~ Elena Dreser

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Desarrollo editorial: Víctor Guzmán Zúñiga

Dirección editorial: Yolanda Tapia Felipe
Edición: Cyntia Berenice Ruiz García
\ Diseño: Ana Mireya Laguna Plata
Ilustración: Jacqueline Velázquez González

Derechos reservados:
2008 Elena Dreser
e 2008 EDITORIAL PROGRESO S.A. DE C.V.
Naranjo 148, col. Santa María la Ribera
Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06400
México, D.F.

Tamara y la música
(Colección Tamara y el arte)

Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana

Registro núm. 232

ISB : 978·970.641.814.2

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Impreso en México
Printed in Mexico
Ilustración
la edición: 2008
Jacqueline Velázquez González
 Tamara le gusta la voz de
su mamá. Y le gusta más
cuando su mamá canta.

Todas las tardes, la

le:
mamá
.
entona una canción
. '-'que narra las aventuras
.de aquella tortuga que
viajó a París. A Tamara
le agrada esa canción .
porque la canta su
mamá.
 Claro,' la bebé también escucha otras
canciones. Y hasta acompaña el ritmo
golpeando con sus pequeñas manos.

Mamá o papá entonan una canción

especial cuando le dan de comer; y otra,
cuando la bañan.
~~-----
Tamara tiene su canción para
dormir, donde saluda a la señora
Luna; y su canción para despertar,
donde saluda al señor Sol.

Cierto día, el
abuelo llegó con
una gran caja;
y anunció:

-¡Les regalo mi
viejo tocadiscos,
con todos los
discos!
 !
(

(- I

La mamá se echó
a reír de contenta,
y exclamó:

-¡Bravo! ¡Yapodemos
escuchar música!

Y de inmediato, la señora
comenzó a dar volteretas,
a la vez que cantaba:

-¡Mú-si-ca! ¡Tenemos mú-si-ca!

La bebé no entendía nada, pero igual
celebró con risas y aplausos.

Porque si su mamá estaba feliz;

ella también.
El abuelo instaló el aparato de sonido.
Para Tamara, era sólo una caja negra con
botoncitos brillantes que, seguramente,
no le dejarían tocar. Así que gateó muy
rápido, siguiendo al abuelo.
y en aquel momento, [sonó la música!
[Además, alguien comenzó a cantar!
¡Era la canción de la tortuga
que viajó a París!
 Tamara gateó alrededor de aquella caja negra.
¡De allí salían los sonidos y esa voz tan bonita,
casi tan bonita como la voz de su mamá]. ..

La nena se asomó por arriba, por abajo, de un lado

y de otro... Buscó y rebuscó, sin poder encontrar
a la persona que cantaba dentro ...
La señora sabía cuándo su
hijita preguntaba algo,
aunque a veces no sabía qué
preguntaba. Por eso, le
explicó con mucha paciencia:
-Tu abuelo nos regaló sus discos.
y este aparato es para
I

escucharlos. [Por fin, tenemos

música!

Tamara ya había entendido

eso. Sólo que ella quería
aber más, mucho más.
 Necesitaba
comprender
cómo funcionaba
aquello: ¿dónde se
escondía la señora que
cantaba?, ¿quién creaba
esos mágicos sonidos?,
¿por qué salían de
esa caja?
Miró al tocadiscos, a su abuelo, a su mamá y
otra vez al tocadiscos. La cabecita de Tamara
estaba llena de preguntas. Pero de su boca,
apenas se escuchó:

-¡Mh, sh, ka!

 a mamá le dio la razón al abuelo:
-Sí, le gusta mucho la música.

Nadie comprendía a Tamara.

[Ella no intentaba cantar!
Sólo quería descubrir
el misterio de
aquellos sonidos
tan hermosos
que su mamá
llamaba
música.
y como Tamara necesitaba
darse a entender, trató de
pronunciar una palabra ...
la única palabra que
servía en ese
momento. Si
lograba decirla,
seguramente,
su abuelo iba
a explicarle
todo, todo.
 Tamara
cerró sus ojos...
preparó su garganta ...
apretó sus puños ... se
puso roja por el esfuerzo
hasta que al fin, pudo'"
balbucear:

-jMú shka!
 Entonces el abuelo, con mucha
ternura, tomó en brazos a su nieta.
Le dio un beso en la mejilla ...
sonrió para tranquilizarla ... la
pretó contra su pecho... y exclamó:

-¡No te preocupes, Tamarita!

¡Ten paciencia!

¡Algún día, podrás cantar

de verdadl
 Cuando el
abuelo llega con su
viejo tocadiscos, Tamara
entiende muy rápido la
palabra música: Y también,
así de rápido, quiere descubrir
cómo funciona ese extraño
aparato del que brotan
mágicos sonidos.

'~I~iiiiiii~
97 706 418142