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com/document/439045638/Task-6-Review-of-Replication-Transcription-and-
Translation-processes-docx

Pre-tarea:

1. Cada alumno debe leer los documentos de la unidad 3 para adquirir la base
teórica necesaria para desarrollar esta actividad.
 

Tarea:

2. Usando la información leída para esta unidad sobre la replicación, transcripción


y traducción del código genético, el estudiante debe diseñar una infografía que
explique esos procesos en las células eucariotas, las moléculas que participan y la
importancia de esos procesos para los sistemas vivos. Todo el contenido dentro
de la infografía debe estar en inglés y debe hacerse con las propias palabras del
estudiante. Puede usar imágenes de cualquier fuente (no se olvide de citar), pero
no se permitirá el contenido exacto de ninguna fuente.

3. El alumno debe leer el artículo "El origen del código genético: teorías y sus
relaciones" y luego elaborar un resumen con la información más relevante del
artículo. El resumen debe estar escrito en español, individualmente, y usando las
propias palabras del estudiante, no debe presentar una copia textual del artículo
original y debe tener entre 400–800 palabras (aproximadamente 1 ½ - 2 ½ páginas
escritas en un espacio de 1,5 líneas).

4. Cada estudiante debe enviar el progreso de la actividad a través del foro


colaborativo de la Unidad 3, a más tardar 3 días antes del cierre de la actividad.

Post-tarea:

5. Cada estudiante debe organizar sus resultados en un solo archivo de Word


(.docx) que contiene el resumen y un enlace web a la infografía. En caso de no
utilizar una herramienta basada en la web para la infografía, puede exportar cada
página a un archivo PNG (.png) y luego insertarlas todas en el documento (no
pierda el orden o la calidad de las imágenes). El documento no debe enviarse
como un archivo PDF ya que este tipo de archivo no permite el recuento de
palabras.
Infografía

LA REPLICACIÓN, TRANSCRIPCIÓN Y TRADUCCIÓN DEL CÓDIGO


GENÉTICO

ADN

Es una molécula compuesta por dos cadenas que se enrollan entre sí para formar
una doble hélice que transporte instrucciones genéticas para el desarrollo
funcionamiento, crecimiento y producción de las células.
Una molécula del ADN está formada simétricamente por unidades que son
conocidas como Nucleótidos.

REPLICACIÓN DEL ADN

Es el proceso biológico de producir dos replicas idénticas de ADN a partir de una


molécula de ADN original. La replicación del ADN ocurre en todos los organismos
vivos que actúan como base para la herencia biológica. La célula posee
propiedades distintivas de la producción lo que hace que la replicación del ADN
sea esencial.

PROCESO DE REPLICACIÓN

La replicación del ADN como todos los procesos de polimerización biológica, se


realiza en tres pasos coordinado y catalizados enzimáticamente como la iniciación,
alargamiento, y terminación.

TRANSCRIPCIÓN DEL ADN

Es el primero de varios pasos de la expresión genética basada en el ADN (el gen


es una parte corta del ADN que codifica una proteína en el que la enzima ARN
polimerasa copia un segmentó particular de ADN en ARN “Especialmente en el
ARNm”

PASOS DE TRANSCRIPCIÓN

Se divide en iniciación, escape del promotor, alargamiento y terminación.

TRADUCCIÓN DE ADN

El biología molecular y genética, la traducción en el proceso en el cual los


ribosomas en el citoplasma o ER sintetizan proteínas después del proceso de
transcripción de ADN a ARN en el núcleo de la célula y todo el proceso se llama
expresión genética.

CÓDIGO GENÉTICO
Es el conjunto de regalas utilizadas por las células vivas para traducir la
información codificada dentro del material genético (Secuencia de ADN o ARN en
proteína).

Miguel Alfredo Gaspar


Biología (Celular Y Molecular)
Grupo: 30176_53

Buenas tardes

De la manera mas atenta, me permito presentar el envió de mi infografía.

https://www.canva.com/design/DAD7mM330Dk/_RYXzDRH5YvFnRW0ftKQ7A/vie
w?
utm_content=DAD7mM330Dk&utm_campaign=designshare&utm_medium=link&ut
m_source=sharebutton

Quedo atento
Gracias.

175-184

2. La teoría estereoquímica y la evidencia en Favor

La teoría estereoquímica afirma que el origen del código genético debe estar
en las interacciones estereoquímicas entre los anticodones o codones y
aminoácidos (Crick, 1968). La teoría sugiere, por ejemplo, que la asparagina
debe haber sido codificada por los codones AAU o AAC ya que la asparagina
está de alguna manera estereoquímicamente correlacionada con estos
codones. Se han propuesto varios modelos que parecen definir una relación
estereoquímica entre anticodones o codones y aminoácidos (Gamow, 1954;
Pelc y Welton, 1966; Welton y Pelc, 1966; Dunnill, 1966; Woese, 1967; Black,
1973, 1995 ; Melcher, 1974; Nelsestuen, 1978; Balasubramanian et al., 1980;
Marlborough, 1980; Hendry et al., 1981; Shimizu, 1982; Yarus, 1991;
Szathmary, 1993).

El primer modelo estereoquímico fue sugerido en 1954 por Gamow, antes del
descubrimiento del código genético. Gamow (1954) propuso una relación de
"llave y cerradura" entre los aminoácidos y los "agujeros" en forma de rombo
formados por varios nucleótidos en el ADN. Este modelo tiene la elegante
propiedad de poder codificar solo 20 aminoácidos. Más tarde, Melcher (1974)
construyó modelos que definen una correlación estereoquímica entre los
nucleótidos anticodón y sus aminoácidos. La característica de estos modelos
(Melcher, 1974) fue la intercalación del aminoácido y la unión de los átomos de
hidrógeno de los aminoácidos alifáticos a través de enlaces de hidrógeno a los
electrones de las bases. Balasubramanian et al. (1980) construyeron modelos
basados en oligoribonucleótidos de cinco residuos que tienen una purina en el
extremo 3 y una U en el extremo 5, y cualquier combinación de tres bases en
el medio. Se ha demostrado que estos pentaribonucleótidos, que los autores
(Balasubramanian et al., 1980) consideran un prototRNA, tienen una
conformación capaz de recibir el aminoácido relacionado. Hendry y col. (1981)
construyeron modelos eliminando la segunda base de un codón en B-DNA para
analizar las propiedades de las "cavidades" así formadas. Los autores (Hendry
et al., 1981) observaron que los aminoácidos L se adaptan bien a estas
cavidades si los químicos fisicoquímicos convencionales
Se utilizan principios de enlace de hidrógeno y restricciones estéricas. Shimizu
(1982) propuso un modelo basado en un complejo de cuatro bases en los
ARNt. Estos complejos están formados por los nucleótidos anticodón y la base
discriminadora en la cuarta posición del extremo 3 de los ARNt. Estos
complejos pueden poseer una relación de bloqueo y clave con el aminoácido
correspondiente (Shimizu, 1982).

La heterogeneidad de los modelos estereoquímicos parece sugerir que hubo


interacciones entre aminoácidos y anticodones o codones o, más
generalmente, con ARN o ADN. Aún no se ha demostrado si estas interacciones
fueron específicas o no y condujeron a la organización del código genético. El
modelo ofrecido por Shimizu (1982) parece estar basado en una variedad de
evidencia experimental (ver Szathmary, 1993). Además, se han construido
numerosas estructuras de horquilla que albergan anticodón (Shimizu, 1995)
para hacer que estas estructuras sean similares al modelo estereoquímico
(Shimizu, 1982). Estas estructuras de horquilla se aminoacilaron
específicamente con sus aminoácidos afines en presencia de aminoacil-
adenilato y un dipéptido, valil-aspártico (Shimizu, 1995). El autor afirma que
sus resultados son compatibles con un origen estereoquímico del código
genético (Shimizu, 1995). (Sin embargo, la validez de este análisis (Shimizu,
1995) ha sido cuestionada (Larkin et al., 2001).

Además, la teoría estereoquímica ha recibido una nueva fuerza gracias a los


hallazgos del grupo de Yarus (Yarus, 1988, 1991, 1993, 1998, 2000; Yarus y
Christian, 1989; Lozupone et al., 2003). La evidencia reciente sobre la
hipótesis estereoquímica sugiere que un registro del origen del código genético
está disponible hoy, en las estructuras de los sitios de unión de ARN para
aminoácidos (Yarus, 2002). Estos datos comienzan con la estructura de ARN
del sitio de guanosina Tetrahymena para el auto-empalme
G cofactor (Yarus y Christian, 1989). Cuando se localizó este sitio, contenía
codones de arginina y también se unía a la arginina, que actuaba como un
inhibidor competitivo del auto-empalme (Yarus, 1988). Este hallazgo podría
generalizarse a la noción de que los sitios de unión a aminoácidos hechos de
ribonucleótidos generalmente contendrían un exceso de codones y
anticodones, una hipótesis comprobable mediante la selección de nuevos
aptámeros. Una revisión reciente de las selecciones de afinidad de ARN para
seis aminoácidos (arginina, glutamina, isoleucina, leucina, fenilalanina y
tirosina) encontró codones y anticodones en exceso en 26 sitios de unión
conocidos con probabilidad del orden o menor de 10-11 (suponiendo la
colocación de trillizos al azar) (Yarus, 2002). Esta concentración de tripletes es
sorprendente a pesar del hecho de que solo la mitad de los aminoácidos (tres
de seis: arginina, tirosina e isoleucina) mostraron tripletes de codificación en
exceso. Para la isoleucina, el argumento puede llevarse un paso más allá
porque el sitio de unión más simple (que tiene la menor cantidad de
nucleótidos) y, por lo tanto, el ARN de unión a isoleucina más frecuente en una
variedad de condiciones, contiene codones y anticodones dentro del sitio de
unión (Lozupone et al. , 2003).
Estos datos se pueden combinar para argumentar que una fracción sustancial
del código genético (para la mitad de los aminoácidos, a juzgar por esta
evidencia) se obtuvo extrayendo partes de estructuras de unión de
aminoácidos primordiales, y que estas asignaciones de codificación
esencialmente fisicoquímicas sobrevivieron a la código moderno (Yarus, 2002).

3. Las teorías fisicoquímicas y de reducción de la ambigüedad: evidencia a favor

La teoría fisicoquímica afirma que la fuerza que define el origen de la estructura


del código genético fue la que tendió a reducir los efectos nocivos de las
distancias fisicoquímicas entre los aminoácidos codificados por codones que
difieren en una base (Sonneborn, 1965;
Woese et al., 1966). En particular, Sonneborn (1965) identificó la presión selectiva
que reduce los efectos nocivos de las mutaciones como la fuerza que define las
asignaciones de aminoácidos en la tabla de códigos genéticos (Ardell y Sella,
2001; Sella y Ardell, 2002). Mientras que Woese et al. (1966) sostuvieron que la
fuerza impulsora que define la organización del código genético debe estar en una
presión selectiva que tiende a reducir los errores de traducción del mensaje
genético ancestral.

Una teoría similar es la hipótesis de reducción de la ambigüedad. Esta teoría


afirma que los codones de grupo que difieren en una base se asignaron a grupos
de aminoácidos fisicoquímicos similares, y el código genético alcanzó su
organización actual a través de la disminución de la ambigüedad en la codificación
dentro y entre grupos de aminoácidos (Woese, 965; Fitch y Upper, 1987). Solo un
estudio realizado en 300 secuencias de ARNt específicas para 8 aminoácidos
(Fitch y Upper, 1987) está a favor de la teoría de la reducción de la ambigüedad
(Woese, 1965; Fitch y Upper, 1987). Otros análisis equivalentes están a favor de
la teoría de la coevolución (Di Giulio, 1992a, 1994a, 1995; Chaley et al.,
1999; Bermúdez et al., 1999).

Un punto de vista que es diferente en algunos aspectos de estas hipótesis se


refiere a si hubo afinidad fisicoquímica entre los aminoácidos y los dobletes /
trillizos que los codificaron, lo que podría haber organizado el código genético.
Algunos estudios sugieren que este podría haber sido el caso (Weber y Lacey,
1978; Jungck, 1978; Lacey et al., 1992).
Por otro lado, la hipótesis fisicoquímica (Sonneborn, 1965; Woese et al., 1966) se
basa en una gran cantidad de evidencia que sugiere una relación entre las
propiedades fisicoquímicas de los aminoácidos y la estructura del código genético
(Pelc, 1965; Woese et al., 1966; Epstein, 1966; Goldberg y Wittes, 1966;
Volkenstein, 1966; Alff-Steinberger, 1969; Nagyvary y Fendler, 1974; Nelsestuen,
1978; Weber y Lacey, 1978; Jungck, 1978; Wetzel, 1978; Wolfenden y col.
1979; Jurka y col., 1982; Lacey y Mullins, 1983; Swanson, 1984; Sjostrom y Wold,
1985; Taylor y Coates, 1989; Di Giulio, 1989a, b, 1991, 1992a, 1994a; Haig y
Hurst, 1991; Lacey et al., 1992, 1993;
Siemion y Stefanowicz, 1992; Szathmary, 1993; Goldman, 1993; Baumann y Oro,
1993; Di Giulio et al., 1994; Hartman, 1995; Di Giulio y Medugno, 1998, 1999,
2001; Freeland y Hurst, 1998a, b; Knight et al., 1999; Freeland et al., 2000a, b;
Ardell y Sella, 2001, 2002; Sella y Ardell, 2002; Freeland et al., 2003; Zhu et al.,
2003; Archetti, 2004). Por lo tanto, en algunas etapas del origen del código
genético, las propiedades de los aminoácidos deben haber desempeñado un
papel notable en la estructuración de su organización. En particular, Freeland y
Hurst (1998a) investigaron: (1) el efecto de ponderar los errores de transición de
manera diferente a los errores de transversión y (2) el efecto de ponderar cada
base de manera diferente, dependiendo de la traducción errónea informada
sesgos Llegaron a la conclusión de que no solo el código genético es
extremadamente eficiente para minimizar los efectos de los errores, sino también
que su estructura refleja sesgos en estos errores (Freeland y Hurst, 1998a, b).
Mientras que Freeland y Hurst (1998b) compararon la minimización de errores
La capacidad del código genético con la de los códigos alternativos que, en lugar
de ser una selección aleatoria, están restringidos de modo que los aminoácidos de
la misma vía biosintética compartan la misma primera base. Llegaron a la
conclusión de que, aunque en promedio el conjunto restringido de códigos
muestra una eficiencia ligeramente mayor que los aleatorios, el código genético
real sigue siendo extremadamente eficiente en relación con este subconjunto (P =
0,0003) (Freeland y Hurst, 1998b). Esto indica que, en su mayor parte, el factor
histórico no explica la propiedad de minimización de carga del código genético
(Freeland y Hurst, 1998b). Además, la importancia de la selección se ve
respaldada por el hallazgo de que la eficiencia del código genético mejora en
relación con la de los códigos históricos relacionados después de que se tienen en
cuenta los sesgos mutacionales y de traducción errónea realistas (Freeland y
Hurst, 1998b). Una vez que se han considerado los sesgos de traducción errónea,
menos de 4 por cada 100,000 códigos alternativos son mejores que el código
genético actual (Freeland y Hurst, 1998b). Además, Freeland et al. (2000b) han
demostrado que si las estructuras de código genético teóricamente posibles
reflejan restricciones biológicas plausibles, y la disimilitud de aminoácidos se
cuantifica utilizando datos de frecuencias de sustitución, entonces el código está
en o muy cerca de un óptimo global para la minimización de errores. (Sin
embargo, la validez de este análisis
(Freeland et al., 2000b) ha sido cuestionado (Di Giulio, 2001). Más recientemente,
Freeland et al. (2003) han reforzado aún más la hipótesis de minimización de
errores.
4. La teoría de coevolución y evidencia a favor

La hipótesis de coevolución del origen del código genético (Wong, 1975) sugiere
que el origen del código genético debe buscarse en las relaciones biosintéticas
entre los aminoácidos. En particular, esta hipótesis sostiene que al principio del
código genético se codificaron pocos aminoácidos (quizás cinco): los precursores
(Wong, 1975). Como los otros aminoácidos surgieron biosintéticamente de estos
precursores, parte o la totalidad del dominio codón del aminoácido precursor se
pasó a los aminoácidos del producto (Wong, 1975).

La teoría de coevolución postula que el mecanismo a través del cual los


aminoácidos precursores pasaron parte o todo su dominio de codón a los
aminoácidos precursores ocurre en la molécula similar a tRNA en la que esta
teoría sugiere que tuvo lugar la transformación biosintética entre aminoácidos
(Wong, 1975 ) Si las vías biosintéticas que unían los aminoácidos tuvieron lugar
en moléculas similares a tRNA, entonces una molécula similar a tRNA que lleva un
aminoácido producto que evoluciona de la transformación biosintética de un
aminoácido precursor dado debe haber reconocido claramente algunos de los
codones que pertenecen al precursor. Por lo tanto, esta molécula pudo
evolucionar naturalmente hacia un tRNA específico para ese aminoácido producto
particular y sus codones reasignados.

Hay una serie de observaciones y sugerencias que señalan que las vías
biosintéticas de los aminoácidos jugaron un papel fundamental en la
estructuración de la organización de la tabla de códigos genéticos (Nirenberg et
al., 1963; Pelc, 1965; Jukes, 1966; Dillon, 1973; Wong, 1975, 1976, 1980, 1981;
Brack y Orgel, 1975; McClendon, 1986, 1987; Jurka y Smith, 1987a, b;
Wachtershauser, 1988; de Duve, 1991; Miseta, 1989; Taylor y Coates, 1989;
Danchin , 1989; Szathmary y Zintzaras, 1992; Morowitz, 1992; Szathmary, 1993;
Di Giulio, 1992a, b, 1993, 1994, 1995, 1996, 1997a – c, 1999, 2000a, b, 2001,
2002, 2003; Di Giulio y Medugno, 1998, 1999, 2000, 2001; Di Giulio et al., 1994;
Edwards, 1996; Chaley et al., 1999; Bermudez et al., 1999; Ardell y Sella, 2002;
Zhu et al., 2003; Archetti, 2004; Klipcan y Safro, 2004), corroborando así la teoría
de la coevolución.

En particular, dado que el código genético hace posible la transformación del


ARNm en proteínas, una conjetura afirma que algunos temas fundamentales de la
estructura de la proteína deben reflejarse en la tabla del código genético, ya que
estos temas podrían haber sido la principal presión selectiva que promovió la
organización de la codigo genetico.
Di Giulio (1996) ha tratado de aclarar cómo se comparten las propiedades
fisicoquímicas de los aminoácidos entre los pares de aminoácidos que están en
relación precursor-producto y aquellos que no lo están pero que, sin embargo,
están definidos en el código genético. Encontró (Di Giulio, 1996) que los pares en
las relaciones precursor-producto reflejan las hojas de proteínas a través del
"tamaño" de los aminoácidos (Di Giulio, 1996). Este estudio (Di Giulio, 1996)
parece haber identificado el tema adaptativo principal que promueve la
organización del código genético en las hojas. Además, como las láminas de
proteínas están vinculadas a las relaciones precursor-producto y, también parece
proporcionar evidencia sólida a favor de la hipótesis de coevolución

Además, creo que algunos fósiles moleculares que corroboran fuertemente la


teoría de la coevolución son la principal evidencia a favor de ella. La Tabla 1
muestra las vías biosintéticas que tienen lugar en los ARNt, que en los organismos
reales transforman un aminoácido en otro. Por ejemplo, en la ruta Asp-tRNAAsn
→ AsntRNAAsn, una molécula de ácido aspártico se carga en un tRNA específico
para asparagina y una segunda enzima transforma el ácido aspártico en
asparagina. El ARNt cargado con asparagina de esta manera es aceptado por el
ribosoma y participa en la síntesis de proteínas. Ha habido varias interpretaciones
de estas vías (Ardell, 1998; Poole et al., 1998; Cavalier-Smith, 2001); es más que
probable que sean fósiles de un estado metabólico Tabla 1. Las vías que
actualmente transforman un aminoácido en otro mientras están cargadas en un
ARNt, junto con su filogenética Distribución

(Wong, 1976, 1988; Wachtershauser, 1988; de Duve, 1988, 1991; Benner et al.,
1989; Danchin, 1989; Di Giulio, 1992a, b, 1993, 1997a – c, 1999, 2000a – d, 2002;
Edwards, 1996). Di Giulio (2002) realizó un análisis evolutivo, que parece
establecer que estas vías (Tabla 1) son fósiles moleculares antiguos y posibles del
mecanismo que dio lugar a la organización evolutiva del código genético. Me
parece que la correspondencia entre el mecanismo hipotetizado por la teoría de la
coevolución (y basada en la transformación del aminoácido precursor en el
producto, mientras se cargaban en una molécula similar a tRNA (Wong, 1975)), y
la presencia en organismos reales de estas vías (Tabla 1) es sorprendente y, por
lo tanto, constituye una corroboración extremadamente fuerte de esta hipótesis.
Esto se debe a que, como fósiles moleculares, estas vías (Tabla 1)
proporcionarían evidencia de un valor significativo, ya que tendrían un alto
contenido de la historia de las primeras fases de la vida en la Tierra y, por lo tanto,
podrían recordar las etapas primordiales del origen del código genético (Di Giulio,
2002).

5. Relaciones entre las teorías del código genético.

Si bien las relaciones entre las teorías estereoquímicas y fisicoquímicas son


suficientemente claras, por ejemplo, las observaciones que vinculan las
propiedades fisicoquímicas de los aminoácidos con las propiedades de los
monofosfatos de dinucleósidos (Weber y Lacey, 1978; Jungck, 1978; Lacey et al.,
1992) pueden ser expresiones de interacciones estereoquímicas, la relación entre
la teoría de coevolución y las teorías estereoquímicas o fisicoquímicas parece ser
mucho menor claro (Di Giulio, 1997b).

La teoría de la coevolución parece ser compatible con algunos aspectos de las


teorías fisicoquímicas y de reducción de la ambigüedad. De hecho, si hubo una
presión selectiva que tiende a organizar el código en columnas (Nelsestuen, 1978;
Wolfenden et al., 1979; Sjostrom y Wold, 1985; Di Giulio, 1989a; Taylor y Coates,
1989), entonces como los aminoácidos precursores gradualmente concedió parte
de su dominio de codón a los aminoácidos del producto (Wong, 1975, 1988), estos
últimos fueron atribuidos con codones en el código genético de tal manera que se
asignaron aminoácidos fisicoquímicamente similares a la misma columna de
código. Sin embargo, si suponemos que las observaciones sobre una relación
entre las propiedades fisicoquímicas de los aminoácidos y las de los anticodones
son verdaderas (Weber y Lacey, 1978; Jungck, 1978), entonces introducimos
restricciones que generan dificultades, que requieren explicaciones (Di Giulio ,
1997b)

Si las asignaciones de aminoácidos en el código genético provienen


principalmente de las relaciones biosintéticas entre los aminoácidos según lo
predicho por la teoría de la coevolución (Wong, 1975), entonces la atribución
inicial de los dominios codónicos a los aminoácidos precursores implica que la
asignación de codones a los aminoácidos del producto se definieron
completamente antes de su apariencia biosintética. Por lo tanto, tenemos que
explicar cómo las correlaciones fisicoquímicas entre los aminoácidos del producto
y sus anticodones (o codones) (Weber y Lacey, 1978; Jungck,
1978; Di Giulio, 1992, 1996, 1997) con la observación de que estos últimos fueron
asignados antes de la aparición biosintética de los aminoácidos del producto (Di
Giulio, 1997). Está claro que el mecanismo de concesión de codones de los
precursores a los productos crea dificultades porque los aminoácidos en evolución
del producto tomaron codones asignados previamente y, además, las
correlaciones fisicoquímicas entre los aminoácidos del producto y los anticodones
(o codones) deben ser ciertas.

Para resolver esta dificultad, se sugirió la hipótesis de la coevolución entre el


origen de los anticodón (y / o los codones) y la evolución de los aminoácidos (Di
Giulio, 1998). Si la organización del código genético se definió por: (1) las
relaciones biosintéticas entre los aminoácidos y (2) las interacciones anticodón-
aminoácido, entonces es razonable suponer que podría haber habido una
coevolución entre el origen de los anticodones y las vías biosintéticas de los
aminoácidos de tal manera que los anticodones entraron
contacto con los aminoácidos en estructuras de horquilla de ARN (Hopfield, 1978;
Di Giulio, 1992, 1994, 1995, 1996; Shimizu, 1995). (En un modelo del origen de la
molécula de ARNt, los anticodones / codones están en los tallos de las estructuras
de horquilla cerca del sitio de unión de aminoácidos (Di Giulio, 1992, 1995)). La
teoría de la coevolución afirma que los dominios de codón de los aminoácidos
precursores deben haber sido asignados previamente para garantizar la
contigüidad de los aminoácidos en las relaciones precursor-producto (Wong,
1975). Por lo tanto, se hace más fácil explicar por qué las propiedades
fisicoquímicas de los aminoácidos se reflejan en el código genético junto con la
observación de que las relaciones biosintéticas de los aminoácidos también se
reflejan, y que estas dos fuerzas no actuaron independientemente (Di Giulio, 1992,
1996, 1997b). De hecho, necesitamos simplemente postular que los anticodón
evolucionados que todavía pertenecen a los aminoácidos precursores
desempeñaron un papel activo en la selección de los aminoácidos del producto
emergente. Por ejemplo, en la transformación biosintética Glu → Pro, solo cuando
un aminoácido (Pro) capaz de interacción fisicoquímica con los anticodón NGG se
desarrolló, el proceso de exploración de los productos de Glu terminó en lo que
respecta a estos anticodón. Por lo tanto, este modelo (Di Giulio, 1998) considera
que los aminoácidos del producto no se especificaron en absoluto en la fase
temprana del origen del código genético

(Wong, 1975) y aunque su selección realmente dependía de los anticodón,


también estaba determinada por la historia de las relaciones biosintéticas entre los
aminoácidos.
Este modelo (Di Giulio, 1998) que ve que los anticodones en evolución juegan un
papel activo en la selección del aminoácido del producto, ya que afecta y aborda
las transformaciones biosintéticas del aminoácido precursor, hace compatible la
teoría de coevolución (Wong, 1975) con la teoría estereoquímica (Woese, 1967) y
parte de la teoría fisicoquímica (Weber y Lacey, 1978; Jungck, 1978; Lacey y
Mullins, 1983; Lacey et al., 1992).
Finalmente, aunque este modelo (Di Giulio, 1998) hace compatibles las teorías del
origen del código genético, sin embargo, creo que la teoría de la coevolución y la
teoría estereoquímica son incompatibles ya que se basan en un determinismo
diferente: histórico el primero, fisicoquímico la tardia

6. ¿Por qué se atribuyó un número dado de codones sinónimos a los aminoácidos


en el código genético?

En la tabla de códigos genéticos, tenemos que explicar por qué varios


aminoácidos están codificados por un número diferente de codones sinónimos.
Se ha observado repetidamente una correlación negativa entre el número de
codones que especifican aminoácidos en el código genético y el "tamaño" de los
aminoácidos (Hasegawa y Miyata, 1980; Di Giulio, 1989a; Taylor y Coates, 1989;
Dufton, 1997 ) Por ejemplo, existe una correlación negativa entre el número de
codones y el peso molecular de los aminoácidos (Fig. 1; Hasegawa y Miyata,
1980; Di Giulio, 1989a; Taylor y Coates, 1989).

Si la arginina, que parece estar sujeta a restricciones selectivas particulares en los


mesófilos (Jukes, 1978), se elimina de esta correlación (Fig. 1) obtenemos un
aumento en la importancia (Di Giulio, 1989a). Por lo tanto, para la arginina esta
correlación no es verdadera pero, de hecho, es verdadera la inversa. Es probable
que la arginina tenga una gran cantidad de sinónimos en el código genético ya que
este aminoácido tiene el rango más alto de termofilia (Di
Giulio, 2000a – d), y bajo la hipótesis de un origen vivo de la vida, había una
ventaja selectiva para atribuir seis codones a la arginina (Di Giulio, 2000a – d).
Además, Di Giulio (en prensa) ha observado que existe una correlación positiva
estadísticamente significativa entre el número de codones atribuidos a los
aminoácidos en el código genético y los valores del índice de asimetría de presión
hidrostática (PAI) de los aminoácidos (es decir, una medición de barofilicidad de
aminoácidos) (Di Giulio, en prensa). En otras palabras, los aminoácidos más
barofílicos.
tienen, en promedio, un mayor número de codones en comparación con los
aminoácidos menos utilizados en los barófilos (Di Giulio, en prensa). Por lo tanto,
la correlación significativa y negativa entre el número de codones y el peso
molecular de los aminoácidos (Fig. 1) no parece ser otra cosa que una expresión
de barofilia mediante la correlación negativa entre el índice de asimetría de
presión (PAI) de amino ácidos con el peso molecular de los aminoácidos (Di
Giulio, en prensa). Esto se debe a que estas dos últimas correlaciones implicarían
la correlación positiva observada entre el número de codones y los valores de PAI
(Di Giulio, en prensa). La alta presión hidrostática fue probablemente la principal
fuerza selectiva que hizo que el código genético atribuyera un número
determinado de codones a los aminoácidos (Di Giulio, en prensa) y, en particular,
que atribuye, en promedio, más codones al amino 'más pequeño' ácidos, es decir,
los más barofílicos (Di Giulio, en prensa). Mientras que el peso molecular, es decir,
el "tamaño" de los aminoácidos era probablemente la propiedad sobre la que
actuaba la selección natural para favorecer la construcción de proteínas que
simplemente eran más estables a alta presión hidrostática (Di Giulio, en prensa).

7. Síntesis: la teoría de la coevolución y el metabolismo ancestral.

La teoría de la coevolución del origen del código genético identifica una molécula
similar al tRNA como un dispositivo a través del cual los aminoácidos precursores
cedieron parte o la totalidad de sus codones a los aminoácidos del producto
derivados del primero (Wong, 1975; Wachtershauser, 1988; de Duve, 1991;
Danchin, 1989; Di Giulio, 1994b). Esto quizás sugiere que el metabolismo
ancestral de los aminoácidos tuvo lugar en moléculas similares a tRNA. Sin
embargo, no hay una razón a priori por la cual esto debería haberse limitado solo
al metabolismo de los aminoácidos. Evidentemente, la teoría de la coevolución
parecería implicar que todo el metabolismo primitivo tuvo lugar en la molécula de
tRNAlike (Di Giulio, 1994b). De hecho, esta generalización de la teoría de la
coevolución (Di Giulio, 1994b) también se ha sugerido siguiendo argumentos
completamente diferentes (Tyagi, 1981; Crothers, 1982; Cedergren y Grosjean,
1987; Edwards, 1989; Gibson y Lamond, 1990; Lamond y Gibson, 1990;
Szathmary, 1999). Por lo tanto, el mecanismo en el que se basa la teoría de la
coevolución podría ser una manifestación de un vínculo mucho más general entre
el metabolismo ancestral y las moléculas similares a tRNA (Danchin, 1989).
Además, se supone que este enlace ha permanecido visible en la correspondencia
entre las vías biosintéticas de los aminoácidos y la estructura del código genético.
Y esto tiene sentido, ya que se espera, en general, que debería haber un vínculo
estrecho entre el origen del metabolismo en sí y los ARN, es decir, la replicación.

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