una rama autónoma del
ordenamiento jurídico, así como si es derecho público o privado, dado el doble movimiento existente de
privatización del derecho público y publicación del derecho privado. El derecho ambiental invade todas las
ramas del derecho, tanto públicas como privadas, pudiendo conceptualizarlo como un sistema orgánico de
normas que contemplan las diferentes conductas agresivas para con el ambiente, bien para prevenirlas,
reprimirlas o repararlas, y que trasladado al plano internacional constituye el derecho ambiental internacional.
Algunas de las características del derecho ambiental internacional son: Que tiene una. Dispersión normativa,
es decir existencia de profusa cantidad de instrumentos jurídicos (convenios, tratados, acuerdos,
recomendaciones, declaraciones, informes, resoluciones) que producen como efecto el de crear ilusión de una
gran protección, seguridad y actividad jurídica ambiental, cuando en realidad lo que persiste es una gran
desorientación en cuanto a efectiva aplicación se trata. Tiene una actividad jurisdiccional internacional
prácticamente nula en la materia. La ausencia y desaparición de las responsabilidades: Cuando han sucedido
hechos con claras negligencias, decisiones u opciones equivocadas que generarían responsabilidades, han sido
tratadas como supuestas catástrofes naturales. La intergubernamentabilidad: La totalidad de los instrumentos
internacionales para la protección del ambiente son de característica intergubernamental, no supranacionales, no
estableciendo delegación de competencias en órganos jerárquicos superiores. Funcionalismo orgánico: Los
instrumentos internacionales para la protección del ambiente presuponen que las instituciones deben ser creadas
en función de las necesidades que se pretende satisfacer en forma conjunta. Ausencia de la Costumbre como
fuente en las nuevas áreas de protección del derecho internacional ambiental: Ante todo, el derecho
internacional era producto de la costumbre, de la práctica consolidada por un período de tiempo y de la cortesía
internacional. Ineficacia en el cumplimiento de los tratados por ausencia de delegación de competencias
ambientales: Los mecanismos de solución de controversias que contienen los instrumentos internacionales no
establecen delegación de competencias en órganos jurisdiccionales internacionales supranacionales. Multi e
interdisciplinario: Necesita del aporte de todas las demás disciplinas científicas, tales como las biológicas, las
físicas, las matemáticas, las médicas y las sociales, pues todos los sectores que la integran, interaccionan
creando interdependencia entre sí.
Algunos de los principios del derecho ambiental internacional son: Interdependencia ecológica; Solidaridad:
(los países deben ser solidarios en la pobreza y en la riqueza. La riqueza es menos riqueza si existe hambre y
miseria en el mundo o se daña la belleza de los parques naturales y se contamina las aguas de los ríos y de los
mares). Cooperación ambiental: No supone la ayuda económica sino la ambiental sostenible, que consiste en la
colaboración para prevenir la degradación ambiental y para evitar contaminación de las aguas, el suelo y la
atmósfera, como así también la cooperación para promover un sistema económico internacional favorable y
abierto que permita llegar al desarrollo sostenible y al crecimiento económico preservador. Obligación de
informar e informarse. Regulación jurídica integral, que consiste en la armonización y unificación de las
legislaciones a nivel internacional, por un lado. Es decir, la tendencia a uniformar los regímenes jurídicos de los
diferentes Estados y regiones de la Tierra en relación a las normas jurídicas ambientales internacionales

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destinadas a la prevención, represión, defensa, conservación, mejoramiento y restauración. Principio


precautorio.
VI. Citas sobres fallos recientes
Fallo: "Mendoza, Beatriz S. y otros c. Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios".
El presente fallo tiene importantes reconocimientos en la materia ambiental: primordialmente el
reconocimiento de status constitucional del derecho al goce de un ambiente sano, además de la obligación de
recomponer el daño ambiental que configuran la precisa y positiva decisión de la Constitución Nacional del año,
es decir se lo jerarquiza al derecho en un rango supremo. Con respecto a los daños causados por el
incumplimiento de parte de un Estado provincial denunciado, por las atribuciones provenientes del ejercicio del
poder de policía que le corresponde sobre bienes públicos y en materia de seguridad pública, se determina como
responsabilidad extracontractual del Estado local por las consecuencias derivadas (por la omisión realizada). En
cuanto la tutela del bien colectivo, tiene una prioridad absoluta la prevención del daño futuro, ya que se trata de
actos continuados que seguirán produciendo contaminación, y por siguiente debe perseguirse la recomposición.
En caso de los daños irreversibles se corresponde con un tratamiento. La tutela del ambiente importa el
cumplimiento de los deberes de los ciudadanos, para sí y para las generaciones futuras. La mejora o degradación
del ambiente beneficia o perjudica a toda la población, porque es un bien que pertenece a la esfera social por
ello el reclamo para que los jueces actúen para hacer efectivos estos mandatos constitucionales. El resarcimiento
que se pretende busca reparar la incapacidad sobreviniente alegada, los gastos por tratamientos médicos, gastos
por nueva radicación en los supuestos que claramente indican, daño moral, daño psíquico sufrido por madres y
padres y sus hijos, el daño futuro. Otra pretensión es el interés de que se resarza el daño infringido al medio
ambiente y la recomposición de éste. Otra pretensión tiene por objeto la defensa del bien de incidencia
colectiva.
Fallo: "Mendoza, Beatriz S. y otros c. Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios (daños derivados de la
contaminación ambiental del Río Matanza - Riachuelo)": "tiene por objeto la defensa del bien de incidencia
colectiva, configurado por el ambiente", que "tutela un bien colectivo, el que por naturaleza es de uso común,
indivisible y está tutelado de una manera no disponible por las partes". También en esta sentencia, el tribunal
expresó que: "La tutela del ambiente importa el cumplimiento de los deberes que cada uno de los ciudadanos
tienen respecto del cuidado de los ríos, de la diversidad de la flora y la fauna, de los suelos colindantes, de la
atmósfera. Estos deberes son el correlato que esos mismos ciudadanos tienen a disfrutar de un ambiente sano,
para sí y para las generaciones futuras, porque el daño que un individuo causa al bien colectivo se lo está
causando a sí mismo. La mejora o degradación del ambiente beneficia o perjudica a toda la población, porque es
un bien que pertenece a la esfera social y transindividual, y de allí deriva la particular energía con que los jueces
deben actuar para hacer efectivos estos mandatos constitucionales").
Fallo: "Altube, Fernanda B. y otros c. Provincia de Buenos Aires y otros s/ amparo".
Se describen los límites de la cuenca del río Reconquista y señalan que pese a que no se encuentran signos
de contaminación en su nacimiento, va recogiendo a su paso descargas de efluentes industriales, efluentes
cloacales o una combinación de ambos, y luego de la confluencia del arroyo Morón, sobre ambas márgenes en
sus humedales naturales, recibe la descarga de toneladas de residuos sólidos en el centro CEAMSE NORTE III.
Industrias papeleras, de fibras sintéticas, de metales ferrosos, alimenticias —preparación y conservación de
carnes—, acumuladores eléctricos, mataderos, caucho, hierro y acero, entre muchos otros rubros, utilizan al río
como depósito final para todo tipo de efluentes tóxicos, además de CEAMSE y CAIS en Campo de Mayo.
Expresan que la zona que se sitúa aguas abajo de la represa Afirman que el deterioro del curso comienza a
empeorar desde Paso del Rey en adelante; la margen derecha recibe los desagües industriales de Morón,
Hurlingham y otros municipios, mientras que la margen izquierda recibe los del área industrial de Bella Vista.
Sostienen que el principal aporte contaminante proviene del arroyo Morón, que corre en parte entubado y en
parte a cielo abierto, recibiendo las descargas industriales y también las cloacales de la zona. Cercano a la
desembocadura, la margen derecha recibe la descarga de un conducto pluvial que también aporta desagües
cloacales e industriales. El río Reconquista siempre fue de fácil desborde en épocas de lluvias, y al estar
altamente contaminado, el desborde es un peligro permanente para la salud de la población asentada en las
zonas inundables de la cuenca, además de las filtraciones tóxicas al acuífero Puelche. El clima de la cuenca, su
flora y fauna, la población y el crecimiento demográfico que se produjo, y la actividad productiva de la región.
El río Reconquista fue objeto de una inversión millonaria en los últimos años que tuvo por finalidad evitar las
inundaciones y producir su saneamiento, en el marco del programa de la Unidad Coordinadora para el
Saneamiento del Río Reconquista (UNIREC), que también preveía la construcción de las plantas de tratamiento
de efluentes cloacales necesarias para dar respuesta a las necesidades de los municipios cercanos al río; ésta
última etapa no se cumplió.
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VII. Bibliografía - fuentes


Ensayo sobre la introducción del derecho ambiental del Dr. Néstor Cafferetta.
Diario DPI — Derecho Ambiental del 20/04/2017. Redactado por el Dr. Fabián Omar Canda.
SERVI, Aldo, "El derecho ambiental internacional".
IJ. Editores. Fallos completos.
CS, 08/07/2008, "Mendoza, Beatriz S. y otros c. Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios (daños
derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza - Riachuelo)", cita: IJ-XXIX-571.
CS, 20/06/2006, "Mendoza, Beatriz S. y otros c. Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios", cita:
IJ-XXVIII-202.
CS, 28/05/2008, "Altube, Fernanda B. y otros c. Provincia de Buenos Aires y otros s/ amparo", cita:
IJ-XXIX-817.

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